lunes, 30 de enero de 2012

LAS VIVENCIAS SE TRANSMITEN POR ÓSMOSIS

Fray Marcos

En la primera lectura (Dt 18,15-20), Moisés, después de convencer a los israelitas de que Dios les hablaba desde la formidable tormenta del Sinaí, con voz de trueno y les miraba con los ojos encendidos del rayo, les promete que no va a meterles más miedo. Pero eso sólo será posible si prometen hacerle caso a él y a los profetas. Les habla de una figura profética que liberaría de verdad al pueblo, como el mismo Moisés lo había liberado de Egipto.

Los primeros cristianos vieron en Jesús a ese profeta. Era la figura tantas veces anunciada y siempre esperada por el pueblo de Israel. Esa identificación garantiza que las palabras de Jesús son las palabras de Dios. Esta es la clave para interpretar todo el mensaje del evangelio de Marcos. Hablará con la autoridad propia del mismo Dios. Sus palabras tendrán la fuerza creadora y sus acciones serán liberadoras como las acciones del mismo Dios.

Pablo (1Cor 7,32-35), con una visión de Dios muy cercana a la del “Jupiter tonante” del Sinaí, llega a la conclusión de que preocuparse del marido, o de la mujer o de los hijos, es alejarse de Dios.

El Dios de Jesús es muy distinto. El mensaje de Jesús nos dice que a Dios sólo se puede ir a través del hombre. Buscar a Dios prescindiendo del prójimo es idolatría. Creer que el tiempo dedicado a las personas es tiempo negado a Dios es una trampa.


CONTEXTO

Estamos en el primer día de actividad de Jesús. Su primer contacto con la gente tiene lugar en la sinagoga. Es un signo de que la primera intención de Jesús fue enderezar la religiosidad del pueblo que había sido tergiversada por una interpretación opresora de la Ley.

Por dos veces en el relato se hace referencia a la enseñanza de Jesús, pero no se dice nada de lo que enseña. Se habla de la obra. Lo que Jesús hace es liberar a un hombre de un poder opresor, el espíritu inmundo (contrario al espíritu santo). La clave es que Jesús libera, cuando habla y cuando actúa.

La buena noticia que anuncia Marcos es la liberación, en dos direcciones: de las fuerzas del mal (espíritu inmundo); y de la fuerza opresora de la Ley, explicada de una manera alienante por los fariseos y letrados (no como los letrados).

La intención de Marcos es que la gente se haga la pregunta clave: ¿Quien es Jesús? Lo que acabamos de leer y todo lo que sigue en este evangelio, será la respuesta.


EXPLICACIÓN

En el evangelio el acercamiento a Jesús produce asombro. Si hemos perdido nuestra capacidad de asombro ante la buena nueva de Jesús, es que no lo hemos descubierto de verdad. En el evangelio, la admiración de la gente va en dos direcciones. Por una parte se asombran de su enseñanza y por otra, quedan estupefactos al ver la curación del hombre. En Jesús, la predicación y la acción son inseparables.

“Les enseñaba como quien tiene autoridad”. Hoy la palabra clave es “exousia”. No es nada fácil penetrar en el verdadero significado de este término.

Lo primero que deberíamos hacer es distinguirlo de “dynamis”. Esta distinción es relativamente fácil: “Dynamis” sería la fuerza bruta que se impone a otra fuerza física. “Exousía” sería la capacidad de hacer algo en el orden jurídico, político, social o moral, siempre en un ámbito interpersonal.

La palabra griega significa, además de autoridad, facultad para hacer algo, libertad para obrar de una manera determinada.

Otra característica de la “exousía” es que la persona la puede tener por sí misma o recibirla de otro que se la otorga.

Dando esto por supuesto, todavía nos queda mucho para saber, en concreto, qué quiere decir el evangelista cuando le aplica a Jesús esa “autoridad”. Se trata de una autoridad que no se impone, de una potestad que se manifiesta en la entrega, de una facultad de acción que se pone al servicio de los demás.

Sería la misma autoridad de Dios dándose a todas sus criaturas sin necesitar nada de ninguna de ellas. El concepto de Dios “todopoderoso” que exige un sometimiento absoluto, nos impide entender la exousía de Jesús. Sólo desde la experiencia del Dios-Amor de Jesús podremos entenderla.

Jesús enseñaba con autoridad, porque no hablaba de oídas, sino de su experiencia interior. Trataba de comunicar a los demás sus descubri­mientos sobre Dios y sobre el hombre.

Los letrados del tiempo de Jesús (y los letrados de todos los tiempos) enseñaban lo que habían aprendido en las Escrituras. De todas ellas tenían un conocimiento perfecto, y tenían explicaciones para todo, pero el objetivo de la enseñanza era la misma Ley, no el bien del hombre. Se quería hacer ver que el objetivo de Dios al exigir los preceptos, era que le dieran gloria a Él, no la plenitud del mismo ser humano.

Lo que dejó atónitos a los oyentes de Jesús fue el ver que su enseñanza no era así, sino que hablaba con la mayor sencillez de las cosas de Dios tal como él las vivía. Su experiencia le decía que lo único que Dios quería, era el bien del hombre. Que Dios no pretendía nada del ser humano, sino que se ponía al servicio del hombre sin esperar nada a cambio.

Esta manera de ver a Dios y la Ley no tenía nada que ver con lo que los rabinos enseñaban. Todos los problemas que tuvo Jesús con las autorida­des religiosas se debieron a esto. Todos los problemas que tienen los místicos y profetas de todos los tiempos con la autoridad jerárquica responden al mismo planteamiento.

Jesús se decanta por el hombre que resulta liberado del dios araña que intenta chuparle la sangre. Naturalmente si Dios no es exigente, si Dios no quiere nada para sí, ¿en nombre de quién pueden exigir tantos sacrificios sus representantes?

Cállate y sal de él. La expulsión del “espíritu inmundo” refleja desde el principio, el planteamiento del evangelio como una lucha entre el poder del bien y el poder del mal. Bien entendido que “mal” es toda clase de esclavitud que impide al hombre ser él mismo.

Nadie se asombra del “exorcismo”, que era corriente en aquella época. Lo que les llama la atención es la superioridad que manifiesta Jesús al hacerlo, demostrando así quién es. Jesús no pronuncia fórmulas mágicas ni hace ningún signo estrafalario. Simplemente con la autoridad de su palabra obra la curación.


APLICACIÓN

Hablar con autoridad hoy sería hablar desde la experiencia personal y no de oídas. Lo único que hacemos, también hoy, es aprender de memoria una doctrina y unas normas morales, que después trasmitimos como papagayos, como se trasmite la lista de los reyes godos. Eso es lo que no funciona.

En religión, la única manera válida de enseñar es la vivencia que se trasmite por ósmosis, no por aprendizaje. Esta es la causa de que nuestra religión sea hoy completamente artificial y vacía, que no nos compromete a nada porque la hemos vaciado de todo contenido vivencial.

“Espíritu inmundo” sería hoy todo lo que impide una auténtica relación con Dios y con los demás. Fijaros hasta qué punto estamos todos poseídos por espíritu inmundo. Esas fuerzas las encontramos tanto en nuestro interior como en el exterior. Nunca, a través de la historia, ha habido tantas ofertas falsas de salvación.

Una de las tareas más acuciantes del ser humano, es descubrir sus propios demonios; porque sólo cuando se desenmascara esa fuerza maléfica, se estará en condiciones de superarla. Con esta perspectiva veremos que la tarea fundamental de Jesús es librar al hombre del maligno.

Una importante tarea en esta liturgia, sería descubrir nuestras ataduras y tratar de desembarazarnos de ellas. Todos estamos poseídos por fuerzas que no nos dejan ser lo que desearíamos ser. Hoy sigue habiendo mucho diablo suelto que tratan por todos los medios de que el hombre no alcance su plenitud. La manera de conseguirlo es la manipulación para que no consiga alcanzar libremente su plena humanidad.

Toda nuestra vida debería ser un acopio de autoridad para ayudar al hombre a liberarse de todos sus demonios. Jesús emplea su autoridad, no contra los hombres, sino contra las fuerzas que los oprimen. ¡Qué ejemplo para imitar si de verdad queremos ser cristianos!

Como individuos, como comunidad y como Iglesia, estamos siempre tratando de aumentar nuestra “autoridad”. Pero, ¿para qué? Si intentamos estar por encima de los demás para someterlos a nuestro capricho, aunque sea bajo pretexto de hacer la voluntad de Dios o de buscar el bien de los demás, estamos en la antípoda del evangelio.

Como Jesús, tenemos que luchar a brazo partido contra todas las fuerzas que oprimen al hombre y no le dejan desarrollar su verdadero ser.

En el evangelio de Marcos, Jesús deja muy claro, desde el primer día, que los enemigos del hombre son los únicos enemigos de Dios. Un dios que exige al hombre sacrificarse por él, no es el Dios de Jesús. La gloria de Dios y el bien del hombre, son una misma realidad, mejor dicho son la única realidad.

La teología, la liturgia, todas las normas morales tienen que tener como fin ayudar al hombre a ser él mismo. “El sábado está hecho para el hombre, no el hombre para el sábado”. El defender este principio le costó la vida a Jesús.



PREGUNTAS

Joxe Arregi

No sé muy bien de dónde ni por qué, pero en algún momento de la comida de Año Nuevo salió el tema del Vaticano y de los obispos, de eso que indebidamente se llama "la iglesia". Yo estaba sentado frente a tres de nuestros veinte sobrinos, tan distintos de nosotros y entre sí, todos ellos encantadores: Josu, Mikel y Xabier. Tienen, los tres, entre 18 y 28 años.

Quise provocarles un poco, a ver hasta dónde llegábamos. Y no se me ocurrió otra cosa que lanzarles una pregunta tan extravagante como el último desatino de algún obispo que seguramente estaba en el origen de aquella conversación: "¿Se os ha ocurrido alguna vez ser curas, o frailes, ir al seminario?". El más tímido de los tres sonrió amablemente, el más desenvuelto hizo algún aspaviento, el más divertido soltó una carcajada. "¿Tan disparatado os parece?", insistí. "Pues poned las condiciones que pudieran hacer el oficio de cura algo interesante para vosotros. Tú, por ejemplo, Xabier, si te dejaran seguir y vivir con tu novia, podrías ser un buen cura para los jóvenes de Azpeitia. ¿No?" (Xabier es un chico juicioso, responsable, y muy agradable). Arrugando la frente y levantando las cejas, como suele, respondió con su habitual franqueza: "Puff…, la verdad, no me parece una vida muy divertida".

No era la vocación clerical de mis sobrinos lo que me interesaba, y avancé un poco: "Bueno, pero la religión… ¿no creéis nada de la religión?". Josu, el más joven de los tres, con su carita de bueno, alegre y espabilado como es, se apresuró a responder: "Yo no, nada". Pero, a su lado, Mikel intervino con su característica ponderación y calma: "Depende". "¿Cómo que depende?", le repuse. Mikel parece muy tímido, pero no lo es tanto, y el primer día de este año descubrí lo inteligente y agudo que es, además de muy modesto, y lo muchísimo que sabe de todas las ciencias. "Depende -se explicó- de lo que entiendas por religión". "¡Oh, qué interesante!", dije yo. De modo que 'religión' puede significar más de una cosa… Explícate un poco". Mikel siguió: "Pues, por ejemplo, yo no creo que haya un dios ahí arriba, y que creó el mundo, y todas esas cosas que dicen…".

Ya nos habíamos lanzado y podíamos seguir, como sobre una barquichuela en alta mar, o sin barquichuela. Dije a Mikel: "Seguramente tienes razón, seguramente no existe por ahí un dios como dices, que haya creado el mundo así, de repente y desde fuera. Pero todo lo que existe, existe por algo, ¿no? ¿Y por qué existe este mundo tan maravilloso? ¿Cómo, por qué, por quién?". "Dicen -respondió Mikel- que el universo nació del vacío cuántico. Es una ecuación matemática que se puede explicar". Me dejó aturdido.

"Sí, algo me suena…", repuse. "Pero, bueno, de la nada no puede salir nada, ¿verdad?". Mikel asintió. Y proseguí: "Y ese vacío cuántico no pudo ser una pura nada, ¿verdad?". "No, por supuesto, el vacío no significa que no haya nada", concedió Mikel sin perder su tímida y decidida parsimonia. "En ese vacío habría algo, pero ese algo también sería algún tipo de materia. Todo lo que hay es materia. También en nosotros es así. Todos los átomos de nuestro cuerpo (hidrógeno, carbono, oxígeno, silicio…) se formaron en las reacciones que se dieron dentro de las estrellas. Venimos de ahí. Somos eso. También nuestras neuronas, son eso: materia. Y algún día, observando el cerebro de alguien, seremos capaces de saber lo que está pensando o sintiendo".

