lunes, 27 de febrero de 2012

CON MEDELLÍN DIOS PASÓ POR AMÉRICA LATINA ¿CON QUIÉN PASA AHORA?

Jon Sobrino, jsobrino@cmr.uca.edu.sv

Los diez años de Medellín (1968) a Puebla (1979) fueron únicos en la época moderna de la Iglesia católica en América Latina. Después comenzó un declive al que Aparecida (2007) quiso poner freno, aunque hasta ahora queda mucho por hacer.

Al hacer este juicio, no nos fijarnos en la iglesia tal como la analizan los sociólogos, sino que nos fijamos en “el paso de Dios”. Sin duda es más difícil de calibrar, pero toca la dimensión más honda de la Iglesia, y al servicio de qué debe estar. En definitiva qué aporta a los seres humanos y al mundo como un todo. Y obviamente hay que preguntarse “qué Dios” es el que pasa por la historia en un momento dado.

Medellín

Fue un salto cualitativo. Irrumpieron los pobres, y en ellos irrumpió Dios. Fue un hecho fundante que penetró en la fe de muchos y configuró a la Iglesia.

Sorprendentemente, para la asamblea de obispos la prioridad no la tuvo la Iglesia en sí misma, sino el mundo de pobres y víctimas, es decir la creación de Dios. Sus primeras palabras proclaman la realidad del continente: “una pobreza masiva producto de la injusticia”. Los obispos actuaron, ante todo, como seres humanos, y dejaron hablar a la realidad que clamaba al cielo. Son los clamores que Dios escuchó en el éxodo, le hicieron salir de sí mismo y entró decididamente en la historia. De igual modo, con Medellín Dios entró en la historia latinoamericana.

Desde esa irrupción de los pobres, y de Dios en ellos, Medellín pensó qué es ser Iglesia, cuál es su identidad y misión fundamental, y cuál debe ser su modo de estar en un mundo de pobres. La respuesta fue “una iglesia de los pobres”, semejante a la ilusión que tuvo Juan XXIII y el cardenal Lercaro. En el concilio no prosperó, en Medellín sí. La Iglesia sintió compasión por los oprimidos y decidió trabajar por su liberación. Por muchos, con mayor o menor conciencia explícita, fue acogida como bendición. Por otros, fue percibida, con razón, como grave peligro.

Muy pronto reaccionó el poder. En 1968 Nelson Rockefeller escribió un informe sobre lo que estaba ocurriendo, y esa Iglesia, nueva y peligrosa, tenía que ser debilitada y frenada, y lo mismo ocurrió al comienzo de la administración Reagan. Oligarquías con el capital, ejércitos, escuadrones de la muerte, desencadenaron una persecución contra la Iglesia, desconocida en la historia de América Latina. La persecución, y el mantenerse firme en ella, dejó en claro lo novedoso y evangélico que estaba ocurriendo: la Iglesia de Medellín estaba con el pueblo pobre y perseguido, y corrió su misma suerte. Miles fueron asesinados, entre ellos media docena de obispos, decenas de sacerotes, religiosos y religiosas, y multitud de laicos, mujeres y varones. Con limitaciones, errores y pecados, era una Iglesia mucho más casta que meretriz, mucho más evangélica que mundana.

Al interior de la Iglesia católica, Pablo VI propició y animó esta nueva Iglesia, pero altos personeros de la curia romana, y de otras curias locales, la descualificaron, trataron mal e injustamente a sus representantes señeros, también a obispos, y diseñaron una iglesia alternativa, diferente y aun contraria, más devocional, intimista, de movimientos, sumisos a y defensores de la jerarquía. Y lo que había que evitar era que la Iglesia volviese a entrar en conflicto con los poderosos. La iglesia popular, nacida alrededor de Medellín, creyente y lúcida, de comunidades de base, que vivía la pobreza del continente, sufrió la doble persecución del mundo opresor, y, con alguna frecuencia, de la propia iglesia.

Una Iglesia así fue testigo y seguidora de Jesús de Nazaret. Encarnada, defensora y compañera de los pobres, cargaba con la cruz y con frecuencia moría en ella. Anunció una Buena Noticia como Jesús en la sinagoga de Nazaret. Tuvo sus “doce apóstoles”, los Padres de la iglesia latinoamericana con don Hélder Camara uno de los pioneros, con Enrique Angelelli, don Sergio Mendez Arceo, Leonidas Proaño, con monseñor Romero, pastor y mártir del continente, y otros. Llegó a ser ekklesia, en la que mujeres y varones, religiosas y laicos, latinoamericanos y venidos de fuera, llegaron a formar cuerpo eclesial, una gran comunidad de vida y misión. Entre los de casa y los de lejos se generó una solidaridad nunca vista: se llevaban mutuamente. Creció la esperanza y el gozo. Y del amor de los mártires nació una brisa de resurrección, ajena a toda alienación, que volvía a remitir a la historia para vivir en ella como resucitados.

En esa Iglesia soplaba el Espíritu, el espíritu de Jesús y el espíritu de los pobres. Ese espíritu inspiraba oración, liturgia, música, arte. Y también inspiraba homilías proféticas, cartas pastorales lúcidas, textos teológicos de casa, no textos simplemente importados que no habían pasado por el crisol de Medellín.

En el centro de todo estaba el evangelio de Jesús. Lucas 4, 16: “He venido a anunciar la buena noticia a los pobres, a liberar a los cautivos”. Mateo 25, 36-41: “Tuve hambre y me dieron de comer”. Juan 15, 13: “Nadie tiene más amor que el que da la vida por los hermanos”. Y Jesús de Nazaret, el crucificado resucitado, Hechos 2, 23: “A quien ustedes dieron muerte Dios le devolvió a la vida”.

¿Y ahora?

Encuestas, estudios sociológicos y antropológicos, económicos y políticos, ofrecen datos y suministran explicaciones sobre la Iglesia católica y otras iglesias cristianas. Nos dicen si subimos o bajamos en número y en influjo en la sociedad. Desde esa perspectiva nada tengo que añadir. Y estrictamente hablando, tampoco es mi mayor preocupación cuál será el futuro de lo que llamamos “Iglesia”, aunque en ella he vivido y vivo, y me he acostumbrado a pertenecer a la familia.

Lo que me interesa, y me alegra, es que “Dios pase por este mundo”. Y la razón es sencilla. El mundo está “gravemente enfermo”, decía Ellacuría, “enfermo de muerte”, dice Jean Ziegler. Es decir, necesita salvación y sanación. Por ello, como creyente y como ser humano, deseo que “Dios pase por este mundo”, pues ese paso siempre trae salvación a las personas y al mundo en su conjunto. Tuvimos la dicha de sentir ese paso de Dios con Medellín, con Monseñor Romero, con muchas comunidades populares. Con muchas personas buenas, sencillas en su mayoría. Con una pléyade de mártires. Y también, aunque eso solo se puede sentir “en un difícil acto de fe”, como decía Ellacuría al explicar la salvación que trae el siervo sufriente de Isaías, con el pueblo crucificado.

¿Cómo estamos hoy? Sería cometer un grave error caer en simplismos en cosas tan serias. Sería injusto no ver lo bueno que, de muchas formas, existe en las iglesias. Y sería arrogante no intentar descubrirlo, aunque a veces se esconda tras una corteza que no remite con claridad a Jesús de Nazaret. En cualquier caso, el paso de “Dios” siempre será misterio inescrutable, y sólo de puntillas y con máximo respeto a todos los seres humanos podemos hablar sobre ello. Pero con todas estas cautelas algo se puede decir. Mencionaremos las realidades de los fieles y sus comunidades, pero tenemos en mente sobre todo a las instancias, altas en jerarquía, históricamente muy responsables de lo que ocurre, y a las que no se puede pedir cuenta con eficacia. Con sencillez doy mi visión personal.

De diversas formas abunda el pentecostalismo, como forma de iglesia distante de los problemas reales de vida y muerte de las mayorías, aunque trae ánimo y consuelo a los pobres, lo que no es desdeñar cuando no tienen dónde agarrarse para que su vida tenga sentido -distinta es la situación en clases más acomodadas. Prolifera un gran número de movimientos, docenas de ellos, proliferan los medios de comunicación de las iglesias, emisoras de radio y televisión, sumisos en exceso a ideales y normas que provienen de curias, sin dar sensación de libertad para tomar ellos mismos en sus manos un evangelio que anuncia la buena nueva para los pobres, en forma de justicia, y sin sospechar la necesidad de un estudio, reflexivo, mínimamente científico, de la Palabra de Dios, y en general de la teología que propició el Vaticano II y Medellín. Proliferan devociones de todo tipo, las de antes y las de ahora. Jesús de Nazaret, el que pasó haciendo el bien y murió crucificado, es dejado de lado con facilidad en favor del niño Jesús, sea de Atocha, de Praga, el Dios niño, dicho con gran respeto. Con facilidad se diluye el Jesús recio de Galilea, del Jordán, el profeta de denuncias alrededor del templo de Jerusalén, en favor de devociones, basadas en apariciones con un trasfondo sentimental y melifluo en exceso. Por decirlo con sencillez, la divina providencia puede atraer más que el Padre de Jesús, el Hijo que es Jesús de Nazaret, el Espíritu Santo, que es Señor y dador de vida, y Padre de los pobres como se canta en el himno de Pentecostés.

En su conjunto cuesta hoy encontrar en la Iglesia la libertad de los hijos e hijas de Dios, la libertad ante el poder, que no por ser sagrado deja de ser poder. Se nota excesiva obsecuencia y sumisión hacia todo lo que sea jerarquía, lo que llega a convertirse en miedo paralizante. Desde las instancias de poder eclesial apunta el triunfalismo, y lo que he llamado la pastoral de la apoteosis, multitudinaria, mediática. En muchos seminarios el discurrir y pensar es sustituido por el memorizar. En las reuniones del clero, por lo que sabemos, las preguntas, la discusión y el debate son sustituidas por el silencio. Las cartas pastorales de los años setenta y ochenta -verdadero orgullo de las iglesias, que reverdecen en ocasiones, en Guatemala por ejemplo- son sustituidas por breves mensajes, modosos y comedidos, con argumentos tomados de las últimas encíclicas del papa. El centro institucional no parece estar ya en América Latina, sino en la distante Roma. Todo esto está dicho con respeto.

Cómo será el paso de Dios por América Latina y con quién pasará está por ver, y en definitiva es cosa de Dios. Pero es cosa nuestra anhelarlo, trabajar por ello, y aprender de cómo ocurrió en el pasado alrededor de Medellín.

Bueno es saber y analizar los vaivenes de la membresía y el influjo de las Iglesias en la sociedad. Por lo que dicen los datos, en ambas cosas la Iglesia católica va a menos. Pero más presentes hay que tener las raíces de cuya savia ha vivido el paso de Dios. Y regarla humildemente, con aguas vivas.

Qué le ocurrirá a nuestra iglesia, y a todas las iglesias, está por ver. Mi deseo es que, ocurra lo que ocurra en lo exterior, sea por ponerse al servicio del paso de Dios por este mundo, el Dios de Jesús, compasivo, profeta y crucificado. Y el Dios dador de esperanza.

Estas son preguntas que podemos hacerlas siempre. Pero quizás es bueno hacerlas al comienzo de cuaresma. Este tiempo nos exige reciedumbre para caminar a Jerusalén. Y nos ofrece esperanza de encontrarnos allí con Jesús crucificado y resucitado. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).



domingo, 26 de febrero de 2012

LA JOC Y HOAC ANTE LA NUEVA REFORMA LABORAL

.La Juventud Obrera Cristiana y la Hermandad Obrera de Acción Católica, como parte de la Iglesia en el mundo obrero y del trabajo, ofrecemos esta reflexión ante la aprobación por el Consejo de Ministros de una nueva reforma laboral.

