domingo, 31 de mayo de 2009

¿QUIÉN ESCUCHARÁ LA VOZ DE LAS VÍCTIMAS?

Leonardo Boff


 Los 192 jefes de estado o de gobierno deben reunirse el 1, 2 y 3 de junio en Nueva York convocados por la ONU para discutir la crisis económico-financiera y sus impactos sobre los diferentes países, especialmente sobre los países pobres. Para prepararla, el Presidente de la Asamblea Miguel d’Escoto Brockmann, ex-canciller de Nicaragua, ha creado una Comisión para la Reforma del Sistema Financiero y Monetario Internacional constituida por 20 celebridades de la economía y de la política bajo la coordinación del premio Nóbel de economía Joseph Stiglitz.

Los resultados ya han sido entregados y sus principales contenidos se conocen más o menos. Como marco teórico, ético y humanístico que debe inspirar las nuevas medidas concretas se sugiere una Declaración Universal del Bien Común de la Humanidad y de la Tierra, tarea difícil de realizar por falta de tradición jurídica y social en esta área. Luego se recomienda la creación de un Consejo Mundial de Coordinación Económica, paralelo al Consejo de Seguridad, desdoblado en dos autoridades mundiales, una que cuide de la regulación financiera y la otra de la competencia en la economía. Se sugiere una reforma de las instituciones de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) y una regionalización de las instituciones financieras que apoyan los procesos de desarrollo. Se pide también que, una vez al año, los jefes de estado o de gobierno de todo el mundo se encuentren para discutir el estado de la Tierra y de la Humanidad, y tomar medidas colectivas.

El gran temor es que esta reunión mundial sea desvirtuada por las presiones de los principales miembros del G-20, si envían solamente representantes diplomáticos o ministros. Por detrás de estas presiones están dos maneras diferentes de enfrentarse a la crisis actual.

Una es la del G-20 que se reunió en Londres en abril. Fundamentalmente se propone salvar el sistema económico-financiero imperante para que, en el fondo, todo funcione como antes, con ciertos controles pero con niveles razonables de crecimiento, sacrificando incluso el equilibrio de la Tierra, y perpetuando el escandaloso foso entre ricos y pobres. El propósito es el mismo: cómo ganar más con el mínimo de inversión, compitiendo en el mercado y considerando el estrés de la naturaleza y la pobreza como externalidades.

La otra es la de los grupos altermundistas, presentes en todos los estratos sociales del mundo y, en parte, asumida por la Comisión de la ONU. Se trata de situar la crisis económica en el conjunto de las demás crisis: la energética, la alimentaria, la del calentamiento global, la de la insostenibilidad del planeta (superamos en un 40% la capacidad de reposición de los recursos naturales) y la social y humanitaria (casi mil millones de personas por debajo del umbral de la pobreza). Más que salvar el sistema se trata de salvar la humanidad, la vida amenazada y el planeta en estado caótico. El propósito es cómo garantizar el buen vivir en armonía con los otros y con la naturaleza, produciendo conforme sus ciclos, con equidad social y con solidaridad generacional.

Siendo el problema planetario, las soluciones deben ser también planetarias. El único organismo planetario que existe es la ONU y es ella quien debería coordinar los esfuerzos colectivos para hacer frente a la crisis, no el G-20. Éste no ha sido delegado para representar a los otros 172 países, víctimas de la crisis global, cuyas voces no son escuchadas.

Las crisis no surgen en vano. Emergen de aquella Energía de fondo, cargada de propósito, que dirige el universo, la Tierra y a cada uno de nosotros, y que está exigiendo un nuevo estadio de civilización, capaz de diseñar otro futuro distinto de esperanza. Ante esta gravísima situación se notan dos limitaciones:

La primera es de los economistas que, por oficio, tratan de economía pero poseen pocos conocimientos de ecología; por eso, como se ve por todas partes, no incluyen la naturaleza en sus consideraciones, como si la Tierra fuese inagotable y estuviese en orden, cosa que no es así.

La segunda es la de los jefes de estado: después de siglos de racionalismo y de materialismo han quedado embotados. No perciben los mensajes que el universo y la Tierra, como superorganismo vivo, les están enviando en el sentido de una transformación. Por su falta de escucha, sucede lo que decía Gramsci: «lo viejo se resiste a morir y lo nuevo no consigue nacer». Perdemos así la oportunidad, una de las últimas, de un nuevo comienzo. Y nos atascamos en nuestras propias crisis.




miércoles, 27 de mayo de 2009

REFLEXION SOBRE LA VIDA RELIGIOSA

A LOS SUPERIORES MAYORES DE BOLIVIA

EL EQUIPO TEOLÓGICO E INTERDISCIPLINAR DE LA CBR

Víctor Codina, sj

 

INQUIETUD:  ¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?

No podemos negar que nos inquieta la situación de la VR en Bolivia. Por una parte se constata un descenso en las vocaciones y un aumento de las salidas, sobre todo de jóvenes, consiguientemente existe un envejecimiento de las Congregaciones  religiosas y una sobrecarga de trabajo para las generaciones que están en edad activa y que se sienten abrumadas ante el peso institucional que les cae encima. Todo esto conlleva graves problemas económicos que preocupan mucho a los responsables de las Congregaciones. Es una vida religiosa más vieja y más pobre.

Pero estos datos estadísticos tal vez no sean lo más preocupante sino el hecho de que la VR en Bolivia, aunque hay personas y grupos admirables, en su conjunto pareciera haber perdido su  fuerza vital, su ajayu, aparece como poco radical, acomodada a las cosas y a las tecnologías, muy estructurada y envejecida, autoritaria, que no logra ofrecer a la Iglesia y a la sociedad boliviana su aporte profético característico. En las nuevas generaciones se percibe un cierto fundamentalismo y conformismo y un deseo de instalación. La continua agitación por hacer y cubrir funciones que muchas veces nos sobrepasan nos hace con frecuencia olvidar la dimensión más mística y evangélica de la VR, no se llegan a escuchar las inquietudes del mundo y de la misma VR, hay un cierto ensimismamiento de la VR, viviendo como en una isla, con una gran lentitud e incapacidad para los cambios, víctimas de nuestras mismas estructuras.

Esta situación  produce en la VR, en sus  responsables últimos pero también en gran parte de sus comunidades, tristeza,  perplejidad, angustia ante el futuro, un gran desconcierto ante la situación del país, de la Iglesia y de la misma VR. Todo esto denota que la VR se halla en una situación de crisis. A decir verdad esta crisis de la VR en Bolivia se enmarca en un contexto mucho mayor, forma parte de  un profundo cambio global, un cambio de época, una crisis de civilización, un verdadero tsunami mundial que afecta  lo social, lo económico, lo político, lo cultural, lo  religioso y eclesial, y por tanto también, aunque en grado diverso, a la VR mundial, a la de AL y también a la de Bolivia… 

¿Somos conscientes de la gravedad de esta situación? ¿Esperamos que la misma vida se encargue de resolver los problemas?