"Me parece muy posible - dije yo- Nada es sin eso que llamamos 'materia', aunque no sabemos muy bien qué es la materia. No sabemos ni si está compuesta de partículas o de ondas. Por supuesto, el pensamiento y el sentimiento son gracias a la materia, emergen de ella, pero ¿te parece que la emoción que sientes tú al escuchar una música maravillosa o al ver la sonrisa de tu novia no es más que tus neuronas? De la materia surge la vida, pero ¿la vida no es algo más que los átomos? ¿La belleza no es algo más que su soporte físico? Tus ideas y tus emociones brotan de la materia, de las neuronas, de sus complejas conexiones, pero ¿no son algo más que neuronas físicas?". "Pues sí…", asintió Mikel con aire reflexivo. Yo seguí: "¿Pero qué es, entonces, esa materia de la que puede surgir la forma, la vida, la belleza, el pensamiento, la ternura?". Mikel, primero, calló. Luego encogió los hombros y dijo muy serenamente: "Pues no sé".

Yo tampoco, Mikel. Nadie lo sabe. Pero es maravilloso, ¡a que sí! Tal vez eso tenga que ver con lo que llamamos "Dios". "Dios", tal vez, tenga que ver con ese misterio del ser, con esa matriz o materia, con el Origen eterno o el Todo insondable, y tal vez sea como un océano inmenso que nos alberga o un inmenso corazón que late dentro de cada corazón y de cada átomo. Para mí, la religión es fundamentalmente reconocer el misterio de la realidad con gratitud y respeto, vivir en confianza y respeto, llenarlo todo de bondad y de respeto.

Llegados a ese punto de silencio, me atreví a plantear otra pregunta, una pregunta que a todos nos duele: "Y la muerte… ¿qué será? ¿Qué creéis que pasará después de esta vida?". Josu, que seguía atento, hizo en silencio un movimiento horizontal con sus manos, como diciendo: "Se acabó, todo se acabó". Su rostro no había perdido vivacidad, pero sus ojos reflejaban una pena profunda. Era el primer Año Nuevo que celebrábamos sin ella, la añorada madre, la querida abuela.

Yo, compartiendo su zozobra, pregunté todavía: "¿Nada? ¿Pero existe la nada? ¿Conoces algo que se convierta en nada? La flor que se muere ¿se convierte en nada? La música bella que tú tocas en la banda, cuando dejas de tocarla, ¿se convierte en nada? Tu querida abuela, ahora, ¿es nada?". De nuevo intervino Mikel con toda su calma: "Los que se mueren no se convierten en nada, se transforman en otras cosas, pero dejan de ser lo que eran. Al disolverse el soporte material, se disuelve y desaparece la forma, la persona". A mí tampoco me quedaban ya argumentos, sino solo preguntas, y alguna imagen, frágil como la memoria: "¿Será tan seguro, Mikel, que desaparece del todo la forma, o la persona, o la abuela, cuando se disuelve el soporte material o el cuerpo? Tú eres ingeniero en informática: ¿En qué se convierte una bella canción que acabas de escuchar o la fresca risa de tu novia que acabas de mirar en el ordenador cuando lo apagas? Ahí está en la memoria, en esos circuitos eléctricos que parecen tan fríos. ¿Y si hubiera una inmensa memoria cósmica y cálida como un gran corazón que guarda vivas todas las formas, todas las canciones, todas las risas, a todas las abuelas? Y ¿si Dios fuera esa inmensa memoria, ese inmenso corazón, donde el pasado y el futuro son el mismo presente?".

¿Y si la religión no fuera dar respuestas, sino mantener siempre abiertas todas las preguntas con reverencia, compasión y confianza?



jueves, 26 de enero de 2012

TODOS ESTAMOS HACIÉNDONOS

Fray Marcos

CONTEXTO

Seguimos con el evangelio de Marcos que vamos a leer durante todo este año. Es el primero que se escribió y tiene aún la frescura de los comienzos. Es el más conciso. No tiene grandes discursos de Jesús ni cuenta muchas parábolas. Le interesa sobre todo la vida de Jesús. Su actitud vital para con los pobres y oprimidos es la verdadera salvación. Las curaciones y la expulsión de demonios, entendidos como liberación, son la clave para comprender el verdadero mensaje de salvación de este evangelio.

EXPLICACIÓN

El versículo 15 es un denso resumen de todo el escrito, y nos marca la perspectiva desde la que hay que mirar el resto del evangelio.

“Cuando arrestaron a Juan”. Quiere resaltar el evangelista que Jesús va a continuar la tarea del Bautista, pero a la vez, deja clara la diferencia.

Una vez más tenemos que advertir que los datos cronológicos no tienen importancia en la elaboración de un “evangelio”. En el evangelio de Juan, después de haber narrado las relaciones de Jesús con Juan y el seguimiento de los primeros discípulos, después de contarnos la boda en Caná, la purificación del templo y el encuentro con Nicodemo, nos dice que Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea y bautizaba allí, a la vez que Juan estaba también bautizando en otro lugar. Dice expresamente: esto ocurrió antes de que Juan fuese encarcelado

“Llegó Jesús a Galilea”. Está claro que el evangelista quiere desligar la predicación de Jesús de toda connotación oficial. Lejos de las autoridades religiosas, lejos del templo y de todo lo que significaba ambas cosas. Galilea era tierra fronteriza y en gran parte habitada por gentiles. Esto para un judío era, de entrada, una descalificación.

“Se puso a proclamar la “buena noticia” de parte de Dios”. Había empezado él su evangelio diciendo que se trataba de exponer los orígenes de la “buena noticia de Jesús”. Estos textos son los que dieron origen a la palabra “evangelio”, cuyo género literario se inaugura con el escrito de Marcos. Jesús no espera, como Juan, a que la gente venga a él.

“Se ha cumplido (colmado) el kairos”. En la fiesta de Año Nuevo, hablamos del significado de “Cronos” y “kairos”. Aquí el texto dice ‘kairos’, es decir, se trata del tiempo oportuno para hacer algo definitivo. No es que algún cronos sea especial. Cualquier cronos lo podemos convertir en kairos si nuestra actitud vital es adecuada. El texto nos está recordando que todo los Kairos se han concentrado en el que ahora está presente.

“Está apareciendo el Reino de Dios”. Esta expresión es la clave de toda la predicación de Jesús. Hemos hablado cientos de veces del Reino. No se trata de que Dios reine. Se trata de que Dios se haga presente entre nosotros, gracias a las actitudes de los seres humanos. Jesús hace presente ese Reino, que es Dios, porque sus relaciones con los demás, basadas en el amor y la entrega, hacen surgir en cada instante a Dios. Dios es amor, de modo que está allí donde exista una verdadera empatía y compasión. Ese Reino está ya presente en Jesús que fue capaz de hacer presente a Dios, amando. No es una promesa de futuro, sino una realidad presente que hay que vivir.

“¡Cambiad de mentalidad!” La traducción oficinal, “convertíos”, no expresa bien el sentido del texto, porque nosotros hemos inventado un concepto de conversión que no está en el original griego. Para nosotros convertirse es salir de una situación de pecado. En cambio lo que pide Jesús es una manera nueva de ver la realidad que no tiene por qué partir de una situación depravada. Es más, el cambio se exige como actitud que no debe abandonarse nunca.

“Metanoeite” significa cambia de rumbo, cambia de mentalidad, no significa hacer penitencia, ni torturarse el espíritu por descubrir que hemos mantenido actitudes que nos deterioran como seres humanos. La llamada de los discípulos a continuación les obliga a hacer su personal cambio de rumbo (metanoya): “Dejan la barca y a su padre y le siguieron”.

Aquí debemos hacer todos, un serio examen de conciencia. Cuántas veces hemos descubierto nuestros fallos y nos hemos conformado con ir a confesarlos, incluso cumpliendo una “penitencia”, pero no hemos cambiado el rumbo. ¿De qué puede servir toda esa parafernalia, si continuamos con la misma actitud?

“Tened confianza en la buena noticia”. La traducción oficial del griego “pisteuete” nos puede llevar a engaño. No se trata de creer la noticia, sino de confiar en que es buena noticia para nosotros. Tanto en el AT como en el nuevo, la fe no es el asentimiento a unas verdades, sino la confianza en una persona. Si la buena noticia que Jesús predica, viene de parte de Dios, podemos tener confianza plena en que es buena.

También debemos recordar que, por extraño que parezca, “euangelio” no significa “evangelio”. Nosotros hemos colocado detrás de la palabra evangelio, un concepto muy concreto y preciso. Evangelio = uno de los escritos de las primeras comunidades donde intentan expresar lo que Jesús vivió y predicó. Hemos caído en un monumental fraude. Hemos confundido el estuche con la joya que debía contener. Aquí “euangelio” significa esa estupenda noticia que Jesús descubrió y nos comunicó de parte de Dios.

Con relación a la llamada de dos parejas de hermanos, sólo señalar, que no podemos armonizarla con lo que el domingo pasado nos contaba el evangelio de Juan. Una prueba más de que para ellos lo importante no es cómo y cuándo sucedió, sino el mensaje que ese suceso puede aportarnos.

A la llamada de Jesús que acabamos de comentar, corresponden las primeras respuestas personales, de parte de unos simples pescadores sin preparación alguna, que se fiaron de Jesús.

Es muy significativo que desde el primer instante de su andadura pública, Jesús cuenta con personas que le siguen de cerca y están dispuestas a compartir con él su manera de entender la vida. La comunidad, por muy reducida que sea es clave para poder emprender una vida cristiana. Más tarde nos dirá: “Donde dos o más están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”

APLICACIÓN

El ser humano tiene que ir aprendiendo a base de continuos errores y rectificaciones. Darse cuenta de que hemos emprendi­do un camino equivocado es la única manera de evitarlo e intentar acertar con el verdadero. Cada vez que rechazamos un camino falso, nos estamos acercando al verdadero.

Todos tenemos que convertirnos porque todos estamos haciéndonos. Convertirse es rectificar la dirección de mi existencia para que se acerque cada vez más a la meta. Pecado en el AT era errar en el blanco. Da por supuesto que intentas dar en el blanco, pero te has desviado. Somos flechas disparadas que tienden a desviarse del blanco y que constantemente tienen que estar contrarrestando esas fuerzas que nos distorsionan, para seguir en la verdadera dirección.

Convertirse no es abandonar el mal por el bien, porque el mal y el bien en el ser humano, no se pueden separar nunca del todo. Para el maniqueísmo está todo demasiado claro: son realidades distintas que deben estar separadas. Nunca hemos superado esa tentación. La realidad es muy distinta: ni el bien ni el mal se pueden dar químicamente puros. Siempre que trazamos una línea divisoria entre el bien y el mal, nos estamos equivocando. Lo que llamamos mal no tiene entidad propia, es solo ausencia de bien.

El mal (ausencia de perfección) no es un accidente, sino que pertenece a la misma estructura del hombre. Sin esa limitación, que hace posible el error, pero que también hace posible el crecimiento, no habría persona humana. La hondura del misterio del mal está precisamente ahí. Del mismo mal surge el bien, y el mal acompaña siempre al bien.

Con frecuencia necesitamos la advertencia de alguien que nos saque del error en que estamos. Aún con la mejor voluntad, podemos estar equivocados. Las mayores barbaridades de la historia se hicieron en nombre de Dios por personas buenas. Cruzadas, quema de herejes, caza de brujas, etc. etc. En nombre del bien, ¡cuánto mal!

En nuestro caminar hacia la meta, siempre estaremos necesitados de rectificar la dirección. Constantemente estamos emprendiendo sendas equivocadas que tenemos que abandonar. Tenemos que aprender de los errores. Como seres humanos, no tenemos otra manera de progresar.

Hoy estamos en condiciones de entender que la llamada no viene de fuera, sino de lo hondo de nuestro ser, que anhela la plenitud a la que está llamado. La conversión no puede ser un hecho aislado, sino una actitud consecuencia de un descubrimiento en la persona de Jesús, de lo que significa ser hombre en plenitud.

Ni el estar bautizado, ni ser creyente, ni ser practicante, es suficiente. La conversión es entrar en un proceso que debe durar toda la vida.

Sin un cambio en la estructura interior de la persona, nunca se producirá el cambio en la sociedad que todos esperamos.




miércoles, 25 de enero de 2012

EUROPA TIRA A LA BASURA CADA AÑO LA MITAD DE LA COMIDA QUE COMPRA

Cada año en Europa se tira a la basura la mitad de los alimentos que se compran, mientras que en la UE viven 79 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza y 16 millones dependen de la caridad. El Parlamento Europeo ha aprobado un informe en el que exige medidas urgentes para reducir el desperdicio de comida a la mitad para 2025. Los diputados proponen, por ejemplo, diversificar el tamaño de los envases e introducir una asignatura sobre alimentación en los programas escolares.

Según datos de la Comisión Europea, la generación anual de residuos alimentarios en los 27 Estados miembros asciende a 89 millones de toneladas, es decir, 179 kilos por habitante. Los residuos alimentarios alcanzarán en 2020 los 126 millones de toneladas (un aumento del 40%) a no ser que se tomen medidas preventivas.

Los eurodiputados manifiestan su preocupación por el hecho de que todos los días se tire una cantidad considerable de alimentos en perfecto estado. Por ello, piden a la Comisión que tome medidas prácticas para reducir a la mitad el desperdicio de alimentos de aquí a 2025. El informe también sugiere establecer objetivos específicos para los Estados miembros de prevención de los residuos alimentarios.

