jueves, 28 de julio de 2011

VATICANO II: CINCUENTA AÑOS DESPUÉS

 José Comblin (1923-2011)

1. Antes del Concilio

La mayoría de los obispos que llegaron al Concilio Vaticano II no entendían por qué y para qué habían sido convocados. No tenían proyectos Pensaban como los funcionarios de la Curia que el Papa solo podía decidirlo todo y no era necesario convocar un Concilio. Pero había una minoría muy consciente de los problemas en el pueblo católico sobre todo en los países intelectualmente y pastoralmente más desarrollados. Allá habían vivido episodios dramáticos de la oposición entre las preocupaciones de los sacerdotes más metidos en el mundo contemporáneo y la administración vaticana. Sabían lo que habían sufrido en el pontificado de Pio XII que se oponía a todas las reformas tan esperadas por muchos. Todos los que buscaban una inserción de la Iglesia en el mundo contemporáneo, formado por el desarrollo de las ciencias, de la tecnología y de la nueva economía así como por el espíritu democrático, se sentían reprimidos. Había una élite de obispos y de cardenales que estaban muy conscientes de las reformas necesarias y quisieron aprovechar la oportunidad ofrecida providencialmente por Juan XXIII. La Curia no aceptaba las ideas del nuevo Papa y muchos obispos estaban desconcertados, porque el modelo de Papa de Juan XXIII era tan diferente del modelo de los Papas Pío´s, que se pensaba obligatorio desde Pio IX.

Las comisiones preparatorias del Concilio eran claramente conservadoras, y, por eso, el día de la apertura del Concilio las perspectivas de los teólogos y peritos traídos por los obispos más conscientes eran bastante pesimistas. Pero hubo el discurso de apertura de Juan XXIII, que rompía decididamente con la tradición de los Papas anteriores. Juan XXIII anunció que el Concilio no estaba reunido para hacer nuevas condenaciones de herejías, como era la costumbre. Dijo que se trataba de presentar al mundo otra figura de la Iglesia, que la haría más comprensible para los contemporáneos. La mayoría de los obispos no entendió nada, y pensó que el Papa no había dicho nada porque no había mencionado ninguna herejía. Para el Papa no se trataba de aumentar el número de dogmas, sino más bien de hablar al mundo moderno en un lenguaje que pudiera entender. Una minoría esclarecida entendió el recado y sintió que tendría el apoyo del Papa en su lucha contra la Curia.

La Curia romana tenía una estrategia. Había una manera de anular el Concilio. Las comisiones habían preparado documentos sobre todos los asuntos anunciados. Todos esos documentos eran conservadores y no permitían ningún cambio real en la pastoral. Esos documentos serían entregados a las comisiones conciliares que los aprobarían, y el Concilio se terminaría en pocas semanas con documentos inofensivos que no cambiarían nada. Lo importante era hacer una lista de comisiones con obispos conservadores y explicar al Concilio que lo más práctico sería aceptar las listas ya preparadas por la Curia, puesto que los obispos de la asamblea no se conocían.

El primero que descubrió esa estrategia fue don Manuel Larraín, obispo de Talca, Chile, y presidente del CELAM. El, con don Helder Cámara – eran amigos íntimos, acostumbrados a trabajar juntos – fueron a avisar a las cabezas del episcopado reformador. La Curia había preparado una lista de miembros de las comisiones, escogidos de tal manera que se sabía que aprobarían los textos curiales sin problema. Se trataba de rechazar las listas preparadas por la Curia y pedir que las comisiones fueran elegidas por el mismo Concilio. Los líderes, cardenales Doepfner de Munich, Alemania, Liénart de Lille, Francia, Suenens de Malinas, Bélgica, Montini de Milán y algunos más tomaron la palabra y pidieron que el mismo Concilio nombrara a los miembros de las comisiones, lo que fue aprobado con aclamaciones.

La conclusión fue que las nuevas comisiones rechazaron todos los documentos preparados por las comisiones preparatorias, lo que fue una afirmación del episcopado frente a la Curia romana. El Papa estaba feliz. Claro que en pocas horas, Manuel Larraín y Helder Cámara hicieron listas de los obispos latinoamericanos que podían integrar las comisiones y otros hicieron lo mismo para los otros continentes porque don Manuel Larraín ya tenía muchos contactos en el mundo. Desde el inicio quedó claro que el concilio sería una batalla de cada hora contra la Curia romana. El Papa no tenía fuerza para cambiar la Curia. Hasta hoy los Papas son prisioneros de la Curia que en principio depende de ellos. La administración es más fuerte que el gobernante en la Iglesia como en muchas naciones. La administración puede impedir cualquier cambio solo por su inercia. Ni siquiera Juan Pablo II se atrevió a intervenir en la Curia. Impotente en Roma se fue al mundo en donde fue aclamado triunfalmente.

La mayoría conciliar que el grupo de frente logró conquistar, no quería ruptura y por eso siempre dio importancia a la minoría conservadora, aunque pequeña, que representaba los intereses de la Curia y se identificaba con ella. Por eso, muchos textos fueron ambiguos porque después de un párrafo reformista venía un párrafo conservador que decía lo contrario. Por un lado se anunciaban temas nuevos y luego se abría espacio para los temas viejos de la tradición de los Papas Pío´s. Esa ambigüedad perjudicó mucho la aplicación del Concilio.

La minoría conciliar y la Curia no se convirtieron. Todavía se oponen a Vaticano II y encuentran argumentos en los mismos textos conciliares conservadores. Cuando Juan Pablo II citaba los textos del Vaticano II, citaba los textos más conservadores, como si los otros no hubieran existido. Por ejemplo en la Constitución Lumen Gentium, claro está que el destaque es el lugar dado al pueblo de Dios. Sin embargo, cuando se trata de la jerarquía, el pueblo de Dios desaparece y todo continúa como siempre. En 1985 por instigación del cardenal Ratzinger el pueblo de Dios fue eliminado del vocabulario del Vaticano. Desde entonces ningún documento romano hace referencia al pueblo de Dios, que era el tema importante de la constitución conciliar. El cardenal Ratzinger había descubierto que el pueblo de Dios era un concepto sociológico, aunque el concepto de pueblo no se encuentre en los tratados de sociología. El pueblo no existe sociológicamente, porque es un concepto teológico, bíblico.

Esta situación va a tener mucha importancia en la evolución ulterior de Vaticano II en la Iglesia. Desde el comienzo hubo un partido al que siempre se dio importancia y poder, y que luchó contra todas las novedades. En las elecciones pontificias que, como siempre son manipuladas por algunos grupos, el problema de Vaticano II fue decisivo y los Papas fueron elegidos porque se sabía de sus restricciones a los documentos conciliares en todo lo que tienen de nuevo. El Papa actual puede vivir diez años más o más todavía. Después de él podemos pensar que será elegido de nuevo un Papa poco comprometido con el Concilio, para usar un eufemismo, porque los grupos que defienden esa posición son muy fuertes en la Curia y en el colegio de los cardenales, y no hay señales de que los futuros nombramientos puedan traer cambios de orientación. Los últimos nombramientos en la Curia son elocuentes.
2. De 1965 a 1968

La historia de la recepción de Vaticano II fue determinada por un acontecimiento totalmente imprevisto. 1968 es una fecha simbólica de la mayor revolución cultural en la historia del Occidente, más que la revolución francesa o la revolución rusa, porque atinge la totalidad de los valores de la vida y todas las estructuras sociales. A partir de 1968 hubo mucho más que una protesta de los estudiantes. Hubo el comienzo de un nuevo sistema de valores y una nueva interpretación de la vida humana.

Vaticano II respondió a los interrogantes y los desafíos de la sociedad occidental en 1962. Los problemas tratados , las respuestas propuestas, las discusiones sobre las estructuras eclesiales, las ideas sobre una reforma litúrgica, todo eso había sido preparado por teólogos y pastoralistas, sobre todo desde los años 30 en los países de Europa central, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Suiza con algunas franjas en el norte de Italia. Estaba reconstruida la sociedad europea destruida por la guerra y la Iglesia ocupaba un lugar de destaque en la sociedad. Era el gobierno en Alemania, Italia, Bélgica. Holanda y tenía participación en los gobiernos de Francia. En realidad, había perdido contacto con la clase obrera, pero ésta ya estaba disminuyendo numéricamente por la evolución de la economía hacia los servicios. El número de católicos practicantes estaba disminuyendo, pero no de una manera que llamara la atención. La Iglesia tenía un clero fiel, un episcopado bastante ilustrado, aunque poco reformista socialmente, pero identificado con los partidos demócrata-cristianos. El gran problema de la Iglesia era la tensión entre los sectores más comprometidos con la nueva sociedad y el mundo romano de Pio XII, apoyado por las Iglesias de países menos desarrollados y más tradicionalistas, como España, Portugal, América latina, Italia, sobre todo al sur de Florencia, o de los pueblos católicos del Sudeste europeo. Los problemas eran estructurales, y no alcanzaban ni los dogmas ni la moral tradicional.

En 1968 comenzaba abruptamente una revolución total que atingía todos los dogmas y toda la moral tradicional así como todas las estructuras institucionales de la Iglesia como de toda la sociedad. En 1968 Vaticano II habría sido imposible, porque no habría nadie o casi nadie para entender lo que estaba pasando. Vaticano II respondió a los problemas de 1962, pero no tenía nada para dar respuestas a los desafíos de 1968. En 1968 el Concilio habría sido un Concilio conservador asustado por las transformaciones culturales radicales que empezaban.

Las manifestaciones exteriores de la revolución de los estudiantes en todo el mundo occidental desarrollado fueron reprimidas con facilidad, y, por eso, muchos pensaron que sería un episodio sin consecuencias importantes. En realidad, era el comienzo de una era nueva que todavía está en pleno desarrollo hoy día. 1968 significa cambio de toda la política, la educación, los valores morales, la organización de la vida y la economía.

1968 es una fecha simbólica que evoca los grandes acontecimientos que cambiaron el mundo en la década de los 60, sobre todo a partir de 1965.

a. 1968 significó une crítica radical de todas las instituciones establecidas y de todos los sistemas de autoridad. Era la contestación global de toda la sociedad organizada tradicional. La crítica se dirigía al Estado, a la Escuela en todos sus niveles, al Ejército, al sistema jurídico, a los hospitales .Era una crítica a todas las autoridades establecidas que mandan por la fuerza de las estructuras y hacen de todos los ciudadanos los prisioneros de las instituciones. Claro está que la Iglesia católica está incluida en esa crítica. La Iglesia católica era el modelo típico de un sistema institucional radicalmente autoritario. Ella fue inmediatamente atacada y denunciada con vigor. Los cambios conciliares, tan tímidos, no podían convencer a la nueva generación. Vaticano II era totalmente inofensivo si se compara con la revolución cultural que partió en 1968.
b. 1968 inició una lucha contra todos los sistemas de pensamiento, lo que se llamó “los grandes relatos”. Los sistemas son formas de manipulación del pensamiento, son expresiones de dominación intelectual. No se acepta ningún sistema que tenga la pretensión de ser “la verdad”. Con eso sufren los dogmas y el código moral de la Iglesia católica, y toda su pretensión de “magisterio”. Vaticano II no podía ni siquiera imaginar que fuera posible tal situación. Allá no hubo ninguna discusión de ningún dogma y todo el sistema de pensamiento nunca fue cuestionado. Ahora la nueva generación contesta todo el sistema doctrinal de la Iglesia católica, porque ese sistema no permite el libre ejercicio del pensamiento. No es que la nueva generación quiera negar todo el contenido doctrinal, pero no quiere aceptar todo un sistema sin discutirlo primero, y no quiere aceptarlo todo en bloque. Quiere examinar cada elemento, aceptar o no aceptar.
c. Simultáneamente hubo la explosión de la revolución feminista. El descubrimiento de la píldora que permite evitar la fecundación y, por lo tanto, facilita la limitación de la natalidad, despertó un entusiasmo universal entre las mujeres que tomaron conocimiento de la novedad. Era un elemento básico en la liberación de las mujeres, que dejaban de ser totalmente dependientes de maternidades repetidas. Era una novedad para la Iglesia también. Nada había en la Biblia sobre esa tecnología. Los episcopados de los países más desarrollados socialmente, los teólogos consultados por el Papa manifestaron que no había nada en la moral cristiana que pudiera condenar el uso de la píldora. Pero el Papa se dejó impresionar por el sector más conservador aunque minoritario, y publicó la encíclica Humanae Vitae que fue como una bomba. Muchos no podían creer que el Papa hubiera firmado esa encíclica. Fue una revuelta inmensa entre las mujeres católicas. Estas no aplicaron la prohibición papal y aprendieron la desobediencia. De esa fecha viene la huida de las mujeres. Ahora bien las mujeres son las que trasmiten la religión. Cuando las mujeres dejaron de enseñar la religión a sus hijos, aparecieron generaciones que lo ignoran todo del cristianismo. Muchos obispos quedaron destrozados, pero nada podían hacer porque el Concilio no había tocado en nada en el ejercicio del primado del Papa. El Papa decide solo, aún contra todos. Era el caso: el Papa había decidido contra los obispos, los teólogos, el clero, los laicos que eran informados. Por desgracia, fue obra del Papa Pablo VI, que por tantos meritos en la historia del Concilio, aparecía como hombre de apertura. ¿Porque justamente él? De otro Papa se habría entendido mejor, aunque el efecto producido hubiera sido igual. Para muchos, Humanae vitae era como un desmentido dado a Vaticano II: ¡nada había cambiado !

