miércoles, 28 de noviembre de 2012

EXCOMULGADO POR DEFENDER EL SACERDOCIO FEMENINO

La Congregación de la Doctrina de la fe ha excomulgado al sacerdote Roy Borgeois por el simple hecho de defender el sacerdocio femenino. También ha sido expulsado de la congregación de Maryknoll a la que ha pertenecido durante cuarenta años- Reproduzco el comunicado de la Escuela de las Américas, que fundó y la carta del propio padre Roy.

Todo nuestro apoyo al padre Roy Bourgeois :
Equipo Sur – School of the Americas Watch (SOAW) Queremos comunicar a todas y todos que este lunes 19 de noviembre se le ha comunicado al Padre Roy Bourgeois, fundador de School of the Americas Watch (SOAW), que ha sido excomulgado de la Iglesia Católica por decisión de la Congregación Vaticana para la Doctrina de la Fe a consecuencia de su decisión consecuente de no retractarse por su apoyo a la ordenación de mujeres como sacerdotes.

Queremos manifestar públicamente nuestro afecto y reconocimiento al padre Roy en estos momentos difíciles para él, que luego de servir por 40 años a su iglesia, ahora ha sido desvinculado de la orden Maryknoll.

El padre Roy Bourgeois, candidato al Premio Nobel de la Paz el 2009, es el fundador de nuestro movimiento contra el cierre de la Escuela de las Américas, organización que él fundó como consecuencia del asesinato de los padres jesuitas de la UCA y dos mujeres hecho sucedido en El Salvador el 16 de noviembre de 1989.

El padre Roy Bourgeois ha sido un hombre que ha dedicado su vida por la justicia y la paz de los pueblos de América Latina y por lo tanto es un ejemplo a imitar por muchos otros cristianos, hombres y mujeres de las iglesias, que caminan al lado de su pueblo, y no de los poderosos, por un mundo con justicia social.


Mi despedida de Maryknoll
Padre Roy Bourgeois

He sido sacerdote católico de la congregación de Maryknoll por 40 años. Cuando era joven, me acerqué a Maryknoll, debido a su trabajo por la justicia y la igualdad en el mundo. Es ahora muy difícil y doloroso ser expulsado de Maryknoll, de su comunidad y del sacerdocio por creer que las mujeres también están llamadas a ser sacerdotes.

El Vaticano y Maryknoll me pueden despedir, pero no pueden desaparecer el tema de la igualdad de género en la Iglesia Católica. La exigencia de igualdad de género tiene sus raíces en la justicia y la dignidad, y estas cosas no van a desaparecer.

Como católicos, profesamos que Dios creó a los hombres y mujeres de igual valor y dignidad. Como sacerdotes, profesamos que la llamada al sacerdocio proviene de Dios, sólo de Dios. ¿Como podemos nosotros, como hombres, decir que la llamada de Dios que recibimos nosotros es auténtica, pero la llamada de Dios a la mujer no lo es?

La exclusión de las mujeres del sacerdocio es una grave injusticia contra las mujeres y contra nuestra Iglesia ya que nuestro Dios es un Dios de amor que llama a hombres y mujeres a ser sacerdotes.

Frente a una injusticia, el silencio es la voz de la complicidad. Mi conciencia me obligó a romper mi silencio y enfrentar el pecado del sexismo en mi Iglesia. Lo único que lamento es que me tomó tanto tiempo para tomar una posición de cuestionar el poder y la dominación masculina en la Iglesia Católica.

En mi libro “Del Silencio a la Solidaridad” explico con mas detalle mi posición sobre la ordenación de mujeres, y cómo llegué a tener estas convicciones. Para más información, pueden ir

a:www.roybourgeoisjourney.org.



lunes, 26 de noviembre de 2012

NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN ESPIRITUAL Y SABIDURÍA PARA SER MÁS FELICES CON MENOS. José Arregi

CLAUSURA DE LA XVI SEMANA ANDALUZA DE TEOLOGÍA

José Manuel Vidal, en Religión Digital

Broche de oro a la XVI Semana andaluza de Teología con una sabrosa ponencia de José Arregui,"franciscano de corazón y sin papeles, que alimenta la mística de la resistencia activa", como dijo su presentador, sobre "La lógica del capitalismo y la lógica del Reino".

Y el teólogo vasco Arregi comenzó recordando que, en un contexto de crisis parecido al actual, Jesús no se dejó arrastrar ni por el pesimismo ni por la resignación, sino que apostó por "la sencillez libre y la compasión confiada y transformadora".

Y fue desgranando, con su verbo cálido y sencillo, las seis grandes contraposiciones o antítesis entre la lógica del Reino y la del capitalismo. La primera es la de "Dios vs Mamón". El Mamon, el dinero, el diablo del dinero contra el que Jesús advirtió y puso en guardia. Porque, según Arregi, "ese dinero es la dictadura universal, que hace que el 0,16% de la población disponga del 66% de los recursos del planeta".

En esta dinámica, la codicia no tiene límites y los medios de comunicación no la denuncian, "porque nos mienten y no pueden decir la verdad, esclavos como son de la lógica del capitalismo". Y presos de esa misma lógica, "ni los o bispos son capaces de ponerle reparos morales y enseñar que el que acumula roba y que, como dice el Concilio, el que se encuentra en situación extrema tiene derecho a tomar de la riqueza ajena lo necesario para sí".

La segunda antítesis es "la esperanza del Reino vs el pesimismo optimista". Para Arregi, Jesús lo dejó todo para anunciar el Reino, tras el encarcelamiento de su maestro, Juan Bautista. Y anunció el Reino, porque "el sufrimiento de la gente hizo brotar en él la compasión".

"Un Reino que es el poder transformador de la bondad" o dicho de otra forma, "pensar que es posible transformar el mundo y seguir en el empeño a pesar del fracaso". Ésa fue "la esperanza que siempre movió a Jesús".

En la actual situación, frente a un sistema colapsado y a una civilización en crisis, no basta, según el teólogo vasco, "indignarse y denunciar; es preciso abrir espacios a la osadía y a la imaginación abierta y activa".

A su juicio, "necesitamos una revolución espiritual, con religiones o sin ellas" y necesitamos "sabiduría para ser más felices con menos". Porque, "los sueños pueden ayudarnos a cambiar la realidad; el Reino de Dios fue la utopía y el horizonte de Jesús. Lo soñó, lo esperó y, soñándolo, o hizo real".

Lógica del Reino vs Lógica del capital

Es la tercera antítesis, según la cual "Jesús fundó en la bienaventuranza la consecución de un mundo nuevo, porque las bienaventuranzas transforman la vida y la historia". En esta dinámica, Arregi concretó que "la prioridad del Reino son los pobres y los que optan por los pobres son bienaventurados".

La cuarta antítesis es la transformación por el bien vs el castigo de los malos. ¿Qué pasa con los ricos en el Reino?, se preguntó Arregi. "Primero el Reino y luego el negocio. Hay que transformar el corazón de los ricos para hacerlo solidario, porque el Evangelio es, para el rico, la oportunidad de ser más dichoso por la solidaridad que por la posesión".

Es decir, "la revelación de Jesús consiste en que los opresores se vuelven hermanos y los ricos solidarios. Esta es la alternativa de Jesús". No se trata, por lo tanto, de condenar al rico al infierno eterno ni de invertir los papeles, sino en que "el rico deje de serlo para que el pobre deje de serlo". Es la historia de Zaqueo, "el rico transformado por la llega del Reino; es la bondad de la felicidad y la felicidad de la bondad".

La quinta antítesis es la del óbolo de la viuda vs el donativo del rico. Y Arregi puso como ejemplo de donativo el de los 20 millones de euros de Amancio Ortega a Cáritas o el de los obispos, que también le acaban de entregar 6 millones de euros. "Es para preguntarse: ¿Tantos millones tiene la Conferencia episcopal? ¿Y qué hizo y hace con esos millones?"

Frente a los donativos, las limosnas anónimas de los pobres. "Jesús tuvo ojos para ver las dos monedas de cobre de la viuda y, una vez más, invirtió la lógica del mundo y de la religión. Para Jesús, lo importante no es la cantidad, sino la solidaridad". Por eso, concluyó Arregi, "el óbolo de la viuda es sacramento de Dios".

La sexta y última antítesis es la compasión confiada vs la violencia tenebrosa. Mientras el liberalismo se presenta como el programa para el mejor mundo posible y algunos teólogos lo celebraban como la realización del Reino de Dios, el mercado implosionó, porque "no tiene compasión ni entrañas de misericordia". Sólo dispone del miedo, de donde proceden el poder y la violencia. "Dios, en cambio, es el poder de la bondad y de la compasión samaritana".