Los diputados opinan que todos los países de la UE deberían permitir que los comerciantes reduzcan el precio de los alimentos frescos por debajo del coste de producción cuando estén próximos a la fecha límite para la venta, con el fin de reducir la cantidad de alimentos no vendidos que se tiran.

Tamaño de los envases

La optimización de los envases puede desempeñar un papel importante en la reducción del despilfarro de alimentos. Los diputados respaldan la diversificación del tamaño de los envases para ayudar a los consumidores a adquirir cantidades adecuadas. En este sentido, la industria agroalimentaria debe analizar las ventajas de ofrecer más productos a granel y de tener más en cuenta los hogares unipersonales.

Educación sobre alimentos

Los diputados proponen introducir cursos de educación sobre alimentos en todos los niveles de enseñanza, incluida la secundaria.

La Eurocámara también pide al Consejo y a la Comisión que proclamen 2014 Año Europeo contra el Desperdicio de Alimentos, "lo que sería un importante instrumento de información y promoción para sensibilizar a los ciudadanos europeos y llamar la atención de los Gobiernos nacionales sobre este importante tema".

Pobreza y desnutrición

En la UE viven 79 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza. Además, 925 millones de personas en el mundo corren riesgo de desnutrición. El informe pide reorientar los programas de distribución de alimentos entre las personas más desfavorecidas de la UE, de suministro de leche a escolares y de fomento del consumo de fruta en la escuela, con el objetivo de evitar el desperdicio de alimentos.

Por otra parte, los diputados aplauden las iniciativas ya adoptadas en varios Estados miembros para recuperar, a escala local, los productos no vendidos y redistribuirlos a los ciudadanos más necesitados. En esta misma línea, solicita a la Comisión que se dé prioridad en la adjudicación de contratos públicos a las empresas que distribuyan gratuitamente los productos no vendidos entre los ciudadanos pobres.

Fechas de caducidad y consumo preferente

El 18% de los consumidores europeos no comprenden la frase "consúmase preferentemente antes del". El informe exhorta a la Comisión y a los Estados miembros a que aclare el sentido de las indicaciones de fechas en las etiquetas de los alimentos ("consúmase preferentemente antes del", "fecha límite" y "fecha de caducidad") con objeto de "reducir la incertidumbre sobre la comestibilidad de los alimentos y de facilitar al público información precisa".

Los diputados consideran que el etiquetado con doble fecha (fecha límite para la venta y fecha límite de consumo) también puede ayudar a reducir el desperdicio de comida.

Cifras y estadísticas

- Despilfarro de alimentos en la UE 27: 89 millones de toneladas al año (179 kilos per capita)

- Derroche previsto para 2020 (si no se toman medidas): 126 millones de toneladas (un incremento del 40%)

- Responsabilidad del despilfarro:

* particulares: 42% (el 60% se puede evitar)
* industria: 39%
* distribución: 5%
* restauración: 14%

(Fuente: Comisión Europea)



martes, 24 de enero de 2012

REACCIÓN DE INTERMON OXFAM AL ANUNCIO DEL PRESIDENTE DE GOBIERNO DE APOYO A UNA TASA A LAS TRASACCIONES FINANCIERAS

Marisa Kohan, Intermón Oxfam

España debe continuar en el vagón de cabeza que impulsa la implantación de una tasa a las transacciones financieras tasa en la UE y a nivel global

Intermón Oxfam considera coherente y responsable que el nuevo Gobierno de España respalde una Tasa a las Transacciones Financieras (TTF) tal como anunció ayer Mariano Rajoy durante la visita del presidente francés. España debe continuar en el vagón de cabeza que impulsa la implantación de esta tasa en la UE y a nivel global, especialmente después de los recortes de las últimas semanas, que han dejado sin la financiación necesaria a las políticas sociales y de desarrollo. Es esencial que el sector financiero, en el origen de los desequilibrios del sistema económico, soporte también el esfuerzo y contribuya a la recuperación.

Sin embargo, a la organización le sorprende que el Presidente Rajoy no haya definido si España se sumará a la iniciativa de Sarkozy de llevarla a la práctica inmediatamente si no se alcanza el acuerdo definitivo a nivel de la UE próximo 30 de enero.

“Las dos cuestiones clave que Rajoy ha dejado sin responder son: si el Gobierno se va a escudar en un futuro acuerdo global para no actuar ahora; y si los abundantes recursos que se pueden conseguir con la implantación de esta tasa se van a destinar a la lucha contra la desigualdad y la pobreza, con el fin de beneficiar a quienes más sufren las consecuencias de la crisis económica en casa y en los países en desarrollo”, afirma Ariane Arpa, directora general de Intermón Oxfam.

Es importante recordar que el documento final de la pasada cumbre del G20 en Francia ya recogía la necesidad de ligar esta tasa al compromiso de uso para políticas sociales y que nuestro país fue uno de los mayores impulsores de esta medida junto con Francia y Alemania.

Una tasa Robin Hood (tal como la hemos bautizado cientos de organizaciones de todo el mundo que nos hemos movilizado a favor de su aplicación) de tan sólo un 0,05% en las transacciones financieras internacionales, podría recaudar unos 300.000 millones de euros adicionales para luchar contra la pobreza y las consecuencias del cambio climático.

viernes, 20 de enero de 2012

EL GRAN MIEDO

Javier Malagón

En 1789, a causa de la carestía de alimentos y de la injusticia reinante, tuvo lugar en Francia un fenómeno social, sobre todo campesino, al que los historiadores denominaron El Gran Miedo y que, entre otros efectos, contribuyó a la caída del feudalismo.

Me pregunto si a la época actual no se la debería llamar de forma parecida.

Porque vivimos con miedo a no poder pagar las hipotecas y a que los bancos se queden con nuestra casa; miedo a perder el puesto de trabajo y no volver a encontrarlo; miedo caer en la indigencia; miedo a que nuestros hijos no encuentren empleo y se tengan que marchar del país; miedo a la competencia, a que otros nos tomen la delantera y perdamos oportunidades; miedo a que los bancos no nos concedan créditos; miedo a nos expulsen del euro; miedo a Hacienda, al cáncer, al SIDA, a engordar, a envejecer, al fracaso, al qué dirán; miedo a perder posición social y poder adquisitivo; miedo a tener una pensión escasa o no tenerla; miedo a dejar a los niños jugar solos en la calle; miedo a los inmigrantes, al Islam, al terrorismo; miedo a los accidentes de tráfico, al alcohol, a las drogas; miedo al cambio climático, a los desastres naturales…; y, espero equivocarme, si se desencadena la guerra con Irán pronto volverá -y no sin razón- el miedo al holocausto nuclear.

Se trata de un miedo estructural. Este tipo de miedo no es fruto de un acontecimiento brutal que llega de forma inesperada, sino de una lluvia fina de informaciones que nos cae encima desde que nacemos, que nos empapa casi sin que nos demos cuenta y que nos cala hasta los genes; un miedo que se nos transmite a lo largo de la vida a través de los medios de comunicación y que se replica y redistribuye a través de la familia, la escuela, los amigos, la vecindad, los compañeros de trabajo….

Es un miedo que consumimos a menudo como entretenimiento y por el que, incluso, pagamos. Es un miedo sin el que, muchas veces, no sabemos vivir o nos sentimos incómodos (porque tener miedo facilita delegar en otros, en los fuertes, en los seguros de sí mismos, en los que saben… la posibilidad de salvación).

¿Es el miedo un factor psicológico consustancial al modelo económico capitalista, especialmente en la época de la globalización neoliberal? Creo que la respuesta es afirmativa y que es, en esencia, el miedo a no poder apropiarnos para nuestro beneficio de los bienes escasos de los que, supuestamente, depende la felicidad y por los que hay que pagar a quienes son sus propietarios.

Los movimientos especulativos del Capital financiero no son solo producto de sujetos y organizaciones sin escrúpulos -que también-, sino consecuencia de una lógica competitiva según la cual lo que no ganes para ti, lo hará otro para él y tu te convertirás en un perdedor porque el otro se quedará con todo o con la mayor parte.

Dicen algunos sociólogos que en España no se levantan barricadas en las calles porque la economía sumergida y la familia constituyen un importante colchón que amortigua los efectos del desempleo. Sin embargo, me pregunto si no será el miedo también un factor explicativo de esta parálisis. No es para menos, nuestra historia es rica en quiebras de la convivencia social que dejaron muchos muertos en las cunetas.

De hecho, el mensaje que estamos recibiendo es muy claro: si oponemos resistencia, si nos aceptamos las reformas que los mercados financieros nos exigen, todo será peor y cuanto peor, más duras e impopulares tendrán que ser las medidas.

Por tanto, debemos confiar en nuestros gobernantes, que son los que saben lo que hay que hacer, aunque se resistan a decírnoslo hasta el último momento, para evitar que no les votemos o que nuestras reacciones les impidan hacerlo con mayor comodidad.

¿Somos realmente conscientes de la violencia que encierra el mensaje que nos están transmitiendo?

Por eso la gestión del miedo es una competencia que los sujetos y los grupos sociales debemos aprender para salir adelante de forma cooperativa y fortalecer la democracia. He aquí una gran tarea para lo que podríamos denominar “coaching social”. Quienes no lo consigan tendrán muchas menos oportunidades y serán más vulnerables. Hay que gestionar el miedo para recuperar la confianza en nuestras capacidades y aprender a decir no a lo que no queremos que nos impongan; y sí al tipo de sociedad que queremos, pero que sólo nacerá del esfuerzo que hagamos cada día por construirla.

Gestionar el miedo no es dejar de sentirlo, sino aprender a regularlo, a obtener de él información útil y a evitar sus peores efectos, los efectos “in”: incapacidad para hacer frente a los problemas, indolencia hacia el sufrimiento ajeno, indefensión frente a los abusos e injusticiaejercida sobre los más débiles.

Y un añadido más: gestionar el miedo implica aprender a no sentirse culpable por tenerlo, porque no es un defecto ni un déficit personal, sino una reacción inducida de forma continua y sistemática por la cultura dominante y sus instrumentos de difusión; porque el miedo mueve el dinero, nos proporciona medios de vida a casi todos, aunque sólo a algunos les permite acumular pingües beneficios.

La Sociedad de Consumo te ofrece la posibilidad de olvidarte por un momento de tus miedos comprando viajes, ropa, coches, marcas, estilos de vida… Si esto parece exagerado, recomiendo observar el contraste entre la felicidad negada que nos ofrecen los telediarios y lafelicidad afirmada que nos ofrece la publicidad y sus derivados: el mundo de la moda, de los famosos, de las estrellas…

Sin embargo, para la mayoría de la gente la felicidad a la que se accede a través de la Sociedad de Consumo es una felicidad volátil, poco duradera. El resultado es un comportamiento social ansiógeno, una neurosis colectiva para la que cualquier cosa es insuficiente, porque todo cae en un saco sin fondo y el miedo vuelve a surgir una y otra vez.

¿Vivir atemorizados es condición necesaria “para recuperar la senda del crecimiento”? Pues habrá que pensar hasta qué punto nos compensa.



jueves, 19 de enero de 2012

EL AÑO DE LA FE

Jose Arregi

Quiero saludar desde mi fe este año 2012 de nuestro calendario solar gregoriano, pero ponga cada uno la cifra que corresponda en su propio calendario, sea lunar o solilunar, judío o musulmán, chino o hindú, inca o maya. Y haya empezado ya o esté aún por empezar, que nunca se sabe.

Este año, la ONU lo ha declarado Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos y también Año Internacional del Cooperativismo. ¡Ojalá sea ambas cosas, que son la misma! Y no pase en este 2012 lo que en 2011, que fue declarado por la misma ONU Año Internacional de los Bosques, pero siguieron cayendo los bosques y siguió faltándonos el aire, y acabó el año con una ley propuesta por el Gobierno brasileño que, en caso de aprobarse, hará que se reduzca más aún la selva del Amazonas, pulmón principal de la tierra y de la vida que respira. Todos los vivientes respiran el mismo oxígeno, les mueve la misma energía, forman juntos el mismo cuerpo vivo y cooperante. El planeta entero es, sin saberlo, un organismo viviente en cooperación. Nosotros, los humanos, que nos gloriamos de saberlo, somos en este momento la gran amenaza de ese cuerpo viviente y único. ¿Seremos precisamente nosotros quienes rompamos ese misterioso tejido cooperativo de la vida? Traicionaríamos a nuestra conciencia y a toda la Tierra.

Mi fe dice: "Traicionaríamos a Dios". Sí, sé que abuso de esta palabra sagrada: "Dios", que tanto utilizamos en vano, que tan en vano utilizamos. Pero es mi manera de decir el Misterio supremo y más íntimo. Es mi fe. ¿Qué es la fe? Es mirar la Realidad como bella, agradecerla como buena, compadecerla como sufriente, escucharla como llamada, confesarla como promesa, acogerla como gracia. Traicionando la vida, traicionamos a Dios, pues "Dios" es esa chispa, ese calor, esa pasión, ese espíritu, esa voluntad que habita en todo, también en aquello que llamamos materia inerte. "Dios" es la llama que late en el color y el sonido, la melodía y la danza. "Dios" es la energía que sostiene y anima todo: el átomo y el árbol, la palabra y la mirada. "Dios" es el corazón de cuanto es, hecho de cooperación y cuidado, de respeto y libertad. "Dios" es la fe del creyente. "Dios" es también su empeño, incluso su lucha. El empeño del creyente brota del consuelo, su lucha emana de la paz.