Nos encontramos con la 16ª reforma del mercado de trabajo en democracia. Hasta ahora las sucesivas reformas laborales llevadas a cabo por los gobiernos, de uno u otro signo político, bajo el pretexto de modernizar y flexibilizar dicho mercado laboral, han transformando la concepción y función del trabajo asalariado en nuestra sociedad y están socavando los derechos de las personas trabajadoras y de sus familias.

Estas reformas siempre se han presentado como una necesidad para combatir el desempleo, pero sólo han conseguido:

- incrementar el empleo temporal, especialmente para los jóvenes;
- diversificar las modalidades de contratación a la carta;
- abaratar el coste del despido;
- reducir el crecimiento de los salarios;
- devaluar lo público (servicios sociales, educación y sanidad).

En definitiva, han profundizado en el trabajo precario y en el empobrecimiento de las familias trabajadoras. Un ejemplo lo tenemos en los años de crecimiento económico anteriores a la actual crisis: aún creándose riqueza y empleo, estos no sirvieron para disminuir la pobreza en nuestro país.

Ninguna reforma ha estado orientada hacia la expansión de un empleo decente como Benedicto XVI reclama en la encíclica Caritas in veritate. Los derechos que emanan de un trabajo a la altura del ser humano no pueden estar subordinados a las exigencias económicas. Es la economía la que debe orientarse a las necesidades de las personas y de sus familias; es el ser humano el centro de la actividad económica y laboral. El respeto a la dignidad del trabajo, vinculado a la dignidad de la persona, es y debe ser el criterio central de una economía orientada por “una ética amiga de la persona”. (Benedicto XVI, Caritas in veritate, 45)

Esta nueva reforma es otra agresión al trabajo humano como principio de vida. Creemos que una reforma laboral que pretende ser completa y marcar un antes y un después en las relaciones laborales, no puede hacerse sin el suficiente consenso social entre las personas trabajadoras y el colectivo empresarial. Y tendría, además, que responder a las necesidades de las familias trabajadoras y no a las exigencias impuestas por los mercados financieros, las grandes empresas, las instituciones comunitarias y los organismos económicos internacionales.

Esta reforma laboral es una vuelta de tuerca más para flexibilizar el mercado de trabajo:

- Quiebra el derecho constitucional a la negociación colectiva y a la capacidad organizativa de los trabajadores –no existe negociación real de los trabajadores en el ámbito de la empresa cuando el 95% del tejido productivo español está compuesto por empresas de menos de 50 trabajadores. Este Real Decreto contempla la fractura de la cohesión social al habilitar la “caducidad” de los convenios colectivos desincentivando cualquier negociación entre las partes.

- Facilita y abarata la expulsión del mercado de trabajo: quita trabas al despido por causas económicas; rebaja la indemnización del improcedente (pasando a 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades) y elimina la autorización administrativa para poder llevar a cabo los expedientes de regulación de empleo. Los contratos indefinidos con esta nueva regulación tampoco tendrán, como los temporales, condición de estabilidad.

- Abre el camino para ajustar los salarios a la productividad. Con esta reforma, los salarios de los trabajadores más débiles van a depender de la voluntad unilateral del empresario.

- Dificulta, cuando no impide o precariza, el empleo juvenil. Más del 80% del empleo destruido por la crisis corresponde a empleo juvenil. El nuevo contrato de trabajo indefinido, especialmente para jóvenes (también para desempleados de larga duración), dirigido a las empresas de menos de 50 trabajadores, se puede convertir, más que indefinido, en un contrato temporal sin causa justificada. Estas nuevas modalidades de contratación y regulación ponen en serio peligro, aún más, la estabilidad presente y futura de la mayor parte de la juventud.

No compartimos la individualización de las relaciones laborales que propone esta reforma. Recordamos a nuestros gobernantes que el trabajo es una experiencia comunitaria y que una de las funciones de la empresa, según la Doctrina Social de la Iglesia, es favorecer la comunitariedad. Todo lo que suponga la individualización, dar prioridad a los intereses personales frente a los colectivos, significa romper la vocación a la comunión del ser humano

No es lícito eliminar derechos y protección de las personas trabajadoras con el argumento de combatir el desempleo y de reducir la temporalidad, cuando han sido las políticas económicas de los últimos gobiernos las que han provocado que haya un tejido productivo tan débil y un empleo tan precario.

No podemos seguir flexibilizando las relaciones laborales sin garantizar la seguridad de una vida digna para las personas trabajadoras y sus familias. Y esta reforma se lleva a cabo en un contexto de quiebra del Estado de Bienestar, de reducción del Sector Público y de recortes de los servicios y prestaciones sociales sin precedentes.

Esta reforma rompe el débil equilibrio conquistado históricamente entre capital-trabajo, alejándose del principio siempre defendido por la Iglesia de la prioridad del trabajo frente al capital. Además, supone un nuevo golpe al Derecho Laboral limitando su capacidad de frenar la creciente mercantilización y “cosificación” del trabajo humano. Consideramos que este gobierno ha aprovechado el estado de quietud y miedo de la mayor parte de la ciudadanía, para eliminar viejas conquistas laborales y aspiraciones conseguidas tras muchas luchas de tantas personas a lo largo de la historia.

Los retos actuales que atraviesa la economía española requieren medidas políticas concertadas en el ámbito internacional que subordinen la economía financiera a la economía productiva. Es preciso, como ha pedido insistentemente Benedicto XVI y el Pontificio Consejo Justicia y Paz, una reforma del sistema financiero internacional. Esta reforma supondría avanzar en justicia social y comunión de bienes, redistribuyendo efectivamente la riqueza existente; controlar la economía especulativa y frenar el desmedido afán de lucro, en lugar de eliminar derechos. Este es el camino que puede generar riqueza orientada a la creación de empleo decente y con derechos, y a disminuir la pobreza.

Como Iglesia en el mundo obrero, en las actuales circunstancias, pedimos a las autoridades políticas, a los agentes sociales y económicos, al conjunto de los trabajadores y de la sociedad, y especialmente a los cristianos y cristianas, que caminemos juntos, con la intención de eliminar las causas que han generado esta crisis económica y, al mismo tiempo, superemos las estructuras económicas y sociales injustas que tanto sufrimiento, deshumanización y pobreza están provocando a las personas.

También instamos a los partidos políticos a corregir y reorientar, en el proceso parlamentrario, esta reforma laboral poniendo en el centro de la misma el trabajo decente y con derechos y, al mismo tiempo, animamos a participar en las iniciativas y movilizaciones que se convoquen por parte de las organizaciones eclesiales, sociales y sindicales que ayuden a tomar conciencia y revertir esta situación tan lesiva para las personas trabajadoras y sus familias.

Madrid, 16 de febrero de 2012



sábado, 25 de febrero de 2012

DE CÓMO UN COLEGIO DE POBRES E INMIGRANTES LLEGÓ A SER EL MEJOR

S. McCoy 

Me van a permitir terminar esta semana rara, en la que McCoy ha cumplido seis años de cita diaria con los lectores, con una historia preciosa. Habla deeducación, la gran reforma pendiente. Y lo hace no centrándose en los medios de que dispone, que es donde algunos quieren malintencionadamente llevar el debate, sino en las personas que, no lo olvidemos, son principio (padres), camino (profesores) y meta (alumnado) de su actividad. Cuenta cómo actuando sobre estos tres pilares se pueden conseguir frutos extraordinarios, convertir lo aparentemente imposible en realidad. Quizá alguien debiera tomar nota. Ha ocurrido en Reino Unido, pero ¿por qué no aspirar a que suceda en España también?

“Paddington Academy era de todo menos un colegio. Apenas un 20% de sus alumnos aprobaban los exámenes de reválida de final de ciclo, que incluye materias como Matemáticas y Lengua Inglesa. Había peleas con arma blanca, drogas, las bandas merodeaban el centro, las clases consistían en copiar textos de un libro…”. De este modo arranca Bagehot el reportaje en en el que cuenta en The Economist su experiencia personal en el centro (The Economist, Lessons from a great school, 04-02-2012). “Seis años más tarde, el 69% de los estudiantes aprueban la reválida, por encima de la media nacional, y eso que más de la mitad de ellos carece de recursos para pagarse la comida y dos tercios no tienen el inglés como lengua vernácula (…) Acaba de ser distinguida como ‘destacada’ por la inspección educativa. El lugar impresiona, rezuma optimismo”.

La clave se encuentra en la autogestión: la conversión desde un modelo estatal a otro individual en el que cada escuela tiene libertad para adaptar sus métodos y profesorado a las necesidades del alumnado, siendo esos dos -personal y procedimiento- los factores críticos en el éxito de Paddington. Así, se buscaron maestros vocacionales, sin horario ni calendario, capaces de adecuarse al difícil contexto familiar y social y de hacer visibles y cercanos a los chicos y chicas los conceptos más abstractos. Y se les dotó de autoridad, tanto disciplinaria –horario, uniformidad, lenguaje- como práctica, con el fin de orientar su labor a la realidad profesional que espera a los estudiantes. Del texto se intuye cómo la suma de las dos llevó a la sustitución de la imposición por la persuasión, del cumplimiento por el convencimiento. Chulo, ¿eh? Hablamos de profesores.

Un efecto inmediato fue que cada alumno se sintió valorado, siendo ésta una bola que se retroalimenta. Su expectativa personal crece, el nivel de autoexigencia aumenta y, con ella, la de todo el grupo. Prueba de ello es que la asignatura preferida de los alumnos son ahora las matemáticas. ¡Y hasta han pedido que se les imparta astronomía! Se fomenta la competencia como parte esencial de sus vidas del mañana y se les educa en la responsabilidad, entendida en su doble vertiente tanto de tutela de otros alumnos y del material, como de las consecuencias derivadas de determinados actos. Por último, Paddington usa signos externos que permiten suplir con sentido de pertenenciay orgullo escolar el gregarismo callejero con el que los chavales son permanentemente tentados. Hablamos de alumnos.

Es evidente que un éxito excepcional como éste tiene un efecto inmediato sobre las familias involucradas. El interés del colegio por su situación, en beneficio del estudiante, permite abrir un canal de comunicación que, en el desestructurado entorno en el que Paddington desarrolla su actividad, ayuda a los padres a tomar conciencia de la apuesta individual del colegio, les impele a recuperar el valor de la educación como oportunidad de mejora y provoca que aumenten las facilidades que dan al estudio y la exigencia. Del mismo modo, la mejora educativa de los niños debería tener un efecto inmediato sobre el conjunto de los miembros del hogar, al mudar su nivel de aspiraciones al alza y generar un compromiso social, inexistente previamente en muchos barrios marginales de la periferia. Se cierra así el círculo virtuoso. Hablamos de padres.

Al final, cuando uno mira las protestas callejeras en España de estos días, tiene la tentación de preguntarse qué tipo de monstruo hemos creado al convertir un derecho universal, y por definición optativo, en una obligación en la que la lucha por los medios ha terminado por devorar a los fines, como prueba la elevada ratio de fracaso escolar; en la que prima la equiparación por abajo a la recompensa por el esfuerzo, basta con mirar los datos de Pisa; en la que la libertad mal entendida ha asesinado a la autoridad de aquel que busca el bien, llevando a la depresión y la angustia a buena parte del profesorado; en la que la búsqueda de la estulticia ideológica del futuro votante ha condenado a una generación. Podemos hablar de dinero todo lo que quieran pero no, no es eso. Paddington lo prueba.



jueves, 23 de febrero de 2012

MANUAL DE SUPERVIVENCIA ÉTICA



Gonzalo Fanjul 

Tal vez sea usted de los que están desconcertados. Le incomoda la reforma laboral pero es consciente de que las cosas no pueden seguir como hasta ahora. Huye de radicalismos antisistema pero tiene la convicción íntima de que siempre acaban ganando los mismos. Quizás es usted de los que leen su periódico cada mañana y levantan la ceja en una de cada tres páginas, sospechando que la noticia está contaminada por la opinión o los intereses. Mantiene su contribución a una ONG internacional, pero se alarma por el número de indigentes que empiezan a poblar su barrio. Tal vez, incluso, sea usted un huérfano de partido o transita por todos ellos como un votante en pena.

