lunes, 29 de julio de 2013

"LA ACTITUD DE FRANCISCO ES UNA AUTÉNTICA REVOLUCIÓN, UN VENDAVAL DE ESPÍRITU RENOVADOR"

"A partir de Juan Pablo II la desactivación del Concilio se convirtió en programa"

José Manuel Vidal entrevista a Andrés Torres Queiruga en 'Religión Digital'

(José Manuel Vidal).- Se encuentra ilusionado ante la "nueva etapa" en la Iglesia con el nombramiento de Francisco. "Los que hemos vivido la explosión conciliar, con su luminoso sentido de liberación y esperanza, sentimos de nuevo aquel aire en el rostro", explica Andrés Torres Queiruga. El prestigioso teólogo gallego acaba de publicar "La teología después del Vaticano II", el quinto libro de la colección RD en Herder. Y, entretanto, cree que la gran revolución de Francisco vendrá de " realizar dentro de la iglesia, en un círculo sagrado, la renovación del poder desde el poder".

¿Se puede decir que el postconcilio fue la época dorada de la teología?

No época dorada, sino época de esperanza y renovación. Para comprenderlo, conviene echar una ojeada a la historia de la teología, sobre todo a partir del Renacimiento. El humanismo cristiano (Erasmo, Vives, Moro...) fue una oportunidad magnífica para la iglesia: la posibilidad de continuar manteniendo el paso de la sociedad y la cultura. El fermento evangélico nunca se volvió insustancial, perdiendo toda su fuerza. Pero la deriva que se impuso fue la de resistencia a lo nuevo. Como dijo hace ya mucho tiempo Congar, se impusieron las restauraciones. La última oportunidad a gran escala aconteció con la crisis modernista: algunas soluciones no eran acertadas, pero las preguntas y los problemas siguen en gran parte siendo los nuestros. Después fue la pugna entre renovación -patrística, exégesis, liturgia, pastoral-y la prohibición y represión oficial. El episodio más reciente fue la descalificación de la Nouvelle Théologie, en 1950. Nada indica mejor lo que supuso el Vaticano II que recordar que los condenados entonces fueron después sus grandes protagonistas.

"Concilio cargado de promesas y expuesto a decepciones", dice usted. ¿Por qué el Concilio y su aplicación separó tanto en vez de unir?

Promesas ante todo, y muy reales. Porque, por fin, se abrían las compuertas de inquietudes largamente represadas. La teología y con ella la iglesia pudo respirar aires de esperanza y de apertura al futuro. Mucho de lo que no tenía otra oportunidad que ser dicho en voz muy baja o incluso bajo seudónimo, fue acogido, proclamado y recomendado por el Concilio. Fue una explosión de espíritu, del Espíritu. Pero, como sucede siempre en todas las renovaciones, el cambio produce resistencias y conflictos; acaso más -como dijera ya Newman y recordó Ratzinger-- en las renovaciones conciliares, porque éstas tocan lo más hondo, lo sagrado. Los que no comprenden, o porque no pueden o porque no quieren, se resisten; y cuando tienen poder, lo imponen. Resistencias las hubo, y muy fuertes, durante el Concilio. Después fueron afirmándose cada vez más, mediante el control y la prohibición, esquivando tozudamente el diálogo: un estilo que ya parecía olvidado, que ha sido la rémora --me atrevería a decir el cáncer- más grave de la vida eclesial y del pensamiento teológico. Porque eso paraliza la vida de la Palabra -que, testigo Isaías, no quiere volver al cielo sin fecundar cada época y cada cultura- y hace que la Iglesia aparezca como ajena al mundo, como portadora de una mala noticia en lugar de un "eu-angellion", de una buena nueva.

¿Desde la llegada al solio pontificio de Juan Pablo II comenzó la desactivación del Concilio?

En realidad, los gérmenes estaban ya en ciertas actitudes del mismo Pablo VI (por lo demás, un papa de conscientes, auténticas y profundas convicciones democráticas). Pero cabe afirmar que a partir de Juan Pablo II la desactivación se convirtió en programa. No dudo de que en su intención estaba "salvar el concilio", pero objetivamente la suya fue una paralización de la cual costará muchos años poder salir. Sobre todo porque duró mucho, hasta el gesto inesperado de Benedicto XVI: una renuncia que a un tiempo le honra y demuestra la equivocación de ese diagnóstico.

¿Descongelar el Concilio puede ser la base o el programa de la reformas esperadas del Papa Francisco?

Han pasado 50 años. La descongelación es ciertamente imprescindible. Pero como un primer paso, porque, gracias a Dios, a pesar de todo ni la teología ni la vida eclesial estuvieron paralizadas y, contra viento y marea, se ha avanzado en muchos aspectos. Lo que hace falta es confirmar los avances y continuarlos. Creo que la perspectiva adquirida nos pone en condicione de hacerlo con más serenidad, más equilibrio y más espíritu de diálogo. En este sentido, nunca agradeceremos bastante al papa Francisco el hecho "simple y elemental" de haber acabado, casi de golpe, con todo un estilo de gobierno desde el aislamiento solemne y del poder incuestionable.

¿Cómo salir de la "grave desafección interna" en cuanto a la moral? O, ¿cómo pasar "de la moral religiosa a la vivencia religiosa de la moral?

Ese es un capítulo fundamental, que, en mi parecer, por no haberse renovado debidamente, está costando toneladas de prestigio eclesial y millones de abandonos. Con la moral está pendiente la revolución que -fuera de restos nostálgicos-ya se ha hecho con la ciencia: reconocer su autonomía en los contenidos y así liberar a la iglesia para ejercer su verdadera misión en la moral: la de fundamentación y animación desde la confianza en un Dios que, creándonos por amor, nos apoya en la dura pero gloriosa tarea de realizarnos humanamente, en autenticidad personal y convivencia fraterna. Lo que intento decir se entiende con un ejemplo: el papel de un padre no es dictarle a un hijo adulto qué es lo que tiene que hacer, pero está en su auténtico papel cuando lo anima y lo apoye a que sea auténtico, que cumpla con aquello que reconoce como deber, aunque pueda costarle mucho. Aquí radica el verdadero -y fecundo-valor del rol de la iglesia en la moral: de modo directo para sus fieles, y como oferta en diálogo para los que no lo son. Por ahí va también la doble afirmación de Habermas: que la iglesia tiene derecho a intervenir en el diálogo público acerca de las cuestiones éticas, pero que debe intervenir con argumentos éticos, no directamente religiosos.

¿Es posible aprobar la "asignatura pendiente" de la democratización eclesial?

Posible es. Y necesario también. Pero difícil, aunque tengo esperanza de que se hará, por la fuerza de la verdad evangélica -el que manda sirva, el primero sea el último- y por la presión cultural: una iglesia actualizada no puede vivir con esquemas autoritarios en una cultura, que, pese a los abusos, ha adoptado convicciones democráticas. Está pendiente la asignatura decisiva: comprender que el "origen divino del poder" viene de Dios ciertamente; pero viene a través de la comunidad. A pesar de que san Pablo hablaba del emperador --"toda autoridad viene de Dios" (Rm 131)--, la teología, sobre todo con Suárez y Belarmino, lo aclaró respecto del poder político contra los privilegios y abusos del "derecho divino de los reyes". Pero no se hizo -todavía-así respecto de la Iglesia, donde la aplicación resulta más obvia evidente, pues desde la fe sabemos que toda ella está habitada y vivificada por el Espíritu.

¿El "omnímodo poder papal" es evidente, una vez más, con Francisco, que con sus gestos está imprimiendo una nueva dinámica a toda la Iglesia?

Su actitud está suponiendo una auténtica revolución, un vendaval de espíritu -de Espíritu- renovador. Está creando las condiciones para las renovaciones concretas que están pendientes. La culminación sería que ya en su vida fuese posible llevar a cabo la paradoja de realizar dentro de la iglesia, en un círculo sagrado, la renovación del poder desde el poder: que el "omnimodo poder papal" -"la sede suprema no puede ser juzgada por nadie"- se transforme a sí mismo, decretando jurídicamente que también él está dentro de la iglesia, a través de la cual se recibe y dentro de la cual debe realizarse en comunión universal y diálogo fraterno. La Constitución Dogmática sobre la Iglesia (Lumen gentium) lo ha proclamado como principio fundante en su capítulo segundo, al definir todo oficio como servicio dentro de la comunidad.

Propone usted el modelo de la vida religiosa para los cargos en la Iglesia.

Ese es un capítulo no debidamente valorado. Antes incluso, siglos antes, que en la sociedad civil, las órdenes religiosas comprendieron que el modo más evangélico y realista de gobierno era mediante la elección y la duración temporal de los cargos de gobierno. Creo que esto urge para los cargos jerárquicos en la iglesia, si, fiel al evangelio, quiere mantener el paso de una historia en ritmo acelerado. De hecho, la norma del retiro a los 75 años es ya un claro comienzo. Tímido, sin duda, pero, sobre todo, un reconocimiento de la legitimidad de principio, como a su modo acaba de serlo la renuncia de Benedicto XVI.