d. 1968 y la sociedad de consumo. Hasta entonces el consumo estaba orientado por las costumbres. Había un consumo moderado y limitado. Los ricos no hacían ostentación de su riqueza. No había rendimientos escandalosos. El consumo dependía de la regularidad de la vida: comidas regulares e tradicionales, fiestas tradicionales con gastos tradicionales, dentro de un ritmo de vida en el que el trabajo ocupaba el lugar central. A partir de la década de los 60, el trabajo dejó de ser el centro de la vida. En adelante, en el centro está la busca del dinero para poder pagar las vacaciones, los fines de semana, las fiestas que se multiplican indefinidamente, y el consumo festivo. El trabajo es lo que permite el consumo. El trabajo agrícola desaparece en los países más desarrollados, el trabajo industrial disminuye, y los servicios no ofrecen ninguna satisfacción humana por ser aburridos La mismas estructuras sociales estimulan el consumo, y los que no pueden consumir se sienten rechazados por la sociedad. Desde entonces la gente gasta lo que no tiene y paga en 12, 48, 70 meses sus compras. Se puede consumir sin poder pagar inmediatamente. Se paga después de años. Los jóvenes no tienen normas, gastan lo más que pueden.

e. El capitalismo descontrolado. La supresión de todas las leyes que controlan los movimientos de capitales estimula la carrera hacia la riqueza. Una nueva moral cualifica a la gente por el dinero que acumula y por la ostentación de su riqueza. En adelante los dueños del capital hacen lo que quieren y como quieren con el riesgo de provocar crises financieras de las que las víctimas son los pequeños. Hasta la queda del comunismo en la URSS el magisterio luchaba contra ese comunismo y poca atención daba al crecimiento rápido de una nueva forma de capitalismo. En América latina, la Iglesia reacciona muy timidamente a la conquista económica por los grandes centros capitalistas mundiales. En la práctica, la Iglesia va a olvidarse de Gaudium et Spes y aceptar la evolución del capitalismo descontrolado. La doctrina social de la Iglesia perdió todo significado profético porque en la práctica nada se aplicó a casos concretos. En la práctica el magisterio aceptó el nuevo capitalismo.

Nada de eso fue provocado por el Concilio. No se puede atribuir a Vaticano II todo lo que sucedió como consecuencia de la gran revolución cultural del Occidente. Pues esa revolución tuvo inmediatamente repercusiones en la juventud de la Iglesia. Todos sintieron que la institución de la Iglesia estaba profundamente cuestionada y desprestigiada. Ese desprestigio no vino de Vaticano II sino de la gran crisis cultural. El efecto más visible fue la crisis sacerdotal. Unos 80.000 sacerdotes dejaron el ministerio. Casi todos los seminaristas abandonaron los seminarios. Esto fue atribuido al Concilio por todos sus adversarios. En realidad no había nada en Vaticano II que pudiera explicar ese acontecimiento, Tampoco la huida de millones de católicos laicos se explica por Vaticano II. Pero todo se explica por la revolución cultural de la juventud. Sin embargo, los mismos Papas Juan Pablo II y Benito XVI hicieron varias veces alusiones a ese argumento, aunque no se atrevieron a expresarlo más claramente.
3. La reacción de la Iglesia fue lo que se podía temer.

Los Papas y muchos obispos aceptaron el argumento de los conservadores de que los problemas de la Iglesia venían del Vaticano II. Varios teólogos que habían sido defensores y promotores de los documentos conciliares, cambiaron y adoptaron la tesis de los conservadores, entre ellos el mismo Papa actual. Decían que el Concilio “fue mal interpretado”. Por eso, el Papa convocó un sínodo extraordinario en 1985 por ocasión de los 20 años de la conclusión del Concilio para luchar contra las falsas interpretaciones y dar una interpretación correcta. En la práctica la nueva interpretación, la “correcta”, consistía en suprimir todo lo que había de nuevo en los documentos de Vaticano II. Una señal muy simbólica fue la condenación de la expresión “pueblo de Dios“. Se acabó la época de las experiencias, decía Juan Pablo II. Prácticamente, lo que se hizo, fue rehacer lo que hizo después de la Revolución francesa: cerrar las puertas y las ventanas para cortar la comunicación con el mundo exterior y reforzar la disciplina para evitar las huidas. Pero no se logró evitar las huídas. El problema es que la Iglesia ya no tiene un inmenso campesinado pobre. En América latina los pobres se van a los evangélicos.

Desde entonces en el lenguaje oficial se hace referencia al Concilio, pero su mensaje permanece ignorado. El Concilio permanece en la memoria y en la fundamentación de las minorías sensibles a la evolución del mundo, que buscan en él argumentos para pedir cambios y respuestas a los desafíos del mundo actual. La juventud, incluso los nuevos sacerdotes, no sabe lo que fue ese Concilio Vaticano II, que para ellos no ofrece ningún interés. Están más interesados en el catolicismo anterior a Vaticano II con su seguridad, sus bellezas litúrgicas y la justificación de un autoritarismo clerical que les salva de los problemas

La reacción de la Iglesia fue la vuelta a la disciplina anterior. El símbolo de esa reacción fue el nuevo código de derecho canónico en el que se mantiene toda la estructura eclesiástica del código de 1917 con a veces un lenguaje menos autoritario y más florido. El nuevo código cerró las puertas a todos los cambios que se podrían inspirar en Vaticano II. Hizo Vaticano II históricamente inoperante.

En el mundo, la prioridad dada a la lucha contra el comunismo – un comunismo ya en plena decadencia – hizo que la Iglesia aceptara con silencio – los silencios de la doctrina social de la Iglesia, decía el padre Calvez – el capitalismo desenfrenado que se instaló en la década de los 70. En América latina el Vaticano apoyó las dictaduras militares y condenó todos los movimientos de transformación social a nombre de la lucha contra el comunismo. Desde el gobierno de Reagan la alianza con los Estados Unidos fue fiel hasta la guerra de Iraq que al fin abrió los ojos del Papa por un momento. En esa forma la Iglesia se aliaba con los poderosos del mundo y se condenaba a ignorar el mundo de los pobres en su pastoral real. Los nombramientos episcopales fueron altamente significativos.

En América latina la reacción de la Iglesia a la revolución cultural que empezó en el mundo desarrollado, fue muy dolorosa. Destruyó algo nuevo que estaba naciendo. Pues, en América latina, Vaticano II significó un cambio real. El Concilio Vaticano II fue lo que convirtió el episcopado y buena parte del clero y de los religiosos. Antes, hubo sacerdotes, religiosos, laicos y también obispos que habían hecho una opción por los pobres. En Roma los obispos latinoamericanos se encontraron y fueron evangelizados por los obispos de la opción por los pobres. El CELAM, con la aprobación de Pablo VI, convocó la asamblea de Medellín que cambió los rumbos de la Iglesia porque sacó del concilio conclusiones prácticas. Decidió la opción por los pobres y el compromiso por un cambio social radical, legitimó las comunidades eclesiales de base y la formación de los laicos por la Biblia, por la acción política. Las CEBs fueron una estructura nueva en la que los laicos tenían una real iniciativa y un real poder aunque limitado. En varias regiones, Medellín no fue aceptada o no fue aplicada. Pero hubo regiones importantes en las que Medellín cambió la Iglesia y fue la aplicación de Vaticano II.

Todo ese movimiento fue atacado sistemáticamente en Roma con argumentos proporcionados por sectores reaccionarios de América Latina. Desde 1972 la campaña contra Medellín fue dirigida por Alfonso López Trujillo. A pesar de esa campaña, en Puebla en 1979, Medellín todavía se salvó. Pero en el pontificado de Juan Pablo II la presión aumentó. Las advertencias romanas, los nombramientos episcopales, las expresiones de represión en contra de los obispos más comprometidos con Medellín tuvieron efecto . La condenación de la teología de la liberación en 1984 quería dar el golpe final. La carta del Papa a la CNBB el año siguiente limitó un poco el alcance de la condenación, pero la teología de la liberación todavía es algo sospechoso.
4. Lo que queda del Vaticano II

Hoy en día, las reformas logradas por Vaticano II nos parecen muy tímidas y totalmente inadecuadas por su insuficiencia. Habrá que ir mucho más lejos porque el mundo ha cambiado más en los últimos 50 años que en los 2.000 años anteriores.

De Vaticano II destacamos lo siguiente que debe permanecer como una base para las reformas futuras

- El retorno a la Biblia como referencia permanente de la vida eclesial por encima de todas las elaboraciones doctrinales ulteriores, por encima de los dogmas y de las teologías.

- La afirmación del pueblo de Dios como participante activo en la vida de la Iglesia, tanto en el testimonio de la fe como en la organización de la comunidad, con una definición jurídica de derechos y con recursos en los casos de opresión por parte de las autoridades.

- La afirmación de la Iglesia de los pobres.

- La afirmación de la Iglesia como servicio al mundo y sin busca del poder.

- La afirmación de un ecumenismo de participación más íntima entre las Iglesias cristianas.

- La afirmación del encuentro entre todas las religiones, o pensamientos no religiosos.

- Una reforma litúrgica que use símbolos y palabras comprensibles para los hombres y las mujeres contemporáneos. Las comisiones formadas después de Vaticano II dejaron muchas palabras y símbolos totalmente sin significado para los cristianos de hoy y obstáculo para la misión.


5. Las condiciones de la humanidad actual en estado de radical transformación

a. ¿Cómo entender la fe?

Desde la modernidad muchos cristianos perdieron la fe o pensaron que la habían perdido, porque tenían una idea equivocada de la fe. Actualmente ese fenómeno se multiplica porque la formación intelectual se ha desarrollado y muchos se quedan con una consciencia religiosa infantil o primitiva que rechazan o pierden cuando llegan a la adolescencia.

Los pueblos primitivos de cultura oral y los niños creen en los objetos religiosos como en los objetos de su experiencia. Por eso es fácil llegar a pensar que la fe es algo como la experiencia inmediata. Cuando se dan cuenta que ya no pueden creer en los objetos de la religión en esa forma porque nació el espirito crítico, creen que pierden la fe, porque la confunden con su conciencia religiosa infantil.

