viernes, 31 de agosto de 2012

ME DUELE LA IGLESIA

Alfonso Llano Escobar, s.j.

Iglesia querida: no te pongas de espaldas al mundo, no pierdas la dimensión humana que Dios asumió al encarnarse en Jesús: sé humana, sé sencilla, sé aterrizada en tus mensajes de fe.

Sí, me duele la Iglesia y, porque la amo, me duelen más tantas debilidades de la Iglesia oficial: el Papa, el Vaticano, Roma.

No la ataco. ¡Dios me libre! La quiero, como a madre, la deseo santa, abierta al mundo, humana, con sentido común, no cerrada sobre sí misma, de espaldas a la realidad. Tantos amigos me piden te diga lo que ellos piensan, con el deseo firme y sincero de volver a ella. Pero, que aterrice, que no se calle, que se actualice, que oiga el clamor de sus hijos, deseosos de ver en ella la presencia del Dios humano, que tanta falta les hace. Trataré de presentar algunas de las confidencias que me hacen a diario, y me piden que te musite unas cuantas inquietudes a ver si encuentran solución, y ven una Iglesia renovada, abierta, con los ojos puestos en el cielo pero con los pies bien asentados en la tierra.

¿Por qué te opones, querida Iglesia, a los científicos, desde Copérnico hasta Hawking, pasando por Da Vinci, por Darwin, Hubble y Teilhard? ¿Por qué no dejar que los sabios piensen, avancen y nos ofrezcan un mundo más científico, puesto al servicio del hombre? ¿Por qué excomulgas, sabiendo que con cada excomunión te ganas un enemigo mortal? La excomunión de Miguel Cerulario (siglo XI) dio origen a la Iglesia Ortodoxa. Con la excomunión de Lutero (siglo XVI) nació el Protestantismo. La excomunión de los masones engendró una Masonería enemiga de tu misión apostólica. La excomunión del Modernismo dio origen a todo el espíritu anticlerical del siglo XX. La excomunión del Liberalismo dio origen a un liberalismo radical, y así por el estilo.

SACERDOTES ORTODOXOS COMPATIBLES CON LOS APOSTOLES:

Iglesia querida, ¿por qué no oyes el clamor de miles de sacerdotes, que ven a colegas suyos, como los luteranos, los anglicanos, los ortodoxos, que encuentran compatible, como los Apóstoles, su sacerdocio con el vínculo matrimonial, clamor ante el Papa para que les quite el yugo del celibato obligatorio, incompatible, en muchos casos, con el amor y con los justos afectos del corazón?

¿Por qué no oyes, santa Iglesia, el clamor de tantos fracasados en su primer matrimonio, muchos sin culpa propia, que, al iniciar un segundo matrimonio, se ven obligados a llevar un catolicismo de 'segundo orden', sin poder comulgar ni practicar una vida cristiana normal, que no comprenden, ante el hecho de que muchos sacerdotes que dejan su sacerdocio pueden recuperar una vida normal de creyentes de 'primer orden'? ¿Por qué, Señor, estas diferencias, por qué?

¿Por qué elevas a los altares a tantos hombres y mujeres que no significan una invitación a llevar una vida ejemplar, en vez de elevar, como modelos de santidad moderna, a hombres de ciencia y probada virtud como Teilhard de Chardin, Juan Sebastián Bach, así haya pertenecido a la Iglesia luterana; Elizabeth Kübler Rosse, la Madre Teresa de Calcuta y tantos otros, que dejaron una estela de ciencia, virtud y servicialidad?

No entiendo por qué tus clérigos usan tantos títulos ceremoniosos, como Monseñor, Su Reverencia, Su Excelencia, Su Eminencia, Su Santidad. ¿Dónde queda la humildad de tu Maestro, que abrió senderos de sencillez y fraternidad? Santa Iglesia: ¿por qué no derribas los muros del Vaticano y te abres al mundo libre y actual, como la Alemania oriental, para entablar un diálogo permanente y sincero con él, un diálogo con los pobres de Italia y del mundo, con los recaudadores de impuestos y prostitutas, con los niños y los ancianos de hoy?

