domingo, 28 de abril de 2013

PERMÍTANOS TRES REFLEXIONES, MONSEÑOR

Amelia Sánchez, en Eclesalia

En el preciso momento en que el pasado lunes 15 de abril, el Presidente del Gobierno, obsequiaba al Obispo de Roma con la entrega de la camiseta de la “Roja”, por cierto, será por lo de la “Marca España”; en Madrid, Monseñor Rouco Varela abría la asamblea plenaria de los obispos españoles, mostrando su descontento con el Gobierno, por su supuesta indolencia para resolver las cuestiones del aborto. “No es fácil entender que todavía no se cuente ni siquiera con un anteproyecto de Ley que permita una protección eficaz del derecho a la vida de aquellos seres humanos inocentes… sangrante problema social que está teniendo efectos palpables en la demografía. España envejece y se debilita”.

Del matrimonio entre parejas del mismo sexo, que atañe, dijo: “a la estructuración básica de la vida social. Se trata de proteger adecuadamente un derecho tan básico de los niños como es el de tener una clara relación de filiación con un padre y una madre, o el de ser educados con seguridad jurídica como futuros esposos o esposas. “

De la formación ética y religiosa,” demasiado permeable al relativismo y la ideología de género “.

Permítanos solo tres reflexiones a sus palabras, Monseñor.

En primer lugar, que consideramos que está en su perfecto derecho de hacer tales manifestaciones, a título personal, o en representación de la Conferencia Episcopal si es el caso, y no solo eso, sino que también lo está en pedir al Gobierno, con todos los medios que le otorga el estado de derecho, la plasmación de lo que pide en el papel del B.O.E. ¡Faltaría más! Puede hacerlo al igual que cualquier ciudadano o cualquier otro grupo, puede pedir lo contrario.

Ahora bien, Monseñor, lo que no debe olvidar, es que la modulación de la estructura jurídica del estado de derecho, corresponde en exclusiva al poder civil, mediante las leyes que elabora o convalida el parlamento como expresión de la voluntad general de la ciudadanía, nunca al poder religioso, expresión de una parte de esa ciudadanía. Ya sabe, aquello de “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”.

Por último Monseñor, nos gustaría oírle a Vd., y en general a la jerarquía de la Iglesia Católica (alguna excepción sí que hay), un discurso claro y alto y una denuncia profética ante determinadas actuaciones del poder civil, que entendemos dañan brutalmente, a esos niños, a esas familias y en general a los más desprotegidos de la sociedad.

Pongamos unos ejemplos:

¿Por qué no dijo nada, cuando se les retiró el pasado año “la tarjeta sanitaria”, a los 150.000 sin papeles, o inmigrantes “irregulares”, que quedaron fuera del sistema sanitario común, salvo en determinadas situaciones o urgencia?

¿Por qué no se oye su rotunda voz, ni en general la de la jerarquía, cuando según la última E.P.A., el número de los desempleados bordea los seis millones de personas, de las que más de 2.600.000 no perciben ninguna prestación, y mas de 1.800.000, perciben un subsidio de 426 € mensuales o los 400 € del Plan Prepara?

¿Por qué no hemos oído una sola palabra cuando la reforma laboral de febrero de 2.012, posibilita el despido de trabajadores a través de un E.R.E., sin necesidad de autorización administrativa, conlleva el riesgo de desaparición del convenio colectivo, establece contratos indefinidos con un período de prueba de un año, y su resultado es que ha generado una subida en el número de parados, de 380.000 en un solo año?

¿Dónde está la defensa de los jóvenes, cuando el desempleo entre dicho colectivo supera el 55% de su población y muchos de ellos ya han tenido que emprender el camino de la emigración, a Inglaterra, Alemania, Países Nórdicos, Arabia Saudita, Emiratos árabes…?

¿Y cuando ya, esos hogares, que tienen a todos sus miembros activos en desempleo, son más de 1.750.000? ¿Por qué este sangrante silencio?

¿Y cuando tenemos el 27% de los ciudadanos del estado viviendo por debajo del umbral de la pobreza (menos de 7.300 € año) y también hay silencio...?

Qué poco se dice, por parte de de esa jerarquía eclesiástica, de todos los que han perdido su única vivienda como consecuencia de los desahucios.

Cuando a causa de la crisis el 25% de los niños españoles menores de de 16 años sufre malnutrición y sin embargo se quitan las becas comedor sabiendo que la dieta diaria en la escuela es la única garantía para muchas familias de alimentar de forma equilibrada a sus hijos ¿Tampoco esto merece una palabra de denuncia?

Cuando sabemos que el 30% de de los hijos de familias que subsisten con menos de 640€ al mes no consigue el graduado escolar. ¿Acaso no es tampoco momento adecuado para defender a los niños?

¿Acaso, todas las situaciones relatadas no son un atentado a la familia? ¿O el atentado a la familia, sigue pensando, Monseñor, que está en el matrimonio de personas del mismo sexo? Ante estas situaciones y tantas otras que se están dando, también, queremos Monseñor, que alce su grave voz y diga de una vez por todas que un sistema económico que pone el beneficio de unos pocos por encima de la dignidad de las personas es inmoral, intrínsicamente malo, e incompatible con la moral cristiana, y que otra economía es posible y hay que emprender ya su búsqueda.


sábado, 27 de abril de 2013

NUEVOS PODERES DE LA CIENCIA, NUEVOS DEBERES DE LOS HOMBRES

Benjamín Forcano *

Postura clásica y postura moderna en torno al aborto

Sale de nuevo a la palestra pública el tema del aborto. Y salen de nuevo las posturas encontradas, unas a favor y otras en contra. Sobre el tema brotan enardecidas las disputas y los reproches: el Gobierno actual del PP se alía con la Jerarquía eclesiástica para modificar la legislación reciente, aprobada parlamentariamente por el Gobierno anterior del PSOE. Llevar a cabo tal modificación, supondría un desprecio a la ciudadanía que la debatió y la aprobó y, como consecuencia, un paso atrás, un retroceso en la conquista de la libertad y derechos humanos.

La Jerarquía eclesiástica se niega a dar validez y reconocimiento a la ley aprobada por el PSOE y presiona al Gobierno del PP para que cumpla lo que estando en la oposición prometió. El PSOE por su parte promete que, si se cambia la ley, impugnará y exigirá la revisión completa de los Acuerdos de 1978 del Estado español con la Santa Sede.

En medio de la polémica, surge y se subraya como punto primero a respetar el “derecho” de la mujer a decidir libremente sobre su cuerpo (aborto libre).

La discusión se la pretende centrar en la defensa de la vida, condenando sin apelación a quienes no asumen esa opción. Según Federico Mayor Zaragoza, este enfoque “elude los elementos esenciales de la difícil cuestión en debate”, porque no se trata de defensa o no de la vida, sino de saber si podemos determinar en qué momento del proceso el cigoto humano es vida humana constituida.

La posición conservadora afirma que el embrión, desde el comienzo, es un ser humano con todas las de la ley, sea cual sea la evolución que sufra y las fases que haya de recorrer. Postura ésta muy generalizada, a la que se le califica de creencia más que de verdad científica, ya que “da por cierto una cosa que el entendimiento no alcanza o que no está demostrada”.

Una postura más moderna sostiene que “la biología embrionaria es más compleja de lo que se suponía. Poco a poco se fueron descubriendo los mecanismos de activación y represión de los genes y todo el proceso que va desde la información genotípica hasta la aparición de los rasgos fenotípicos. Cuando las informaciones extragenéticas no hacen acto de presencia, el fenotipo se altera, o, simplemente, resulta inviable. Esto quiere decir que ambas informaciones , la genética y la extragenética, son necesarias para la aparición de un organismo vivo y que el defecto de cualquiera de las dos hace imposible el logro de la nueva realidad biológica” (Diego Gracia,Gen-Ética –Ariel, 2003–, “El estatuto de las células embrionarias”, pg. 69).

Se puede, pues, afirmar hoy que la realidad embrionaria no tiene poder intrínseco y autónomo para convertirse en persona; no vale decir que destruido el embrión se destruye una persona, pues el embrión no es persona. El aserto clásico de que “todo está en los genes” es verdad sólo en parte y se hizo en detrimento de los factores morfológicos y espaciales, tan importantes en el desarrollo del embrión.

La biología molecular autorizaría a concluir que la sustantividad humana –su momento constitucional- ocurriría en torno a la octava semana del desarrollo, justo en el tránsito que va de la fase embrionaria a la fetal. Sólo en su estadio de feto adquiriría el embrión el estatuto ontológico propio de un ser humano: “No encuentro argumentos para atribuir al embrión la dignidad de la persona y el valor que se deriva de la misma” (Carlos Alonso Bedate, Gen-Etica, pp. 53,56,65).

Competencia y alcance de la Jerarquía eclesiástica

La intervención de la Jerarquía en el tema ha hecho que se deban aclarar algunos puntos fundamentales.
La enseñanza eclesiástica “debe reconocer como valor y obligación el estudio de las ciencias y la exacta fidelidad en las investigaciones científicas… La cultura exige respeto y goza de una específica inviolabilidad” (Concilio Vaticano II, GS, 57 y 59).
El magisterio del concilio Vaticano II establece que “la vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con sumo cuidado” (GS, 51). Pero, -ya es común añadirlo- a este magisterio no le compete determinar el momento de esa concepción. Los Padres del concilio decidieron excluir deliberadamente que la concepción se la colocara en el momento mismo de la unión de los gametos masculino y femenino.

Esta ha sido en la Tradición cristiana una cuestión abierta, sobre la que se han dado diversas teorías. Y, por ello, “no está en el ámbito del Magisterio de la Iglesia, el resolver el problema del momento preciso después del cual nos encontramos frente a un ser humano en el pleno sentido de la palabra (Berhnard Häring, Moral y Medicina, –Perpetuo Socorro, 1971–, pp. 78-79).

El derecho de la mujer a decidir libre y responsablemente

La acción de abortar como cualquier otra – odiar, insultar, mentir, discriminar, robar– incluye un significado, pero su comprensión completa sólo se la puede entender unida a un sujeto concreto y a las circunstancias que lo rodean. La finalización del embarazo puede ser espontánea, deliberada, forzada, etc., y no puede ser juzgada en sí sola, sino vinculada al fin, motivos y otras circunstancias del sujeto.

La mujer, como cualquier otra persona, es libre para actuar en relación con su propio cuerpo, pero esa libertad debe ejercerla con responsabilidad, respetando las propiedades y límites que le marca su propio cuerpo, evitando aquellas acciones que pudieran dañarle. Por su bien, debe conocer su cuerpo, sus leyes y no actuar en contra, pues haría irracional uso de su libertad.

Esta libre y responsable disposición de su cuerpo no incluye el derecho a disponer de la vida de otro, sea quien sea. La vida en gestación –a partir del momento en que lo señalen las ciencias, la ética y una legislación consecuente- es una vida nueva que es, al mismo tiempo, de los padres, por ser originada y depender de ellos, y es también una vida extraña por sobrepasar el ámbito corporal de cada uno de ellos: “No se puede afirmar sin más que el feto es una parte del cuerpo de la mujer y tampoco es un cuerpo extraño en el cual tiene que ver la mujer. De ahí que en este caso no se trata de un asunto exclusivo de la mujer, sino que se trata también de los intereses de la vida nueva que se está desarrollando, independientemente de si es deseada o no” (Paul Sporken, Medicina y Etica en discusión –Ed. Verbo Divino, 1971–, p. 126).

