jueves, 29 de diciembre de 2011

HOY

José Antonio Pagola

Lucas concluye su relato del nacimiento de Jesús indicando a los lectores que «María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón». No conserva lo sucedido como un recuerdo del pasado, sino como una experiencia que actualizará y revivirá a lo largo de su vida.

No es una observación gratuita. María es modelo de fe. Según este evangelista, creer en Jesús Salvador no es recordar acontecimientos de otros tiempos, sino experimentar hoy su fuerza salvadora, capaz de hacer más humana nuestra vida.

Por eso, Lucas utiliza un recurso literario muy original. Jesús no pertenece al pasado. Intencionadamente va repitiendo que la salvación de Jesús resucitado se nos está ofreciendo "HOY", ahora mismo, siempre que nos encontramos con él. Veamos algunos ejemplos.

Así se nos anuncia el nacimiento de Jesús: "Os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador". Hoy puede nacer Jesús para nosotros. Hoy puede entrar en nuestra vida y cambiarla para siempre. Con él podemos nacer a una existencia nueva.

En una aldea de Galilea traen ante Jesús a un paralítico. Jesús se conmueve al verlo bloqueado por su pecado y lo sana ofreciéndole el perdón: "Tus pecados quedan perdonados". La gente reacciona alabando a Dios: "Hoy hemos visto cosas admirables". También nosotros podemos experimentar hoy el perdón, la paz de Dios y la alegría interior si nos dejamos sanar por Jesús.

En la ciudad de Jericó, Jesús se aloja en casa de Zaqueo, rico y poderoso recaudador de impuestos. El encuentro con Jesús lo transforma: devolverá lo robado a tanta gente y compartirá sus bienes con los pobres. Jesús le dice: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa". Si dejamos entrar a Jesús en nuestra vida, hoy mismo podemos empezar una vida más digna, fraterna y solidaria.

Jesús está agonizando en la cruz en medio de dos malhechores. Uno de ellos se confía a Jesús: "Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu reino". Jesús reacciona inmediatamente: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". También el día de nuestra muerte será un día de salvación. Por fin escucharemos de Jesús esas palabras tan esperadas: descansa, confía en mí, hoy estarás conmigo para siempre.

Hoy comenzamos un año nuevo. Pero, ¿qué puede ser para nosotros algo realmente nuevo y bueno? ¿Quién hará nacer en nosotros una alegría nueva? ¿Qué psicólogo nos enseñará a ser más humanos? De poco sirven los buenos deseos. Lo decisivo es estar más atentos a lo mejor que se despierta en nosotros. La salvación se nos ofrece cada día. No hay que esperar a nada. Hoy mismo puede ser para mí un día de salvación.



miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL REGRESO DE JESÚS

Frei Betto

Sin llamar la atención, Jesús volvió a la Tierra en diciembre del 2010. Vino en la persona de un buscador de material reciclable, que vivía en la calle. Comía de lo que preparaban vendedores ambulantes o sobras que le daban los restaurantes por la puerta de servicio.

Andaba siempre con una paloma posada en el hombro derecho. A la puerta de un teatro se extrañó del modo como le miraban las personas bien vestidas. Recordó que, en la Palestina del siglo 1°, su presencia suscitaba curiosidad en algunos y aversión en otros, como los fariseos y saduceos.

Ahora predominaba la indiferencia. En la gran ciudad se sentía un don nadie. Un ser invisible.

Al recoger latas de desecho a la puerta de una facultad ningún estudiante o profesor le miró. "Si estuviera un rato hurgando en los desperdicios las personas manifestarían asco”, pensó. Ahora nada. Ni lo notaban. Consideraban completamente normal que un hombre andrajoso hurgara en la basura.

Gracias a su mirada sobrenatural, capaz de penetrar el alma y la mente de las personas, Jesús sabía que casi todos eran cristianos…

Robaron un auto frente a la facultad. La víctima, una estudiante quirúrgicamente embellecida, le señaló como sospechoso de ser cómplice de los ladrones. La policía, sin pistas acerca de los delincuentes, decidió apresarlo para aplacar la ira de la joven, hija de un empresario.

El comisario le preguntó: -¿Su nombre? –Jesús.

-¿Jesús de quién?

–Del Padre y del Espíritu Santo.

El comisario le dictó al secretario: -Jesús de la Paz, natural del Espíritu Santo. La policía sabe distinguir entre bandidos y gentes de la calle. Tan pronto como la joven y sus padres dejaron la comisaría Jesús fue dejado libre.

Recorrió la avenida, fijándose en los escaparates de los comercios. Todos llenos de arreglos de Navidad. Trató de ver un nacimiento, con los reyes magos, una imagen del Niño Jesús… pero sólo vio un viejito de barba blanca, gordo, con la cabeza cubierta con un gorro tan rojo como la ropa que vestía. El niño nacido en Belén había sido sustituido por Papá Noel. La fiesta religiosa cedió su lugar al consumismo compulsivo y al intercambio frenético de regalos.

Quedó impresionado por los rápidos chispazos coloridos de los televisores expuestos en las tiendas. La profusión de anuncios. Comentó con el Espíritu Santo: -Si en aquella época hubiera habido televisión habrían retransmitido el sermón del monte como un discurso subversivo y habrían exhibido en el programa Fantástico la multiplicación de los panes. Y si yo lo hubiera permitido, una marca cualquiera de cerveza hubiera deseado patrocinarme…

En su búsqueda de material reciclable Jesús se sorprendió con la cantidad y variedad de basura. ¡Cuántas cosas que no conocía! ¡Cuántas cosas superfluas consume la gente! ¡Cuánta devastación de la naturaleza!

Durmió en un banco de la plaza. Pero se dio cuenta de que había desaparecido su saco repleto de latas y papeles. Posiblemente lo habría llevado otro buscador. Un pobre robando a otro pobre. Resignado, pasó el día rebuscando entre la basura a fin de ganar unas monedas con que garantizar la comida.

Ya tarde en la noche se vio delante de una iglesia, y decidió entrar. Los fieles, al verlo tan harapiento, torcieron la nariz. Jesús prefirió quedar de pie al fondo del templo. Comenzaba la Misa del Gallo. Se fijó en que el cura tenía la cara triste, como si celebrase un ritual mecánico. El sermón le sonó como moralista. No sintió que hubiera allí la alegría de la conmemoración del nacimiento de Dios hecho hombre. Los fieles parecían estar apurados, ansiosos por regresar a sus casas a hartarse con la cena navideña.

Terminada la misa Jesús deambuló por la ciudad. Por las calles había bolsas de basura repletas de embalajes para regalos, cajas de cartón, huesos de pollo y de pavo, cáscaras de huevos… Observó a los moradores de un edificio reunidos en el salón del piso bajo. Comían vorazmente, consumían garrafas de vino espumoso, intercambiaban regalos, besos y abrazos. Allí no había nada, ni un símbolo siquiera, que recordara el significado original de esta fiesta.

Pasó delante de una panadería y el panadero, al ver al rebuscador, le pidió que esperara. Regresó con una bolsa de panes, lonchas de salami y un refresco. –Es -le dijo el hombre- para que celebre la Navidad.

Jesús llegó a una plaza semioscura. Allí estaba una mujer excesivamente maquillada. Buscó un banco y se sentó a comer. La mujer se le acercó y le dijo: -Eh, tío, ¿qué tienes ahí? –Pan, salami y refresco. –Hoy no comí nada, y la noche está mala. Ya hace dos horas que estoy aquí y no vino ni un cliente. Creo que en la noche de Navidad los tipos sienten culpa de estar con una mujer de la calle.

Jesús preparó un bocadillo y se lo dio a la mujer.

–Si no te importa beber de la misma botella…

-¿Acaso tengo asco de algo?, susurró la mujer; si lo tuviera no andaría rondando con mi bolso por la calle.

-¿No tienes familia?

–La tengo en el campo. Dejé aquella miseria para intentar conquistar una vida mejor aquí en la ciudad. Pero como no fui a la escuela tengo que alquilar mi cuerpo.

-¿Esta noche de Navidad no significa nada para ti?

-Caray, no te imaginas lo que lloré hoy allá en la pensión. La gente era pobre pero cada noche de Navidad mi madre mataba un pavo y antes de comer la familia rezaba el rosario y cantaba Noche de Dios. Aquello me hacía muy feliz. No puedo recordarlo sin que las lágrimas me asomen a los ojos, dijo ella, tratando de sacar un pañuelo de su bolsa.

La mujer hizo una pausa para enjugar las lágrimas y preguntó:

-¿Tú crees que si Jesús volviera hoy mejoraría este mundo?

-No sé… ¿Qué opinas tú?

-Creo que nadie le daría importancia si él volviera. La gente sólo quiere saber de fiesta y no de fe. Pero él debería volver. Quién sabe si este mundo enrevesado se podría enmendar.

–A mí no me gustaría que él volviera. Nada se adelantaría. Hace dos mil años que vino y dejó sus enseñanzas. Unos las siguen, otros no. Si el mundo está de esta manera, hasta el punto de que yo tenga que buscar basura y tú alquilar tu cuerpo, la culpa es nuestra, porque no damos importancia a lo que él enseñó. Mira, hoy es la noche de Navidad. ¿Para quién nace Jesús?

-En mi corazón él renace todos los días; me gusta mucho orar, no hago mal a nadie, ayudo al que puedo. Pero ¿sabes una cosa? Me gustaría poder hablar con Jesús, así como estamos hablando nosotros ahora.

-¿Y qué le dirías?

-Bueno, le preguntaría si ser prostituta es pecado. He oído a un cura decir que sí, y oí a otro decir que no. ¿Qué crees tú?

-Creo que Dios es más madre que padre. Y recuerdo que Jesús les dijo un día a los fariseos que las prostitutas entrarían en el cielo antes que ellos.



martes, 27 de diciembre de 2011

UN JUEZ DECRETA DEL DESAHUCIO DEL NIÑO JESÚS Y SUS PADRES DEL BELÉN DE LA PLAZA MAYOR DE MADRID

Un grupo de unos treinta integrantes del movimiento 15-M han elegido este sábado la plaza Mayor de Valladolid para protestar contra los desahucios al simular uno que tenía como protagonistas al niño Jesús y su familia del portal de belén ubicado en este lugar.

Con una pancarta en la que podía leerse "Stop Desahucios", estos activistas han realizado una representación en la que un juez disfrazado leía la orden de desahucio acompañado de policías, también disfrazados.

Otros miembros trataban de impedir la expulsión de la familia de Jesús del portal de belén ante la mirada de cientos de personas que paseaban por la Plaza Mayor.

La portavoz del 15-M en Valladolid, Laura Parrado, ha explicado que con la representación han tratado de concienciar a la ciudadanía del problema que están sufriendo "muchas familias" a "las que quieren expulsar de sus casas".

En esta ocasión, el 15-M ha optado por un acto divertido pero con un objetivo claro "protestar por los desahucios que se están produciendo en toda España" y reivindicar el derecho a una vivienda digna recogido en la Constitución Española, ha declarado la portavoz.

El movimiento 15-M ha querido aclarar que la protesta no tiene carácter "anticlerical" y no está "en contra de la Navidad", sino que han pretendido llamar la atención sobre el problema de forma "vistosa y divertida".

"No hay mirra para tanto chorizo" o "la Constitución nos mola mogollón" han sido algunos de los lemas coreados por los concentrados que, según su portavoz, estiman que los desahucios se incrementarán en el 2012.

lunes, 26 de diciembre de 2011

EL PACTO DE LAS CATACUMBAS

diegodemedellin

Magnífico y evangélico este pacto de las catacumbas de estos cerca de 40 obispos, liderados por Helder Cámara. Gestos como éstos se echan muy en falta en los pastores de hoy, tan preocupados por otras cosas…(Redacción de R. C. )Un grupo de obispos durante el Concilio Vaticano II, en 1965, reunidos en la catacumba de Santa Domitila, suscribieron el Pacto de las Catacumbas, con el liderazgo de Dom Hélder Câmara, en un intento valeroso de tratar de reflejar mejor la Iglesia de Jesús, comunidad de los creyentes.

El 16 de noviembre de 1965, pocos días antes de la clausura del Concilio, cerca de 40 padres conciliares celebraron una eucaristía en las catacumbas de santa Domitila. Pidieron “ser fieles al espíritu de Jesús”, y al terminar la celebración firmaron lo que llamaron “el pacto de las catacumbas”.

El “pacto” es una invitación a los “hermanos en el episcopado” a llevar una “vida de pobreza” y a ser una Iglesia “servidora y pobre” como lo quería Juan XXIII. Los firmantes -entre ellos muchos latinoamericanos y brasileños, a los que después se unieron otros- se comprometían a vivir en pobreza, a rechazar todos los símbolos o privilegios de poder y a colocar a los pobres en el centro de su ministerio pastoral.

“Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivados los unos por los otros en una iniciativa en la que cada uno de nosotros ha evitado el sobresalir y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos en el episcopado; contando, sobre todo, con la gracia y la fuerza de nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y con la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo que sigue:

1. Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población en lo que toca a casa, comida, medios de locomoción, y a todo lo que de ahí se desprende. Mt 5, 3; 6, 33s; 8-20.

2. Renunciamos para siempre a la apariencia y la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (ricas vestimentas, colores llamativos) y en símbolos de metales preciosos (esos signos deben ser, ciertamente, evangélicos). Mc 6, 9; Mt 10, 9s; Hech 3, 6. Ni oro ni plata.

3. No poseeremos bienes muebles ni inmuebles, ni tendremos cuentas en el banco, etc, a nombre propio; y, si es necesario poseer algo, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales o caritativas. Mt 6, 19-21; Lc 12, 33s.