El papa Benedicto XVI ha anunciado justamente que este año, allá por octubre, se abrirá en la Iglesia el "Año de la fe". Me gusta este nombre: "Año Internacional de la Fe". Sí, pero que sea una fe que abra, no una fe que cierre. Que sea para abrir fronteras y puertas, para abrir los corazones a la confianza que transforma, para sostener juntos la energía de la vida, para cooperar en la lucha de la paz verdadera. Todo depende, una vez más, de lo que el papa entienda cuando dice "fe". Visto lo visto, y leída su declaración, me temo que quiera abrir el Año de la Fe para seguir cerrando puertas y erigiendo fronteras. Ya no sería el año de la fe. ¡Qué pena!

La cosa es que, en el Motu Propio en que anuncia el Año de la Fe, Benedicto XVI afirma, entre otras cosas, que quiere "dar un renovado impulso a la misión de la Iglesia de conducir a los hombres fuera del desierto en el que se encuentran con frecuencia". Es decir, el desierto son los otros. En el desierto vagan sedientos todos los que no están en la Iglesia, incluidos los católicos que no se someten a la jerarquía vaticana, y han de ser tomados paternalmente de la mano y reconducidos al único redil donde hay vida y verdad. Como si la Iglesia no caminara en el desierto con todos los demás. Como si ella no necesitara dejarse tomar de la mano por los "otros" y dejarse reconducir humildemente a las aguas que no le pertenecen. Como si ella, la Iglesia, y de modo particular la jerarquía, no fuera responsable del inmenso desierto, sin bosques verdes ni aguas frescas, que se extiende dentro y fuera de ella. Como si su primera misión no fuera dejarse evangelizar por los hombres y las mujeres de hoy y buscar junto con ellos verdor y frescura, espíritu de vida, Energía sostenible para todos.

Esa es la visión, bastante maniquea, del mundo y de la Iglesia que tiene este papa desde mucho antes de ser papa. En su homilía del pasado día 6, fiesta de la Epifanía, fiesta de la luz universal, volvió a la carga. "El mundo -dijo-, con todos sus recursos, no es capaz de dar a la humanidad la luz para orientar sus caminos. Lo comprobamos también en nuestros días: la civilización occidental parece haber perdido la orientación, navega sin rumbo. Pero la Iglesia, gracias a la Palabra de Dios, ve a través de estas nieblas". Está claro: fuera de la Iglesia reinan las tinieblas. Los mayores males del mundo son la increencia, el relativismo y el pluralismo religioso. Por eso el mundo naufraga, va a la deriva. Y solo la Iglesia, es decir, solo aquellos que creen lo que enseña la jerarquía -al fin y al cabo el papa-, conoce la luz y el rumbo seguro.

Eso no sería celebrar el Año de la Fe como Jesús lo haría. Una vez, en Nazaret, su pueblo, dijo en la Sinagoga: "He sido enviado a anunciar una buena noticia, a curar enfermos y liberar prisioneros. Queda abierto el Año de la gracia". ¿Qué otra cosa sino eso puede ser el Año de la Fe para quienes se reclaman de Jesús de Nazaret? La fe de Jesús no era creer en dogmas, que todavía no había. La fe de Jesús no era someterse a una jerarquía, que no solamente no existía aún, sino que él dijo alto y claro que nunca debía existir. La fe de Jesús era un sentimiento vital profundo de que Dios es eterna Ternura en acción, que la Gracia es la Realidad primera de todo cuanto es, que en todo momento somos amados tal como somos, que siempre puede haber consuelo y curación, y que nosotros, en Dios, podemos hacer que todo ese mundo nuevo sea ya en este mundo. Él lo hizo.

Eso mismo sería hoy el Año de la Fe que Jesús proclamaría: la fe inquebrantable de Dios en el mundo, y nuestra fe en nosotros mismos y nuestro futuro común, por quebradiza que sea. La Buena Noticia de que nada es fatídico: ni que los Derechos Humanos sean sustituidos por los derechos del mercado, ni que Europa sucumba a los dictados de la especulación, ni que los Bancos nombren a los ministros de economía y sigan prestando a los Estados al 6% el dinero que reciben de los Estados al 1%, ni que aumenten los pobres cuando crece la economía, ni que 30 millones de personas mueran de hambre al año mientras cada día se invierten 4.000 millones de dólares en armas y gastos militares, ni que mueran los bosques, ni que 20 toneladas de peces aparezcan muertos cualquier día como el pasado 3 de enero en una playa de Noruega o que miles de pájaros perezcan como perecieron en Arkansas (EEUU) el mismo día. La Buena Noticia de que podemos construir granito a granito una auténtica democracia basada en la justicia fraterna y universal, desde la plaza de Tahrir hasta la Plaza del Sol y Wall Street.

Ese sería el Año de la fe de Jesús: el Año de la Gracia en acción.


 

TELÉMACO

Julián Mellado

No nos damos cuenta lo que le debemos a nuestros antepasados en la fe, y damos por sentado muchas cosas sin ser conscientes de cómo se consiguieron las libertades que disfrutamos. Los cristianos deberíamos ser sensibles a ese pasado ya que afirmamos que nuestra fe se originó hace 2000 años y se ha mantenido a lo largo de los siglos.

Es verdad que en ese largo camino ha habido episodios de mucha oscuridad, de locura humana, de negación de lo más auténtico del mensaje cristiano. Conocemos de sobra todas esas cosas. Pero a lo largo de los siglos no solo hubo oscuridad, también hubo luz, que sigue alumbrando hoy a la humanidad.

Porque cuando esa luz está relacionada directamente con la persona de Jesucristo, tiene esa capacidad de atravesar los tiempos, y resplandecer en nuestro medio. Y siempre es una luz encarnada, hecha realidad a través de un hombre o una mujer, no una mera especulación metafísica.

En esta ocasión quisiera que recordásemos a un hombre, un cristiano, un monje, que encarnó esa verdad, que hizo presente a Cristo en medio de unas circunstancias terribles, en un tiempo en que los cristianos participaban de una locura universal: el disfrute de ver cómo un ser humano es aniquilado por otro. Pero veamos el contexto histórico y quién era ese cristiano que alumbró el mundo, y que en cambio, casi nadie conoce.

Nos encontramos en el siglo V. Oficialmente el Imperio Romano es cristiano. En realidad, el cristianismo se había convertido en un consenso social, en una religión de Estado. Se nacía cristiano por el hecho de ser aceptado en la Iglesia por medio del bautismo. El gran problema fue que muchas personas bautizadas como cristianos, mantenían sus costumbres paganas, que venían de antiguas tradiciones. Una de esas costumbres que se habían mantenido, era el combate de gladiadores. Las multitudes asistían con entusiasmo a ese espectáculo degradante. Se suponía que por ese tiempo, esos espectadores eran cristianos.

Un día, en medio de uno de esos combates, apareció una persona. Un monje llamado Telémaco. El también asistió al espectáculo, pero con otra intención. Quería detenerlo. Durante uno de los enfrentamientos entre dos gladiadores, Telémaco saltó a la arena del circo romano. Quiso impedir tal violencia entre seres humanos en el nombre de Cristo. La multitud enfurecida lo mató ahí mismo.

Pero aquel hecho significó un cambio en la sociedad. A partir de ese acontecimiento y en respuesta a la acción de Telémaco, el emperador Honorio prohibió los combates de gladiadores. Este monje reivindicó la dignidad humana en nombre del Evangelio, y mostró la falsedad de una religión oficial que sabe cómo sedar las conciencias.

 Quizás miremos estas cosas con la sonrisa complaciente de sabernos lejos de esos tiempos. Que estas barbaries no son nuestra realidad, que los hombres de hoy no participaríamos de esos espectáculos, que no aprobamos la humillación o la destrucción de nadie. Hasta somos conscientes que en nuestra sociedad hay violencias que todos desaprobamos y condenamos. No nos deleitamos en ello.

Y es cierto. Creo que hay cosas que hemos avanzado, es verdad. Pero no deja de ser curioso que los programas de televisión con más audiencia sean aquellos donde unos famosos, u otros en vía de serlo, se enfrentan con una violencia verbal impresionante. Se trata de vencer al contrario, de humillarlo, en medio de gritos e insultos. Eso sí, previo pago. Y todo esto para el deleite de los tele-espectadores que seguirán el desarrollo de estos "combates" durante muchas semanas. El efecto es el mismo: la sedación de nuestras consciencias.

Podríamos poner más ejemplos, desde esos héroes del cine, que lo son por su violencia, hasta el "morbo" que produce ver la humillación de personas en diferentes situaciones recogidas por los medios.

¿Necesitamos hoy un Telémaco? ¿Alguien que en nombre de la dignidad humana se oponga a esa despersonalización? Alguien que en Nombre del Evangelio despierte las conciencias?

Si somos aquellos que han decidido seguir a Jesús de Nazaret, entonces debemos encarnar como él, la compasión, la dignidad y la justicia. Y así mismo, debemos denunciar la crueldad, la violencia (de todo tipo), todo lo que mata o despersonaliza. En el fondo, lo que hizo Telémaco fue manifestar en qué consiste El Reino de Dios. ¿Lo haremos nosotros?














martes, 17 de enero de 2012

DILEMA

Manuel Vicent, en 'El País'

Debajo de esta Europa dividida en dos por la religión, una protestante y otra católica, hay una división más profunda que atañe a la actitud moral con que los habitantes del norte y del sur se enfrentan a la vida. 

Puede que en Estocolmo o en Hamburgo a las tres de la tarde en invierno, cuando ya se halla oscura la calle, muchos obreros y ejecutivos piensen que a esa hora, mientras ellos trabajan de forma absolutamente rentable para su empresa, la gente morena y manirrota del sur esté tocando la guitarra con palmas de alegría ante una ración de gambas bajo la dulzura de un sol de 25 grados, cuya fiesta sospechan que se pagará a su costa con la moneda única. 

Por otro lado puede que en contrapartida muy pocos habitantes de la orilla del Mediterráneo estén dispuestos a renunciar al placer de vivir al día en medio de un caos creativo para cambiarlo por el orden, la eficacia y racionalidad en el trabajo de los países bálticos. Se está tan poco rato en este planeta que basta con el sonido de una tarantela durante una larga y placentera sobremesa con amigos a la sombra de una parra para justificar toda la existencia. 

Esta moral filosófica del sur ante la vida, el hecho de que aquí la razón exija ir en busca del placer a como dé lugar, no es compatible con la idea de que a este mundo se ha venido a trabajar y a ser responsable. La moral calvinista es una forma muy dura de salvación frente a la laxitud con que en el confesonario católico se perdonan todos los pecados, incluso los más execrables. 

Recibida la absolución el pecador puede irse al bar a tomar un par de cañas como si no hubiera pasado nada; en cambio el protestante boreal se adentra cada noche en la oscuridad con la culpa pegada a la nuca como una niebla por no haber sido recto y eficiente del todo durante el día. Bajo la creencia de que el éxito económico era una prueba de la gracia divina los calvinistas fundaron su dicha en el ahorro y en la contabilidad. 

Ellos desarrollaron un capitalismo muy recio, mientras los católicos contemplaban el paso de unas nubes cargadas de oro por la veleta del campanario. De hecho el dilema que divide a los países del norte y del sur en Europa hoy todavía es el mismo que se plantea en cualquier atraco a mano armada: elegir entre la bolsa o la vida.



lunes, 16 de enero de 2012

LOS GRIEGOS QUE ABANDONAN A SUS HIJOS POR LA CRISIS

Chloe Hadjimatheou, BBC, Atenas

Desesperadas por la crisis, muchas familias han optado por dejar atrás lo más preciado que tienen: sus hijos.

"Hoy no vendré a buscar a Ana porque ya no puedo mantenerla", decía el mensaje. "Por favor, hazte cargo de ella. Lo siento. Su madre".

En los últimos dos meses, el Padre Antonios, un cura joven ortodoxo que dirige un centro para jóvenes sin recursos, encontró cuatro niños abandonados a las puertas de su institución. Uno de ellos era un bebé de apenas pocos días.

Otra organización de caridad recibió la visita de una pareja, cuyos gemelos fueron internados en un hospital por malnutrición. La madre sufría desnutrición y por ende no estaba en condiciones de amamantarlos.

Cambios

Casos como estos han causado conmoción en un país donde los lazos familiares son importantes y donde no poder cuidar de los hijos es socialmente inaceptable.

Muchos griegos no pueden creer que estas historias "del tercer mundo" estén ocurriendo en su propio país.

Uno de los menores a cargo del Padre Antonios es Natasha, una niña de dos años que su madre trajo al centro hace dos semanas.

La mujer estaba desempleada, no tenía donde vivir y necesitaba ayuda. Pero antes de que el personal la pudiese ayudar desapareció, abandonando a su hija.

"Durante el último año hemos visto cientos de casos de padres que quieren dejarnos a sus hijos, ellos saben que pueden confiar en nosotros", dice el Padre Antonios.