 

LA CASA RESQUEBRAJADA  Y LOS VIOLINES DEL TITANIC

Ante toda situación de crisis general y en concreto ante esta crisis de  la VR no valen las actitudes de cerrar los ojos ante la realidad, de minimizarla, de pensar que siempre ha habido crisis, de querer poner  remiendos parciales y provisionales. Cuando una casa se resquebraja no se puede discutir dónde colocar las flores, los cuadros o las cortinas. Cuando la nave se hunde no se puede engañar a la gente haciendo que los músicos hagan sonar los violines, como en el Titánic. Hay que ser realistas y sinceros, hay un estilo de VR, una imagen de VR, una estructura de VR que está en crisis, que se está resquebrajando por todos lados, se hunde, agoniza aunque sea lentamente, se muere..

¿Asumimos esta situación con honradez o tenemos miedo, cerramos los ojos y nos contentamos con poner remiendos pasajeros?

 

EN BUSCA DE NUESTRAS RAÍCES

En los momentos de cambios y crisis hay que recuperar la identidad propia. También hay que hacerlo ante la crisis de identidad colectiva de la VR. Es necesario volver a las intuiciones más originales de la VR que surgió en el desierto, en la periferia y en la frontera, siempre ha sido marginal, ha constituido una especie de terapia profética de shock para la Iglesia y la sociedad de su tiempo, una búsqueda de  algo alternativo, una peregrinación y una aventura constante de la novedad del Reino, ser memoria evangélica de Jesús, sin saber muchas veces hacia dónde les llevaba el Espíritu,  que sopla donde quiere pero no sabemos ni de dónde viene ni a dónde va (Jn 3, 8). Cuando la VR se instala,  se acomoda, pasa del margen al centro del poder social o eclesial, pierde su sentido. Cuando la VR se preocupa de ella misma y no de responder a los signos de los tiempos, pierde su razón de ser, deja de ser instancia profética.

Hemos de recuperar las actitudes fundantes de la VR su mística profética, su radicalidad evangélica en el seguimiento del Jesús pobre y humilde de Nazaret, de su opción por los pobres, excluidos y marginados, el ansia de anunciar  la Vida, comenzando por defender lo mínimo que es la posibilidad de una vida digna para todos.

¿Estamos dispuestos a volver a nuestras raíces fundantes? ¿O pensamos que no hay para tanto, que no hay que ser alarmistas?

 

LA HEMORROÍSA Y LA SIROFENICIA

Para ello hemos de dejarnos cuestionar, dejarnos “tocar” (como Jesús se dejó tocar por la hemorroísa, Lc 8, 43-48) por los nuevos sujetos emergentes en la sociedad y en la Iglesia: jóvenes, mujeres, indígenas, pobres, laicos, nuevos movimientos religiosos; hemos de dejarnos impactar por los signos de los tiempos, no satanizar ni ver demonios en todo lo nuevo que acontece, discernir los espíritus, no querer mantener los esquemas de siempre cuando la práctica nos dice que ya no funcionan, abrirnos a los nuevos temas que preocupan a los más lúcidos: pobreza y diversidad cultural,  democracia en la Iglesia y en la VR, la problemática  de Iglesia y género, la nueva situación de la Iglesia ante el Estado no confesional, descolonizar nuestras mentes y  actitudes culturales y religiosas (Aparecida 118), reconocer el valor salvífico de las religiones, asumir los problemas de la ciudadanía, fomentar una cultura de la vida comenzando por vivir relaciones fraternas y sororales en nuestras  comunidades, mostrar que la VR es una vida auténtica, creíble  (sumaj kawsay, sumaj kamaña..),  emprender una auténtica autocrítica institucional reconociendo que los que  abandonan la VR , como los que abandonan la Iglesia, no lo hacen por razones doctrinales sino por vivencias, pastorales y metodológicas (Aparecida 225), hemos de emprender una verdadera conversión pastoral e institucional, fomentar el diálogo intercultural, interreligioso y ecuménico, dejar que los laicos sean protagonistas en la Iglesia, aceptar ser minoría profética. La actitud de Jesús en el diálogo con la sirofenicia que le hace cambiar de mentalidad y de horizontes  y abrirse a lo nuevo (Mc 7,24-30), debería poder ser  asumida por nuestra VR de Bolivia hoy.

¿Nos dejamos interpelar por los otros, por los jóvenes, por los diferentes, por los indígenas, por las mujeres, por el pueblo sencillo y pobre?

 

DEL CAOS AL KAIRÓS

Toda crisis es una oportunidad, un kairós para  renacer, para construir una identidad nueva contextualizada, hay que acoger positivamente todos los intentos que van surgiendo en busca de una VR alternativa, de los que sueñan una VR diferente, lo que nos parece riesgo (disminución numérica, empobrecimiento económico, falta de peso social…) puede ser una ayuda providencial para volver a la radicalidad del seguimiento del Jesús pobre, a la búsqueda, al nomadismo de la fe, a la espiritualidad de los anawim, a la fe de Abrahán y del mismo Jesús. La situación de cambio que vive Bolivia en medio de dolores de parto puede ser un momento de renovación de nuestra VR, de encontrar un estilo más auténtico y más evangélico, más auténticamente boliviano, que camine humildemente con su Dios, ame con ternura y practique la justicia en este tiempo de nuevo país.

¿Sabemos leer lo que pasa? ¿Nos damos cuenta de que algo nuevo está naciendo?

 

MARTA, MARTA, UNA SOLA COSA ES NECESARIA (Lc 10, 41-42)

La condición imprescindible, necesaria para todo ello es cambiar de actitud y de rumbo, reconocer que muchas veces tenemos actitudes falsas que justificamos ideológicamente para no cambiar. Esto es lo que más nos preocupa de la VR en Bolivia: no vemos actitudes sinceras de cambio de actitud y de estilo de vida.