4. En cuanto sea posible confiaremos la gestión financiera y material de nuestra diócesis a una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, para ser menos administradores y más pastores y apóstoles. Mt 10, 8; Hech 6, 1-7.

5. Rechazamos que verbalmente o por escrito nos llamen con nombres y títulos que expresen grandeza y poder (Eminencia, Excelencia, Monseñor…). Preferimos que nos llamen con el nombre evangélico de Padre. Mt 20, 25-28; 23, 6-11; Jn 13, 12-15.

6. En nuestro comportamiento y relaciones sociales evitaremos todo lo que pueda parecer concesión de privilegios, primacía o incluso preferencia a los ricos y a los poderosos (por ejemplo en banquetes ofrecidos o aceptados, en servicios religiosos). Lc 13, 12-14; 1 Cor 9, 14-19.

7. Igualmente evitaremos propiciar o adular la vanidad de quien quiera que sea, al recompensar o solicitar ayudas, o por cualquier otra razón. Invitaremos a nuestros fieles a que consideren sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social. Mt 6, 2-4; Lc 15, 9-13; 2 Cor 12, 4.

8. Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y de los grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras personas y grupos de la diócesis.

Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y trabajadores, compartiendo su vida y el trabajo. Lc 4, 18s; Mc 6, 4; Mt 11, 4s; Hech 18, 3s; 20, 33-35; 1 Cor 4, 12 y 9, 1-27.

9. Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad, y de sus mutuas relaciones, procuraremos transformar las obras de beneficencia en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, como un humilde servicio a los organismos públicos competentes. Mt 25, 31-46; Lc 13, 12-14 y 33s.

10. Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, estructuras e instituciones sociales que son necesarias para la justicia, la igualdad y el desarrollo armónico y total de todo el hombre y de todos los hombres, y, así, para el advenimiento de un orden social, nuevo, digno de hijos de hombres y de hijos de Dios. Cfr. Hech 2, 44s; 4, 32-35; 5, 4; 2 Cor 8 y 9; 1 Tim 5, 16.

11. Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el servicio en común a las mayorías en miseria física cultural y moral -dos tercios de la humanidad- nos comprometemos:

* a compartir, según nuestras posibilidades, en los proyectos urgentes de los episcopados de las naciones pobres;
 * a pedir juntos, al nivel de organismos internacionales, dando siempre testimonio del evangelio, como lo hizo el papa Pablo VI en las Naciones Unidas, la adopción de estructuras económicas y culturales que no fabriquen naciones pobres en un mundo cada vez más rico, sino que permitan que las mayorías pobres salgan de su miseria.

12. Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que nuestro ministerio constituya un verdadero servicio. Así,
 
* nos esforzaremos para “revisar nuestra vida” con ellos;
* buscaremos colaboradores para poder ser más animadores según el Espíritu que jefes según el mundo;
* procuraremos hacernos lo más humanamente posible presentes, ser acogedores;
* nos mostraremos abiertos a todos, sea cual fuere su religión. Mc 8, 34s; Hech 6, 1-7; 1 Tim 3, 8-10.

13. Cuando regresemos a nuestras diócesis daremos a conocer estas resoluciones a nuestros diocesanos, pidiéndoles que nos ayuden con su comprensión, su colaboración y sus oraciones.

Que Dios nos ayude a ser fieles


Enviado por el Hno. Juan Barraza de Caldera III Región como saludo de Navidad...

A 50 años del concilio Vaticano II, en esta navidad recuperemos el sueño de nuestros obispos de los pobres, expresado en el Pacto de las catacumbas. ¡Que el niño del pesebre nos dé la fuerza! ¡Feliz Navidad!

viernes, 23 de diciembre de 2011

'LA TEOLOGÍA FEMINISTA EN LA HISTORIA'

José Manuel Vidal,

Tiene duende, engancha, trasmite, enseña y emociona. La hermana benedictina del monasterio de Montserrat, Teresa Forcades, es una monja muy especial, una figura ya de relieve internacional y una brillante teóloga, que se declara feminista. Acaba de escribir un libro sobre 'La Teología feminista en la Historia' (Fragmenta) y se vino a presentarlo al centro cultural Blanquerna de Madrid. Ante un aforo numerosos y entregado, la hermana reivindicó la síontesis entre el feminismo de la igualdad y el de la diferencia, al tiempo que

Presentada por Ignasi Moretta, editor de Fragmenta, Sor Teresa estuvo acompañada en la mesa presidencial por otras dos teólogas: Carmen Bernabé, presidente de la Asociación de Teólogas españolas, y Silvia Martínez Cano de Mujeres y Teología. El editor señalaba que "el libro es una fuente de sorpresas y de placer humano y espiritual".

Carmen Bernabé, que glosó el perfil biográfico de la autora, recordó que, además de ser monja, médica y teóloga, "siempre tuvo el valor de decir lo que pensaba". Incluso en momentos complicados, como aquellos en los que, contra la opinión mayoritaria, denunció públicamente el fraude de la famosa gripe A. Y esa actitud sigue presente en su libro. "Un libro de denuncia, solidaridad y poesía, escrito con paz, con serenidad y con valentía".

Silvia Martínez Cano, por su parte, centró su intervención en explicar en qué consiste la teología feminista. Una teología "combativa", que utiliza la hermenéutica de la sospecha y que convierte a la mujer en sujeto protagonista de la Historia.

En la sala abarrotada se esperaba con expectación la intervención de la ya famosa monja catalana. Entre el público había incluso un grupo de mujeres de Venezuela, que estaban de visita en Madrid y, al enterarse, acudieron a verla. Y Teresa Forcades no decepcionó. A sus 44 años, alta, delgada y guapa, tiene una mirada penetrante y una sonrisa sempiterna. Habla con fluidez, sin papeles delante y con muchos gestos. La expresividad y la gestualidad son dos de sus principales características. No es de extrañar, pues, que seduzca a los oyentes. Sabe lo que dice y lo dice bien.

Un libro de "lágrimas y gozos"

Tras dar las gracias a la editorial, a sus compañeras teólogas y a los presentes, comenzó asegurando que el libro que presentaba le había costa "lágrimas y gozo". Lágrimas, porque al escribirlo tuvo que reflexionar sobre "numerosas situaciones de injusticia que hacen sufrir a las mujeres todavía hoy". Y desde siempre, como ya denunciaba en el siglo IV San Gregorio Nacianceno. Pero también gozo, porque el feminismo está atravesando un período de renacer y de lucha contra la injusticia de la discriminación de la mujer.

Forcades dividió la historia de esta lucha de las mujeres en cuatro etapas: premoderna, inicio de la moderna, auge de la modernidad y crisis de la misma. En la primera etapa se sostenía que las mujeres eran menos espirituales que los hombres y hasta no podían acercarse al altar, por si estaban mestruando. En la segunda, se difunde la idea de que la mujer en menos racional y más espiritual que el hombre. En la tercera, se considera que la mujer es menos libre que el hombre.

Se llega así al momento actual, en el que, según la autora, conviven dos teorías: el feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia. Su propuesta es una especie de síntesis de ambos feminismos desde la antropología teológica. Y por eso, aboga por "el espacio de la cristificación", que no implica que las mujeres tengan que masculinizarse. A su juicio, "tenemos que pensarnos como adultos con un referente como Dios, que está más allá del género".

El amor de "pericoresis"

Eso sí, en la dinámica trinitaria de Dios, que "no es complementariedad, sino gratuidad". Un "amor de reciprocidad o de pericoresis". Un amor que facilita espacio para que cada cual encuentre su propio espacio de realización personal. Porque "el Evangelio nos propone como referencia a un Dios que está más allá del sexo y del género".

Y tras la conferencia, el debate, donde la benedictina se siente todavía más cómoda, para derribar tópicos Como el de que la mayoría de las mujeres crean que aman más a sus compañeros que ellos a ellas. Asegura, en este sentido, que según estudios de Castells y otros autores, los varones tienen miedo a la dependencia y las mujeres, a la soledad. Y concluye que una relación amorosa femenina basada en ese miedo a quedarse sola no es amor.

Le pregunta a la hermana Teresa si le duelen las numerosas críticas que recibe, especialmente de varones. La monja reconoce que, por culpa de esas críticas, "tuve una amonestación del Vaticano, a la que respondí" y constata que "hay grupos de varones que se dedican al deporte de tirar piedras contra los demás desde el universo de los blogs y de algunas webs".

Y termina el coloquio con una propuesta provocativa: "Dios nos propone a hombres y mujeres que nos quedemos embarazados de Él". Un embarazo que no sólo hay que transmitirlo a los demás, sino también gestarlo. Conscientes de que el misterio de Dios es insondable y, en el encuentro con Él, siempre nos vamos a topar "con un vacío, pero un vacío de liberación y de apertura". Y Forcades sonrió al público, que estalló en una gran ovación.



jueves, 22 de diciembre de 2011

LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES ES UN PROBLEMA POLÍTICO

Lily Muñoz

Casi siempre que se habla de la violencia contra las mujeres, en la opinión pública predomina la idea de un problema doméstico, intrafamiliar, del ámbito privado. Por eso, pareciera que la solución es tan sencilla como sensibilizar a los hombres para que no sean tan machistas y violentos y trabajar con las mujeres para que conozcan sus derechos.

Pero esa ha sido una concepción muy reduccionista del problema que no llega a examinar su raíz. Encerrar el problema de la violencia contra las mujeres entre las cuatro paredes de la casa es no sólo un error, sino que es también una trampa. Porque esa es sólo una parte del problema, que en realidad está presente en las vidas de las mujeres en la casa, en los lugares de trabajo, en la calle, en las veredas y caminos, en los centros de estudio, en las fincas, en las iglesias, en la organización y en todos los sitios donde las mujeres nos movemos en nuestro día a día.

Y es que la violencia contra las mujeres tiene muchas caras. La violencia física, la violencia psicológica, la violencia verbal, el incesto, la violación sexual, el acoso sexual, la pornografía infantil, la explotación sexual y/o laboral de las niñas y las mujeres, la heterosexualidad obligatoria, el embarazo forzado, el aborto forzado, las relaciones sexuales obligadas, la trata y el tráfico de mujeres con fines de explotación sexual o laboral, la expropiación de bienes, el no acceso a la propiedad, los femicidios, las violaciones y abusos sexuales cometidos por los militares y paramilitares durante la época del genocidio, la violencia sexual cometida por las fuerzas de seguridad en el marco de las luchas por la defensa del territorio y los recursos naturales, son las caras más visibles de la violencia patriarcal contra las mujeres en nuestra sociedad.

Pero invisibilizar, negar o rechazar la participación de las mujeres en la historia, en la política, en la ciencia, en la filosofía, en la cultura, en la economía y en todos los ámbitos de la vida social, también es ejercer violencia contra ellas. La utilización de imágenes o discursos que denigran a las mujeres en los medios de comunicación, en las vallas y demás medios publicitarios, es violencia simbólica contra ellas, al igual que el uso generalizado del acoso disfrazado de “piropos”, los insultos, los chistes, las bromas y las canciones que ofenden la dignidad de las mujeres o reproducen los estereotipos y prejuicios que refuerzan y justifican la opresión y la discriminación de las mujeres en la sociedad.

Si la violencia contra las mujeres tiene tantas caras, tantos victimarios y tantos lugares comunes, es porque no se trata de un problema de los individuos sino de un problema social. Por eso he dicho antes que entender el problema de la violencia contra las mujeres como un problema privado es una trampa. Porque en realidad, es un problema estructural, un problema del sistema patriarcal en el que vivimos, un sistema que construye relaciones desiguales de poder entre las mujeres y los hombres, permitiendo que las mujeres vivamos en situaciones de opresión y discriminación, y los hombres, independientemente de la clase social y de la etnia a la que pertenezcan, siempre tengan el poder sobre las mujeres. Aun entre los grupos sociales más empobrecidos, es evidente que a las mujeres siempre les toca la peor parte, sufriendo hasta triple opresión, como en el caso de las mujeres indígenas empobrecidas. Es por eso que la autora mexicana Adriana Carmona afirma que la estructura patriarcal es una estructura de violencia que se aprende en la familia, se refuerza en la sociedad civil y se legitima en el Estado[1]. Eso significa que todas las personas participamos en la reproducción social del patriarcado en los distintos espacios sociales.

Significa también que la violencia patriarcal contra las mujeres es también un problema político. La filósofa alemana Hannah Arendt escribió que el poder nunca es propiedad de un individuo, [pues] pertenece a un grupo y sigue existiendo mientras que el grupo se mantenga unido[2]. El sistema patriarcal se ha mantenido por largos siglos, gracias a la forma en que ha sido estructurado y a una serie de estrategias que ha utilizado para perpetuarse, entre ellas, la violencia patriarcal contra las mujeres.

Por eso, para erradicar la violencia patriarcal contra las mujeres, es necesario avanzar hacia el desmantelamiento del sistema patriarcal y en la construcción de una nueva organización social, política, económica y cultural, con justicia e igualdad para todas y todos.

- Lily Muñoz es Investigadora Asociada de la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala –AVANCSO.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

LOS MENSAJES QUE SUBYACEN EN LOS RELATOS MÍTICOS DE LA INFANCIA

Fray Marcos

Como estamos ya a las puertas de la Navidad, vamos a hacer una introducción general para todo este tiempo litúrgico. La mayoría de los textos que vamos a leer estos días, están tomados de lo que los exegetas llaman “evangelio de la infancia” de Mateo y Lucas. Es muy importante que tomemos conciencia del sentido no histórico ni científico de estos textos.