"Dicen que no tienen dinero, hogar o comida para sus hijos, por eso esperan que nosotros podamos brindarles lo que necesitan".

Antes de la crisis también se registraban pedidos similares, pero el Padre Antonios nunca fue testigo de lo que está sucediendo ahora: padres que sencillamente abandonan a sus hijos.
Separación temporal

Una mujer a la que la pobreza obligó a separarse de su niña es María, una madre soltera que perdió su trabajo y estuvo desempleada durante más de un año.

"Lloraba todas las noches, ¿pero qué podía hacer? Me partió el corazón, pero no tenía otra opción", dice.

María se pasaba el día buscando empleo. Muchas veces regresaba ya entrada la noche y eso significaba que su hija de ocho años, Anastasia, pasaba todo el día sola.

Las dos se alimentaban de la comida que les daba la iglesia. María perdió 25 kilos.

Al final, decidió entregar a Anastasia a una organización de caridad.

"Yo puedo aguantar, pero ella no tiene por qué hacerlo", dice.

María ahora trabaja en un café, gana sólo US$25 al día. A Anastasia la ve una vez al mes, pero espera llevársela consigo cuando mejore su situación económica.

Stergios Sifnyos, uno de los directores de SOS Children's Villages, la organización de ayuda que recibió a Anastasia, comenta que no está acostumbrado a recibir niños que las familias entregan por motivos económicos.

"La relación entre María y Anastasia es muy fuerte. Uno podría decir que no hay una razón por la que Anastasia deba estar lejos de su madre. Pero es muy difícil para la madre llevársela, cuando no sabe si va a tener trabajo en los próximos días", dice Sifnyos.
Acto de violencia

En el pasado SOS Children's Villages recibía niños porque sus familias no podían cuidarlos por problemas de drogas y alcoholismo. Hoy, el motivo es la pobreza.

Smile of a Child, otra ONG, también solía recibir niños víctimas de abusos y negligencia. Ahora, el foco está puesto en los destituidos de Atenas.

Stefanos Alevizos, psicólogo de la organización, dice que cuando un padre entrega a su hijo, éste siente que se le derrumban todas sus estructuras.

"Viven la separación como un acto de violencia, porque no pueden entender las razones por las que los abandonan", explica el experto.

Pero para Sofia Koui, de Smile of a Child, la tragedia radica en que aquellos padres que entregan a sus niños son, a veces, quienes más quieren a sus hijos.

"Es muy triste ver cómo sufren, pero saben que es lo mejor, al menos en este momento", añade.

El Padre Antonios no coincide con Koui.

"Estas familias serán juzgadas por abandonar a sus hijos", sentencia.

"Nosotros podemos brindarles alimentos y un techo, pero la verdad es que lo que más necesitan los niños es sentir el amor de su padres".

Los nombres de los niños fueron cambiados para proteger sus identidades.



domingo, 15 de enero de 2012

QUITÓ LA SED A MEDIO MILLÓN DE AFRICANOS

Ryan nació en Canadá en mayo del 91, es decir que a día de hoy tiene 18 años De pequeño, en la escuela, cuando tenía tan solo seis añitos su maestra les habló de cómo vivían los niños en África.

Se conmovió profundamente al saber que algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua, pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del grifo durante horas…

Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.

Cuando llegó a su casa fue directo a su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería… y lo hizo.

Contagiados por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para pedir su pozo.

En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.

Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.

Así Ryan conoció a Akana; un chico que había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.

A día de hoy Ryan –con 18 años- tiene su propia fundación y lleva logrados más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado en acabar con la sed en África.



jueves, 12 de enero de 2012

HOMOSEXUALIDAD, ABORTO, LIBERALISMO

José María Castillo

Con frecuencia me pregunto por qué los contenidos de estas tres palabras se asocian en la ideología y la mentalidad de no pocas personas. Por lo general, se trata de personas vinculadas a grupos religiosos y políticos relacionados con la extrema derecha. Lo que acrecienta mi curiosidad en este asunto. Porque, durante tiempo, me he preguntado qué tienen que ver, entre sí, tres ámbitos de la realidad que, a primera vista al menos, no tienen nada que ver entre ellos: el sexo, la defensa de la vida y las relaciones económicas y laborales. ¿Por qué estas tres cosas interesan tan vivamente y por igual a personalidades tan diferentes como pueden ser un cardenal de la Iglesia católica y un senador republicano que aspira a ser candidato en las próximas presidenciales de Estados Unidos? Porque exactamente esto es lo que ha ocurrido, con sus lógicas variantes, lo mismo en la misa que se celebró en la Plaza de Colón de Madrid, hace unos días, que en el arranque de la carrera presidencial republicana en Iowa (EE.UU.). Es verdad que el cardenal Rouco Varela, en la reciente eucaristía de la familia, no habló del liberalismo económico. Pero es bien sabido que, pocos días antes de la mencionada eucaristía, a la vista del triunfo electoral del PP, el cardenal exhortó a los católicos a ser fieles cumplidores de las decisiones del nuevo Gobierno. En definitiva, un mensaje que viene a coincidir en los tres términos indicados: serias reservas ante la homosexualidad y ante la vigente ley del aborto, al tiempo que se asumen gustosamente opciones políticas que favorecen el liberalismo económico. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué extraño parentesco puede existir entre las restricciones a la homosexualidad y al aborto y la exhortaciones para aceptar decisiones que son claramente liberales o neo-liberales?

La respuesta es DIOS. Sí, es el Dios de la “pureza”, que sólo permite el placer sexual para procrear; el Dios de la “vida”, que no tolera la muerte de los embriones y los fetos; y el Dios de los “mercados”, que protege y potencia los negocios de las bolsas y las finanzas. En ese Dios, al que sólo pueden ser fieles quienes rechazan el placer sexual que no puede engendrar hijos, quienes condenan las agresiones a la vida antes del nacimiento, y quienes defienden la mayor libertad posible en las relaciones laborales y en los negocios financieros, ése es el Dios que une, en un mismo proyecto a los republicanos de Iowa, a los miembros del Tea Party, a los severos moralistas que aconsejan al cardenal de Madrid y a los políticos de la derecha pura y dura.
Yo no creo, ni puedo creer, en semejante Dios. Y conste que yo estoy en contra del aborto. Pero estoy también en contra de la pena de muerte. Y en contra de los negocios turbios que son responsables de que cada día mueran más de 30.000 niños a causa del hambre. Y en contra de las guerras “justas”. Y en contra de los dictadores que matan al que les estorba. Y en contra de la carrera de armamentos. Y en contra de todo lo que es agente de sufrimiento y muerte. Por eso me pregunto: los que tanto creen en el Dios de la “vida”, ¿por qué demonios limitan sus discursos y diatribas al aborto y la eutanasia? ¿No les parece a Vds que eso da que pensar?
Yo no creo tampoco en el Dios de la “pureza”, que limita el placer sexual a aquellas formas y condiciones en que ese placer puede producir hijos, es decir, puede perpetuar la especie. Porque eso equivale a reducir la sexualidad a mera genitalidad y, en definitiva, a mera animalidad. Eso es lo que hacen los animales: aparearse para tener hijos. ¿Estamos realmente seguros de que eso es lo propio y específico del amor humano? Lo característico del amor, en las grandes tradiciones religiosas de la humanidad, es unir a las personas. Así lo entendieron los judíos, los griegos y los romanos. Y es importante saber que los cristianos, por lo menos hasta el siglo VII, no tuvieron ninguna forma propia de “matrimonio cristiano”. Hasta el s. VIII, con seguridad, el común de los cristianos se casó como se casaba todo el mundo en el Imperio y según el derecho romano.
Yo no creo, ni me cabe en la cabeza, el Dios de los “mercados”. Sencillamente porque ése no es el Dios del Evangelio. Jesús dijo que no se puede creer en el dinero y en Dios. Jesús dijo incluso que “no podéis servir a Dios y al dinero” (Mt 6, 24). ¿Y qué son los mercados sino un servicio incondicional al dinero, hasta trastornar a los servidores de ese negocio canalla (recomiendo ver el film “Inside Job”), destrozando la vida de millones de seres humanos, como lo estamos palpando ahora mismo en la macabra situación en que nos vemos metidos?
Yo me pregunto por qué no hablan de estas cosas los que a todas horas no paran de sacar a colación la maldad del aborto y la homosexualidad, al tiempo que ensalzan sin pudor las excelencias de los mercados.



martes, 10 de enero de 2012

EL AÑO QUE PASA

Joxe Arregi

No hay seguramente nada –aparte del Misterio que es en todo lo que es– más difícil de entender que el tiempo. Nuestros ojos captan tres dimensiones (largura, anchura, profundidad) en una foto cualquiera, por plana que sea, ¡y ya es admirable ver tres dimensiones en dos! Pero ¿quién puede captar la cuarta dimensión, la del tiempo en el espacio? ¿Quién es capaz de dibujarlo, por artista que sea?

Siempre hemos sabido, mucho antes de Einstein, que, para un encarcelado, una hora de espera del vis à vis con su pareja es más larga que una hora de disfrute con ella, por mucho que ambas horas sean iguales en el reloj del funcionario. Ninguna fórmula matemática podría explicarnos por qué son tan diferentes las dos horas.

Últimamente, los físicos del mundo entero están expectantes por saber si, efectivamente, los neutrinos corren más que la luz, pues si fuera así se vendrían abajo todas las medidas del tiempo y del espacio, y también la teoría de Einstein; sería como decir que uno corre más que su propia sombra, o como imaginar (pero imagínelo quien pueda) que, corriendo más que la luz, podríamos retroceder en el tiempo, de modo que pudiéramos, por ejemplo, asistir desdoblados a nuestro propio nacimiento, o que pudiéramos incluso impedir nosotros mismos, por el medio que fuere, que nuestra pobre madre nos diera a luz, en el caso de que la vida nos fuera tan mal, cosa que a tantos sucede. Entendemos muy bien que uno prefiriera no haber nacido, pero ¿cómo entender que uno pudiera impedir su propio nacimiento? Y tantos enigmas que guarda el tiempo dentro de sí. ¿Será que algún día dejará de ser inexorable?

Razón tenía San Agustín (siglo V) cuando, al final de su vida y de todo su saber acumulado, dedicó un complicado capítulo de sus Confesiones a esta cuestión del tiempo, empezó el capítulo de esta manera: “Sé bien lo que es, si no se me pregunta. Pero cuando quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”. Tal vez nos ocurre lo mismo con casi todo, no solo con el tiempo: sabemos lo que es la belleza y el amor, la vida y la muerte, la dicha y la desdicha, hasta que nos preguntan o nos preguntamos, y entonces dejamos de saber, cesa la palabra y nos dejamos llevar. ¡Bendita ignorancia!

Una cosa sabemos con nuestra ignorante certeza: que todo pasa, que todo fluye, como esta incesante lluvia que cae y que algún volverá a ser agua en las nubes o sangre en nuestras venas, y nunca acabará. Así corre y pasa todo y todo vuelve. Así pasa la vida, pasajera como todo y eterna como Dios. Sí, pasajera y eterna, como Dios. Pues eternidad no es la prolongación infinita del tiempo ni lo que había antes del tiempo ni lo que habrá después del tiempo; antes del mundo y del tiempo no había ni Dios, pues no puede existir ningún “antes” ni “después” del tiempo; “antes” y “después” del tiempo serían también tiempo.

Eterno es el corazón del tiempo, aunque no sabemos qué es. Eterno es el movimiento, la energía, la dynamis, el Espíritu. Eterna es la paz que irrumpe mansamente en medio de todos los torrentes y torbellinos, y de los terribles huracanes. Eterno es Dios en el corazón de todo lo que es, vive, fluye. Eterna belleza, humildad y ternura, entregadas al destino de nuestro pobre ser contingente y perenne.

Pasan los días y los años, vienen y van. Y ¿qué es un año? Sí, lo sabemos, es el tiempo que tarda esta Tierra que somos en girar alrededor del Sol: 365 días, como ya lo descubrieron hace cinco mil años los sabios egipcios, instruidos por iletrados labradores.

Ellos, al igual que nosotros, se sentían perdidizos en la inmensidad del espacio y del tiempo, necesitaban orientarse y midieron el tiempo mirando al Sol para orientarse en la Tierra, para saber cuándo cultivar y cuándo cosechar, cuándo trabajar y cuándo descansar, y cómo dar culto a los dioses, es decir, cómo agradecer y cuidar el misterio de la Vida tan fugaz y mortal y, sin embargo, eterna.

Luego midieron con más precisión, en honor de los bisiestos: la Tierra tarda en girar alrededor del Sol 365 días, 6 horas, 9 minutos, 9,76 segundos. Y en nuestros tiempos, más exactos y veloces que nunca, han medido también las centésimas y las milésimas de segundo, e incluso los microsegundos (millonésimas de segundo) y los nanosegundos (milmillonésimas de segundo) y los psicosegundos (billonésimas de segundos) y los femtosegundos (milbillonésimas de segundo), y hasta los attosegundos, que no se sabe ni cómo decir, pero baste decir que en un segundo hay tantos attosegundos como segundos han pasado desde el Big Bang de este universo, hace trece mil millones de años.