¿La VR de Bolivia sabrá escuchar, discernir y comprometerse? ¿Qué pasaría si nos dedicáramos a lo único importante? ¿Nos dejamos guiar por el Espíritu, al que si no le damos cabida se encarnará en otros (“en cien mil”)?  



sábado, 23 de mayo de 2009

ACERCA DEL QUEHACER DE LA IGLESIA EN EL MUNDO. año 2009

Enrique Fragoso (México)

1.-Por una visión y acción cristianas frente a la crisis actual del mundo
Objetivo:“Discernir para el presente una perspectiva cristiana y como consecuencia una acción coherente de nuestra iglesia ante un mundo sumido no sólo en una crisis material que arroja hambre y miseria sino también y sobretodo por la ausencia de un liderazgo espiritual que sustente y guíe tanto el camino de sobre vivencia y sustentación materiales como de trascendencia hacia un Dios que nos llama”

No se trata en este ensayo de repasar los detalles de la crisis que cimbra por doquier nuestro planeta, porque todas las opiniones de todos los signos ideológicos se han encargado de describir como en cámara lenta y precisión notable los estertores de un sistema preñado de maldad que se derrumba. Se trata más bien, de preguntarnos cual es nuestra propia visión como cristianos. Al hablar de la Redención del pecado de los hombres, ¿acaso no nos referimos al mal que corroe de injusticia y de miseria el mundo? Y si es así ¿En que consiste esa redención aquí y ahora, en este instante histórico en el que el mal se desborda?

La Redención, mediante la pasión y muerte de Jesús se ha interpretado en la antigüedad como la expiación de los pecados del hombre. Mediante el sacrificio del Hijo, les serían perdonados sus pecados a los descendientes de Adán y estos volverían a ser agradables a los ojos de Dios. Un Dios ofendido y deseoso de la reparación de la afrenta humana. Sin embargo la imagen de un Dios amoroso y compasivo hacia el dolor humano se ha abierto paso y consolidado en la época moderna. La pasión y muerte de Jesús es más bien un sufrimiento solidario con el de la humanidad sufriente, a causa si, del pecado y del mal del mundo, pero estos como consecuencia de la libertad finita del hombre creado.

Es mas bien una recuperación de la dignidad humana por el sufrimiento solidario de Dios mismo en la carne de su hijo y finalmente, mediante su Resurrección, el triunfo definitivo de la vida en el Reino a pesar de cualquier mal en el mundo.

Pero los hechos ocurridos durante aquellos tres días de fatalidad y triunfo, de muerte y resurrección, no son el único testimonio de Jesús, ni la única fuente de modificación radical de la historia, porque su principal mandamiento : “que os améis los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 13.34) y la experiencia de sus discípulos y el pueblo que lo seguía, al ver su hechos, escucharle, hablarle y convivir en todo con su naturaleza humana, hacen de la experiencia de los que entonces vivieron, la experiencia del cielo posándose en la tierra.

El Reino de Dios se había manifestado en aquel “aquí y ahora” que se ha convertido después en el aquí y ahora de toda la historia por venir del hombre. Porque cuando el Resucitado les anunció que “el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre os lo enseñara todo” (Jn 14.26) estaba en realidad sellando el nuevo pacto eterno entre Dios y el hombre, pero un pacto aquí, en esta casa terrena, que se convierte por ese hecho, en sagrada, es decir, en una parte del Reino para el transitar del hombre.

No existen ya, por eso, dos mundos diferentes, “un cielo arriba y un mundo abajo” sino que se trata de una sola realidad, incomprensible a la finitud humana, pero una sola realidad al fin y al cabo en la que lo invisible abarca más que lo visible.

La conclusión, desde esta óptica cristiana, es que no puede haber en el quehacer del hombre nada que importe más que el ensanchar y hacer prosperar cada día la vida en comunión del hombre y su Creador, del hombre y todos sus hermanos, del hombre y su casa sagrada que es la Tierra. Ese quehacer siguió después de Jesús, bajo la conducción y guía de los Apóstoles al formarse las primeras Comunidades Cristianas en las que “todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían todo en común”(Hch 2.44) pero que fueron paso a paso violentadas a manos no solo del Poder Romano sino de la propia jerarquía eclesiástica que surgía implacable con la institucionalización de una gigantesca estructura, en manos y al servicio primero del Imperio Romano y después de otros imperios opresores que conoce la historia del mundo, sin excluir el imperio capitalista moderno bajo cuyo control económico y financiero han sucumbido no pocos estratos de poder de la curia romana.

2.-Por que nuestra Iglesia puede discernir y actuar de acuerdo a los signos de estos tiempos

Pero toda esta etapa de la vida de la Iglesia no ha podido derrumbar la figura de Jesús el Nazareno. Su pisar por los caminos polvorientos de Galilea, caminos miserables como los de hoy en día, con su rebeldía y misericordia, nos ha sembrado para siempre el rechazo a la injusticia, por la opresión y explotación de los pobres a manos de los “ricos y hacendados”, y por su lucha por levantar la dignidad del hombre a la escala del Reino, donde el amor sea sinónimo de paz y ésta de alegría.

Muchos santos, padres, profetas, místicos, mártires y pastores a lo largo de la historia obscura de la iglesia, que vivieron y murieron al mismo tiempo de que ocurrían sangrientas cruzadas e inquisiciones, pudieron mantener la muestra del verdadero corazón del mensaje cristiano, y estamos aquí y ahora a más de dos mil años de esos hechos, lavando nuestro pasado con cada nueva comunidad cristiana que en el siglo XXI emule a aquellas del relato de Lucas. Poco nos importarían los banquetes de los que se han adueñado de la riqueza creada por el trabajo humano, si no fuera porque significan muchas mesas vacías frente a niños hambrientos. La avaricia de unos cuantos ha traído la miseria y sufrimiento de tantos, que el quehacer de ensanchar y hacer prosperar el Reino de Dios en la tierra implica el trabajo de oponernos a la destrucción del hombre y de la tierra.

Pero ¿cual debe ser la acción de la iglesia como una táctica y una estrategia bien definidas en seguimiento del camino y el horizonte de esperanza revelado en el tiempo histórico de Jesús el Nazareno? Lo cierto es que no se trata de inventar una experiencia que ya existe y que por muchos años ha sobrevivido al desdén y aún al quebranto desde una jerarquía que aún con un lenguaje de misericordia hacia los pobres lo que ha hecho es convertirse en un poder sobre los pobres.

Se trata de la experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base, que como fresca inspiración del Espíritu Santo en plenos siglos XX y XXI han logrado hacer realidad las nuevas letras del Concilio Vaticano II y las declaraciones escritas de no pocos miembros de una curia encarcelada en si misma. Han sobrevivido hasta lograr el más reciente reconocimiento del CELAM de Aparecida.

El paso importante y necesario no sería pues decir como deben ser y qué deben hacer esas comunidades porque son esas comunidades las que nos lo están diciendo: in culturizando la Fe en el Cristo de la Justicia y de la Redención en cada lugar donde han surgido, dando como significado la recuperación de la dignidad del hombre; haciendo de la igualdad y fraternidad una realidad soportada en la distribución equitativa de sus escasos bienes y en la decisión democrática de todas sus acciones.