Iglesia querida: no te pongas de espaldas al mundo, no pierdas la dimensión humana que Dios asumió al encarnarse en Jesús: sé humana, sé sencilla, sé aterrizada en tus documentos y mensajes de fe: deja ese estilo esotérico y señorial que te aleja de nosotros y te hace distante e incomprensible. Marcha, codo a codo, con nosotros, danos tus mensajes de verdad y de amor, pero escucha, también, nuestras quejas, que salen sinceras del fondo del corazón.



jueves, 30 de agosto de 2012

LA REBELIÓN DE LOS LÍMITES, LA CRISIS DE LA DEUDA Y EL VACIAMIENTO E LA DEMOCRACIA

Os adjunto la selección de unos párrafos de Hinkelamert sobre la Globalización y la dignidad humana. Los he sacado de un artículo largo y denso, muy interesante, que podeis ver en www.atrio.org 29.08.12 "El criminal negocio de la crisis de la deuda". Allí podeis ver un explosivo comentario mío y los comentarios de otros contertulios, que suelen ser interesantes. (Gonzalo Haya)

Vivimos en una economía que depende del crecimiento, pero cada vez se hace más obvio que el crecimiento está llegando a sus límites.

Las amenazas globales 

Estamos enfrentados a tres grandes amenazas globales concretas: la exclusión de la población, la subversión de las relaciones sociales y la amenaza a la naturaleza. Sin embargo, la mayor amenaza es otra: es la inflexibilidad absoluta de la estrategia de globalización. Es, de hecho, la verdadera amenaza. Lo es porque esta amenaza hace imposible enfrentar las otras amenazas mencionadas.

Se trata de una estrategia que de ninguna manera es un producto necesario de un mundo hecho global. En realidad, la estrategia de globalización es completamente incompatible con el hecho de que el mundo ha llegado a ser un mundo global. Ese es el verdadero problema. La estrategia de globalización destruye un mundo hecho global y es incompatible con la existencia de este mundo.

El mercado no es un sistema autorregulado. Las tal llamadas fuerzas de autorregulación del mercado no existen. Lo que hay es una determinada autorregulación de mercados particulares, no del mercado en su conjunto. El mercado como conjunto no tiene la más mínima tendencia al equilibrio, sino tiende siempre de nuevo y sistemáticamente a desequilibrios. El mercado es pura voluntad del poder.

Las mencionadas amenazas globales concretas son desequilibrios del mercado. A favor de ciertos equilibrios financieros estas amenazas globales son sistemáticamente aumentadas.

La política del crecimiento económico muestra todavía otro lado: cuanto más se insiste en una ciega política de crecimiento, tanto más son aumentadas las amenazas globales y, como consecuencia, se sacrifica cualquier política que intenta enfrentarlas. Esa es la lógica de la estrategia de globalización.

La estrategia de globalización se presenta a sí misma como política de crecimiento, pero no es simplemente eso.

Hay que recordar solamente las características de esta estrategia para mostrar lo que es. Es la comercialización de todas las relaciones sociales, es la privatización como política, que obedece solamente a principios sin consideración mayor de la propia realidad.....

Dignidad humana 

Sin embargo, a la vez presentan sus intereses, pero los presentan desde un punto de vista: de la dignidad humana. Eso está también en el fondo de los movimientos democráticos árabes. Seres humanos protestan y se rebelan porque son violados en su dignidad humana. Y quieren otra democracia porque la violación de su dignidad humana es un producto de la propia lógica de la democracia vaciada. Estas democracias occidentales solamente pueden reírse al escuchar las palabras dignidad humana. Nada de eso existe, ese es el núcleo de esta nuestra democracia vaciada. El lugar de la dignidad humana lo ha ocupado la consideración del ser humano como capital humano, porque se cree que eso es “realista”. Sin embargo, nos hace comprender de qué manera el Occidente vació muy democráticamente la dignidad humana y la hizo desaparecer. Se trata de la transformación del ser humano en capital humano y su total subordinación bajo el cálculo de utilidad. Ciertamente, capital humano no tiene dignidad humana, es máximo nihilismo.

De eso se trata la rebelión en nombre de la dignidad humana. Y no solamente de la dignidad humana, también de la dignidad de la naturaleza. Los seres humanos no son capital humano y la naturaleza no es capital natural. Hay algo como la dignidad. Las democracias occidentales han olvidado eso desde mucho tiempo. Sin embargo, se trata de la recuperación de la dignidad humana: el tratamiento digno del ser humano, del otro ser humano, de sí mismo y de la naturaleza también.