Es asombroso, pero uno se asusta de pensar que vayan a inventar relojes que cuenten el tiempo hasta esos extremos, y nos hagan vivir infinitamente más deprisa aún de lo que ya vivimos.

Pero todo eso no es más que el año solar. Otro es el año lunar, de aquellos que, como los musulmanes, miran más a la Luna que al Sol. Y muy distinto es el año galáctico que indica el tiempo que necesita el Sol en completar una órbita en torno al centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea: unos 220 millones de años. Y otro muy distinto es, en el hinduismo, el año de Brahma: unos 3.000 millones de nuestros años.

Y así sucesivamente, hasta perder la medida del tiempo inmensamente grande e inmensamente pequeño, en el que tocamos la misma eternidad. Lo único cierto es que el tiempo pasa, aunque no sepamos qué es. Dicen los sabios lingüistas –más sabias son las lenguas– que “año” viene, justamente, de la raíz indoeuropea at que significa “ir” o “período que se va” (al encontrarse con el sufijo -no se convierte en doble n: annus en latín, y de ahí “año”).

Así ha pasado este año, tan corto para algunos y tan largo para otros –¿quién les alargará a éstos una mano amiga para que el tiempo se les haga más corto?–. El año 2011 del calendario cristiano, gregoriano o de la “era común”; el año 4707-08 del calendario chino, el año 5771-72 del calendario hebreo, el año 1432-33 del calendario musulmán. Distintos años, el mismo pasar.

Déjalo pasar. No quieras retener el tiempo, ni quieras acelerarlo. No te aferres al pasado, ni te atormentes por nada de lo que pasó. Está en buenas manos. No lo olvides, no, pues el olvido conduce al destierro y el recuerdo acelera la liberación. No olvides el llanto de “Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, pues ya no viven”, como escribieron el profeta Jeremías (31,15) y el evangelio de Mateo (2,18).

No olvides el clamor que sube de Egipto y Siria, de Irak y Afganistán, el clamor de África, el clamor de los incontables que mueren de hambre. No olvides la causa que los mata, de la que formamos parte. No olvides la codicia insaciable de los ricos que nos ha traído a este tiempo de aprietos y angustias con todas las alarmas encendidas. Pero procura liberar la memoria del pasado, curarla de sus heridas, y cuidarla libre y sana para crear el futuro posible que nos merecemos.

No quieras forzar el futuro, que llegará a su tiempo. Y tampoco te aferres al presente, eterno en su fugacidad. Vívelo como mejor puedas. Vívelo en paz. Como la anciana profetisa Ana y el anciano profeta Simeón hicieron en otro tiempo, alza en tus brazos a Jesús con el nombre y la figura que tú quieras y exclama como ellos: “Mis ojos ven la luz. Ahora puedo morir, ahora puedo vivir, ahora es posible la liberación del mundo en este tiempo que pasa”.



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ORACIÓN POR LA PAZ

Patxi Loidi



¡Qué oscuro te pones a veces, Señor!
¡Qué oscuro y qué difícil de ver!
El salmo dice que te rodeas de luz como de un manto.
Pero hoy te me rodeas de negrura y no te veo.

Las armas son oscuras, Señor.
Y quienes las fabrican son los árbitros del mundo.
¡Los jueces de la tierra vestidos de negro riguroso,
que no toleran que se les juzgue a ellos!

¡Cómo engordan sus economías los dueños del mundo!
Engordan como cebones, pero son monstruos insaciables,
con las manos manchadas de sangre
y miles de armas colgadas de sus vestidos.

¡Qué oscura es hoy mi oración, Señor,
cuando enarbolo la bandera blanca,
rodeado de niños mutilados y niñas violadas,
que gritan PAN y reciben disparos!

Pero alzaremos pesadamente la vista –arriba los corazones –
y nos reuniremos otra vez los curas y las comunidades,
para hablar inútilmente del último documento papal sobre la paz.
Y yo iré a la reunión tirándome de los pelos.
Y tú me dirás en la oscuridad: Vuestra inutilidad es útil ante mí
y vuestra impotencia es mi fuerza.

Y seguiremos creyendo en plena noche,
y luchando... como enanos contra gigantes.

domingo, 8 de enero de 2012

LEGADOS DE PAULO FREIRE

Alfredo Ghiso

Como se introduce un cuento, podríamos decir que hace unos cuarenta años un educador brasileño llamado Paulo Freire empezaba a poner en común, en los círculos de cultura y entre los amigos de lucha política, sus planteamientos educativos basados en una filosofía humanista y en una concepción religiosa liberadora, que le permitía encarnar el sentido trascendental de la persona.

La fe, la alegría y la esperanza jamás fueron, para él, instrumentos de alienación; sino por el contrario, de trascendencia por el amor; en ellas los sujetos retornan a la fuente que los libera.[1][1]

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma...

Jorge Luis Borges

Las condiciones de opresión política en América Latina obligaron a Freire a transitar por diferentes países y continentes, en los que se vinculó a procesos organizativos y a proyectos político/culturales que buscaban fortalecer actores sociales, construyendo ambientes de participación, donde la producción cultural y social tenían que pasar, necesariamente, por una toma de conciencia y una comprensión dialógicamente crítica de los contextos y de las prácticas sociales.

A diferencia de otro tipo de propuestas teórico prácticas como: desarrollo comunitario, animación sociocultural[2][2] y pedagogía social, las propuestas educativas populares no son un producto de modelos societales democráticos, debido a que éstas fueron generadas para confrontar regímenes y condiciones de opresión, explotación, exclusión e injusticia social. Desde estos contextos caracterizados por la negación de las personas, Freire plantea una propuesta educativa en la que nadie libera a nadie, nadie se libera solo. Las personas se liberan en comunión[3][3] . El encuentro multicultural, la solidaridad, la comunicación, la autonomía, la alegría y la esperanza, son condiciones necesarias del quehacer pedagógico, entendido éste como una experiencia particularmente humana, histórica y política.

Desde estos referentes, en esta reflexión se pretende dar cuenta de una manera general, de las rutas practicas y teóricas, por las que ha transitado la educación popular a lo largo de cuarenta años. En ellas ubicamos una serie de aspectos estructurantes de las propuestas donde los legados de Paulo Freire se expresan, facilitando pistas para avanzar en el proceso de conceptualización sobre la Pedagogía Social en América Latina.

Por otra parte, buscamos que estas ideas sean un aporte en las búsquedas conceptuales, metodológicas y operativas que pretenden abrir la acción pedagógica a los retos de humanizar, dignificar y democratizar las relaciones sociales, a partir del fortalecimiento de expresiones culturales y prácticas organizativas que en la actualidad son sistemáticamente marginadas y excluidas, por el sistema social, político y económico neoliberal.

Rutas de la educación popular en América Latina

Recorrer los caminos de la Educación popular en América latina es partir del reconocimiento de que toda acción educativa es una acción política. Es imposible pensar en la superación de la opresión, de la discriminación, de la pasividad o de la pura rebelión que aquéllas generan, sin primero pasar por una comprensión crítica de la historia y de las relaciones interculturales que se dan en forma contradictoria y dinámica; para ello se requieren procesos y proyectos político-pedagógicos. La naturaleza política de las propuestas educativas populares descartan prácticas asistenciales, adaptadoras, transmisionistas o bancarias.[4][4]

Entender la naturaleza de la educación popular desde la relación entre sujetos/política/pedagogía o acción pedagógica y proyecto político/cultural configuran los nudos de la reflexión educativa, marcando una diferencia sustantiva con los procesos de conceptualización en animación sociocultural o pedagogía social. Con esto queremos alertar que la reflexión pedagógica sobre las prácticas y procesos de educación popular en América Latina, tienen aproximadamente cuarenta años; pasando por momentos fundacionales (60/70), sistematizadores (80) y de refundamentación (90/00). Existe entonces, una tradición de pensar el papel social del quehacer educativo, de reflexionar la pedagogía como una construcción social intencionada cultural y políticamente; entendiendo la educación desde opciones sociales alternativas, como una condición necesaria, aunque no suficiente para lograr transformaciones individuales y colectivas en contextos marcados por la opresión, la explotación, la injusticia y la conflictividad[5][5].

Es, entonces, ubicados en estas relaciones constitutivas y desde estos referentes contextuales, teóricos y éticos que se puede iniciar un recorrido muy general por las rutas de la educación popular, inventariando los criterios que han guiado la construcción de las propuestas educativas alternativas, en América Latina.

Desde sus inicios la propuesta de educación popular latinoamericana ha ido conformando una suerte de paradigma orientador de las prácticas educativas. Se pueden señalar algunas premisas e ideas fuerza que han estado ligadas al desarrollo de los discursos y que permitieron fundamentar, comprender, sistematizar y narrar el quehacer pedagógico:
Aplicación del método dialéctico a la pedagogía.
Transformación de la conciencia ligada a la transformación de la práctica social.[6][6]
Relación práctica (experiencia), teoría ( análisis crítico), práctica ( cambio de situación).
Relación dinámica entre la acción y la reflexión, el mundo de la palabra (discursos) y del trabajo.
Diálogo de saberes, negociaciones culturales.
Prácticas sociales populares referentes y contenidos de las propuestas educativas.[7][7]

Desde estas premisas "la concepción metodológica que prima es de carácter dialéctico, en la que el rol de los educandos es considerado como esencial, así como la valoración de su práctica como punto de referencia fundamental en todo el proceso".[8][8] Como consecuencia, la propuesta pedagógica desde sus inicios, se caracteriza por valorar una metodología activa, crítica y fundada en concepciones de proceso educativo como dinámica de construcción de sujetos mediante el diálogo de saberes y participación consciente y decidida de los involucrados, desde enfoques políticos y culturales emancipadores.

Los rasgos generales de las propuestas educativas populares son:
Ruptura con enfoques bancarios, verticales y autoritarios de educación.[9][9]
Se parte de la realidad de los participantes, de su situación histórica concreta, propiciando la toma de conciencia crítica con relación a su situación económica y social.
Valoración de la cultura popular y de la identidad cultural propia.
Búsqueda de una relación pedagógica horizontal.
Autoaprendizaje, auto evaluación y autogestión del proceso.
Procedimientos grupales que expresen la cooperación y solidaridad comunitaria y de clase.
Educación ligada a la acción. Se parte de la realidad para volver a ella y transformarla.
La práctica educativa estimula la organización, permitiendo la participación de la comunidad y su intervención efectiva en el proceso de toma de decisiones.[10][10]
Adopta los modos de conocer y elaborar conocimiento de los sectores populares.
Utilización de técnicas e instrumentos nuevos, participativos, simples, atractivos y eficaces.
Desarrollo de una articulación alternativa y distinta de los instrumentos en el proceso educativo, en función de las finalidades.[11][11]

Estos criterios y enunciados básicos dan cuenta de propuestas pedagógicas y de prácticas educativas que buscan enraizarse en las urdimbres históricas y culturales de los pueblos, reconociendo la diversidad, promoviendo la participación, empoderando sujetos sociales individuales y colectivos y desarrollando competencias, como la de poseer una conciencia crítica que les permita diferenciar: la diversidad de la inequidad, expresada en relaciones de poder injustas centradas en la concentración y enajenación de los acumulados de capital económico, cultural y social.

De aquí que la educación popular, como propuesta pedagógica alternativa, desarrolla discursos teórico/metodológicos orientadores en el campo de lo ético, lo político, lo cultural y lo metodológico, a partir de unos ejes articuladores, pertinentes a los contextos que ubican e identifican los procesos educativos.

Núcleos de Desarrollos Teórico / Metodológicos

Es así como en América Latina, la educación popular entendida como propuesta pedagógica, política y cultural, requiere permanentemente dinamizar, al interior de los procesos y propuestas educativas, un movimiento de identificación, profundización y reconceptualización de los componentes que la constituyen; teniendo como asuntos estructurantes de esa reflexión: contextos, intencionalidades, actores sociales, perspectivas, procesos colectivos y proyectos socio/políticos alternativos.

Es en esta dinámica reflexiva y de sistematización, donde se empiezan a valorar y a comprender los espacios en los que la educación popular se desarrolla y los ámbitos que emergen, marcando la necesidad de implementar programas de acción considerando que éstos, a diferencia de los ambientes tradicionales, tienen configuraciones pluriclasistas, con lógicas de actuación y comprensión de sus realidades particulares, entornos y contextos diferenciados. La descentralización, las reformas en el campo educativo y de salud, las construcciones democráticas desde las localidades, las opciones en áreas emergentes como la igualdad de oportunidades para mujeres y jóvenes, el desarrollo local y a escala humana, los movimientos anticorrupción, por los derechos humanos o contra las discriminaciones, mueven a repensar las propuestas educativas en lo conceptual, metodológico y operativo desde "visiones ampliadas"[12][12]; donde sea posible encontrar rutas y formular agendas que articulen sujetos, procesos, acontecimientos y estructuras en torno a nuevos sentidos y caminos, pertinentes a las opciones, que los actores sociales asumen frente a los cambios y desafíos contextuales, ideológicos, culturales, políticos y económicos.