Vuelven los pobres y la Teología de la Liberación. ¿Lo que hace unos meses decían algunos teólogos como usted y eran declarados casi herejes, ahora lo dice el propio Papa?

Es el cambio de clima. La renovación desde los cimientos. El florecer de los frutos que estaban ya ahí, en germinación fecunda y fermentación evangélica. Evidente para la teología de la liberación. Creo que también, en general, para la teología y las iniciativas eclesiales.

¿Por qué se cae por su peso el argumento contra la ordenación sacerdotal femenina de que "Jesús sólo escogió apóstoles varones"?

Pues, justamente por su peso. Los exegetas llevan tiempo diciendo que no hay motivos bíblicos para esa negativa. Y yo insistiría en uno que no suele citarse, al menos con debido énfasis. Si hubiese algún argumento que pudiera merecer unos segundos de consideración, no sería que en el círculo de los apóstoles no había ninguna mujer, pues eso tiene una evidente explicación en la sociología del tiempo. Sería más bien, el hecho de que no había ningún extranjero, porque esto sí que -en una interpretación fundamentalista- podría enlazar con la clara decisión de Jesús de limitar a Israel su apostolado y el de los discípulos. Tomado a la letra, no serían posibles precisamente ni un papa polaco ni uno alemán. Por fortuna la primera iglesia comprendió bien el alcance biográfico de esa limitación y abrió el apostolado a los extranjeros... y a las mujeres.

¿Le ilusiona esta nueva etapa eclesial?

Mucho. Los que hemos vivido la explosión conciliar, con su luminoso sentido de liberación y esperanza, sentimos de nuevo aquel aire en el rostro. A la sensación de parálisis sigue un bullir de sangre nueva e inquietud vital, tras el tiempo de invierno hay germinar de primavera.

¿Dejarán a Francisco plasmar su revolución tranquila?

Tranquila, tranquila no podrá ser. Pero este papa es un pastor y tiene experiencia de gobierno. Va a la vida, a la animación de la comunidad, a la unión de las iglesias, a la llamada al mundo para luchar contra el hambre y la pobreza. No tiene, ni las precisa, ínfulas de teólogo y por eso respetará la autonomía de las diversas funciones y carismas en la iglesia.

¿Cómo ayudar en esa tarea al Papa?

Incluyéndose, cada uno y cada una desde su puesto y desde sus capacidades, en el movimiento iniciado por él. Hacer de la iglesia un pueblo vivo, fraternalmente inserto en un mundo en cambio, a cuyo futuro pueda contribuir con el mensaje evangélico. Un mensaje cargado de sentido y esperanza, que, si sabemos vivirlo en autenticidad y libertad hacia dentro, puede resultar contagioso como oferta a un mundo que lo necesita como el pan de cada día.  

¿Qué opina de la encíclica "Lumen fidei"?

Se trata de un fenómeno "raro". No sé si deseable, pues un retiro es un retiro y punto, como diría Fraga. En todo caso, honra al papa Francisco, que muestra humildad y deseo de evitar cualquier apariencia de protagonismo personalista y, menos, de ruptura institucional. En cuanto al contenido, fuera de los pequeños añadidos --que habría que conocer con exactitud-- es puro Ratzinger. Posiblemente no del mejor teólogo Ratzinger: veo la encíclica demasiado extrinsecista en las relaciones fe-razón, continúa con poca apertura el diálog entre las religiones, queda dolorosamente unilateral en las relaciones entre el Magisterio y la teología y sigue con un modo poco actualizado de leer la Biblia. No quisiera, con todo, desconocer su búsqueda de una visión integral, redondeando las dos encíclicas anteriores, a veces con formulaciones verdaderamente acertadas y cierta apertura al mundo del pensamiento secular.

sábado, 27 de julio de 2013

¿DE QUÉ TIENEN HAMBRE ESTOS JÓVENES?

Frei Betto, en  Adital


Los viajes papales son preparados con mucha antelación, sin sofocos y, en la medida de lo posible, con el mínimo de imprevistos. Por eso han estado pasando los discursos, para revisión, tanto en el Vaticano como en los palacios de los gobiernos del estado y de la ciudad de Rio de Janeiro y el mismo Planalto, sede de la presidencia de la República. La Jornada Mundial de la Juventud fue precedida por la sorprendente Jornada Nacional.

El papa Francisco, a quien muchos jóvenes ya le llaman "papa Chico”, llegará al Brasil el 22 de julio. Permanecerá seis días en Rio, con una breve escapada al santuario nacional de Aparecida, en la mañana del día 24.

En la intensa programación oficial las autoridades civiles han llevado la parte del león, pues estarán con el papa el día 22, al recibirlo en el aeropuerto Tom Jobim; el día 25, para entregarle las llaves de la ciudad; el 26, cuando él recibirá en el palacio San Joaquín al Comité Organizador y a diez grandes patrocinadores de la JMJ; el día 27 por la mañana, en el Teatro Nacional, donde el papa encontrará, como dice la programación, "a la clase dirigente del Brasil”; y el 28, al despedirlo en la base aérea de Galeão.

El programa prevé, el día 25, en el Palacio de la Ciudad, un acontecimiento inusitado: Francisco bendecirá las banderas oficiales de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos; juegos que sobrepasan toda la diversidad religiosa mundial y en los cuales nunca ha participado el Vaticano.

Aparte de algunos pocos jóvenes seleccionados para algún encuentro privado con el papa, Francisco va a recibirlos colectivamente la tarde del día 25, al acoger en Copacabana a los participantes en la JMJ; en el viacrucis la tarde del día siguiente, también en Copacabana; en la vigilia del sábado 27, en Guaratiba; y en la misa de la mañana del domingo 28, también en Guaratiba, y por la tarde al bendecir a 15 mil voluntarios, no todos jóvenes, que ayudaron a preparar la JMJ.

La novedad es que el papa Francisco llegará a un país en ebullición, donde la juventud, finalmente, "conoce y marca la hora, no espera a ver qué sucede”.

¿De qué tienen hambre estos jóvenes? De Dios, si juzgamos sus manifestaciones desde la óptica teológica de que la vida es el don mayor que nos ha sido concedido por el Creador, y la juventud ocupa las calles para exigir que "todos tengan vida y vida en plenitud” (Juan 10,10), lo que implica mejorar la salud, la educación, el transporte público, etc.

La JMJ, comenzada ya desde junio, comprueba que la juventud brasileña tiene hambre de pan y de belleza. Quiere la erradicación de la miseria, del analfabetismo y de las colas en los hospitales y puestos de salud, y que el dinero sea empleado en beneficio de la población y no desviado para obras faraónicas y la descarada corrupción.

Reivindican también saciar el hambre de belleza: de cultura, de ética en la actividad política, de un sentido a su existencia que los libre de la presión del consumismo neoliberal y los convierta en protagonistas de un proceso democrático de verdad participativo y no meramente delegativo, como sucede hasta ahora con la clase política divorciada de la sociedad civil.

Sería estupendo que los responsables de la JMJ hicieran saber al papa que se va a encontrar en el Brasil una juventud impregnada de los tres principales valores evangélicos: fe, esperanza y amor. Quizás en sus contenidos no coincidan exactamente con los del catecismo católico, pero sus objetivos obligan a nuestros políticos a voltearse hacia el bien común, prioridad de la doctrina social de la Iglesia.

martes, 23 de julio de 2013

EL PAPA FRANCISCO SOPESA RECIBIR EN BRASIL AL GRAN TEÓLOGO DE LA LIBERACIÓN

Juan Arias, en 'El País'

El Papa ha pedido, al llegar a Brasil, un ejemplar del libro recién publicado por el teólogo "rebelde", Leonardo Boff, titulado "Francisco de Asís y Francisco de Roma", en el que analiza la ruptura que este Papa está llevando en la Iglesia con una vuelta a los orígenes del cristianismo.

“Le entregué el libro al arzobispo de Río, Mons. Orani Tempesta, y él se lo ha dado ya al Papa”, me confirma Boff, que estaba saliendo para el aeropuerto para dos encuentros con más de mil jóvenes en Santa Catarina y en Sao Paulo.

Sobre la posibilidad de que Francisco quiera encontrarse con el teólogo brasileño al que su antecesor Benedicto XVI había condenado al silencio cuando era prefecto de la Congregación de la Fe, Boff explica: “No he podido sustraerme a un compromiso que tenía desde hace mucho con los jóvenes a los que voy a hablar. Por eso, voy a estar en Río sólo el sábado, último día de la visita del Papa”.

Sin embargo, Boff confía lo siguiente: “Una amiga del Papa de cuando era arzobispo de Buenos Aires, con la que Francisco habla por teléfono todas las semanas, me dijo que le preguntó al Papa si tenía la intención de recibirme y su respuesta fue: 'Quiero hacerlo, pero sólo después de haber concluido la reforma de la Curia”.

Tal encuentro sería entonces oficial, lo que no impide que Francisco, estando en Río, pueda encontrar en algún momento al teólogo franciscano, hoy defensor acérrimo de la revolución que él está llevando a cabo en la Iglesia, y que Boff llama de “ruptura”.