Arregi se despidió con la misma sonrisa de felicidad que luce continuamente, en medio de un nuevo y estruendoso aplauso insonoro. Y así concluyó La XVI Semana de Teología de esta Iglesia de base andaluza decidida a seguir luchando por la "utopía realizable" del Reino de Dios. Como levadura en la masa. Al estilo sencillo, humilde y sin condenas de las bienaventuranzas de Jesús de Nazaret.

viernes, 23 de noviembre de 2012

ISRAEL PARA JUSTIFICAR EL TERRORISMO DE ESTADO FABRICA TERRORISTAS...

Eduardo Galeano, Palestinalibre.org (autor de “Las venas abiertas de América Latina”)

Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.


Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.

Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe?

¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?

Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

(Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró.)



domingo, 18 de noviembre de 2012

JOSÉ MÚJICA, EL PRESIDENTE 'MÁS POBRE' DEL MUNDO

Vladimir Hernández, en BBC Mundo, Montevideo

Se quejan de que el estilo de vida de los políticos está muy alejado del de su electorado. No es así en Uruguay.Conozca al presidente - que vive en una granja destartalada y regala la mayor parte de su paga.

Servicio de lavandería está colgado fuera de la casa. El agua proviene de un pozo en un patio lleno de maleza. Sólo dos agentes de policía y Manuela, un perro de tres patas, vigilar el exterior.

Esta es la residencia del presidente de Uruguay, José Mujica, cuyo estilo de vida claramente difiere marcadamente del estilo de vida de la mayoría de los otros líderes mundiales.

El presidente Mujica ha rechazado la lujosa casa que el Estado uruguayo ofrece para sus dirigentes y optó por quedarse en casa de su esposa, frente a un camino de tierra fuera de la capital, Montevideo.

El presidente y su esposa trabajan la tierra por sí mismos cultivando flores.

Este estilo de vida austero - y el hecho de que Mujica dona el 90% de su salario mensual, equivalente a $ 12.000 (£ 7.500), a la caridad - le ha llevado a ser etiquetado como el presidente más pobre del mundo.

"Puede parecer un viejo excéntrico ... Pero esto es una elección libre".

"He vivido como la mayoría de esta parte de mi vida", dice, sentado en una silla vieja en el jardín, con un cojín usado por Manuela el perro.

"Puedo vivir bien con lo que tengo."

Sus donaciones de caridad - que beneficien a los pobres y los pequeños empresarios - significa que su salario es más o menos en línea con el promedio de ingresos de Uruguay de $ 775 (£ 485) por mes.

En 2010, su declaración anual de riqueza personal - obligatorio para los funcionarios de Uruguay - antes $ 1.800 (£ 1.100), el valor de su Beetle 1987 Volkswagen.

Este año, agregó la mitad de los bienes de su esposa - la tierra, tractores y una casa - llegando a $ 215.000 (£ 135.000).

Eso sigue siendo solamente cerca de dos tercios del vicepresidente Danilo Astori patrimonio declarado, y un tercio de la cifra declarada por el predecesor de Mujica como presidente, Tabaré Vásquez.

Elegido en 2009, Mujica pasó los años 1960 y 1970 como parte de la guerrilla uruguaya Tupamaros, un grupo armado izquierdista inspirado en la revolución cubana.

Le dispararon seis veces y pasó 14 años en la cárcel. La mayor parte de su detención transcurrió en condiciones muy duras y de aislamiento, hasta que fue liberado en 1985, cuando Uruguay retornó a la democracia.

Aquellos años en la cárcel, dice Mujica, ayudó a dar forma a su visión de la vida.
Tupamaro: Izquierdista grupo guerrillero formado inicialmente de pobres trabajadores de caña de azúcar y estudiantes- El nombre de rey Inca Tupac Amaru
Clave Táctica fue secuestro político - UK embajador Geoffrey Jackson realizó durante ocho meses en 1971
Aplastado después del golpe de Estado (1973), encabezado por el presidente Juan María Bordaberry,
Mujica fue uno de los muchos rebeldes encarcelados, pasó 14 años tras las rejas - hasta que el gobierno constitucional regresó en 1985
Él jugó un papel clave en la transformación de los Tupamaros en un partido político legítimo, que se unió al Frente Amplio (Frente Amplio)

"Me llaman 'el presidente más pobre, pero no me siento mal. Las personas pobres son aquellos que sólo trabajan para tratar de mantener un estilo de vida caro, y siempre quieren más y más", dice.

"Este es un asunto de libertad. Si usted no tiene muchas posesiones, entonces no tienen que trabajar toda su vida como un esclavo para mantenerlos, y por lo tanto tiene más tiempo para sí mismo", dice.

"Puedo parecer un viejo excéntrico ... Pero esto es una elección libre".

El mandatario uruguayo hizo una observación similar cuando se dirigió a la Cumbre Río +20 en junio de este año: "Hemos estado hablando toda la tarde sobre el desarrollo sostenible. Para llegar a las masas de la pobreza..

"Pero lo que estamos pensando ¿Queremos que el modelo de desarrollo y consumo de los países ricos les pregunto ahora: ¿qué pasaría con el planeta si los indios tuvieran la misma proporción de automóviles por hogar que los alemanes ¿Cuánto oxígeno necesitaría? nos queda?

"¿Este planeta tiene recursos suficientes para siete u ocho millones pueden tener el mismo nivel de consumo y de los residuos que hoy se observa en las sociedades ricas? Este es el nivel de hiper-consumo que está dañando nuestro planeta".

Mujica acusa a los líderes mundiales de más tener una "obsesión ciega para lograr el crecimiento del consumo, como si por el contrario fuera el fin del mundo".

Pero por grande que sea la distancia entre el Mujica vegetariano y estos otros líderes, no es más inmune a lo que son los altibajos de la vida política.

"Muchos simpatizan con el presidente Mujica por la forma en que vive. Pero esto no lo detiene para ser criticado por lo que hace el gobierno", dice Ignacio Zuasnabar, encuestador uruguayo.

La oposición uruguaya dice que la prosperidad económica reciente del país no se ha traducido en mejores servicios públicos en salud y educación, y por primera vez desde la elección de Mujica en 2009, su popularidad ha caído por debajo del 50%.

Este año también ha estado bajo fuego por dos jugadas polémicas.Congreso de Uruguay aprobó recientemente un proyecto de ley que legalizó los abortos para embarazos de hasta 12 semanas. A diferencia de su predecesor, Mujica no la vetó.

Él también está apoyando un debate sobre la legalización del consumo de cannabis, en un proyecto de ley que también le daría al Estado el monopolio de su comercio.

"El consumo de cannabis no es lo más preocupante, el tráfico de drogas es un problema real", dice.

Sin embargo, él no tiene que preocuparse demasiado acerca de su índice de popularidad - la legislación uruguaya no se permite la reelección en 2014. Además, con 77 años, es probable que se retire   de la política por completo en poco tiempo.

Cuando lo haga, tendrá derecho a una pensión del Estado - y a diferencia de algunos otros ex presidentes, él no encontrará demasiado difícil acostumbrarse a la caída de los ingresos.

viernes, 16 de noviembre de 2012

MÁRTIRES DE LA UCA

El recuerdo de los jesuitas muertos en San Salvador

Cipriano Díaz Marcos, en lne.es

No hay que cerrar los ojos ante nada, hay que «enfrentarse» a esta terrible época e intentar encontrar una respuesta para todas las preguntas sobre la vida y la muerte? Quiero ser la cronista de muchas cosas de esta época. (Etty Hillesum, desaparecida en el campo de concentración de Auschwitz)
El recuerdo de aquellos jesuitas muertos hace ya 22 años en la Universidad Centroamericana de San Salvador sigue presente entre nosotros por su legado. Desde sus cátedras universitarias y sus plataformas de investigación social se hicieron cronistas de su época, compartiendo análisis y ensayando respuestas, siempre desde la perspectiva de los más indefensos. Jon Sobrino, superviviente de aquella masacre, calificaba de «razón compasiva» ese ejercicio intelectual. Porque estos profesores sabían que cualquier análisis sociopolítico, por riguroso que fuera, es insuficiente si no incluye la preocupación por los más vulnerables y la defensa de su derecho al pan y la alegría.

Ese fue el sentido de su existencia y la herencia que nos dejaron. Un talante que se afana en la reflexión especulativa y hunde sus raíces en el amor al prójimo y el apoyo mutuo. Porque para ellos vivir con espíritu no fue una suma de prácticas piadosas, sino un conjunto de ejercicios apasionados que incluían la contemplación y el análisis, el diálogo crítico y la espiritualidad para desvelar la realidad que se oculta y descubrir a Dios en el corazón de las cosas.