Los indignados no hablan en nombre de intereses y de la utilidad por realizar. Hablan en nombre de su dignidad humana encima de la cual no puede haber ningún cálculo de utilidad. Seguramente, comer da utilidad. Pero no tener comida no es una baja de utilidad, sino una violación de la dignidad humana. Eso no puede cambiar ningún cálculo de la utilidad. Sin embargo, nuestra sociedad es tan deshumanizada, que este horizonte de dignidad humana casi ha desaparecido con el resultado de que casi todos se interpretan o se dejan interpretar como capital humano. Lo que tenemos que hacer con la persona humana, eso nos lo indica el mercado. Y el mercado dice lo que dicen nuestros banqueros. Y los políticos dicen lo que antes han dicho los banqueros. Por eso, si el mercado lo indica como útil, en cualquier momento puede empezar el genocidio. El mercado entonces se transforma en lo que Stiglitz llamó las armas financieras de destrucción masiva, que hoy hacen su trabajo en Grecia y en España.

El poder económico deja morir, el poder político ejecuta. Ambos matan, aunque con medios diferentes. Por eso el poder político tiene que justificar el matar mientras el poder económico tiene que justificar por qué deja morir y no interviene en el genocidio dictado por el mercado. La que sea la justificación, ambos son asesinos. Ninguna de estas justificaciones es más que la simple ideología de obsesionados.


miércoles, 29 de agosto de 2012

EL SALVADOR: ASESINADOS A SANGRE FRÍA A ORILLAS DEL RÍO EN EL CALABOZO




Tres décadas después, los sobrevivientes vuelven al lugar donde tuvo lugar la masacre de El Calabozo en 1982.

Esther Major, investigadora de Amnistía Internacional sobre El Salvador
Mar, 21/08/2012


El año 1982 fue un año peligroso en El Salvador.

La guerra civil había empezado dos años antes, y en las zonas controladas por los rebeldes, el ejército nacional consideraba a todos —campesinos, bebés, mujeres y ancianos— objetivos militares legítimos.

En 1982 las fuerzas armadas ya habían cometido una serie de masacres en todo el país.

En agosto de ese año, las fuerzas armadas salvadoreñas lanzaron una importante ofensiva en la región septentrional de San Vicente, una zona que los militares consideraban un baluarte de la guerrilla. A medida que se difundía la noticia de la ofensiva, las comunidades de San Vicente empezaron a huir al temer por sus vidas. Muchos de quienes se quedaron para cuidar las tierras eran ancianos, mujeres y niños de corta edad.

Se habían quedado creyendo que en casa estarían a salvo.

Nadie podía imaginar lo que estaba a punto de ocurrir.

Operación “tierra arrasada”

Tras varios días y noches de bombardeos, los lugareños oyeron rumores de que los militares habían enviado tropas terrestres para terminar el trabajo. Miles de quienes aún permanecían en la zona huyeron de sus hogares, llevando a sus hijos y la poca comida que pudieron tomar, mientras la oleada de destrucción avanzaba.

“El operativo lo eligieron la fuerza armada como tierra arrasada. Porque ellos querían terminar con todo, con personas y animales; en realidad aquí las vacas que miraban, las mataron. Los caballos, los perros, gatos, gallinas; los dejaron sin nada. Los incendiaron las casas, todo lo quemaron”, recordaba Felicita, una de las sobrevivientes, cuando habló con una investigadora de Amnistía Internacional este año.

Avanzando con dificultad a través de la densa maleza, en medio de una fuerte tormenta, en fila india y llevando a cuestas a quienes no podían caminar, las familias trataban de escapar del ataque de unas fuerzas armadas profesionales, bien entrenadas y equipadas.

La noche del 21 de agosto, un grupo integrado por varios centenares de hombres, mujeres y niños consiguió llegar por fin a orillas del río Amatitán, que iba muy crecido, al lugar conocido como El Calabozo. Planearon reanudar la marcha por la mañana, cuando los niños hubieran podido descansar.

Sin embargo, al amanecer se encontraron con que había llegado el ejército.

"Ya estaban los soldados tanto arriba como abajo al alrededor, ya los tenían cerca ya, entonces ya no se podrían mover la gente, entonces que se fueron acercando. Ellos no les dieron temor de que los iban a matar, sino les dijeron que les iban a reunir y que hicieran una columna [...] ellos les gritaban que ellos no les fueran a matar por los niños pues. Pero [...] el jefe de mando dio la orden de que tenían que fusilarlos y entonces allí fueron los lamentos de la pobre gente", declaró Felicita, que había conseguido esconderse entre los matorrales con uno de sus hijos a cierta distancia.

Sobrevivir al horror

Es difícil confirmar el número de personas que murieron ese día. Según informes, los soldados, pertenecientes al Batallón Atlacatl, entrenado por Estados Unidos, arrojaron ácido sobre algunos de los cuerpos y el río se llevó muchos de los cadáveres.