Si es usted de los que saben del lado de quién están, pero ese lado no es ninguna de las dos Españas, bienvenido al club. Tal vez encuentre útiles algunas herramientas de mi Manual de Supervivencia Ética para Tiempos de Crisis.


Regla núm. 1 - Cuando algo parece abiertamente injusto, seguramente sea por que lo es: la complejidad de los asuntos no puede ser una razón para quedarnos quietos. Encuentren ustedes sus propias líneas rojas, el percutor que les hará ponerse en marcha. A mí, por ejemplo, me saca de quicio el maltrato legal a los inmigrantes irregulares. Comprendo todas las sutilezas de una política de inmigración, pero detener a una madre cuando lleva a sus hijos al colegio es simplemente una indecencia. Y amenazar con la cárcel a quienes hacen preguntas sobre este asunto es una indecencia doble.

Regla núm. 2 - No hay cambio sin movilización pacífica: Olvídense de las decisiones políticas racionales. En este momento (como toda la vida, en todas partes), los cambios serán el resultado de la movilización social organizada: en la calle, en las redes o donde ustedes quieran. En el desgraciado asunto de Valencia, lo más llamativo es que la población no haya salido antes en masa a denunciar el juego de vasos comunicantes entre la corrupción política y la calidad de la democracia y los servicios públicos.

Regla núm. 3 - Una cosa es tener la mayoría en las instituciones y otra tener la mayoría en la calle: En la Era Azul que vive nuestro país, el PP debería recordar (y nosotros recordarnos) que el poder que acumula en las instituciones refleja únicamente el rechazo (justificado) que despiertan otros partidos. No vale todo, porque esa mayoría puede diluirse tan rápido como se constituyó.

Regla núm. 4 - No aceptemos una guerra de pobres: Las dificultades que vive nuestro país no son una excusa suficiente para olvidar lo que está ocurriendo fuera. Regiones enteras del planeta viven desde hace décadas una ansiedad y una vulnerabilidad infinitamente mayores que las que está pasando nuestra sociedad. Asomarse a la realidad de otros es una responsabilidad del Gobierno, pero también de cada uno de nosotros.

Regla núm. 5 - No todos podemos hacer todo, pero siempre podemos hacer algo: Ver las noticias es un ejercicio abrumador. Resulta imposible cargar sobre nuestros hombros todos los problemas del mundo, pero siempre hay algo que concita mejor nuestro activismo. Hay quienes compran café y chocolate de comercio justo; los que se preguntan de dónde viene la ropa que visten; hay quienes colaboran personal o económicamente con una organización; otros se preocupan por leer fuentes alternativas de información e incluso contribuyen a proyectos como Periodismo Humano.

Estamos del lado de los perdedores, así que la batalla es lo de menos. Elijan la suya y peleen. No hay nada inevitable en lo que estamos viviendo.



miércoles, 22 de febrero de 2012

VIVIR PERDONANDO

José Antonio Pagola

Los discípulos le han oído a Jesús decir cosas increíbles sobre el amor a los enemigos, la oración al Padre por los que nos persiguen, el perdón a quien nos hace daño. Seguramente les parece un mensaje extraordinario pero poco realista y muy problemático.

Pedro se acerca ahora a Jesús con un planteamiento más práctico y concreto que les permita, al menos, resolver los problemas que surgen entre ellos: recelos, envidias, enfrentamientos, conflictos y rencillas. ¿Cómo tienen que actuar en aquella familia de seguidores que caminan tras sus pasos. En concreto: «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar?».

Antes que Jesús le responda, el impetuoso Pedro se le adelanta a hacerle su propia sugerencia: «¿Hasta siete veces?». Su propuesta es de una generosidad muy superior al clima justiciero que se respira en la sociedad judía. Va más allá incluso de lo que se practica entre los rabinos y los grupos esenios que hablan como máximo de perdonar hasta cuatro veces.

Sin embargo Pedro se sigue moviendo en el plano de la casuística judía donde se prescribe el perdón como arreglo amistoso y reglamentado para garantizar el funcionamiento ordenado de la convivencia entre quienes pertenecen al mismo grupo.

La respuesta de Jesús exige ponerse en otro registro. En el perdón no hay límites: «No te digo hasta siete veces sino hasta setenta veces siete». No tiene sentido llevar cuentas del perdón. El que se pone a contar cuántas veces está perdonando al hermano se adentra por un camino absurdo que arruina el espíritu que ha de reinar entre sus seguidores.

Entre los judíos era conocido un "Canto de venganza" de Lámek, un legendario héroe del desierto, que decía así: "Caín será vengado siete veces, pero Lámek será vengado setenta veces siete". Frente esta cultura de la venganza sin límites, Jesús canta el perdón sin límites entre sus seguidores.

En muy pocos años el malestar ha ido creciendo en el interior de la Iglesia provocando conflictos y enfrentamientos cada vez más desgarradores y dolorosos. La falta de respeto mutuo, los insultos y las calumnias son cada vez más frecuentes. Sin que nadie los desautorice, sectores que se dicen cristianos se sirven de internet para sembrar agresividad y odio destruyendo sin piedad el nombre y la trayectoria de otros creyentes.

Necesitamos urgentemente testigos de Jesús, que anuncien con palabra firme su Evangelio y que contagien con corazón humilde su paz. Creyentes que vivan perdonando y curando esta obcecación enfermiza que ha penetrado en su Iglesia. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia). 




martes, 21 de febrero de 2012

LA BONDAD DESCONCERTANTE Y ESCANDALOSA

José M. Castillo

La bondad es siempre ejemplar, admirable, modélica. Pero la bondad no llega al límite, hasta el extremo último de sus posibilidades, nada más que cuando resulta sorprendente, incomprensible, desconcertante, incluso escandalosa. Una bondad que no escandaliza es una bondad a la que seguramente le falta algo y, por tanto, no da de sí todo lo que tendría que dar.

Esto no es hablar por hablar. Pienso que, al afirmar lo que acabo de indicar, estoy tocando el componente distintivo de la verdadera bondad. La bondad extrema. Tan extrema, que en realidad no tiene límite alguno. Aquí recuerdo el ejemplo de aquella joven judía holandesa, que, en 1943, quiso libremente unirse a su familia en el tren de los deportados, que fueron conducidos al campo de exterminio de Aushwitz donde desapareció para siempre. Las últimas palabras de su diario dicen esto: “Una quisiera ser un bálsamo derramado sobre tantas heridas”.

Es evidente que un ejemplo así, resulta admirable, impresiona, nos parece ejemplar. Es un ejemplo que llega hasta eso, que ya es enorme, es muchísimo, es sencillamente impresionante. En eso está su grandeza y su límite.

Pero hay una bondad que sobrepasa todo límite. Es la bondad que pierde todo límite precisamente porque pierde toda explicación. Hasta el exceso de resultar “peligrosa”, incluso “escandalosa”. El Evangelio relata que un día Juan Bautista, cuando ya estaba encarcelado por Herodes, le mandó a Jesús dos discípulos a preguntarle: “¿Eres tú el que tenía que venir o esperamos a otro?”. La vida de Jesús le planteaba dudas a todo el mundo, incluso a san Juan Bautista. Jesús no contestó ni Sí ni No. Se limitó a citar (con ligeras variantes) un texto del profeta Isaías (26, 19): “Los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y los pobres reciben la buena noticia”. Pero sorprendentemente Jesús no termina en eso, sino que añade enseguida: “¡Y dichoso el que no se escandaliza de mí!” (Mt 11, 2-5; Lc 7, 18-35).

¿Qué explicación tiene el hecho de que una persona, que hace tanto bien a los que más sufren, llegue a prevenir del peligro de “escándalo” que puede entrañar y desencadenar el bien que hace? ¿Qué sentido puede tener semejante advertencia?.

Sin duda alguna, eso es lo más sensato, lo más necesario, que se puede decir, que se tiene que decir. ¿Por qué? Porque la bondad, cuando llega hasta donde tiene que llegar, necesariamente resulta escandalosa. Porque la bondad es bondad sin límites cuando no se limita a aliviar el sufrimiento, sino cuando, además de eso, lucha contra los causantes del sufrimiento. Y se enfrenta a los responsables de que en este mundo haya tanta gente que lo pasa fatal. Y ahí, en eso y entonces, es cuando se produce el escándalo. 

Hubo un obispo en Brasil, en el siglo pasado, Dom Helder Cámara, que decía: “Cuando ayudo a un pobre, dicen que soy un santo, cuando pregunto por qué hay pobres, dice que soy comunista”. Este obispo fue insultado, perseguido, y un día su casa fue tiroteada por unos sicarios a sueldo. Exactamente lo que hicieron con Monseñor Romero, en El Salvador. O con Monseñor Angelelli, en Argentina. Y, mucho antes, con Jesús de Nazaret, en Jerusalén. Porque Jesús no se limitó a curar a los enfermos y dar de comer a los pobres. Además de eso, les dijo en su cara a los sumos sacerdotes que habían hecho del Templo “una cueva de bandidos” (Mt 21, 13 par). 

Por eso, con humildad y hasta con miedo, me atrevo a terminar aquí con una pregunta: si fuéramos buenos de verdad, ¿no tendríamos que salir por las calles gritando que hemos hecho de nuestro país una cueva de bandidos? O por lo menos, ¿no tendríamos que ponernos todos a precisar, con la debida documentación en nuestras manos, quiénes son los bandidos que nos han robado el bienestar, la paz, el trabajo, la seguridad y la convivencia de hermanos que habíamos fabricado con tanto esfuerzo y a costa de tantas renuncias? No queremos ni odios, ni resentimientos, ni venganzas. Sólo queremos que se respete el derecho, la justicia y la vida de quienes tienen todo eso más amenazado.



lunes, 20 de febrero de 2012

PODRÁN CORTAR TODAS LAS FLORES, PERO NO PODRÁN DETENER LA PRIMAVERA

Manolo Samper, HOAC Alicante

Estamos en febrero del 2012. Los trabajadores, los ciudadanos de este país, llevamos un principio de año muy duro. Más de 5 millones de parados, casi el 50% de los jóvenes en desempleo, Familias completas sin recursos; recortes drásticos en pilares fundamentales del estado de bienestar como son educación, sanidad o servicios sociales; reducciones salariales y en derechos laborales de los empleados públicos, aplazamientos en la atención a la dependencia, impagos y cierres a las entidades que atienden a sectores de la población más desfavorecida; abandono de la cooperación internacional, etc. Este es el plan de ajuste que el gobierno central, autonómico y local, ha impuesto para gastar menos y recaudar más, siguiendo los patrones de Bruselas, de Alemania, del FMI, en definitiva, de los mercados.

Recortes en todo, que directa o indirectamente afecta a todos: es la sociedad la que se empobrece. Y es la forma de expulsar a las personas del mercado laboral a la pobreza y a la exclusión social.

Mientras tanto las entidades financieras están recibiendo fondos públicos en unas cantidades escandalosas que bien podrían erradicar el hambre en el mundo (que para eso no hay dinero). Lo hacen para satisfacer el hambre insaciable del poder financiero, su avaricia sin límites. Quieren “sanear la banca” sin que después revierta nada en créditos ni en ayudas a la población. Es ”quitarles el dinero a los pobres para dárselo a los ricos”. Dicen que quieren crear empleo, facilitando más los despidos. Siguen recortando derechos sociales y laborales, que tanto ha costado conseguirlos, como pretenden ahora con la reforma laboral.