Boff me confirma en su conversación lo que declaró al diario O Globo: que Francisco podrá rehabilitar a los más de 500 teólogos condenados por la Iglesia durante los años en que en ella mandaban Ratzinger y Wojtyla, pero que cree que no lo hará “mientras viva Benedicto XVI”.

Boff me cuenta que el papa Francisco ha aceptado en su programa la idea más primitiva de la Teología de la Liberación. “Acuérdate, Juan, de que el teólogo Carlos Scanone, que lanzó dicha teología en Argentina, fue profesor de Bergoglio, el entonces futuro Papa, cuando enseñaba teología en un colegio a las afueras de Buenos Aires".

Scanone elaboró una teología de la liberación, apunta Boff, que estaba ligada a la “teología popular”, de alguna forma diferente a la que después desarrolló la corriente que se inspiró en la tesis del marxismo que pretende el rescate de los pobres y excluidos a través de los cambios de estructuras políticas. Según la teología de Scanone, es el pueblo el que debe llevar a cabo su propia liberación de las estructuras del poder que lo esclavizan.

“En ese sentido, podemos decir que Francisco es un teólogo de la liberación elaborada por Scanone, que fue la que de alguna forma sostuvo algunas actitudes del peronismo", añade Boff.

Sobre la posibilidad de que la Curia, en la linea de la doctrina del Principe de Machivaelo, use cualquier medio para mantenerse en el poder y pueda boicotear la renovación de Francisco, Boff explica que es posible que lo intente. No obstante, recuerda también que este Papa, además de haber escogido el espíritu sencillo de Francisco de Asis, "es también jesuita". Le pregunto qué significa eso, y Boff sonriendo responde: "Significa eso, que es también hijo de Ignacio de Loyola, el gran estratega de la Compañia de Jesús, que ha resistido hasta hoy, pasando por todos los vendavales contra ella, no solo de la Curia, sino de hasta más de un Papa que acabó disolviendola, para resucitar siempre con mayor fuerza". Perseguida ayer por la Iglesia de Roma, la Compañia cuenta hoy en efecto con un papa todo suyo. Francisco está bien respaldado.

lunes, 22 de julio de 2013

UN TRABAJO INVISIBLE

Lydia Molina , en 'eldiario.es'


España es el país de la Unión Europea con más empleadas del hogar. Son datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que hablan en femenino, porque el 90% de las personas que se dedican a este tipo de empleos son mujeres, la mayoría extranjeras y principalmente latinoamericanas. En 2010, antes del epicentro de la crisis, existían en España 747.000 personas dedicadas al trabajo doméstico, una cifra difícil de cuantificar teniendo en cuenta la cantidad de economía sumergida que registra el sector.

El documental ¡Cuidado, resbala! pretende precisamente eso: arrojar luz sobre la situación que viven miles de mujeres en España. El proyecto, de la asociación Círculo de Mujeres de Málaga, pone el foco en los cuidados y en la invisibilidad que los rodea. “Los cuidados son el conjunto de actividades que regeneran el bienestar físico y emocional de la gente. Involucran lo que tradicionalmente hemos llamado trabajo doméstico: limpiar la casa, hacer la cama, lavar la ropa... Esas tareas más materiales y también tareas para atender los cuerpos: lavar a un niño, darle de comer, etc. Son necesidades de todas las personas, en todos los momentos de la vida, y no solo los necesitan las personas a las que se llama dependientes como dicen algunos discursos”, aclara al inicio del documental Amaia Pérez, economista.

Como ella, un grupo de expertas de diferentes ámbitos analizan, junto a empleadas del hogar, el trabajo doméstico en España y el momento por el que pasa actualmente. “A día de hoy, existe una crisis de los cuidados en dos planos: el privado y el profesional. En el privado, estas actividades recaen siempre o casi siempre en las manos de las mujeres y, a pesar de ser imprescindibles para la vida, están invisibilizadas. A nivel profesional, las personas que se dedican profesionalmente a este trabajo (el doméstico) ven como la suya no tiene tanta importancia como otras profesiones”, cuenta a Desalambre Vanessa Gómez, dinamizadora social y una de las seis codirectoras del proyecto, que se presentó en la pasada edición del Festival de Cine de Málaga.

De hecho, hasta el año pasado, las empleadas de hogar no formaban parte del Régimen General de la Seguridad Social. Estaban inscritas a un régimen especial en el que, entre otras cosas, no era obligatorio el contrato por escrito, no contemplaba una baja por accidente de trabajo, ni por enfermedad, hasta pasados 29 días; y los despidos solo tenían que comunicarse con 7 días de antelación. Con su incorporación al régimen general ha habido grandes avances, como la obligatoriedad de un contrato por escrito si la relación laboral supera las cuatro semanas; dos pagas extraordinarias al año, con el mínimo que fija el salario mínimo interprofesional; la obligatoriedad de que sean 36 horas de descanso ininterrumpidas; o que haya baja por enfermedad desde cuarto día, como en el resto de empleos. A pesar de todo, aún quedan puntos pendientes. “El más importante es el no reconocimiento de la prestación por desempleo. Ni en 1985 (cuando se redactó el régimen especial), ni ahora. Lo han dejado fuera de las negociaciones y es una de las reivindicaciones más importantes del colectivo de las trabajadoras domésticas. Ha quedado como ‘ya tenéis con esta reforma para un ratito, ya seguiremos negociando’”, reconoce en el documental Mercedes Cordero, jurista.

El vídeo analiza también el impacto que las migraciones tienen en los núcleos familiares de esas mujeres que abandonan su hogar para mantener el de otra familia, en otro país. “Son las llamadas cadenas globales de cuidados. Estas actividades siempre las han hecho las mujeres españolas. Al haber un crecimiento de la economía, éstas se incorporan al mercado de trabajo y alguien tiene que suplirlas en esas tareas. En vez de hablar de corresponsabilidad o de repartir tareas entre hombre y mujer, lo que se hace es que las mujeres inmigrantes, que salen de sus lugares de origen porque lo están pasando mal, viajan aquí a cubrir estas tareas y a su vez en estos países de origen son otras personas, principalmente mujeres, las que se ocupan de estas otras tareas de cuidados. Se vuelve a reproducir la misma historia, pero desde la perspectiva global”, recuerda Gómez.

¡Cuidado, resbala! construye, a través de los testimonios de quienes mejor conocen el trabajo doméstico, un discurso político con muchas aristas: soledad, vulnerabilidad de no tener papeles, falta de información, abusos, discriminación... Y lo hace con nombres y apellidos. María Julia Pérez, cubana de 52 años. Sin documentación, a pesar de llevar trabajando tres años en España. “El dinero cuesta tanto ganarlo que nadie es capaz de imaginar. Esta que está aquí parece un canguro: todo el día saltando de casa en casa para conseguir 1000 euros. Ganamos más de lo que ganaríamos en nuestros países, pero nos gustaría que se nos diese un poco más de valor”. Luz Marina Medina, nicaragüense sin papeles a la que echaron del trabajo por quedarse embarazada. “Me sentí muy mal, me pagaron, me dijeron que viene otra mujer que no tiene niño y ya. No me pagaron nada por echarme”. Auxiliadora Medina, nicaragüense. Cuida a una señora mayor. “Te dicen que vas a ganar 900 euros, pero es mentira. Trabajo de nueve de la noche a una de la tarde. Toda la noche sentada. En los cuatro años y medio que llevo aquí no he tenido vacaciones”. Gana 450 euros. Mainuma Ndiaye, de Senegal. “Yo terminaba el trabajo a las once de la noche. No tenía día libre. No había una hora de descanso, trabajaba todo el día... El señor te insultaba, te gritaba, te asustaba”. Ndiaye dejó el trabajo en el que ganaba 150 euros.

“Hay personas que nos llaman porque tienen a sus padres en un centro de día de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Es decir, de las seis de la tarde a las ocho de la mañana nos piden presupuesto para que vaya una persona a cuidarlos. Yo explico que una persona no puede estar tanto tiempo, que tienen que ser dos personas y el presupuesto se sube porque son dos personas dadas de alta muchas horas de trabajo. Me dicen que no porque tienen 400 o 500 euros para eso”, recuerda en el vídeo Andrea Barbotta, de una empresa de inserción laboral.