Somos y actuamos dentro de una cultura

Desde el punto de vista antropológico, está claro que ninguna mujer asume la acción de abortar al margen de una cultura. Al nacer y entrar en una sociedad todos participamos del código y normas que esa sociedad nos depara, normas ante las que podemos movernos con asentimiento o disentimiento buscando siempre una mayor justicia y perfeccionamiento.

Hablando con precisión, si en el estadio en que el embrión llega a ser feto la ciencia y la ética pueden hablar de una vida humana en gestación pero constituida, entonces ciertamente la mujer es el sujeto que decide libremente lo que va a hacer, pero su decisión, tratándose de interrumpir y finalizar la vida de un feto, sería anuladora de una nueva vida, sobre la que ella no puede decir a su antojo. La realidad nos dice que el feto no es una parte constitutiva de su cuerpo, sino otra cosa. Previo a la decisión de acabar con la vida de un feto, está el hecho de que él es ya sujeto humano constituido, portador de una vida humana.

Situaciones diversas

Se pueden apuntar ahora situaciones diversas de relación sexual, con efecto de un embarazo no deseado ni programado, bien fuera o dentro del matrimonio,

1. Situaciones conflictivas: -Un embarazo contra naturam (efecto de una violación, impuesto coactiva e injustamente):

· Un embarazo en que el embrión viene marcado por malformaciones (aborto eugenésico) que van a impedirle nacer bien y con salud, obstaculizándole una vida normal y cargando a sus padres con unas tareas que no necesariamente deben asumir.

· Un embazo que no se puede proseguir pues daría lugar a la muerte del feto y también de la madre (aborto terapéutico).

2. Situaciones menos conflictivas, que se dan cuando sobreviene un embarazo no programado ni deseado, o llega en contra de los planes y voluntad de los padres, o no cuenta con las condiciones económicas y psicológicas adecuadas para afrontar la crianza y educación del nuevo hijo , o simplemente porque no interesa y está permitido por una legislación que lo permite hasta las ocho semanas o más.

Algunos criterios de actuación

Todas estas situaciones suponen en cada caso valoración y decisión diferentes. No hay respuesta única y uniforme, pero sí criterios que puedan esclarecer y guiar la decisión de cada uno:
1. Primero de todo y en cualquier situación, saber y partir de la hipótesis científica, bien fundada y razonable, de que la acción que finalizara el embarazo antes de las ocho semanas, no sería propiamente abortiva (no atentatoria contra una vida humana) sino anticonceptiva.
2. Segundo, de decidir la finalización del embarazo cuando el embrión es ya feto (sujeto humano constituido, pasadas las ocho semanas), la decisión (más o menos informada y documentada, más o menos libre) la toma como norma última inmediata la conciencia del sujeto implicado. Habrá decisiones diversas, en situaciones semejantes, que dependerán de la formación, contorno y cultura de los que tienen que decidir.
Según se las mire desde una u otra posición, se las calificará de acertadas o equivocadas, pero la comprensión y el respeto a la conciencia del que decide impedirá que se le condene. Si piensas que está equivocado y obra mal, no le condenes; piensa que a él no le consta así, que tiene otra información y formación, que lo hace de buena fe (sinceramente) y, en todo caso, dale razones que le puedan llevar a un cambio de posición.
3. Dentro de un Estado democrático y de Derecho, las leyes deben establecerse tras una participación racional y responsable de los ciudadanos y de sus representantes políticos. Dicha participación, procedente de instancias ético-científicas, permite recorrer un camino común compartible por todos.
Sin negar validez a los credos religiosos, podemos convivir acordando entre todos lo mejor y lo más ético para cualquiera de los problemas que se planteen en la comunidad civil.
Son muchas, ciertamente, las causas que pueden provocar el aborto. Pero en una sociedad abierta y pluralista como la nuestra, que goza de información suficiente y de múltiples instancias educativas, no se entiende la magnitud que el aborto reviste en las edades juveniles. Seguramente, son muchos los factores que inhiben en unos y en otros una tarea informativa y educativa obligatoria y a tiempo. Conocer esos factores y combatirlos sería la manera más eficaz de hacer desaparecer el aborto. Ahí, la sociedad entera (familia, escuela, medios, administración política…) tienen , creo, la responsabilidad mayor.
4. Me sumo a todos aquellos que, de mil maneras, cantan a la vida, la defienden, la liberan y la protegen. Pero , me parece absurdo y contradictorio el hecho de que personas, sectores sociales, movimientos e instancias civiles salgan a defender con intransigencia una vida embrionaria y no adopten unas actitudes con parecido ardor y urgencia respecto a los miles y millones de vidas que, a diario, vienen sacrificadas en el altar de la guerra, de la explotación, de la miseria, de la injusticia y esto en grados de alta crueldad y complicidad.

(*) Benjamín Forcano es sacerdote y teólogo claretiano.


viernes, 26 de abril de 2013

LA SANTA SEDE CEDE LA PAGA EXTRA POR EL NOMBRAMIENTO DEL PAPA A OBRAS DE CARIDAD

Es la misma cantidad que los obispos españoles donaron este año a Cáritas

El gesto responde a la voluntad de Francisco, pero también a la sensibilidad de los trabajadores vaticanos, que han acogido con alegría y esperanza al nuevo Papa

Jesús Bastante, en Religión Digital

Pocos días después de ser designado Obispo de Roma, Francisco mantuvo un encuentro con los funcionarios de la Santa Sede. Después de la misa en Santa Marta, recibió a los empleados vaticanos, a quienes agradeció su trabajo extra durante la renuncia de Benedicto XVI, la Sede Vacante y los primeros pasos de su pontificado. Y el que quiere una "Iglesia pobre y para los pobres", les pidió un esfuerzo más: renunciar a su paga extraordinaria -seis millones de euros-, para dedicarla a obras de caridad.

"El gesto responde a la voluntad de Francisco, pero también a la sensibilidad de los trabajadores vaticanos, que han acogido con alegría y esperanza al nuevo Papa", señala a RD un alto funcionario de un dicasterio, quien añadió que "los que trabajamos en la Curia, nos sentimos agradecidos por poder colaborar con el Santo Padre".

El bono extra, que se viene pagando desde hace años siempre que se produce la transición de un Papa a otro, suma unos 6 millones de euros, y corresponde a las horas trabajadas fuera de jornada y el esfuerzo que supone gestionar la Sede Vacante. En 2005, según informa Aica, los empleados vaticanos recibieron 1.000 euros cuando falleció Juan Pablo II, y otro cheque de 500 euros cuando fue elegido Benedicto XVI. Como en el Vaticano trabajan unas 4.500 personas, una paga similar supondría un desembolso de algo más de 6 millones de euros. Pero el Papa prefirió que ese dinero se dedique a obras de caridad.

El presbítero Bruno Ciceri, miembro del Pontificio Consejo para la Pastoral con los Emigrantes, consideró que la nueva normativa "está en línea con la política de Francisco". El sacerdote también celebró esta medida como una "bendición", que permite a los empleados del Vaticano estar más cerca de los más necesitados.

Por su parte, la periodista Mary Nolan, que trabaja en la versión en inglés de L`Osservatore Romano, opinó: "Si trabajás para la Iglesia, debés hacerlo poniendo el corazón. Y en cierto sentido, el bolsillo saldrá perdiendo". Además, agregó: "Si somos honestos, tampoco es que esto nos lleve a la ruina".

Un mes después de su elección, el Papa visitó la Secretaría de Estado del Vaticano y agradeció a todos sus empleados el trabajo y las horas extra durante este período de transición. Les dijo que ese trabajo hecho de corazón no se puede pagar con nada, salvo con un agradecimiento también de corazón. Y los empleados estuvieron de acuerdo. Una cifra, que sin ser simbólica no sirve para acabar con la pobreza en el mundo -es la misma que los obispos españoles cedieron este año a Cáritas-, pero que revela un gesto decidido por los más necesitados, a quienes el Papa quiere dedicar su Pontificado. Y una señal en un momento de dura crisis, que quiere colocar en el centro a los pobres.

jueves, 25 de abril de 2013

LOS QUE NO SE FIAN DE FRANCISCO



José María Castillo, en Periodista Digital

Lo que hace y lo que dice este papa está desconcertando tanto a tanta gente en la Iglesia, que cada día aumentan los que, por un motivo o por otro, no se fían de lo que están viendo y oyendo. Es lógico que haya quienes opinan que es pronto para dar un juicio, en el sentido de que estamos viviendo un cambio definitivo o, por el contrario, es pronto para opinar que no tardaremos en ver cómo todo sigue igual que antes. Sea lo que sea y pase lo que pase, lo que no me parece razonable es ponerse ya a sentenciar que no tardaremos en ver que el fracaso de este papa - a primera vista tan innovador - está a la vuelta de la esquina. Y el hecho es que así piensan - y así lo dan a entender - más de dos y más de cuatro, por mucho que intenten disimularlo los que, no sólo no se fían del papa Francisco, sino que en realidad lo que desean intensamente es que se estrelle cuanto antes.

Lo notable es que quienes piensan y sienten estas cosas son los mismos que, hace cuatro días, no soportaban que alguien pusiera en cuestión lo que alguno de los papas anteriores había dicho desde la ventana del palacio apostólico ante la gente congregada en la plaza de San Pedro en Roma. Por lo menos, a partir del día que eligieron como papa a Pablo VI. Porque con Juan XXIII pasaba algo de lo que está pasando ahora con Francisco. Yo estaba entonces en Roma. Y no quiero acordarme de los disparates, y hasta los insultos, que los papistas más papistas del mundo le dedicaban al papa Roncallí. ¿Por qué semejantes insultos, entonces a Juan XXIII y ahora a Francisco, precisamente de parte de quienes se autoproclaman más papistas que el papa?

La respuesta es muy sencilla. Porque el amor al papa es una de las cosas más ambiguas que hay en el mundo. Como es ambigua la obediencia de los que se someten a todo el que les manda que digan y hagan lo que a ellos les gusta, lo que ellos piensan y lo que a ellos les conviene. Esto es antiguo en la Iglesia. Tan antiguo como la Iglesia misma.

Y es que el problema no está en el papa. El problema está en el Evangelio. Concretamente en los valores que presenta y exige Jesús en el Evangelio. Eso es lo que nos tiene que preocupar. Y en eso es en lo que todos los creyentes tenemos que coincidir. Sobre todo, en lo que es central en el Evangelio. Leyendo y releyendo los relatos, que nos dejaron los evangelistas, lo que está fuera de duda es que lo central para Jesús no fue la sumisión al templo y sus dirigentes. Lo que más preocupó a Jesús fue el sufrimiento de los enfermos, el hambre de los pobres, el desamparo de los marginados y excluidos. Todo eso, vivido en la sencillez y simplicidad de un hombre bueno que acogió a todos, lo mismo a un revoltoso como Judas que a un entusiasta como Pedro. En la mesa de Jesús cabían todos. Y, que sepamos, a nadie excluyó, ya fueran justos o pecadores, hombres o mujeres, judíos, galileos o samaritanos.