La fe es diferente de la experiencia inmediata, del conocimiento científico o del conocimiento filosófico. El objeto de la fe es Jesucristo, la vida de Jesucristo. Es dar adhesión a esa vida y adoptarla como norma de vida porque tiene un valor absoluto, porque esa vida es la verdad, es así que debemos ser hombre o mujer. No es una evidencia que no permite dudas. Es una percepción de verdad, que nunca suprime una franja de duda, porque siempre es un acto voluntario, y porque no se ve esa verdad. El creyente no se siente obligado a creer. Es un acto de entrega de su vida, la elección de un camino. No hay evidencia de que Jesús vive y está en nosotros, pero se reconoce porque se siente una presencia que es un llamado repetido a pesar de todas las dudas.

Hoy día el Papa condena como relativismo fenómenos propios del ser humano actual que ya no puede entender la manera tradicional de conocer los objetos de la religión. Estos no son parte de su experiencia de vida. La fe es conocimiento de la vida de Jesús de una manera totalmente especial sin comparación con las certidumbres que se están adquiriendo en la vida de cada día. Esta condición del ser humano actual supone una profunda revisión de la teología de la fe. Esta revisión de la teología ya se está haciendo pero no se divulga, lo que permite que millones de adolescentes pierdan la fe más que nunca, porque no se les explica lo que es.

b. La religión.

Nuestros contemporáneos dejan los actos litúrgicos oficiales de la Iglesia, porque los encuentran aburridos. La misa habitual es aburrida, salvo en algunas circunstancias muy especiales en las que aparecen miles de personas. La repetición de lo mismo es aburrida. La repetición de “domingos del año” durante tantas semanas es algo aburrido. El lenguaje litúrgico es peor, porque se hace en lengua popular. Cuando la liturgia era en latín, era mejor porque no se entendía. Una vez que se entiende, se nota que el estilo es insoportable. Usa un lenguaje pomposo, formalista, lenguaje de corte: “humildemente pedimos…”: nadie habla así. “Asociamos nuestra voz a la voz de los ángeles…” Formula convencional que no responde a nada en la vida. Hay cientos de fórmulas semejantes. Los carismáticos salvan la situación, pero su liturgia está lejos de ser una introducción al misterio de Jesús.

c. La moral.

Nuestros contemporáneos no aceptan códigos de moral y que se les impongan o prohíban conductas porque están en el código. Quieren entender el valor de los preceptos o de las prohibiciones. O sea, están descubriendo la conciencia moral que hace descubrir el valor de los actos. No aceptan la voz de una conciencia que no es nada más que la voz del “superego”. Antes la base de la moral cristiana era la obediencia a la autoridad. Había que hacerlo o no hacerlo, porque la Iglesia lo mandaba o lo prohibía. Por eso, tantas veces los laicos preguntaban: ¿esto se puede hacer? Si el sacerdote decía que sí, el problema moral estaba solucionado. Ahora bien, esto pertenece al pasado.

d. La comunidad.

El cristianismo es comunitario. Pero las formas tradicionales de comunidad tienden a debilitarse. La misma familia perdió mucho de su importancia porque los miembros de la familia se encuentran menos. La parroquia actual perdió el sentido de comunidad. Están apareciendo muchas nuevas formas de pequeñas comunidades basadas en la libre elección. Esas comunidades tendrán la capacidad de celebrar la eucaristía, lo que supone una persona apta para presidir la eucaristía en cada grupo de unas 50 personas. No hay ninguna dificultad de doctrina, porque en los primeros siglos la situación era esa y no hubo problema. Esto es fundamental porque una comunidad que no se une en la eucaristía, no es realmente comunidad cristiana. Los sacerdotes a tiempo completo estarán alrededor del obispo de cada ciudad importante para evangelizar todos los sectores de la sociedad urbana.

Claro está que no sabemos cuándo o cómo se llegará a eso. Es poco probable que un Concilio que reúna únicamente obispos pueda descubrir las respuestas a los desafíos del tiempo. Las respuestas no vendrán de la jerarquía, ni del clero, sino de laicos que viven el evangelio en medio del mundo que entienden. Por eso tenemos que estimular la formación de grupos de laicos comprometidos al mismo tiempo con el evangelio y con la sociedad humana en la que trabajan.

Vaticano II quedará en la historia como una tentativa de reformar la Iglesia al final de una época histórica de 15 siglos. Su único defecto fue que vino demasiado tarde. Tres años después de su clausura estaba cayendo en la mayor revolución cultural del Occidente. Sus detractores lo acusaron de todos los problemas surgidos de esa revolución cultural, y, con eso, lo mataron. Pero Vaticano II permanece como una señal profética. En medio de una Iglesia prisionera de un pasado que no sabe superar, es una voz evangélica. No pudo reformar la Iglesia como quería, pero fue un llamado a mirar hacia el porvenir. Aun hay movimientos poderosos que predican la vuelta al pasado. Tenemos que protestar. Cuando personas que nada entienden de la evolución del mundo contemporáneo y quieren refugiarse en un pasado sin apertura hacia el futuro, tenemos que denunciar. Para nosotros Vaticano II es Medellín. También quisieron matar Medellín. Medellín permanece como el farol que nos muestra el camino.

Última reflexión: el porvenir de la Iglesia católica está naciendo en Asia y en África. Será muy diferente. A los jóvenes hay que decirles: ¡¡aprendan el chino !!

Publicado en “A Cincuenta años del Concilio Vaticano II: verdaderas luces y urgentes desafíos”, revista Alternativas – Revista de análisis y reflexión teológica, año 18, no 41, 2011, Editorial Lascasiana, Managua, Nicaragua, pp. 11-24.

lunes, 25 de julio de 2011

EL HOMBRE DE AL LADO película

Dos vecinos muy diferentes. Los problemas comienzan cuando uno de ellos decide abrir una ventana que da directamente a la estancia del primero para así tener más luz y, de pronto, cada uno toma conciencia de la existencia del otro.

Las relaciones vecinales son la base de muchos conflictos, y los conflictos son la base de los géneros cinematográficos. Nunca se sabe con qué tipo de persona le tocará a uno convivir. Quizá estemos puerta con puerta con un tipo peculiar o con un psicópata, lo que puede dar lugar a situaciones divertidas o a desagradables. Con retraso nos llega ‘El hombre de al lado’, película argentina que oscila entre lo dramático y lo cómico.

La cinta se llevó un premio a la mejor fotografía en Sundance y ha recibido otros reconocimientos en diversos certámenes, entre ellos los de mejor actor (Daniel Aráoz) y mejor dirección en el Festival de Lleida y el de mejor película en el Festival Internacional de Cine de Mar de la Plata. Además fue nominada a la mejor producción hispanoamericana en la última edición de los Goya.

Su trama gira en torno a dos sujetos muy diferentes que viven uno junto al otro. Uno de ellos, es un prestigioso diseñador industrial que habita en la Casa Curutchet, única obra de Le Corbusier en toda América. El otro es un vulgar vendedor de coches usados, primitivo, rústico y avasallador. Los problemas comienzan cuando el segundo decide abrir una ventana que da directamente a la estancia del primero para así tener más luz y, de pronto, cada uno toma conciencia de la existencia del otro. En ese momento surgen los miedos y las discordancias, dando rienda suelta a las actitudes más viles.

‘El hombre de al lado’ se filmó en ciudad de La Plata en la casa proyectada por el famoso diseñador de origen suizo, considerada una obra maestra de la arquitectura moderna. «Lo más difícil fue conseguir la casa, porque el guión estaba escrito en base a ella, y si no podíamos filmar allí teníamos que cambiar toda la historia», señala Mariano Cohn, director junto a Gastón Duprat.



jueves, 21 de julio de 2011

LA MITAD DE NUESTRA COMIDA ACABA EN LA BASURA

Seguro que muchos de ustedes recordarán de sus comidas infantiles aquello de "cómetelo todo, que en el Tercer Mundo hay muchos niños que no tienen qué comer". Una estratagema materna eficaz, aunque desconcertante (¿realmente en África estarían interesados en el pedazo amortajado de filete que permanecía arrinconado en el plato?).

Pues bien, al parecer mamá tenía razón. Al menos eso es lo que sugiere Tristram Stuart, autor de Despilfarro: el escándalo global de la comida (publicado por Alianza Editorial e Intermón Oxfam y traducido por María Hernández). Un libro muy recomendable para este verano.

Despilfarro describe exactamente eso, el escándalo de un sistema alimentario global en el que buena parte de los alimentos que se producen y se adquieren acaban en el basurero. Las cifras alcanzan una envergadura mareante: Europa y EEUU se abastecen del doble de alimentos que serían necesarios para cubrir generosamente las necesidades de sus poblaciones. Y si consideramos la alimentación de los animalitos que engullimos, esta cifra asciende al triple, lo que significa que una parte muy considerable de estos alimentos terminará siendo desechada antes de que nadie se los coma. En concreto, el autor calcula que despilfarramos casi la mitad de lo que consumimos.

Las causas son tan diversas como incomprensibles, desde los malos hábitos del consumidor hasta las prácticas irresponsables de los comercializadores, pasando por normativas públicas altamente discutibles. ¿Qué ocurre, por ejemplo, cuando cargamos nuestros carros de la compra con el doble de yogures de los que necesitamos, simplemente porque existe una oferta 2x1 (provocada a su vez por una caducidad cercana)? ¿Es lícito que la compañía Marks & Spencer exija a sus proveedores tirar cuatro rebanadas de cada pan de molde para evitar los bordes? ¿Por qué Japón permite alimentar a sus cerdos con alimentos desechados por los humanos y la UE no? ¿Sabía usted que los pesqueros europeos desechan entre un 40 y un 60 por ciento de la pesca debido al tamaño de los peces, a las prácticas predatorias y a las cuotas que rigen los caladeros?

En el caso de los países pobres, donde se concentran los cerca de mil millones de personas que hoy pasan hambre, el desperdicio de alimentos está entre el 30 y el 40 por ciento de todo lo que se produce. A diferencia del mundo desarrollado, en este caso buena parte del problema está en la ausencia de infraestructuras básicas para conservar los alimentos. Mozambique, por ejemplo, pierde cada año más de un tercio de sus cosechas por la escasez de graneros que las protejan de las lluvias o de los insectos.

Las consecuencias de esta insensatez son algo más que morales. De acuerdo con los datos del libro, la presión sobre la tierra cultivable contribuye de manera determinante al exceso de emisiones de CO2. De hecho, si plantásemos árboles en la tierra dedicada actualmente a la producción desechada, podríamos compensar la totalidad de los gases de efecto invernadero provocados por el hombre.

Despilfarro es casi un manual para el activista alimentario. Estructurado en tres grandes secciones (Posesiones perecederas; Cosechas dilapidadas; y ¿Qué hacer con los residuos?), el libro ofrece mucho más que buena información. Su propuesta se estructura alrededor de tres 'R': reducir, redistribuir y reciclar. El consumidor-lector interesado podrá curiosear en la web del autor, que incluye todos los detalles de un evento en el que Stuart alimentó a 5.000 londinenses a base de comida que iba a ser desechada. O también algún juguete para el activista, como el concurso Waste Watchdog, en el que se anima a los ciudadanos a enviar fotografías de despilfarro alimentario en los supermercados o comercios de su barrio.

El asunto no es ninguna broma, desde luego. Después del verano trataremos de ofrecerles una entrevista con el autor para profundizar en las acciones que cada uno de nosotros puede tomar para frenar esta locura. Mientras tanto, tal vez les apetezca compartir sus ideas con nosotros a través de Twitter y Facebook. Me encantaría comentarlas con mis hijos en la mesa.



miércoles, 20 de julio de 2011

HAY QUE REPENSAR EL CRISTIANISMO

Jose Arregi

Todo el mundo sabe que Hipócrates (siglo V a.C.) es considerado “el padre de la medicina” y “el médico” por antonomasia. A él se le atribuye, con razón o sin ella, el famoso “juramento hipocrático”:

“Por Apolo médico y Esculapio, por Higias, Panacace y todos los dioses y diosas, juro que cuando entre en una casa no llevaré otro propósito que el bien y la salud de los enfermos”.