Se trata más bien de clarificar nuestra visión cristiana y nuestra posible respuesta frente a esta crisis planetaria de incalculables proporciones, buscando la forma de ayudar a un camino de formación y consolidación de muchas nuevas comunidades marcando un espacio de acciones tácticas y un derrotero estratégico que asegure la viabilidad de esta esperanza. Proponemos tres de estas acciones:

Primero: Las comunidades deben asegurar su sobre vivencia mediante los recursos y acciones que les son propias: Dentro de las comunidades rurales, municipales y de las grandes ciudades deben surgir las más diversas formas de auto organización para la sobrevivencia.

Con sus propias formas de seguridad en contra de delincuentes y narcotraficantes mediante sistemas locales de vigilancia y denuncia, sus propias formas de comerciar y conseguir alimentos por medio de cooperativas y trueques partiendo de sistemas conocidos de hortalizas y “techos verdes”, sus propias formas de hacer trabajos mediante brigadas de reparación, construcción y todo tipo de servicios hacia la propia comunidad y hacia el exterior de la misma, sus propias forma de educar a los niños y jóvenes reafirmando lo aprehendido en escuelas públicas pero sobretodo enseñándolos a actuar con fraternidad y solidaridad cristianas no solo hacia su comunidad sino hacia la sociedad en su conjunto, sus propias formas de preservar la salud de todos sus miembros recurriendo a costumbres y formas de medicina alternativa que son tesoros de nuestras comunidades rurales e indígenas, y en las fábricas la unidad de todos los que laboran en cada centro de producción para preservar las fuentes de trabajo, así sean de “confianza “ o de “base”, de cualquier nivel obrero o profesional porque el trabajo de todos es el que a fin de cuentas le da vida productiva y eficiente a cualquier empresa socialmente útil.

Segundo: Las comunidades así auto organizadas serán por sí mismas repelentes a ser arrastradas en el derrumbe actual del sistema neoliberal en el que se basa la acumulación de riqueza de unos cuantos monopolios financieros, cuya quiebra y consecuente arrastre de todo el sistema económico actual está sucediendo y seguirá sucediendo en forma irreversible.

No hay a la vista solución definitiva a un proceso en su etapa final, de corta o de larga agonía, que desde el principio se sustentó en una mala libertad: la libertad de la avaricia, un proceso que ya es imposible de frenar con tímidos e inconsistentes formas de “control” a los bancos y a los especuladores financieros y con inyecciones masivas de dinero que podrían salvar la vida de millones sumidos en la “pobreza extrema” y que será deuda finalmente de esos mismos pobres. La unión solidaria de todas nuestras comunidades representará así una fuerza social estratégica capaz de oponerse a la afectación letal de toda la sociedad por causa de este derrumbe.

Tercero: Los Gobiernos nacionales que hoy en su mayoría sirven a esos raptores de la riqueza creada por los pueblos y las comunidades, podrán ser exigidos por una aplastante mayoría organizada mediante acciones pacíficas organizadas que superarán finalmente las pequeñas luchas aisladas sometidas hoy en día fácilmente a represión. Serán las células de este movimiento las Comunidades de Base insertadas en grandes movimientos sociales existentes como el representado en nuestro continente por el Foro Social Mundial (FSM). Solo por medio de este tipo de acción masiva se podrá emplazar a los gobiernos para que los recursos que hoy son en su mayoría entregados a los ricos en quiebra del mundo, sean reorientados a garantizar la vida de todos los que vivimos de nuestro trabajo, ahora por arriba del nivel de sobrevivencia., hacia una forma de vida llamada de austeridad suficiente y sustentable, en la que la tecnología y la medicina, la seguridad y la educación, la producción de alimentos y vestido no signifiquen consumismo mercantilista sino austeridad, ni signifiquen destrucción de nuestro habitat terrestre sino la sustentabilidad de nuestra vida en nuestra tierra.

Así, si la auto organización para la sobre vivencia nos asegura nuestra permanencia como especie, la austeridad suficiente y sustentable sería la nueva forma de vida en común con los recursos del avance cultural y científico de nuestro siglo en nuestras manos, entendiendo austeridad suficiente como el rechazo a lo no necesario y por sustentable el respeto a nuestra tierra como una sola cosa viviente con el ser humano.

3.-Porque el Espíritu de Dios no deje de actuar en el corazón y la imaginación del hombre.

Pero no se trata aquí de predecir o definir desde ahora una forma de estructura social que sustituya a los grandes fracasos del intento humano en la época moderna. La Revolución burguesa del siglo XVIII que partió de Francia con su lema “libertad, igualdad y fraternidad” degeneró solo en la “libertad” para que los poderosos instauraran su dominio de explotación e iniciaran el camino que hoy nos agobia con la miseria del mundo.

Las Revoluciones socialistas que se levantaron frente al poder burgués degeneraron en una igualdad de pueblos sometidos sin libertad que pudieron finalmente comer a cambio de su dignidad de hombres libres. Y en ambos casos la ausencia fatal fue la fraternidad pregonada en la Revolución burguesa o el compañerismo y camaradería en las Revoluciones socialistas. El Poder siempre recayó en los “líderes” o abanderados que hicieron de este poder el summum de la acción de sumisión y muerte de millones de seres humanos.

De lo que se trata es de partir de lo noble existente. El Espíritu ya se ha hecho presente en la existencia de las Comunidades Eclesiales de Base en todo el mundo, en grandes movimientos sociales pacíficos, en las tesis largamente marginadas de la Teología de la Liberación y de sus reciente propuesta del modelo social del futuro: el eco socialismo.

Son nuestra referencia y nuevo punto de partida. Su evolución nos dirá paso a paso cuales son las formas estructurales que garanticen y preserven a fin de cuentas, no el poder de unos cuantos sino el amor de todos, porque las nuevas formas de Comunidades Cristianas serán la salvación de nuestra Iglesia por el solo hecho de atenerse al principal mandamiento del fundador del Reino en la Tierra: “que os améis los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 13.34).

Partiendo de su cumplimiento los bienes serán repartidos, los maestros y pastores serán verdaderos servidores, el poder político no será de nadie sino antes bien el poder del amor será de todos y nuestra vista podrá voltear hacia el Poder del amor que nos viene de Dios, que no es poder de opresión sino de redención, es decir, de recuperar en nuestros cuerpos la naturaleza finita de ser de Dios.