¿No es esto lo que más necesitamos en la Iglesia ahora mismo? Y si el papa Francisco nos habla de Jesús y nos impulsa a vivir como vivió Jesús, ¿no es esto lo que más necesitamos todos y lo que más necesita la Iglesia? Los que no se fían de Francisco, por favor, que se pregunten por qué se preocupan tanto por lo que hace y dice este papa. ¿Por lo que hizo en tiempos ya pasados? ¿por lo que está haciendo ahora? ¿porque no les da seguridad? ¿en qué? ¿no tienen bastante con el Evangelio? Pues bien, si el papa Francisco nos enseña a vivir la sencillez y la bondad del Evangelio, ¿qué más queremos? ¿qué temores ocultos nos inquietan? ¿no estará el secreto de todo en que nos da miedo afrontar estas preguntas? En cualquier caso, y sea el papa como sea, piense como piense, sea conservador o progresista, tenga la ideología que tenga, si el papa nos habla de los pobres, del sufrimiento de quienes peor lo están pasando, si nos exhorta a tener entrañas de bondad y de misericordia, si nos anima y nos ayuda unirnos en la defensa de la justicia y la igualdad, lo demás, todo lo demás, pasa a un segundo término. Porque, si es que el evangelio dice la verdad, a Dios lo encontramos en el que sufre (Mt 25, 31-46), no en el que coincide con mis preferencias políticas, ideológicas o quizás económicas. Por ahí, ciertamente el papa es libre para escoger lo que prefiera. En todo caso, que nos enseñe a vivir el Evangelio. Lo demás, que cada cual vea lo que más y mejor nos lleva a hacer este mundo más habitable y más humano.

lunes, 22 de abril de 2013

EL PAPA FRANCISCO DESBLOQUEA EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN DE MONSEÑOR ROMERO

Roberto Valencia, en El Faro

“La causa de la beatificación de Monseñor Romero ha sido desbloqueada”, anunció este domingo en Italia Vincenzo Paglia, el postulador de la causa de la causa de canonización del arzobispo salvadoreño. Un día antes Paglia se había reunido en privado con el papa Francisco, de quien ya se ha dicho que siente una “admiración especial” por Monseñor Romero. 


Busto de Monseñor Romero ubicado en el hogar de niños Divina Providencia, en Santa Tecla. Foto Roberto Valencia.


El papa Francisco desbloqueó el proceso de beatificación del asesinado arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, conocido como Monseñor Romero, que estaba estancado desde hacía años, se supo este lunes de varias fuentes en el Vaticano.

Monseñor Romero, muy popular en toda América Latina y llamado “la voz de los sin voces” por su consagración a los más desfavorecidos, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un comando de ultraderecha, un suceso que para distintos historiadores supuso el comienzo de la guerra civil en El Salvador.

El arzobispo italiano Vincenzo Paglia, presidente del Consejo pontifical de la familia y la persona que lleva en Roma la causa de la canonización, anunció el domingo la noticia en Molfetta, en la región de Apulia: “Justo hoy (por el domingo) la causa de la beatificación de monseñor Romero ha sido desbloqueada”.

El sitio web católico National Catholic Reporter habló con Paglia este lunes y confirmó la noticia, si bien el arzobispo no quiso entrar en detalles sobre lo que sucederá a partir de ahora. También confirmó que el sábado 20 de abril estuvo reunido con el papa Francisco en Ciudad del Vaticano.

Desde 1996 la causa para canonizar a Romero se encuentra en Roma, y en 2006 la Congregación de la Doctrina de la Fe acordó iniciar el proceso de beatificación. El expediente se encuentra en la actualidad en manos de la Congregación para la causa de los Santos.

El pasado 17 de marzo, pocos días después de la elección del nuevo papa Francisco, el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, se mostró “muy optimista de lo que este pontificado nos va a dar”, y dijo del Papa que tiene “una admiración especial” por la figura y el ejemplo de Monseñor Romero.

“El cardenal Bergoglio, a quien yo conozco, tiene una admiración especial por Monseñor Romero, una devoción a él y una convicción total de que es un santo y un mártir. Todo indica que los astros están alineados (para que Romero sea beatificado), pero hay que respetar los procesos de la Santa Sede”, dijo Rosa Chávez en una rueda de prensa.

Por denunciar la injusticia social y la represión militar, Monseñor Romero fue asesinado por un francotirador contratado por la ultraderecha al atardecer del 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa en la capilla del un pequeño hospital para enfermos de cáncer, donde él también tenía su humilde residencia.

sábado, 20 de abril de 2013

GUSTAVO GUTIÉRREZ: GENIO SÍ, PERO SOBRE TODO UN HOMBRE BUENO

Francisco Chamberlain, s.j.

Hace pocos días Gustavo recibió el premio nacional de cultura por su trayectoria como intelectual que ha producido escritos que, sin duda, han marcado no sólo la Iglesia latinoamericana, sino la Iglesia universal en los últimos 50 años. Sinesio López, en un artículo en La República, destacaba sus conocimientos profundos no sólo de la teología, su especialidad, sino de la filosofía y la psicología, como también, añadiría yo por experiencia propia, su agudo sentido del momento político, tanto nacional como eclesial.

Me siento un amigo cercano, pero hay otros que han estado, sin duda, más cercanos que yo. Pero lo que quiero destacar aquí no es mi amistad, sino la capacidad de Gustavo de hacerse amigo de tanta gente, un amigo fiel. Esa cualidad es propia de una persona de veras buena. El premio que ha recibido recientemente se basa ciertamente en su producción intelectual, pero se basa también en el hecho de que es un hombre bueno y fiel, fiel a sus amigos sí, pero sobre todo fiel a sus esfuerzos de aportar a una Iglesia de y para los pobres. En eso se asemeja al gran compañero dominico, Bartolomé de las Casas. Ambos han dedicado sus vidas a la pasión por los pobres, que tengan su lugar tanto en la Iglesia como en la sociedad.

Una persona buena nace con ciertas dotes, cualidades naturales, que ayudan. Esas cualidades vienen también de sus años de crecimiento en familia, de los amigos de juventud, etc. Pero en Gustavo, cuando digo que es una persona buena, es muy necesario decir que su bondad es una bondad ganada a pulso. Durante 20 largos años tuvo que afrontar los ataques feroces de los enemigos de su teología dentro y fuera de la Iglesia. Fue acusado de todo, que era infiel a la Iglesia, que tergiversaba el Evangelio, que era más político que teólogo, que era todo menos un fiel seguidor de Jesús. Los ataques continúan, pero tienen menos fuerza hoy porque Roma misma ha reconocido públicamente que su pensamiento, su teología, es plenamente fiel a la Iglesia.

Durante esos largos años de cuestionamiento de su teología, nunca escuché de él una palabra de amargura, de desprecio por sus adversarios. Su fidelidad a esta Iglesia siempre imperfecta tuvo sus costos de salud, ciertamente, pero también costos por la necesidad de estar permanentemente atento a los nuevos reproches de su pensamiento. Lo que me impresiona es que su interés en esos años, como hoy, no se centraba en su persona, sino en lo que él y Las Casas soñaban: una Iglesia fiel a los pobres y, por eso, fiel al Evangelio de Jesús. Si hay algo que marca a una persona buena, es su desprendimiento de sí en medio de la batalla por lo que cree firmemente es la verdad. El interés de Gustavo nunca ha sido la vigencia de su teología, sino la vigencia en la Iglesia de la preferencia por los pobres.

Creo que la persona de Gustavo, su bondad como también su teología, nos han servido para acercarnos al Evangelio, a la vida y la práctica de Jesús. Nos ha servido a que la palabra evangélica diga algo, mucho, a nuestro presente. Y eso se debe no sólo a la genialidad de su pensamiento, sino también y sobre todo a la bondad de su persona.

Si estas palabras mías, por cierto balbuceadas, tienen la mala suerte de llegar a las manos de Gustavo, pido perdón. Sé que no son alabanzas que no necesita ni busca, sino más bien, la necesidad de los amigos de alabar y reconocer la bondad donde la encuentran.

jueves, 18 de abril de 2013

DOS 'PERLAS' DEL PAPA FRANCISCO

Francisco asegura que el Concilio no tiene "marcha atrás"
"No queremos cambiar. Más aún, hay voces que quieren retroceder"

El Papa Francisco dedicó este martes la misa que celebra cada mañana en la Casa de Santa Marta al Papa Emérito Benedicto XVI, que hoy cumple 86 años, y criticó con firmeza a quienes quieren retroceder respecto de los avances logrados en el Concilio Vaticano II.

"El señor esté con él, lo reconforte y le dé mucho consuelo", rogó Francisco al inicio de la misa que dedicó este martes al papa emérito, refirió Radio Vaticana. Durante la misa, el Papa también se refirió al Concilio Vaticano II, afirmando que "fue una bella obra del Espíritu Santo", aunque hay quienes lo cuestionan.

Comentando el martirio de Esteban y el encuentro de Jesús con los discípulos en Emaús, el Papa observó: "Para decirlo claramente: el Espíritu Santo nos fastidia". "Porque nos mueve, nos hace caminar, impulsa a la Iglesia a avanzar. Y nosotros somos como Pedro en la Transfiguración: Ah, qué bueno estar así, todos juntos! Pero que no nos dé fastidio. Queremos que el Espíritu Santo se adormezca, queremos domesticar al Espíritu Santo", agregó.

Tras explicar que la "comodidad" atrae más que el movimiento que viene del Espíritu, el pontífice explicó que "esta tentación existe también hoy". "Un solo ejemplo -subrayó-, pensemos en el Concilio".

"El Concilio fue una bella obra del Espíritu Santo. Piensen en el papa Juan: parecía un párroco bueno y él fue obediente al Espíritu Santo e hizo aquello. Pero después de 50 años, ¿hemos hecho todo lo que nos dijo el Espíritu Santo en el Concilio? ¿En esa continuidad del crecimiento de la Iglesia que fue el Concilio? No", sostuvo.

"No queremos cambiar. Más aún, hay voces que quieren retroceder. Esto se llama ser testarudos, esto se llama querer domesticar al Espíritu Santo, esto se llama volverse tontos y lentos de corazón", dijo Francisco en la homilía.

Sucede lo mismo -agregó- "también en nuestra vida personal: "El Espíritu nos impulsa a tomar un camino más evangélico", pero nos resistimos. Finalmente, exhortó a "no oponer resistencia al Espíritu Santo. Es el Espíritu que nos hace libres, con esa libertad de los hijos de Dios". (RD/Agencias)



Carta del Papa a los obispos argentinos: "Recen para que no me la crea"

En un mensaje a los prelados reunidos en la Asamblea Plenaria , rogó a Dios para que "nos libere de maquillar nuestro Episcopado con oropeles de la mundanidad".

En una cálida carta, donde dejó traslucir su típico buen talante y sencillez, el Papa Francisco le pidió a los obispos argentinos que sesionan esta semana en Pilar que "recen por mí para que no me la crea y sepa escuchar lo que Dios quiere y no lo que yo quiero".

La misiva no excluye una dosis de humor del nuevo pontífice, cuando se disculpa por su ausencia. "Van líneas de saludo y también para excusarme por no poder asistir debido a "compromisos asumidos hace poco" (¿Suena bien?).

Además, Francisco les pide a los obispos una actitud misionera. "Una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma en la atmósfera viciada de su encierro. Es verdad también que a una Iglesia que sale le puede pasar lo que a cualquier persona que sale a la calle: tener un accidente. Ante esta alternativa, les quiero decir francamente que prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma".

En ese sentido, señala que "la enfermedad típica de la Iglesia encerrada es la autorreferencial; mirarse a sí misma, estar encorvada sobre sí misma como aquella mujer del Evangelio. Es una especie de narcisismo que nos conduce a la mundanidad espiritual y al clericalismo sofisticado, y luego nos impide experimentar "la dulce y confortadora alegría de evangelizar".

"Les deseo a todos ustedes esta alegría, que tantas veces va unida a la Cruz, pero que nos salva del resentimiento, de la tristeza y de la soltería clerical. Esta alegría nos ayuda a ser cada día más fecundos, gastándonos y deshilachándonos en el servicio al santo pueblo fiel de Dios; esta alegría crecerá más y más en la medida en que tomemos en serio la conversión pastoral que nos pide la Iglesia".