El proyecto es, además de un documental, un instrumento de trabajo y debate. “En los foros en los que lo proyectamos siempre sale la necesidad de crear redes entre las mujeres que llegan para trabajar y las que ya tienen la experiencia”, afirma Vanessa Gómenz. Y marca una hoja de ruta."Si hablamos de que los cuidados estén en el centro de la vida, la sociedad debería también organizarse de manera diferente y ahí entra la corresposabilidad de los hombres, que tienen que sumarse a las labores del hogar. Y también de las empresas, con buenas condiciones laborales, horarios que ayuden a conciliar, etc. Aun así, para que la vida se reproduzca desde el bienestar, todavía hay mucha necesidad de personas que se dediquen profesionalmente a los cuidados. Ahí empieza el trabajo de estas mujeres de las que habla el documental y nosotras apostamos por cooperativas de trabajadoras que realicen este trabajo doméstico profesionalmente".

lunes, 15 de julio de 2013

ESPIRITUALIDAD CON LISTA DE ESPERA

Los centros de jesuitas y benedictinos agotan las plazas de vacaciones este verano
Los asistentes son tanto creyentes como agnósticos

Pilar Encuentra, en 'El País' Tarragona

Suenan con constancia las líneas de teléfono en el centro de espiritualidad de los jesuitas en Manresa. Y ese sonido mecánico desvela una demanda muy honda. Las plazas para las actividades que se ofrecen este verano en la Cova Sant Ignasi - ejercicios espirituales, cursos de meditación o danza mística - se encuentran prácticamente agotadas y hay gente que se apunta en lista de espera, por si a última hora alguien falla. Incluso hay quien, a la vista de tan alta demanda, pregunta si puede apuntarse ya para el verano de 2014 y, en algunos cursos concretos, hasta eso resulta imposible porque también están ya agotadas. "Hay mucho interés por la espiritualidad. En los últimos años, la demanda ha ido en ascenso. Las personas tiene necesidad de valores, de silencio, en un mundo lleno de ruido", opina el director del centro, Francesc Riera, que interpreta que "estamos viviendo el final de un paradigma construido sobre el positivismo, cuyo fracaso se ha manifestado en esta crisis monumental".

No se puede dibujar el perfil del demandante tipo de esta especie de vacaciones del alma. Porque no existe. "Es "extraordinariamente variado", explica Riera. Hay jóvenes de 14 años y ancianos de 80. Creyentes y no creyentes. Pese a ser un centro católico, de las 5.000 personas que aproximadamente pasan cada año por el centro de espiritualidad, no todos son católicos. "Los agnósticos reclamamos espiritualidad", explica Riera que le dijo un amigo. "Hay personas no creyentes, pero a quienes el cultivo de su interioridad sí les resulta importante", aclara. Por eso mismo, el director del centro no puede calcular el porcentaje de creyentes y agnósticos que solicitan participar en alguna de las actividades que se ofrecen porque entiende que no se puede establecer una distinción nítida entre unos y otros. "Es muy difícil decir quién es agnóstico y quién no: hay gente con dudas de fe", matiza. El espacio está abierto a "cualquier persona que busque la experiencia de encontrarse a sí misma y la propia verdad". A "buscadores de sentido", según indica el programa de los cursos.

La oferta estrella de los jesuitas son los ejercicios espirituales de un mes tal como los diseñó su fundador, San Ignacio de Loyola, en ese mismo lugar. Se trata un itinerario espiritual para ordenar la propia vida. Fue el fruto de una introspección profunda que el santo hizo durante una estancia de once meses en la cueva desnuda de una montaña, algo disfrazada ahora con mármoles para convertirla en capilla y corazón del conjunto. Los ejercicios pueden hacerse personalizados o en grupo, del mes completo o resumidos para poder concentrarlos en periodos de cinco y ocho días. Existe un debate acerca de si un no creyente puede seguirlos, porque el santo remite continuamente a la figura de Jesús como modelo. Riera opina que sí, porque Jesús puede ser modelo de humanidad plena, de perfección, incluso para quienes no creen en él como Dios.

No obstante, el programa de actividades espirituales no se limita a los ejercicios sino que incluye un amplio abanico de cursos y talleres, algunos procedentes de otras tradiciones religiosas. Hay cursos de contemplación de 20 días con dieta vegetariana, meditaciones inspiradas en la tradición budista, danzas y actividades aprendidas del islam. El eneagrama, por ejemplo es un instrumento muy útil para el autoconocimiento, según Riera, que procede de la tradición musulmana al que se recurre como preparación psicológica para los ejercicios.

Desde dentro del catolicismo, algunos observan con cierta sospecha esta apertura a otras religiones. El director del centro lo sabe y en cuanto se le menciona se pone a la defensiva. Él mismo lo reconoce. "Los bailes del mundo sufí son de una profundidad y una mística impresionante y en el budismo hay piedras preciosas. ¡Qué pena si no nos aprovechásemos!", dice. Opina que son "herramientas necesarias para revitalizar las liturgias europeas, cada vez más secas". Recuerda que en la tradición ancestral judeocristiana también se encuentran ritos de este tipo como las danzas del rey David ante el arca de la Alianza. "La danza es importantísima en todas las religiones como medio de alabanza", explica.

Las cuatro estaciones

Tampoco los monjes benedictinos le hacen ascos a la mística de otras tradiciones y también obtienen muy buena acogida. Ofrecen actividades de Ikebana, arte floral japonés que propicia la meditación en su centro de espiritualidad El Miracle ubicado en la comarca del Solsonés, a unos 60 kilómetros del santuario de Montserrat del que dependen. Allí, en Montserrant, se realizan ejercicios espirituales, pero organizados desde fuera del santuario, los monjes ofrecen a los grupos simplemente el espacio. Las plazas para este verano están igualmente llenas.

Es en El Miracle donde se realizan las actividades organizadas por una pequeña comunidad benedictina de cuatro monjes. Además de las tres tandas de ejercicios espirituales que se imparten en verano y que este agosto está también al completo, se pueden hacer otras actividades, como la llamada "oración del corazón", una preparación para vivir una "experiencia de desierto", con ayunos y largos periodos de silencio. Sorprendentemente, gusta especialmente a los jóvenes, asegura el monje Ramón Ribera, que fue prior de Montserrat y actualmente dirige El Miracle. La interpretación de los sueños combinando las teorías de Jung y la Biblia es otra de las posibilidades por las que se puede optar durante el invierno. Por último: "Las cuatro estaciones" es una actividad que se realiza en cuatro fases, que se hacen coincidir con las cuatro estaciones del año, y cuenta con adeptos de todas las edades, "de 20 a 88 años", que tienen en común su gusto por la naturaleza, explica el director. Respecto al aumento de la demanda de espiritualidad suave pero constante que observa Riera en Manresa, Ribera no considera que haya cambios significativos respecto a otros tiempos: "Siempre ha habido gente que busca y distraídos", resume. Lo que sí ve es un usuario fidelizado, que repite.

Como Montse Salvatella, una maestra de 56 años, que se encuentra actualmente haciendo ejercicios espirituales en El Miracle. Es la tercera vez que viene: "Son unos días privilegiados", dice. "Vienes de una ciudad donde ves espacios cortos y llegas a un sitio con horizontes amplios, donde ves más lejos. Los ojos se te van lejos", explica en un relato que suena a metáfora de algo más profundo. Es la segunda vez que Salvatella hace ejercicios espirituales en El Miracle y ha participado en las cuatro fases del curso Las cuatro estaciones, del que explica maravillas: "Es estupendo. Se lo recomendaría a todo el mundo, creyente o no creyente". "Comienza con la luna nueva de otoño, cuando empieza a anochecer", explica con entusiasmo. Y va describiendo sensaciones: "Un paseo silencioso al atardecer en fila de a uno dándose cuenta de cómo la naturaleza se sabe desprender, la llegada a una ermita oliendo a incienso, las estrellas iluminando la noche oscura y con la nieve al lado, la explosión de las flores en primavera, una paella en el claustro... "Lo ordinario se vuelve extraordinario. Es una experiencia que te entra por los poros. A mí me ha cambiado la vida... Bueno, no la vida, pero sí mi punto de vista sobre la vida".


viernes, 12 de julio de 2013

SACRILEGIOS DE HOY

Antonio Paniagua entrevista a José Ignacio González Faus, en 'sur.es'

González Faus analiza los desatinos de la Iglesia tras escribir ‘Herejías del catolicismo actual’

El teólogo residente en Barcelona considera incompatible servir a Dios y al dinero a la vez

El teólogo José Ignacio González Faus piensa que no se puede servir a Dios y al dinero al mismo tiempo. Jesuita y profesor emérito de Teología en la Facultad de Barcelona, el sacerdote acaba de entregar a la imprenta ‘Herejías del catolicismo actual’ (Trotta) una obra en la que repasa los “desenfoques” que desfiguran el cristianismo. Entre ellos figuran la papolatría, el olvido de los pobres, el clericalismo o el arrinconamiento del Espíritu Santo. González Faus no pretende lanzar acusaciones o denuncias, sino indagar en la tradición cristiana y sus fuentes. El profesor comparte lo que defendió hace muchos años su colega Díaz Alegría: la historia del catolicismo es a veces “muy poco cristiana”.

PREGUNTA; Dice usted que en el catolicismo actual los ricos ocupan una preeminencia indiscutible. ¿Cuándo abrazó la Iglesia esta herejía?