En este fraude que llaman crisis, el dominio cultural del capital es casi total, como lo es en lo económico. A los trabajadores y a las clases populares, muy debilitadas, solo nos queda resistir y protestar, seguir luchando. Y también, crear espacios de solidaridad que expresen otro modo –no egoísta- de hacer la historia como lo ha hecho siempre el movimiento obrero. Y entre todos ir creando, aunque todavía muy subterráneo, porque después se vota mayoritariamente al PP, una corriente ciudadana que exige dignidad y respeto a los derechos humanos como lo representa el 15 M o las últimas movilizaciones sindicales contra los recortes.

Porque sabemos que otro mundo es posible, que no puede continuar este desorden establecido, esta mentira de sistema, Aunque ahora resulte difícil y sin ser ingenuos porque esto va a durar demasiado, apostamos otro mundo posible y necesario, más justo y más humano, como se abre camino todos los años la primavera a pesar de los fríos de febrero. Nosotros creemos en la vida y en un futuro mejor para todos y nos comprometemos junto con otros muchos a construirlo.

Pablo Neruda lo dice de una manera muy hermosa: “podrán costar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.

Hoy es 12 de febrero. En nuestros campos ya están los almendros en flor anunciando la primavera, diciéndonos que la fuerza de la naturaleza, es más fuerte que la dictadura de los mercados. La belleza de la primavera se abrirá paso en medio de tanta negrura que nos trae esta injusta economía. Y que esta crisis no nos recorte la esperanza y las ganas de luchar. Que nos corten la alegría (Benedetti).

Nosotros, la HOAC, que somos un movimiento de trabajadores cristianos, creemos que la vida vence a la muerte. Que la dignidad de las personas es más fuerte que la crisis, que la primavera se abre paso aunque no sepamos cómo. No queremos perder la esperanza, mañana sale de nuevo el sol. Tenemos un Dios bueno, que es Padre y Madre que cuida de todos. Lo creemos y lo proclamamos en Jesús de Nazaret que decía “Dichosos vosotros los pobres…”, “Ay de vosotros los ricos…” (Lc 6,20) “Está claro: no podéis servir a Dios y al dinero”(Mt 6,24). (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Esperanza en tiempos difíciles. Ánimo compañeros.



domingo, 19 de febrero de 2012

UN PAPA RODEADO POR LOBOS




Pablo Ordaz, en 'El País' 

Cuentan que a Juan Pablo II le preguntaron en cierta ocasión: “Su Santidad, ¿cuánta gente trabaja en el Vaticano?”. A lo que el polaco Karol Wojtyla, Papa entre 1978 y 2005, contestó con ironía: “Más o menos, la mitad…”. Ahora ya sabemos —siguiendo una broma que en realidad no lo era ni lo es tanto— a qué se dedica la otra mitad. De unas semanas a esta parte, el Vaticano vive conmocionado por una serie de filtraciones de documentos secretos que han llevado al portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, a admitir que la Iglesia está sufriendo su particular Vatileaks. La publicación de una denuncia interna sobre corrupción y de un extraño complot para matar a Benedicto XVI dejan al descubierto las descarnadas luchas de poder ante la posible inminencia del fin de su papado. Aunque representante de Dios en la Tierra, Joseph Ratzinger es en realidad un hombre enfermo a punto de cumplir 85 años. En expresión de L’Osservatore Romano, “un pastor rodeado por lobos”.

Los lobos, aunque se vistan de púrpura, se excitan con la sangre. Y el pastor Ratzinger ya avisó hace dos años —en una entrevista de Peter Seewald convertida en libro— que “cuando un Papa alcanza la clara conciencia de no estar bien física y espiritualmente para llevar adelante el encargo confiado, entonces tiene el derecho y en algunas circunstancias también el deber de dimitir”. ¿Piensa Benedicto XVI dar un paso atrás coincidiendo con su 85 cumpleaños —el 16 de abril— o con el séptimo aniversario —tres días después— de su papado?

Tal vez solo él y Dios lo sepan, pero lo que sí parece estar muy claro es que, ante tal posibilidad, los candidatos a sucederle se han puesto a luchar como hombres para un puesto divino. Y, por afinar un poco más, como hombres italianos. Tanto los apellidos que ilustran esta historia de intrigas y golpes bajos como las armas elegidas para el duelo son puramente locales. Hay además una razón de peso. La silla de Pedro lleva siendo ocupada por un extranjero desde 1978. ¿No es hora de ya de que el Espíritu Santo vuelva su mirada hacia un cardenal italiano en la próxima reunión de la Capilla Sixtina?

La lucha de poder en el seno de la Iglesia se está dirimiendo —de forma inédita y dolorosa para muchos verdaderos hombres de fe— en las páginas de los periódicos. Como si se tratase de la última filtración sobre los zafios escándalos de Silvio Berlusconi. El primer golpe llegó con la divulgación, a través de un programa de televisión, de una carta del arzobispo Carlo Maria Viganò, actual nuncio en Estados Unidos, en la que le contaba al Papa diversos casos de corrupción dentro del Vaticano y le pedía no ser removido de su cargo como secretario general del Governatorato —el departamento que se encarga de licitaciones y abastecimientos—. Viganò, sin embargo, fue enviado lejos de Roma. La segunda filtración destapaba un supuesto complot para matar al Pontífice. El periódico Il Fatto Quotidiano publicó una carta muy reciente enviada a Benedicto XVI por el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos en la que le contaba que el cardenal italiano Paolo Romeo, arzobispo de Palermo (Sicilia), había realizado un viaje a China durante el cual habría comentado: “El Papa morirá en 12 meses”. Pero no solo eso. Según la carta del obispo colombiano, escrita en alemán y bajo el sello de “estrictamente confidencial”, el arzobispo de Palermo se había despachado a gusto en China contando supuestos secretos del Vaticano tales como que el Papa y su número dos, Tarcisio Bertone, se llevan a matar y que Benedicto XVI estaría dejando todo atado y bien atado para que su sucesor al frente de la Iglesia fuese el actual arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola.

¿Qué hay de verdad y de mentira en tales confidencias que ven la luz ahora? Tal vez nada a partes iguales. Quizás lo único cierto es que un sector de la curia vaticana, la casta de diplomáticos pontificios, considera que el actual Papa ha ido demasiado lejos al promover la transparencia en los dineros de la Iglesia y al cortar de un tajo la permisividad con los abusos a menores. Demasiado lejos y demasiado rápido para quien, a fin de cuentas, es un alemán de 85 años, enfermo y solo, perdido en un laberinto ajeno de intrigas y golpes bajos. Durante 26 años, reinó sobre el Vaticano un Papa polaco, experto en relaciones públicas. Desde hace siete, un introvertido Papa alemán. Da la impresión de que Italia ha iniciado la reconquista de la silla de Pedro.



sábado, 18 de febrero de 2012

"DIOS MÍO ¿DÓNDE ESTÁS? nO ME OYES PARA REMEDIO DE TUS POBRES"

Homenaje a Gustavo Gutiérrez

José I. González Faus, teólogo


Sin muchos preámbulos quisiera, en este homenaje, señalar cuatro rasgos que pueden resumir la aportación teológica de Gustavo Gutiérrez.

 1.- No hay salvación sin trabajo por la liberación.

El primer rasgo es haber planteado desde el principio el problema de las relaciones entre liberación histórica y salvación ultrahistórica.

Un cristianismo desfigurado había reducido la fe a una esperanza en el más allá, donde el más-acá de nuestra historia sólo servía para merecer o comprar el billete de ese más allá. Semejante cristianismo chocaba con la pregunta central de Gustavo: “¿cómo hablar de un Dios Padre a aquél que ni siquiera es hombre?”, volviendo casi imposible la evangelización de los pobres que es distintivo de la misión de Jesús (Mt 11,5; Lc 4,18).

Y además, desfiguraba y desvalorizaba la Resurrección de Jesús cuya enseñanza es que la salvación escatológica ha de ir gestándose y anticipándose ya en esta historia. De este tema que Gustavo planteó ya en su primera Teología de la liberación, brotó después el lema tan extendido en una América Latina asolada por la injusticia: “sin in-surrección no ha re-surrección”.

2.- De “la fuerza histórica de los pobres” a “Los pobres de Jesucristo”

La primera expresión es título de otra de las obras primerizas de Gustavo. La constatación de una fuerza histórica de los pobres podía ser un dato de la situación de aquellas horas. Pero es evidente que esa fuerza histórica se desvaneció poco después por la reacción del imperio del dios Dinero. Gustavo pasó entonces a hablar de “los pobres de Jesucristo” en el título de su espléndida obra (quizás la mejor) sobre Bartolomé de Las Casas. La fuerza teológica de los pobres compensó su pérdida de fuerza histórica.

Con ello se dio relieve a otra de las tesis más decisivas de la teología de la liberación: que el problema de los pobres y la eliminación de la pobreza no es meramente un problema ético: es primariamente una cuestión cristológica y por tanto también un asunto teologal en el que nos jugamos la verdad de Dios o la idolatría. Por eso, cuando más tarde aprovechando la caída del Este, se lanzó la pregunta capciosa de qué queda de la teología de la liberación, el obispo Casaldáliga pudo responder sencillamente: quedan los pobres y queda el Dios de los pobres. O sea: queda todo.

En este punto quizá se estudie algún día la influencia de Guamán Poma en algunas formulaciones de Gustavo. Sospecho que el estudio valdría la pena. Yo me limito a sugerir una comparación entre dos canciones “de iglesia”: a) el himno final de la misa salvadoreña canta: “cuando el pobre crea en el pobre… construiremos la fraternidad” y podremos cantar libertad etc. b)

En cambio, otra conocida canción de la época (“Pequeñas aclaraciones”), parte de un presupuesto similar (cuando el pobre nada tiene y aún reparte, cuando un hombre pasa sed y agua nos da…), pero no deduce de ahí ningún pronóstico histórico sino un juicio teológico: no se dice que entonces construiremos nada sino que “va Dios mismo en nuestro mismo caminar”. Con ello, otra vez, la teología y la praxis de la liberación se convierten en experiencia espiritual.

Esa es la fuerza teológica de los pobres. Y ya que hemos citado a Las Casas, completemos diciendo que el gran dominico no sólo es ejemplo por su defensa profética de los derechos de los oprimidos (y más si son oprimidos en nombre de Dios), sino también por su concepción de la evangelización (ésta sí que verdaderamente “nueva”): porque “Cristo concedió a los apóstoles solamente la licencia y autoridad de predicar el evangelio a los que quieran oírlo; pero no la de forzar o inferir alguna molestia o desagrado a los que no quisieran escucharlo”. Y, a su vez, “la Iglesia no tiene más poder en la tierra que el que tuvo Cristo”,

3.- “Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente”

Esa fuerza teológica de los pobres se despliega en el título de la obra quizás más conocida de Gustavo. Se trata de un breve comentario al libro de Job, que evoca el espléndido verso de César Vallejo (“Dios mío estoy llorando el ser que vivo”), gran poeta peruano muy citado en esta obra. Gustavo pone de relieve cómo toda teología que pretenda hablar y especular sobre Dios al margen del dolor de este mundo (sobre todo del dolor injusto) se convierte en un lenguaje comparable al de los amigos de Job, “consoladores inoportunos” e intachables “ortodoxos” de un dios falso, al que creen poder defender a costa del sufrimiento de su amigo.

Pero con ello no hacen más que ofender a Dios, hablar falsamente de Él y convertir su presunta ortodoxia en una blasfemia, hasta verse desautorizados por el mismo Dios al final del libro. En cambio Job, protestando contra la injusticia que se comete contra él, es un testigo más veraz de Dios que todos los que “se acostumbran” a esa injusticia. Esa injusticia le ayudará a salir de sí y de su dolor ante el drama del sufrimiento injusto del mundo, a comprender que no hay nada que justifique el dolor injusto de un ser humano.