El anuncio del nacimiento de un hijo de dios, el nacimiento de una madre virgen, el nacimiento en una gruta, los pastores adorando al niño, el intento de matar al niño, la huída después de un aviso, la muerte de los inocentes, el anuncio por medio de una estrella, la adoración de unos magos, etc.; todos son relatos míticos ancestrales en las culturas del entorno. Ninguno es original del cristianismo. Lo original es la profunda verdad teológica que se esconde detrás de su escalofriante sencillez.

El decir “mítico” no quiere decir “mentira”. Este es el primer error a superar. El mito es un relato que intenta desvelar una verdad radical que atañe al hombre entero, y que no se puede explicar por medio de discursos científicos.

Al decir que estos relatos son míticos, no estamos devaluando su contenido, sino todo lo contrario; nos estamos obligando a descubrir el significado profundo y vital que para el ser humano tienen. Lo nefasto es considerarlo como crónicas de sucesos sin mayor alcance vital. Una vez más se hace cierto el proverbio: Cuando el sabio apunta a la luna, el necio se queda mirando al dedo.

Todo esto lo ha descubierto la exégesis hace muchas décadas. No acabo de comprender por qué existe tanto miedo a que el pueblo conozca la verdad. ¿No nos dice el mismo Jesús que la verdad os hará libres? ¿O es que lo que nos asusta es esa libertad?

Es verdad que la explicación del sentido profundo de estos textos no es sencilla, pero es precisamente esa dificultad la que debería espolearnos. He visto a la gente abrir ojos como platos cuando han comprendido la profundidad del mensaje.

En las lecturas de hoy destaca el contraste entre la actitud de David, que después de hacerse un palacio, decide hacer un favor a Dios, construyéndole un templo para que habite; y la actitud de María que ve sólo la gratuidad de Dios para con ella. La humildad de María hace posible el acercamiento a Dios. La soberbia de David, aleja de Él.

La lección es clara: nosotros no podemos hacer nada por Dios, es Él, el que lo hace todo por nosotros. Ni siquiera tenemos que comprar su voluntad a partir de sacrificios y oraciones. Él se nos da totalmente antes de que nosotros hayamos llegado a ser.

El texto evangélico que acabamos de leer, es uno de los más densos y ricos del NT. El mayor peligro que nos acecha al considerar estos relatos como crónica de sucesos, es que esperamos que Dios actúe de esa misma manera con nosotros.

Lo que Lucas nos propone, es una teología de la encarnación entendida desde el AT. Casi todas las palabras del relato hacen referencia a situaciones del AT. El evangelista acaba de narrar la concepción de Juan, que tiene como modelo la de Isaac. Para el relato de la concepción de Jesús, Lucas toma como modelo la creación de Adán. Como Adán, Jesús nace de Dios mismo, sin intermediarios; y como él va a ser el comienzo de una nueva humanidad. No es uno más de los grandes personajes de la historia de Israel. Esta es la clave de todo el relato.

“Ángel” (=mensajero) no tiene, en el AT, la misma connotación que tiene para nosotros. No debemos pensar en esos seres al servicio de Dios, sino en la presencia de Dios de una manera humana para que el hombre pueda soportarla.

Nazaret no es nombrado en todo el AT; es algo completamente nuevo. Galilea era la provincia alejada del centro de la religiosidad oficial, que era Judea y el templo. Quiere decir que la intervención divina en Jesús rompe con el pasado y va a constituir una auténtica novedad. Lejos del templo y los ambientes oficiales.

La escena se va a desarrollar en una casa sencilla de un pueblecito desconocido. “a una virgen”. Ninguna persona ligada a la institución, sino una doncella completamente anónima. Ni tiene ascendencia ni cualidad alguna excepcional. De los padres de Juan acaba de hacer grandes elogios, de María, ninguno.

Virgen no debemos entenderla según nuestro concepto actual. Alude a la absoluta fidelidad a Dios, por oposición a la imagen del pueblo rebelde, tantas veces representado por los profetas como la adúltera o prostituta. María representa al pueblo humilde, sin relieve social alguno, pero fiel.

“Alégrate, agraciada, el Señor está de tu parte”. Alusión también a los profetas: “Alégrate hija de Sión, canta de júbilo, hija de Jerusalén”.Es un saludo de alegría en ambiente de salvación. Cercanía de Dios a los israelitas fieles. Dios se ha volcado sobre ella con su favor.

La traducción oficial, “llena de gracia”, nos despista, porque el concepto que nosotros ponemos detrás de la palabra “gracia”, se inventó muchos siglos después. No se trata de la gracia, (un ser divino que hace al hombre hijo de Dios y heredero del cielo) sino de afirmar que María le ha caído en gracia a Dios.

Al contrario que en Mateo, José, descendiente de David, no tiene papel alguno en el plan de salvación anunciado en Lucas. María misma impondrá el nombre a Jesús (=Salvador). No será hijo de David, sino del Altísimo.

Ser Hijo, en el relato mítico, no significa generación biológica, sino heredar la manera de ser del padre, y tener por modelo al Padre. No será David ni cualquier otro ser humano, el modelo para Jesús, sino Dios. Jesús no puede tener padre humano, porque en ese caso tendría la obligación de obedecerle e imitarle.

El Espíritu Santo y la fuerza del Altísimo son lo mismo. Cubrir con su sombra hace referencia a la gloria de Dios que en el relato del Génesis se representaba por una nube que era signo de la presencia activa de Dios.

Santo =“Consagrado”, “Hijo de Dios”, son designaciones mesiánicas. Son títulos que no podemos interpretar como afirmación de la divinidad de Jesús. ‘Consagrado’ hace referencia siempre a una misión. El rey ungido era desde ese instante considerado, hijo de Dios.

El relato no hace ningún hincapié en el aspecto biológico porque no tiene importancia ninguna.

Lo divino que se manifiesta en Jesús, se da en su humanidad gracias a una consagración, que es obra del Espíritu. El Espíritu no actúa sobre el cuerpo, sino sobre el ser de Jesús, dándole su calidad divina.

“De la carne nace carne, del Espíritu nace Espíritu”, dice el evangelio de Juan. No es la carne de Jesús la que procede del Espíritu, sino su verdadero ser. “El Espíritu es el que da Vida, la carne no vale para nada”, dice el mismo evangelio. Claro que Jesús ‘fue engendrado’ por obra del Espíritu Santo, pero de un modo mucho más profundo de lo que pensamos.

“Aquí esta la esclava del Señor”. ¡Cuándo nos convenceremos de que la encarnación de Dios no depende de la perfección de la persona en que se encarna! Hemos insistido tanto en los privilegios de María como preparación para la encarnación, que hemos convertido en impensable la encarnación de Dios en alguien, que no sea perfecto.

Pablo nos habla del misterio escondido y revelado. El misterio mantenido en secreto por generaciones, es que Dios es encarnación. Dios salva pero desde dentro de cada persona, no desde fuera con actos espectaculares ni siquiera con la muerte de su propio Hijo.

La buena noticia es una salvación que alcanza a todos los hombres. Misterio que está ahí desde siempre, pero que muy pocos descubren. No es que Dios realice la salvación en un momento determinado, Dios no tiene momentos. Jesús lo vive en el tiempo y nos lo comunica.

Fijaros como cambia el concepto de Dios para el evangelista. El Dios que a través de todo el AT se manifiesta como el poderoso, el invencible, el dador de la muerte y la vida, pide ahora el consentimiento a una humilde muchacha para llevar a cabo la oferta más extraordinaria en favor de los hombres. Ese formidable cambio de la manera de concebir a Dios no siempre lo hemos comprendido los cristianos.

Una y otra vez, hemos querido volver al Júpiter tonante, que está a nuestro favor y en contra de nuestros enemigos si cumplimos su voluntad; pero que no dudará en estar contra nosotros si le fallamos.

No queremos comprender que Dios se hace presente en los acontecimientos más sencillos. Seguimos esperando portentos y milagros en los que se manifieste el dios que nos hemos fabricado. Ningún acontecimiento espectacular hace por sí mismo, presente al verdadero Dios. Al contrario en cualquier acontecimiento por sencillo que sea, podemos descubrirlo.

Somos nosotros los que ponemos a Dios allí donde lo vemos. Pascal dijo: “Toda religión que no predique un Dios escondido, es falsa”. Los budistas repiten: “Si te encuentras al Buda, mátalo”. Todo dios que percibimos viniendo de fuera, es un ídolo.

La presencia de Dios en la persona de Jesús, sigue siendo un misterio para nosotros porque no acabamos de dar el salto hacia el Dios que él manifiesta. El Dios de Jesús es un Dios “nadapoderoso” que está absolutamente a nuestro servicio. Solo de nosotros depende, que lo descubramos y lo hagamos visible o que permanezca oculto.

martes, 20 de diciembre de 2011

50 ANIVERSARIO DE LA CONVOCATORIA DEL CONCILIO VATICANO II


Leandro Sequeiros

Fue el 25 de enero del año 1959, cuando Juan XXIII —sólo llevaba tres meses ocupando la Silla de Pedro—al finalizar las oraciones del Octavario por la unidad de los cristianos, en el día de la conversión del apóstol san Pablo, comunicaba por sorpresa a los allí presentes la convocatoria de un concilio ecuménico para toda la Iglesia católica. Convocatoria que el propio Papa hizo efectiva a los dos años, el día de Navidad de 1961, mediante la Bula PapalHumanae salutis (de 25-12-1961).

Con ella se ponía así en marcha un nuevo Concilio cuando oficialmente no se había aún clausurado el Vaticano I. En estas Navidades recordamos y celebramos la santa locura del que decían ser un Papa de transición. De la Bula seleccionamos una serie de párrafos más salientes.

1.- La Bula Humanae Salutis de Juan XXIII (25 diciembre 1961)
Convocar un Concilio Ecuménico no es una tarea sencilla. Exige una serie de formalidades legales para su validez. Pero además, lleva consigo una solemne proclamación dirigida a toda la cristiandad. Ese día nace el Salvador, pero también nacía una ilusión para todos aquellos deseaban aire fresco en la Iglesia tras el difícil pontificado de Pío XII.
Este es el título de la Bula: “Constitución Apostólica Humanae salutis de nuestro santísimo señor Juan por la divina providencia Papa XXIII, por la que se convoca el Concilio Vaticano II”. Consta de 24 párrafos numerados, en los que se expresan los motivos de esta convocatoria, los objetivos del Concilio y algunos de los medios para llevarlos a cabo.

El Papa inicia el texto de la Bula con un reconocimiento de que Dios es el Señor de la historia. Y prosigue:


“3. La Iglesia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad, que traerá consigo profundas mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la Iglesia tiene ante sí misiones inmensas, como en las épocas más trágicas de la historia. Porque lo que se exige hoy de la Iglesia es que infunda en las venas de la humanidad actual la virtud perenne, vital y divina del Evangelio. La humanidad alardea de sus recientes conquistas en el campo científico y técnico, pero sufre también las consecuencias de un orden temporal que algunos han querido organizar prescindiendo de Dios. Por esto, el progreso espiritual del hombre contemporáneo no ha seguido los pasos del progreso material. De aquí surgen la indiferencia por los bienes inmortales, el afán desordenado por los placeres de la tierra, que el progreso técnico pone con tanta facilidad al alcance de todos, y, por último, un hecho completamente nuevo y desconcertante, cual es la existencia de un ateísmo militante, que ha invadido ya a muchos pueblos”.

2.- Los signos de los tiempos son semillas de futuro
La Bula papal prosigue con un texto precioso en el que se vislumbran algunas ideas que más tarde emergerán en la Gaudium et Spes:


“4. La visión de estos males impresiona sobremanera a algunos espíritus que sólo ven tinieblas a su alrededor, como si este mundo estuviera totalmente envuelto por ellas. Nos, sin embargo, preferimos poner toda nuestra firme confianza en el divino Salvador de la humanidad, quien no ha abandonado a los hombres por Él redimidos. Mas aún, siguiendo la recomendación de Jesús cuando nos exhorta a distinguir claramente los signos... de los tiempos (Mt 16,3), Nos creemos vislumbrar, en medio de tantas tinieblas, no pocos indicios que nos hacen concebir esperanzas de tiempos mejores para la Iglesia y la humanidad. Porque las sangrientas guerras que sin interrupción se han ido sucediendo en nuestro tiempo, las lamentables ruinas espirituales causadas en todo el mundo por muchas ideologías y las amargas experiencias que durante tanto tiempo han sufrido los hombres, todo ello está sirviendo de grave advertencia. El mismo progreso técnico, que ha dado al hombre la posibilidad de crear instrumentos terribles para preparar su propia destrucción, ha suscitado no pocos interrogantes angustiosos, lo cual hace que los hombres se sientan actualmente preocupados para reconocer más fácilmente sus propias limitaciones, para desear la paz, para comprender mejor la importancia de los valores del espíritu y para acelerar, finalmente, la trayectoria de la vida social, que la humanidad con paso incierto parece haber ya iniciado, y que mueve cada vez más a los individuos, a los diferentes grupos ciudadanos y a las mismas naciones a colaborar amistosamente y a completarse y perfeccionarse con las ayudas mutuas. Todo esto hace más fácil y más expedito el apostolado de la Iglesia, pues muchos que hasta ahora no advirtieron la excelencia de su misión, hoy, enseñados más cumplidamente por la experiencia, se sienten dispuestos a aceptar con prontitud las advertencias de la Iglesia”.