Muchos estudiantes de medicina, al final del grado, siguen haciendo el mismo juramento en versión actualizada y sin mencionar a los dioses, pues éstos han resultado ser menos inmortales de lo que Hipócrates pensara.

No estaría mal –permítaseme la digresión– que los políticos, los empresarios y los periodistas hicieran también un juramento similar en nombre de lo que consideren más sagrado:

“Juro que diré la verdad, cuidaré la vida y defenderé al más necesitado sin buscar mi lucro”.

Y que los obispos, en vez de jurar obediencia al papa que les ha nombrado y les puede ascender, dijeran:

“Juro por Jesús que defenderé la libertad, la fraternidad y la igualdad dentro y fuera de la Iglesia”.

Y que todos los teólogos, en vez de aquel “juramento antimodernista” que ha estado vigente hasta no hace muchos años, pronunciaran también su particular juramento hipocrático:

“Juro por el Espíritu o la Ruah de Dios que me empeñaré en preparar odres nuevos para el vino nuevo, en liberar la buena nueva de los dogmas viejos, en hacer una nueva teología razonable y liberadora como la Ruah de Dios para el mundo de hoy”.

Jesús prohibió jurar, pero estos juramentos le gustarían.

Volvamos a Hipócrates. Fue un médico moderno en su tiempo, y se dejó guiar por la observación y la experimentación. Negó, por ejemplo, que la “enfermedad sagrada” –así llamaban a la epilepsia– se debiera a la acción de los dioses, y se opuso a tratarla con conjuros; él la trataba con buena dieta.

Pues bien, un médico de nuestros días, Manuel Guerra Campos –hermano de aquel obispo integrista de Cuenca, diputado en Cortes por nombramiento de Franco–, asegura en sus Confesiones de un creyente no crédulo que Hipócrates no pasaría hoy de un 0 en un examen de Anatomía. Y el Dr. Guerra Campos, se pregunta: ¿Cómo es posible, sin embargo, que la Iglesia siga hoy con el mismo lenguaje y las mismas creencias que hace cientos y miles de años?

A eso iba. No es ésta la cuestión más importante en los tiempos que corren. ¿Qué diría Hipócrates de esta gravísima enfermedad en que está sumido su país, Grecia, y el nuestro y todo el planeta a causa de cuatro ricos que padecen la enfermedad más mortal de todas que es la codicia sin límite?

Esta es sin duda, también para la Iglesia, la cuestión más importante, mucho más importante que la “increencia” y el “relativismo”, la familia y la eutanasia e incluso el aborto, y no digamos la religión en la escuela.

Pero creo que también es urgente para los cristianos hacer otra teología, una teología que vuelva la fe comprensible para hoy. Esa ha sido siempre la misión de los teólogos: decir la fe de una manera razonable para los hombres y mujeres de cada tiempo y lugar. Solo una teología razonable puede ser liberadora. Hay que repensar el cristianismo, para que sea evangelio liberador.

El cristianismo no puede ser evangelio liberador manteniendo conceptos y paradigmas del pasado que hoy resultan anacrónicos, absurdos e incluso nocivos.

Que Hipócrates, un genio, hoy no pudiera aprobar ninguna asignatura de Medicina nos parece tan normal. Lo mismo le pasaría a Descartes en Filosofía, por mucho que la Filosofía no evoluciona en los mismos parámetros que las ciencias empíricas. Pero hoy no le valdría su famoso “pienso, luego existo”, y el tribunal se le reiría si repitiera que el cuerpo y el alma se conectan en la glándula pineal. Hasta el mismísimo Einstein, genio entre los genios y muerto hace solo 56 años, hoy suspendería en física cuántica, y seguiría afirmando ingenuamente que “Dios no juega a los dados”.

Pues sí que juega, aunque es una forma de hablar. Lo cierto es que no podemos seguir haciendo teología, es decir, hablando de Dios con imágenes y lenguajes que pertenecen a cosmovisiones anacrónicas, a paradigmas obsoletos.

Por ejemplo, no podemos hablar de Dios como se hablaba en un mundo estático y determinista, piramidal y geocéntrico: arriba el cielo habitado de dioses con un Dios Supremo al frente, abajo la tierra creada por Dios desde fuera, y más abajo el infierno para los malos.

Dios no es un Ente, ni es Algo, ni es Alguien con psicología y sentimientos como los nuestros. Dios no interviene desde fuera cuando quiere. Dios no tiene por qué encarnarse, pues es la Carne del mundo, el Ser de cuanto es, el Corazón de cuanto late, el Verbo activo y pasivo de toda palabra, el Dinamismo de toda transformación, la Ternura de todo abrazo, el Tú de todo yo y el Yo de todo tú, la Unidad de toda diversidad y la Diversidad de toda unidad, la luz de toda mirada, la conciencia de toda mente, la Belleza y la Bondad que sostienen y mueven al universo en su infinito movimiento, en su infinita relación.

Y no podemos hablar de Jesús en los términos de la metafísica dualista que subyace a los dogmas: como si Dios fuera una “substancia” distinta y separada del mundo, como si en Jesús asumiera “nuestra substancia” por primera y única vez, de manera singular y milagrosa, como si Dios no fuera el verdadero Ser de todo cuanto es, como si todo ser humano no fuera divino por el mero hecho de ser bueno. Jesús fue un hombre bueno, un hombre libre, y ahí se resumen todos los dogmas. Así de simple.

Ni podemos hablar de la revelación y de la encarnación de Dios como si este planeta fuese el centro del universo y como si la especie humana fuese el culmen de la evolución de la vida. El universo no tiene centro, y la vida en este planeta seguirá evolucionando todavía durante miles de millones de años, y seguramente también en infinidad de otros planetas en un universo sin límite. Y Dios es el Corazón y el Misterio del universo siempre revelado y oculto, el Fuego que lo habita.

Tampoco podemos hablar del ser humano como si la biogenética y las neurociencias no hubieran demostrado que no tenemos más conciencia y libertad que aquellas de las que nos hacen capaces los genes y las neuronas. Y no es poco, pero tampoco es tanto (todavía). La libertad está en camino, como el cosmos, la vida y la conciencia. La libertad es la meta de toda la creación.

¿Y el pecado? ¡Qué absurdo y nocivo nuestro lenguaje tradicional sobre el pecado, y por lo tanto el perdón! El pecado no es la culpa contraída con una divinidad, sino la herida, el error, la finitud y el daño. Pero somos amados y podemos seguir: eso es el perdón.

Así deberíamos seguir revisando todo lo dicho sobre la “salvación” o el “más allá”, para volverlo a decir con palabras libres y metáforas nuevas, pues nada de lo dicho es esencial en la fe, sino justamente lo indecible. Lo dijo nada menos que Santo Tomás de Aquino hace 800 años.

Lo malo es que él sí aprobaría hoy un examen de teología. Con él sucede lo contrario de lo que sucede con Hipócrates o Einstein: las autoridades eclesiásticas de su tiempo le suspendieron como heterodoxo, pero más tarde proclamaron su teología como “teología perenne”, inmutable.

Sencillamente, no tiene sentido, y el “doctor angélico” sería hoy el primero en protestar por seguir aprobando hoy con la teología de hace ocho siglos, y nos diría con pena que le hemos traicionado. En efecto, ser fieles a Santo Tomás de Aquino no consiste en repetirle, sino en hacer en nuestro tiempo lo que él hizo en el suyo: repensar el cristianismo, para que sea iluminación y consuelo, medicina y liberación.



martes, 19 de julio de 2011

EL SER HUMANO TIENDE A CREER EN DIOSES Y EN LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

Yaiza Martínez.

El ser humano tiende a creer en dioses y en la vida después de la muerte
Un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Oxford en 20 países revela, además, que personas de culturas muy diversas separan los conceptos de cuerpo y alma
Los resultados de un proyecto internacional de investigación de tres años de duración, realizado en 20 países y dirigido por dos académicos de la Universidad de Oxford sugieren que el ser humano tendría una tendencia natural a creer en dioses o agentes sobrenaturales, así como en la vida después de la muerte. Estudios realizados con niños y adultos revelaron, por ejemplo, que personas de muchas culturas distintas creen instintivamente que su mente, su espíritu y su alma seguirán existiendo después de morir. A raíz de estos hallazgos, los investigadores concluyen que la religiosidad existe para favorecer la cooperación social y que nunca será fácil erradicarla, porque en ella hunde sus raíces el pensamiento humano.
Un proyecto internacional de investigación de tres años de duración y dirigido por dos académicos de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, ha descubierto que el ser humano tiene una tendencia natural a creer en dioses o agentes sobrenaturales, así como en la vida después de la muerte.

Según publica la propia Universidad de Oxford en un comunicado, el proyecto implicó a 57 investigadores, que realizaron más de 40 estudios independientes, en un total de 20 países.

Los países escogidos eran representantes tanto de sociedades tradicionalmente religiosas como de sociedades generalmente ateas. De esta forma, la investigación ha abarcado un amplio espectro de culturas y perspectivas.

A partir de los resultados obtenidos en dichos estudios (que fueron tanto analíticos como empíricos), los científicos concluyen que los seres humanos están predispuestos a creer en dioses y en la vida después de la muerte, y que tanto la teología como el ateísmo son respuestas razonadas a un impulso que es básico en la mente humana.

Estudio interdisciplinar

Los investigadores señalan que el proyecto no fue realizado para probar la existencia o no de Dios, sino para tratar de comprender si conceptos como el de la divinidad o la vida después de la muerte pueden ser enseñados o, por el contrario, son expresiones básicas de la naturaleza humana.

Con esta finalidad, “The Cognition, Religion and Theology Project”, como fue bautizada la iniciativa, aplicó una metodología multidisciplinar. La investigación ha combinado así en su desarrollo la antropología, la psicología, la filosofía y la teología.

Los hallazgos obtenidos serán publicados en dos libros escritos por Justin Barrett, investigador delCentre of Antrophology and Mind de la Universidad de Oxford y co-director del proyecto.

Por otra parte, Roger Trigg, también co-director del proyecto e investigador del Centro Ian Ramsey de la Facultad de Teología de la Universidad de Oxford, también ha escrito un libro titulado “Equality, Freedom and Religion” (“Igualdad, libertad y religión”), en el que ha aplicado los resultados de la presente investigación al tema de la libertad religiosa, según informa el propio Centro Ian Ramsey.

Omnisciencia y vida después de la muerte

La Universidad de Oxford publica que algunos de los hallazgos del “Cognition, Religion and Theology Proyect” han sido los obtenidos en estudios realizados porEmily Reed Burdett también de la Universidad de Oxford, y por el mencionado Justin Barrett.

En ellos, se constató que para los niños menores de cinco años es más fácil creer en algunas propiedades sobrehumanas que comprender ciertas limitaciones humanas.

Por ejemplo, en estas investigaciones se preguntó a niños pequeños si sus madres podrían conocer el contenido de una caja, al que en realidad ellas no tenían acceso. A la edad de tres años, los niños solían afirmar que creían que su madre –y Dios- podía saber siempre lo que la caja contenía.

A la edad de cuatro años, sin embargo, los niños comenzaron a comprender que sus madres no eran omniscientes, aunque continuaron creyendo en agentes sobrenaturales que podían conocer y saber todo, como Dios o los dioses.

Por otro lado, experimentos llevados a cabo con adultos, y dirigidos por Jing Zhu, de la Universidad Tsinghua de China, y Natalie Emmons y Jesse Bering, de la Universidad Queen de Belfast, han constatado que los individuos de muchas culturas distintas creen instintivamente que alguna parte de su mente, alma o espíritu vivirá después de su muerte.