Con delicadeza y buenas palabras, creo que pocas veces se ha dado un aviso tan serio a toda esa teología meramente académica que se está queriendo revitalizar entre nosotros a raíz de la involución eclesial y que, so capa de ortodoxia, está elaborando una idolatría o una reflexión sobre un dios falso. Y deja planteado a la Iglesia el más decisivo de todos sus problemas: el de la identidad de Dios, deformada tantas veces por los creyentes y causa (según Vaticano II) de buena parte del ateísmo moderno.

Conocer a Jesús es seguir a Jesús han dicho con frecuencia los teólogos latinoamericanos. Y hablar de Dios implica un “practicar a Dios” según expresión de Gustavo. Job es llevado a una experiencia de gratuidad que le deja desconcertado ante su propio dolor, pero le mueve proféticamente a trabajar contra todo el dolor del mundo. Teología y santidad (como la justicia y la paz) se besan para Gustavo.

4.- Fidelidad eclesial.

Por desgracia, como no podía ser menos, Gustavo se vio denostado y perseguido por una curia romana cada vez más ciega y que pretende articular en todo el episcopado mundial una confirmación de su ceguera. No ha sido el único en nuestro hoy ni en nuestro ayer: ciñéndonos al ámbito hispanohablante ¿habrá que evocar que santos y doctores de la Iglesia, como Juan de Ávila, Teresa de Jesús, Luis de Granada o el arzobispo Carranza, vieron puestas en el Índice de libros prohibidos algunas de sus obras y soportaron dificultades con la inquisición?.

Pero lo que aquí merece ser destacado es la fidelidad y ejemplaridad de la reacción de Gustavo, en medio de dolores absurdos que sólo él conoce. He evocado otras veces cómo en Madrid, en un congreso de teología, ante preguntas capciosas que pretendían plantearle una opción entre la Iglesia y los pobres, Gustavo se negó a aceptar el dilema y confesó que él amaba a esta iglesia pecadora “con un amor de antes de la guerra”.

Buen punto de referencia para muchos que hoy han compartido su mismo destino crucificado. Y buena lección histórica sobre la fecundidad del seguimiento crucificado de Jesús de Nazaret, que confirma lo que ocurrió con Lagrange, Rahner, Congar, De Lubac… y otros mártires de la teología del preconcilio Vaticano II, reivindicados luego en el concilio.

Las peripecias y los vericuetos de esa fidelidad (que necesitó también la astucia de las serpientes sin perder la sencillez de las palomas) no son para ser evocados aquí y son suficientemente conocidos. Sólo una palabra de gratitud para los hijos de Santo Domingo que salvaron para la Iglesia esta pequeña joya y permitieron a Gustavo convertirse en hermano de su querido Bartolomé de Las Casas. 




viernes, 17 de febrero de 2012

NO 'FORMICARÁS'

Juan Parrilla Canales, en 'Diario digital de Linares'


Un sabio jesuita ya fallecido experto, entre otras cosas, en asuntos de cocina, decía con cierta sorna cordobesa: “el primer mandamiento de una buena comida es no formicar”. ¿Y qué es eso de formicar? No lo entiendo. “Pues muy fácil: el primer mandamiento que debe cumplir una buena comida es no formicarás; es decir no se puede gustar unas buenas viandas en mesa de formica… “

Comer bien exige un escenario, una preparación, un ritual, un mantel, unos platos y unas copas que sean dignas. Un pavo a la andaluza servido en una mesa cutre, sin lujo pero con cariño, sabe a pollo de goma comprado en las rebajas.

Y mira por donde, esto me ha hecho recordar al inefable don Demetrio, obispo de Córdoba cuyo alegato contra la fornicación merecería una denuncia por parte de la Delegación de Educación por presunta calumnia. Porque afirmar que en los centros educativos se incita a los críos a fornicar (con “ene”), es demasiado grave para que pase como si nada.
Hacía muchos años que no oía esta palabra. Tanto que, para recordarla tengo que acudir a la anécdota de la formica. He acudido a la ya clásica Wikipedia: “La fornicación (del latín fornicari, que significa “tener relaciones sexuales con una prostituta”; que deriva de: fornix, zona abovedada —donde habitualmente se apostaban las prostitutas romanas—, burdel) es un término usado en referencia a la relación sexual fuera del ámbito matrimonial, es decir, aquella relación sexual que se dé entre dos personas que no están unidas por este vínculo conyugal. En ciertos ámbitos, y por su sentido originario —lo que se hace bajo el fornix —, se conoce como fornicación a la relación sexual a cambio de dinero.
A los que actúan de este modo, se los ha denominado como fornicarios”. ¿Se refería a esto el ilustre prelado?
El obispo en Córdoba (porque procede de las tierras hirsutas de Toledo y llegó de “cunero” a Córdoba tras pasar por Tarazona) insiste en su misiva, dirigida a los fieles cordobeses, en que “la incitación a la fornicación es continua en los medios de comunicación, en el cine, en la televisión, incluso en algunas escuelas de Secundaria”. Aunque diga “algunas”, no excluye a los centros religiosos concertados.
Demetrio Fernández, con la contundencia que le corresponde, asegura que la “fornicación” significa “una sexualidad desorganizada” y que esto es “como una bomba de mano que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo”. ¿Cómo son esas heridas? El obispo las explica: “La castidad es la virtud que educa la sexualidad haciéndola humana y sacándola de su más brutal animalidad”. Es decir, aquellos que se dedican al fornicio por el fornicio se convierten sencillamente en animales. El obispo continúa: “Cuando la sexualidad está bien encauzada, la persona vive en armonía, evitando toda provocación o violencia”. La idea no está mal. Pero la explicación que sigue parece surgida de otros tiempos: para el prelado cordobés la sexualidad tiene tres estados.
Primero, cuando una persona está soltera “no hay lugar para su ejercicio”. Segundo, cuando está casada tiene que saber “administrar sus impulsos en aras del amor auténtico”. Tercero, cuando una persona está consagrada, su sexualidad está “sublimada en un amor más puro y oblativo”.
El obispo cordobés concluye su carta, que la basa a su vez en una misiva de San Pablo, citando el caso de una candidata a Miss Venezuela, que ha escrito un libro titulado Virgen a los treinta. Demetrio Fernández se refiere al caso de Vivian Sleiman, una modelo que está orgullosa de seguir con su himen intacto y que en su libro denuncia cómo renunció al concurso de Miss Venezuela cuando un miembro del jurado intentó llevársela a la cama a condición de darle la corona.
Para el obispo de Córdoba, “la propuesta de fornicación era una condición (no escrita) del concurso”. Por eso, concluye que “es posible llegar virgen al matrimonio aunque el ambiente no sea favorable. Es posible vivir una consagración total, de alma y cuerpo, al Señor como una ofrenda al Señor que beneficia a los demás”.
Lo más preocupante es el concepto que de la sexualidad, mantiene el señor obispo, al que respeto pero que requiere una corrección fraterna o tirón de orejas. Es la idea medieval del sexo como algo sucio, algo que nos animaliza porque rebaja al ser humano a sus impulsos más primitivos. Da la impresión de que el uso del sexo es un mal menor cuyo objetivo es la procreación solamente y no un lenguaje que humaniza. Parece que no ha leído al Concilio Vaticano II. Lo cual no estaría mal después de 50 años.
Evidentemente, la sexualidad se ha banalizado. Es como comer el pollo a la andaluza con vino de envase de cartón. Requiere un marco, un proceso. Algo que hay que enseñar a las generaciones más jóvenes.
Ahora que los coleguillas carcas, pero que muy carcas, han “purificado” de ideología la Educación para la Ciudadanía”, ¿quién va a decir a las nuevas generaciones que la sexualidad es un don de Dios cuyo uso no debe ser “aquí te pillo aquí te mato”, sino un maravilloso lenguaje que abre responsablemente a las personas maduras a la intimidad con el otro? ¿Van a ser los padres? Con la mano en el corazón ¿cuántos padres educan a sus hijos en una sexualidad sana y no en “no te toques ahí que es pecado”? Ahí queda la cosa.



jueves, 16 de febrero de 2012

PERDER LA FE EN EL CAPITALISMO

En memoria de don Samuel Ruiz García a un año de su muerte.

Maciek Wisniewski


Como subraya Susan Buck-Morss, destacada filósofa e historiadora de ideas, cuando a finales del siglo XIX Werner Sombart empezó a hablar del capitalismo(Marx sólo hablaba del capital), éste, aparte del sistema económico, se convirtió en un sistema de creencias.

La crisis en curso cuestionó sus dogmas, como el de los mercados autorregulados, y los sacerdotes del capitalismo recurrieron a los rituales de austeridad, sacrificando las generaciones futuras en un altar del Mammón, para restaurar la confianza de los mercados. A la vez llamaron a los fieles a seguir creyendo.

Pero la ola de la indignación y las ocupaciones en el mundo fue una muestra de la pérdida significante de la fe.

Me acuerdo de que en una plática –y en una entrevista no publicada– que fue a finales de 2007 (antes de la crisis) con don Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, éste ya se mostraba preocupado por la situación de este sistema social dominador, que ha ido concentrando más poder económico en menos manos, generando miseria y que vivíamos un clima de la conflictividad y violencia, casi de una guerra, a causa de la creciente polarización social.

Cité su carta pastoral Una nueva hora de gracia (2004), donde él insistía en las causas globales del conflicto en Chiapas y en la urgencia de un cambio profundo en el sistema económico y político dominante, preguntando si veía en los conflictos sociales la rabia generada por el capitalismo y contestó: Sí. Es una respuesta a esto.

En esta carta anunciaba incluso quela estatua del sistema ya se derrumba, imagen tomada del profeta Daniel. Le pregunté por las señales de este derrumbe e indicó inmediatamente la generalización de la toma de conciencia donde se va descubriendo que la conflictividad que se vive no es individual, sino consecuencia de un sistema concreto, que ya llega a su límite y se necesita pasar al otro.

¿Y qué sustituirá al capitalismo?, pregunté. No lo sabemos. No tiene nombre todavía. Pero como quiera que se llame el nuevo sistema, la aspiración social es que haya una restauración de la justicia y fraternidad, contestó.

Me llamó mucho la atención esta intuición acerca del fin del sistema (lo analizan, por ejemplo, los pensadores del sistema-mundo). Es que don Samuel no ha sido sólo un pastor, sino también político, luchador e impulsor de pensamiento que influía en las transformaciones sociales, me dijo Jorge Santiago, un colaborador de don Samuel que lo acompañó a lo largo de su obispado, cuando reflexionábamos acerca de la mirada anticapitalista delJ’tatik, fruto de su adhesión a la teología de liberación e india.

Para él, el fundamento fue laopción preferencial por los pobres y la convicción de que la pobreza no es un resultado de la decisión individual, sino de los mecanismos sistémicos, al igual que la explotación. Un análisis que hacía con las herramientas adquiridas en espacios internos de estudio y en intercambios intelectuales.Don Samuel hacía su tarea: se formaba para hacer un ministerio significativo, subraya Jorge Santiago. Pero añade: Él no ha sido marxista por Marx, sino por lógica: la lucha por la tierra y problemas en Chiapas requerían según él transformaciones sistémicas.

Y nunca puso su fe en el capitalismo: porque él no creía en la injusticia, en la guerra, ni en la pobreza como destino, asegura Santiago. La puso en Jesús Cristo, la fe que transforma y exige relaciones justas.

Según Susan Buck-Morss, para cuestionar las creencias del capitalismo hay que atacar sus estrategias sicológicas, que se apoyan en el interés privado y en laracionalidad (aunque el capitalismo está lleno de irracionalidad; de hecho para David Harvey la crisis es la racionalización de un sistema irracional).