RESPUESTA: En la historia los cambios no aparecen de golpe y más si son inconscientes. En el siglo XIII el paso de una economía de trueque a comercial lleva a pensar que los ricos lo son por mérito propio. En el Renacimiento la admiración por la grandeza del hombre lleva a olvidar a los que no parecen tan humanos o tan grandes. En el XVIII, la idea pseudocalvinista de que la riqueza es señal de que Dios te predestina al cielo… El hecho es que, en el siglo XIX un obrero (Claude Corbon) escribe una carta al obispo Dupanloup: “preguntáis por qué el mundo obrero abandona a la Iglesia. Sois vosotros los que nos habéis abandonado a nosotros; pero antes no fue así….”

P: ¿Ha suscitado muchos ateos la figura de un dios cruel e implacable?

R: Según el Nuevo Testamento, Dios se ha revelado como Amor. Un dios cruel dará lugar a ateos o a hombres falsamente religiosos. Otra cosa es que el Dios Amor no es un ‘dios a la carta’ como ahora parecen buscar algunos. El amor es más exigente que la ley.

P: ¿Hablar más de la muerte de Jesús que de su vida responde a una mentalidad sadomasoquista?


R: La muerte de Jesús no vale por ser muerte ni por ser cruel sino por ser una vida entregada hasta la muerte. El cristianismo enseña que todo lo que vale cuesta (y nada cuesta tanto como el amor); pero no que todo lo que cuesta vale. Eso sería masoquismo.

P: ¿Qué tiene la curia romana para hacer prisioneros de ella a los papas?

R: Me decía un amigo que la curia puede compararse a un ordenador gigante y supercomplejo. Si un profano como yo, que sólo conoce un manejo elemental, se enfrenta con aquel mamotreto y no entiende de antivirus ni de programas ni de cartuchos ni de reparaciones… y el cuerpo de técnicos de informática no le ayuda, se sentirá perdido e impotente. Y el inconsciente curial es: los papas pasan, la curia permanece.

P: La eucaristía, el compartir el pan y el vino ¿debería parecerse más a la que celebraban Jesús y los apóstoles?


R: Hay que poner empeño en que se parezca lo más posible, sobre todo dado que comprensibles dificultades prácticas (de mucha más gente y locales más grandes) dificultan ese parecido. Muchos católicos piensan que la eucaristía es simplemente un acto de culto (y habrán de pensar también que Dios debe ser bastante aburrido si le agradan esos cultos). No vinculan la eucaristía con la cena de despedida del Señor (y celebrar una cena siempre es un acto de esperanza). Tampoco saben que en esa cena Jesús hizo unos gestos muy laicos y muy elementales (partir el pan y pasar la copa) que resumían lo que había sido toda su vida: compartir la necesidad y comunicar la alegría.

Vestido y casa

P: Cree que Juan Pablo II hablaba en serio cuando decía: “podría ser obligatorio enajenar esos bienes [los adornos superfluos de los templos y los objetos preciosos del culto] para dar pan vestido y casa a los que carecen de ello”?


R: Creo que sí lo dijo como obligatorio. Y además, san Agustín y otros Padres de la Iglesia lo habían hecho. En la primera predicación de la Iglesia se repite muchas veces: no tiene sentido vestir imágenes y adornar paredes de una supuesta “casa de Dios”, si luego te encuentras a Cristo presente en el hambriento, en el enfermo o en el inmigrante y no le haces caso.

P: Habla de la herejía del capitalismo. ¿La iglesia está en manos de los ricos?

R: Ya hace años Metz publicó un libro de título fundamental: ‘Más allá de la religión burguesa’. El capitalismo se asienta en el principio inconfesado de que la eficiencia (en la que tanto destaca) está por encima de la ética. Que, por tanto, el fin justifica los medios. En esto, su enseñanza es deletérea. Las críticas de Schweickhart o Eagleton me parecen decisivas. Cuando existían los países pseudosocialistas del Este, el miedo hizo que el capitalismo se moderara y se vistiera con piel de oveja. Al caer aquellos hemos vuelto a ver su verdadero rostro. No hay más que mirar el descenso impresionante de las masas salariales en los últimos veinte años.

P: ¿Cuál es la peor de las idolatráis que consiente la iglesia?

R: “No se puede servir a Dios y al dinero” (Jesús). “La codicia es idolatría” (Pablo). “La raíz de todos los males es la pasión por el dinero” (1ª a Timoteo). Estas tres frases que atraviesan el Nuevo Testamento me parece que responden suficientemente.

P: ¿Existe culto a la personalidad en la Iglesia cuando nunca se impugnan en vida los preceptos de un papa?

R: Las masas humanas necesitan ídolos a quien aclamar y tienden al culto a la personalidad. Sea Messi, Shakira, Chávez o quien sea. Nuestro peligro en la Iglesia es dejarnos mecer por esos defectos de la multitud. Nos falta aquello que Pedro y Pablo repiten en los Hechos de los Apóstoles: “¡no somos dioses! ¡Somos hombres como vosotros!”.

P: ¿Se ratifica en su idea de que, en España, la iglesia adolece de un clero analfabeto?

R: Ese artículo (‘Hacia un claro analfabeto’) lo escribí hace muchos años cuando aún era yo profesor. Ahora, jubilado, no puedo decir si se ha cumplido la profecía. Algún compañero más joven se queja de que los seminaristas no tienen interés por la teología: viven de un catecismo ‘de Cuenca’ y se atreven a acusar de herejía a los profesores. Yo puedo decir que, si es así, acabarán o perdiendo la fe, los más sinceros, o convirtiéndose en fundamentalistas intolerantes los de menos honestidad intelectual.

P: ¿Le inspira esperanza el papa Francisco? ¿Puede contribuir a la instauración de una iglesia de los pobres?

R: Hasta ahora mucha. Pero habrá que ver cuando toque pasar de gestos y palabras simbólicas a cambios de fondo. Las dificultades, y las resistencias, son enormes.

P: ¿Qué le parece que el papa recién elegido sea jesuita? ¿Es algo significativo o lo considera indiferente?

R: No creo. No somos los mejores ni mucho menos. Sí me parece estupendo que no sea europeo. Pero mi candidato era el arzobispo de Manila…







lunes, 8 de julio de 2013

ENRIQUE DE CASTRO: "EL EVANGELIO NO ESTÁ EN LA IGLESIA VATICANA"

Jesús Bastante, en Religión Digital

Marçal Sarrats, periodista de la Cadena SER, viene a presentarnos su libro "Así en la Tierra", uno de cuyos protagonistas es Enrique de Castro, párroco de San Carlos Borromeo, el centro pastoral de Entrevías. "Enrique de Castro y la Iglesia de los que no se callan", es el subtítulo de la obra publicada por Cuadrilátero Libros. Y a fe que Enrique no lo hace. "La fe es patrimonio de la humanidad. Y la distancia óptima es el abrazo", afirma

Enrique de Castro critica que, "desde que Juan Pablo II puso a todos los obispos de su misma cuerda, no hay diversidad en la jerarquía". Ante las acusaciones de herejía que se lanzaron contra la parroquia de San Carlos Borromeo hace años, el sacerdote aclara que "no es verdad que no hagamos liturgia, hacemos liturgia adaptada a nuestra gente". "En el Evangelio no hay un código de moral, y mucho menos un código de moral sexual", dice.

Asegura que no se puede ir de Entrevías, "porque me he enamorado de aquella gente, y no te vas del lado de quien quieres", y cuenta que "la gente que viene a hacer algo por los demás al cabo de muy poco tiempo se da cuenta de que son los demás los que están dando sentido a su vida".
"La fe es patrimonio de la humanidad", concluye. Y "la distancia óptima es el abrazo".



Marçal, ¿cómo ha sido tu aproximación al universo de Enrique y de Entrevías?

Fue una aproximación casual. Yo sabía lo que sabíamos todos por los medios: el conflicto de 2007, las misas multitudinarias para evitar el cierre... Sabía de la existencia de Enrique como sabía de la existencia de Javi. Un día, hablando con la editora, pensamos que ahí podía haber una historia. Entonces llamé a Enrique para ver si nos podíamos ver, y el primer día que nos vimos me dijo: "Si vienes a escribir sobre mí, no. Pero si quieres contar lo que ves, lo que hay y lo que hacemos, entonces podemos intentarlo". A partir de ahí empezamos a hablar, y también con toda la gente que tiene alrededor y que hace tantas cosas. En ese momento me di cuenta de que sí que había una historia, y me convencí para publicarla.


¿Qué viste?

En la calle se suele hablar de que hay otra Iglesia. "Los obispos son una cosa, pero hay otra Iglesia", se dice. Es una frase muy establecida, pero muchas de las personas que la pronuncian piensan que esa otra Iglesia sólo está en África, fuera de nuestro país. De lo que yo me di cuenta es de que hay una "microsociedad" muy potente y con ganas de hacer muchas cosas también aquí. Descubrí ampliamente la historia de Enrique, y descubrí todas las cosas que están haciendo para ayudar a la gente desahuciada (pero no de ahora, de siempre), a los chavales de El Gallinero, a la gente que tiene problemas ahora mismo porque la crisis achucha... Una historia, en definitiva, demasiado amplia como para concentrarla en 288 páginas. Pero bueno, el libro salió como un conjunto de pinceladas.