Y concluye: "Gracias por todo lo que hacen y por todo lo que van a hacer. Que el Señor nos libre de maquillar nuestro episcopado con los oropeles de la mundanidad, del dinero y del "clericalismo de mercado". La Virgen nos enseñará el camino de la humildad y ese trabajo silencioso y valiente que lleva adelante el celo apostólico.



miércoles, 17 de abril de 2013

"EL 95% DEL DINERO DADO A HAITÍ POR EE.UU. HA REGRESADO A ESTE PAÍS"

François Kawas, Activista, Teólogo y Escritor, Responsable de Cooperación de Haití / Guillermo Casas 

ENTREVISTA A FRANÇOIS KAWAS


Itziar Pequeño, Diagonal Periódico

El pasado 12 de enero se cumplió el tercer aniversario del terremoto que asoló Haití. Más de 300.000 muertes, miles de personas heridas y más de millón y medio de desplazados, en un país de casi diez millones de habitantes. Pero ¿cómo se encuentra la población haitiana? ¿Qué hay de todas aquellas donaciones de los países enriquecidos? Hablamos con François Kawas, escritor y teólogo haitiano, un referente dentro deltejido asociativo de este país y líder comunitario reconocido por su carisma y por su lucha por los derechos humanos. En la actualidad es director del Observato­rio de Políticas Públicas y de la Coopera­ción Internacional de Haití.

¿El papel de los medios fue crucial después del terremoto y también muy criticado por su tratamiento sensacionalista tras la tragedia. Sobre Haití se ha dicho de todo ¿Qué cree que ha faltado?

Es verdad que el terremoto de 2010 puso a Haití en la mira Internacional. Eso es algo positivo porque se dio a conocer al país y también sus necesidades. Sin embargo, el punto negativo es cómo se presenta Haití; siempre desde un ángulo de miseria, de "pobrecitos”. Se nos pintó como a un país incapaz de salir adelante y Haití es mucho más que eso. Somos un pueblo valiente, con una historia importante porque somos la primera nación negra del mundo que tomó su independencia, que se sacudió el yugo de la esclavitud. Somos un pueblo muy religioso, que encuentra en su fe muchos recursos de resiliencia. Somos un pueblo que tiene mucha capacidad de lucha, la gente cree en el fututo a pesar de todo. En definitiva, Haití tiene los recursos necesarios para salir adelante, una sociedad que poco a poco se va organizando, y unos paisajes maravillosos.

¿Por darle un sentido pedagógico y positivo al terremoto ¿Qué lectura y qué aprendizaje hace la población haitiana tres años después del terremoto?


La población está un poco desilusionada. Después del terremoto se experimentó una compasión muy fuerte, en muchos de los países del mundo hubo gestos de solidaridad como nunca antes. Yo personalmente pensé que con toda esa ayuda, el país iba a lanzarse en la vía del desarrollo económico y social, que ese apoyo iba a ser un factor importante, pero después de tres años no tenemos esta misma esperanza.

También el pueblo está desilusionado porque se ve que la Ayuda Internacional Oficial no llega al pueblo. El dinero de muchos de los grandes países donantes, como EE UU o la UE, no se queda en Haití. En el caso de EE UU, que ha dado alrededor de un billón trescientos mil dólares, y según los estudios que hemos realizado desde el Observatorio de Políticas Públicas y de la Cooperación Internacional de Haití, el 95% del dinero donado por la Cooperación estadounidense ha regresado a EE UU.Esto ocurre porque ese dinero se ha quedado en las organizaciones y no ha llegado al gobierno haitiano para que lo gestione y con ello fortalecer las estructuras del Estado y la Administración Pública. No, se ha quedado en ONG propias de los países donantes, ni tan siquiera en las ONGS haitianas. Eso en cuanto a la Cooperación Internacional, porque la Ayuda Humanitaria es otra cosa, ha sido importante porque ¿qué hubiera sido de Haití después del terremoto cuando todo estaba quebrado y no había ni medicamentos, ni agua ni alimentos?

Toda una crítica a la Cooperación Internacional ¿no aparece?


Sí, la Cooperación Internacional Pública responde a mecanismos viciados que no ayudan realmente a desarrollar un país, en este caso, a Haití. Para hacer una crítica así hay que conocer los mecanismos clásicos de la Cooperación; a veces esta Cooperación contempla más los intereses políticos y económicos de los donantes que las necesidades reales de las poblaciones locales. Se observa en los contratos, en la cuantía de los salarios…en este sentido creo más en la Cooperación privada porque apoyan más a la comunidad a través de ONG locales haitianas.

¿Cuáles son los retos en la reconstrucción a largo plazo o "estructural”? ¿Qué puede aportar la Comunidad Internacional?


La Comunidad Internacional tendría que ayudar más al Estado haitiano, reforzar más las instituciones públicas para que asuman sus funciones dentro de su sociedad y sirva a ésta. Un estado no puede estar siempre a la orden de otros estados. No se trata de aislarse, sino de abrirse, pero eso no quita para la soberanía del Estado. También es necesario tener un plan de reconstrucción que proporcione un marco jurídico institucional a la acción de las ONGS y de las organizaciones internacionales que necesitan tener un marco de trabajo. Si no, cada quien trabaja por su parte, no hay concertación ni coordinación del trabajo y eso no ayuda a la reconstrucción a largo plazo de Haití.

¿Le preocupa como pueda afectar a Haití la crisis que estamos viviendo y los sucesivos recortes a la Cooperación al Desarrollo?


La crisis financiera de los países occidentales ha tenido impactos muy negativos en nuestros países, no sólo en Haití. Muchos organismos tienen muchos menos recursos económicos y eso, obviamente, repercute en los actores directamente que trabajan en Haití. Pero no sólo afecta desde la Cooperación, la crisis también trae desempleo y eso es un problema para la diáspora haitianaque se encuentra trabajando fuera de su país. Sabemos que las remesas son importantes para cualquier población de allá. Ojalá que los gobiernos de aquí, con los recursos intelectuales y financieros que tienen, ayuden a superar la crisis y ayuden a su población y también a las empresas a quedarse. Porque si no es así, se corre el riesgo de deslocalizarse para conseguir mano de obra barata.

Hablando de deslocalización y mano de obra barata… tengo entendido que el sector maquilero está proliferando en Haití. ¿Cómo vive este fenómeno? ¿Qué peligros entraña?

Es verdad que se está instaurando. El problema de la Cooperación es igual al de las Organizaciones financieras internacionales, el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, tienen su visión propia del desarrollo y unas determinadas prioridades que no son las poblaciones locales.

Los préstamos que dan van a intentar favorecer a las grandes empresas internacionales, y ahora en el caso de Haití, la prioridad está en las maquiladoras y las empresas de ensamblaje, no en la producción agrícola, que además es la base de Haití. Porque la necesidad de estas grandes empresas es dejar los países ricos para ir a estos países, no pagar impuestos y obtener mano de obra barata. Esto explica que ahora en Haití se haya abierto una zona industrial grande, que haya mucha propaganda política, que la UE y Clinton, entre otros, hayan estado en la inauguración del parque. Pero, ¿y el salario? ¿Y las tierras que están destinando a ese uso en vez de a otros? ¿Y las condiciones de la gente que trabaja? Genera más miseria, no es un factor de desarrollo para el país.

¿Crees que es posible romper el binomio que forman Haití y EE UU? ¿Hasta cuándo esa relación?


Lo que dicen de México y EE UU vale para Haití con EE UU. Hay un refrán que dice: "Oh, México, tan cerca de EE UU y tan lejos de Dios”. En el caso de Haití sería: "Oh, Haití, tan cerca de EE UU y tan, tan lejos de Dios”. Yo no puedo entender que un país que tiene tantos recursos, tanto poder económico y político y militar, pueda someter a una población tan chiquita cerca de Miami. Está claro que no hay una voluntad política de querer ayudar a la población, de hecho, tienen todas las cartas políticas para intervenir, y es más, intervienen cuando les da la gana con los militares y para sacar a un gobierno que no les gusta o para imponer a Haití la importación de arroz de Florida por cuotas matando así la producción agrícola.

Ahora el país importa los alimentos a EE UU porque no puede producir, porque ni tan siquiera existe una política económica que favorezca la producción nacional, y eso es una consecuencia directa de las políticas de EE UU para con Haití, si, así es. Por eso yo tengo muchos problemas con lo que hace EE UU para con Haití (no con el pueblo americano, que es muy generoso y de buena voluntad).

¿Quizás con el nuevo presidente, Michel Martelly, pueda cambiar las cosas?


Soy muy optimista de naturaleza, pero en este caso concreto, no lo soy nada. (Se ríe). Yo también soy músico, toco la guitarra y me gusta mucho la música, pero también soy sociólogo político y me doy cuenta de la complejidad de lo político y de las cuestiones administrativas. Yo no me puedo improvisar jefe de Estado una mañana porque puedo no tener la preparación, la experiencia y los conocimientos adecuados para hacer eso.

¿Y la voluntad de cambio?

Tampoco la tiene. A pesar de todo, uno puede no tener nada de eso, pero estar abierto a escuchar, con un buen equipo y dejarse aconsejar…Pero tampoco es el caso porque su equipo no son gente de cambio, son más cercanos a la Dictadura Duvalierista. Podría tener honestidad, pero ahí también tengo dudas, conocemos su historia. No quiero decir todo aquí, pero…A pesar de tener un discurso de cambio, de querer la educación para todo el mundo, decir que Haití está abierta a los negocios, una frase muy importante y repetida, no creo que vaya a haber un cambio real a partir de este gobierno.

Se va a seguir posicionando al lado de la oligarquía, al fin y al cabo, ellos han financiado la campaña electoral. Y de paso decir que la oligarquía está muy vinculada al proceso de reconstrucción de Haití en cuanto a impedirlo, porque el gobierno no puede reconstruir, no tiene tierras, la mayoría de las tierras que están en la zona metropolitana y en la llanura del mar hasta República Dominicana pertenecen a las grandes familias con más capital. Son estas familias las que no quieren deshacerse de sus tierras para la reconstrucción, y como sabemos, la adquisición de tierra es uno de los principales problemas de Haití.

martes, 16 de abril de 2013

TESTAMENTO

José Ignacio Gonzalez Faus, en Religión Digital 

Este 2013 cumpliré los ochenta. La cifra da cierto vértigo. Aunque en Herejías del catolicismo actual digo que me gustaría seguirlo con un comentario al Credo, no sé si esto será posible. Por eso anticipo mi credo personal.

1. Desde hace ya casi medio siglo, el tema de la fe se enmarca para mí en estas dos frases, una de un cristiano y otra de un no creyente. La primera es la profecía de Emmanuel Mounier: en el futuro los hombres no se dividirán según crean o no en Dios, sino según la postura que tomen ante los pobres. La otra es la estrofa impactante de Atahualpa Yupanki: «hay cosas en este mundo más importantes que Dios: que un hombre no escupa sangre pa que otros vivan mejor», a la que he visto siempre como un buen resumen del modo como Dios se reveló en Jesucristo (hay cosas en este mundo más importantes que yo…).

2. Esta visión de la fe se estructura en dos líneas maestras del Nuevo Testamento.

2.1. La primera, en positivo, es el repetido mandamiento del amor fraterno que no solo atraviesa el texto bíblico sino que está presente en casi todas las religiones, aunque en el Nuevo Testamento adquiere una melodía particular: es un viejo mandamiento que se convierte en «nuevo» porque resume e interpreta todos los demás mandamientos. Y es un mandamiento explícitamente universal: de modo que no se trata sólo de amar a «mis» hermanos sino de que todos los seres humanos son hermanos míos: el adjetivo «fraterno» no limita sino que amplía el mandamiento del amor. El «prójimo» no es el cercano a ti sino aquel a quien tú debes aproximarte, dice Jesús en una parábola.