Precisamente, se sabían en alianza con un Dios que permanece atareado por la causa de la humanidad. Un Dios que dice: «Vete y dile a faraón que he visto la opresión de mi pueblo; que he escuchado su clamor». Un Dios que invita a imaginar una nueva posibilidad para el mundo de los hombres -de los pobres especialmente- en momentos en que los sistemas se pervierten y producen un dolor planetario. Nuestros mártires fueron expertos en ciencias sociales y místicos inspirados por una sabiduría evangélica que los alejaba de la aflicción estéril y del relato de calamidades, convencidos de que su época, como la nuestra, llena de urgencias, requería además de la determinación y el convencimiento de que hay futuro.

Lo expresaba, como un grito, esa extraordinaria mujer citada más arriba: «Tenemos que rezar efusivamente para que llegue algo mejor, siempre que tengamos en nosotros la disposición para algo mejor. Si por nuestro odio nos hemos convertido en unos perros tan salvajes como ellos (los nazis), entonces todo esto ya no tiene sentido». Orar y obrar con disposición interna para alejar de sí la resignación y la amargura, negándose al odio. Un espíritu para construir lo nuevo.

Estos hombres y mujeres asesinados en 1989 dejaron una estela que alumbró la vida y la muerte de muchos otros después. Precisamente, hace unos meses despedíamos en Valladolid a Catalina Montes, hermana de uno de ellos, que agotó sus días en un esfuerzo continuado por poner en pie la Ciudad de Retornados Segundo Montes, en el departamento de Morazán (El Salvador), y en octubre se enterraba al P. Joseph Dean Brackley SJ, norteamericano, que llegó a El Salvador en 1990, cuando se ofreció como voluntario para continuar la labor académica de sus colegas y hermanos religiosos de la Compañía de Jesús. Ambos fueron también escritores y universitarios con un permanente sueño de justicia y de verdad. Recordar a unos y a otras es seguir celebrando lo mejor de la vida; la vida que se entrega por la causa de la cultura, la belleza y la solidaridad.



jueves, 15 de noviembre de 2012

MI ESPERANZA EN EL FUTURO

Fernando Cardenal, en 'La voz de Galicia'

Cuando presentaba hace tres años el libro de mis Memorias en varias ciudades españolas me preguntaron en Granada: “Cómo puede usted seguir siendo un hombre de esperanza después de las desilusiones políticas que ha tenido en los últimos años”.

Le contesté que mi esperanza no estaba puesta en teorías sino en algo muy concreto, en mi experiencia de años trabajando con jóvenes “Mi esperanza es que los jóvenes vuelvan a las calles a hacer historia”

Yo se por experiencia de lo que es capaz un joven. A mí no me cuentan cuentos. Yo estuve con ellos.

Estuve con ellos cuando en la década de los 70 fundamos el Movimiento Cristiano Revolucionario en la Educación Superior de Nicaragua y nos enfrentamos a la criminal tiranía somocista. Nos queda de herencia la sangre de 14 mártires. El compromiso que vi en los jóvenes esos años con la causa de los pobres, con el derrocamiento de la dictadura, con la construcción de una nueva sociedad más justa y solidaria, a favor de los más pobres, fue maravilloso, en muchas ocasiones heroico.

En los primeros días después del triunfo de la Revolución Sandinista me encargaron que organizara una campaña nacional de alfabetización para todo el país, donde bastante más de la mitad de la población era analfabeta. 60.000 jóvenes de secundaria y universidad se ofrecieron voluntarios para ir 5 meses a las selvas y montañas de todo Nicaragua, viviendo en las casas de los pequeños y pobres campesinos para enseñarles a leer y escribir a todos y todas. La capacidad de amor y entrega a la tarea fue inmensa, admirable, y en muchos casos heroica.

Los Contra-Revolucionarios asesinaron al inicio a Marta Lorena Vargas, una jovencita alfabetizadora de Managua que enseñaba cerca de la frontera con Honduras. Crimen con mensaje, “Todos y todas deberían regresar a sus casas o les matarían. Lo habían dicho desde el inicio, pero no lo creyeron. Era en serio”.

Ellos no querían que la Revolución Sandinista realizara algo tan bello y hermoso, por eso querían que fracasa la Jornada Nacional de Alfabetización. Después del crimen con Marta Lorena, la Contra-Revolución asesinó a un alfabetizador, con el mismo mensaje. Nadie se movió de sus puestos. Entonces mataron a otra, luego a otro y así hasta 7. Pero no se movió nadie de las montañas. Los asesinos comprendieron que no podían doblegar a aquellos jóvenes, y ya no siguieron matando a ningún alfabetizador. Y todo terminó con un gran éxito, en gran parte por el maravilloso trabajo de los jóvenes. Cuando recibimos el premio de La UNESCO en París, nos dijeron que en ningún país del mundo antes se había bajado tanto el índice del analfabetismo en 5 meses como en Nicaragua.

Terminada esta epopeya de los jóvenes, pasé a trabajar 5 años con la Juventud Sandinista, los jóvenes de la Revolución. Yo me sentía en el paraíso rodeado de tanta entrega, de tanto compromiso por transformar la sociedad, de tanto amor a los excluidos de siempre de nuestras sociedades, siempre en ambiente de sacrificio y generosidad. Allí también un gran número ofrendó sus maravillosas vidas defendiendo la Revolución de los ataques de la Contra Revolución apoyada y financiada por el gobierno norteamericano. El ambiente diario era de una gran entrega a la causa de construir una sociedad más justa y equitativa. Miles iban en las vacaciones de fin de año voluntarios a cortar café a las fincas estatales para conseguir divisas para las obras sociales del gobierno. Allí también hubo mártires. La lista de tareas de aquellos días es muy grande: jornadas de vacunación del Ministerio de Salud, apoyo a los damnificados del Huracán “Juana” y del Huracán “Micht”, traslado de los Miskitos que vivían en las riberas continuamente inundada del río Coco, frontera con Honduras, hacia lugares más seguros y construcción allí de nuevas casa para ellos.

Aquí en Nicaragua las cosas han cambiado mucho desde 1990 y la juventud ha pasado por una etapa de desilusión y apatía, comprensible por la corrupción de algunos altos dirigentes de la Revolución Sandinista. Más dura la desilusión cuando tantos de de sus compañeros y compañeras dieron sus vidas defendiendo la Revolución.

Pero las cosas han comenzado a cambiar entre los jóvenes de Nicaragua. Hay signos muy positivos que dan fuerza a mis palabras en Granada.

De todas manera, mi actitud en estos años de apatía de la juventud ha sido seguir esperando. Me siento muy identificado con la afirmación de ese maravilloso obispo de origen catalán, Pedro Casaldáliga, quien desde las selvas del río Araguaia en Brasil y ante la debacle de la Revolución Sandinista afirmó: “Somos soldados derrotados de una causa invencible”.

¿Quién más derrotado que yo?, con tantos años de militancia, desde los tiempos de la lucha contra la criminal tiranía de Somoza, exponiendo tantas veces mi vida.

Derrotado sí, pero nuestra causa es invencible, porque es la causa de la justicia, la causa del amor, y por lo mismo, es la causa del Jesús en que yo creo, el gran amigo de los pobres y excluidos de su tiempo.

Quiero terminar con las últimas líneas del magnífico libro de mi amigo mexicano Carlos Núñez, La Revolución Ética: “Recuperar el derecho a soñar y a construir lo soñado, elementos sustantivos en la impostergable revolución ética que el mundo requiere para poder afirmar una vez más que : “A NOSOTROS NO SE NOS HA MUERTO LA ESPERANZA”.



lunes, 12 de noviembre de 2012

EL 14-N, UNA LLAMADA CLARA A LXS CRISTIANXS INDIGNADXS

cristianxsindignadxs

Hay muchas formas de hacer huelga este miércoles, elige la tuya y comprométete.

Motivos hay muchos. Porque llevamos demasiado tiempo aguantando tanta injusticia, porque vamos a suicidio por semana, porque los desahuciados menos mediáticos por seguir con vida son cada día más y duelen, porque esta crisis no es económica, es ética, es la de la avaricia, la del dios Mammon, porque nuestros distinguidos ministros no pueden evitar poner sonrisillas sonrojantes cada vez que anuncian un nuevo estropicio, porque la distancia entre los más ricos y los más pobres está creciendo a niveles de Edad Media y sigue subiendo la venta de Ferraris a final de año, porque nos hacen tanto daño que a veces están a punto de hacernos olvidar que el Sur también existe (desde hace mucho), porque ayer un enfermo de VIH pedía de rodillas en el metro “para comida, para comida, para comida” y lo hacía “por favor, por favor, por favor” terminando inesperadamente con un “amén”, porque acabar con la mortalidad infantil en todo el mundo costaría 0’25 dólares al día y sin embargo gastamos cada segundo 1.500.000.000 de dólares en armamento, porque no necesitamos la caridad de los Amancios sino la justicia de hacer las cosas como se debe, porque Espe está en contra y dice que es inconstitucional… pero muy muy especialmente porque realmente hay esperanzapara cambiar las cosas, aunque a veces falle el optimismo. Por todos estos motivos y por muchos más que cada día salen en las noticias (estaría bello que cada uno añadiera el suyo en los comentarios de esta entrada), este miércoles #14N lo paramos todo. Nos ponemos en huelga. No queremos avanzar al ritmo del que oprime mientras ríe.