Por eso, si queremos soñar y luchar por “otro mundo posible” no debemos pensar en un mundo inexistente, sino en la atracción del mundo divino al mundo terreno como antesala de ese mundo divino que la esperanza nos promete. Nuestra estrategia no es crear un mundo digno de entrar en un cielo distante, sino hacer valer la consumación de un Cielo posándose en la tierra. Pero el verdadero gran reto par hacer realidad esta esperanza es creer y actuar para hacer realidad un nuevo Pentecostés, no por nuestra cuenta sino reconociendo y siguiendo la acción del Espíritu de Dios, porque somos su creación y su innovación constante, somos la Iglesia de este siglo, “la otra Iglesia posible”.



jueves, 21 de mayo de 2009

LA CRISIS ACTUAL EN NUESTROS BARRIOS

21RS

“La crisis económica la están pagando, como es habitual, los grupos mas débiles, rostros concretos de personas y familias de nuestros barrios, que poseen menos recursos económicos, políticos, laborales y sociales. Ante una crisis de estas características, nos preguntamos: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Ahora que hay apretarse el cinturón: ¿Quién va a pagar los platos rotos? ¿Cuáles son las prioridades de los gobiernos?”
Diagnóstico de la crisis del Foro de Curas de Madrid.

1. El modelo de crecimiento

Durante el periodo 1980-2005 hemos asistido a un crecimiento generalizado de la riqueza en nuestras sociedades. Pero este crecimiento se ha montado sobre la desregulación de los mercados laborales y financieros, el aumento de la regresividad fiscal, la privatización progresiva de los servicios públicos, y el desarrollo de políticas monetarias que han favorecido al capital financiero (los bancos) a costa del mundo productivo.

El complejo “capital financiero industrial de la construcción” ha sido el factor básico para que en 2007 la economía española llevara 14 años creciendo de forma sostenida a un ritmo superior al crecimiento medio de los países de la U.E. Los precios de la vivienda subieron astronómicamente y las clases populares tuvieron que endeudarse en extremo. Entre 1999 y 2006, las empresas españolas han visto aumentar sus beneficios en un 73 %, más del doble que la media de la U.E. (33 %).

2. Los inmigrantes en nuestro crecimiento

El salario medio percibido por los trabajadores inmigrantes ha sido en 2007 de 11.000 euros al año, mientras que el salario medio en España ese año era de 19.000 euros. Los trabajadores extranjeros ganan un 43 % menos que los españoles y trabajan en condiciones más precarias. Se calcula que el 30 % del aumento del P.I.B. entre 1995 y 2005 se puede atribuir al trabajo de los inmigrantes. En cuanto a las finanzas públicas: en el año 2005, por ejemplo, se puede atribuir a sus cotizaciones la mitad del superávit que se logró en las cuentas públicas porque aportan más de lo que reciben.

Los inmigrantes han colaborado con nuestro crecimiento mediante la inversión de las empresas multinacionales españolas en América Latina:

-“El mercado latinoamericano aportó en 2006 el 40% de los beneficios del BBVA, el 35% de los del Santander, el 41% de los de Telefónica, el 45% de los de Repsol, el 23% de los de Endesa. Y los ingresos latinoamericanos de esas empresas equivalen al 5,2% de nuestro P.I.B ” (José Luis Barbería, ”España se la juega en América”, “El País”,13-3-2006) .

3. La privatización del crecimiento:

Como consecuencia, la pobreza y las desigualdades no disminuyeron en la última década en España pese al crecimiento económico: no hubo control público de las subidas astronómicas en los precios de la vivienda; la economía sumergida en 2002 ha sido cifrada en el 23 % del P.I.B.; la media de presión fiscal en la Europa de los 15 es 5 puntos superior a la de España” y la media del gasto social en estos países es 6 puntos superior a la española. ” (Comunicado de “Attac-Madrid”, 9-12-2007); el fraude fiscal en España en 2005 se elevó a 88.617 millones de euros. ( Vicens Navarro, 31-8-2008). “Las empresas españolas tienen 6.000 millones en paraísos fiscales y el Banco Santander en el 2007 tenía 33 sociedades en paraísos fiscales con un total de capital y reservas que rondaba los 5.000 millones de euros. (“El País”,28-2-2009).

4. La actual crisis económica

Durante estos años las instituciones financieras invirtieron en actividades especulativas como las inmobiliarias, donde los beneficios alcanzaron dimensiones exuberantes.

Los consumidores, por su parte, han recurrido a un endeudamiento exagerado promocionado por la facilidad con que las entidades financieras han concedido sus créditos.

La conclusión es que: “La crisis es el claro resultado de un modelo de crecimiento inadecuado. Era un crecimiento que favorecía las desigualdades y aniquilador además del medio ambiente. Lo que algunos han enunciado como crisis financiera es mucho más que eso: es una crisis global. Esta crisis no se puede solucionar sólo con medidas de política económica, sino que es necesario plantearse otros modos de crecer y consumir. ( Carlos Berzosa )

5.Programas socio-políticos:

Ante esta situación, son diversas las propuestas socio-políticas que se proponen:

- Neoliberales: La intervención del Estado habrá de ser transitoria y simplemente para corregir la situación actual y restaurar la dominación del mercado global, continuar con las políticas privatizadoras para tener más espacio de negocio privado y reducir los impuestos directos que afectan más a los ricos y aumentar los de la población en general por la vía de los impuestos indirectos.

- Social-demócratas: La solución para reactivar la economía productiva y disminuir el desempleo es incrementar la demanda a base de aumentar los salarios, el gasto público y garantizar los derechos laborales. Es necesaria una economía de mercado pero un mercado regulado por las instituciones del Estado, que distribuya equitativamente los beneficios.

- Anticapitalistas: Si la economía sirve para atender a las necesidades básicas de la humanidad, ¿qué hemos de producir? ¿para quiénes? Todos los millones que Occidente está volcando para salvar sus instituciones financieras no sirven de nada frente a los mil millones de personas al borde de la muerte por inanición. Ésa es la verdadera crisis.
La crisis puede resultar una oportunidad para el cambio de modelo socio-económico. Para ello hay que poner la banca y los sectores estratégicos de la economía al servicio de la comunidad humana.

II- ORIENTACIONES Y PROPUESTAS

1. Orientaciones:
Pensamos que es en el nivel de las decisiones morales y las implicaciones que éstas tienen en la organización de la sociedad, sobre el que la Iglesia puede decir su palabra.

- Si entendemos la crisis bíblicamente como “mutación grave que sobreviene en una enfermedad para mejoría o empeoramiento”, o como “momento decisivo en un asunto de importancia”, puede ser vivenciada al mismo tiempo como un peligro y como una oportunidad, como un cambio de rumbo en la marcha de las personas y las comunidades humanas.