La realización de estos estudios demostró que la gente es naturalmente “dualista” por lo general, es decir, que para la mayoría de las personas resulta fácil concebir la separación de la mente y el cuerpo.

Conclusiones

Según Justin Barrett, del análisis del porqué las creencias y las prácticas religiosas persisten en las sociedades de todo el mundo se desprende que los vínculos sociales que propician las religiones favorecen que los individuos cooperen como sociedades.

Por el contrario, añade Barret, “hemos descubierto que es menos probable que la religión prospere en las poblaciones de las ciudades de países desarrollados, en las que ya existen potentes redes de apoyo social”.

Roger Trigg, por su parte, señala que “hemos reunido un corpus de evidencias que sugieren que la religión es un factor común de la naturaleza humana, y que se produce en sociedades muy diversas. Esto supone que los intentos por suprimir la religión tenderán a tener una corta vida porque el pensamiento humano hunde sus raíces en conceptos religiosos, como la existencia de agentes sobrenaturales o dioses, y la posibilidad de que existan la vida después de la muerte o la vida antes del nacimiento”.



lunes, 18 de julio de 2011

PARAÍSOS FISCALES, ¿HASTA CUÁNDO?

Juan de Dios Regordán Domínguez

Hay palabras que al pronunciarlas se suele mirar de reojo alrededor inconscientemente y casi siempre se pronuncian en voz baja. Sería difícil decir exactamente a qué se debe este comportamiento resbaladizo cuando se habla de “Paraísos Fiscales”.En el fondo podríamos decir que se da una mezcla de desconfianza, inseguridad y miedo porque cualquiera puede sentirse contaminado por la corrupción y el dinero fácil puesto en sitios seguros y rentables sin control. ¿Será uno de ellos nuestro interlocutor?

Quiénes saben de estas cuestiones afirman que los fondos depositados fraudulentamente en los llamados “paraísos fiscales” ascienden más o menos al Producto Interior Bruto (PIR) español. La mayor parte de estos recursos, que muchos de ellos provienen de las evasiones fiscales, se llevan a cabo y provienen de los países desarrollados y, a veces, desde quiénes dicen predicar la justicia y buscar el bien común. Llenar los graneras hasta arriba sigue siendo la misma tentación de siempre.

Por desgracia bastantes personas parecen atrapadas por la economía de tal manera que casi toda su vida personal y social está teñida de cierto espíritu economista tan grande que olvidan que, mientras muchas personas carecen de lo más estrictamente necesario, ellos se han acostumbrado a vivir en la opulencia o malgastan lo que les sobra. No saben compartir con los más pobres. Resulta escandaloso que no se corrijan las excesivas desigualdades económicas y sociales y el lujo pulule junto a la miseria.

También resulta injusto que mientras unos pocos disponen de poderes amplísimos para poder decidir y marcar directrices a su antojo, muchas personas vivan en condiciones indignas del ser humano. El poder de las tramas es tan grande que cuando algunos medios de comunicación han denunciado la colocación de grandes cantidades en paraísos fiscales, pronto se les silencia, se pasa página y nunca se sabe si se depuran responsabilidades. Las mismas autoridades judiciales se sienten impotentes a la hora de controlar los flujos de capital y los impuestos evadidos por la dificultad de control a escala nacional sobre transacciones que se realizan a escala global.

Si los estados ricos sufren graves problemas con la evasión de capitales y acusan los efectos de la competencia a la baja, el efecto en los países pobres es demoledor porque tienen una legislación laxa y una administración débil. El dinero fácil atrae a muchos, pero los paraísos fiscales ubicados en “pequeños estados y en ciertos “lugares típicos de grandes naciones” posibilitan que gobernantes y dictadores corruptos conserven, como propio, los capitales robados en sus países, o recibido en forma de comisiones de las empresas multinacionales favorecidas de forma fraudulenta.

Los paraísos fiscales, con las ventajas exageradas para unos y las consecuencias negativas para otros, además de contribuir a la crisis financiera, están teniendo un efecto devastador en la existencia de millones de familias empobrecidas. Las grandes fortunas encuentran la oportunidad de evitar el pago de sus impuestos. En este mismo sentido, las grandes multinacionales cuentan con capacidad para evadir capitales y en mejores condiciones para competir con las pequeñas y medianas empresas, a las que acaban poniéndolas en situación de ruina total y cierre.

Ante la escandalosa y desestabilizadora actuación de los “paraísos fiscales”, para luchar contra este tipo de criminalidad hay que potenciar y coordinar las iniciativas de justicia y crear urgentemente una autoridad única a nivel mundial con competencias suficientes para regular y controlar los flujos de capital y el tejido social. Y, como primera medida, el organismo internacional que se creara debería legislar una normativa eficaz para eliminar los paraísos fiscales porque para éstos no caben propuestas de reforma.



domingo, 17 de julio de 2011

TEOLOGÍAS DEICIDAS

Segunda edición del libro de Horacio Bojorge: Teologías deicidas

El Centro Cultural Católico “Fe y Razón” se complace en anunciar la publicación del sexto título de su Colección de Libros. Se trata de la segunda edición de una importante obra del R.P. Lic. Horacio Bojorge SJ: “Teologías deicidas. El pensamiento de Juan Luis Segundo en su contexto”. La primera edición (Ediciones Encuentro, Madrid 2000), de 1.500 ejemplares, se agotó en 2003.

Este libro de 373 páginas es un reexamen, un informe crítico y una evaluación (desde el punto de vista de la fe católica) del pensamiento de Juan Luis Segundo, sacerdote jesuita uruguayo, uno de los más destacados exponentes de la “Teología de la Liberación” latinoamericana. El libro contiene una introducción, doce capítulos, una conclusión, tres anexos y una bibliografía selectiva de y sobre Juan Luis Segundo. A continuación reproducimos los títulos de los doce capítulos de esta obra:

1. La esjatología cercenada – 2. Vicios de argumentación lógica, teológica y escriturística – 3. Errores acerca de la Revelación y de hermenéutica – 4. Actitud ante el Magisterio – 5. Recomendación y defensa del marxismo – 6. La adoración de la historia: la “fe” neguentrópica – 7. Intermezzo histórico. La inversión antropocéntrica: naturalismo y gnosis – 8. El giro antropocéntrico en Juan Luis Segundo: del misterio divino al proyecto humano – 9. ¿Es teología el pensamiento de Juan Luis Segundo? – 10. Acedia ante el pueblo creyente – 11. Eclesiología gnóstica y elitismo – 12. Señalaciones de heterodoxia.

El entonces Prepósito General de la Compañía de Jesús estimuló al autor a publicar la primera edición de esta obra, escribiéndole lo siguiente: «Sería oportuno que usted publicara su evaluación de la obra del P. Segundo, participando así en el diálogo teológico y contribuyendo a la formación de la mentalidad de los cristianos y, en particular, de los miembros de la Compañía. Sería quizás una aplicación particular de los análisis que hace en su obra En mi sed me dieron vinagre: la civilización de la acedia, que acabo de recibir» (M.R.P.G. Peter Hans Kolvenbach SJ).

El Padre Horacio Bojorge (Montevideo, 1934), se formó en la escuela y el liceo laicos del Estado uruguayo. Militó en la Acción Católica de Estudiantes (1949-1952). Ingresó en la Compañía de Jesús en 1953. Se licenció en Filosofía en el Colegio Máximo de San Miguel (1959), en Teología en Maastricht - Holanda (1966), y en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (1969).

Terminados sus estudios, volvió al Río de la Plata en años marcados en lo político por la guerrilla urbana, en lo teológico por la teología política y de la liberación y en lo eclesial por la división, la confusión y desorientación.

Es Profesor emérito de Sagrada Escritura en diversos seminarios y facultades católicas de teología, y de Cultura y Lenguas Bíblicas del Departamento de Filología y Lenguas Clásicas de la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República (Montevideo). Es autor de un método para el aprendizaje del hebreo bíblico. Ha publicado numerosos libros, artículos y reseñas en revistas especializadas y de divulgación.

Desempeña toda clase de ministerios sacerdotales entre los fieles –dirección de ejercicios espirituales, predicación de retiros y novenas, confesiones, dirección espiritual, formación bíblica– en casas religiosas, contemplativas o activas, y en parroquias de Uruguay, Argentina y Paraguay.

El libro en cuestión (cuya corrección y edición estuvo a cargo de Daniel Iglesias Grèzes) puede ser adquirido en Lulu, el mayor sitio de auto-publicación a nivel mundial, en la siguiente dirección:http://www.lulu.com/product/paperback/teolog%C3%ADas-deicidas/16181251

Allí se permite ver la tapa y las primeras páginas del libro, y se puede obtener el mismo en cualquiera de las siguientes dos modalidades:
• Como descarga gratuita del texto en formato PDF.
• Como libro impreso. En este último caso, Lulu imprime la cantidad de ejemplares pedida (cualquier cantidad, de uno en adelante) y los envía desde Estados Unidos al comprador. Para hacer la compra se requiere una tarjeta internacional. Hay varios modos de envío, que difieren entre sí en costo, rapidez y grado de seguridad. Es recomendable utilizar fomas de envío “rastreables” (garantizadas por Lulu).


viernes, 15 de julio de 2011

EL "COMPLEJO DE DIOS" DE LA MODERNIDAD

Leonardo Boff

La crisis actual no es solo una crisis de escasez creciente de recursos y de servicios naturales. Es fundamentalmente la crisis de un tipo de civilización que ha colocado al ser humano como «señor y dueño» de la naturaleza (Descartes). Ésta, para él, no tiene espíritu ni propósito y por eso puede hacer lo que quiera con ella.

Según el fundador del paradigma moderno de la tecnociencia, Francis Bacon, el ser humano debe torturarla hasta que nos entregue todos sus secretos. De esta actitud se ha derivado una relación de agresión y de verdadera guerra contra la naturaleza salvaje que debía ser dominada y «civilizada». Surgió así también la proyección arrogante del ser humano como el «Dios» que domina y organiza todo.

Debemos reconocer que el cristianismo ayudó a legitimar y a reforzar esta comprensión. El Génesis dice claramente: «llenad la Tierra y sujetadla y dominad sobre todo lo que vive y se mueve sobre ella»(1,28).. Después se afirma que el ser humano fue hecho «a imagen y semejanza de Dios»(Gn 1,26). El sentido bíblico de esta expresión es que el ser humano es lugarteniente de Dios, y como Éste es el señor del universo, el ser humano es el señor de la Tierra. Él goza de una dignidad que es solo suya: la de estar por encima de los demás seres. De aquí se generó el antropocentrismo, una de las causas de la crisis ecológica. Finalmente, el monoteísmo estricto suprimió el carácter sagrado de todas las cosas y lo concentró sólo en Dios. El mundo, al no poseer nada de sagrado, no necesita ser respetado. Podemos modelarlo a nuestro gusto. La moderna civilización de la tecnociencia ha ocupado todos los espacios con sus aparatos y ha podido penetrar en el corazón de la materia, de la vida y del universo. Todo venía envuelto con el aura del«progreso», una especie de recuperación del paraíso, en otro tiempo perdido, pero ahora reconstruido y ofrecido a todos.

Esta visión gloriosa empezó a derrumbarse en el siglo XX con las dos guerras mundiales y otras coloniales que produjeron doscientos millones de víctimas. Cuando se perpetró el mayor acto terrorista de la historia, las bombas atómicas lanzadas sobre Japón por el ejército estadounidense, que mataron a miles de personas y destruyeron la naturaleza, la humanidad se llevó un susto del cual no se ha repuesto hasta hoy. Con las armas atómicas, biológicas y químicas construidas después, nos hemos dado cuenta de que no necesitamos a Dios para hacer realidad el Apocalipsis.