3.- La Iglesia no ha estado dormida
Juan XXIII, con su espíritu positivo, valora esperanzadoramente la presencia histórica del mensaje de Jesús:


“5. Por lo que a la Iglesia se refiere, ésta no ha permanecido en modo alguno como espectadora pasiva ante la evolución de los pueblos, el progreso técnico y científico y las revoluciones sociales; por el contrario, los ha seguido con suma atención. Se ha opuesto con decisión contra las ideologías materialistas o las ideologías que niegan los fundamentos de la fe católica. Y ha sabido, finalmente, extraer de su seno y desarrollar en todos los campos del dinamismo humano energías inmensas para el apostolado, la oración y la acción, por parte, en primer lugar, del clero, situado cada vez más a la altura de su misión por su ciencia y su virtud, y por parte, en segundo lugar, del laicado, cada vez más consciente de sus responsabilidades dentro de la Iglesia, y sobre todo de su deber de ayudar a la Jerarquía eclesiástica. Añádense a ellos los inmensos sufrimientos que hoy padecen dolorosamente muchas cristiandades, por virtud de los cuales una admirable multitud de Pastores, sacerdotes y laicos sellan la constancia en su propia fe, sufriendo persecuciones de todo género y dando tales ejemplos de fortaleza cristiana, que con razón pueden compararse a los que recogen los períodos más gloriosos de la Iglesia.

4.- “Estamos ya maduros… para un Concilio”
Este párrafo nos parece central en la argumentación y propuesta:


“6. Ante este doble espectáculo, la humanidad, sometida a un estado de grave indigencia espiritual, y la Iglesia de Cristo, pletórica de vitalidad, ya desde el comienzo de nuestro pontificado —al que subimos, a pesar de nuestra indignidad, por designio de la divina Providencia— juzgamos que formaba parte de nuestro deber apostólico el llamar la atención de todos nuestros hijos para que, con su colaboración a la Iglesia, se capacite ésta cada vez más para solucionar los problemas del hombre contemporáneo. Por ello, acogiendo como venida de lo alto una voz intima de nuestro espíritu, hemos juzgado que los tiempos estaban ya maduros para ofrecer a la Iglesia católica y al mundo el nuevo don de un Concilio ecuménico, el cual continúe la serie de los veinte grandes Sínodos, que tanto sirvieron, a lo largo de los siglos, para incrementar en el espíritu de los fieles la gracia de Dios y el progreso del cristianismo”.

5.- Un Concilio, ¿para qué?

El Papa Roncalli, en la Bula, ofrece una serie de motivos sociales, teológicos y espirituales para convocar el Concilio:


“7. Así, pues, el próximo Sínodo ecuménico se reúne felizmente en un momento en quela Iglesia anhela fortalecer su fe y mirarse una vez más en el espectáculo maravilloso de su unidad; siente también con creciente urgencia el deber de dar mayor eficacia a su sana vitalidad y de promover la santificación de sus miembros, así como el de aumentar la difusión de la verdad revelada y la consolidación de sus instituciones.

Y prosigue:


“8. En un tiempo, además, de generosos y crecientes esfuerzos que en no pocas partes se hacen con el fin de rehacer aquella unidad visible de todos los cristianos que responda a los deseos del Redentor divino, es muy natural que el próximo Concilio aclare los principios doctrinales y dé los ejemplos de mutua caridad, que harán aún más vivo en los hermanos separados el deseo del presagiado retorno a la unidad y le allanarán el camino”.

La última razón:


“9. Finalmente, el próximo Concilio ecuménico está llamado a ofrecer al mundo, extraviado, confuso y angustiado bajo la amenaza de nuevos conflictos espantosos, la posibilidad, para todos los hombres de buena voluntad, de fomentar pensamientos y propósitos de paz; de una paz que puede y debe venir sobre todo de las realidades espirituales y sobrenaturales, de la inteligencia y de la conciencia humana, iluminadas y guiada por Dios, Creador y Redentor de la humanidad”.

lunes, 19 de diciembre de 2011

DIOS Y LAS DESGRACIAS

José Mª Castillo

Como ahora se habla tanto de la crisis, todo el mundo, a todas horas y por todas partes, quiere saber quiénes son los responsables de este desastre. Unos le echan la culpa a los políticos, otros dicen que los causantes de todo esto son los banqueros, los economistas, los ricos, etc, etc. Y a todo esto se ha venido a sumar, desde hace algunos meses, un nuevo responsable. Y ese responsable es nada menos que Dios. O eso es lo que se da a entender. Porque hay quienes aseguran que la causa de la crisis está en el olvido de Dios. Porque, como hemos abandonado las creencias religiosas, de forma que ya es demasiada la gente que no se acuerda de Dios y de sus mandamientos, por eso nos hemos hecho más egoístas, más codiciosos, más comodones y nos hemos puesto a vivir por encima de nuestras posibilidades. Por eso, el olvido de Dios nos ha hundido en esta miseria de crisis, de la que vamos a salir solamente el día que Dios quiera, como se dice en algunas hojas parroquiales o publicaciones parecidas.

Sin entrar en más profundidades, el lenguaje y las explicaciones que acabo de reproducir tienen un inconveniente que me preocupa: todo eso puede dar pie a que haya gente - quizá mucha gente - que, a partir de semejante discurso, en vez de acercarse a Dios, lo que haga sea alejarse más de Él. Es malo asociar a Dios con las desgracias, por ejemplo con los terremotos, las sequías, las enfermedades y todo lo malo que nos puede ocurrir en la vida.

Hacer a Dios responsable del sufrimiento humano es una falta de respeto a Dios. Y además es una solemne mentira. Porque si Dios es el responsable de los males y las desgracias, ¿cómo nos atrevemos a decir que Dios es bueno y nos quiere? ¿Es que un padre, que quiere a sus hijos, les manda sufrimientos y desgracias para mostrarles así su cariño? Y que nadie me diga que Dios “no quiere” los males, sino que “los permite”, para que así nos santifiquemos mediante el aguante y la paciencia. ¡Por favor! Permitir tanto sufrimiento es la prueba más clara de que quien hace eso, tiene muy malas entrañas. La lógica más elemental nos dice que el que permite tanto mal, es que debe ser muy malo.

Lo de los males y las desgracias tiene su explicación en que el mundo es como es, con sus limitaciones y contadas posibilidades. Y a eso hay que añadir la inclinación al mal que todos los humanos tenemos en nuestros sentimientos y deseos más comunes.

Pero, en el caso de la crisis que estamos sufriendo, hay que decir algo más. Los que peor lo están pasando son las víctimas de los que manejan el gran capital mundial. De donde resulta que los más culpables de la crisis son los que más están ganando y mejor lo están pasando. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Ahora va a ser verdad que los pobres, por ser pobres, son los que más merecido tienen el castigo de Dios? Esto sí que no cuadra, por muchas vueltas que le demos al asunto.

La primera petición, que le hacemos a Dios en el Padrenuestro, es: “santificado sea tu nombre”. Sea cual sea el sentido más técnico y profundo que tenga esa petición, por lo menos viene a decir que el primer deseo de todo buen cristiano debe ser éste: “no utilicemos nunca el nombre de Dios para lo que no debe usarse”. El nombre de Dios se utiliza mal cuando se blasfema. Pero también cuando se invoca a Dios para explicar o justificar criterios o formas de conducta que impulsan a la gente a alejarse de Dios, a hacer daño a los demás o simplemente a causar sufrimiento a quien sea y como sea.



viernes, 16 de diciembre de 2011

EL MILAGRO DEL FORO GOGOA DE PAMPLONA

José Manuel Vidal, en 'Religión Digital'

“Nos duele la Iglesia. Nos hemos desvivido pro ella y lo seguimos haciendo, pero nos duele verla así: triste, derechizada, politizada, agresiva, con el no siempre en la boca, encerrada en sí misma y sin capacidad de seducir, ilusionar y contagiar a Cristo a una sociedad como la nuestra que tanto lo necesita”. En estos o parecidos términos se expresan los católicos de Pamplona con los que ayer compartí una charla, organizada por el Foro Gogoa. Entre 450 y 500 personas, en un salón de actos en pleno centro de la ciudad. Gente de todas las edades, pero predominio de adultos. Y la mayoría, dolidos, como digo, pero también esperanzados y, sobre todo, “resistentes”.

El Foro Gogos los convoca. Es un Foro abierto, plural y de la “izquierda” eclesial, para entendernos. De los que tienen claro que hace falta un nuevo Concilio o, al menos, desarrollar todas las potencialidades, inéditas todavía, del Vaticano II. Gente comprometida que lleva años dando lo mejos de si mismos por invitar al seguimiento de Jesús a la gente que se cruza en su camino. Algunos están en sindicatos o partidos políticos. La mayoría, en oragnizaciones de base sociales y eclesiales. Desde miembros de Cáritas a catequistas.

Una pluralidad que se plasma en la propia Junta permanente del Foro. Con Roberto Oiz Ibarrola (presidente); Juan Pedro Urabayen Mihura (vicepresidente); Xabier Lasa Gorraiz (secretario); José Manuel Amigot Gracia (tesorero); Conchita Corera Oroz (vocal primero); María Jesús Leache Orbaiceta (vocal segundo); Guillermo Múgica Munárriz (vocal tercero); Javier Pagola Lorente (vocal cuarto). La mayoría, laicos comprometidos. Y un cura, también comprometido: Guillermo Múgica.

Desde hace 16 años (que se dice pronto), organizan una conferencia todos los meses. Con gran afluencia de público. Y un panel de conferenciantes del máximo prestigio. Tocan todos los palillos, pero siempre desde la vertiente de los valores cristianos. Por aquí pasaron “profetas mayores” como Sobrino, Gutiérrez, Boff, Arregui, Pagola…y otros muchos. Lo mejor de la Teología nacional e internacional. Y también presonalidades del mundo del periodismo, de las relaciones internacionales o del universo de la economía.

Sin subvenciones ni públicas ni eclesiásticas, se autofinancian y, de esta forma, mantienen su libertad y se han convertido, por derecho propio, en uno de los Foros cristianos de mayor prestigio del país. Es el milagro del Foro Gogoa, que ayuda a sus miembros y a la gente que gira a su alrededor a matenerse firmes en la militancia cristiana.

Son de los católicos a los que la militancia no ha escupido. Siguen en la brecha. Y, aunque el modelo eclesial vigente no los tiene en cuenta, los silencia, margina y ningunea, siguen impertérritos. En la mística de la resistencia activa. Reivindicando sus derechos en el seno de la Iglesia. Sin callar, sin someterse al chantaje de los bienpensantes y de los prudentes por conveniencia. Sin miedo y, a veces, jugándose el tipo, en una ciudad como Pamplona donde, al fin y al cabo, todos se conocen. No buscan cargos ni puestos ni subir en el escalafón. Sólo luchan por contagiar el Evangelio con su testimonio y por poner alguna flor en las paredes viejas y desconchadas de su casa-Iglesia.

Convencidos, enamorados de Jesús y de su Evangelio, se parten la cara (ahí fuera), defendiendo a la Iglesia. Conscientes de que, muchas veces, la Iglesia jerárquica no tiene defensa posible. En la base de la institución hay mucho bueno (parroquias, congregaciones religiosas, Cáritas, grupos…), pero sus buenas obras no salen en los medios, no son noticia. Sólo salen algunos obispos: Rouco, Camino y, en Navarra, su arzobispo, Francisco Pérez. “Y cada vez que salen baja el pan”, dicen muy graficamente. Al no salir lo bueno de las bases y publicitarse sólo la Iglesia derechizada y del no de la jerarquía, la desconfianza social y la falta de credibilidad en la institución suben día a día. Como la prima de riesgo.

Su arzobispo, monseñor Pérez, que tiene tortícolis de tanto mirar a Madrid, les tolera, pero, en el fondo, no los conisdera Iglesia. Y eso que, como queda dicho, todos son católicos comprometidos. Pero así són las cosas en el reino eclesial monocolor y donde reina ‘el estás conmigo o contra mí’ y el ‘eres de los míos o no te comes una rosca’. ¡Cuántes energías desperdiciadas! En vez de sumar, excluyen y desaprovechan las sinergias. Y, como es lógico, la evangelización y el Reino de Dios se resienten. Pero no parece importarles demasiado, porque siguen restando.

Y, a pesar de todo, los del Foro Gogoa siguen en la brecha. A veces, con la tentación de tirar la toalla, como es lógico. Pero, con sus altibajos, siguen esperando una nueva primavera conciliar. Una Iglesia que los vuelva a ilusionar, a apoyar y a querer. Una Iglesia de comunión, pueblo de Dios, donde todos, de verdad seamos iguales. Una Iglesia libre y samaritana, en la que la gente se sienta reflejada, protegida y, sobre todo, querida.

Se quejan (con razón) de la situación de la mujer e la Iglesia, que clama al cielo. es el gran escándalo eclesial de estos tiempos. O de la falta de democracia interna. Están convencidos de que el cambio eclesial tiene que venir de arriba y de abajo a la vez.

De arriba, con un nuevo Juan XXIII. Y eso que saben lo díficil que lo tiene el Espíritu Santo, para saltar por encima de los círculos de poder vaticanos y encontrar a un nuevo Papa Bueno. Y desde abajo, reivindicando la corresponsabilidad y el papel de los laicos en la institución. Y una Iglesia abierta, plural, circular, inclusiva, de hermanos, sin pirámides de mando o con los del mando convertidos en servidores. “El que quiera ser el mayor entre vostros, que sea vuestro servidor…” Tampoco es mucho pedir. O es pedir lo que Cristo pidió a los suyos. Ni más ni menos.

Hermanos del foro Gogoa gracias por vuestra cálida acogida. Me he sentido como en casa. Por vuestras confidencias, por vuestro cariño y, sobre todo, por vuestra capaciad de permanencia y de resistencia ilusionada. Contad conmigo en vuestra lucha por un mundo y por una Iglesia mejores. Seguimos conectados…en la mística de la resistencia activa.