- Desde el punto de vista de la Doctrina Social de la Iglesia, ya en el año 1987, en plena euforia neoliberal, Juan Pablo II advertía en su encíclica “Sollicitudo Rei Socialis”: “Hay que destacar que un mundo dividido en bloques, presididos a su vez por ideologías rígidas donde en lugar de la interdependencia y la solidaridad, dominan di¬ferentes formas de imperialismo, no es más que un mundo sometido a estructuras de pecado” (nº 37).

Y Benedicto XVI: “ La avaricia humana es idolatría que va contra el verdadero Dios y es falsificación de la imagen de Dios con otro dios, Mamón.” Y el Consejo Pontificio “Justicia y Paz”, en su Documento sobre la crisis financiera del 24-11-2008 escribe: “Es necesario llegar al ser moral más profundo de las personas, es necesaria una educación real en el ejercicio de la responsabilidad hacia el bien de todos, de parte de todos los sujetos, a todos los niveles” .

2. Nuestras propuestas

Teniendo en cuenta el diagnóstico hecho, ofrecemos algunos criterios y propuestas educativas.:

a. Criterios socio-políticos:
- Por solidaridad humana y conciencia cristiana, no podemos aceptar que los costes de la crisis se carguen una vez más sobre los más empobrecidos de la sociedad.
- No poco expertos en economía aseguran que, mejorando el nivel de vida de la mayoría de los ciudadanos, sus condiciones de trabajo y sus derechos laborales hay salidas a la crisis.

- No podemos admitir que se trate a los trabajadores inmigrantes, con o sin papeles, como mera mano de obra barata, de los que se prescinde cuando ya no nos son útiles. Tienen todos los derechos a participar en la distribución de los bienes y a la participación socio-política.
- Denunciamos que a los que han estado en el origen de la crisis, se han enriquecido antes y se siguen enriqueciendo ahora, sea prácticamente a los únicos que se tiene en cuenta a la hora de tomar las medidas necesarias para salir de ella.

- El Estado ha de regular el funcionamiento del mercado de manera que sea un instrumento para el bien común.
- La crisis es una buena ocasión para preguntarnos: ¿ cómo construir una democracia social, global, participativa que tenga en cuenta la opinión y los intereses de los pueblos?
- Hay que crear nuevos modos de crecer, distribuir y consumir a nivel global, favoreciendo la satisfacción de las necesidades sociales antes que el desaforado consumo privado e introduciendo perspectivas ecológicas y sociales.

- Probablemente son pocos los que conocen que la Fundación “Madrid Vivo” que pretende “ buscar soluciones a las raíces morales y espirituales de la crisis, para contribuir a que la capital de España sea la ciudad de los valores, más allá del materialismo economicista” se ha presentado públicamente avalada y acompañada por presidentes de la CEOE, Banco Santander, BBVA, La Caixa Iberdrola, Abengoa, ABC, la COPE, Intereconomía, etc. Pues bien, nos resulta contradictorio y preocupante que, al frente de ella está, como presidente, D. Antonio Rouco, cardenal de Madrid. ¿Qué se puede esperar de unas instituciones que mantienen unos “dogmas” económicos neoliberales y unas prácticas financieras que están en el origen de la crisis y no tienen en cuenta las orientaciones de la Doctrina Social de la Iglesia?

b. Propuestas educativas
La crisis nos revela la urgencia de educar en otros valores y actitudes :
- Educar en una actitud profética: La actitud profética nos impulsa a mantener la esperanza de que Dios no abandona nunca a su pueblo e interviene en su historia, nos mantiene en medio de esta situación lúcidos, realistas y críticos y dando un testimonio coherente, personal y comunitario
- Educar en la sobriedad: (Tito, 2, 11-12), inculcando la actitud de no utilizar más recursos que los suficientes para vivir con dignidad, (Pr 30, 7-9), con honradez, más allá del individualismo posesivo y colocar el fundamento de nuestra vida en el Dios Padre de Jesucristo. (Sant. 1 / 27)

- Educar en la solidaridad: tanto intragrupal (con los grupos más cercanos) como intergrupal (con cuantos están construyendo una nueva ciudadanía).
- Educar en la acción: para curar nuestra parálisis y la parálisis de la gente (Hc 3, 1-10), ponernos de pie, organizarnos y hacer manifiesta la presencia y poder del Dios de la vida; para formar personas nuevas con un nuevo corazón y un nuevo espíritu capaces de crear “unos cielos nuevos y una nueva tierra donde habite la justicia” (I P 3, 13 – 14)

Conclusión

Parece claro que “el tiempo que vivimos” es un tiempo crítico. Ello nos urge a situarnos de una manera lúcida, creativa y responsable ante la crisis:
- “ La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche. Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. El problema para las personas y los países no son la crisis sino la pereza para encontrar salidas y soluciones. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno”. (Einstein)

- En medio de la crisis Dios sigue presente, recreando el mundo y la ciudad de los hombres:
“ Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva.
Y vi bajar de junto a Dios a la ciudad santa, la nueva Jerusalén.
Y oí una voz potente que decía : “Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará con ellos y ellos serán su pueblo. El enjugará las lágrimas de sus ojos, ya no habrá muerte ni luto ni llanto ni dolor”.

Y el que estaba sentado en el trono dijo: Todo lo hago nuevo (Apoc 21, 1-5).

FORO “ CURAS DE MADRID” Mayo - 2009




miércoles, 20 de mayo de 2009

UN MÍNIMO PARA SOBREVIVIR EN TIEMPOS DE CRISIS

Daniel Raventós

Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía

Sin Permiso, 10 de mayo 2009
El pasado 28 de abril se creó una subcomisión en el Parlamento español para estudiar las posibilidades de implantación de la renta básica (RB) en el Reino de España. Una RB, es decir, una asignación monetaria incondicional para toda la población, sin otro requisito que la ciudadanía o residencia acreditada.

Esta propuesta ha sido estudiada y discutida a lo largo de las últimas tres décadas en distintos ámbitos académicos, políticos y sociales. En una situación de crisis económica profunda como la que estamos inmersos en la actualidad, ¿qué papel podría desempeñar una RB? Me limitaré a tres aspectos.

Empecemos por las consecuencias del desempleo. Perder el puesto de trabajo provoca una situación de inseguridad económica y vital bien estudiada. Pocos podían imaginar que la tasa de desempleo llegaría al 17,3% en el primer trimestre de 2009, como ahora constatamos. Existen previsiones de algunos investigadores (Edward Hugh, entre otros) que llegan a estimar hasta el 30% de desempleo para finales de 2010. “Ya vendrá la recuperación”, repiten algunos como loros. Y es verdad, pero cuando se acabe produciendo, no podrá absorber en pocos años este monumental ejército de parados.