La gente en las calles, manifestando su pérdida de fe, apelaba justamente al interés común (99 por ciento) y cuestionaba la racionalidad del capitalismo, donde la incesante acumulación del capital no significa el bienestar de la humanidad, sino su sufrimiento y la depredación del planeta. Y ponía al desnudo las falsas promesas del sistema que en vez de justicia trae despojo; en vez de riqueza abundante, pobreza y vida precaria para la mayoría, y en vez de igualdad, la creciente brecha social.

Ha sido una gran operación y muestra de la concientización. Algo que mencionaba J’tatik y algo que él impulsó en el ámbito de las comunidades indígenas, que nos pueden servir de ejemplo: “Creo que del indígena podemos mirar que tiene conciencia y valores, como la dimensión comunitaria, necesarios para la transformación e incluso para la persistencia de la humanidad. Hay una esperanza en esta ‘toma de conciencia’ del indígena, de ser sujetos de su propia historia y de poseer valores que pueden aportar para la transformación del sistema”, me dijo.

La imagen presentada por Daniel encaja con la dimensión cuasi-religiosa del capitalismo: una vez perdida la fe, la estatua del sistema se derrumbará.


miércoles, 15 de febrero de 2012

ANTE LOS RECORTES SOCIALES Y EL AUMENTO DEL PARO

Comunidades Cristianas Populares de Andalucía

Estamos viendo con preocupación cómo aumenta cada día más el número de personas en paro llegando a niveles verdaderamente insoportables. Se contabilizan 5.273.600 (22,85%) personas en España y 1.248.500 en Andalucía (31,23%). Aumenta el número de familias con todos sus miembros en paro, llegando ya a 1.500.000.

Nos sentimos muy cercanos y muy solidarios con todas esas familias y personas que carecen de perspectivas de futuro y que se ven abocadas a la incertidumbre y a la desesperación.

La situación es más indignante por un doble motivo. Por una parte, esta crisis aplasta de forma creciente a los estratos sociales más bajos e incluso a las clases medias que se ven abocadas a la pobreza por la pérdida del empleo y la imposibilidad de pagar las hipotecas. Y, por otra parte, los responsables directos de la crisis, es decir, los grandes bancos y las gigantescas fortunas especulativas, conservan una absoluta impunidad con la pasividad y hasta el apoyo de los gobiernos.

Denunciamos con tristeza e indignación los recortes que se van haciendo desde los distintos gobiernos cuando esos recortes inciden directamente sobre aspectos fundamentales del estado de bienestar: educación, sanidad y protección social.

Unimos nuestra denuncia y nuestra protesta a la de tantas personas que se manifiestan de muy diversas maneras contra estas medidas antisociales.

Recordamos de modo muy especial a Jesús de Nazaret, quien siempre se situó decididamente en favor de los que menos tenían y en defensa de los excluidos de la sociedad.

Animamos a los responsables de la Iglesia a que sean especialmente valientes en estos momentos de crisis: que renuncien a privilegios en el pago de impuestos y que pongan al servicio de los que menos tienen algunas de las muchas propiedades que posee la Iglesia en España.

Exigimos a los responsables públicos que no hagan recaer los recortes sobre los de siempre, las clases medias y bajas, sino que imponga impuestos más justos sobre los que más ganan: las grandes corporaciones bancarias y los grandes capitales. Que establezcan un impuesto a las transacciones financieras especulativas y que sean exigentes y eficaces contra el fraude fiscal y los paraísos fiscales entre otras medidas.

Pensamos que es hora de salir a la calle para protestar de modo público en unión con todas las personas y colectivos que se movilizan en España por estos motivos.

Animamos a toda la ciudadanía a que exprese su protesta y su desacuerdo uniéndose a las manifestaciones convocadas por los sindicatos para el próximo día 29 de Febrero.

Febrero de 2012



martes, 14 de febrero de 2012

EL RETO DE DEFINIR EL MODO DE CONVIVENCIA EN EL SIGLO XXI

Begoña Olabarrieta

 Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística referidos a enero de 2011, en España el 12,2% de la población es extranjera. Es decir, 5,7 millones de mujeres y de hombres que están inscritos en el padrón de alguno de los municipios españoles. Del total, menos de la mitad (2,4 millones) pertenece a alguno de los 27 países que conforman la Unión Europea, mientras que 3,3 millones provienen de otros países. Una segmentación que, a simple vista, parece gratuita pero que conlleva una diferenciación de derechos. Mientras que las personas nacidas en alguno de los países de la UE, incluyendo España, tienen derecho a circular, residir y trabajar dentro del marco de la Unión, las del resto, esos más de tres millones, no.

Discriminación en la Unión europea 

Hasta aquí la norma; pero encontramos ya la primera excepción con una población a la que se discrimina: la rumana. Aún siendo ciudadanos comunitarios, los rumanos tienen desde el pasado mes de julio limitado su derecho al trabajo en España. Aduciendo “consideraciones internas generadas por la situación del mercado laboral” el Consejo de Ministros decidía que aquellos ciudadanos y ciudadanas de esa nacionalidad que no estuvieran dados de alta en el sistema de Seguridad Social español antes de 22 de julio debían tramitar una autorización de trabajo –al igual que los extracomunitarios- basada en la existencia de un contrato de trabajo.

La realidad es que el rumano es el colectivo de extranjeros más numeroso en nuestro país. Supone el 15,1% del total, seguido por el marroquí (13,4%), ecuatoriano (6,8%) y colombiano (4,7%). Aunque si lo vemos por continentes, el 41% proceden de Europa, el 24,8 vienen de Latinoamérica, el 18,8% son de África (incluyendo a quienes vienen de países del Magreb) y tan sólo un 6% han llegado desde Asia.

Mano de obra de usar y tirar 

Esta disparidad geográfica genera también distintos estados de opinión. Según se publicaba en el estudio El Pulso de España 2010, realizado por Metroscopia, todavía prevalece una actitud pasivamente tolerante ante la población extranjera pero se observa un aumento de las actitudes ambivalentes. Así, una amplia mayoría de españoles y españolas (71%) cree que las personas inmigrantes “deben tener los mismos derechos que los españoles”, pero solo un 4% piensa que “tienen derecho a conservar íntegramente su cultura y sus costumbres, sean las que sean”.

Este grado de rechazo aumenta si entramos en el terreno laboral. A la pregunta de si una persona extranjera que ha venido a vivir aquí se queda en paro durante mucho tiempo debería ser devuelta a su país, un 39% de las personas encuestadas dijo estar de acuerdo, considerando a los y las inmigrantes tan solo como mano de obra, no como ciudadanos y ciudadanas que pueden sufrir desempleo de larga duración; un hecho por el que la población española no es amonestada.

"Nos quitan el trabajo" 

Tal vez una de las frases más repetidas referidas a la población inmigrante es la de “nos quitan el trabajo”, en una España con la mayor cifra de parados de toda Europa. Sin embargo, la tasa de paro entre la población extranjera es del 32,71%, trece puntos superior a la de la población española, tal y como se refleja en la Encuesta de Población Activa referida al tercer trimestre de 2011.

Una precariedad laboral que, además, tiene otras consecuencias. Un estudio del Observatorio Permanente Andaluz de las Migraciones, titulado “La Influencia de la crisis económica en la situación laboral de los inmigrantes: el desempleo”, referido a toda España destaca cuatro realidades que vive la población inmigrante en el ámbito laboral.

En primer lugar, tiene fuertes desventajas en cuanto a la probabilidad de estar ocupada, dada su mayor tasa de paro. Además, esta desventaja tiene “denominación de origen”, ya que aumenta para las personas extranjeras que no son miembros de la UE, especialmente para quienes vienen de África, que tienen un 78% menos de probabilidades que la población española de evitar el desempleo.

En segundo lugar, a igual edad e igual formación las personas inmigrantes tienen una probabilidad significativamente mayor de estar en paro. La tercera conclusión es que el haber encasillado a la mano de obra inmigrante en puestos del estatus ocupacional medio-bajo, como la construcción (un 40% del total de extranjeros empleados a finales de 2007) se ha acentuado su vulnerabilidad. Por último, se pone de manifiesto que antes de la crisis el hecho de llevar más tiempo residiendo en España daba una probabilidad mayor de estar ocupado. Ahora esa pequeña ventaja relativa se ha desvanecido y el riesgo del desempleo ya no entiende de antigüedad.

Para las personas extranjeras a la falta de trabajo se une la preocupación por poder mantener su situación regular si están en trámites de renovación. La Ley de Extranjería contempla distintas situaciones de renovación, pero todas pasan por un mínimo de cotización de tres meses, además tener una oferta de trabajo en firme, algo que cada vez es más complicado para inmigrantes y autóctonos. Si los trabajadores y las trabajadoras no cumplen con este requisito se pueden ver abocados de nuevo a ser irregulares, una situación en la que se calcula que viven (por diferentes motivos) unas 700.000 personas en España.

 Se penaliza el color de la piel

Esta situación de irregularidad puede conllevar la reclusión en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), auténticas cárceles para unas personas que no han cometido ningún delito, sino una falta administrativa grave -no disponer de documentación en regla- y la posterior expulsión. Algunas asociaciones de toda España han denunciado, además, que en los controles de identidad la policía aborda preferentemente a personas pertenecientes a minorías étnicas sin más motivo que el color de su piel.

En un informe reciente publicado por Amnistía Internacional (AI) se asegura que “con el pretexto del control de la inmigración, en un mismo día se puede parar varias veces para comprobar su documentación a cualquiera que no tenga aspecto europeo”. El estudio titulado Parad el racismo, no a las personas. Perfiles raciales y control de la emigración en España denuncia cómo, a pesar de que la Constitución española garantiza en su artículo 13.1 la igualdad de derechos por encima de raza, sexo o religión (tanto a la población española como a la extranjera) en la realidad se ejercen estas distinciones a la hora de pedir la documentación.

Esta persecución se plasma también en el endurecimiento de las medidas sancionadoras para las personas que están en situación irregular, “utilizando de forma generalizada la expulsión” - afirma AI- frente a otras formas de sanción. Aunque la Ley de Extranjería recoge la expulsión como pena, encontrarse irregularmente en territorio español constituye una “falta administrativa grave” y, por lo tanto, puede ser sancionada con multa. Este supuesto fue respaldado por el Tribunal Supremo en 2006. Sin embargo, AI denuncia que muchas de las órdenes de expulsión se están dictando por el procedimiento preferente (48 horas) lo que hace imposible recurrir la decisión.

 Cruzando el estrecho

La llegada de personas a bordo de embarcaciones a las costas españolas no ha cesado pese a la falta de oportunidades laborales. Tan sólo en el primer semestre de 2011 ya había aumentado en un 80% la llegada de inmigrantes irregulares a las costas después de jugarse la vida en el estrecho.

Según datos de la Agencia Europea de Control de Fronteras Exteriores (Frontex), en el primer semestre 2011 fueron interceptadas en las costas españolas 2.600 personas inmigrantes. Cifras de los que llegaron pero, como apunta el secretario general de Andalucía Acoge, Mikel Araguás, “la llegada en pateras y en cayucos es un drama humano del que se habla poco y en el que se calcula que han perdido la vida más de 1.000 personas”.

Otra realidad que enfrentan las personas inmigrantes es la falta de reconocimiento público respecto a lo que aportan a la economía y a la sociedad de este país. Si hablamos en términos monetarios, la inmigración es un factor dinamizador del sector productivo. El 30% del crecimiento del PIB entre mediados de los años 90 del siglo XX y la primera década de este siglo se debió a la entrada masiva de personas inmigrantes en el mercado laboral español.