CAMBIO CLIMÁTICO: MARCHANDO HACIA EL PRECIPICIO

Noam Chomsky

Una tarea de la Convención Marco sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, que en la actualidad está teniendo lugar en Durban, Sudáfrica, es extender las decisiones políticas previas, limitadas en alcance y solamente parcialmente aplicadas.

Estas decisiones se remontan a la Convención de 1992 de la ONU y al Protocolo de Kyoto de 1997, al que Estados Unidos rehusó unirse. El primer periodo de compromiso del Protocolo de Kyoto termina en 2012.

El ambiente más o menos general anterior a la conferencia fue capturado por The New York Times en un titular: "Asuntos urgentes, pero bajas expectativas"

Conforme los delegados se reúnen en Durban, un informe sobre un nuevo resumen actualizado de sondeos realizados por el Consejo de Relaciones Exteriores y el Programa sobre Actitudes Políticas Internacionales (PIPA, por sus siglas en inglés) revela el público de" todo el mundo y de Estados Unidos dice que sus gobiernos deben dar a una prioridad más alta al calentamiento global y apoyan vigorosamente acciones multilaterales para atenderlo".

La mayoría de los ciudadanos estadunidenses está de acuerdo, aunque el PIPA aclara que el porcentaje "ha estado declinando durante los últimos años, de forma que la preocupación de Estados Unidos es significativamente más baja que el promedio mundial -79 por ciento, en comparación con 84 por ciento-".

"Los estadunidenses no perciben que hay un consenso científico acerca de la necesidad de acción urgente sobre el cambio climático... Una gran mayoría piensa que se verá afectada personalmente eventualmente por el cambio climático, pero sólo una minoría cree que está siendo afectada ahora, contrariamente a la opinión de la mayoría de los demás países. Los estadunidenses tienden a subestimar el nivel de preocupación de otros estadunidenses".

Estas actitudes no son accidentales. En 2009 las industrias de energía, apoyadas por el cabildeo corporativo, lanzaron varias grandes campañas que arrojan dudas sobre el casi unánime consenso científico sobre la severidad de la amenaza de calentamiento global inducido por los seres humanos.

El consenso solo es casi" unánime" porque no incluye a los muchos expertos convencidos de que las advertencias acerca del calentamiento global no son suficientemente fuertes, y por el grupo marginal que niega por completo la validez de la amenaza.

"La cobertura habitual de este problema", dijo, se basa en lo que se llama mantener un "balance": la abrumadora mayoría de los científicos en un lado, y los "negadores" en el otro. Los científicos que emiten las advertencias más sombrías son ignorados en su mayor parte.

Un efecto de esto es que escasamente una tercera parte de la población de EEUU cree que existe un consenso científico sobre la amenaza del calentamiento global, mucho menos que el promedio mundial, y radicalmente inconsistente con los hechos.

No es un secreto que el gobierno estadunidense está arrastrando los pies en cuanto a asuntos climáticos. "Los públicos de todo el mundo han criticado en gran parte la forma en que Estados Unidos está manejando el problema del cambio climático", según el PIPA. "En general, Estados Unidos se percibe ampliamente como el país que ha tenido el efecto más negativo sobre el ambiente del mundo, seguido por China. Alemania ha recibido las mejores calificaciones".

A veces es útil, para tener una perspectiva de lo que está ocurriendo en el mundo, adoptar la posición de observadores extraterrestres inteligentes que contemplan las extrañas ocurrencias en la Tierra. Observarían, asombrados, que el país más rico y poderoso en la historia del planeta ahora encabeza a los lemmings en su alegre avance hacia el precipicio.

El mes pasado, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), formada en 1974 a instancias del secretario estadunidense de Estado Henry Kissinger, emitió su informe más reciente sobre el acelerado incremento de las emisiones de carbono provenientes del uso de combustible fósil.

LA AIEA calculó que si el mundo sigue avanzando por su ruta actual, el "presupuesto de carbono" se habrá agotado para 2017. El presupuesto es la cantidad de emisiones que puede mantener el calentamiento global en un nivel de 2 grados Celsius, considerado el límite de seguridad.

El economista en jefe de la AIEA, Fatih Birol, dijo: "La puerta se está cerrando... Si no cambiamos la dirección ahora en cuanto a cómo usamos la energía, terminaremos más allá de lo que los científicos nos han dicho que es el mínimo (de seguridad). La puerta se habrá cerrado para siempre".

También el mes pasado, el Departamento de Energía estadunidense informó acerca de las cifras de emisiones para 2010. Las emisiones "aumentaron en la mayor cantidad registrada hasta ahora", citó la Associated Press, lo que significa que "los niveles de gases de invernadero son más elevados que el peor de los escenarios posibles" anticipados por el Panel Internacional sobre Cambio Climático en 2007.

John Reilly, codirector del Programa sobre Cambio Climático del Instituto de Tecnología (IPCC, por sus siglas en inglés) de Massachusetts, dijo a la Ap que los científicos han considerado, en general, que las predicciones del IPCC pecan de conservadoras -a diferencia del pequeño grupo que "negadores" que atraen la atención pública-. Reilly informó de que el escenario del peor de los casos estaba aproximadamente a la mitad de los cálculos de posibles resultados dados a conocer por científicos del MIT.

A medida que estos ominosos informes se daban a conocer, el diario Financial Times dedicó una plana entera a las optimistas expectativas de que Estados Unidos podría llegar a ser independiente en cuanto a energía durante un siglo con la nueva tecnología para la extracción de combustibles fósiles estadounidenses.

Aunque las proyecciones son inciertas, informa el Financial Times, Estados Unidos podría "pasar de un salto sobre Arabia Saudí y Rusia para convertirse en el mayor productor del mundo de hidrocarburos líquidos, contando tanto el petróleo crudo como los líquidos ligeros de gas natural".

De ocurrir este feliz suceso, Estados Unidos podría conservar su hegemonía mundial. Más allá de algunos comentarios sobre el impacto ecológico a escala local, el Financial Times nada dijo acerca de qué tipo de mundo emergería de esas emocionantes perspectivas. La energía es para quemarse, y que se lleve el diablo al ambiente global.

Prácticamente todos los gobiernos están dando al menos pasos vacilantes para hacer algo acerca de la catástrofe que se avecina. Estados Unidos está la cabeza en esto -al revés-. La Cámara de Representantes de Estados Unidos, dominada por los republicanos, ahora está desmantelando las medidas ambientales introducidas por Richard Nixon, que en muchos aspectos fue el último presidente liberal.

Este comportamiento reaccionario es una de muchas señales de la crisis de la democracia estadunidense durante la generación pasada. La brecha entre la opinión pública y la política pública ha crecido hasta convertirse en un abismo en asuntos centrales del debate político actual, como el del déficit y los empleos. Sin embargo, gracias a la ofensiva propagandística, la brecha es menos de lo que debería en el asunto más serio de la agenda internacional hoy en día, y posiblemente en la historia.

Se puede perdonar a los hipotéticos observadores extraterrestres si llegan a la conclusión de que al parecer estamos infectados por algún tipo de locura letal.

(El libro más reciente de Noam Chomsky es 9-11:Was there an Alternative?)
*Chomsky es profesor emérito de Lingüística y Filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts



martes, 13 de diciembre de 2011

¿ES POSIBLE ALIMENTAR A SIETE MIL MILLONES DE PERSONAS?

Leonardo Boff

Ya somos 7 mil millones de personas. ¿Habrá alimentos suficientes para todos? Hay varias respuestas. Escogemos una del grupo Agrimonde (véase Développement et civilisations, septiembre 2011) con base en Francia, que estudió la situación alimentaria de seis regiones críticas del planeta. El grupo de científicos es optimista, incluso para cuando seamos 9 mil millones de habitantes. Propone dos caminos: profundizar la conocida revolución verde de los años 60 del siglo pasado y la llamada doble revolución verde.

La revolución verde tuvo el mérito de refutar la tesis de Malthus, según la cual ocurriría un desequilibrio entre el crecimiento poblacional de proporciones geométricas y el crecimiento de alimenos en proporciones aritméticas, produciendo un colapso de la humanidad. Comprobó que con las nuevas tecnologías, una mayor utilización de las áreas agrícolas cultivables y una masiva aplicación de tóxicos, antes destinados a la guerra y ahora a la agricultura, se podía producir mucho más de lo que la población demandaba.

Tal previsión demostró ser acertada, pues hubo un salto significativo en la oferta de alimentos, aunque por causa de la falta de equidad del sistema neoliberal y capitalista, millones y millones de personas siguen teniendo una situación de hambre crónica y de miseria. Bien es verdad que ese crecimiento alimentario ha tenido un costo ecológico extremadamente alto: se envenenaron los suelos, se contaminaron las aguas, se empobreció la biodiversidad además de provocar erosión y desertificación en muchas regiones del mundo, especialmente en África.

Todo se agravó cuando los alimentos se volvieron una mercancía como cualquier otra en vez de ser considerados como medios de vida que, por su naturaleza, jamás deberían estar sujetos a la especulación de los mercados. La mesa está puesta con suficiente comida para todos pero los pobres no tienen acceso a ella por falta de recursos monetarios. Continúan hambrientos, y su número crece. El sistema neoliberal imperante apuesta todavía por este modelo, pues no necesita cambiar de lógica, tolerando convivir cínicamente con millones de personas hambrientas, consideradas irrelevantes para la acumulación sin límites.

Esta solución no sólo es miope, sino falsa, además de ser cruel y sin piedad. Los que todavía la defienden no toman en serio que la Tierra está innegablemente a la deriva y que el calentamiento global produce gran erosión de suelos, destrucción de cosechas y millones de emigrados climáticos. Para ellos la Tierra no pasa de ser un mero medio de producción, no la Casa Común, Gaia, que deber ser cuidada.

A decir verdad, quienes entienden de alimentos son los agricultores. Producen el 70% de todo lo que la humanidad consume. Por eso, deben ser oídos e incluidos en cualquier solución que sea tomada por el poder público, por las empresas, y por la sociedad, pues se trata de la supervivencia de todos.

Dada la superpoblación humana, cada pedazo de suelo debe ser aprovechado pero dentro del alcance y de los límites de su ecosistema; se deben utilizar o reciclar lo más posible todos los residuos orgánicos, economizar al máximo la energía, desarrollando las energías alternativas, favorecer la agricultura familiar, las cooperativas medianas y pequeñas. Y finalmente, ir hacia una democracia alimentaria en la cual productores y consumidores tomarán conciencia de las respectivas responsabilidades, con conocimiento e información acerca de la situación real de sostenibilidad del planeta, consumiendo de forma diferente, solidaria, frugal y sin desperdicios.

Tomando en cuenta tales datos, Agrimonde propone una doble revolución verde en el siguiente sentido: acepta prolongar la primera revolución verde con sus contradicciones ecológicas, pero simultáneamente propone una segunda revolución verde. Ésta implica que los consumidores incorporen hábitos cotidianos diferentes de los actuales, más conscientes de los impactos ambientales y abiertos a la solidaridad internacional para que el alimento sea de hecho un derecho accesible a todos.

Siendo optimistas, podemos decir que esta última propuesta es razonablemente sostenible. Se está organizando, de manera embrionaria en todas las partes del mundo, a través de la agricultura orgánica familiar, de pequeñas y medianas empresas, de la agricultura ecológica, de las ecovillas y otras formas más respetuosas con la naturaleza. Es viable y tal vez tenga que ser el camino obligatorio para la humanidad futura.



lunes, 12 de diciembre de 2011

MI PRIMA DE RIESGO

Pedro Miguel Lamet

De pronto a algunas personas le salía un “tío en América”, que le dejaba una herencia o cualquier pariente desconocido que en determinado momento se quitó de en medio. Ahora a todos nos ha salido una “prima de riesgo”. Durante toda mi vida he vivido muy tranquilo sin saber que existiera tal familiar. Pero desde hace un tiempo a este parte no paran de recordarnos sobre la existencia de una prima de riesgo que, por lo visto, es la causa de todas nuestras desgracias y la sacerdotisa que dispone de nuestro futuro.

Según nos aseguran los expertos La prima de riesgo o diferencial de deuda es el sobreprecio que paga un país para financiarse en los mercados en comparación con otros países. De esta forma cuanto mayor es el riesgo país, más alta será su prima de riesgo y más alto será el tipo de interés de su deuda. Dicho de otra forma, es la rentabilidad que exigen los inversores (interés) a un país para comprar su deuda soberana en comparación con la que exigen a otros países.La prima de riesgo de los países de la Unión Europea se calcula respecto de Alemania por que se supone que su deuda pública es la que menor riesgo de impago tiene, incluso se suele aceptar su riesgo de impago es cero. La prima de riesgo mide la confianza de los inversores en la solidez de una economía.

Por lo visto prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años respecto a los alemanes se situaba esta mañana (9.46 horas) por debajo de los 340 puntos básicos, con un interés superior al 5,5%, después de que el viernes cerrara en 357 puntos básicos.

En concreto, el ‘spread’ entre la deuda española y la alemana alcanzaba los 338,6 puntos básicos, tras haber abierto la sesión en 356,4 puntos básicos, con un rendimiento del 5,531%, a la espera de la reunión entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, para abordar la unión fiscal con el fin de presentar una propuesta firme en la Cumbre Europea.

Por su parte, la prima de riesgo italiana se situaba en 425,9 puntos básicos, con un rendimiento del 6,400%.

¿Comprenden ustedes? Nada importa si uno trabaja ocho horas, tenga algunos ahorrillos en el banco, intente llegar a fin de mes o venda la casa de la playa. Y menos si está en el paro o es inmigrante y se vea obligado a volver a su país. Lo que importa es esa prima que ha salido de debajo de las piedras y dicta nuestro bienestar y nuestro futuro.