2.2. Y en negativo, la visión del dinero como el gran enemigo de Dios. Visión que atraviesa los evangelios («no podéis servir a Dios y al dinero»), los textos paulinos («la codicia es idolatría» y «la raíz de todos los males es la pasión por el dinero») y los joánicos («si alguien tiene bienes de la tierra y ve a su hermano pasar necesidad y no le socorre, el amor de Dios no está con él»).

3. Este doble resumen de mi fe (mejor que de resumen, hablaría de «corazón» porque la realidad humana abarca otros muchos aspectos) tiene hoy, a veinte siglos de distancia del mundo de Jesús, un imprescindible componente estructural (no solo personal), que no cabe desconocer. Si desde aquí miro hoy a nuestro mundo, podría escribir otro Manifiesto que comenzara: «Un fantasma recorre el mundo». Pero ahora, dicho en serio (y no irónicamente como en el Manifiesto del siglo XIX), ese fantasma, esa gran amenaza no es el comunismo sino el sistema capitalista. Por más que se lo enmascare con bellas palabras de libertad o progreso, el corazón de ese sistema no es más que la riqueza y el poder: la riqueza que da el poder y el poder que da la riqueza. Es un sistema antifraterno cuyas células madre tienden a configurar un mundo donde unos pocos (cada vez más pocos) dominan a la mayoría. Y la hora que vive hoy nuestro mundo es aquella en que está cuajando y tomando cuerpo esa tendencia.

Esa tendencia estuvo detenida en años anteriores por dos factores históricos: el socialismo de la Unión Soviética que, aun con todos sus desastres, asustó al capitalismo y le forzó a hacer algunas concesiones, y el socialismo de la llamada «socialdemocracia» que trató de buscar una vía media entre los otros dos extremos. La caída del pseudoimperio soviético puso fin a ese equilibrio inestable y desató la dinámica totalitaria del capitalismo, permitiéndole mostrar su verdadero rostro. No importa que la gente sencilla pregunte: ¿para qué quieren tanto dinero?, ¿para qué querrá alguien tener treinta y seis mil millones de litros de agua si no podrá bebérselos en toda su vida?… Por elemental que parezca ese tipo de preguntas, es incomprensible para los narcotizados por el dios Mamón.

Desde aquí me parece que nuestra hora histórica marca una tendencia casi imparable, no a «desarrollar al Tercer Mundo» como se decía antes, sino a «tercermundizar» al mundo desarrollado. Hace pocos años comenzamos a hablar ya de «cuarto mundo» (los enclaves de miseria en medio del primero), pero esa expresión se nos va quedando corta y se quedará mucho más corta cuando pase la crisis económica y, como un huracán del Caribe, deje destruida más de la mitad del estado social que creíamos haber montado.

El mundo quedará reducido a un uno o dos por cien de la humanidad, inmensamente rico (aunque lleno de luchas internas por derribar al otro), y una gran mayoría humana sometida a una dictadura camuflada de grandes palabras (civilización, progreso, desarrollo, libertad…) que se utilizarán como justificación de la crueldad de esa tiranía. No será improbable que algún día esa mayoría estalle en explosión incontrolable, pero tampoco será fácil porque siempre está ese colchón amortiguador de quienes no pertenecen ni a la minoría de los canallas ni a la mayoría de los infrahumanos, de esos que fueron llamados «el segundo tercio» y que son los que más temen perder su posición cayendo en el abismo de los miserables. Ellos, sin querer, pueden actuar como pararrayos de una revolución desesperada y loca. Y además, los tiranos han dispuesto siempre del antiguo recurso defensivo (panem et circenses: pan y circo) que hoy podríamos traducir como «Ipad y circo».

4. Pero no se trata de hacer profecías. La última conclusión de estas reflexiones es que, si el dinero es el mayor ídolo enemigo del hombre, lo es porque es el mayor enemigo del Dios que reveló Jesús. Igual que capitalismo y democracia son a la larga incompatibles, también lo son capitalismo y fe cristiana. Las iglesias que se preguntan hoy por la descristianización de Occidente no acaban de percibir esto porque ellas mismas han sido cómplices de ese proceso en sus organismos directivos. Los ateos que perdieron la fe tampoco perciben que sea debido a ese proceso del que ellos son solo pequeñas gotas de agua de un tsunami epocal. De este modo, lo que vaya quedando de cristianismo en Occidente será solo un cristianismo no cristiano: fundamentalista en lo dogmático y servidor del dinero en lo moral. Un cristianismo anunciado ya en tantas sectas norteamericanas que son como primeras nubes de la tormenta que acabará viniendo.

5. Al terminar no me queda más que evocar la frase de Ignacio Ellacuria en la manera como yo suelo reformularla: «una civilización de la sobriedad compartida» (Ellacu decía una civilización de la pobreza) es la única oferta de vida que le queda a nuestro mundo. Para creyentes y para no creyentes. Si no nos la tomamos muy en serio, quizá será el momento de leer esos capítulos que cierran los evangelios cambiando todo el discurso anterior de Jesús ( Marcos 13 o Mateo 24), y empezar a comprender que ni este mundo tiene futuro, ni Dios puede tener sitio en un mundo como este.

sábado, 13 de abril de 2013

ESPAÑA A LA COLA DE EUROPA EN ATENCIÓN A LOS INMIGRANTES SIN PAPELES


La Cruz Roja atienden a 31 inmigrantes de origen subsahariano, incluido un bebé, 
rescatados ayer en el Estrecho de Gibraltar. / Andrés Carrasco Ragel (EFE)

Un estudio constata el paso de ser un país modélico en sanidad a reunir las peores prácticas

Lucía Abellán, en El País


Teresa es una cubana de 22 años que vive en Tenerife sin permiso de residencia. Al enterarse de que estaba embarazada, Teresa, enferma de diabetes, acudió a su centro de salud, pero le negaron la asistencia por no tener papeles. Médicos del Mundo se hizo cargo de la situación y, al mismo tiempo, protestó por escrito ante el hospital y los poderes públicos. Varias semanas después, la organización recibió una disculpa de la Consejería de Salud y la promesa de que darían marcha atrás.

El caso de Teresa no es único. La ONG asegura que las autoridades sanitarias en España van, en muchos casos, más lejos de lo que permite la ley en las restricciones sanitarias a los extranjeros indocumentados. Porque el decreto que se aplica desde el pasado septiembre —algunas comunidades han rehusado hacerlo— salva de la exclusión a niños y embarazadas. “España se ha convertido en nuestro peor ejemplo, cuando en informes anteriores lo citábamos como modelo de atención universal”, subrayó ayer Michel Degueldre, presidente de Médicos del Mundo en Bélgica.

La organización presentó un estudio sobre la atención sanitaria a los más desfavorecidos en 2012. Tras analizar el perfil de los pacientes que atiende esta ONG en siete países europeos, sus responsables concluyen que las medidas de austeridad están laminando el servicio a los colectivos desprotegidos. Destaca el caso español, donde el 62% de los pacientes recibidos habían sido previamente rechazados en el sistema público. El porcentaje triplica la media, que engloba a España, Bélgica, Francia, Alemania, Grecia, Holanda y Reino Unido.

“El aumento del copago en los medicamentos y la exclusión de los inmigrantes están provocando un cambio de modelo en España, de la atención sanitaria universal a un modelo de aseguramiento”, lamentó Álvaro González, presidente de la organización en España. González destaca de que, más allá de motivos éticos, no hay justificación económica para los recortes. Varios estudios científicos, entre ellos uno publicado en la revista estadounidense New England Journal of Medicine en 2010, muestran que el sobrecoste de atender a los enfermos en urgencias es mayor que el ahorro generado al excluir a la población de la atención primaria. Ese trabajo cifraba en más de 20.000 euros por 100 personas al año el sobrecoste derivado de los recortes sanitarios en Estados Unidos.

Hace tres años, los griegos eran un 8% de los atendidos por la ONG en el país. Ahora, el 50%

La situación es especialmente acuciante en Grecia, donde el odio al extranjero está generando malos tratos en las calles. “Cada día vivimos la xenofobia en nuestras clínicas. En los últimos dos meses hemos tenido 15 casos. No podemos permanecer callados”, clamó Nikitas Kanakis, presidente de Médicos del Mundo en Grecia. La pobreza que azota el país ha provocado que la mitad de quienes acuden a las clínicas de la organización sean oriundos. Hace tres años eran solo el 8%.

La ONG alerta de que Europa se arriesga a perder una de sus señas de identidad al restringir el acceso sanitario y pide a las autoridades comunitarias que frenen la oleada de recortes. “Lo primero es que sean expertos quienes propongan qué hacer con el sistema sanitario”, resumió Nathalie Simonnot, de la red internacional de la organización.

viernes, 12 de abril de 2013

EL PAPA FRANCISCO DEBE USAR SU AUTORIDAD PARA LIMPIAR LA CURIA

ENTREVISTA A HANS KING


Idafe Martin, en CLARIN

Ayer cumplió 85 años. Y pese a sus movimientos lentos y hablar pausado, Hans Küng conserva la mente despierta y un enorme prestigio como uno de los grandes teóricos de la Iglesia Católica. Autor de decenas de obras que marcaron la teología de las últimas décadas, sus azotes contra la corrupción de la Curia vaticana fueron temidos en los cenáculos de poder de los dos últimos pontífices. Küng, nacido en Sursee, Suiza, en 1928, recibió en exclusiva a Clarín en la ciudad alemana de Tübingen, donde fue profesor de teología ecuménica durante décadas y ahora preside la “Fundación por una Ética Global”. Su disidencia hizo que el Vaticano le quitara la potestad de enseñar teología, pero su universidad se rebeló y le creó una cátedra. En esta entrevista, muy crítico con Juan Pablo II y Benedicto XVI, dice estar “muy feliz” por la elección del Papa Francisco, a quien pide “coraje”. Cordial, invita un café y, para romper el hielo, hace la primera pregunta: “¿Usted cree que el Papa leerá esto?”

¿Qué le parece la elección del cardenal Bergoglio como nuevo Papa?

Una sorpresa muy feliz porque no tenía confianza en los nombres que sonaban. Mi esperanza era que, tras la discusión, surgiera una figura similar a Juan XXIII, pero no sabía quién podía ser. Él es el hombre adecuado, que trae esperanza, evita la pompa y está cambiando el estilo de Benedicto XVI.

¿Y que haya elegido el nombre de Francisco?


Una buena señal, porque es un programa en sí mismo, no de dominación y poder, sino que anuncia una Iglesia de servicio a todos, desde los más pobres, de simplicidad y modestia.

Francisco es el primer Papa jesuita. ¿Qué significa?


Significa que tenemos a una persona con una educación muy buena, alguien muy inteligente, muy bien formado en filosofía y teología. Un hombre que tiene la espiritualidad de San Ignacio de Loyola. Y de una espiritualidad al día, de servicio al ser humano.

También es el primer Papa no europeo.

Es una buena señal porque muestra que la Iglesia ya no es eurocentrista, sino universal. Y desde el punto de vista político, es un hombre que no sale de la Curia, no ha estado envuelto en los escándalos.

¿Qué reformas tendría que iniciar?