Enrique, cuando tú llegaste a Vallecas ya estaba allí el Padre Llanos. ¿La Iglesia que vosotros habéis intentado construir tiene que ver con la que trató de construir también Llanos?

Cuando yo llegué a Vallecas en el año 72, Llanos estaba en El Pozo. Yo estaba en el Alto del Arenal, y teníamos encuentros de curas de la zona muy a menudo, entre los curas que trabajaban, los curas que estaban metidos en la lucha por las libertades al final del franquismo... Algunos de esos curas estaban afiliados a partidos políticos, también estaban por allí la JOC y la HOAC... Había mucha riqueza en ese sentido. Por eso tuve encuentros con Llanos.
Luego, cuando bajé a Entrevías en el año 81, sí que empecé una relación más directa con Llanos. Nos veíamos permanentemente, comíamos muchas veces juntos... Él prologó mi primer libro, y se acercó al mundo de los chavales porque vivían conmigo, y él quiso trabajar con ellos. Mi relación con Llanos ya fue con el Llanos viejo, que prácticamente ya no tenía actividad concreta en El Pozo.


¿Cuándo llegaste a San Carlos?

Yo había dimitido de la parroquia anterior porque lo de los chavales asustaba. Un cura me llegó a decir que si los chavales seguían viniendo él se iba. Tenían miedo. Así que los dejé tranquilos y me fui a finales del 81. Estuve cuatro meses o así de "cura vago", como se dice. Sin asignación. Hasta que Iniesta me pidió encargarme de la parroquia de San Carlos, y dije que sí.


¿Cuál ha sido el trabajo fundamental en Entrevías a lo largo de estos largos 30 años?

El intento por parte de los curas ha sido el de estar muy cerca de la gente, y que la parroquia estuviera abierta a todos. Al final del franquismo lo entendimos muy bien, porque había determinados grupos que necesitaban zonas de clandestinidad para encontrarse, porque no estaba permitido. Entonces, nuestras parroquias estaban al servicio de eso.


En la presentación del libro hablabas de Vallecas como tu "segundo seminario"

Sí, porque en el primer seminario me formé como sacerdote, pero en Vallecas lo aprendí todo. Pero a todo el mundo le pasa lo mismo: el juez Beltrán, por ejemplo, cuando baja a Vallecas también tiene se segundo seminario, entiende otra manera de ser juez.


En esa época comenzaba el pontificado de Juan Pablo II. ¿Crees que supuso un proceso de involución que dejó a un lado (casi fuera de la legalidad) a la Iglesia que vosotros representáis?

Bueno, yo creo que no nos pudieron apartar nunca, pero es verdad que muchas de las personas que participaban en el asociacionismo ciudadano de Vallecas y otros barrios, que empezó en los años 70, cuando llegó la Transición se marchó a otras áreas, a formar parte de la Administración... Entonces dejaron los barrios desiertos. Lo mismo ocurrió en la Iglesia, porque hubo muchos curas que se marcharon, y de aquella Iglesia con aquella manera de pensar fueron quedando menos grupos, porque ya se empezaron a nombrar obispos y a ordenar curas con otra mentalidad muy distinta.
Juan Pablo II mediáticamente era un hombre encantador, pero fue el que se cargó el Concilio Vaticano II, y a muchos obispos y teólogos, con Ratzinger como brazo derecho, que luego sería su sucesor.


¿Este cambio se reflejó en la dimisión de Tarancón, aceptada sorprendentemente rápido en comparación con otros arzobispo de Madrid, como el actual, que ya lleva dos años de prórroga?

Sí. Fue una marcha atrás. Creo que Juan Pablo II no asumió el Concilio Vaticano II. Y eso se notó en los nombramientos, porque puso a todos los obispos de su misma cuerda. Ya no hay diversidad, al menos en la jerarquía. Antes había mucha más.


Como tanta gente que se fue en esos años, ¿no has tenido alguna vez la tentación de dejarlo?

No. En ese momento los curas, los movimientos sociales y los cristianos de base estábamos muy mediatizados, quizá por la lectura política del Evangelio que hacíamos. Yo tuve la suerte de que me apareció como un estallido el mundo de la marginación y de lo social. El mundo de los excluidos, la droga, los chavales de la calle... Y más tarde, en 2001, las manifestaciones a favor de los inmigrantes ilegales, que se escondieron en nuestras parroquias, el aluvión de la inmigración... Ésa es la riqueza que a mí me ha dado sobre todo Vallecas, y por tanto yo no me puedo ir de allí, porque yo me he enamorado de aquella gente, y no te vas del lado de quien quieres.


Se os ha acusado mucho de hacer "cosas que no se deben hacer en la iglesia", como acoger a inmigrantes indocumentados, que en las misas participen personas de otras confesiones, utilizar el recinto parroquial como un lugar para encerrarse y manifestarse... ¿Qué tiene que ser la iglesia como templo?

Sin duda, un lugar de encuentro. Si no es lugar de encuentro, no sirve para nada. Pero lugar de encuentro en la vida. La parroquia tiene que hacer que toda la gente que necesita la Buena Noticia (el Evangelio) la puedan encontrar a través de la gratuidad, del mundo del acogimiento, que se encuentren a gusto y no se sientan rechazados, sino como en casa. Y para hacer esto hay que quitar todo aquello que estorba. No es que hagamos "cosas que no se pueden hacer en la iglesia", es que si las iglesias no hacen estas cosas (lucha, acogida, cambio, vida...), entonces no tienen nada que ver con el Evangelio de Jesús.


Sin embargo, se os acusó de herejía por utilizar rosquillas para consagrar, por no utilizar las casullas y demás ornamentos, porque la liturgia fuera participativa...

En una asamblea con el obispo auxiliar había unas 200 personas, y hubo alguna que al intervenir le preguntó qué por qué llevaba esos ropajes. ¿Por qué se presenta distinto a nosotros? Si usted es como nosotros.
No es verdad que no hagamos liturgia, hacemos liturgia adaptada a nuestra gente. No es liturgia gregoriana ni en latín, porque eso nuestra gente no lo entiende. Ellos cantan las canciones de la calle, que conocen, y ellos entienden muy bien lo que son el pan y el vino, y que unas madres pueden perfectamente hacer un bizcocho o unas rosquillas y llevarlas allí. La liturgia evangélica es una mesa, la mesa de Jesús, y en torno a esa mesa nos sentamos todos. También los de otras religiones, ¡menos mal! Porque el Evangelio trasciende cualquier religión, y trasciende también a la religión católica. Es la Buena Noticia para todo el mundo. El Papa Francisco ha lavado los pies a una musulmana. Y en aquella asamblea de la hablaba antes, un musulmán le preguntó al obispo: "¿Por qué ustedes, los jefes de las religiones, nos hacen enemigos entre nosotros? Aquí hemos descubierto que no somos enemigos: vivimos en las mismas casas, ellos nos ayudan para buscar trabajo y papeles, nosotros ayudamos en la parroquia...". Si los musulmanes, como los ateos o agnósticos o creyentes de otra religión vienen a nuestra mesa, todos juntaremos las manos y tomaremos el pan y el vino, porque es para todos. Lo que hay que preguntarse es respecto a qué es esto heterodoxo: ¿respecto a una doctrina de la Iglesia que se ha apartado del mundo de los pobres?


¿No es al fin y al cabo la heterodoxia otra forma de hacer las cosas?

Por supuesto. Las grandes herejías fueron las que hizo la Iglesia del poder cuando excomulgaba y condenaba a la hoguera. Todavía ahora, quince siglos después, se están arrepintiendo. La variedad debe estar servida.


¿El Evangelio está en la Iglesia-estructura de hoy?

En la Iglesia vaticana, tal como se presenta, yo diría que no. Porque Jesús dijo no al poder, acabó con la separación entre templo y ser humano. Puso al ser humano por encima de la ley y por encima de la religión. Hizo al hombre "dueño del sábado". Además entró en el templo de Jerusalén y derribó las mesas de los cambistas, encolerizado por el negocio que tenían montado. Por todo eso, pienso que hoy sin duda entraría al Vaticano y diría "esto no".


¿Y cómo se cambia eso?

El Papa puede marcharse de allí.


¿Del palacio?

Del palacio ya se ha ido, y eso es bueno. Pero el día que se vaya de Vaticano me voy a verle a donde sea. Le buscaría por donde fuera, porque en esas circunstancias me encantaría encontrarme con el vicario.


¿Crees que algo así podemos esperarlo de Francisco?

No lo sé todavía. Sin duda está haciendo gestos nuevos. Lo que más me ha gustado es la carta que ha escrito a la Conferencia Episcopal Latinoamericana, CELAM, diciéndoles que vuelvan al espíritu de Aparecida, que es el espíritu de la Teología de la Liberación. Es decir, retomar aquello que querían hacer desaparecer.


¿Piensas que vaya a hacer de verdad una Iglesia "de pobres y para los pobres", como dijo en Roma?

Puede que sea una declaración de intenciones, pero me imagino que lo tiene muy difícil allí. Eso es un búnker.