También están las agencias de calificación de riesgos, agencias de clasificación de créditos o agencias de rating, que son empresas que, por cuenta de un cliente, califican unos determinados productos financieros o activos ya sean de empresas, estados o gobiernos regionales (estados federados, comunidades autónomas). Los expertos aseguran que estas agencias, como la Moody o Standar & Poor han caído en descrédito desde que no se desayunaron de la crisis de 2008.

Yo confieso humildemente que vivía mejor cuando desconocía de la existencia de esa prima que me ha salido últimamente y de esas agencias al servicio de los especuladores. ¿Recuerdan cuando decíamos que el gran pecado del comunismo era poner la economía por encima de todo, su Materialismo Histórico? Pues ahora ¿qué es lo que nos domina en este mundo del pensamiento único?

Me da vergüenza de a dónde nos ha conducido el capitalismo salvaje. Quiero buscarme otra prima desconocida de la que hace tiempo ando enamorado: la de la honradez, la honestidad y el trabajo de cada día. Pero ella ha huido y a las agencias no les interesa calificarlas.



domingo, 11 de diciembre de 2011

RECETA GRIEGA PARA EL HAMBRE

El Mediterráneo, cuna de civilizaciones, domina como nadie el arte de la supervivencia. Y de Grecia, cuna de esa cuna, nos llega un instantáneo éxito de librería: el recetario para alimentarse en tiempos de crisis. La historiadora Eleni Nikolaidu dio con la idea revisando artículos de prensa para un trabajo sobre la economía de guerra en la Grecia ocupada por los nazis.

La historiadora escaneó 6.000 periódicos del periodo 1941-1944 para componer sus Recetas contra el hambre, y entre las joyas que rescató del olvido están: no tirar jamás nada, porque miga a miga se acaba por recoger una rebanada de pan; y prácticamente todo se puede hacer en conserva, congelar, calentar al baño maría, darle un segundo uso o pasárselo a quien tenga menos de uno.

Las personas de avanzada edad que vivieron la Guerra Civil española y la primera posguerra saben tanto como los griegos de comer estofado de perro o gato, y de la achicoria que se servía hasta en locales de presunto postín como si fuera café colombiano, pero quizá no habían caído en que una herradura sirve para restaurar el calzado, la arena hervida conserva los cítricos y las almendras azucaradas que se reparten en las bodas, reducidas a pulpa, son un gran edulcorante.

La situación no es hoy la misma, a pesar de la bancarrota de la economía griega, pero como dice Eleni Nikolaidu: "Ya hay niños que van a la escuela con hambre, y quienes en la despensa no tienen más que un pequeño saco de harina y no saben cómo sacarle partido". En los momentos actuales Nikolaidu sugiere amurallarse con un surtido de aceite de oliva, latas de sardinas, lentejas y féculas en general. O sea, lo que da el Mediterráneo.

Su libro de Recetas contra el hambre ya va por la segunda edición y es parte de una oleada de recetarios para presupuestos limitados que pregonan hasta 110 menús diferentes a cinco euros por cabeza.

Los ciudadanos, que se armaron de ingenio para sobrevivir a los años de la gran carestía, han tomado buena nota de la que puede ser la mejor indicación de todas: masticar cuanto haga falta hasta sentir el estómago lleno.

Y es que de los griegos, clásicos o contemporáneos, nunca se acaba de aprender.



viernes, 9 de diciembre de 2011

¿POR QUÉ ODIAMOS?

Umberto Eco

Pensaba que ya había dicho todo lo que tenía que decir acerca del tema, pero en una conversación reciente con mi amigo Thomas Stauder emergieron nuevos puntos —o, al menos, nuevos para mí—. Esta fue una de esas discusiones después de las cuales uno no puede recordar quién dijo esto o quién dijo aquello, pero nuestras conclusiones coincidieron.

La gente tiende, con una tontería más bien presocrática, a ver el amor y el odio como alternativas necesarias y simétricas entre sí. O sea, que si no amamos algo debemos odiarlo, y viceversa. Obviamente, sin embargo, hay un número infinito de matices entre ambos polos. Incluso si empleamos metafísicamente los términos, el hecho de que yo ame las pizzas no quiere decir que odie el sushi —simplemente, me gusta menos que la pizza—. El hecho de que ame a alguien no significa que odie a todos los demás; lo opuesto del amor fácilmente podría ser la indiferencia. Yo amo a mis hijos y soy indiferente al conductor de taxi que me recogió hace un par de horas.

Pero el punto real es que algunos tipos de amor son aislantes, exclusivos. Si estoy enamorado locamente de una mujer, espero que ella me ame a mí y no a otros (al menos, no en la misma forma). En forma similar, una madre siente un amor apasionado por sus hijos y desea que ellos la amen en una forma especial, y nunca se sentiría obligada a amar a los hijos de otra gente con la misma intensidad. El amor, entonces, en su propia forma es egoísta, selectivo y posesivo.

Por supuesto, está el mandamiento que nos dice que “amemos” a nuestros vecinos —a los 7 mil millones de ellos— como nos amamos a nosotros mismos. En la práctica, no obstante, este mandamientos nos exhorta a no odiar a nadie; no espera de nosotros que amemos a un desconocido en la misma forma que amamos a nuestros padres o nietos.

Yo amo a mi nieto más que, digamos, a un cazador de focas a quien nunca he conocido. Esto no quiere decir que no me importaría en absoluto si un hombre al otro lado del mundo pereciera, pero siempre me sentiré más conmovido por la muerte de mi abuela que por la de un extraño.

El odio, por otra parte, puede ser colectivo; de hecho, bajo regímenes colectivos en particular, debe ser colectivo. Cuando yo era niño, el Partido Fascista me pidió que odiara a todos los hijos de Albión, y, cada noche, Mario Appelius recitaba por la radio su ritual “Que Dios maldiga a los ingleses”. Eso es lo que dictadores y populistas desean —y también las religiones, entre sus facciones fundamentalistas— porque el odio hacia un enemigo común une a la gente y la hace arder con el mismo fuego.

El amor calienta el corazón sólo hacia unas cuantas personas selectas; el odio calienta los corazones de todos los que están en tu bando, y puede movilizar a un grupo a discriminar a millones de seres: una nación, un grupo étnico, personas cuya piel tiene un color diferente al tuyo o gente que habla un idioma diferente. Un italiano racista puede odiar a todos los albanos o rumanos o gitanos. Umberto Bossi, líder del Partido de la Liga del Norte en Italia, odia a todos los italianos del sur (y, dado que su salario es pagado parcialmente con los impuestos de los sureños, se trata de una obra maestra de malevolencia, al unir el odio con el placer de añadir insulto a la herida). Cuando era primer ministro, Silvio Berlusconi dejó en claro que odiaba a los jueces y pidió al pueblo que hiciera otro tanto, y que también odiara a los comunistas, aunque eso pudiera significar conjurar visiones de ellos donde ya no existían.

El odio, en consecuencia, no es individualista sino generoso e inclusivo, acogiendo a muchedumbres con un solo aliento. Sólo en las novelas se nos dice que es hermoso morir por amor; y usualmente el héroe más digno de ser emulado es aquel que encuentra su fin al derrotar al villano —el odiado enemigo—.

La historia de nuestra especie ha estado marcada más por el odio, las guerras y las matanzas que por actos de amor, que son inherentemente menos cómodos y también bastante fatigosos si se extienden más allá del círculo inmediato de nuestro egoísmo. Nuestra atracción por los deleites del odio es tan natural que los líderes manipuladores no tienen el menor problema para cultivarlo; mientras tanto, en ocasiones parece que somos alentados a amar sólo por personajes ficticios nada atractivos que tienen el hábito desconcertante de besar a leprosos.



jueves, 8 de diciembre de 2011

ROUCO QUIERE QUE LA LEY DE DIOS VUELVA A GUIAR LAS DECISIONES PÚBLICAS




El arzobispo de Madrid, Rouco Varela, ante estos momentos "muy difíciles", ha declarado que "sería bueno" que la conciencia guiada por la Ley de Dios "vuelva a ser un elemento y un órgano decisivo en el comportamiento no sólo personal y privado, sino en el comportamiento, en la acción y en las actividades públicas que afectan a todos".

Durante la celebración de la festividad de la Inmaculada Concepción, Rouco ha relacionado las dificultades actuales con la "renuncia a vivir de acuerdo con la gracia y el amor de Dios".

"Nadie, si deja hablar sinceramente a su corazón y a su conciencia", lo puede negar, ha advertido el cardenal. Por eso ha pedido a sus fieles que "influyan" para que los "movimientos y corrientes de pensamiento y de poder en el mundo lo reconozcan".

La "gran virtud" de la virgen

Rouco ha puesto como ejemplo la "humildad y la sencillez" de la virgen y ha destacado cómo ella hizo uso de su libertad "de una forma ejemplar". La virgen "no hizo planes suyos al margen de los planes de Dios, puso su vida en el corazón de Dios, se puso a disposición de la voluntad santa de Dios, se dejó llevar por él", ha indicado.

El cardenal ha recordado que la festividad de la Inmaculada Concepción —que se celebra hoy— anima a los creyentes a"un conocimiento más profundo de la historia del hombre", especialmente a la "historia interior de la humanidad" que fluye como "un río subterráneo de los grandes acontecimientos humanos" y que arrancó con el pecado cometido por Adán y Eva.

Por último, Rouco ha recordado "el ejemplo que dieron" todos los jóvenes que se desplazaron este verano a Madrid para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) para encontrarse con el Santo Padre con el fin de "enraizar y mantenerse firmes en la fe" y ha animado a seguir su ejemplo.

HAITI DEJADO A SU SUERTE


Guillermo Nova | Radio Cooperativa

La crisis económica y la reducción de las partidas presupuestarias a la cooperación internacional están significando que decenas de organizaciones humanitarias abandonen Haití por falta de fondos.

Esta situación coincide con el momento en el que más falta hace su presencia en la nación antillana dado que el cólera está a punto de convertirse en una enfermedad endémica.

Desde octubre del año 2010 comenzó a difundirse la epidemia por la que más de seis mil personas murieron de cólera y otras 500 mil, equivalente al cinco por ciento de la población, lo contrajeron.

El origen de la epidemia estuvo en el personal de una base nepalí de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) que defecaron en las cercanías del río Artibonite, uno de los principales afluentes de Haití, utilizado por miles de personas para lavar, beber, pescar o bañarse.

El Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití estimó que la ONU tiene responsabilidad por no haber realizado exámenes médicos de rigor a sus soldados antes de enviarlos de misión a la isla.

Señal de alarma

Paul Farmer, enviado especial de las Naciones Unidas en Haití y fundador de Partners in Health, dijo que los cubanos fueron los que dieron la importante alarma inicial sobre el brote, ayudando a movilizar a los funcionarios de salud y reducir la cantidad de muertos.

El coordinador humanitario de la ONU en Haití declaró que la ayuda internacional es muy insuficiente para hacer frente a la epidemia, lo cual despertó en el país un debate interno sobre la posibilidad de retrasar las elecciones presidenciales y legislativas del 28 de noviembre.

El doctor francés Gerard Chevallier, que trabaja con el ministerio de Salud haitiano, asegura que las cifras oficiales “subestiman” la cantidad real y realizan reportes que son imperfectos, donde “hay zonas donde la gente se muere y nadie se entera”, afirmó.

Condiciones de insalubridad en los campamentos

En la actualidad viven unas 580 mil personas en varios campamentos para damnificados por el terremoto sucedido en enero de 2010, en condiciones de insalubridad debido a las escasas medidas higiénicas.

En cada campamento hay un promedio de 112 personas que se benefician de una sola letrina y solo el 18 por ciento de esos lugares cuentan con lavatorios de manos y cara, Según datos de la Red Haitiana de Derechos Humanos.

La entidad humanitaria asegura que tan solo el 48 por ciento de los desplazados accede a agua potable de manera segura.



sábado, 3 de diciembre de 2011

UN EMPRESARIO SUBE EL SUELDO A SUS EMPLEADOS TRAS TRATAR DE VIVIR CON EL SALARIO DE ELLOS

Visto en 'La Voz de Galicia'

El empresario italiano Enzo Rossi, de 42 años, ha decidido subir el sueldo de sus empleados en doscientos euros netos al mes después de haber intentado vivir son su salario y llegar sólo hasta el día 20, publica hoy el diario La Repubblica en su edición digital.

Rossi, director de la fabrica de pasta Campofilone, declara tras la experiencia que «es justo tomar más de los ricos para dárselo a los pobres».

El empresario se asignó un sueldo de mil euros para sí y otros mil para su mujer, que también trabaja en la sociedad, aunque reconoce que esos dos mil euros de ingresos son superiores, incluso, a los que tienen algunas de las familias de sus empleados.

El empresario explica que decidió hacer la experiencia porque «estamos volviendo al siglo XIX cuando en mi pueblo había condes y barones, por un lado, y aparceros, por el otro, y se decía que los cerdos nacían sin piernas porque los jamones debían ir a los señores».

«En los últimos decenios la vida de los trabajadores creció y la diferencia con las otras clases sociales había disminuido. Pero ahora se está volviendo atrás y hay que remediarlo», aseguró.

El empresario comenta que no ha sido capaz de llegar al día 20 después de haber pagado las facturas del agua, el gas, el seguro del automóvil y haber tenido cuidado en el gasto cotidiano.

«Eso significa que en un año entero habría estado sin dinero durante 120 días al año; eso no sólo es pobreza, es también desesperación», afirma.

Después, hace una metáfora para mejor comprender la situación de no tener dinero a fin de mes: «me he sentido como uno cuando se sumerge en el mar a veinte metros de profundidad y descubre que la bombona de oxígeno se ha agotado».