La cifra, en ese periodo, se concreta en cerca de 5.000 millones de euros anuales a través de impuestos y contribuciones sociales. O, dicho de otro modo, el 50% del superávit de la Seguridad Social en los tiempos de mayor crecimiento se produjo gracias a esas aportaciones. Hoy, en tiempos de crisis, la contribución de las personas inmigrantes representa el 10% del total de las cotizaciones a la Seguridad Social. Pero no sólo eso. La riqueza cultural que supone el intercambio y la mezcla, una de las señas de identidad de España desde el inicio de su historia, está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana.

“En los próximos años el verdadero reto está en definir el modelo de convivencia en el siglo XXI. Debemos alcanzar el concepto de ciudadanía por encima de la nacionalidad”, asegura Mikel Araguás, secretario general de Andalucía Acoge, para el que “debemos dejar de asumir la inmigración como un fenómeno utilitarista en el cual el inmigrante es únicamente un trabajador, porque además de eso es padre, madre, vecino, contribuyente…”.

 "Prohibir el uso del velo no tendrá un efecto liberador" (Imane Boulaich, mediadora cultural)

A sus 31 años, Imane rompe algunos de los esquemas que muchos tenemos sobre las mujeres musulmanas. De ojos azules y eterna sonrisa asegura que respeta y apoya a sus amigas que ocultan su pelo detrás de un pañuelo.

Imane llegó a Cádiz hace cinco años y hoy trabaja como mediadora intercultural. Los tres idiomas que habla a la perfección –español, árabe y francés- le son de gran ayuda. Musulmana y practicante, nos aclara que el origen del uso del velo “no es religioso, ni mucho menos”, sino que se remonta a la época de conflictos entre tribus en las que las hijas del enemigo eran secuestradas como botín de guerra.

Imane vistió el hijab en algún momento de su vida. Hoy en día no lo hace pero considera que prohibir su uso “no tendrá ningún efecto liberador en las mujeres. Lo más probable es que no optaran por quitárselo, sino por quedarse en casa. Por aislarse. Esa sería la mejor manera de ahondar en la marginación”, concluye.

 "Me piden la documentación porque soy negro" (George Mendy, 20 años, gambiano)

George Mendy salió de su país natal, Gambia, con 17 años, hoy tiene 20. Hace tres años -y después de acabar el bachillerato y obtener su Diploma en Informática- decidió buscarse la vida en otro sitio y España fue su destino final. Hoy vive en el área de El Ejido (Almería), donde trabaja en el campo al tiempo que estudia en el Centro de Adultos para sacarse el título de la ESO y aún le queda tiempo para ser voluntario en un Centro de Acogida, Bantabá, de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús.

Los principios no fueron fáciles: sin hablar el idioma, sin trabajo, con miedo a ser detenido y viviendo en unas condiciones que él nunca pensó que llegaría a vivir. Pero, como él dice, “gracias a Dios hoy todo es diferente”. Sin embargo, George asegura que se siente “discriminado cuando la policía me para y empieza a preguntarme por la documentación simplemente porque soy negro” y cuando la gente piensa que “los inmigrantes somos una clase inferior”.



sábado, 11 de febrero de 2012

LA JUSTICIA NI ES CIEGA NI ES IGUAL PARA TODOS

Carlos Fonseca

El Tribunal Supremo ha condenado al juez *Baltasar Garzón* a 11 años de inhabilitación por un delito de prevaricación cometido al intervenir las comunicaciones en prisión entre los jefes (presuntos) de la *trama
Gürtel*y sus abogados. No voy a entrar en los argumentos de la defensa y de la acusación, de los que ya di cuenta a lo largo de la vista oral, ni a valorar la sentencia, cosa que ya han hecho profusamente especialistas en Derecho (jueces, fiscales, abogados y catedráticos de la materia) y políticos.

Voy a limitarme a plantearles las dudas que me merecen las contradictorias decisiones de la *Justicia* en este y otros casos. Los "pinchazos" ordenados por Garzón fueron avalados por el fiscal (podría haberse opuesto a ellos, aunque la decisión última era del instructor), que nunca planteó su ilegalidad, y cuando la causa pasó al *Tribunal Superior de Justicia de Madrid*, el juez *Antonio Pedreira* no solo no las anuló, sino que ordenó su prórroga.

Si Garzón ha prevaricado porque dictó una resolución ilegal a sabiendas de que lo era, como dice la sentencia, ¿por qué no ha sido acusado del mismo delito el juez Pedreira o los fiscales? *¿Garzón utilizó la ley torciteramente y Pedreira se equivocó?* Alguien debería explicar semejante contradicción si la *Justicia*, con mayúscula, no quiere que los ciudadanos crean que además de los fundamentos jurídicos de la sentencia en la misma han pesado otros motivos inconfesables. ¿Cometen prevaricación quienes no
han tenido en cuenta este "detalle",o sólo interpretan la ley de la manera que consideran mas justa?

Más dudas. Si la *Ley General Penitenciaria* establece que sólo se pueden intervenir las comunicaciones entre terroristas y sus abogados (Garzón y Pedreira coincidían en que algunos letrados de la Gürtel, además de actuar como tales colaboraban en el blanqueo de capitales), ¿prevaricó el juez *Alberto
Jorge*, instructor del caso *Marta del Castillo*, al autorizar que se "pincharan" en prisión las conversaciones entre los acusados y sus abogados? Los primeros no eran terroristas y las intervenciones se justificaron con el argumento de que se pretendía conocer el paradero del cadáver de la joven, y al instructor no le pasa nada. No critico su decisión, me limito a contextualizar los hechos.

Si Garzón ha prevaricado porque dictó una resolución ilegal a sabiendas de que lo era, como dice la sentencia, ¿por qué no ha sido acusado del mismo delito el juez Pedreira o los fiscales? ¿Garzón utilizó la ley torciteramente y Pedreira se equivocó?

Otra pregunta más. ¿Recuerdan el *caso Naseiro* sobre la presunta *financiación ilegal del PP*? Les recuerdo. La Policía tenía intervenido el teléfono de un concejal del ayuntamiento de Valencia, *Salvador Palop*, por su presunta implicación en un caso de narcotráfico. Las escuchas desvelaron un supuesto
caso de financiación ilegal del PP, además del enriquecimiento de algunos miembros de la trama.

Uno de los imputados era el diputado popular *Ángel Sanchis*, lo que obligó a que la causa pasara al *Tribunal Supremo*, que la archivó con el argumento de que la autorización de las escuchas era para un caso de narcotráfico y no de corrupción. El juez instructor debió incurrir en un simple error, porque nadie le molestó por haber continuado con las escuchas. Los "argumentos jurídicos" del archivo los dejo a su consideración.

Hay muchos más casos sobre decisiones judiciales, cuanto menos discutibles en sí mismas, pero me extendería demasiado, de modo que voy a plantearles una última duda: el *caso Urdangarín*. Aquí no hay escuchas, pero sí actuaciones muy llamativas. Por ejemplo, que se haya afirmado sin género de dudas que el *Rey* estaba al tanto de los negocios de su yerno, al que habría enviado a Washington para alejarle de las "malas compañías". ¿Si tienes conocimiento de un delito estás obligado a denunciarlo, o no estás obligado si el presunto autor es familiar directo?

Sigo. La *infanta Cristina*, mujer de Iñaki Urdangarín, aparece en los órganos de administración de una de las compañías que su marido utilizaba presuntamente para desviar fondos públicos en beneficio propio. ¿Debería ser citada al menos como testigo?, porque en el caso Gürtel, por volver al principio, han pasado por el juzgado las mujeres de los imputados. En este caso no ha hecho falta porque el instructor ha considerado que era un mero figurante y como tal *no tenía nada que ver con los negocios de su marido*que, además, desconocía. Si no fuese la hija de los Reyes ¿habría sido citada como testiago o como imputada?

Urdangarín comparece el próximo día 25 (su testimonio se ha demorado y demorado y demorado, pero el resto de sus colaboradores ya han declarado y están encausados) y a dos semanas de que declare nos enteramos de que el *Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)* ha abierto una investigación al juez
instructor, *José Castro*, por las *filtraciones de la causa a los medios de comunicación*. Si es por ese motivo, el Consejo tiene por delante una tarea abrumadora, porque no hay procedimiento, ni aún secreto, al que los periodistas no tengamos acceso por distintas vías. Saben sus excelentísimas señoría que además del juez y del fiscal, en una causa hay una acusación y una defensa que tienen acceso a ella. A ésta le suele convenir que no se conozca nada de lo actuado, y a la acusación que se airee. ¿Por qué se abre una investigación en el caso Urdangarín, con la aquiescencia nada menos que del órgano de gobierno de los jueces, y en otros casos las quejas se archivan? ¿Es una coincidencia?

Las leyes están abiertas a la interpretación y ésta no deber sustraerse del contexto en el que se producen los hechos enjuiciados, pero a la vista está que hay contextos y contextos, visto lo cual mantengo el título de esta columna. Si la Justicia no es ciega ni es igual para todos, ¿podemos llamarla Justicia?  



jueves, 9 de febrero de 2012

LOS RICOS TAMBIÉN SE BENEFICIAN CUANDO LOS POBRES DEJAN DE SERLO

Tremendas e impactantes declaraciones de Luiz Inacio Lula Da Silva

"El expresidente de Brasil contó durante su visita a Colombia detalles de la política social que hoy es ejemplo en el mundo. Le recomendó a Colombia no dejar en manos de intermediarios la administración de los recursos públicos.