¿Lo mejor que podría hacer, en principio, es coger la baraja y repartir juego?

Lo que espero que ocurra es que deje actuar. Él utilizó la expresión "unidos en la diversidad", y creo que es justamente a eso a lo que tenemos que volver. Unificar es un grave error. El dogma es un grave error, al menos cosificado como lo hacen. Una moral cerrada es un grave error. En el Evangelio no hay un código de moral, y mucho menos un código de moral sexual. El Evangelio es amar, compartir, acoger... O sea que cuando se habla de cosas que están ahora en el candelero, como el aborto, el condón, etc., Jesús estaría diciendo "acoged a la gente, por Dios. No excomulguéis". La Iglesia debería estar con la persona que sufre, no echarla. ¿Cómo podemos hacer eso?


¿Está preparada la institución eclesiástica para cambiar esa dinámica de negativa y de condena, por una actitud de acogida?

No lo sé. Está todavía reciente lo de la niña nicaragüense excomulgada por abortar tras haber sido violada. A ojos de cualquier ser humano, eso es una bestialidad. Como pienso que es una bestialidad que se presente una acusación particular para condenar al del códice, pidiéndole una barbaridad de años (muchos más que el fiscal). ¿Es que ahora nos estamos planteando nosotros que lo que tenemos que hacer es condenar? Si Jesús a lo que ha venido es al perdón, a la reconciliación, al encuentro entre nosotros. Una Iglesia así se hace muy lejana para mucha gente. No nos sirve.


¿Cuál es la Iglesia que te gustaría ver en el futuro?

Sigo pensando en la Iglesia de abajo. El obispo Óscar Romero, que asesinaron el El Salvador, era un hombre conservador, pero él cambió cuando se acercó a la gente y vio sus problemas y su sufrimiento. Tarancón también era un hombre conservador. Hemos tenido muchas figuras de obispos que, por acercarse a la gente, han cambiado su vida y ha hecho más visible el Evangelio. El obispo es el que te confirma en la fe, pero creo que no podemos esperar de las grandes figuras del poder que vengan a solucionar las papeletas. Tenemos que construir desde abajo y sin miedos. Al superar los miedos (no digo vencerlos), estamos demostrando que tenemos fe. Jesús dijo "¿por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?", refiriéndose a la falta de fe no como ateísmo, sino como cobardía. Y si nosotros nos vamos quitando los miedos, vamos haciendo también más posible que la gente que está arriba se acerque y cambie.


Marçal, ¿qué has aprendido durante el proceso de elaboración de este libro?

Un libro así te marca completamente. El juez Arturo Beltrán lo dice en el texto: "¿Cómo voy a juzgar yo un caso de asesinato en un barrio que no conozco, que no he pisado ninguna vez?". Y al periodista le pasa lo mismo, porque también necesitamos conocer de qué estamos hablando. Un periodista que admiro profundamente suele decir que los periodistas tenemos que ser "objetivos en cuanto al hecho, pero subjetivos en cuanto a la mirada". Eso es lo que he intentado yo, porque en el libro he contado objetivamente los hechos que han pasado, pero a la vez te vas metiendo, vas conociendo, y te sientes cómodo ante el trabajo de esta gente que ha encontrado otra manera de hacer algo por los demás. Cualquier que conociera el trabajo que allí se hace cambiaría. Porque es una manera de trabajar por los demás que se aparta completamente incluso de la manera que tiene la Iglesia. Es la revolución del abrazo, que no deja de ser más que conocer a la otra persona. Allí compartes muchas cosas, incluidas penas y alegrías, y en ese compartir te encuentras con gente muy diversa.


¿Al final lo más importante es la gente?

E- Sí. Creo que lo que Marçal ha descubierto en nuestro barrio es que la distancia óptima es el abrazo. Si yo he tenido una preocupación en estos últimos años de mi vida ha sido la de rescatar la fe para los chavales. Porque la fe se ha metido dentro de las sacristías, dentro de lo sacral, como un elemento religioso. Pero la fe es un elemento humano. El ateo puede tener tanta fe o más que yo: fe en el ser humano, fe en la vida, fe en la lucha, fe en la utopía... Esto es lo que hemos ido descubriendo entre todos: que la fe es patrimonio de la humanidad. También tenemos que tener claro cómo son las cosas: yo agradezco, por ejemplo, que los chavales me hayan aceptado en su círculo, porque sé que no les he traído yo al mío. Yo soy el que viene de fuera a sus vidas, a implicarme con ellos. Así es como te vas haciendo incondicional, ellos se van haciendo incondicionales contigo, ellos adquieren seguridad y tú también la adquieres con ellos (porque la realidad es que te protegen), cambian ellos y cambiamos nosotros, sacas la riqueza que tienen, participamos en la pelea de las madres... La gente que se acerca y que viene a hacer algo por los demás al cabo de muy poco tiempo cambia el chip y se pregunta qué venía a hacer por lo demás, cuando son los demás los que están dando sentido a su vida. Ese descubrimiento es lo que hace que se cree una microsociedad en la que todos somos parte de lo mismo.


domingo, 7 de julio de 2013

ASGHAR ALI ENGINEER, TEOLOGÍA ISLÁMICA DE LA LIBERACIÓN

Promovió el diálogo interreligioso e interpretó el Corán como un mensaje de emancipación

Juan José Tamayo, en 'El País'

Con la muerte de Asghar Ali Engineer el islam pierde a uno de sus mejores intelectuales y a uno de los más cualificados teólogos musulmanes de la liberación. Nació en 1939 en Salumbar, Estado de Rajastán (India), en el seno de una familia chií ismaelí, de la corriente bohra. Su padre, clérigo y teólogo de esta tendencia musulmana, le enseñó la lengua árabe y las ciencias islámicas. Engineer se graduó en ingeniería civil, profesión que ejerció en la Corporación Municipal de Mumbai y que durante un tiempo compaginó con sus actividades religiosas. Fundó la Asociación Redes de Acción Musulmana-Asiática, organización internacional que promueve los derechos humanos y la comprensión y la armonía entre las religiones del mundo asiático. Creó el Instituto de Estudios Islámicos, que promueve la paz y la no-violencia, y el Centro para el Estudio de la Sociedad y la Secularización (CSSS) y lideró el movimiento Dawoodi Bohra Progresista, cuyo objetivo es la recuperación de la matriz revolucionaria y liberadora del chiísmo ismaelí. Su activismo social, compromiso ético y trabajo intelectual fueron reconocidos con varios doctorados honoris causa y numerosos premios nacionales e internacionales. Entre estos últimos está el Premio Nobel Alternativo en 2004 en Estocolmo “por promover durante muchos años en el sur de Asia los valores de la convivencia entre religiones y comunidades, la tolerancia y el entendimiento mutuo”.

El teólogo indio ismaelí, fallecido a mediados de mayo a los 74 años, tiene una concepción racional del islam, que estudia desde una perspectiva laica y democrática. Si algo enfatiza el Corán, afirma, es la lucha contra la ignorancia, que afectaba a la mayoría de la población, y la necesidad del conocimiento, que implica el desarrollo de la creatividad y la imaginación. “El aprendizaje y la búsqueda del conocimiento se convirtieron en la quilla de la cultura islámica”, asevera Engineer, quien lo demuestra con numerosos ejemplos: liberación de no pocas supersticiones; recuperación y difusión de los saberes indios, persas y griegos; observación científica de los fenómenos del universo; desarrollo de la filosofía y de la ciencia; surgimiento de una civilización basada en la espiritualidad, la filosofía y las ciencias físicas, etcétera.

Engineer remite los elementos liberadores del islam al profeta Mahoma, a quien llama “el Libertador”, ya que liberó a la sociedad árabe de las situaciones estructurales de opresión e injusticia, de la ignorancia y la superstición, de la esclavitud y la marginación. La teología islámica de la liberación se basa en la centralidad de la justicia, la opción por los marginados, la lucha contra la pobreza, la denuncia de la acumulación, en la compasión y la benevolencia.

Cree que el Corán proporciona a las mujeres una carta de derechos de la que nunca disfrutaron. Podían casarse o divorciarse libremente, sin atender a presiones familiares, sociales o ambientales, y disponer de la custodia de sus hijos. Podían heredar y tener propiedades. ¿Y la poligamia? ¿No rompe esa tradición igualitaria? El Corán no aprueba ni la poligamia por placer ni los grandes harenes. Solo la acepta por razones de justicia. En caso contrario, lo que recomienda, más bien, es la monogamia.

El Corán es un mensaje liberador para la humanidad. El problema, observa Engineer, es que creyentes y dirigentes religiosos musulmanes a lo largo de la historia se desviaron de ese camino e hicieron alianzas con los opresores. Es necesario, por tanto, revertir la historia, recuperar los valores primigenios y vivirlos en la sociedad actual.