Si se pierde el puesto de trabajo, pero se dispone de una RB indefinida, el futuro se presenta de forma menos preocupante. En momentos de crisis, donde el desempleo crece aceleradamente, esta característica de la RB cobra mayor importancia social.

Consecuencia inmediata del gran incremento de desempleo, la pobreza aumentará profusamente. Han sido necesarias tasas de crecimiento económico sustancial a lo largo de los últimos lustros para mantener una proporción de pobres de alrededor del 20%. La RB representaría un buen dique de contención de esta oleada de pobreza.

La percepción de una RB supondría una reducción del riesgo en el momento de iniciar determinadas actividades de autoocupación.

A grandes trazos, hay dos tipos de emprendedores: aquellos que tienen un respaldo (familiar, muchas veces) que les permite plantear un pequeño proyecto empresarial de forma razonablemente segura, y aquellos para los cuales la autoocupación es la única salida laboral. En el segundo caso, el riesgo en el que se incurre no es sólo perder la inversión, sino perder los medios de subsistencia, lo que hace que cualquier decisión de inversión resulte mucho más azarosa.

Pero el riesgo no termina aquí: en muchos casos, la falta de un capital inicial mínimo retrae a potenciales emprendedores. En una situación depresiva, la RB, además de representar un incentivo, en cualquier caso mayor que sin ella, para emprender tareas de autoocupación, supondría una mayor garantía para poder hacer frente, aunque fuera parcialmente, a las eventualidades de los que el pequeño negocio les ha ido mal. Así como la posibilidad de iniciar otro con más posibilidades que el anterior.

Mucha gente que conoce la propuesta de la RB objeta: “Todo esto es muy bonito, pero ¿cómo se financia una RB?”.
Una RB que tenga sentido debe significar una redistribución de la renta de los ricos a los pobres. Y esto significa hablar del papel de los impuestos. “Los impuestos, lejos de ser una obstrucción de la libertad, son una condición necesaria de su existencia”, es la forma de expresarlo del constitucionalista estadounidense Cass Sunstein.

Los impuestos y el dinero público pueden emplearse para usos muy diferentes. Cabe recordar que los rescates y las ayudas a los bancos realizadas hasta el momento en Estados Unidos suman 12,8 billones de dólares (hasta abril). O lo que es lo mismo: 42.105 dólares por habitante. Además, esta cantidad es igual a 14 veces el efectivo en circulación (casi 900.000 millones). Y se trata de una cantidad muy próxima al conjunto del valor del PIB estadounidense.

Sorprende constatar lo rápido que aflora el dinero público en determinadas circunstancias y lo tiñoso que resulta cuando se trata de garantizar la existencia material de toda la población. En Estados Unidos se ha llegado a esta increíble situación: los tipos impositivos nominales a los más ricos se han reducido del 91% en el año 1961 al 35% de la actualidad, pero si se trata de beneficios empresariales la tasa marginal aún es inferior. Esta gran rebaja continuada de los impuestos a los más ricos es parte de la explicación de la tremenda redistribución de la renta de los pobres a los ricos en las tres últimas décadas.

El que fue ministro del presidente Clinton, Robert B. Reich, escribía en el diario TheWashington Post del pasado 1 de febrero que si en 1976 el 1% más rico de EE UU acaparaba el 9% de la renta nacional, en el 2006 ya acumulaba el 20%.

De los más interesantes estudios realizados para financiar una RB, se concluyen dos aspectos de suma trascendencia: es posible financiarla y los sectores de la población con rentas más bajas saldrían ganando claramente respecto a la situación actual.

Con la creación el 28 de abril de esta subcomisión parlamentaria para tratar de estudiar la necesidad y la viabilidad de una RB, se abre la posibilidad de que esta propuesta social sea conocida por el Parlamento y por buena parte de la población.

Daniel Raventós es miembro del Comité de Redacción de SINPERMISO y presidente de la Red Renta Básica. Su último libro es “Las condiciones materiales de la libertad” (Ed. El Viejo Topo, 2007).




domingo, 17 de mayo de 2009

EQUILIBRIO AL DEBATIR SOBRE ABORTO

Juan Masiá


Sin caer en la trampa del dilema entre pro-life y pro-choice, bastantes personas (incluyendo representantes con responsabilidades parlamentarias de diversa pertenencia, confesional o aconfesional, así como de diversa afiliación partidista dentro del espectro político), preocupadas seriamente por proteger la vida, la dignidad y los derechos de cada ser humano, coinciden en buscar la via media para debatir serenamente. Con el deseo de apoyar su discernimiento, propongo el siguiente decálogo de criterios éticos.

1. Buscar convergencia pro-persona en posturas divergentes ante el aborto.Posturas opuestas pueden, sin embargo, coincidir al afirmar que el aborto no es deseable, ni aconsejable; que hay que unir fuerzas para desarraigar sus causas; que nadie debe sufrir coacción para abortar contra su voluntad; y que debe mejorarse la educación sexual para prevenir el aborto.

2. No confundir delito, mal y pecado Rechazar desde la propia conciencia el mal moral del aborto puede ser compatible con admitir la posibilidad de que, en determinadas circunstancias, las leyes no lo penalicen como delito. El apoyo a esas despenalizaciones no tiene que identificarse necesariamente con favorecer el aborto a la ligera, ni considerarlo deseable para la mujer.

3. No ideologizar el debate, ni política ni religiosamente. Evitar agresividad y violencia contra cualquiera de las partes y no hacer bandera ideológica de esta polémica por razones políticas o por razones religiosas. Ni deja de ser un mal moral cuando la ley no lo penaliza, ni la razón de considerarlo mal moral depende de una determinación religiosa.

4. Dejar margen para excepciones inéditas en situaciones confictivas. Las situaciones límite no deberían formularse como colisión de derechos entre madre y feto, sino como conflicto de deberes en el interior de la conciencia de quienes quieren (incluída la madre) proteger las vidas de madre y feto. En los casos trágicos no hay soluciones prefabricadas. Las campañas de mal gusto –por ambos extremos, pro-abortistas y anti-abortistas- no ayudan al debate.

5. Acompañar personas antes de juzgar casosNi las religiones deberían enarbolar banderas de excomunión, ni las presuntas posturas defensoras de la mujer deberían jugar demagógicamente con la apelación a derechos ilimitados de ésta para decidir sobre su cuerpo en supuesta colisión con la exigencia de respeto por parte del feto. El aconsejamiento moral o religioso puede acompañar a las personas en sus tomas de decisión, pero sin decidir en su lugar ni condenarlas.