Adjunto a esta entrada, por su valor, el comunicado de la HOAC invitando a movilizarse en todos los actos programados para esta semana de lucha, denuncia y esperanza:

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha convocado una jornada de acción y solidaridad para el próximo 14 de noviembre. Esta Jornada europea adoptará diversas formas: huelgas, manifestaciones, concentraciones y otras acciones.
Ante este acontecimiento importante e histórico para la vida de los trabajadores y trabajadoras de Europa y para quienes sufren la lacra del desempleo, nosotros como Movimientos Cristianos en el mundo obrero deEspaña y Portugal, nos alegramos por esta jornada europea y hacemos pública nuestra posición.
Las tasas de pobreza y exclusión de nuestros países del sur de Europa están aumentando a un ritmo vertiginoso. Hay un ataque en toda regla a los derechos sociales y a la protección de las personas y familias trabajadoras con el argumento de priorizar el pago de la deuda. Una deuda que es ilegítima al proceder de préstamos que fueron concedidos y gestionados de manera dudosa, que atentan contra la dignidad de la vida de la ciudadanía, y ponen en peligro la convivencia pacífica entre los pueblos. La política europea, que tomó medidas desastrosas en algunos de los estados miembros, ha declarado como prioridad la salvación del sistema financiero y de los bancos, en lugar de rescatar a las personas. La deuda pública se está convirtiendo en un mecanismo de trasvase de riqueza de pobres a ricos. Por eso, cada vez hay más personas con empleos precarios o que no encuentran trabajo y con un futuro incierto, especialmente los jóvenes.
Entendemos que pese a la situación que estamos sufriendo, no podemos ni debemos olvidar a nuestros hermanos y hermanas de los países más empobrecidos de Europa del Este y de nuestro planeta. Lo que aquí empezamos a sufrir es lo que está sucediendo, sobre todo en el Sur, desde hace décadas, donde la deuda externa se ha cobrado millones de vidas, abocando al hambre y la esclavitud a miles de personas, familias y países enteros.
Las consecuencias de estas decisiones afectan al conjunto de la sociedad pero, de manera más dura, a los sectores del mundo del trabajo más débiles y empobrecidos. Estas consecuencias llevan al empobrecimiento generalizado y a la pérdida de cohesión social y de horizonte vital. Los grupos más castigados son los inmigrantes, los jóvenes, las mujeres y parados de larga duración…
Este año en la Iglesia celebramos “el Año de la fe”. Como parte de ella, se nos invita a profundizar en el Catecismo de la Iglesia, en donde leemos: “La regulación de la economía únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque «existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado». Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común” (CIC, 2425).
Nosotras y nosotros, que formamos parte de estos movimientos, entendemos que quien debe promover esta regulación razonable del mercado, son los gobiernos. Pero en la situación actual, nuestros gobiernos son súbditos de la situación financiera y la única salida que nos están ofreciendo son políticas de recortes, que rebajan claramente los derechos de los trabajadores respecto a situaciones anteriores. Lo peor es que en los últimos años de nuestras democracias siempre pierden en el concierto social los mismos, y siempre los más débiles.
Por eso, la primera vía para intentar revertir esta situación de conflicto es el diálogo. Cuando éste no es posible, la propia Iglesia reconoce la legitimidad del recurso a “la huelga no violenta, cuando se presenta como el instrumento necesario, en vistas a unas mejoras proporcionadas y teniendo en cuenta el bien común” (CIC, 517). La política que se está desarrollando ha olvidado el sentido de la justicia y un trabajo en defensa de la fraternidad y el bien común.
Precisamente por esta razón, entendemos que esta convocatoria de huelga general y las movilizaciones en toda Europa están justificadas. Las políticas al servicio de las personas y de sus necesidades básicas deberían ser prioridad, por encima de los intereses de los mercados.
Una de las terribles consecuencias que ha provocado esta involución y regresión social, es la aparición de un sentimiento generalizado de miedo. Un estado de miedo e incertidumbre que se ha instalado para condicionar las expectativas y proyectos personales y familiares de las personas: miedo a perder el empleo, asumiendo así todo tipo de precariedad, miedo a las represalias por cualquier acción de protesta, miedo igualmente a secundar una convocatoria de huelga…
Mientras esto sea así, entendemos que hay legitimidad para actuar en defensa de los derechos de las personas y familias trabajadoras. A su vez reivindicamos, en el marco de esta Jornada europea de acción y solidaridad, el papel de la política y, en especial, de los sindicatos, que son la principal defensa organizada de los trabajadores.
Por todo ello, pedimos a los políticos, sindicatos, empresarios, entidades financieras y a los distintos expertos, que actúen con responsabilidad ante la gravedad de la situación actual, que puede empeorarse en el caso de que olviden este principio básico de humanidad: “las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los beneficios” (Juan Pablo II, Toronto 1984).
Queremos acabar invitando a vivir las palabras de nuestros obispos, al finalizar el reciente Sínodo sobre la Nueva Evangelización, celebrado en octubre:
“Al mundo de la economía y del trabajo queremos recordar como de la luz del Evangelio surgen algunas llamadas urgentes: liberar el trabajo de aquellas condiciones que no pocas veces lo transforman en un peso insoportable con una perspectiva incierta, amenazada por el desempleo, especialmente entre los jóvenes, poner a la persona humana en el centro del desarrollo económico y pensar este mismo desarrollo como una ocasión de crecimiento de la humanidad en justicia y unidad”.

MADRID, LISBOA, BRUSELAS
7 de noviembre de 2012

sábado, 10 de noviembre de 2012

DESOBEDIENCIA CIVIL


José María Castillo

            I. El problema

            Tal como se han puesto las cosas con motivo de la crisis económica, que se agrava casi cada día y cuyo final no se ve cercano, son muchas las personas de buena conciencia que se preguntan si no ha llegado el momento de afrontar en serio el problema de la desobediencia civil, en una situación de legalidad democrática, que, admitiendo la mayoría absoluta del partido que nos gobierna, da pie para que se adopten decisiones políticas que, dentro de esa legalidad, pueden tomar decisiones “por decreto ley”, prescindiendo así del control parlamentario. Así las cosas, me he preguntado qué puede decir un teólogo sobre este asunto tan grave. Lo que está en juego son los derechos más fundamentales de los ciudadanos. Estoy hablando de situaciones de hambre. Y el hambre no espera. El hambre mata. Y mata pronto. ¿Podemos seguir esperando? ¿Que puede decir la teología en una situación como ésta? 

            El tema de la desobediencia civil, si se afronta desde la religión (o la teología), se puede analizar a partir de dos puntos de vista: desde la subjetividad de la propia conciencia; o desde la objetividad de lo que sucede en la sociedad, en la historia, en el momento concreto en que vivimos. Por supuesto, lo subjetivo y lo objetivo, en este caso, están necesariamente inter-conectados. Es más, toda decisión moral se toma y se asume desde la conciencia. En este sentido, toda decisión moral se toma y se asume desde la subjetividad. Pero no es éste el punto de vista que aquí nos interesa. Lo que importa, al tratar el asunto que estamos analizando, es fijar cuál es el factor determinante cuando se toma una decisión que lleva a la desobediencia civil. Una decisión así, es (en principio) incorrecta; y puede resultar peligrosa para el que la toma. Por eso hay que insistir en la pregunta sobre el factor determinante de la desobediencia a lo que se nos obliga desde el poder constituido. Resistir al “imperativo de la ley” es siempre un riesgo. Pues bien, el motivo que nos lleva a asumir ese posible riesgo ¿es lo meramente subjetivo (la conciencia del sujeto)? ¿o es lo objetivo (lo que sucede fuera de nosotros, lo que les pasa a otros, etc)? Ésta es la cuestión.   

            Como es bien sabido, en la enseñanza tradicional de las religiones, concretamente en el cristianismo, se ha construido su teología del acto moral a partir de la conciencia, es decir, a partir de la subjetividad del individuo. El concilio Vaticano II lo dijo con toda claridad: “el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre”.  Y esto es aplicable incluso cuando se trata de una “conciencia errónea invencible” (GS 16).