Pero los sobrevivientes y familiares han confeccionado una lista de más de 200 personas desaparecidas, desde bebés que aún no habían dado sus primeros pasos hasta abuelos de avanzada edad.

Treinta años después, la pérdida de su familia sigue atormentando a Jesús.

Entre las personas asesinadas a sangre fría a orillas del río Amatitán estaban su madre, su padre, su hermano y su hijo de cuatro años.

“De noche yo no sentía que lloraba pero dicen que yo sí lloraba. Yo no sentía que lloraba. Me costó años, años para que se me pasara un poco. Porque andaba por el camino llorando, iba comer a llorar, iba a cenar a llorar, todos los tiempos de la comida, llorando…”, dijo.

Los sobrevivientes y quienes habían huido tardaron casi 10 años en regresar a sus pueblos. En 1992, algunos de ellos iniciaron un expediente judicial ante las autoridades, pidiendo que se investigaran los crímenes y que los responsables rindieran cuentas de sus actos ante la justicia.

El expediente se cerró en 1993, a pesar de las pruebas y del hecho de que la Comisión de la Verdad de la ONU, establecida tras finalizar el conflicto, también había documentado la masacre.

Desde entonces, sobrevivientes, familiares y las ONG que los acompañan vienen luchando para que el caso sea juzgado. Cada vez que se ha reabierto se ha encontrado con un nuevo obstáculo legal. La última vez que se reabrió fue en 2006, pero 30 años después de que se cometiera la masacre aún no ha llegado a juicio.

Treinta años sin respuestas

En El Salvador, el pasado sigue estando muy presente. Las personas acusadas de estar implicadas en masacres como la de El Calabozo aún ocupan cargos influyentes, y los casos se paralizan durante decenios en un sistema judicial que ha defraudado reiteradas veces a las víctimas.

Casi ninguna de las personas que ordenaron y cometieron homicidios, torturas y violencia sexual durante el conflicto, en el que se calcula que murieron 75.000 personas, ha tenido que responder nunca de sus crímenes.

“Los y las sobrevivientes y familiares de las personas asesinadas en El Calabozo reviven el dolor de ese día una y otra vez, como si hubiera ocurrido ayer”, afirmó Esther Major, investigadora de Amnistía Internacional sobre El Salvador, que se entrevistó con los familiares este año.

“Las autoridades salvadoreñas han agravado su dolor y su trauma al no hacer comparecer ante la justicia a ninguna de las personas que ordenaron o cometieron la masacre. Treinta años después, ya es hora de poner fin a esta farsa proporcionando finalmente una reparación a sobrevivientes y familiares, y enjuiciando a los responsables de este terrible crimen.”

Los sobrevivientes y familiares de El Calabozo no pueden permitirse esperar más. “Ya en varios de los casos han muerto algunas de las personas, debido a la edad —dice su abogada, Claudia Interiano— […] pareciera que se está esperando ya, que mueran las y los sobrevivientes de las masacres, las y los sobrevivientes de hechos tan aterradores [...] para que se extermine el problema.”

Carolina Constanza, directora del Centro para la Promoción de los Derechos Humanos Madeleine Lagadec, que acompaña a los sobrevivientes, declaró: “En el caso de El Calabozo, los familiares, las comunidades donde ocurrieron los hechos, están clamando justicia y verdad, y nosotros que los acompañamos pedimos que el Estado reconozca la verdad y busque las medidas de reparar a las victimas.”

En lo que se consideró como una medida positiva, el gobierno de El Salvador reconoció por fin, recientemente, la responsabilidad del Estado en otra masacre —en la que los soldados mataron a más de 750 personas en El Mozote, en 1981— e inició un programa de reparaciones para esa comunidad.

Pero hasta la fecha no ha habido ni siquiera un reconocimiento oficial de la masacre de El Calabozo y de la devastación que produjo.

Hoy, sobrevivientes y familiares como Jesús y Felicita se reúnen junto al río Amatitán para conmemorar otro año de denegación de justicia, y están más resueltos que nunca a hacer que las personas que ordenaron y cometieron la masacre de sus familiares y amigos rindan cuentas de sus actos. Es hora de poner fin a 30 años de injusticia y de que las autoridades salvadoreñas respondan a sus peticiones de verdad, justicia y reparación.



martes, 28 de agosto de 2012

¿CUÁNTAS COSAS SON NECESARIAS PARA SER FELIZ?