6. Comprender la vida naciente como proceso. La vida naciente en sus primeras fases no está plenamente constituída como para exigir el tratamiento correspondiente al estatuto personal, pero eso no significa que pueda considerarse el feto como mera parte del cuerpo materno, ni como realidad parásita alojada en él. La interacción embrio-materna es decisiva para la constitución de la nueva vida naciente y merece el máximo respeto y cuidado: a medida que se aproxima el tercer mes de embarazo aumenta progresivamente la exigencia de ayudar a que éste se lleve a término. Para evitar confusiones al hablar de protección de la vida, téngase presente la distinción entre materia viva de la especie humana (p.e., el blastocisto antes de la anidación) y una vida humana individual (p.e., el feto, más allá de la octava semana).

7. Confrontar las causas sociales de los abortos no deseados. No se pueden ignorar las situaciones dramáticas de gestaciones de adolescentes, sobre todo cuando son consecuencia de abusos. Sin generalizar, ni aplicar indiscriminadamente el mismo criterio para otros casos, hay que reconocer lo trágico de estas situaciones y debatir ampliamente sobre cómo abordar el problema social del aborto, cómo reprimir sus causas y cómo ayudar a su disminución.

8. Afrontar los problemas psicológicos de los abortos traumaticosEs importante prestar asistencia psicológica y social a aquellas personas a las que su toma de decisión dejó cicatrices que necesitan sanación. No hay que confundir la contracepción de emergencia con el aborto. Pero sería deseable que la administración de recursos de emergencia como la llamada píldora del día siguiente fuese acompañada del oportuno aconsejamiento médico-psicológicos.

9. Cuestionar el cambio de mentalidad cultural en torno al aborto. Repensar el cambio que supone el ambiente favorable a la permisividad del aborto y el daño que eso hace a nuestras culturas y sociedades.

10. Tomar en serio la contracepcion, aun reconociento sus límitaciones.
Fomentar educación sexual con buena pedagogía, enseñar el uso eficaz de recursos anticonceptivos y la responsabilidad del varón, sin que la carga del control recaiga solo en la mujer. Sin tomar en serio la anticoncepción, no hay credibilidad para oponerse al aborto; hay que fomentar la educación sexual integral, que abarque desde higiene y psicología hasta implicaciones sociales, e incluya suficiente conocimiento de recursos contraceptivos, interceptivos y contragestativos.



viernes, 15 de mayo de 2009

LOS OBISPOS EUROPEOS Y LAS ELECCIONES EUROPEAS

El domingo 7 de junio tendrán lugar, en España, las elecciones al Parlamento Europeo. Con el fin de responder a quienes demandan alguna orientación de los Obispos ante esta convocatoria, difundimos, en versión española, la Declaración de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), publicada el pasado 20 de marzo bajo el título: “Construir una mejor casa europea”.

La lectura de esta Declaración será, sin duda, una buena ayuda para actuar responsablemente en el ejercicio del derecho al voto y en el cumplimiento de la obligación de acudir a las urnas.



Declaración de los obispos de la COMECE ante las elecciones para El Parlamento europeo de 4-7 de junio de 2009

Las elecciones europeas: Una oportunidad para construir una Europa mejor

Después de 64 años de desarrollo pacífico,y a los 20 años de la caída del Telón de acero, que puso término a la división del continente, el proceso de integración europea merece ser apreciado, a pesar de algunas lagunas. Por este motivo, los Obispos de la COMECE apoyamos y promovemos la Unión Europea como proyecto de esperanza para todos los ciudadanos.

Incluso en este tiempo de incertidumbres debidas a la crisis financiera y económica, la Unión Europea ha demostrado que es una casa segura que se esfuerza por preservar la estabilidad y la solidaridad entre sus miembros. Hoy, en 2009, la Unión Europea tiene la capacidad y los medios para responder a los retos más urgentes y apremiantes de nuestro tiempo.

Participando en la elección del Parlamento Europeo, todos los ciudadanos tienen la posibilidad de contribuir al desarrollo y a la mejora de la Unión Europea.

La participación en las elecciones: un derecho y una responsabilidad 
La Iglesia católica ha apoyado desde el principio el proyecto de integración europea y continúa apoyándolo hoy. Todo cristiano tiene, no solamente el drecho, sino también la responsabilidad de comprometerse activamente en este proyecto ejerciendo su derecho de voto.

La participación de los cristianos es esencial para redescubrir el “alma de Europa” que es vital para responder a las necesidades fundamentales de la persona humana y para el servicio del bien común.

El Parlamento Europeo, a través de sus poderes y sus competencias (que serán todavía reforzadas cuando concluya el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa), debe contribuir a responder a estas aspiraciones y objetivos.

Lo que esperan los cristianos del Parlamento Europeo

Los principios fundamentales de toda sociedad son la dignidad humana, la promoción del bien común. Por este motivo, estos principios deben encontrarse en el corazón mismo de todas las políticas de la Unión Europea.

Teniendo en cuenta el importante papel desempeñado por el Parlamento Europeo, esperamos de sus miembros que participen y contribuyan activamente en lo siguiente:

Respetar la vida humana de la concepción a la muerte natural, como parte integrante de las legislaciones, programas y políticas de la Unión Europea en su conjunto.

Apoyar a la familia fundada sobre el matrimonio, -entendido como la unión entre un hombre y una mujer- como unidad básica de la sociedad.

Promover los derechos sociales de los trabajadores procurándoles condiciones de trabajo respetuosas de su salud, de su seguridad y de su dignidad.
Promover una gobernabilidad económica fundada en valores éticos dirigida a un desarrollo humano duradero, en el seno de la Unión Europea y a nivel mundial.

Promover la justicia en las relaciones de la Unión Europea con los países en vías de desarrollo mediante una asistencia financiera y unas relaciones innovadoras.

Demostrar la solidaridad mediante la elaboración de políticas de ayuda para con los más débiles y más necesitados en nuestras sociedad (en particular, los discapacitados, los que demandan asilo, los inmigrantes).

Proteger la Creación mediante la lucha contra el cambio climático y animando a tener un estilo de vida basado en la moderación.

Promover a la paz en el mundo mediante una política exterior de la Unión Europea coordenada y coherente.

Iluminados y guiados por la enseñanza de Cristo, los cristianos están dispuestos y deseosos de contribuir a la satisfacción de estas aspiraciones, en el espíritu de la declaración de Su Santidad el Papa Juan Pablo II: “La inspiración cristiana puede transformar la integración política, cultural y económica en una convivencia en la cual todos los europeos se sientan en su propia casa” (Ecclesia in Europa, 121).