No somos Dios y querer serlo nos lleva a la locura. La idea del hombre queriendo ser «Dios» se ha transformado en una pesadilla. Pero él se esconde todavía detrás del «tina» (there is no alternative) neoliberal: «no hay alternativa, este mundo es definitivo». Ridículo. Démonos cuenta de que «el saber como poder» (Bacon) cuando se realiza sin conciencia y sin límites puede autodestruirnos. ¿Qué poder tenemos sobre la naturaleza? ¿Quién domina un tsunami? ¿Quién controla el volcán chileno Puyehe? ¿Quién frena la furia de las inundaciones en las ciudades serranas de Río? ¿Quién impide el efecto letal de las partículas atómicas de uranio, de cesio y de otros elementos, liberadas por las catástrofes de Chernobyl y de Fukushima? Como dijo Heidegger en su última entrevista a Der Spiegel: «sólo un Dios podrá salvarnos».

Tenemos que aceptarnos como simples criaturas junto con todas las demás de la comunidad de vida. Tenemos el mismo origen común: el polvo de la Tierra. No somos la corona de la creación, sino un eslabón de la corriente de la vida, con una diferencia, la de ser conscientes y con la misión de «guardar y cuidar el jardín del Edén» (Gn 2,15), es decir, de mantener las condiciones de sostenibilidad de todos los ecosistemas que componen la Tierra.

Si partimos de la Biblia para legitimar la dominación de la Tierra, tenemos que volver a ella para aprender a respetarla y a cuidarla. La Tierra generó a todos. Dios ordenó: «Que la Tierra produzca seres vivos, según su especie» (Gn 1,24). Ella, por lo tanto, no es inerte; es generadora, es madre. La alianza de Dios no es solo con los seres humanos. Después del tsunami del diluvio, Dios rehízo la alianza «con nuestra descendencia y con todos los seres vivos» (Gn 9,10). Sin ellos, somos una familia menguada.

La historia muestra que la arrogancia de «ser Dios», sin nunca poder serlo, sólo nos trae desgracias. Bástenos ser simples criaturas con la misión de cuidar y respetar a la Madre Tierra.



miércoles, 13 de julio de 2011

LOS ALBERGUES COBIJAN CADA DÍA A 13.701 SIN TECHO

Vanessa Pi, en 'Público'

El número de personas sin hogar que se alojó el año pasado en los centros de acogida de toda España subió un 15,7% respecto a 2008. Una media de 13.701 personas durmieron a diario en un albergue en 2010, frente a las 11.844 de 2008. El dato sale de la Encuesta sobre las Personas sin Hogar-centros, basada en los centros de acogida, que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer.

El incremento de la demanda lo posibilitó un mayor número de plazas, que también ascendió un 15,5%. Así, se pasó de una capacidad para atender a 13.650 personas, a 15.778. No obstante, el número total de centros disminuyó, de 332 en 2008 a 324 el año pasado.

Por todo ello, la ratio de ocupación de estos centros (albergues, pisos de acogida y pensiones) se mantuvo el año pasado intacta respecto a dos años antes: el 86,8% de las plazas se utilizó.

¿Por qué entonces continúa habiendo personas durmiendo en los cajeros automáticos, y en las vías públicas? Por una parte, ese 86,8% de ocupación representa la práctica ocupación. No quiere decir que aún sobren plazas, asegura Gustavo García, que dirige el albergue de Zaragoza y forma parte del grupo de expertos a los que el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad consulta en esta materia. "Por ejemplo, cada día se da el caso de plazas que se adjudican por la mañana y luego no se ocupan, o plazas sin cubrir en los pabellones de mujeres, mientras los de hombres están saturados", advierte.

Aunque más de 13.000 personas usen los albergues, a juicio de García aún faltarían unas 10.000 plazas. Según sus cálculos (no existe un censo de personas sin hogar), más de 30.000 personas viven en las calles de toda España. De haber 10.000 plazas más, como indica este experto, "aún habría otras 7.000 personas en la calle y habría que pensar qué se hace con ellas".

La directora de Movilización y Participación Ciudadana de la Fundación Rais, Martina Charaf, insiste en que se debe analizar si las plazas que se ofertan responden a las necesidades de las personas sin hogar. "Es verdad que ha aumentado el número de plazas que da cobertura de emergencia, de estancias cortas, de primera acogida, pero la oferta se debe centrar ahora en quienes no acceden a los recursos", explica. Y no acceden porque, en muchos casos, llevan meses y años en la calle y ya han cubierto ese itinerario de emergencia que se oferta. "Son personas que necesitan un acompañamiento más específico, a medio y largo plazo. Hay que ser creativos y diseñar algo acorde a estas necesidades", reivindica. Esta idea es compartida por la mayoría de ONG del tercer sector.

Los centros de alojamiento suponen otro obstáculo para las personas sin hogar. No es una cuestión nimia que en estos sitios se les niegue a estas personas entrar con todo lo que llevan a cuestas. Sólo pueden meter lo que quepa en una taquilla y por la mañana lo deben recoger. Esos bártulos, ropa y objetos, "es todo cuanto poseen", destaca Charaf. Además, esta experta añade que muchas personas sin hogar están enfermas y necesitan una medicación y unas atenciones que en un albergue no encuentran.

La negativa de muchas personas sin techo a ir a los albergues llevó al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón a sembrar la polémica hace tres meses. El regidor defendió una ley que obligue a estas personas a dormir bajo techo, lo que obligaría a declararlas jurídicamente incapaces.

Gustavo García recuerda en este sentido que el objetivo de la Federación Europea de Entidades que Trabajan con Personas sin Hogar (Feantsa) pretende que en 2015 ninguna persona viva en la calle. Tal y como están las cosas, reivindica que el objetivo debería ser "que nadie duerma en la calle si no quiere".

Otro de los datos que destaca el estudio del INE es que el gasto se ha disparado. En 2008, las administraciones invirtieron 176 millones de euros en este tipo de recursos. El año pasado, la cantidad aumentó un 20%, hasta alcanzar los 212 millones y medio. Además, de los 675 centros y recursos existentes albergues, pisos de acogida y pensiones en 2010, 506 eran de titularidad privada, aunque estuviesen financiadas con dinero público. Otro dato relevante es que el 55,9% de los trabajadores de estos centros son voluntarios.

La Encuesta sobre las personas sin hogar-centros (hay otra, también bianual, que se centra en las personas) es aplaudida por las asociaciones del sector. Cuantificar significa visibilizar. No obstante, García apunta a la necesidad de unificar los términos que se cuantifican, para que las cifras sean más reales y se pueda mejorar la planificación de los recursos. Por ejemplo, el estudio incluye centros de atención a mujeres maltratadas y a inmigrantes, que técnicamente no son personas sin techo. En ello trabaja un grupo de trabajo del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.



martes, 12 de julio de 2011

LA FRONTERA IMPOSIBLE la Cañada Real de Madrid

La Cañada Real Galiana es una herida abierta, en el Sur de Madrid, que con el tiempo y el abandono de unos y otros se ha gangrenado. El resultado es: pobreza, exclusión social y miseria.

La autovía M-50 es la frontera invisible tras la cual se oculta el mayor asentamiento irregular y marginal de Europa, con una población estimada de 40.000 personas. Españoles, magrebíes, gitanos españoles y gitanos rumanos viven juntos, pero no revueltos, ya que cada colectivo ocupa un tramo de La Cañada.

La Cañada Real Galiana, que tiene 15 kilómetros de largo y poco más de 30 metros de ancho, afecta a los municipios de Getafe, Madrid, Coslada y Rivas-Vaciamadrid.

El cura

Agustín es el párroco de Santo Domingo, la iglesia de La Cañada Real. Lleva cuatro años trabajando en el barrio y conoce muy bien la situación. Recorremos junto a él este asentamiento ilegal del que las adminsitraciones públicas se han desentendido. A su paso son muchas las personas que se acercan al cura para pedirle de todo. Desde alimentos hasta productos para la desratización. Pero sobre todo le piden pisos nuevos. El pobre cura tendría que ser el dueño del Banco de España para atender todas las peticiones.

La iglesia

La iglesia parroquial de Santo Domingo de la Calzada está en el corazón de la Cañada Real, en el tramo ocupado por gitanos españoles. La parroquia se creó en 1953 y, desde entonces, la iglesia ha estado aquí llevando a cabo una gran labor evangélica y social con la población inmigrante y marginada.

En el entorno del templo se concentra la venta y consumo de droga. No es extraño ver al párroco retirando jeringuillas de la entrada de la iglesia. Se estima que entre 10.000 y 12.000 personas, de toda clase y condición, acuden diariamente a la Cañada para proveerse de droga en uno de los 40 puntos de venta que, al parecer, existen.

Los vendedores tienen sus casas bunkerizadas para que, en caso de que entre la policía, les dé tiempo a deshacerse de la droga.

La salud

Como no hay ambulatorio médico, todos los días viene una ambulancia de la Comunidad de Madrid, con un médico y una enfermera, a pasar consulta. Ni qué decir tiene que el servicio es insuficiente para una población tan numerosa y con tantas deficiencias higiénicas y sanitarias.

El Gallinero

Cuando creíamos que lo habíamos visto todo, Agustín, el cura, nos conduce al "Gallinero". Un asentamiento donde viven 120 familias de gitanos rumanos que sobreviven como pueden. La primera sorpresa fue ver el operativo que la policía tenía montado y a Javier, el cura de San Carlos Borromeo, con un grupo de voluntarios de la parroquia haciendo de mediadores y tranquilizando los ánimos de la gente. En el "Gallinero" viven 120 familias cercadas por la basura y las ratas. Sin duda, esta es la parte más degradada de la ya degradada Cañada Real. La parroquia, Cáritas, y un grupo de voluntarios están haciendo todo lo que está de su mano para que esta pobre gente viva con un poco más de dignidad. Y algo van consiguiendo.

Dentro de los asentamientos nos esperaba una sorpresa todavía mayor: una plaga de ratas moviéndose entre la gente, entrando y saliendo de las casas. No es raro que muerdan a los niños. ¡Y esto sucede a 14 kilómetros de la Puerta del Sol de la capital de España! Ciertamente, aquí no hay quien viva y, sin embargo, viven 500 personas, más de la mitad de ellas son niños.



lunes, 11 de julio de 2011

11 DE JULIO: DÍA MUNDIAL DE LA POBLACIÓN

El 31 de octubre de 2011, la población mundial llegará a 7 mil millones de personas. Este hito representa un reto, una oportunidad y un llamado a la acción. En el Día Mundial de la Población, conmemorado el 11 de julio desde el año 1987, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) inicia la campaña “7 mil millones de acciones”, emprendida a nivel mundial en alianza con la compañía IBM, y que alienta a todos los países colaborar por crear un mundo más justo y sostenible.

Cada año 78 millones de personas se agregan a la población mundial. Este incremento acrecienta la demanda de recursos naturales y ejerce mayor presión sobre el planeta. Además, la pobreza, la desigualdad y la mayor utilización de los recursos constituyen problemas de gran magnitud, ya que hoy el mundo está más interconectado que nunca, aunque también poseemos una capacidad nueva y sin precedentes de compartir información e ideas lo cual nos da más posibilidades de trabajar juntos y de involucrar a las comunidades de todo el mundo en la resolución de problemas que nos afectan a todos y todas.

El Director Ejecutivo del UNFPA, Babatunde Osotimehin, señaló, con motivo de recordarse el Día Mundial de la Población, que a fin de reducir las inequidades y mejorar los estándares de vida de las personas que viven hoy, así como de las próximas generaciones, será necesario adoptar nuevas formas de pensamiento y entablar una cooperación mundial sin precedentes. “El momento de actuar es ahora”, reafirmó, haciendo énfasis en que estos problemas pueden y deben ser resueltos y que “si aunamos fuerzas, podremos forjar el futuro de la juventud, promover los derechos de las niñas y las mujeres, y a la par salvaguardar los recursos naturales de los que todos y todas dependemos”.