Educación Popular y la Pedagogía Crítica

Paulo Freire, como educador latinoamericano, vinculado al movimiento de educación popular y situado en un paradigma pedagógico emancipador, que posteriormente la academia denominó socio crítico, vinculando su pensamiento a los desarrollos anglosajones de la "pedagogía crítica", aporta desde la comprensión (vivencial e interactiva) y la reflexión de su práctica una serie de principios filosóficos, éticos, pedagógicos y metodológicos que permitirán una recreación permanente de las propuestas de educación popular en América Latina.

Entre sus legados rescatamos de una manera muy general, aquellos que nos permiten orientar la construcción de propuestas educativas basadas en el diálogo, la tolerancia, la autonomía, la alegría y la esperanza; bases pedagógicas, políticas y éticas que sitúan la acción educativa en permanente confrontación con imaginarios caracterizados por prospectar futuros frágiles en un mundo globalizado, en el que todos somos minoría; donde los desafíos formativos pasan, entre otros por: reconstruir sujetos sociales, promover ciudadanías, repensar las potencialidades y posibilidades políticas, económicas culturales de nuestros pueblos.[13][13]

En este apartado de la reflexión, se retoman de una manera libre y no textual los pensamientos de Paulo Freire que pueden encontrarse en la bibliografía que tomamos de fuente y que listamos al final de este texto.

Práctica educativa como quehacer contextuado

Como contexto teórico/práctico, un proceso formativo no puede prescindir del conocimiento de lo que sucede en el contexto de los educandos y de sus familias. ┐Cómo podemos entender las dificultades durante el proceso educativo sin saber lo que sucede en su experiencia en casa, así como en qué medida es o viene siendo escasa la convivencia con palabras, narraciones, imágenes creadas en su contexto sociocultural?... Es necesario entonces, reconocer de una manera crítica e histórica lo más profundo de los contextos socio culturales, económicos y políticos donde se dio y se está dando la experiencia, y aprender la racionalidad del quehacer social por medio de múltiples caminos.

Algunos caminos son los de la participación conciente en la reconstrucción de la sociedad y la comprensión crítica del momento en que se halla el país, comprensión crítica de lo que se va generando en la práctica misma de participar y que debe ser incrementada por la práctica de pensar la práctica.

En las propuestas pedagógicas populares la lectura del mundo precede siempre a la lectura de la palabra y la lectura de ésta implica la continuidad de la lectura de aquél... Este movimiento del mundo a la palabra y de la palabra al mundo siempre está presente. Movimiento en que la palabra dicha fluye del mundo mismo, a través de la lectura que de él hacemos.

Práctica educativa, un quehacer intencionado

Enseñar exige la convicción de que el cambio es posible. No soy objeto de la historia sino que soy igualmente sujeto. Nadie puede estar en el mundo y con los otros y con el mundo de manera neutral. Cambiar es difícil pero posible, es la dirección de nuestra acción político -pedagógica; es posible cambiar, es necesario cambiar porque un acto educativo sin esta intencionalidad explícita y consciente preserva las condiciones y situaciones de miseria, de opresión, de exclusión y es, por consiguiente un acto inmoral.

La realidad no puede ser modificada, sino cuando el hombre descubre que es modificable y que él puede hacerlo. Es preciso, por tanto, hacer de esta toma de conciencia el objetivo primero de toda educación: ante todo hace falta provocar una actitud crítica, de reflexión, que comprometa en la acción.

Es necesario que los procesos educativos sean coherentes con el fin que se persigue: permitir al hombre llegar a ser sujeto, construirse como persona, transformar el mundo, entablar con otros hombres relaciones de reciprocidad, hacer cultura e historia... Parta ello se requiere una revisión total y de fondo de las propuestas, programas y métodos educativos. Deseamos, señalaba Freire, preparar al hombre que haga historia en vez de que éste sea arrastrado por ella, que participe de manera creativa en los momentos que exigen opciones fundamentales o elecciones vitales. Se necesita entonces, una educación que libere, no que adapte, domestique o sojuzgue.

Sujetos de la práctica educativa

Se reconoce a los seres humanos como hacedores de cosas, transformadores, contempladores, hablantes sociales, productores de saber que por necesidad buscamos la belleza y la ética. Nos asombramos, actuamos, recibimos, miramos, contemplamos. Aprendemos cosas sobre el mundo al hacer el mundo, al cambiar lo que nos rodea, al transformar, al crear y recrear el mundo de la cultura y de la historia, que hecho por nosotros nos hace y rehace.

Hombres y mujeres se hicieron educables en la medida en que se reconocieron inacabados. No fue la educación la que los hizo educables sino la conciencia de su in conclusión la que generó su educabilidad. También es la conciencia de la in conclusión, de la cual nos hacemos conscientes y que nos introduce en el movimiento permanente de búsqueda donde se cimienta la esperanza. Freire afirmaba: no estoy esperanzado por mera testarudez, pero sí por una exigencia ontológica.

Inacabados y conscientes del inacabamiento, abiertos a la búsqueda, curiosos, ejercitamos nuestra capacidad de aprender y de enseñar haciéndonos sujetos y no puros objetos del proceso.

Hombres y mujeres, seres histórico-sociales, nos volvemos capaces de comparar, de valorar, de intervenir, de escoger, de decidir, de romper, por todo eso, nos hicimos seres éticos. No es posible pensar seres humanos lejos de la ética y mucho menos fuera de ella. Para nosotros hombres y mujeres estar fuera de la ética es una transgresión. Es por eso que transformar lo educativo en puro adiestramiento es despreciar lo que hay de fundamentalmente humano en el ejercicio educativo: su carácter formador.

El estudiante es el sujeto del proceso de aprendizaje en tanto acto de creación y conocimiento. El tipo de pedagogía critica que se propone esta relacionada con la experiencia de los estudiantes. Toma como punto de partida los problemas y necesidades de los mismos estudiantes. Esto sugiere tanto confirmar como legitimar el conocimiento y la experiencia de los estudiantes a través de la cual otorgan sentido a sus vidas.

Para mí, señalaba Freire, es imposible conocer con rigor despreciando la intuición, los sentimientos, los sueños, los deseos. Es mi cuerpo entero el que socialmente conoce. No puedo en nombre de la exactitud o del rigor, negar mi cuerpo, mis emociones, mis pensamientos. Sé bien que conocer no es adivinar, pero conocer pasa también por adivinar.

El proceso educativo tiene como principio fundamental e indispensable que forme científicamente para la vida o para practicarla. En el fondo, es la misma exigencia que se hace a la práctica de pensar la práctica. La práctica de pensar la práctica desprovista de instrumental teórico serio y bien fundado se convertiría en un juego estéril y molesto..

El proceso educativo se constituye en un ejercicio crítico de pensar la práctica. Cuanto más se piensa la práctica a la que el sujeto se entrega, tanto más y mejor comprende lo que esta haciendo y se prepara para hacer y ser más humano.

Perspectiva dialógica de la practica educativa

Diálogo como encuentro de los hombres para la tarea común de saber y actuar. La autosuficiencia es incompatible con el diálogo. Los hombres que carecen de humildad, o aquellos que la pierden no pueden aproximarse al pueblo, no pueden ser sus compañeros en el diálogo y en la pronunciación del mundo. El hombre dialógico tiene fe en los hombres antes de encontrarse frente a frente con ellos. Esta no es una fe ingenua. El hombre dialógico es crítico sabe del poder de hacer, de crear, de transformar.

El diálogo exige humildad, valentía, confianza en nosotros mismos, respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás. Nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo. El diálogo se basa en la humildad, en la seguridad insegura, en la certeza incierta y no en la certeza demasiado segura de sí misma. En la amorosidad sin la cual el trabajo pedagógico pierde su significado.

El conocimiento se genera en un proceso de interacción. La experiencia y la subjetividad se construyen en el marco de una variedad de voces, condiciones y narrativas que sugieren que el acto educativo es algo más que rechazos o acatamientos. Dialogo y tolerancia, no es encubrir lo intolerable, amansar al agresor, ni disfrazarlo. La tolerancia es la virtud que nos enseña a convivir con lo diferente, a aprender de lo diferente, a respetar lo diferente. Nadie aprende tolerancia en un clima de irresponsabilidad en el cual no se hace democracia. El acto de tolerar implica el clima de establecer dialógicamente principios, límites que deben ser respetados. Por esto la tolerancia no es la simple convivencia con lo intolerable

Si el sueño que nos anima es democrático y solidario no es hablando a los demás desde arriba, sobre todo, como si fuéramos portadores de la verdad que hay que transmitir a los demás. Es escuchando como aprendemos a hablar con ellos. Sólo quien escucha paciente y críticamente al otro, habla con él, aún cuando en ciertas ocasiones necesite hablarle a él. La primer señal de que el individuo que habla sabe escuchar es la demostración de su capacidad de controlar no solo la necesidad de decir su palabra, sino también el gusto personal de expresarla.

El diálogo es, también en Freire, una actitud y una práxis que impugna el autoritarismo, la arrogancia, la intolerancia, la masificación.[14][14] El diálogo aparece como la forma de superar los fundamentalismos, de posibilitar el encuentro entre semejantes y diferentes [15][15].

En esta construcción dialógica la pregunta surge como afirmación del sujeto, capaz de correr riesgos, capaz de resolver la tensión entre la palabra y el silencio. De esta manera la pregunta confronta la modalidad pedagógica de la contestación, de la respuesta única y definitiva. Hay que alertar que tampoco se dan preguntas definitivas.

Por último, agregamos que el diálogo y el lenguaje es para Freire el terreno en el que se otorgan significado a los deseos, a las aspiraciones, a los sueños y a las esperanzas, al posibilitar el intercambio de discursos y de conversaciones críticas cargadas de realidad y de posibilidad [16][16].

Desde la perspectiva dialógica de la práctica educativa es necesario preguntarse, ┐Cómo dialogar si aliento la ignorancia, si la veo siempre en el otro? ┐Cómo puedo dialogar si me admito como una persona diferente, virtuosa por herencia, frente a los otros, meros objetos en quienes no reconozco otros yo? ┐Cómo puedo dialogar si me siento participante de un ghetto de hombres puros, dueños de la verdad y del saber, para quienes todos los que están fuera son "esa Gente o son nativos inferiores? ┐Cómo puedo dialogar si me cierro a la contribución de los otros, la cual jamás reconozco y hasta me siento ofendido?

Contenidos y metodologías en la práctica educativa

El proceso del conocer y del enseñar no es neutro ni indiferente. La concientización exige una rigurosa comprensión crítica de la realidad, no neutralizada ni esterilizada. No hay toma de conciencia a la que le falte la curiosidad cautelosa y arriesgada, la reflexión crítica, el rigor en los procedimientos de aproximación al objeto. Si esto falta se queda en el nivel del sentido común.

Es imposible pensar en educación sin pensar en conocimiento, en una cierta teoría del conocimiento puesta en práctica. Enseñar cómo conocer, enseñar a pensar correctamente revelando a los educandos cómo se estudia, cómo te aproximas al objeto de tu conocimiento, lo que significa para ti la búsqueda de conocimiento. La metodología debe llevar a que los sujetos se sientan capaces de ir más allá de la pura comprobación de los objetos para alcanzar la razón de ser de los mismos.

Criterios metodológicos: buscar con rigor, con humildad, sin la arrogancia de los sectarios, demasiado confiados en sus certezas universales, desocultar las verdades escondidas por las ideologías, tanto más vivas cuando se dicen que están muertas.

Es necesario aclarar que el acto de conocimiento implica para Freire un movimiento dialéctico que pasa de la acción a la reflexión y de la reflexión de la acción a una nueva acción. Reconoce también la unidad que existe entre la subjetividad y la objetividad. La realidad jamás consiste únicamente en datos objetivos, el hecho concreto, sino también en esas percepciones que los hombres tienen. Otra interrelación que establece en las acciones de conocimiento es la de los contextos, señalando la existencia de dos contextos interrelacionados, el del diálogo auténtico entre educador y educando como sujetos de conocimiento y el contexto real de los hechos concretos, la realidad social en la que los sujetos existen. En el contexto gnoseológico del diálogo, se analizan los hechos que presenta el contexto real o concreto, implica un desplazamiento desde el contexto concreto , que proporciona los hechos hasta el contexto teórico, en el que dichos hechos se analizan en profundidad, para volver al contexto concreto, donde los hombres experimentan nuevas formas de práxis[17][17]

Como en el apartado anterior, recogemos una serie de preguntas que Freire lanza y que los educadores deberíamos responder para identificar cuáles son las posiciones que condicionan los actos de conocimiento:
Cuáles son nuestras concepciones en teoría del conocimiento?
Cómo abordamos el objeto de conocimiento?
Lo poseemos?
Lo llevamos en el portafolios para distribuirlo entre nuestros estudiantes?
Utilizamos este objeto de conocimiento para alimentar a los estudiantes o para estimularlos a conocer?
Estimulamos a los educandos para que asuman el rol de sujetos o de receptores pasivos de nuestro conocimiento?[18][18]

Esperanza, alegría y autonomía

Freire señalaba: Me gusta la curiosidad, la afirmación de mí mismo, el riesgo a la aventura, el respeto de los otros y de mí. Alguien que asuma su tiempo y lo asuma con lucidez, es entender la historia como posibilidad. Cuando la gente enmiende la educación como posibilidad, la gente descubre que tiene límites. Es exactamente porque es limitable o limitada ideológica, económica, social, política y culturalmente, por lo que ella tiene eficacia.