La pregunta es si podrá imponerse a la Curia. Jurídicamente hablando tiene todo el poder y si quiere podrá hacer muchas cosas. Pero debe usar esa autoridad para limpiar la Curia, rodeándose de la gente correcta y quitando ya a al secretario de Estado Bertone, que es un incompetente. Además, debe tener coraje y formar un gabinete de gente experimentada, no sólo con los que vienen de la jerarquía, que están ahí por ser persona grata, por no molestar ni discutir. Tiene que poner gente competente en los dicasterios, que se reúnan cada semana, que discutan. Debe poner a alguien en la Congregación para la Doctrina de la Fe que sea dialogante, no como el actual Müller, que está ahí sólo por ser amigo de Ratzinger. Y puede revisar ya la reforma “gregoriana”, que impuso el absolutismo papal, un fuerte clericalismo y el celibato. E ir hacia un sistema colegiado, del Papa con los obispos, para dejar atrás el absolutismo y abrir un debate libre sobre el celibato. Por ahora ha mostrado que puede cambiar.

¿La Iglesia necesita un nuevo Concilio?

El Papa puede hacer algunas reformas en solitario. También puede decidir junto con la Curia que él nombre, con su pequeño círculo. No sólo con los cardenales, pues muchos son incompetentes. Y podría convocar un Concilio, pero no con los casi 5.000 obispos, sino con obispos que representen a sus comunidades y que sean elegidos por ellas. Se necesita un Concilio que tome decisiones con el Papa, no contra el Papa o a las órdenes del Papa.

¿Qué espera del nuevo Papa en temas de moral?

No creo que haya que adaptarse a todo, pero no debería ser demasiado rigorista. No debe aprobar la promiscuidad, pero la Iglesia debería permitir a las parejas decidir si quieren o no quieren tener niños y cuántos. En cuanto al aborto, nadie espera que el Papa lo acepte, pero en ciertos casos la Iglesia no debería condenarlo. Y creo que debería aceptar las uniones homosexuales civiles, pero no la adopción por parte de estas parejas.

El Papa Francisco dice que quiere una Iglesia pobre dedicada a los pobres…


La pobreza en sí misma no es un ideal. Especialmente en América Latina, lo que tiene que hacer la Iglesia es ayudar a la gente a salir de la pobreza. La Iglesia tiene que estar al lado de los pobres y el poder tiene que reconocer que la Iglesia debe protestar contra los abusos, contra la miseria.

¿Qué debería hacer respecto a la Teología de la Liberación?

Soy amigo de Leonardo Boff, era amigo de Ellacuría y conocí a Gustavo Gutiérrez. Creo que hoy hay una situación política diferente. Algunos teólogos de la Liberación estaban demasiado fascinados por el marxismo. No eran marxistas, pero simpatizaban con Fidel Castro, y hoy necesitamos democracia. La Teología de la Liberación puede servir para crear comunidades vivas, que ayuden a luchar contra la pobreza. Millones de personas en América Latina están dejando la Iglesia Católica para irse a los pentecostales, porque ahí encuentran una comunidad y la ayuda de otros y porque la Iglesia Católica es demasiado jerárquica y con esas misas aburridas. Necesitamos comunidad, calor, emociones, el apoyo de los demás. Para eso necesitamos más párrocos, que sólo tendremos aboliendo el celibato. Es muy difícil atraer a los jóvenes a una profesión que les prohíbe el matrimonio y que se rige de forma autoritaria. Y es muy importante la misericordia, no sólo para los pobres, también para los divorciados que quieren acceder a la eucaristía, para los párrocos que contraen matrimonio.

¿La elección de un jesuita es una derrota para los movimientos que apoyaron y que fueron apoyados por los dos últimos papas, como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo?


También hay gente buena en esos movimientos, con intenciones honestas. Pero supongo que el nuevo Papa no olvida que los jesuitas fueron tratados de muy mala manera, fueron humillados, especialmente por Juan Pablo II. Estoy seguro de que Francisco no es un Papa vengativo, pero tiene que tomar distancia del poder financiero del Opus Dei y de los Legionarios de Cristo.

¿Qué podría hacer para fomentar mejores relaciones con las demás religiones?

Mostrar simpatía. Después de que Benedicto XVI diera aquel desafortunado discurso en Ratisbona (donde relacionó Islam y violencia), los musulmanes dijeron “no le gustamos”. Fue lo opuesto a Juan XXIII, quien desde el principio mostró que amaba a los judíos, que los aceptaba como hermanos. Y debería reconocer lo que une a cristianos, musulmanes y judíos, incluso a hinduistas y confucianos. Tenemos ancestros comunes, una visión común de la historia y estándares éticos comunes. Todos pueden mantener su fe pero tienen que acordar principios éticos elementales: no matar, no mentir, no robar… Y sobre todo, una regla de oro: no exijas a los demás lo que no

martes, 9 de abril de 2013

DESPERTAR DEL SUEÑO PAPAL

José Ignacio González Faus

Soy de la era del papel, y nunca imaginé que esto de las redes pudiera tener tanto poder de difusión. Ello me anima a escribir ahora a cuantos comentaron mi escrito anterior sobre el papa Francisco. A niveles personales sólo he contestado a tres (un hermano jesuita y dos laicos latinoamericanos) que se mostraron más recelosos o críticos. A los entusiasmados, no quisiera hacerles ahora de aguafiestas: simplemente recordar que también las fiestas necesitan agua, para no agostarse.

1.- A toda gran esperanza le es intrínseco el peligro de que “más dura sea la caída”. Atención pues. Los gestos iniciales del papa Francisco han sido muy alentadores, pero hay que tener en cuenta dos cosas: han sido sólo de formas, aunque fueron formas con simbología muy adecuada. Y, si se los mira serenamente, veremos que han sido muy elementales: le comentaba ayer a una amiga que es como si nos entusiasmáramos porque una persona de cuarenta años, que nunca hablaba, de pronto dice claramente papá y mamá; será esperanzador pero ¡son cosas tan de cajón!. (Ello es señal más bien de hasta qué punto estábamos habituados todos nosotros a cosas absurdas).

2.- Con el tiempo habrá que ir pasando de las formas al fondo. Y ahí, el hermano Francisco puede tropezar, como mínimo, con cuatro grandes dificultades:

a) la curia romana que resistirá hasta el máximo y tiene enorme poder. No sé si la curia es un nudo de víboras como algunos insinúan. No creo que sean malas personas sino más bien víctimas de una estructura que fomenta la intriga y el carrerismo como insinuó el cardenal Martini. Sobre el poder de la curia me comentaba ayer otro amigo que los papas se encuentran en ella como el ciudadano vulgar en sus conocimientos de informática que, de repente, se ve ante un ordenador descomunal que no conoce: si todo el equipo informático (la curia) decide no colaborar (“no sé”, “esto no es de mi competencia”…), el pobre ciudadano se desesperará impotente, como un nuevo Luciani, y como nos ha pasado alguna vez a nosotros con esto de las computadoras.

b) Hay que tener en cuenta que la crisis de la Iglesia no radica sólo en los estamentos institucionales (los llamados “jerárquicos”), sino en infinidad de movimientos de la base eclesial, de corte fundamentalista, que parecen querer servir a Dios como a ellos les gusta y no como Dios quiere ser servido.

c) Hay que contar con que todos los poderes de la tierra, por mucho que asistan a la consagración del obispo de Roma, no desean un mundo más fraterno sino la salvaguarda de lo que ellos consideran sus “intereses vitales”; y que, en defensa de ellos, siempre acaban uniéndose Herodes y Pilatos (o Merkeles y Putins o pongan los nombres que ustedes quieran).

Y finalmente d) se dice, aunque yo no la conozco, que Francisco es conservador en su teología. Habrá que esperar a ver si eso significa algo, pero puede ser bueno tenerlo en cuenta. A mí personalmente, no me ha satisfecho en sus primeras palabras la repetición en hablar “del diablo”. No porque yo niegue su existencia -que tampoco sé tanto como algunos progres seguros- pero sí porque tengo problemas sobre ella y sobre el significado correcto del lenguaje bíblico cuando habla del Enemigo (Satán) o del Separador (dia-bal.lon). La existencia de un ser que junte a la vez, la perfección ontológica de lo personal y la consistencia absoluta del mal, que es la negación misma del ser, no me parece fácil de entender. Prefiero, por eso, el lenguaje neotestamentario del “misterio de iniquidad” (2 Tes 2,7) que pone de relieve esa verdad del mal como misterio que trasciende nuestros niveles de existencia. Hablar así me habría resultado más razonable. Pues, en mi opinión, la enseñanza bíblica sobre el diablo no es “que existe” sino que, si existe, está vencido (lo cual ya no es una verdad meramente de información, sino “por causa de nuestra salud”, como enseña el Vaticano II al hablar de la verdad de la Biblia).

Pero esto es sólo un ejemplo. Lo importante es cobrar conciencia de que las cuestiones de fondo son muy serias y no se arreglan con gestos, por imprescindibles y bonitos que estos sean. Ello nos exige, a la vez, serenidad, esperanza y colaboración pero ningún entusiasmo ciego. Ahora que se acerca semana santa, puede ser oportuno evocar que las multitudes humanas somos así: gritamos un día: hosanna y bendito el que viene en Nombre del Señor, para cinco días después gritar: crucifícale. Jesús nunca fue un optimista a pesar de que traía el más bello de los anuncios (la paternidad de Dios y reinado de la fraternidad); pero, aun sabiendo que somos malos, Jesús se atrevía a esperar que imitemos la bondad del padre Celestial. Ni los partidos de futbol se ganan gritando simplemente “este partido lo vamos a ganar”, sino encontrando la manera de abrir el cerrojo rival. Pues bien, parodiando a Jesús: “aquí hay mucho más que un partido”.

3.- A las dificultades enumeradas habrá que añadir la oposición de un sector de la opinión mediática que intentará revolver puntos oscuros. Tras la elección de Bergoglio, en cuanto pude constatar que los media sabían ya de todo, me pareció que lo más evangélico por nuestra parte era no querer ocultar nada (porque eso acaba haciéndonos más daño), sino poner en práctica las sabias palabras de Pablo VI que me recuerda Julín (un cura amigo dominicano): “aceptamos con humildad y reflexión crítica y admitimos lo que se señala con justicia. Roma no necesita ponerse a la defensiva cerrando los oídos a observaciones que proceden de fuentes respetadas, y menos aún cuando esas fuentes son amigas y hermanas”.

En este contexto, las declaraciones de Orlando Yorio, hermano del jesuita torturado y expulsado, me parecen muy dignas de respeto: sólo piden conocer del todo la verdad. Y a ello tienen pleno derecho porque los familiares de una víctima guardan algún deber respecto a ella que es algo distinto del deber de perdonar. (Jalics, en cambio, sigue vivo y plenamente reconciliado y, según he leído, ha modificado algo lo que explicaba en el capítulo V de su libro -Ejercicios de contemplación- aunque sin citar ningún nombre).

No necesitamos ningún encubrimiento porque sabemos bien que la Iglesia se apoya sobre una “roca”, pero una roca agrietada: que negó a Cristo cobardemente, pero a quien Jesús logró cambiar. Pedro fue muy querido en la Iglesia primera que conocía su debilidad. Si hubiera algún pasado que lamentar, entonces estaríamos poniendo en práctica lo que el mismo Francisco nos pidió antes de dar su bendición: que le perdonáremos nosotros a él. Y cabría imaginar una nueva escena evangélica donde los hodiernos Vicarios de Cristo que son los pobres de la tierra le preguntan al sucesor de Pedro “¿nos amas más que éstos?” (más que todos nosotros). Por tres veces y para poder decirle después: “guíanos”. Y quizás añadiendo una nueva pregunta: “¿nos amas más que a éstos?” Y en “éstos” segundos están todos los poderes económicos de la tierra (banqueros, ejecutivos de multinacionales, millonarios, narcotraficantes, magnates del petróleo …) y otros que quizás asistan a misa y den un pequeño pellizco limosnero a la Iglesia, pero han de ir aprendiendo lo que significa una Iglesia de los pobres y un papa para los pobres, como dijera nítidamente el obispo Bossuet en su impresionante sermón “sobre la eminente dignidad de los pobres en la Iglesia”.