Por ello, ha decidido subir el sueldo de sus empleados en 200 euros al mes, ya que «es lo mínimo que podía hacer».

«El coste de la vida ha subido 150 euros al mes, según el Instituto Nacional de Estadística. Para los que son como yo no es nada, para los trabajadores 150 euros menos son casi dos mil euros al año y eso significa no pagar las averías del automóvil o no comprar el ordenador al hijo», dice Rossi.

El empresario explica que en los dos últimos años los beneficios de su empresa han ido bien y, por tanto, «no es justo que el único en disfrutarlos sea yo».

Y aunque no se define marxista, sino ex de derechas, Rossi afirma: La plusvalía generada de la transformación de la harina y de los huevos debe dar también beneficios a los agricultores que me dan la materia y a los trabajadores de la fábrica».



jueves, 1 de diciembre de 2011

HILOS DE REFLEXIÓN SOBRE ¿LA CRISIS? Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA VIDA

Amaia Pérez Orozco

Este texto es no es más que un intento de recoger por escrito reflexiones varias surgidas al calor de múltiples debates en diversos contextos y forma parte de un trabajo más amplio en preparación. Surge en este momento de ilusión del 15-M (esto es esperanza, y no la presidenta), pero se engarza con historias que venían de mucho antes. No es un texto acabado, redondo, con principio y fin. Es poco más que un borrador que recoge debates que hemos ido teniendo y lanza ideas para debates futuros. Es un texto que se lanza para el diálogo, para sentarse en una plaza y debatir, por eso no va maqueado ni pulcramente planchado; o sea: perdonad los posibles gazapos, los puntos suspensivos, y los argumentos a medio cocinar.

1. La crisis, ¿qué crisis?

El estallido financiero se ha adueñado de la concepción única y absoluta de “LA CRISIS”. Desde perspectivas críticas, llevábamos años denunciando que el proceso de valorización de capital se lograba mediante la puesta a disposición de dicho proceso del conjunto de la vida (humana y no humana). Es decir, convirtiendo la vida y sus necesidades en un medio para el fin de acumulación de capital; en el mejor de los casos, en el peor, la vida constituía un estorbo y lo más rentable era destruirla. A esto lo habíamos denominado conflicto capital-vida. Con esta expresión nos referíamos al tipo de vida que construye el capitalismo (qué formas de vida y qué dimensiones de la vida resultan rentables, productivas –por la doble vía de la producción o del consumo-), y a las dimensiones de la vida que no son rentables, que sobran, o a las vidas enteras que no eran rentables, que sobraban. En el proceso de financiarización de la economía, este conflicto se había agudizado, al producirse una parte creciente del proceso de valorización con una desconexión tremenda de los procesos vitales mismos.

En ese sentido, decíamos que el proceso de valorización se había dado a costa de la explotación del planeta (de la vida no humana). Y también a costa de poner la vida humana al servicio del proceso de acumulación, tanto en el Sur global como en el Norte global (si bien esta explotación tenía características e intensidades muy diversas). Esto había conllevado serios ataques a los procesos vitales, que veníamos luchando que se reconocieran como crisis profundas, sistémicas y acumuladas. Así, hablábamos respectivamente de una crisis ecológica (global); una crisis de reproducción social que afectaba al conjunto de expectativas de reproducción material y emocional de las personas en el Sur global; y una crisis de los cuidados, que afectaba a una dimensión concreta de las expectativas materiales y emocionales de reproducción (los cuidados) en el Norte global.

Luchábamos porque estos procesos vitales truncos se reconocieran como crisis… y nos estaba costando. Estábamos visibilizando las deficiencias estructurales de un sistema depredador (que no solo era capitalista, sino también heteropatriarcal, antropocéntrico e imperialista). Hablábamos de crisis de civilización porque atravesaba el conjunto de las estructuras (políticas, sociales, económicas, culturales, nacionales, etc.), pero también de las construcciones éticas y epistemológicas más básicas (la propia comprensión de “la vida”).

Llega entonces el estallido financiero y automáticamente y sin cuestionamiento alguno, le otorgamos el nombre de crisis. Realmente, lo que se produce es un quiebre en el proceso de acumulación, de valorización de capital, primeramente en los circuitos financieros. No es, de primeras, un quiebre directo de los procesos vitales. En ese sentido no es una crisis (no está –o no tan agudamente- en crisis el proceso vital, que es el que nos importa si ponemos la sostenibilidad de la vida en el centro). Son posteriormente el tipo de políticas que se ponen en marcha para recuperar el proceso de valorización (las llamadas políticas anticrisis, que son más bien políticas de recuperación de la ganancia) las que implican un serio ataque a las condiciones de vida. Esa ahí donde la respuesta política al estallido financiero empieza a devenir en crisis. Así, podemos prever que la recuperación del capital implique, en el Norte global, un agravamiento serio de la crisis de los cuidados (vía reducción de servicios y prestaciones públicas, traslación de carga de trabajo al trabajo no remunerado y flexibilización y desregulación creciente del mercado laboral), así como el comienzo de una crisis de reproducción social para ciertos segmentos sociales (vía hipersegmentación social y vía paso de situaciones de precariedad en la vida a situaciones de exclusión, en un contexto de agudización de la dependencia del ingreso por la desaparición de mecanismos colectivos de absorción de los riesgos de la vida, dificultad de acceso a fuentes estables y suficientes de ingresos, pérdida de la noción de universalidad de los derechos y paso a enfoques asistenciales); y, en el Sur global, que se traduzca en un agravamiento de la crisis de reproducción social (por ejemplo, ya ha ocurrido en lo referente a la crisis alimentaria provocada por la especulación con alimentos).

Así, una primera pregunta es de qué crisis estamos hablando.

Ante la crisis, hay múltiples frentes de intervención, pero me limito a resaltar dos “pres” y dos intervenciones simultáneas.

Los "pres" para intervenir en la crisis

2.1 La "desfinanciarización" de la economía

Someter a los mercados financieros a un control realmente democrático, poner coto a la capacidad de las empresas de crear dinero financiero, exigir responsabilidades a gestores financieros, agencias de calificación, instituciones, etc. Es decir, la reversión del proceso por el cual los mercados financieros estaban alejándose por completo de toda posibilidad de control y de todo vínculo con el resto de procesos socioeconómicos (lo que en palabras de Mertxe Larrañaga podemos llamar "desfinanciarizar" la economía) es una exigencia que no solo toma cuerpo, sino que es compartida una pluralidad enorme de gentes. El problema es si con ello aspiramos a volver a poner a las finanzas al servicio de la producción como fin último de la reivindicación, es decir, que queremos volver a una especie de capitalismo bueno, movido por la demanda, léase el consumo.

Las diversas medidas que nos llevarían a esa desfinanciarización debemos leerlas en términos de aminorar el conflicto capital-vida. Si bien sabemos que este conflicto es inherente al capitalismo heteropatriarcal, puede tener diversas intensidades. Y en el paso de la lógica K-M-K’ a la lógica K-K’ se había agravado. Se trata, por tanto, de exigir esta bajada de intensidad del conflicto a la par que cuestionamos el sistema capitalista en sí.

(Existen múltiples propuestas que dan forma a esta desfinanciarización -entre otras, pueden verse las propuestas del grupo de trabajo de economía de Sol, propuestas de grupos como ATTAC, u otras realizadas desde el ámbito de la economía ecológica- el debate central es si se “limitan” a, digamos, poner algo de orden en el casino global, o si replantean de arriba abajo el papel del sistema financiero, su carácter privatizado, e, incluso el rol del dinero como medio de acumulación de valor).

2.2 El cuestionamiento de la dicotomía perversa producción/reproducción

Desde el ecologismo social afirman que la “metáfora de la producción” (como la llama José Manuel Naredo) se ha adueñado de nuestra forma de interpretar el mundo. Es decir, creemos en la posibilidad de producir riqueza, en un proceso progresivo y creciente sin límite. Este sería el objetivo socioeconómico por excelencia, el sentido del progreso y el desarrollo: el crecimiento. A su servicio estaría, de forma clave, el planeta, el conjunto de recursos naturales, disponibles para que el hombre los domine y utilice para ir constituyendo civilización. Esta metáfora ha sido duramente cuestionada por el ecologismo social y por el feminismo.

El ecologismo asegura que la producción no existe. Los sistemas socioeconómicos son subsistemas abiertos, que extraen recursos, absorben energía, generan residuos y emiten energía degradada. Estos subsistemas abiertos funcionan en un sistema cerrado, la biosfera, que no intercambia materiales con el exterior y donde la única producción de verdad solo es la de la fotosíntesis, y es muy poca. Es decir, que extraemos y transformamos, pero no producimos nada. La producción es una fantasía antropocéntrica, que tiene una única forma de mantenerse: crear un medio fantasma de acumular esa supuesta riqueza creada, el dinero. El dinero que no existe más que en la medida en que la gente crea que existe (y, en ese sentido, podemos decir que es una gravísimaperformance), no solo se convierte en el fin del proceso económico, en medio de acumulación y no de mero intercambio, sino que es el sine qua non para el funcionamiento de la metáfora de la producción.

Desde el feminismo se afirma que el otro oculto de la producción es la reproducción, en un esquema epistemológico patriarcal que está en la base de la explotación de la naturaleza y la opresión de las mujeres. Este esquema se caracteriza por interpretar el mundo de forma dicotómica: comprender la realidad organizada en pares opuestos (bueno/malo, arriba/abajo, producción/reproducción), con una valoración jerárquica del binomio (la producción es el progreso, lo deseable) y donde el miembro valorado termina arrogándose el todo, la universalidad (solo vemos y hablamos de la producción). Además, hay un encabalgamiento entre toda dicotomía y las dos clave de: masculino/femenino, civilización/naturaleza. La producción encarna valores de la masculinidad y usa la naturaleza feminizada para construir civilización.

Desde aquí se produce una disociación entre el crecimiento, el progreso, entendidos como el objetivo civilizador y el mero sostenimiento, condición que se supone debe superarse (trascender es lo plenamente humano y entra en contradicción con la inmanencia). Ante esta epistemología perversa, la cuestión no es solo visibilizar que, además de producir bienes y servicios, también se reproducen personas. Sino señalar que ambos procesos no están escindidos, que la producción solo nos importa en la medida en que reproduce vida. La reproducción, por tanto, es la lente desde la que mirar el conjunto, el eje trasversal. Dicho de otra forma: que no hay contradicción entre el objetivo que luego llamaremos de “vivir bien” y la sostenibilidad. Se trata de vivir bien, no vivir mejor (mejor que antes, mejor que otrxs).


Intervenciones simultáneas: construcciones éticas y construcciones socioeconómicas

Es urgente que tengamos dos debates simultáneos o, en palabras de Silvia L. Gil, que seamos capaces de pensar e intervenir simultáneamente en varios niveles:

Necesitamos un cuestionamiento ético de los valores mismos que sostienen el sistema y que interpretan la vida (la humana y la no humana)
Y necesitamos un cuestionamiento de las estructuras que organizan esa vida (esas vidas)Son procesos que deben ir simultáneos, porque a lo que nos enfrentamos es a una crisis sistémica.

Cuestionarnos qué es eso de “vivir bien”Respecto a la intervención ética: necesitamos un debate radicalmente democrático sobre qué entendemos que es “vivir bien”, varios apuntes:

Radicalmente democrático: y esto hace referencia a la falta de estructuras de democracia real participativa
¿Qué necesidades son las que convierten a la vida en una vida significativa? Aquí hay nexos indiscutibles con las propuestas del decrecimiento y de vivir mejor con menos. Desde el feminismo, apostamos por constituir los cuidados en una de las dimensiones centrales de esa vida significativa (aunque tengamos al mismo tiempo que replantearnos qué entendemos por cuidar bien-cuidarnos bien). Y por otorgar máxima importancia a dimensiones de la vida que han pasado históricamente no discutidas en lo publico, sino “negociadas” en lo privado/doméstico, y/o se consideran ajenas a lo económico (cuestiones afectivas y relacionales, sexuales, etc.). Estas necesidades deben definirse de manera colectiva (no es lo que individualmente consideramos necesario, sino lo que colectivamente nos responsabilizamos de garantizar)
Cambios epistemológicos clave para romper con la idea de autosuficiencia (somos seres autosuficientes en nuestra individualidad, “yo y el mercado”):

Reconocer y poner en primer plano la vulnerabilidad de la vida: que la vida es vulnerable entendiendo esto como potencia, como la apertura de espacios donde podamos sentir conexión, sentirnos afectadas por lo que les ocurre a otrxs.
Reconocer la interdependencia de la vida y la ecodependencia como condiciones inherentes a esta. La única forma de afrontar la vulnerabilidad es en la interacción. La interdependencia nos transforma la pregunta: ya no es cómo lograr ser autosuficiente, sino cómo lograr niveles suficientes de autonomía en una realidad de interdependencia y cómo construir la interdependencia en términos de reciprocidad y no de asimetría; y como lograr autonomía en un contexto de ineludible interdependencia (como dice Silvia Gil en Nuevos Feminismos. Sentidos comunes en la dispersión, se trata de “abrir la posibilidad de pensar la autonomía, no como ejercicio individualizador de valorización del capital, sino como capacidad para construir una vida en la que se afirme la interdependencia y se dibuje de un modo más justo, abriendo nuevos ”).
sentidos colectivos para su organización. .
En estos debates (poner en el centro otra apuesta, una ruptura expresa y rotunda con los valores de la “modernidad”, “desarrollo”, “progreso”) hay muchas aportaciones: buen vivir (sumak kawsay/suma q’amaña), decrecimiento, mejor con menos, postdesarrollo… Desde el feminismo hemos hablado de cuidadanía, de vida vivible… Introducir las distintas perspectivas (con sus potencialidades y límites) en el debate. En esta profusión de perspectivas, no tenemos las palabras: ¿cómo llamar a ese “vivir bien”? Y por eso las comillas.
Algunos elementos, entre otros muchos, de cara a pensar ese “vivir bien”:

Que ese “vivir bien” sea universalizable: que no se dé a costa del “vivir mal” de otrxs. Los debates que estamos teniendo con el 15-M tienen a veces un foco excesivamente nacional, o “primermundista” (¿reivindicamos el estado del bienestar como una panacea sin preguntarnos en qué medida ese estado del bienestar solo ha sido posible gracias a las desigualdades globales?). Aquí hay un nexo directo con el cuestionamiento de las fronteras, y podría derivar en reivindicaciones inmediatas como la derogación de la ley de extranjería o el negarse a la modificación de Schengen.
Igualdad: la igualdad redefinida desde la conciencia de la diversidad, cómo lograr que la diversidad no implique desigualdad
Austeridad: los límites ecológicos son insoslayables. ¿Pero debemos pensar también en límites éticos (vinculados a las nociones de universalidad e igualdad)?