Frei Beto

Al viajar por el Oriente, mantuve contacto con los monjes del Tibet, en Mongolia, Japón y China.
Eran hombres serenos, solícitos, reflexivos y en paz con sus mantos de color azafrán.

El otro día, observaba el movimiento del aeropuerto de San Pablo: la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo que debían.
Seguramente, ya habían desayunado en sus casas, pero como la compañía aérea ofrecía otro café,
todos comían vorazmente.
Aquello me hizo reflexionar: "¿Cuál de los dos modelos produce felicidad?".


Me encontré con Daniela, de 10 años, en el ascensor, a las 9 de la mañana, y le pregunté: "¿No fuiste a la escuela?" Ella respondió: "No, voy por la tarde."
Comenté: "Qué bien, entonces por la mañana puedes jugar, dormir hasta más tarde."
"No", respondió ella, "tengo tantas cosas por la mañana..."
"¿Qué cosas?", le pregunté.
"Clases de inglés, de baile, de pintura, de natación", y comenzó a detallar su agenda de muchachita robotizada.

Me quedé pensando: "Qué pena, que Daniela no dijo: "¡Tengo clases de meditación!"
Estamos formando súper-hombres y súper-mujeres, totalmente equipados, pero emocionalmente infantiles.


Una ciudad progresista del interior de San Pablo tenía, en 1960, seis librerías y un gimnasio; hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías!


No tengo nada contra el mejoramiento del cuerpo, pero me preocupa la desproporción en relación al mejoramiento del espíritu.
Pienso que moriremos esbeltos: "¿Cómo estaba el difunto?". "Oh, una maravilla, no tenía nada de celulitis!"


Pero cómo queda la cuestión de lo subjetivo? De lo espiritual? Del amor ?


Hoy, la palabra es "virtualidad". Todo es virtual.

Encerrado en su habitación, en Brasilia, un hombre puede tener una amiga íntima en Tokio, sin ninguna preocupación por conocer a su vecino de al lado!

Todo es virtual. Somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtuales. Y somos también éticamente virtuales...


La palabra hoy es "entretenimiento"; el domingo, entonces, es el día nacional de la imbecilidad colectiva.

Imbécil el conductor, imbécil quien va y se sienta en la platea, imbécil quien pierde la tarde delante de la pantalla.


Como la publicidad no logra vender felicidad, genera la ilusión de que la felicidad es el resultado de una suma de placeres:

"Si toma esta gaseosa, si usa estas zapatillas, si luce esta camisa, si compra este auto, ¡ usted será feliz !"


El problema es que, en general, no se llega a ser feliz!
Quienes ceden, desarrollan de tal forma el deseo, que terminan necesitando un analista.
O medicamentos.

Quienes resisten, aumentan su neurosis.


El gran desafío es comenzar a ver cuán bueno es ser libre de todo ese condicionamiento globalizante, neoliberal, consumista.

Así, se puede vivir mejor : Para TENER una buena SALUD MENTAL son indispensables tres requisitos:
Amistades, Autoestima y Ausencia de estrés.
Hay una lógica religiosa en el consumismo post-moderno.


En la Edad Media, las ciudades adquirían status construyendo una catedral; hoy, en Brasil, se construyen shopping-center.

Es curioso, la mayoría de los shopping-center tienen líneas arquitectónicas de catedrales estilizadas ; a ellos no se puede ir de cualquier modo, es necesario vestir ropa de misa de domingo.
Y allí dentro se siente una sensación paradisíaca: no hay mendigos, ni chicos de la calle, ni suciedad...
Se entra en esos claustros al son gregoriano post-moderno, aquella musiquinha de esperar dentista.
Se observan varios nichos, todas esas capillas con venerables objetos de consumo, acolitados por bellas sacerdotisas.
Quienes pueden comprar al contado, se sienten en el reino de los cielos.
Si debe pagar con cheque post-datado, o a crédito se siente en el purgatorio.
Pero si no puede comprar, ciertamente se va a sentir en el infierno...
Felizmente, terminan todos en una eucaristía post-moderna, hermanados en una misma mesa, con el mismo jugo y la misma hamburguesa de Mac Donald...
Acostumbro a decirles a los empleados que se me acercan en las puertas de los negocios: "Sólo estoy haciendo un paseo socrático". Delante de sus miradas espantadas, explico: "Sócrates, filósofo griego, también gustaba de descansar su cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando vendedores como ustedes lo asediaban, les respondía: ..."Sólo estoy observando cuántas cosas existen que no preciso para ser Feliz"!