Los jóvenes de entre 10 y 24 años de edad, que actualmente son 1.800 millones en el mundo, pueden aportar nuevas ideas y enfoques para resolver los problemas más acuciantes. Son particularmente importantes las 600 millones de niñas adolescentes, cuyas decisiones pueden cambiar el mundo. Si todas las niñas pudieran permanecer en la escuela, planificar la cantidad de hijos e hijas que deseen tener y vivir libres de violencia y discriminación por motivos de género, se lograría que desaparecieran los matrimonios en la infancia, que mejorara la salud de niños y niñas, y las familias y que las mujeres ocuparan el lugar que les corresponde en la sociedad.

Para ello, la promoción de la salud reproductiva y el pleno ejercicio de los derechos reproductivos es fundamental para el futuro colectivo y para el desarrollo sostenible. Entre todos y todas, podemos lograr que se satisfagan las necesidades de unas 215 millones de mujeres de países en desarrollo que desean planificar y espaciar el nacimiento de sus hijos pero no tienen acceso a anticonceptivos modernos. También podremos prevenir la muerte de unas 1.000 mujeres por día a causa de complicaciones del embarazo y el parto, si los gobiernos incrementan sus recursos para la salud sexual y reproductiva.

“Lamentablemente, aun cuando se ha proclamado el derecho a la salud sexual y reproductiva, este derecho está lejos de ser universalmente respetado. Según se estima, en los países menos adelantados hay todavía unos 215 millones de mujeres que desean aplazar el embarazo, pero carecen de acceso a anticonceptivos modernos. Cada día, unas 1.000 mujeres pierden la vida a causa de complicaciones del embarazo y el parto. Esas muertes pueden prevenirse si se proporciona a las mujeres y las parejas información y servicios adecuados de salud reproductiva, incluidos los de planificación de la familia, asegurando que cada hijo sea deseado y cada parto se realice en condiciones de seguridad”, manifestó el doctor Osotimehin analizando este tema en relación al 11 de julio, cuando se recuerda el Día Mundial de la Población.

Ante un mundo de 7 mil millones de personas tenemos la oportunidad y la responsabilidad de efectuar inversiones en 1.800 millones de adolescentes y jóvenes de entre 10 y 24 años de edad, de todo el mundo. Sobre este aspecto, el doctor Osotimehin opinó que “dado que adolescentes y jóvenes son actualmente las personas más interconectadas, ya están transformando la sociedad, la política y la cultura. Si se lograra involucrar más activamente a las mujeres y a las y los jóvenes, podríamos crear un futuro mejor para todas las generaciones. En momentos en que nos aproximamos a una población mundial de 7 mil millones, cada persona participa por igual en este importante acontecimiento. Nuestras pequeñas acciones individuales agregadas y multiplicadas en todo el mundo, pueden conducir a un cambio relevante”.

En este sentido, hay que remarcar que acorde a los estándares de derechos humanos cada joven tiene derecho a recibir educación, incluida la educación sobre la sexualidad, y a acceder a servicios integrales de salud. Si se establecieran políticas correctas, se efectuaran inversiones adecuadas y se aportara apoyo social, los y las jóvenes podrían disfrutar de vidas más saludables, libres de pobreza, y afianzar las perspectivas de paz y estabilidad.

En el Día Mundial de la Población, les invitamos a unirse a la campaña “7 mil millones de acciones”, pues como lo dice su lema “somos 7 mil millones de personas: cuentas conmigo, cuento contigo”.



domingo, 10 de julio de 2011

HOMENAJE AL MAESTRO FACUNDO CABRAL

"No nacemos solamente cuando salimos de nuestra madre sino cuando tenemos conciencia de que estamos en este mundo", decía Facundo Cabral. Contaba que eso le pasó a los 17 años, "aproveché que estaba naciendo y me escribí mi canción de cuna". Su primer canción, cuando aún no sabía que sería su oficio.

Facundo Cabral, trovador argentino, quien nació el 22 de mayo de 1937, se consideraba a sí mismo “un contador de historias que además canta” y fue autor de temas como “No soy de aquí ni soy de allá”, el cual cantaron figuras como Alberto Cortez, Vicente Fernández y Julio Iglesias.

Hizo dúos con compositores como Pedro Vargas y Neil Diamond.

Oriundo de la Patagonia argentina, Cabral relató a la AP en una entrevista en 2008, que a los nueve años caminó 3 mil kilómetros hasta que llegó a Buenos Aires buscando un trabajo para su madre, con la que quedó junto a seis hermanos después de que su padre los abandonó.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al músico argentino como “Mensajero de la Paz” en 1996.

En sus conciertos, además de interpretar sus canciones, deleitaba con anécdotas y lo inspiraba con una filosofía en la que proclamaba amar a la vida a pesar de las peores adversidades. Solía citar a escritores como Walt Whitman y Jorge Luis Borges.

En 1976 dejó Argentina en medio de la dictadura militar y radicó en México. “Todos los días me siento en el sillón y doy gracias a la noche”, dijo en 2008.

Fue analfabeto hasta los 14 años, pero después conoció a Borges, Chagal y la madre Teresa, contó en esa oportunidad.

Entre los discos que grabó figuran “Mi vida”, “Ferrocabral”, “Facundo secreto”, “Lo Cortez no quita lo Cabral”, “Cabralgando” de los que se extraen temas como “Yo quiero ser bombero” y “Pobrecito mi patrón”.

Su esposa e hija murieron en un accidente aéreo, perdió la vista totalmente durante una época de su vida y sobrevivió a un cáncer.

“Hoy estamos repudiando un crimen más que enlutece a Guatemala... un crimen más que está causando horror y miedo, no dejo de pensar que fue asesinado por sus ideales, no hay ninguna razón por la que tuviera que ser asesinado aquí en Guatemala” (Rigoberta Menchu, Premio Nobel de la Paz)

“Un bohemio que se inventó a sí mismo, un permanente viajero, ni de aquí ni de allá. Lo veía cuando era yo un niñato, en el cafe concert. Cabral Ferrocabral. Una vida de novela y de leyenda”.
(Alberto Cortéz)

“Facundo Cabral más que música a mí me deja una filosofía de vida. Hay muchos cantautores inteligentes pero pocos sabios”.
(Tommy Torres, cantante y productor)

“Muchos de ustedes deben ser fan de Facundo Cabral y toda América Latina y nosotros aquí en Colombia. Yo personalmente, lamento este vil asesinato”
(Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia)

“Si fue por venganza lo han llenado de gloria, lo han inmortalizado... aunque ya estaba inmortalizado por sus canciones”
(Rafael Correa, Presidente de Ecuador)

sábado, 9 de julio de 2011

Y DE LOS RICOS, ¿QUÉ PENSAMOS?

¿La verdad, la verdad, la verdad?: Sentir envidia. Aunque no entren por el ojo de una aguja ni en el Reino de los Cielos y vayan al infierno. Además el infierno es un invento de los ricos para que no haya más. Todos nos venderíamos por ser ricos, ¿o no?El que no es rico es porque no puede.

¿Puede ser decente un rico? Evidentemente, no, pero lo cierto es que lo son a los ojos de la sociedad casi entera. Los ricos han superado todos los test de la moral y la decencia.

Pero, ¿cuándo se es rico? Cuando de una forma u otra explotas a los demás.

Pero al menos trabajan. Claro, para ser más ricos. La codicia no tiene límites.

Un rico predica, si acaso, la caridad, nunca la justicia.

Un rico pertenece a la sólida y tupida red de quienes ignoran la miseria y culpan al mísero de serlo. La prueba es que ellos, bastantes, algunos, unos cuantos se hicieron a sí mismos y salieron de ser botones o repartidores de bombonas de gas. Aunque, reconocen, hay unos cuantos, algunos, bastantes que heredaron su riqueza. Es justo, ¿no? La familia es la familia.

Los ricos les parecen bien parecidos a las-los buscadores de fortuna. Aunque sean más feos que Picio.

Los ricos nunca llevan dinero.

A los ricos ya no se les ve en ningún bar de carretera. Pasa como con las modelos, que las ves en las pasarelas, pero nunca en las calles.

Les da igual que se hunda el país, ellos no se van a hundir. Y tienen algunos ahorritos por ahí fuera del país, lejos del fisco y de la duda.

Para ser rico hace falta ser hábil y pillo. Y si se tercia, estafador, total no van a ir a la cárcel. No existe homologada la carrera universitaria de hacerse rico.

Los ricos, y las ricas, visten mejor. Y nunca van en bermudas y chanclas por la ciudad.

Para ser rico es imprescindible tener una finca.

Tienen servicio doméstico, pero de eso se encarga el administrador.

Son apolíticos de derecha.

Los ricos son defensores del Orden establecido. Les parece bien la mano dura (aunque esto no solo a los ricos).

Llevan a sus hijos a colegios exclusivos para ricos. En verano, sus hijos van a Nueva York o Londres para perfeccionar su inglés, y luego hacer un máster de algo, de economía, por ejemplo.

Son iguales que los no ricos en que también vuelven a casa por Navidad.

Los ricos tienen unas casas fantásticas, pero nunca están en ellas, siempre están viajando.

La máxima ilusión de los ricos riquísimos es ser recibidos en audiencia, aunque sea colectiva, por el Papa, y que sus mujeres vayan con peineta, mantilla española, zapatos de tacón y vestido negro, pero de firma.

Tienen lenguaje y expresiones distintas del pueblo (llano).

Se confiesan, por si acaso. Reciben la extremaunción, por si acaso.

En el fondo les gustaría ser marqueses, aunque fuese pagando. Algunos lo consiguen. Les parece un horror que Del Bosque lo sea.

Siempre ha habido ricos y pobres. Lo malo es que los pobres siempre son los mismos.

Pero lo ricos son de carne y hueso, y se mueren. Que se jodan.

viernes, 8 de julio de 2011

EL CASO PAGOLA: LA VERDAD LIMITA AL PODER

Benjamín Forcano

Digo el caso Pagola, pero podría decir otros muchos más. Basta recordar una reciente historia. El concilio Vaticano II fue tarea y fruto de los teólogos mejores del momento y esos mismos teólogos, en buena parte, fueronposteriormente censurados y represaliados. Y quienes han narrado algo de su historia con Roma lo hacen con amor, pero también trasluciendo el gran sufrimiento que los censores les hicieron pasar.

No es, pues, cosa de una persona, en este caso de nuestro querido José Antonio Pagola, sino de muchos. Lo cual da a entender que se hace preciso aclarar por qué ocurre en una y otra época, en uno y otro lugar, con unos y otros teólogos.

Hay un procedimiento establecido o, al menos, así lo entiende y ejecuta Roma, como si se tratara de cumplir órdenes divinas inapelables. Esta sacralidad del sistema es la que hay que cuestionar, pues por ella obran investidos de sacralidad sus representantes.

Nunca he entendido por qué, tratándose deTeología, de interpretaciones doctrinales, un teólogo designado para este oficio pueda tener apriori una conformidad con la verdad que no tendrían los que proceden libremente. Y la historia documenta claramente que en múltiples casos de conflicto ha sido obvia la mediocridad e inferioridad de muchos de estos teólogos de oficio frente a los cuestionados. Pero, a la postre eran ellos los que tenían razón y su dictamen imponía acatamiento y, en caso contrario, sanciones.

Quiero contar dos anécdotas personales que confirman lo dicho. Tuve ocasión de consultar a un obispo que entendía de estas cosas y cuando le dije: - Quiero hacer recurso contra la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe, me contestó: - Pero, qué dices, eso es imposible, nunca a nadie se le ocurrió, siempre fue así.

En otra ocasión, en Roma pregunté a un alto cargo de la Sagrada Congregación de Religiosos: - ¿Sabes si los teólogos, elegidos para dictaminar sobre la ortodoxia de los teólogos, ejercen su oficio por derecho o son designados para cada caso?. - Lo son de oficio, pero te advierto una cosa, los teólogos del Santo Oficio (hoy la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe) son pocos y malos.