Con qué estructuras gestionamos la responsabilidad colectiva de poner las condiciones de posibilidad para ese “vivir bien”A la hora de discutir esto tenemos, en primer lugar, que introducir en el debate todas las estructuras socioeconómicas posibles (me voy a referir a las estructuras socioeconómicas y no a las políticas, por ejemplo, pero habría que ampliar en consonancia): la diversidad existente y las que podrían existir. A menudo el debate se ciñe a dos estructuras contrapuestas: mercado y Estado (entendidas además de forma muy monolítica). Pero hay otras estructuras en funcionamiento:

Los hogares (diversos, más allá de la familia): institución económica que desde el feminismo definimos como la unidad económica básica (en el sentido de que es la forma organizativa en que las personas gestionamos cotidianamente nuestra vida económica) y como colchón de reajuste del sistema (en el sentido de que es donde en última instancia se producen los reajustes en términos de generación de bienes y servicios, distribución y consumo de recursos para garantizar la vida en función de las condiciones que impongan el resto de las esferas; es la institución que asume la responsabilidad de garantizar las condiciones de vida en el marco de un sistema que garantiza el proceso de acumulación). Los hogares, además, son instituciones muy poco democráticas (unidades de conflicto cooperativo, como se han definido), por lo que si exigimos estructuras económicas democráticas, un serio debate sobre los hogares es insoslayable.
Diversas formas comunitarias de organizar el trabajo y el acceso a bienes y servicios: formas varias de vida en común y/o de organización en común de los trabajos. Redes varias comunitarias, vecinales, etc.
Economía social y solidaria: ¿es posible que esta sea eje clave de la reorganización de la estructura socioeconómica?, ¿cuáles son los nexos de la economía social y solidaria con lo público?
Tercer sector
Economía campesina
… Formas variadas también en cada contexto
Esas y otras estructuras existen ya (son lo que Magdalena León llamaría la economía diversa realmente existente y que va también más allá de la tríada Estado-empresas-hogares en la que a veces se queda encajonada el feminismo). A la par, hay que complejizar el debate sobre las empresas (no toda empresa es igual, ni siquiera aunque tenga ánimo de lucro). Además, hay otras formas que podrían pensarse. Por ejemplo, ¿podría pensarse una organización y gestión de lo público que no pase necesariamente por la estructura administrativa burocrática? Es imprescindible un ejercicio de creatividad e imaginación muy grande.

Teniendo en mente la diversidad de formas posibles de organizar la economía, hay dos movimientos estratégicos clave:

Primero: detracción de recursos de la lógica de acumulación

En la medida en que está claramente identificado el conflicto entre el proceso de acumulación y la garantía de unas condiciones que hagan posible ese “vivir bien”, es urgente ir detrayendo recursos que hoy día están puestos a funcionar para garantizar el proceso de valorización de capital.

Segundo: Poner los recursos a funcionar bajo otra lógica económica, en estructuras económicas democráticas

Cuáles son estas estructuras y cuál puede ser su lógica de funcionamiento es justo el elemento clave a imaginar y construir. Podría haber ciertas pistas:

¿Lógica? Es decir, la forma en que se reconocen las necesidades de sujetos concretos, las vías por las cuáles se legitiman esas necesidades (se asume un compromiso de resolverlas), la forma de organizar la generación de los medios para satisfacerlas, y la forma de distribuirlos… Debemos ir más allá de (¿o recuperar para complejizar?) la idea de las tres lógicas intercambio/redistribución/reciprocidad
Hay ya distintas lógicas en marcha en esas diversas estructuras económicas: podemos partir de reconocerlas y valorarlas, pero sin mitificar ninguna (especialmente peligroso sería mitificar una supuesta “ética de los cuidados” o de la “vida comunitaria”)
El dinero debe volver a ser un medio de intercambio y perder la capacidad de acumulación, tampoco puede ser el medio para reconocer y legitimar las necesidades.Bajo esta idea de detraer recursos a la lógica de acumulación (organizada en torno a estructuras sumamente jerárquicas) y ponerlos a funcionar en estructuras democráticas bajo otras lógicas económicas para asumir la responsabilidad colectiva de garantizar las condiciones en las que sea posible ese “vivir bien”, podrían exigirse reivindicaciones inmediatas referidas a distintos tipos de recursos como:

Espacio físico: detraer tierra, espacio urbano y rural al capital. Aquí las propuestas más elaboradas vienen del ecologismo. Por ejemplo (y lanzo un tanto a boleo): redefinir toda la orientación de los transportes, priorizar el transporte en tren frente al automovilístico; una red ferroviaria electrificada que una todos los núcleos habitados y priorice esta conexión frente a las líneas de alta velocidad que unen grandes núcleos; espacio en las ciudades para el carril bici y zonas peatonales frente al asfalto para los coches; recalificar el suelo (de urbanizable a zonas verdes o…). Tierras para la pequeña agricultura ecológica frente a las tierras para los monocultivos para la exportación…
Vivienda: el debate sobre la vivienda nos pone delante dos cuestiones claves:

La imperiosa necesidad de apostar por la redistribución frente al crecimiento. “Casas sin gente, gentes sin casa, ¿qué pasa?” En este contexto es un absurdo pedir la construcción de más viviendas (¡casi un millón vacías!) para solucionar la falta de acceso.
La urgencia de erosionar la fortaleza del nexo calidad de vida-capacidad de consumo (otra manera de decir que se pongan los recursos a funcionar bajo otra lógica distinta a la de acumulación y la subsiguiente compra/venta; otras formas de acceder a los recursos que no pasen por el dinero del salario): si dejamos de gastar una media del 60% del sueldo en vivienda, ¿podríamos vivir mucho mejor con mucho menos dinero?
Nos trae también a colación el debate sobre nuestros propios valores éticos: ¿seguimos teniendo como objetivo vital la propiedad individual de vivienda?
En ese contexto, ¿por qué no apostar por la expropiación de la vivienda vacía (quizá con ciertas excepciones) y organizar un parque público de vivienda en alquiler?
Cuidados: en este caso, más que detraer estos recursos, se trata de evitar que se siga en la tendencia actual donde están entrando dentro de la lógica de acumulación. En ese sentido, la propuesta fundamental sería prohibir que los cuidados puedan ser servicios proporcionados por entidades con ánimo de lucro. Desde el feminismo hemos insistido en las perniciosas consecuencias de que esto ocurra (básicamente, garantizar márgenes de rentabilidad suficientes y crecientes mediante: la provisión de cuidados de calidades extremadamente diversas –a menudo rayando lo indigno- según la capacidad de pago, por lo tanto, multiplicando las desigualdades; y mediante la explotación de la “ética reaccionaria del cuidado” en las trabajadoras, para garantizar que se sientan responsables de seguir proporcionando buenos cuidados al margen de las condiciones laborales e inhibir procesos reivindicativos, en la medida en que se las hace sentir responsables directas del bienestar de los “consumidores”). Es imprescindible retomar esa vieja idea de que el ánimo de lucro no puede operar en sectores básicos, y exigir que los cuidados sean considerados como tal.
Recursos financieros: hago referencia aquí a un propuesta clave y con gran apoyo social, la reforma fiscal progresiva (pero hay otras, por ejemplo, la banca pública).

Hay mucho hablado y por hablar sobre esto, pero básicamente progresiva significa: priorización de los impuestos directos sobre los indirectos; gravar más al capital que al trabajo; establecer un sistema de tipos y tramos realmente progresivo, tanto para el capital como para el trabajo. Podríamos añadir que no beneficie a unos tipos de familias sobre otros (sobre todo referido al impuesto sobre la renta: que no redistribuya hacia los modelos normativos de familia). Los debates en torno a la reforma fiscal aducen que el ajuste no necesariamente debe producirse vía gasto, sino que puede darse vía ingreso.
La cuestión adicional sería: ¿y para qué usar estos recursos?: ¿recaudarlos para ponerlos a funcionar otra vez en los mismos circuitos (por ejemplo, financiar otro megaproyecto)?, ¿recaudarlos para que la gente pueda satisfacer expectativas de consumo que son insostenibles (de nuevo, compra de automóviles)? Es decir, la idea no es “reactivar la demanda” (cualquier demanda, de cualquier necesidad, recursos producidos bajo cualquier forma organizativa) para incrementar la “producción real”, sino preguntarnos cuál es esa “producción”, en qué estructuras se da, a qué necesidades responde, etc.
En este sentido, sería clave ligar esta detracción de recursos financieros con el ponerlos al servicio de: (1) socializar la responsabilidad de cuidados, que a día de hoy está privatizada: responsabilidad femenina en los hogares (y aquí van la ley de dependencia y autonomía personal, las escuelas infantiles, derechos de “conciliación”… pero también podrían ir otras: ¿comedores colectivos?); (2) para poner en marcha otro conjunto de mecanismos que permitan colectivizar los riesgos del vivir (sistemas de pensiones, con un debate sobre su carácter contributivo, recuperación de la noción de universalidad de los derechos…); y (3) recuperar estándares de calidad y universalidad de los sistemas educativos y sanitarios.
Recursos humanos: liberar tiempo de vida. La reivindicación clave sería la reducción de la jornada laboral sin pérdida salarial, como forma además de poner en primera línea la idea de apostar por la redistribución frente a la competencia (en un entorno de esclavitud del salario y de escasez del empleo, competencia por el empleo entre países, entre mujeres y hombres, autóctonxs y migrantes…). Pero añadiendo:

La no reducción del conjunto de la masa salarial (que el trabajo en su conjunto no pierda recursos frente al capital) debe ir acompañada de un debate sobre el valor de los trabajos y las diferencias salariales. Así, reivindicaciones asociadas serían: incremento del salario mínimo, establecimiento de un salario máximo y tope a las rentas no salariales (recuperamos la cuestión de los límites de la que hablábamos con anterioridad). Aquí se abrirían debates clave: ¿qué diferencias salariales son legítimas?, ¿qué es un salario digno? Por ejemplo, qué es un salario digno para el empleo de hogar; si el precio de este ha de ser siempre menor que el salario que logra fuera la familia empleadora… El debate sobre cómo valorar los trabajos (¿existe actualmente una correlación inversa entre valoración –monetaria y en derechos-, y la contribución social de los trabajos? O, dicho de otra forma: ¿hay una correlación directa entre valoración y contribución al proceso de acumulación?)
Redistribución de todos los trabajos: la redistribución de los remunerados debe ir sí o sí ligada a la redistribución de los no remunerados (por justicia, y porque es mediante los no remunerados como se asume la responsabilidad de sostener todas las dimensiones de la vida que no son rentables; son el sustrato para el trabajo pagado alienado). En este sentido, es especialmente preocupante la solidificación de la noción de “el parado”, deprimido porque no tiene empleo y sin saber qué hacer con su vida (los lunes al sol). Aprovechar el desempleo masculino para redoblar la lucha por la redistribución de los trabajos no remunerados (¿cómo podría organizarse esto?). Ni un parado más al sol.
Más allá del debate sobre el reparto del empleo, y sobre el reparto de los trabajos remunerados y no remunerados, debemos empezar a hablar del reparto de los trabajos socialmente necesarios y los trabajos alienados. ¿A qué nos referimos? Socialmente necesarios serían aquellos trabajos que generan las condiciones de posibilidad para ese “vivir bien”; alienados serían los que sirven a otros fines distintos. Hay una correlación entre esta distinción y la de remunerados/no remunerados: Muchos trabajos no remunerados (¿la mayoría?) son socialmente necesarios, pero no todos (por ejemplo, hay funciones asociadas a la imagen del ama de casa y la feminidad que no son solo prescindibles, sino que son esclavizantes –ya se cuestionó en su día lo alienante que era para las mujeres la exigencia de tener la casa como los chorros del oro-). Y muchos trabajos remunerados son alienados (sirven solo al proceso de acumulación, pero no a los procesos vitales, no satisfacen necesidades; aquí está la pregunta de Rosario Hdez Catalán “pero este trabajo yo para qué lo hago”). Los trabajos socialmente necesarios deben repartirse (no todos ellos son agradables, ni mucho menos) y revisarse su valoración; y los alienados deben repartirse hoy por hoy (es clave el reparto de los trabajos pagados: hoy por hoy los queremos porque nos dan un salario imprescindible para vivir), pero la lucha debe ser por tender a su desaparición.

Todo lo anterior son meras ideas, dibujadas con trazo grueso, para recoger diálogos que hemos ido teniendo, y para lanzarlas por si pueden servir en los debates abiertos y por abrir.