            Ahora bien, si el comportamiento cristiano correcto es el que viene dictado por la propia conciencia o sea por la propia subjetividad, por más que dicha conciencia deba estar orientada por “la verdad y el bien” (GS 16), es obvio pensar que semejante planteamiento de la conducta  tiene su razón de ser y se formula desde lo meramente subjetivo de cada individuo. Así lo vieron los creadores de la doctrina moral clásica, cosa que quedó patente en la conocida controversia entre san Bernardo de Claraval y Abelardo, en el s. XII, que resolvió Tomás de Aquino, en el s. XIII. Y que es, en definitiva, la misma doctrina que recoge y repite el papa Juan Pablo II, en la encíclica Veritatis Splendor. Es decir, se trata de una enseñanza que, con ligeras variantes, básicamente se ha mantenido invariable, en su formulación desde la subjetividad, hasta nuestros días.

             Ahora bien, al plantear el criterio de la buena conducta desde la subjetividad de la propia conciencia, sin darnos cuenta incurrimos en un peligro de consecuencias imprevisibles. Baste pensar en la frecuencia con que ocurre el hecho de personas que abandonan un cargo público, después de un escándalo, un delito, un crimen quizá, y afirman tranquilamente que se van “con la conciencia tranquila”. De hecho, sabemos que es interminable la lista de inquisidores, dictadores, torturadores, verdugos y genocidas, que, después de ser los causantes de incontables víctimas, aseguran que cometieron todas sus atrocidades con “buena conciencia”. Es el enorme peligro de la “ética de la subjetividad”. Una ética que nos ha llevado a donde estamos: en la más vergonzosa descomposición moral, en la corrupción como norma de conducta y de gobierno, en la desintegración de valores y en la desvergüenza que caracteriza la cultura de la crisis que estamos soportando.

           
            II. Jesús y Pablo
            Así las cosas, la pregunta obligada es: ¿desde dónde y cómo se fundamenta, en la teología cristiana, una ética basa en el dictamen de la propia conciencia? Es significativo que la palabra “conciencia” (syneídesis) no se encuentra en los evangelios. Solamente en Jn 8, 9 (el relato de la adúltera) hay una variante apócrifa, aplicada a los acusadores de la mujer. Este dato estadístico quiere decir obviamente que el llamado “dictamen de la conciencia”, la “buena o mala conciencia”, no tuvo papel alguno ni en la conducta ni en las enseñanzas de Jesús. De ello no se hace la más mínima mención en los relatos de la vida y la doctrina del Jesús histórico. Por tanto, quien pretenda justificar su conducta, amparándose en la “buena conciencia”, debe saber que no tiene argumentos para recurrir ni al ejemplo ni a las enseñanzas del Evangelio.

            En contraste con los evangelios, en los escritos del Corpus Paulino, se encuentra el término syneídesis (conciencia) 14 veces (Rom 2, 15; 9, 1; 13, 5; 1 Cor 4, 4; 8, 7. 10. 12; 10, 25. 27. 28. 29; 2 Cor 1, 12; 4, 2; 6, 11). De un total de 31 casos, en todo el NT. Por tanto, casi la mitad de los textos que recurren a la “conciencia”, para explicar la conducta humana o su cualificación moral, se encuentran en las cartas auténticas de Pablo. Aquí es importante saber que la syneídesis no tiene correspondencia alguna en todo el AT. Y en la versión de los LXX aparece sólo en casos muy aislados (Ecl 10, 20; Sab 17, 11; Eclo 42, 18). Y es que la syneídesis, como “conciencia moral”, es un término que tiene su origen en la filosofía popular griega (Plutarco), de donde pasó a los autores judíos más cercanos al helenismo (Filón, Josefo), y se encuentra también en escritores latinos destacados en el pensamiento estoico (Cicerón) (cf. G. Lüdemann).
            Todo esto supuesto, se entiende fácilmente el abismo de distancia que separa a Jesús de Pablo, en un asunto tan capital como es el factor determinante en la toma de nuestras decisiones morales. Está claro que, en el caso de Pablo, ese factor determinante es la propia conciencia, cuya expresión más fuerte es el mandato que el mismo Pablo impuso a la comunidad cristiana de Roma de someterse a la autoridad constituida, que en aquel momento era precisamente Nerón, advirtiendo que esto se tenía que hacer “no sólo por miedo a la reprobación, sino también por motivo de conciencia” (Rom 13, 5). Se ha dicho, con razón, que éste es “uno de los pasajes más imprudentes de todas las cartas de Pablo” (M. J. Borg, J. D. Crossan).

            En todo caso, y por más matizaciones que se le hagan a este texto, es incuestionable que, motivando a la gente “por motivos de conciencia”, se puede (y se suele) justificar “la mentalidad sumisa”, desde la que se han cometido las mayores atrocidades que en la historia se han producido a lo largo de los siglos. Es un hecho que “sólo los esclavos son aptos para la represión. Como se sabe, los atenienses sólo empleaban a esclavos en la policía. Quien practica la represión como oficio tiene que ser él mismo un represor ejemplar. Esta es la causa profunda de que la obediencia ciega a los ejercicios absurdos de instrucción desempeñen un papel tan importante en el ejército y en la policía”. Como se sabe igualmente que “entre los vigilantes más fieles y seguros de los campos de concentración nazis estaban los propios prisioneros” (Vicente Romano).

            No hay que ser un sabio para caer en la cuenta de que la conducta moral y, más en concreto, el tema de la conciencia sumisa se plantea de una manera completamente distinta en los evangelios. Es evidente que Jesús no fue un modelo ejemplar de obediencia a la autoridad establecida. Todo lo contrario. Sus actos, reiterados e insistentes, de desobediencia a las leyes (la Torá, Ley escrita, y la Halaká, leyes e interpretaciones orales que dictaban los rabinos) fue la causa que motivó el enfrentamiento de Jesús con el Sanedrín o Gran Consejo. Un enfrentamiento que se agravó con el paso del tiempo. Y que terminó con el juicio, la condena y la ejecución de Jesús en forma de muerte más cruel y vergonzosa que se practicaba en aquel tiempo, la muerte en cruz.

            Este asunto ha sido motivo de estudio por parte de los estudiosos más competentes en la exégesis de los evangelios y, más en concreto, en el espinoso tema de las relaciones entre Jesús y el judaísmo (E. P. Sanders, R. Banks...). Pues bien, si nos atenemos al punto más fuerte y más delicado de esta cuestión, la desobediencia de Jesús a la Ley Divina escrita, la Torá, la ley dada por Dios a Moisés (según las creencias que transmite la Biblia), se podrá (y se deberá) discutir, matizar y precisar el significado exacto de tal o cual texto de los evangelios. Pero hoy, si este asunto de analiza con objetividad y sin apasionamiento, la conclusión es que los responsables de la muerte de Jesús fueron los Sumos Sacerdotes (X Alegre) y, con ellos, el Gran Consejo. Desde este punto de vista, al ser los supremos dirigentes de la religión los que condenaron a muerte a Jesús, se puede (y se debe) afirmar con toda seguridad que fue la autoridad oficial constituida la que sentenció a muerte a Jesús.


            III. Lucha contra el sufrimiento y desobediencia
            Dicho esto, el tema capital, que aquí nos interesa dejar claro, es precisar por qué se llegó a este juicio y a esta condena. Pues bien, planteada la cuestión en estos términos, la lectura de los evangelios no ofrece lugar a dudas. Jesús fue un hombre que no soportó el sufrimiento de los seres humanos más desgraciados de este mundo. Y fue sin duda eso lo que le motivó a desobedecer al poder constituido. Jesús desalojó violentamente el Templo porque vio que aquello ya no era un lugar de encuentro con Dios, sino que la habían convertido en “una cueva de bandidos” (Mt 21, 13; Mc 11, 17). Jesús se opuso públicamente a la ley del repudio, “por cualquier causa”, que establecía la desigualdad de derechos entre hombres y mujeres (Mt 19, 1-12; Mc 10, 1-12). Jesús exigió la transgresión de la Ley divina al decirle a uno de sus discípulos que el seguimiento del mismo Jesús se anteponía incluso al entierro del propio padre (Mt 8, 21-22). Lo que, en aquella sociedad, entrañaba una importancia única. Está demostrado que “por influjo de los Jasidim y de los Fariseos, el último servicio a los muertos había sido enaltecido a la cima de todas las buenas obras” (M. Hengel). Por otra parte, no olvidemos que, en la sociedad del tiempo de Jesús, “lo religioso” y “lo civil” estaban fundidos de tal manera que, en la práctica, eran realidades inseparables (cf. E. Schürer). El “pecado” era vivido y considerado como “delito”. De la misma manera que el “delito” era vivido y considerado como “pecado”. De ahí que la desobediencia religiosa era, al mismo tiempo e igualmente, desobediencia civil.