En resumen otra vez: serenidad esperanzada y colaboración. Una colaboración que evite convertir el entusiasmo actual en un gallinero de reivindicaciones insolidarias, donde cada cual va sólo a la suya, y que es una de las razones por las que fracasan tantas reformas posibles. Vosotros lo veréis. Yo, seguramente, ya no tanto.

lunes, 8 de abril de 2013

"ES LÍCITO REBELARSE CONTRA TODO LO QUE SEA INJUSTO Y AFECTA A LA DIGNIDAD"

ENTREVISTA A JESÚS MARÍA ALEMANY

Joaquín Carbonell, en 'El periódico de Aragón'

--¿Con qué ánimo contempla la actualidad?

--Con preocupación. Venimos de tiempos en que habíamos conseguido metas importantes en la historia de España, de Europa y del mundo, y en estos momentos da la impresión de retroceder en España, en Europa y en el mundo.

--¿Había conocido algo similar?

--Era preocupante la situación en el régimen anterior, pero teníamos esperanza. Incluso teníamos un modelo en el que mirarnos que era Europa, y ahora da la impresión de que todo esta en crisis.La democracia se tambalea, el estado social está mostrando brechas profundas y Europa da la impresión de que está falta de líderes; existe la mediocridad y las recetas vienen de los mercados, poco interesados en la distribución de los bienes.

--¿Los políticos se han alejado del pueblo?

--Una cosa son los políticos y otra la política. La política y el poder estaban identificados en la democracia; en este momento política y poder están separados, puesto que el poder lo ostenta la economía; la política, ni siquiera sabe o puede regular la economía. Esto hace que la política no pueda suministrar a los ciudadanos la seguridad de vivir en dignidad y en un grado de bienestar acorde con el estado social de derecho que consagra la Constitución.

--¿Y los políticos?

--Están muy alejados de los ciudadanos por las razones anteriores pero también por otras añadidas: la escasa experiencia en democracia que teníamos los españoles hizo a los ciudadanos creer que su papel era solamente votar y lo demás quedaba en manos de los políticos. Por otra parte, los políticos una vez elegidos no han tenido especial interés en acercarse a los ciudadanos o facilitarles su participación en las decisiones a tomar. Por eso en un momento en que política y poder van separados y erróneamente políticos y ciudadanos también lo estaban, la crisis económica y social se convierte en crisis política y se advierten las carencias de la democracia formal de voto, que no es la democracia moral en palabras de Aranguren.

--Hay en Aragón 34.000 hogares que no ingresan ni un euro. ¿Eso es violencia?

--Claro. La violencia estructural aunque no lleve a la violencia directa, como la guerra, sería cínico llamarla paz. El hambre, la pobreza, la desigualdad, el desprecio cultural, son violencia estructural.

--¿Se les puede acusar a los políticos de ejercer violencia?

--Si fueran responsables de ella, sí, pero me temo que en la violencia estructural coinciden diversos actores.

--¿Qué diría Cristo de todo esto?

--Que se tomaran las decisiones desde los más débiles. Y que no se le busque a él en los templos sino en aquellos que sufren...

--Yo creo, por lo que sabemos de él, que se indignaría...

--Y ciertamente proclamaría un proyecto diferente, lo que él llamaba el Reino de Dios.

--¿Echa de menos un mayor compromiso de la Iglesia con los que más sufren en esta situación?

--Hay que diferenciar la Iglesia y la jerarquía de esa Iglesia. Sospecho que me preguntas sobre la jerarquía en España. Mi respuesta es que sí esperaba una voz pública más alta y con autoridad en temas en que se decide la justicia y la fraternidad.

--¿Qué podemos hacer los ciudadanos? Hay gente desesperada, que se suicida...

--Ignacio Ellacuría aconsejaba hacerse cargo de la realidad, cargar con ella y encargarse de transformarla. Lo primero, es ver lo que ocurre hacerse cargo de su gravedad; después, cargar con ella significa aceptar pagar emocionalmente el precio que eso conlleva; pero encargarse de ella, significa no huir sino buscar alternativas.

--¿Hasta dónde es lícito rebelarse?

--Es lícito rebelarse moralmente contra todo lo que sea injusto y afecta a la dignidad de las personas. La pregunta ética es: si fallan los cauces democráticos habituales, si no se pueden emplear otros menos ordinarios, como pueden ser la ocupación de las calles. Pienso que la ética tiene unas normas claras, incluso en la desobediencia civil, como es la no violencia, que no se deberían atravesar.

--¿En ningún caso es lícito utilizar la violencia?

--En mi opinión no es lícito moralmente ni políticamente aconsejable. Pero al mismo tiempo, hay que protestar por que el poder criminalice cada vez más conductas normales de ciudadanos desesperados. Hay que recordar que diputados, ministros y policías tienen un puesto de trabajo, y están dando lecciones, no solo políticas sino morales, a quienes empiezan a carecer de lo más elemental.

--¿Qué le parece el Papa Francisco en estos primeros pasos?

--Creo que ha mostrado una sencillez y cordialidad, hasta llegar a gestos inesperados. El nombre, en la cultura oriental, responde a todo un programa; elegir el de Francisco significa decantarse por la pobreza, la tolerancia, la paz y la naturaleza.

–Creo que ha sorprendido incluso a la propia Curia Vaticana.

--Por supuesto, incluso los miembros de seguridad andan de cabeza. Pero no cabe olvidar que fueron los cardenales los que le eligieron y por tanto buscaban un cambio de timón considerable.

–¿Nos puede sorprender todavía más?

--Evidentemente. Porque hasta ahora solamente hemos visto los primeros gestos; ahora toca tomar decisiones, y ahí es donde viene la dificultad y por lo tanto, donde nos debe sorprender todavía más.

–Creo que lo conoció personalmente...

--Sí, es cierto. Un grupo internacional de jesuitas hicimos juntos en Alcalá de Henares el último año de formación. Él estaba entre nosotros. Pero era 1970, ha llovido mucho y no lo he vuelto a ver desde entonces...

–¿Intuye qué otros pasos puede dar?

--Creo que con sus primeros gestos los ha dado a entender: opción por los pobres y una Iglesia pobre; reforma de la Curia Vaticana desde un modo de vida más sencillo y cercano a la gente. Otra cosa son las dificultades para pasar de las intenciones a la realidad. Conozco personas que no son creyentes y están emocionadas e ilusionadas.

–Dijo el Papa que evadir dinero es pecado...

--No me extraña...

–¿No está a menudo la Iglesia demasiado cerca del dinero?

--Existe el problema que esperamos acometa el papa Francisco de la banca vaticana. También podemos ver una excesiva cercanía y condescendencia de la jerarquía con personas adineradas. Pero no es verdad ni que las parroquias ni los sacerdotes ni siquiera los obispos sean ricos. Ni que las comunidades de base, instituciones como Cáritas, no vivan con los pobres y muchas veces la misma pobreza.

–El logro de la paz en el mundo suena a menudo como el deseo de miss España...

--(risas) La paz es un deseo común a todas las culturas. Pero se confunde la Paz como meta con mayúsculas, con las paces con minúscula que son el camino y los instrumentos para esa paz. No hay nadie que deje de desear la Paz...

–Eso es lo malo...

--El problema siempre es el camino o los instrumentos, y ahí es donde diferimos. Por eso Gandhi dijo que la paz no solamente es la meta sino también el camino. Algunos buscan la paz por medio de la guerra, o de la injusticia, o simplemente no haciendo nada. De esto no estamos hablando cuando hablamos de paz.

–¿Le ha satisfecho la aprobación en Naciones Unidas del tratado sobre el comercio de armas convencionales?

--Mucho. Es la primera vez que se aprueba un tratado para la regulación del comercio de armas, uno de los grandes escándalos de nuestro tiempo. Pero dos veces, en julio y el último Jueves Santo, fracasó la aprobación por consenso de este tratado, por el veto de Irán, Corea del Norte y Siria. Este consenso hubiera hecho entrar en vigor el tratado inmediatamente. Ahora habrá que esperar a que lo ratifiquen cincuenta estados para que entre en vigor y además hay estados que podrían negarse a ello.

–¿Cómo se puede erradicar la violencia social?

--La paz en el escenario internacional no se puede separar de la paz en el micro escenario social. Por eso hay que trabajar en ambas direcciones. La violencia social se erradica ante todo superando la violencia estructural, tal como prevé un estado de derecho. Además, exige una pedagogía educativa desde el comienzo de la vida y a través de toda ella.

–¿Entiende que esta sociedad actual es la más violenta de la historia?

--¡No! Juan XXIII lanzó a comienzo del Concilio Vaticano II una enérgica recomendación a no ser profetas de desgracias. Es decir, a no ver todo negro y que cualquier tiempo pasado fuera mejor...

–¿Ve bien Aragón?

±Seamos realistas: estamos en una situación más problemática que hace unos años, pero tenemos una capacidad de respuesta suficiente si no perdemos la esperanza. Quiero recordar que lo que llamamos crisis global es una crisis occidental y que tres cuartas partes del mundo llevan en crisis permanente toda su historia.

–¿Una palabra? --Compasión.

sábado, 6 de abril de 2013

CARTA A FRANCISCO, OBISPO DE ROMA

Dolores Aleixandre rscj+

Hermano Francisco: nunca pensé que me dirigiría así a un Papa, pero como en tu saludo inicial no nos llamaste “hijos e hijas” sino “hermanos y hermanas”, siento que tengo permiso para hacerlo. Y me sale también un tú, aunque llenísimo de respeto, porque no me imagino llamando de usted a un hermano de verdad y el vos argentino no me va a salir.

En el diario “La Nación” del 14 de Marzo he leído que tu elección “ha resultado balsámica” y me ha parecido un adjetivo perfecto para calificar lo que nos está pasando desde que nos saludaste desde el balcón, con aquel tono en el que se mezclaban la timidez y la confianza. Primer efecto balsámico: te vemos distendido y hasta bromista (¡qué maravilla, un papa con sentido del humor…!), sin dar en ningún momento la impresión de estar abrumado por el peso de esa responsabilidad agobiante y desmesurada que los Papas se han ido echando sobre los hombros, como si les tocara a ellos solos encargarse de toda la Iglesia universal. Como si no existieran los otros Pastores, como si el pueblo de Dios fuera un fardo con el que cargar y no una comunidad de hombres y mujeres capaces de iniciativa y con deseos de participar y de colaborar, como soñamos con el Concilio.

Tú, en cambio, estás consiguiendo comunicarnos la convicción de que ese camino que comienzas lo vas a hacer acompañado por todos nosotros. Qué manera tan franciscana por lo sencilla y tan ignaciana por su lucidez de señalar un nuevo estilo eclesial. Porque si lo que deseas es que se nos reconozca por la fraternidad, el amor y la confianza, empiezan a sobrar y a estorbar (hace tiempo que a bastantes ya nos estaban sobrando y estorbando…) tantas conductas, prácticas y costumbres en las que se han ido confundiendo la dignidad con la magnificencia y lo solemne con lo suntuoso. Resulta una sorpresa balsámica sentir que ahora te tenemos como cómplice en el deseo de ir cambiando esas usanzas e inercias que nadie se decidía a declarar obsoletas y ante cuya incongruencia habían dejado de dispararse las alarmas. No son cuestiones irrelevantes, son indicadores que revelan una preocupante atrofia de los sensores que tendrían que haber puesto alerta, hace mucho, de que estaban en contradicción con los usos de Jesús. Así que bienvenida sea esa tarea que emprendes de volver a la frescura del Evangelio y a la radicalidad de sus palabras: ya nos estamos dando cuenta de que, en lo que toca a los pobres, no vas a darnos tregua.