A Luiz Inácio Lula da Silva no se le olvida que lo que hizo el primer día de su gestión como presidente de Brasil fue reunir a todos sus ministros, subirlos a un avión y llevarlos a los lugares más pobres del país. Quería que el presidente del Banco Central o su ministro de Hacienda "vieran a ese país que no se queja, que no hace manifestaciones, pero que está ahí, que es real y verdadero. Eso quizá haya ayudado a cambiar las cosas".
Da Silva conocía muy bien esos sectores. Salió de una de esas zonas donde es común que los niños vayan a la cama sin comer o pasen un domingo sin almuerzo. "Conocí el pan por primera vez a los 7 años -recordó el exmandatario-. Hasta esa edad, el café que me tomaba por la mañana era con harina de yuca. Sé que es la desesperación de una madre que está delante de un fogón sin gas y sin lo más elemental para hacer una comida para sus hijos".
Durante su visita al país, el expresidente de Brasil compartió no sólo su historia de vida, sino los resultados de su política social que sacó a 28'000.000 de brasileros de la pobreza y que redujo drástricamente los niveles de desnutrición y desescolarización de los niños y jóvenes de su país.
Brasil es una de las diez economías más importantes del mundo, pero para Lula esto de poco ayuda si no hay democracia ni políticas de distribución del crecimiento para evitar que el dinero siga en manos de pocos "y el pueblo siga pobre y desnutrido".
"Cuando empecé mi gobierno, el 10 por ciento de la población más rica cogía la mitad del dinero del país y le dejaban a los más pobres apenas el 10 por ciento", recordó el exmandatario quien logró cambiar estas cifras aumentando el salario mínimo en un 62 por ciento en cinco años, aún con voces en contra que le advertían que lo único que lograría era el crecimiento de la inflación.
"Y la inflación no aumentó", dice ahora con satisfacción. Esta sola decisión sacó a millones de brasileros de la pobreza. Es más, asegura que con la crisis del 2008 Brasil salió adelante gracias a esta población. "El consumo creció siete veces más, sobre todo en los sectores populares. Los pobres comenzaron a ser tratados como ciudadanos".
Para Luiz Inácio Lula da Silva hubo varias estrategias clave para lograr los resultados. Una fue bancarizar la población pobre: en un año 45'000.000 de brasileros tenían cuentas bancarias activas, y esto ayudó a hacer viable la segunda estrategia: no dejarles a intermediarios la administración ni la entrega de estos recursos públicos.
"No creo que deba existir la figura del intermediario, porque la mitad de la plata se queda con él. En Brasil las personas que reciben beneficios del gobierno no tienen contacto con intermediarios. Reciben una tarjeta magnética con la que puede ir al banco y sacar el dinero. Eso es sagrado", recalcó el expresidente.
Y una tercera estrategia que garantiza el éxito es tener registros de calidad y hacer seguimiento a los programas y beneficiarios. Equipos del gobierno viajaron a lugares remotos en donde encontraron habitantes que ni siquiera tenían actas de nacimiento; eran ciudadanos que no existían. Ellos son hoy beneficiarios del programa bolsa familia, que entrega tarjetas a las mujeres del hogar para que cuenten con el dinero para la alimentación y la educación de su familia.
"Son 13 millones de tarjetas. Las personas van al banco y no les deben favores a alcaldes ni a gobernadores ni al presidente. Me decían que estaba desperdiciando el dinero, que estaba creando vagabundos que no trabajaban.
Había personas que criticaban que los pobres compraran lápices o zapatos para los niños y no comida. Eso es fácil decirlo para alguien que los tiene, pero no para los que nunca lo han tenido. Quienes nunca han pasado hambre ni necesidades no saben qué son 80 dólares en manos de una madre de familia".
Combatir el hambre fue una prioridad del gobierno de Lula da Silva, al punto de crear un ministerio dedicado exclusivamente para esta tarea. En seis años la desnutrición de Brasil se redujo un 73 por ciento y la mortalidad infantil en un 45 por ciento.
La política es ejemplo en el mundo. Esta apuesta incluye restaurantes populares, programas de lactancia materna, promoción de la agricultura familiar, distribución de alimentos a los más pobres, la entrega de microcréditos y fomento de la economía local a través de la compra al pequeño productor para abastecer los programas de alimentación del gobierno, entre otros.
"La garantía para la buena alimentación de la población debería ser la prioridad de todos los hombres públicos y de los ciudadanos de buena voluntad. No es normal -dijo- que un gobernante del mundo no ponga la lucha contra el hambre como una prioridad de sus presupuestos, así como en sus políticas".
La generación de millones de empleos formales para padres de familia buscó reducir el trabajo infantil y por el contrario, llevar a estos niños y jóvenes a las 214 escuelas de educación básica nuevas, así como a las 14 universidades federales construidas durante su periodo. Hoy hijos de albañiles estudian carreras como medicina en estas universidades.
Estos resultados, aseguró, son una muestra de que "no hay nada más barato que invertir en los pobres" y deja atrás la teoría de que hay que esperar al desarrollo para ser inclusivos. En el caso de Brasil, la inclusión llevó al desarrollo. "Los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de serlo", dijo.
"Hasta le pagamos la deuda el Fondo Monetario Internacional. Después de dos años de gobierno le devolvimos 16.000 millones de dólares que le debíamos. Hoy el FMI nos debe 14.000 millones de dólares que les prestamos para ayudar a la crisis de los países ricos".



martes, 7 de febrero de 2012

JESÚS CURA PARA QUE SEAMOS CAPACES DE SERVIR

Fray Marcos

Recuerda que los evangelios no son crónicas de sucesos. Son teología narrativa. No tiene ninguna importancia que las palabras de Jesús sean exactamente las que él pronunció; ni que los hechos narrados hayan acontecido así, en un momento y lugar determinado.

Lo importante es el mensaje que quieren trasmitirnos y que seamos capaces de traducirlo a nuestro lenguaje, siempre relativo, de manera que lo podamos entenderlo hoy. Para ello es imprescindible que nos coloquemos en el ambiente de aquella época y conozcamos las características de aquella cultura. Es lo que intento.

CONTEXTO

Seguimos en el primer día de la actuación de Jesús. Marcos intenta perfilar a grandes rasgos y con firmes trazos, la figura de Jesús. Se trata de un montaje programático, para dejar muy clara la manera habitual que tenía Jesús de desarrollar su ministerio.

No podemos desligar la perícopa que hemos leído hoy de la del domingo pasado. Ambas forman un todo teológico progresivo, que empieza en el lugar de oración del pueblo, la sinagoga, y termina orando solo en descampado. Allí revive la experiencia de Dios, que le permite hablar y actuar con autoridad.

EXPLICACIÓN

El paso de la sinagoga a la casa, y después a la calle, nos dice que Jesús lleva la salvación a todos los lugares en donde se desarrolla la vida y a todas las personas que tienen necesidad de liberación.

Con toda naturalidad se nos habla de la suegra de Pedro, aunque nunca se hable de la esposa. En aquella sociedad era impensable el estado de soltero, y Jesús nunca cuestionó las normas existentes con relación a la sexualidad, al matrimonio o a la familia.

Las mujeres se casaban a los 12 - 13 años; los hombres a los 14 – 15. Recordad que no formaban una familia aparte, sino que seguían integrados en el clan. La media de vida era de 35 - 40 años. Si no se casaban a esa edad, no tenían tiempo de educar a sus hijos hasta que se casaran.

Los cambios que después se produjeron en la doctrina sobre la sexualidad, no se pueden vender como cristianismo.

“La cogió de la mano y la levantó. La palabra katekeito para decir “estaba postrada”, puede significar enfermedad o muerta, en cualquier caso, escasa de vida. También para decir que la levantó, Marcos emplea hgeiren, que puede significar levantar o resucitar. Está claro el sentido que quiere dar Marcos a las dos palabras.

“Se le pasó la fiebre y se puso a servirles”. Jesús cura para que la mujer pueda servir. En el mundo griego, el servicio (diakonía) se consideraba una deshumanización. En las primeras comunidades cristianas, era el signo de seguimiento de Jesús.

El verbo que se utiliza en griego es dihkonei = servía. Los cristianos eligieron precisamente la palabra “diakonía” para expresar el nuevo fundamento de las relaciones humanas en la comunidad. El mismo Jesús dirá que no ha venido a ser servido, sino a servir.

“Al anochecer...” Nos está indicando que los que se admiraban de las palabras y obras de Jesús, no habían superado la dependencia de la Ley, que era la causa de la opresión. Al ponerse el sol terminaba el sábado, y la obligación de descanso. Por lo tanto, ya podían ellos llevar a los enfermos y Jesús curar, sin faltar al primer precepto de la Ley.

“Cura a muchos y expulsa muchos demonios”. Todos buscan a Jesús para ser curados. Aquí debemos hacer una profunda reflexión. En todos los evangelios se comienza con un éxito espectacular de la predicación de Jesús. Más tarde se verá que no les interesa nada más que ese beneficio material de ser atendidos en sus necesidades.

“Se marcha a descampado y allí se puso a orar”. Es muy significativo que en muchos lugares de los cuatro evangelios se diga que Jesús se retiró a orar. "Se levantó de madrugada, se fue a un descampado y allí se puso a orar". "Pasó la noche en oración". "Por la mañana estaba allí sólo". Es la clave de la vida de Jesús.

Esta necesidad de la oración echa por tierra nuestra concepción mitológica de la figura de Jesús. Si era la segunda persona de la Trinidad, si era Dios entendido literalmente, ¿qué necesidad tenía de orar? O ¿se trataba de un paripé para enseñar a los otros lo que tenían que hacer, aunque él no lo necesitara? No, realmente lo necesitaba como verdadero ser humano que era. Descubrir lo que era su Abba para él, fue la clave de su espiritualidad.

El desierto es siempre el lugar del mal. En el desierto, Jesús lucha contra las fuerzas del mal. La oración, tal como nosotros la queremos entender, se debía desarrollar en el monte, que es el lugar donde habita Dios.

El domingo pasado decía el evangelio que hablaba con autoridad, no como los letrados. La clave está en este descubrimiento continuado de la presencia de Dios en él. A pesar de la absorben­te actividad, encontraba tiempo para estar a solas consigo mismo y cargar las baterías.

Los evangelios nos dicen que también iba al templo, pero el verdadero encuentro con Dios lo realizaba a solas y en medio de la naturaleza.

“¡Todo el mundo te busca!” En el relato encontramos tres exageraciones intencionadas: todo el mundo te busca; la población entera; todos los enfermos y poseídos.

Los discípulos están en la misma dinámica que la gente. No quieren que su Maestro pierda la ocasión de afianzar su prestigio. Pero Jesús sabía muy bien lo que tenía que hacer: “Vámonos a otra parte…”.

En el principio del relato se habló por dos veces de su enseñanza (didach). El escrito más antiguo del cristianismo lleva ese título: “didaje” Ahora nos dice que ha venido para predicar (khruxw, de donde viene kerigma, concepto clave de la primera comunidad).

No es su objetivo presumir y arrollar con un éxito espectacular. El evangelio es buena noticia, pero no siempre la buena noticia coincide con lo que la gente espera. Deja entrever que la búsqueda es sólo interés egoísta.

APLICACIÓN

Todos los evangelios empiezan constatando la euforia de la gente en el seguimiento de Jesús. Pero poco a poco, se va apoderando de ellos, primero la decepción, después el abandono, y finalmente la oposición total.

En Juan, este proceso se escenifica de manera genial en un solo capítulo. En el cap. 6, después de la multiplicación de los panes, quieren hacerle rey por la fuerza, y terminan abandonándole todos diciendo: “Duras son estas palabras, ¿quién puede hacerle caso?”

El por qué de esta actitud es claro: Todos se apuntan a los aspectos liberadores de la enseñanza de Jesús. Están encantados de ser curados, de ser liberados, de ser queridos. Lo malo empieza cuando se descubren las exigencias del mensaje: tienes que curar al otro, tienes que servir, tienes que amar…

Si tomásemos conciencia del por qué se produjo este cambio en la gente, tal vez empezásemos a comprender dónde falla nuestro cristianismo. La respuesta está en el relato de la curación de la suegra de Pedro. Jesús cura para que seamos capaces de servir. Esto es precisamente lo que no nos gusta del mensaje.

Cuando Jesús va dejando claro que Dios no es un tapagujeros, que su predicación lo que persigue es cambiar las actitudes fundamentales del ser humano y convertirle en libre servidor en vez de opresor del otro, la gente empieza a sentirse incómoda y le abandona sin contemplaciones.

El evangelio no habla en ningún caso de resignación ante cualquier clase de dolor, sea físico, sea psíquico, sea moral. Pero no identifica la salvación con la supresión del dolor. Todo lo contrario, afirma expresamente que la verdadera salvación puede alcanzarla todo hombre a pesar del mal que nos rodea (bienaventuranzas).

Siempre que se pueda, se debe suprimir, pero la victoria contra el mal no está en suprimirlo, sino en evitar que te aniquile. Toda verdadera teología es liberadora, pera esa liberación no siempre coincide con la eliminación del opresor. Aun permaneciendo el opresor, el oprimido puede ser libre y plenamente humano. Suprimido el opresor, puede ser sustituido por cualquiera de los que antes fueron oprimidos.

La solución al problema vital del hombre no puede venir de fuera, la tenemos que encontrar dentro. Sólo un conocimiento de lo hondo del ser nos descubrirá lo que somos. El hombre tiene que aceptar sus limitaciones. Pero solo lo conseguirá descubriendo que esas limitaciones no le impiden alcanzar su plenitud. Conocerme a mí mismo es conocer a Dios como fundamento de mi propio ser. Ser fiel a sí mismo es la única manera de ser fiel a Dios.

El gran fallo del cristianismo fue convertir la buena noticia liberadora del evangelio en una religión. La buena noticia de Jesús consistió en liberar al ser humano de todo lo que le impide ser él mismo, incluida la religión. El organigrama de una religión, nos da seguridades y nos sumerge en la ilusión de ser algo absoluto.

Jesús no ha venido a resolver los problemas materiales de los hombres, ni a liberarle de las limitaciones de su naturaleza, sino a enseñarnos cómo podemos ser libres a pesar de los problemas y aunque no se resuelvan. Hay problemas que no tienen solución, pero una vida más humana siempre es posible.