            Ahora bien, habida cuenta de cómo se vivía “lo religioso” y “lo civil” en la sociedad judía del tiempo de Jesús, se comprende que el principio determinante de la conducta de Jesús fue, ante todo, la lucha contra el sufrimiento de los seres humanos. Es lo que se repite en los sumarios de los sinópticos (Mt 4, 23-24; Lc 6, 17-19; Mt 9, 35-36; Mc 6, 34; 3, 13-19; Lc 10, 2; Mt 11, 4-6; Lc 7, 22-23). Y lo que resume el apóstol Pedro cuando afirma que “Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, pasó haciendo el bien y curando a todos los sojuzgados por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hech 10, 38). Pero no se piense que la actividad de Jesús se limitó a curar enfermos. A eso hay que añadir, sobre todo, su cercanía a los pobres, su acogida y su amistad con los pecadores, los publicanos, los leprosos, los excluidos, los samaritanos, los extranjeros y, de manera especial, la relación de cercanía preferencial que siempre tuvo con las mujeres (Lc 8, 1-3; Mc 15, 40-41; Jn 4, 4-38), incluso cuando se trataba de mujeres reconocidamente despreciables (Lc 7, 36-50; Jn 8, 1-11; Mc 5, 21-43 par).

            Pero con decir esto, no se toca el asunto más decisivo. Lo más importante, cuando hablamos (en religión o en teología) de la desobediencia civil, es que Jesús defendió y liberó a los que sufren  desobedeciendo a las leyes establecidas en la sociedad de su tiempo. Lo cual quiere decir que el principio determinante de la conducta de Jesús no fue el sometimiento al “imperio de la ley”, sino el enfrentamiento al dolor, a la opresión, a la injusticia, a la desigualdad de derechos, a la dura condición de los excluidos y marginados y, en general, a cuanto era motivo de sufrimiento para los más desprotegidos y desamparados con quienes convivimos.


            IV. Proteger a los desprotegidos desobedeciendo
            Es decisivo destacar que no se trata de desobedecer a la ley para buscar el propio provecho o el propio interés. Se desobedece porque no queda otro camino para remediar el daño que están sufriendo otras personas. Pero siempre teniendo muy presente que el Evangelio es lo que es, y tiene la fuerza que tiene, no simplemente porque nos dice que remediar el sufrimiento y proporcionar felicidad a los demás es el factor determinante y el criterio rector de la vida humana, sino además  porque eso se logra y se hace desobedeciendo a un sistema legal y a un ordenamiento jurídico que está pensado para favorecer y proteger a los mejor situados en la sociedad a costa del sufrimiento y el desamparo de los que se ven obligados a vivir en los estratos más bajos de esa misma sociedad. No digo que este criterio sea racionalmente demostrable. Lo que digo es que este criterio constituye la convicción básica en la que se sustenta la fe cristiana.

            Por supuesto, la Constitución vigente establece la igualdad en dignidad y derechos para todos los ciudadanos (Art. 10 y 14). Pero sabemos de sobra que la vida de los individuos, de las familias, de los ciudadanos, no se rige ni se organiza solamente a partir de lo que se dice en el texto constitucional. Más importantes que los artículos de la Constitución son las leyes y decretos que dictan los gobernantes de turno. Y bien sabemos que los gobernantes son seres humanos, no ángeles. Como sabemos que nadie hace una ley en contra de sí mismo. Ningún tonto tira piedras a su propio tejado. Por esto, ni más ni menos, es inevitable, es (a veces) necesaria la desobediencia civil. 

            ¿Qué hacer en concreto? No se trata en modo alguno, como ya se ha dicho, de organizar la vida con criterios de mero libertinaje en busca del propio interés y del propio provecho. Lo que se pretende es asumir como convicción determinante la intolerancia ante la injusticia, la desigualdad y el sufrimiento que padecen los más desprotegidos de la sociedad. Pues bien, ¿qué hacer para que esta convicción sea verdaderamente tal?

            Lo primero es superar el pesimismo. Esto tiene solución. Lo más seguro es que esa solución no nos la van a dar los gobernantes, que ya nos han demostrado sobradamente que, unos por “ineptos” y otros por “corruptos”, no son capaces de sacarnos de este caos. Lo primero, pues, como viene pregonando por todo el mundo el Nobel de economía Paul Krugman, “disponemos tanto del saber como de los instrumentos precisos para poner fin a este sufrimiento”.  

            Lo segundo es luchar por la libertad que acaba con la pasividad. Aquí recuerdo lo que decía Bertol Brecht en su “Loa de la dialéctica”: “¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros. ¿De quién depende que se acabe? De nosotros también”. Los que abusan de los pobres, dejarían de hacerlo si los demás no nos quedásemos con la boca cerrada y los brazos  cruzados ante semejante abuso. Tenía toda la razón del mundo Martin Luther King cuando dijo la famosa frase que tantas veces se ha repetido: “Lo que más me preocupa no es ni el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin carácter, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.

            Lo tercero es la necesidad urgente de agruparse. Porque el “desobediente solitario” termina pronto en el calabozo de la policía, en el tribunal de la justicia y probablemente en la cárcel a donde van a parar los “peligrosos”. Si nos unimos, si nos agrupamos, si protestamos en masa, no hay gobernante que pueda hacer frente a la masa de ciudadanos que se rebelan contra la injusticia, la mentira, el atropello. A eso no hay gobierno que resista. Los gobernantes se mantienen sobre la sumisión de los ciudadanos que callan y aguantan. ¡Eso, jamás!  



viernes, 9 de noviembre de 2012

EL NUEVO ARZOBISPO DE CANTERBURY A FAVOR DEL SACERDOCIO FEMENINO EN INGLATERRA

El conservador Justin Welby sustituye como líder de la iglesia de Inglaterra a Rowan Williams, de posiciones liberales
El hasta ahora obispo de Durham se opone a las uniones gais pero aprueba la ordenación de mujeres en el seno de la Iglesia anglicana

Walter Oppenheimer, en 'El País'

Es un completo desconocido para el gran público pero su biografía llama enseguida la atención: Justin Welby, obispo de Durham (norte de Inglaterra), designado por el Gobierno británico como nuevo arzobispo de Canterbury, líder de la Iglesia de Inglaterra, puesto que asumirá el próximo enero, es un antiguo ejecutivo petrolífero, educado en Eton y Cambridge, que con poco más de 30 años colgó americana y corbata para ponerse los hábitos y abrazar el sacerdocio. Evangelista radical en lo litúrgico, es favorable a la ordenación de mujeres obispos pero mucho más conservador en lo que respecta al otro gran debate que divide a los anglicanos en el mundo: la cuestión homosexual.

Como señala el protocolo, la residencia oficial del primer ministro británico, David Cameron, el 10 de Downing Street, ha anunciado el nombre del nuevo arzobispo de Canterbury después de que le diese la aprobación final la reina Isabel II, gobernadora suprema de la Iglesia anglicana. Cameron debía aceptar a uno de los dos candidatos que le ha recomendado una comisión integrada por 16 obispos y laicos, miembros de la llamada Comisión de Candidaturas de la Corona (CNC, por sus siglas en inglés), que durante meses han evaluado los méritos de los aspirantes.

Nacido en Londres el 6 de enero de 1956, casado y padre de cinco hijos, el nuevo arzobispo de Canterbury, que tomará las riendas de la Iglesia Anglicana el 21 de marzo próximo, ha tenido una carrera meteórica y ha necesitado menos de un año al frente de un obispado parta ser nombrado sucesor del respetado pero en muchos aspectos fracasado antecesor, Rowan Williams, que hace ya algunos meses anunció que dejará el cargo en diciembre y que se marcha con su prestigio personal e intelectual intacto pero sin haber espantado el peligro de un cisma que afrontan los anglicanos en todo el mundo,divididos en torno al papel de las mujeres y de los sacerdotes homosexuales en la iglesia y en el mundo.

Frente a su antecesor Williams, de posiciones liberales, Welby, con una larga experiencia como ejecutivo en la industria petrolera, pertenece al ala conservadora de la cúpula anglicana y se opone a los matrimonios homosexuales en el seno de la Iglesia de Inglaterra, si bien apoya el sacerdocio femenino.