La Universidad Carlos III de Madrid, en colaboración con la Junta Islámica de España, ha publicado recientemente el primer libro de Asghar Ali Engineer en castellano: Teología islámica de la liberación (Adg-n Libros, Valencia). A él remito para un mejor conocimiento de este gran teólogo y activista social.



miércoles, 3 de julio de 2013

EL DERECHO A LA VIDA DIGNA: POR UNA RENTA BÁSICA

Agustín Moreno, en Cuarto Poder


Fue en San Carlos Borromeo (Vallecas. Madrid), donde resiste uno de los focos que quedan en España de la iglesia de los pobres y de la teología de la liberación. El 1 de julio se reunieron allí unas 50 personas representando a más de una veintena de colectivos y entidades. Estaban convocados por el Campamento Dignidad de Extremadura y por el Frente Cívico Somos Mayoría. Pero detrás hay una larga trayectoria de propuestas e intentonas y también luchas recientes como los “campamentos por la dignidad” citados, marchas de parados, interinos e iniciativas por la renta básica en Andalucía, Murcia, Cataluña… huelgas de hambre por la Justicia en Huesca, etc.

Partían del artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.”

Y analizaron la realidad: la situación social en España está adoptando características de catástrofe: Paro, precariedad, empobrecimiento, desahucios… Una pobreza de tal calibre que sitúa a un 22% de la población por debajo del umbral que se toma como referencia y que puede ser absoluto (cuando no se tiene para comer) o relativo por tener ingresos  inferiores de la mitad del ingreso medio del país.
En España el Estado de Bienestar es muy escaso, ya que siempre hemos gastado en protección social unos 10 puntos menos que la media de la UE-15. Ello hace que haya dos millones de personas paradas que no reciban prestaciones, que las pensiones sean bajas y que las ayudas a la dependencia han sido reducidas drásticamente. Cuando se empiezan a dar casos de familias que no pueden alimentar a sus hijos y tienen que entregarlos a los servicios sociales, se encienden todas las luces rojas y atravesamos la raya del tercer mundo; recuerda el abandono de bebés en los tornos de los conventos de monjas de hace siglos.
Tal y como ha denunciado la confederación de padres de alumnos (CEAPA) y otras ONGs al relator especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, hay una “situación alarmante y urgente” de “miles de niños”. Problemas de desnutrición infantil acentuado por el recorte entre un 30-50% de becas de comedor. Y malnutrición de personas mayores, especialmente de mayores de 80 años, que viven solas y con pensiones de miseria. ¿Es esto compatible con el robo, saqueo y despilfarro de una pequeña élite?

Cada vez hay más trabajadores y personas de la clase media empobrecidas, que hace uno o dos años no podían ni imaginar su situación actual. Más mendigos, dramas individuales, familiares y, por extensión, un gran problema social. Es decir, no se cumplen los derechos humanos. El colchón de las ayudas familiares y la beneficencia mitiga algo la galopante miseria, pero no es la solución. La pregunta que hay que hacerse es ¿durante cuánto tiempo se puede mantener?

Frente a esta situación de catástrofe, los reunidos acuerdan poner en marcha un movimiento social contra el paro y la precariedad, organizar y movilizar a los de abajo, al colectivo más vulnerable y abandonado en estos momentos. Defienden una Renta Básica Ciudadana, que definirán en su propuesta de Iniciativa Legislativa Popular (ILP). Muchos otros lo vienen haciendo en España y fuera de aquí, como Guy Standing, autor de The Precariat. The New Dangerous Class, que defiende la Renta Básica como un salario mensual de carácter individual, modesto e incondicional, porque ninguna sociedad puede funcionar bien si una creciente proporción de sus miembros se encuentra en la pobreza y tiene inseguridad económica (…) tenemos que ver la Renta Básica como parte de una estrategia redistributiva en la que damos un papel importante a las nuevas formas de representación colectiva”
Quieren impulsar una ILP e invitan a participar a todos los movimientos, mareas, sindicatos, fuerzas políticas progresistas, para que no falte nadie. Lo que se plantea en la ILP no es una limosna, es exigir un derecho del ciudadano, algo  que le pertenece como ser humano. Esto va en línea con lo que se está haciendo en la Iniciativa Ciudadana Europea por una Renta Básica Universal e incondicional, en pleno proceso de recogida de firmas para llegar al millón antes de enero de 2014, a fin de que el tema sea abordado en el Parlamento y  la Comisión Europea. Se puede firmar por Internet.

Dice el profesor Daniel Raventós, “cualquier medida que favorezca a la población más débil se considera ir contra corriente, porque parece que se asume que lo único que tiene sentido económico es quitar derechos de la población más perjudicada, la inmensa mayoría, y que los más ricos se queden igual o, incluso, ganen dinero”. Por ello, la iniciativa tiene calado y removerá muchas cosas. Porque además de defender un derecho humano fundamental como el derecho a vivir, cuestiona las políticas neoliberales de empobrecimiento de la población y de abandono a su suerte de los perdedores por la crisis y plantea el reparto de la riqueza. Deja al descubierto la obscenidad de la corrupción que permite que se enriquezcan políticos y empresarios de manera casi impune, y los fabulosos gastos militares y del rescate a la banca, mientras crece una miseria asfixiante y no se rescata a las personas. Pone en evidencia que se priorice la reforma constitucional del PSOE-PP, a través del nuevo artículo 135, que obliga a pagar la deuda aunque la gente no coma. Si la ley va contra la vida, para asegurar el derecho a vivir dignamente de las personas se tendrán que cambiar las leyes. Para ello hace falta un debate público y una movilización popular.


martes, 2 de julio de 2013

UN MUNDO DE OBESOS Y FAMÉLICOS

Esther Vivas, en la revista digital ‘Ets el que menges’.

Hoy, mientras millones de personas en el mundo no tienen qué comer, otros comen demasiado y mal. La obesidad y el hambre son dos caras de una misma moneda. La de un sistema alimentario que no funciona y que condena a millones de personas a la malnutrición. Vivimos, en definitiva, en un mundo de obesos y famélicos.

Las cifras lo dejan claro: 870 millones de personas en el planeta pasan hambre, mientras 500 millones tienen problemas de obesidad, según indica el informe El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2013, publicado recientemente por la FAO ( la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), y que este año analiza la lacra de la malnutrición. Una problemática que no sólo afecta a los países del Sur, sino que aquí cada vez nos resulta más cercana.

El hambre severa y la obesidad son sólo la punta del iceberg. Como añade la FAO, dos mil millones de personas en el mundo padecen deficiencias de micronutrientes (hierro, vitamina A, yodo…), el 26% de los niños tienen, en consecuencia, retraso en el crecimiento y 1.400 millones viven con sobrepeso. El problema de la alimentación no consiste sólo en si podemos comer o no, sino en qué ingerimos, de qué calidad, procedencia, cómo ha sido elaborado. No se trata sólo de comer sino de comer bien.

Aquellos que cuentan con menos recursos económicos son los que tienen más dificultades para acceder a una alimentación sana y saludable, ya sea porque no se la pueden permitir o porque no se valora. En Estados Unidos, por ejemplo, la obesidad afecta principalmente a la población afroamericana (36% del total) y la latina (29%), según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos. La posición de clase determina, en buena medida, qué comemos.

La crisis económica no ha hecho sino empeorar esta situación. Cada vez más personas son empujadas a comprar productos baratos y menos nutritivos, según se desprende del informe ‘Generación XXL’ (2012), de la compañía de investigación IPSOS. Como estos indican, en Gran Bretaña, por poner un caso, la crisis ha hecho que las ventas de carne de cordero, verduras y fruta fresca hayan disminuido considerablemente, mientras que el consumo de productos envasados, como galletas y pizzas, haya aumentado en los últimos cinco años. Una tendencia generalizable a otros países de la Unión Europea.

Millones de personas sufren hoy las consecuencias de este modelo de alimentación “fast food”, que acaba con nuestra salud. Las enfermedades vinculadas a lo que comemos no han hecho sino aumentar en los últimos tiempos: diabetes, alergias, colesterol, hiperactividad infantil, etc. Y esto tiene consecuencias económicas directas. Según la FAO, la estimación global del coste económico del sobrepeso y la obesidad fue, en 2010, aproximadamente de 1,4 billones de dólares.

Pero, ¿quién sale ganando con este modelo? La industria agroalimentaria y la gran distribución, los supermercados, son los principales beneficiarios. Alimentos kilométricos (que vienen de la otra punta del mundo), cultivados con altas dosis de pesticidas y fitosanitarios, en condiciones laborales precarias, prescindiendo del campesinado, con poco valor nutritivo… son algunos de los elementos que lo caracterizan. En definitiva, un sistema que antepone los intereses particulares del agribusiness a las necesidades alimentarias de las personas.

Como afirma Raj Patel en su obra ‘Obesos y famélicos’ (Los libros del lince, 2008): “El hambre y el sobrepeso globales son síntomas de un mismo problema. (…) Los obesos y los famélicos están vinculados entre si por las cadenas de producción que llevan los alimentos del campo hasta nuestra mesa “. Y añado: para comer bien, para que todos podamos comer bien, hay que romper con el monopolio de estas multinacionales en la producción, la distribución y el consumo de alimentos. Porque por encima del afán de lucro, prevalezcan los derechos de la gente.