Los que estamos en la Iglesia católica, lo sabemos muy bien por toda nuestra historia bimilenaria, tenemos como misión y tarea seguir a Jesús. Su vida comportó una enseñanza y una praxis, una manera de vivir, recogida en el Nuevo Testamento, que es la que debe inspirar y configurar la vida de cuantos queremos seguirle.

Está claro que, al contarnos la vida de Jesús, los evangelistas iban a darnos narraciones con interpretaciones un tanto diversas. Era natural, pero hoy, los estudiosos concluyen que en esas narraciones descubrimos puntos básicos, coincidentes, que son los que constituyen el mensaje central de Jesús y que, en todo momento, deben guiarnos para mostrarnos de verdad discípulos suyos.

Esto es lo importante y, con más o menos claridad, ha estado siempre presente en la conciencia de la Iglesia, incluso en la ardua y cambiante tarea de ir presentando ese Evangelio en la contingencia de cada época. Eso pertenece a la historia y en su itinerario vemos la colisión permanente entre quienes, como Francisco de Asís, apelaban a la Regla pura del Evangelio y quienes más enfrascados en la asimilación y diálogo de culturas utilizaban su lenguaje y costumbres para transfundir en ellas la savia del Evangelio.

Un reto que no ha terminado. Pues la teología de hoy, más cauta y crítica, está empeñada en no perder como objetivo suyo último el seguimiento de Jesús, el volver a El, y poder confrontar con El lo que de válido y actual o de desechable y anacrónico se ha ido acumulando en el cristianismo histórico.



jueves, 7 de julio de 2011

LOS INDIGNADOS DE LA IGLESIA

José M. Castillo

En el próximo agosto el papa viene de nuevo a Madrid, para presidir la solemne y costosa Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). De entrada, digo que comprendo a quienes organizan este evento. Y entiendo a quienes en ello ven un medio eficaz para revitalizar la fe de muchas personas que, en este tipo de actos, se afianzan en sus creencias o las difunden a otros que dudan. Lo que no veo es que la JMJ se pueda utilizar para hacer turismo o - lo que no me atrevo a pensar - que haya quien utilice al Vicario de Cristo para trepar, tener más fama, ganar dinero o cosas de ésas. ¿Habrá quien pueda llegar a semejantes desvergüenzas? ¡Por respeto a Dios, que nadie haga eso, ni dé pie a que se puedan pensar cosas tan deshonestas!

Estas deshonestidades - unas veces, sospechadas y, en ocasiones, claramente comprobadas -son las que explican el descontento y las protestas de los indignados. Los de las plazas públicas, que claman contra un sistema (económico y político) canalla. Y los de las puertas de la catedrales, que pronto van a empezar a concentrar personas que buscan a Jesucristo en los templos y en los templos no lo encuentran. ¿Lo van a encontrar en la JMJ?

Prescindiendo de lo que cada cual sienta o pueda sentir, mi pregunta intenta llegar más al fondo de las cosas. A los “hombres de Iglesia” les han gustado siempre los grandes espacios, las grandes concentraciones, los grandes edificios, los palacios, las vestimentas solemnes, las manifestaciones más pomposamente mediáticas.... Por supuesto, en todo eso, algunos clérigos han visto el triunfo de Cristo. Y, emocionados con el triunfo “divino”, no han prestado la debida atención al éxito “humano”, que es lo que muchos, de facto, han conseguido.

Pero el fondo del asunto, que es lo que nos tendría que preocupar, está en otra cosa. Lo diré directamente y sin remilgos. Yo no sé en virtud de qué argumento el obispo de Roma se ve con el derecho de convocar concentraciones “mundiales”. ¿Es que él es el obispo del mundo entero? Ya sé que esta pregunta sorprende, escandaliza, irrita. Pero hay que hacérsela. Porque cuando todo este asunto se analiza de cerca, enseguida se da uno cuenta de que aquí hay cosas muy gordas que no cuadran, por más que sean cosas que se ven como lo más natural del mundo.

El canon 331 del Código de Derecho Canónico dice que la potestad del papa es “suprema, plena, inmediata y universal”, como Pastor que es de “la Iglesia universal en la tierra”. Además, es una potestad contra la que “no cabe apelación ni recurso” alguno (can. 333, 3). O sea, el papa no tiene que dar cuenta a nadie de lo que dice o de lo que hace. Pero ¿tiene el papa realmente ese poder? Hago esta pregunta porque está más que demostrado que en los evangelios no existe argumento alguno para probar que el obispo de Roma haya tenido o tenga esa potestad. Además, está igualmente demostrado que el poder supremo universal del papado no tiene origen apostólico, sino imperial, de forma que la bibliografía documentadísima, que existe sobre este punto concreto, es enorme. Según los minuciosos y detallados estudios, que se han hecho sobre esta cuestión, la “potestad universal” fue un invento de los emperadores de Roma. En el s. IV, de Roma, pasó a Constantinopla, al Imperio Bizantino. Y de allí, no sin fuerte resistencia de los papas, finalmente, el año 1049, León IX se lo apropió para la sede romana. Pero antes, el papa Gregorio Magno (ss. VI-VII) llegó a decir que utilizar el título de patriarca “universal” era una “blasfemia” (Mon.Germ.Hist., Epist. V, 37).

Ahora resulta que el mismo título que, para un papa fue blasfemia, para otro es motivo justificante a partir del cual se organiza una jornada “mundial” (¿universal?). No traigo aquí estas cosas para escupir erudición. Digo todo esto - y lo digo así - para que todos pensemos en lo que estamos haciendo. Y en lo que dejamos de hacer, callados, resignados, ante cosas muy graves que estamos viendo y viviendo. ¿Cómo es posible que en un país, en el que miles de personas se echan a la calle pidiendo una democracia más participativa, se reciba oficialmente, se ovacione y se aplauda al Jefe del Estado de la última monarquía absoluta que queda en Europa? ¿Qué explicación tiene que cuando clamamos por la defensa de nuestros derechos fundamentales, nos pongamos a organizar el acto más solemne de exaltación a quien detenta el poder supremo de una institución religiosa, la Iglesia, que no reconoce la igualdad de derechos de todos sus miembros y se permite exaltar a unos al tiempo que humilla a otros? ¿Por qué toleramos éstas y tantas otras contradicciones patentes, que dañan a la misma Iglesia, que escandalizan a tantas gentes de buena voluntad y que empujan a otros a negar a Dios y a olvidarse de la religión? ¿Por qué permitimos que se beneficie tanto a una Iglesia que, en vez de unirnos, nos divide, nos enfrenta y nos daña en nuestra convivencia cívica?

Mucha gente habla en estos días del dineral que va a costar la vista del papa a Madrid. No entro en ese asunto porque me parece que no es lo más grave que va a ocurrir con motivo de esta visita. El asunto es mucho más serio. Porque lo que la JMJ va a poner en evidencia es el cúmulo de contradicciones en que vive la Iglesia. Y en las que vivimos todos los que en ella vemos la institución que nos ha transmitido el recuerdo vivo del Evangelio y, al mismo tiempo, la dificultad más seria para que ese recuerdo se haga vida en nosotros. Por eso no queremos seguir siendo cómplices de este estado de cosas.

Ya hemos entrado de lleno en la dispersión del verano y, por tanto, no sé si éste es el momento de ponerse a organizar un proyecto y un programa que, desde la fe en Jesús y su Evangelio, nos lleve a planificar en serio cómo podemos y debemos expresar las exigencias de esa fe en el Señor Jesús. Sin duda alguna, una de las cosas más serias, que podemos hacer en estas semanas de descanso, es programar un nuevo curso en el que podemos seguir siendo los mismos y en el que no nos está permitido seguir viviendo en una simplicidad que es auténtica complicidad con lo que ya resulta sencillamente intolerable. Porque nos está perjudicando gravemente a todos.



miércoles, 6 de julio de 2011

LA MITAD DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA SE ENCUENTRA EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD

Cáritas recibió 1,8 millones de peticiones de ayuda en 2010, el doble que en 2007

Logró acompañar a 950.000 personas, frente a las 400.000 de hace tres años

Jesús Bastante entrevista a Sebastián Mora

El 67% de las personas que llegan a Cáritas en atención primaria lo hacen derivadas de dichos servicios sociales

(Jesús Bastante).- La crisis, lejos de amainar, afecta cada vez a más personas, que en mayor número acuden a quienes saben que jamás les cerrarán una puerta o les negarán una ayuda. Cáritas es una de estas organizaciones, que actúa, y que denuncia, para construir un mundo nuevo. Algo difícil en esta tesitura donde más de la mitad de la población española se encuentra en situación de vulnerabilidad, según el VI Informe Cáritas ante la Crisis, presentado este mediodía. Las cifras son incuestionables: entre 2007 y 2010, el número de peticiones de ayuda a Cáritas se duplicó, pasando a 1,8 millones. Cáritas logró acompañar a 950.000 personas a lo largo de 2010, frente a las 400.000 de 2007.

Según explicó el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora:
"lo esencial no son los números ni las estadísticas, sino las personas que hay detrás de esos números.Tras ellos, hay vida, drama, gozos... Hay familias, hay alegría, hay narraciones...".

Los datos, empero, muestran una realidad descarnada. Más de 950.000 personas acompañadas, de las que 300.000 acudieron por primera vez a Cáritas. Medio millón de hogares se encuentra sin ingresos. Y, quizá la cifra más alarmante, mirando hacia el futuro: "la mitad de la población española se encuentra en situación de vulnerabilidad", apuntó Francisco J. Lorenzo, coordinador del equipo de Estudios de Cáritas.

Ello no significa que haya riesgo de pobreza para todos, pero sí que uno de cada dos españoles nos encontramos afectados por algunos factores de exclusión, o manifestamos problemáticas sociales que, "si la situación de crisis se intensifica, pueden pasar a situación de exclusión". Dichos factores giran en torno a tres ejes: el económico (empleo, consumo, paro...); el de los derechos sociales (voto, vivienda, educación, salud, acceso a servicios sociales...); y el eje relacional (apoyo familia).

"La crisis nos ha afectado a todos, pero con especial intensidad a aquellos más vulnerables y excluidos", recalcó Sebastián Mora, quien insistió, usando palabras de Benedicto XVI, en la necesidad de afrontar la situación "con inteligencia cargada de caridad, y con caridad cargada de inteligencia".

Del mismo modo, añadió que los datos, además de un toque a las instituciones, también suponen "una llamada de atención de todos los que se quieran comprometer radicalmente en la lucha contra la pobreza. El informe no es simplemente una crítica a las Administraciones públicas. Todos somos responsables de la situación, que nos reclama mayor compromiso social. La sociedad está reclamando a Cáritas una mayor presencia, Cáritas reclama a la sociedad una mayor colaboración (voluntariado y económica)".

El informe también denunció la fragilidad del sistema de protección social, y la falta de respuestas de los servicios sociales públicos. De hecho, el 67% de las personas que llegan a Cáritas en atención primaria lo hacen derivadas de dichos servicios sociales. "Hemos duplicado las inversiones a este tipo de ayudas, llegando a 30 millones de euros, fundamentalmente en alimentación y vivienda", señaló Lorenzo.

Para Sebastián Mora, las respuestas más urgentes se pueden resumir en cuatro puntos: "Primero, tenemos que mirar la sociedad desde aquellos que han quedado en la orilla, los últimos y no atendidos; Segundo, solicitar más inversión en políticas sociales; Tercero, una mayor coordinación y estrategia de coordinación con otras organizaciones sociales; Cuarto, una mayor participación de las personas que están padeciendo la pobreza y la exclusión en la definición de las políticas sociales, que siempre han sido el paradigma de todo para el pueblo, pero sin el pueblo".