Welby no era ni mucho menos el favorito, pero parece haber contado con la ventaja de su buena prensa y de la escasa simpatía que despierta el muy ruidoso arzobispo de York, John Sentamu, siempre dispuesto a convertirse en noticia. El nombramiento, que se esperaba para finales de septiembre, se ha hecho esperar mucho más de lo que se vaticinaba. Quizás por la necesidad de contentar a todos los sectores, no solo en Inglaterra sino en el mundo anglicano en general. O más bien la conveniencia de no contentar del todo a nadie.

El candidato elegido parece cumplir esa condición. Su refinada educación –es el primer ex alumno de Eton que llega al arzobispado de Canterbury en 150 años– le puede hacer sospechoso a ojos de muchos, al igual que la primicia mundial de ser un líder religioso que ha pasado 11 años trabajando como ejecutivo de una compañía petrolífera antes de hacerse cura. Welby trabajó para Enterprise Oil Plc, y en particular en las exploraciones a la búsqueda de crudo en Nigeria, y llegó a ser tesorero del grupo.

Aunque era ya un hombre profundamente religioso y miembro laico de la muy evangélica iglesia de la Santísima Trinidad de Brompton, Londres, Welby empezó a sentir en la llamada de los hábitos como consecuencia de la tragedia de perder a una hija de siete meses en un accidente de tráfico en 1983. Dejó el lucrativo mundo de los hidrocarburos en 1987 y se graduó en teología en el Cranmer Hall en Durham, donde estudió entre 1989 y 1992. “Era incapaz de zafarme de la llamada de Dios. Fui llorando y dando patadas, pero no puede escapar a ella”, declaró en una entrevista en la revista económica Money Magazine.

Desde entonces se ha mostrado abiertamente crítico con los excesos del capitalismo y prácticas poco éticas de la banca y las empresas en general.

Su carrera religiosa fue meteórica. Tras sus primeros años de sacerdocio, en 2002 se convirtió en canónigo de la catedral de Coventry y codirector del Centro Internacional de Reconciliación, lo que le permitió conocer de primera mano los horrores de la guerra en África. Fue designado en 2007 deán de Liverpool y en noviembre de 2011 se convirtió en obispo de Durham, cargo que le ha permitido entrar en la cámara alta del Parlamento de Westminster como Lord espiritual (hay actualmente 26 de estos lores, procedentes de la jerarquía de la Iglesia de Inglaterra) y jugar un papel de mediador en torno a la controvertida cuestión del obispado femenino. En su primera rueda de prensa tras anunciarse su ascenso al arzobispado de Canterbury, Welby ha asegurado que dentro de 10 días votará a favor de la ordenación de mujeres obispo cuando el asunto a decisión del anglicanismo.

Mucho menos dispuesto está a apoyar el derecho de los sacerdotes homosexuales a cohabitar con sus parejas o acceder al obispado, a pesar de declarar: “No podemos tener trato con ningún tipo de homofobia en ningún lugar de la Iglesia. La Iglesia de Inglaterra es parte de la Iglesia mundial y tiene responsabilidades como consecuencia de esos vínculos. Lo que hace la Iglesia aquí tiene profundas consecuencias en otras Iglesias que están ya sufriendo mucho, como Nigeria”.



miércoles, 7 de noviembre de 2012

CONTRA EL VICIO DEL SECRETO LA VIRTUD DE LA INFORMACIÓN

Juan Manuel Castañeda Chávez entrevista a Juan Masiá, en el periódico 'Los Andes' 

Un mar cantábrico, profundamente azul, y un cielo algo nublado rodeaban al Palacio de la Magdalena, ubicado en una península de la acogedora ciudad de Santander, y sede de los tradicionales cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Allí fue el lugar donde, un tiempo atrás, se celebró el Curso Internacional “El Concilio Vaticano II, 50 años después”, organizado por el profesor Juan José Tamayo y Edgardo Rodríguez Gómez desde la Cátedra “Ignacio Ellacuría” de la Universidad Carlos III de Madrid.

A esta cita, desarrollada en realidad como un conversatorio, fueron invitados connotados exponentes de otras religiones relevantes como el representante en España del Dalai Lama, el venerable Thubten Wangchen, el obispo de la Diócesis en Europa de la Iglesia Anglicana, David Hamid, así como estudiosos de diversas orientaciones de la Iglesia católica. Vale la pena mencionar también el estreno en exclusiva en España de la película “Elefante Blanco”, protagonizada por Ricardo Darín, y la amena charla sostenida con su productor Juan Gordon.

El evento rememoraba la celebración del Concilio Vaticano II en 1962, aquel acontecimiento iniciado por el Papa Juan XXIII para poner al día a la Iglesia católica y hacerla partícipe de los nuevos retos a los que se enfrentaba la sociedad mundial en la segunda mitad del siglo XX y su proyección al XXI.

Aprovechando esta reunión de intelectuales, religiosas y religiosos tuvimos la oportunidad de hablar con Juan Masía, profesor jesuita e importante figura mundial en temas de bioética. Afincado en Japón hace más de tres décadas, el profesor Masiá se dedica a la enseñanza en la Universidad de Sophia en Tokio.

Con él hablamos de temas diversos que atañen a la relación de la sociedad y la iglesia, que por lo visto son cuestiones más terrenales de lo que suele parecer. Parafraseando a San Agustín, se diría que estos asuntos pertenecen más al mundo del hombre que a La Ciudad de Dios.

Explíquenos, ¿cuál es la importancia del Concilio Vaticano II?

Lo que ocurrió en el Concilio Vaticano II fue lo que quería Juan XXIII que ocurriese. Ese abrir las ventanas y poner la iglesia al día tenía que haber ocurrido mucho antes y ocurrió con retraso, pienso yo, y la lástima es que eso que ocurrió, pues, no acabamos de ponerlo en práctica.

La iglesia, ya desde la Edad Media, viene arrastrando toda esta historia. Cuando ocurre la Reforma protestante, la iglesia reacciona contra ella con una Contrarreforma. Esa Reforma tenía que haber ocurrido desde dentro, en vez de provocar el efecto contrario.

Lo que ocurrió en el Vaticano II es una cosa que ocurre muy pocas veces, casi todos los movimientos de renovación, de reforma, han surgido de abajo a arriba. Con el Concilio Vaticano II fue que desde arriba, Juan XXIII nos dijo: Hay que cambiar. Normalmente se dice desde abajo y poco a poco se va asumiendo; primero no te lo aceptan, luego te frenan y al final, poco a poco, te lo admiten, pero eso de que desde arriba te animen a cambiar es algo que históricamente pasa pocas veces.

Los valores del mundo actual chocan muchas veces con los valores tradicionales de la iglesia católica, hablamos en algún caso sobre los conflictos del aborto, la homosexualidad, avances en genética, entre muchos otros. ¿Es posible que algún día ambas posiciones se puedan alinear?

Es que cuando dices los valores tradicionales de la Iglesia católica, y la Iglesia católica hace una reflexión sobre su historia, tiene que plantearse su enfoque y aplicación de esos valores. Pero bueno…, lo más sencillo y lo más esencial del evangelio concuerda con lo que hemos venido llamando los valores tradicionales de la iglesia.

Y es que es el problema con el que choca Jesús de Nazaret. A Jesús de Nazaret se le tiene por ateo y choca con la religión establecida de su tiempo, y este problema se está repitiendo; entonces, por eso lo de Juan XXIII: retorno al evangelio; que al mismo tiempo es lo más sencillo y lo más difícil: volver a los orígenes y a la vez mirar el mundo de hoy para dialogar y encontrarse con él. Esas dos cosas, volver a la fuente y dialogar con la actualidad son lo principal.

Respecto de la anterior pregunta, sobre el choque de valores y las nuevas interpretaciones. ¿Es posible decir que hay una posición oficial y una posición no oficial respecto de estos temas?

Bueno…, si llamas posición oficial a lo que encuentran en un documento como, por ejemplo, la instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1987, Donum vitae: “El don de de la vida”. Lo que dice en ese documento a propósito de la procreación medicamente asistida, pues dice que no. ¿O qué dice de la anticoncepción?, pues dice que no. Bueno muy bien, pero cuidado, ¿cómo hay que leer un documento así?, ¿cómo hay que entender esto? ¿Es esta una cuestión de dogma?, pues no. ¿De doctrina?, pues no. ¿Es una cuestión de pecado?, pues no. ¿Es una cuestión de obediencia al Papa?, pues no.

En un momento dado, la Doctrina para la Fe, en un documento aprobado por el Papa, ha sentido la necesidad de decir eso y tenía sus razones para ello. Pero esto no es una cuestión ni de dogma de fe, ni es una cuestión de pecado o no pecado.