La tarea de la libertad, la tarea de la liberación, la historia como posibilidad, la comprensión del cuerpo consciente y sensual, lleno de vida, todo eso exige necesariamente de una pedagogía de la alegría. Esta alegría, esperanza y autonomía se construyen socialmente y uno de los ambientes es el educativo.

La esperanza forma parte de la naturaleza humana. Sería una contradicción si primero, inacabado y conciente del inacabamiento, el ser humano no se sumara o estuviera predispuesto a participar en un proceso de búsqueda constante, y segundo, que buscara sin esperanza. La esperanza es una especie de ímpetu natural posible y necesaria, la desesperanza es el aborto de ese ímpetu. La esperanza es un condicionamiento indispensable de la experiencia histórica. Sin ella no habría historia, sino puro determinismo.

Hay una relación entre la alegría necesaria para la actividad educativa y la esperanza. La esperanza de que profesor y alumnos puedan aprender juntos, enseñar, inquietarse, producir y juntos igualmente resistir a los obstáculos que se oponen a nuestra alegría.

Paulo Freire afirmaba que la capacidad de comenzar siempre, de hacer, de reconstruir, de no entregarse, de rehusar burocratizarse mentalmente, de entender y de vivir la vida cotidiana como proceso, como ir- a - ser, es algo que siempre me acompañó a lo largo de los años. Es una cualidad del educador, comenzar siempre, no importa de qué nuevo, con la misma fuerza y energía. Vivir, vivir de nuevo.

El respeto a la autonomía y a la dignidad de cada uno es un imperativo ético y no un favor que podemos o no concedernos unos a otros. El respeto por la autonomía se caracteriza por valorar la curiosidad del educando, su gusto estético, su inquietud, su lenguaje.

Tomar en consideración el conocimiento y la experiencia con la que llega el educando, valorar su saber acumulado. Tomar al educando como sujeto del proceso educativo y no como objeto.

El enseñar no es un quehacer mecánico de transferencia. Enseñar es hacer posible que los educandos epistemológicamente curiosos se apropien de la significación profunda del objeto de estudio como manera de aprehenderlo, aprendiéndolo. Lo anterior, implica una búsqueda viva, curiosidad, equívoco, acierto, error, serenidad, rigor, sufrimiento, tenacidad, pero también satisfacción, placer y alegría.

Rompen la autonomía posiciones de intolerancia en las que es imposible la convivencia con los que son diferentes. La intolerancia es sectaria, acrítica, castradora. El intolerante es autoritario, mesiánico y en nada ayuda al desarrollo de la autonomía y menos al ejercicio y construcción de ambientes democráticos. Una de las connotaciones del autoritarismo es el total descreimiento en las posibilidades de los demás.

Lo máximo que hace un educador autoritario es un remedo de democracia con la que a veces procura escuchar la opinión de sus educandos. El autoritarismo no le apuesta a la construcción de sujetos democráticos, sino al desarrollo de propuestas domesticadoras, que inmovilizan, le apuesta a la necrofilia social[19][19].

Sostener una mano o encadenar un alma...

Freire hablaba de reinvención de su propuesta, pero también, de la reinvención del texto, de la práctica educativa, de las sociedades y del poder. La condición de reinvención y la conceptualización es la de alcanzar la comprensión crítica de las condiciones históricas en las cuales se generaron las diferentes prácticas. Reflexionar críticamente las diferentes prácticas y la experiencia de los otros es comprender los factores sociales, políticos históricos y culturales de la práctica o experiencia que se quiere reinventar[20][20]

La comprensión y conceptualización pedagógica tiene que ver con la posibilidad que tienen los sujetos involucrados en una práctica educativa dialógica y liberadora de superar la descripción y la explicación científica, llegando a comprenderla, interpretarla y significarla; para, desde nuevos sentidos: recontextualizar, resolver, generar respuestas y poner en la práctica acciones alternativas.

El proceso de conceptualización de procesos pedagógicos insertos orgánicamente en procesos sociales requiere, entonces, de una reflexión sistemática y crítica acerca de los contextos concretos, de los momentos, de los desafíos y de las dificultades que deben superarse.[21][21]

No podemos pensar en los legados de Freire como apoyos para conceptualizar la Pedagogía Social en América Latina, entendiendo esto como una pretensión de elaborar discursos generalizables y totalizadores que desarrollen, filtren, jerarquicen y ordenen de una manera única saberes y prácticas.

A los educadores que reconocen sus prácticas como construcciones contextuadas, pertinentes a las necesidades de aprendizaje, relacionadas con identidades y pertenencias culturales, constructora de redes de sentidos, que brindan posibilidades de reconocimiento, descubrimiento y sentir en el sentido de otros; los legados de Freire favorecen la reinformación de las propuestas educativas y la problematización que se requiere para reubicar y transformar las maneras en que el quehacer pedagógico se vivencia, se comprende, se conceptualiza y se expresa.

Las reflexiones y conceptualizaciones que impulsemos en América Latina tendrán que situarse en relación con necesidades, como: reconstruir sujetos sociales, promover ciudadanías, repensar las potencialidades y posibilidades políticas, económicas culturales de nuestros pueblos.[22][22]

No está por demás señalar que en el contexto actual las conceptualizaciones que se hagan en el campo de lo pedagógico social tienen que asumir aspectos claves en el horizonte de las transformaciones sociales hoy. Aspectos como: derechos humanos, lo ambiental, la problemática de género, la dimensión generacional, la multiculturalidad, la globalización, las nuevas tecnologías, los medios de comunicación, la construcción de alternativas económicas, sociales y políticas, el protagonismo de la sociedad civil, la construcción de una nueva ciudadanía, la búsqueda explícita y radical de modelos societales democráticos, justos, pacíficos y tolerantes. Si queremos abordar estos temas tendremos que ocuparnos de aprender a leer las narrativas que textualizan y ordenan presentes, pasados y futuros sociales y las metáforas que los distintos actores sociales vienen elaborando para expresar sus miedos y aspiraciones.

En América Latina existen múltiples textos, narrativas y discursos caracterizados por el descentramiento, la pluralización y la fragmentación. Esto nos está indicando que existen variados enfoques y diversos imaginarios educativos que organizan a su manera los elementos teóricos, prácticos, axiológicos y simbólicos. Esta diversidad da la apariencia de impedir la constitución de conceptos y narrativas consistentes y coherentes; pero si ahondamos en ellas, se pueden identificar entrecruzamientos, transversalidades, integraciones y ejes que permiten tejer puentes entre propuestas, ambientes y sujetos diversos. Los procesos de re-conceptualización requerirán entender la circulación de textos y narrativas , reconociendo que las metáforas son parte de la capacidad de convivencia del lenguaje, las emociones, las prácticas y las ideas.[23][23]

El releer y repensar crítica y contextuadamente a Paulo Freire nos puede ayudar a enfrentar el desafío de aprender la sutil diferencia entre una practica educativa capaz de sostener una mano o encadenar un alma.



Bibliografía de Paulo Freire
Educación como práctica de la libertad. Medellín, Ediciones Pepe, S/F.
Extensión o comunicación. Bogotá: Editorial América Latina, S/F.
Cambio. Bogotá: Editorial América Latina, S/F.
Pedagogía del oprimido. México, Siglo XXI, 1970.
Concientización. Bogotá, Asociación de Publicaciones Educativas, 1974.
La naturaleza política de la Educación. Barcelona, Paidós, 1990.
Pedagogía de la Esperanza. México, SXXI, 1993 2ed corregida y aumentada 1996.
Cartas a quien pretende enseñar. México, Siglo XXI, 1994.
Educación y participación comunitaria. En: Nuevas perspectivas críticas en educación. Barcelona, Paidós, 1994.
Política y Educación. México Siglo XXI, 1996
Educación en la Ciudad. México, Siglo XXI, 1997.
Pedagogía de la Autonomía. México, Siglo XXI, 1997.
La Educación. FREIRE, Paulo, e IILICH, Iván. Buenos Aires, Búsqueda, 1975.
Alfabetización, lectura de la palabra, lectura de la realidad. FREIRE, Paulo, y MACEDO, Donaldo. Barcelona, Paidós, 1989.


Referencias
FREIRE, P. La educación como práctica de la libertad. Bogotá, ED. Pepe, S/F.
Aquí planteamos como el surgimiento del la Educación popular en A.L. es diferente a los procesos de configuración teórica y práctica de la ASC y de la PS. Ver: Hernández J. Animación sociocultural y democracia, en: Educación de adultos y democracia, Bogota, De. Magisterio, 1991.
FREIRE, P. Pedagogía del Oprimido, México, SXXI, 1970.
FREIRE, P. Política y educación, México SXXI, 1996.
Ver TORRES R.M., GHISO A., MEJIA M.R Reflexiones sobre pedagogía, Santiago, Papeles del CEAAL, 1992. Con esto relativizamos las afirmaciones de A. Petrus en la que se sostiene que en Iberoamérica la educación social es un ámbito apenas conocido... con presencia minoritaria.
JARA, O. Metodología de la educación popular, Quito, Cedeco, 1983.
GHISO, A. Practica social popular referente y contenido de la educación popular, En: Contexto y educación, No 23, Unijui, 1991.
Colectivo de apoyo Metodológico Ceaal Nuestras practicas, Guadalajara, Ceaal 1993.
FREIRE, P. Pedagogía del oprimido México, SXXI,1970.
GIANOTTEN, V y T de Wit. Organización campesina, el objetivo político de la educación popular y de la investigación participativa. Lima, Tarea, 1987.
VIGIL, C. Educación Popular y protagonismo histórico. Buenos Aires, Humanitas, 1989.
Ver documento Educación para Todos Unicef, Unesco, Jomtien 1990
Ver GARCIA CANCLINI, Nestor. La globalización imaginada, Buenos Aires, Paidós, 1999.
FREIRE, P. Educación como práctica de la libertad. Bogota, De. Pepe. S/f. investigación y metodología de la investigación del tema generador, en: TORRES, C. (compilador). La praxis educativa de P. Freire, México, Gernica, 1978.
FREIRE, P. Pedagogía da esperanca. Río de Janeiro, De. Paz e Terra, 1992.
FREIRE P, MACEDO, D. Alfabetización lectura de la palabra y lectura de la realidad. Barcelona, Paidós, 1989. Este tema puede ser rastreado en Pedagogía del Oprimido. Cap.III. En el texto anterior se rescatan fragmentos presentados en el ensayo de GHISO A. Cinco Claves éticopedagógicas en Freire. Bogota, 1997.
FREIRE, P. La naturaleza política de la educación, Barcelona, Paidós, 1990. En este punto Freire referencia a Kosik y su Dialéctica de lo concreto.
FREIRE, P. La naturaleza política de la educación, Barcelona, Paidós, 1990.
Ver textos de ERICH, From: El Corazón del Hombre. Su potencia para el bien y el mal. México, FCE, 1966.
FREIRE, P. MACEDO, D. Alfabetización lectura de la palabra y lectura de la realidad. Barcelona, Paidós, 1989.
Idem..
FREIRE, P. Pedagogía da esperanca Río Janeiro, De. Paz e Terra, 1992.
Ver GARCIA CANCLINI, Nestor. La globalización imaginada, Buenos Aires, Paidos, 1999.


R-Educación

Artículos publicados en esta serie:
Constructivismo y educación (Sergio R. Kieling Franco, Nº 109).
El sexto año escolar (Héctor Balsas, Nº111).
Formación lingüística. Maestro de la Frontera (A Menine Trinidade, L. E. Behares, M. Costa Fonseca, Nº 118)
La formación a distancia (Santiago Agudelo, Nº 124)
Desarrollo y educación (Mariluz Restrepo, Nº127)
Calidad de la educación (Mariluz Restrepo, Nº 133)
Informática y educación ( Elida J. Tuana, Nº 136)
La computadora en la escuela ( Rosa Márquez Nº 137)
Informática y educación (Elida J. Tuana, Nº 138)
Los puntos sobre las íes y las jotas (Héctor Balsas, Nº 147)
La escuela moderna (Ana maría da Costa, Nº 149)
Filosofía para niños (Stella Accorinti, Nº 155)
Reformas educativas y estilos de desarrollo (Cecilia von Sanden-María Luisa González, Nº 161)
La ortografía y las creencias (Oscar Yánez, Nº 162)
Formación cuatro trampas a evitar (OIT, Nº 164/65)
Aprender ¿para olvidar o para vivir? (Félix Ovejero Lucas, Nº 179)
Reforma e innovación educativa (Guillermo Pérez Gomar, Nº 183)
La Universidad y el futuro (Rafael Guarga, Nº 184)
Educación en el siglo XXI (Unesco, Nº 184)
El hipertexto, herramienta pedagógica (Juan E. Fernández Romar, Nº 185)
Tensiones en la “Educación a distancia” (Marta Mena, Nº 188/89)
Enseñar filosofía (Silvia Trías, Nº190).
La laicidad en cuestión (Pablo da Silveira, Daniel Schwartz, Nº 192)