Comienzas tu camino en momentos de extrema debilidad de la Iglesia: lo mismo que aquel joven que huyó desnudo en el huerto, a ella le han sido arrancadas las vestiduras con las que se protegía: secretismo, hermetismo, ocultamiento, negación de lo evidente. Pero es precisamente ahora, cuando aparece desnuda y despojada ante la mirada enjuiciadora del mundo, cuando se le presenta inesperadamente una ocasión maravillosa: la de revestirse por fin, únicamente, del manto de la gloria de su Señor.

Nos has confiado la tarea de sostenerte con nuestra oración y en estos momentos estoy pidiendo para ti unas cuantas cosas: paciencia ante el rastreo que la prensa está haciendo de tu pasado y que es una consecuencia de lo que dijiste a los periodistas: “Habéis trabajado ¿eh?, habéis trabajado…”. Pues eso, se han crecido y siguen trabajando. También pido que no te agobien más de la cuenta las expectativas descomunales que estás despertando y que te sientas muy libre (y muy hábil también) para elegir a quienes creas que pueden ayudarte en el gobierno de la Iglesia, aunque suponga un ERE para la curia.

Vas a encontrar muchas piedras en ese camino: críticas, resistencias y hasta zancadillas así que, siguiendo la recomendación de tu preciosa homilía el día de San José, trata de custodiarte un poco a ti mismo. Y por si no aciertas del todo, que se ocupen de ello las santas de la Iglesia de Roma: Cecilia, Inés, Domitila, Tatiana, Agripina, Demetria, Martina, Basilisa, Melania, Anastasia, Digna, Emérita, Martina, Sabina.

Han ido a buscarte casi hasta el fin del mundo y ha sido un acierto: gracias por haber aceptado quedarte, sin poder volver a recoger tus cosas. Menos mal que los zapatos que llevas parecen cómodos.

Muchos nos sentimos ahora responsables de rezar por ti, aunque no seamos de tu diócesis y nos alegra saber que estás también encargado de velar por la Iglesia universal. De pronto, está recobrando sentido llamar Papa al Obispo de Roma.

Que el Señor te bendiga, te guarde y derrame sobre ti el bálsamo de su paz.

Dolores Aleixandre RSCJ+

jueves, 4 de abril de 2013

UN DOCUMENTAL PONE ROSTRO A LA LEY QUE EXCLUYE DE LA SANIDAD A LOS SIN PAPELES

Berta del Río, en La Marea

Graciela es argentina y tiene un cáncer de mama con metástasis. Su única alternativa son los cuidados paliativos para reducir el dolor con el que la enfermedad le tortura. Y eso tiene un coste: 1.600 euros mensuales. Antes de la aplicación del Real Decreto Ley 16/2012 que excluye a los inmigrantes en situación irregular del acceso a la sanidad “universal” pagaba 70 euros. “No me permito más sentirme culpable por estar enferma”, afirma amarga en presencia de su marido, quien recurre al argumento de que ellos también participan del pago de la Sanidad a través de los impuestos indirectos. Ella es uno de los tres testimonios del documental Cuanto ganamos, cuanto perdemos. Crónica de la exclusión sanitaria en España.

El documental, que se estrena el próximo domingo en el marco del Festival de Cine Documental y Derechos Humanos Artículo 31 organizado por Médicos del Mundo, ha sido concebido como un “viaje en el intento de comprender el por qué de esta ley”, explica el médico Javier Arcos, director del mismo. “Pensamos que debíamos investigar dejando al margen los prejuicios y tratando de averiguar si había algo bueno en esa decisión que excluye a entre 150.000 y 500.000 inmigrantes“, asegura Arcos.

El producto final son 72 minutos de historias entrelazadas. Las vivencias de los inmigrantes en situación administrativa irregular se combinan con voces autorizadas que tratan de acercarse a la Ley de 20 de abril “de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud“, aprobada el 1 de septiembre de 2012. Para ello, Javier Arcos y su compañero Javier Jarillo entrevistaron desde el pasado verano a 21 especialistas. Entre ellos se encuentran Juan Gérvas (Doctor en Medicina y Profesor de las facultades de medicina John Hopkins, UNED, UAM y Universidad de Valladolid), Josep Basora. (Presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria), Mª Ángeles Neira (Subdirectora de Hospitales Comunidad de Madrid entre 2010-2012), la ex ministra Trinidad Jiménez y el portavoz de Izquierda Plural en el congreso, Gaspar Llamazares.

Los inmigrantes van un 30% menos al hospital

Además de explicar la decisión política desde las consecuencias que ha generado en los afectados, el documental aporta datos que avalan la hipótesis de que dejar de atender inmigrantes en situación irregular, “además de injusto, no es rentable ni va a producir ningún ahorro económico“, explica el Arcos. De hecho, en el largometraje se dice que, según un Estudio del Fondo de Investigación Sanitario, “los inmigrantes procedentes de países de renta baja acuden un 30% menos al hospital y su consumo en fármacos es casi cinco veces inferior a la población autóctona”.

Y dispara directamente a otro de los manidos argumentos en los que se sustenta la justificación de este Real Decreto Ley: el colapso de los servicios sanitarios de urgencia. El documental argumenta: “El supuesto abuso de las urgencias hospitaliarias atribuido a este colectivo también ha sido desmentido, pues su uso es inferior al de los ciudadanos españoles”.

Como Arcos pone de relieve, al tratar el tema de la relación entre la inmigración y la sanidad universal se suele obviar un porcentaje de enfermos, los crónicos. Julio es un cubano que pasa de los 60 años y que acumula tres dolencias crónicas, entre ellas hipertensión y claudicación intermitente. Este músico callejero no tiene acceso a la medicación. Su médico le seguía atendiendo en contra de la Ley, pero en cuanto cambió de ciudad, a Alicante, para intentar obtener más recursos mediante la música, ningún médico lo atendió.

Tras el trabajo y la investigación, el médico recuerda la pregunta que originó todo el proyecto. “Después de todo, sigo sin entender qué mueve esta decisión, no he logrado entenderlo”, asegura Arcos.

martes, 2 de abril de 2013

FRANCISCO DE ASIS Y FRANCISCO DE ROMA

Leonardo Boff, en Koinonía

Desde que el obispo de Roma electo, y por eso Papa, asumió el nombre de Francisco, se hace inevitable la comparación entre los dos Franciscos, el de Asís y el de Roma. Además, el Francisco de Roma se remitió explícitamente a Francisco de Asís. Evidentemente no se trata de mimetismo, sino de constatar puntos de inspiración que nos indiquen el estilo que el Francisco de Roma quiere conferir a la dirección de la Iglesia universal.

Hay un punto común innegable: la crisis de la institución eclesiástica. El joven Francisco dice haber oído una voz venida del Crucifijo de San Damián que le decía: “Francisco repara mi Iglesia porque está en ruinas”. Giotto lo representó bien, mostrando a Francisco soportando sobre sus hombros el pesado edificio de la Iglesia.

Nosotros vivimos también una grave crisis por causa de los escándalos internos de la propia institución eclesiástica. Se ha oído el clamor universal («la voz del pueblo es la voz de Dios»): «reparen la Iglesia que se encuentra en ruinas en su moralidad y su credibilidad». Y se ha confiado a un cardenal de la periferia del mundo, a Bergoglio, de Buenos Aires, la misión de restaurar, como Papa, la Iglesia a la luz de Francisco de Asís.

En el tiempo de san Francisco de Asís triunfaba el Papa Inocencio III (1198-1216) que se presentaba como «el representante de Cristo». Con él se alcanzó el grado supremo de secularización de la institución eclesiástica con intereses explícitos de «dominium mundi», de dominación del mundo. Efectivamente, por un momento, prácticamente toda Europa hasta Rusia estaba sometida al Papa. Se vivía en la mayor pompa y gloria. En 1210, con muchas dudas, Inocencio III reconoció el camino de pobreza de Francisco de Asís. La crisis era teológica, pues una Iglesia-imperio temporal y sacral contradecía todo lo que Jesús quería.

Francisco vivió la antítesis del proyecto imperial de Iglesia. Al evangelio del poder, presentó el poder del evangelio: en el despojamiento total, en la pobreza radical y en la extrema sencillez. No se situó en el marco clerical ni monacal, sino que como laico se orientó por el evangelio vivido al pie de la letra en las periferias de las ciudades, donde están los pobres y los leprosos, y en medio de la naturaleza, viviendo una hermandad cósmica con todos los seres. Desde la periferia habló al centro, pidiendo conversión. Sin hacer una crítica explícita, inició una gran reforma a partir de abajo pero sin romper con Roma. Nos encontramos ante un genio cristiano de seductora humanidad y de fascinante ternura y cuidado que puso al descubierto lo mejor de nuestra humanidad.

Estimo que esta estrategia debe haber impresionado a Francisco de Roma. Hay que reformar la Curia y los hábitos clericales de toda la Iglesia. Pero no hay que crear una ruptura que desgarraría el cuerpo de la cristiandad.

Otro punto que seguramente habrá inspirado a Francisco de Roma: la centralidad que Francisco de Asís otorgó a los pobres. No organizó ninguna obra para los pobres, sino que vivió con los pobres y como los pobres. Francisco de Roma, desde que lo conocemos, vive repitiendo que el problema de los pobres no se resuelve sin la participación de los pobres, no por la filantropía sino por la justicia social. Ésta disminuye las desigualdades que castigan a América Latina y, en general, al mundo entero.

El tercer punto de inspiración es de gran actualidad: cómo relacionarnos con la Madre Tierra y con los bienes y servicios escasos. En la alocución inaugural de su entronización, Francisco de Roma usó más de 8 veces la palabra cuidado. Es la ética del cuidado, como yo mismo he insistido fuertemente, la que va a salvar la vida humana y garantizar la vitalidad de los ecosistemas. Francisco de Asís, patrono de la ecología, será el paradigma de una relación respetuosa y fraterna hacia todos los seres, no encima sino al pie de la naturaleza.

Francisco de Asís mantuvo con Clara una relación de gran amistad y de verdadero amor. Exaltó a la mujer y a las virtudes considerándolas «damas». Ojalá inspire a Francisco de Roma una relación con las mujeres, que son la mayoría de la Iglesia, no sólo de respeto, sino también dándoles protagonismo en la toma de decisiones sobre los caminos de la fe y de la espiritualidad en el nuevo milenio.

Por último, Francisco de Asís es, según el filósofo Max Scheler, el prototipo occidental de la razón cordial y emocional. Ella nos hace sensibles a la pasión de los que sufren y a los gritos de la Tierra. Francisco de Roma, a diferencia de Benedicto XVI, expresión de la razón intelectual, es un claro ejemplo de la inteligencia cordial que ama al pueblo, abraza a las personas, besa a los niños y mira amorosamente a las multitudes. Si la razón moderna se amalgama con la sensibilidad del corazón, no será tan difícil cuidar la Casa Común y a los hijos e hijas desheredados, y alimentaremos la convicción muy franciscana de que abrazando cariñosamente al mundo, estamos abrazando a Dios.