Muchos problemas de estos que la gente cree que son problemas de moral, de ética, en realidad son problemas de eclesiología que no entendemos. Como si la iglesia fuese un club con unas normas; se tiende a pensar que esto que está escrito ahí son las reglas que obligan a los miembros del club. No es así. Por ejemplo, tiene mucho más peso el Concilio Vaticano II. Comparándolo con las leyes de un país, diríamos que los documentos conciliares son como la Constitución. Tiene mucho más peso lo que dice la Constitución que lo que dice un determinado decreto dado por la administración de un ministerio específico.

Usted actualmente vive en Japón y allí, entre muchas otras cosas, enseña bioética ¿Que es la bioética?

Pues mira, dicho muy sencillamente, el interés por la biología viene de antiguo y la ética como preocupación e interés por la convivencia humana también viene de antiguo. Pero la biología que había en el tiempo de Aristóteles no es la que hay ahora. Hoy día sabemos muchísimo más, en estos últimos 50 años hemos aprendido muchísimo sobre la vida; pero no solo sabemos más, sino que al saber más sobre ella, se la puede manejar más.

Fíjate que el primer niño que nace por procreación asistida lo hace en el año 1978, el primer trasplante de corazón es en el 68, en el 98 estaban hablando sobre las células madre. Avanza el conocimiento sobre la vida y la capacidad de manejarla, la biotecnología, y esto nos plantea unos problemas que no se habían planteado hasta ahora. La ética se hace también más difícil y también más necesaria y se hace más urgente plantearse los problemas éticos en las cuestiones de la vida.

Claro, no te los puedes plantear sin tomar muy en serio los conocimientos científicos, biológicos; no puedes hacerlo solamente desde unos principios muy abstractos o desde unos manuales de moral teológica que hasta ahora no se habían planteado estas preguntas, no puedes responder a estas preguntas con las respuestas de antes.

Cuando empiezan los trasplantes lo primero que se le ocurre al que está manejando los libros tradicionales de moral es buscar qué hay allí parecido a los trasplantes. Pues nada decían, no se puede cortar un miembro a un niño para luego utilizar ese niño para mendigar. Pero si no le cortas la pierna que tiene una gangrena, pues se va a morir. Entonces el cortarla es para el bien de todo el cuerpo. A esta manera de razonar le ponían un nombre: es para el bien de todo el cuerpo, por tanto es el “principio de totalidad”.

Cuando aparece lo de los trasplantes de riñones a otro, se preguntan: ¿esto es bueno para todo tu cuerpo? Será bueno para él que lo recibe, pero para ti no. Por tanto piensan que no pueden aplicar el principio de totalidad. Hasta que llegó alguien capaz de cambiar el paradigma de pensar y dijo: no se trata del “principio de totalidad”, sino de otro principio, “el principio de solidaridad”. Si tú das un riñón a otro, a ti como persona te hace más caritativo, más solidario, mejor, incluso utilizando aquel principio tradicional de totalidad se podría decir que es bueno para la totalidad de tu persona. Lo puedes hacer. Una vez hecho este razonamiento se pasó de enfocar el tema de los trasplantes como si fuera una mutilación innecesaria al de verlo como una donación solidaria.

Se vio la ética obligada a flexibilizar, a reinterpretar, a rearticular el principio tradicional.

En suma, ¿tal vez la bioética nos ayuda a unir estos principios con las tecnologías rampantes de estos momentos, a darles una salida?

Responder a los nuevos problemas de ética que te plantean estos nuevos conocimientos y tecnologías que vienen y son mayores y más difíciles. Hoy la ciencia se ha hecho más amplia, la tecnología más capaz, la sociedad más complicada… y, por consiguiente, la ética más difícil. Pero, eso sí, más necesaria.

Por eso hay que hacerla en equipo, hay que hacerla interdisciplinarmente, hay que hacerla con conocimiento de esa ciencia y tecnología.

Para finalizar la entrevista, tengo que formularle una pregunta casi obligatoria; ¿el actual revuelo sobre documentos secretos del Vaticano expuesto de manera misteriosa a la opinión pública evidencia una lucha de poder por el futuro del Vaticano?

Pues, por poco que sepamos de la historia de la iglesia, y todo lo que sé, ha habido lucha de poder en toda la Historia, no nos extrañará lo que está pasando. Yo creo que en este caso, lo mismo que en el de la pederastia, es muy bueno que todo lo que está escondido salga a la luz, porque contra el vicio del secreto está la virtud de la información. Y nos ayudará, cuánto más se sepa las cosas, también nos hará a todos más humildes y obligará a no seguir con ese secretismo con que se ocultaban



lunes, 5 de noviembre de 2012

EL VERDADERO ESCÁNDALO DE LA PARROQUIA DE SAN CARLOS BORROMEO

cristianxsindignadxs, en blogs 21

Después de todo lo hablado, de los ríos de tinta vertidos sobre el tema, de los tópicos que saltan cada vez que el nombre de esta parroquia se asoma por los medios de comunicación, resulta que el verdadero escándalo de lo que se vive dentro de San Carlos Borromeo no consiste en que los curas celebren en ropa de calle, ni que el ritmo y las formas de la liturgia lo marquen las necesidades de los preferidos de Dios que allí se reúnen, ni tan siquiera las mediáticas a la par que exageradas y sacadas de contexto “rosquillas consagradas”. El auténtico escándalo de la mal llamada “iglesia roja de Entrevías”, impensable para una sociedad como la nuestra y para una jerarquía “encasullada” como la que nos rige, consiste en que los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los empobrecidos la Buena Noticia. Y eso, queridxs lectorxs, entiendo que para muchos es intolerable.

Tal vez alguno se pregunte que por qué precisamente hablo de esto hoy, cuando parece que la actualidad tiene su ojo puesto en otras realidades. Buenos argumentos serían el hecho de que lo considero un ejemplo revolucionario de esa otra Iglesia posible y necesaria que siempre merece la pena sacar a colación o la imprescindible justicia poética, pero quizá hoy haya dos razones principales para esta entrada de ‘Cristianxs Indignadxs’. La primera, que ayer 4 de noviembre celebrábamos la fiesta de San Carlos Borromeo y, al coincidir en domingo, la parroquia decidió que, en palabras de Javi Baeza, “como estamos muy desbordados de situaciones dolorosas y duras, hemos pensado que también es necesario hacer fiesta”. La segunda, que anoche me dieron las tantas leyendo las entradas del nido trasnochado del señor De la Cigoña, personaje escapado de alguna de alguna comedia de Berlanga y debidamente alojado en las entrañas de Intereconomía, lugar natural para este tipo nostálgicos desfasados, que se dedica desde hace años a comentar la actualidad religiosa. Esta es una práctica nada recomendable que de vez en cuando realizo no sé si como dura penitencia para purgar mis múltiples pecados, para reafirmar la necesidad de otras voces dentro de la iglesia como la que intenta lanzar este ‘Cristianxs Indignadxs’ o por simple masoquismo intelectual. Para que se hagan a la idea, la única referencia que este señor tiene deMigueli es precisamente que simpatiza con la parroquia de Entrevías lo que le vale para condenarle para siempre. Pero bueno, volvamos al tema que empiezo y no paro.

Como digo, ayer celebramos la fiesta de San Carlos Borromeo, patrón, como se recordó durante la eucaristía despertando una sonrisa generalizada, de la banca y supuesto creador de los confesionarios. El destino a veces es juguetón. Y fue fiesta porque fueron convocados y asistieron los preferidos de Dios que todas las semanas allí se reúnen, fue fiesta porque se celebró la vida y la esperanza a pesar de todo, fue fiesta porque se habló de Amor, del que duele y cambia el mundo, de amor a Dios que es el prójimo, del de las Madres contra la Droga, del de los chavales encerrados y torturados en centros de menores, del de tantos presos y oprimidos en el mundo, del de los que cruzan el Estrecho o sufren el golpe de Estado en Honduras… Fue fiesta porque hablamos y compartimos la Palabra todos, no sólo los curas, a veces hasta el nudo en la garganta. Y fue fiesta, por supuesto, porque nos reímos. Con máquinas del Metro que roban y otros absurdos cotidianos, con anécdotas de la lucha compartida, nos reímos (¿Cuánto hace que no se ríe en la “celebración” de la eucaristía, en esa fiesta?). Después, en la comida compartida, distintos rostros celebraban y rememoraban la historia de una parroquia que ha entendido la prioridad absoluta del proyecto de Jesús, ese proyecto que está por encima de religiones y estructuras y habla de Justicia, de Amor y de Paz, aunque esto les haya supuesto en la mayoría de las ocasiones caminar “de derrota en derrota hacia la victoria final”.

Ayer, rodeado de vidas llenas de lucha, de desfavorecidos, de no creyentes, de hermanos musulmanes, de cristianos de barrio y de poetas, pensaba lo bueno que sería que todo el mundo pasase alguna vez por allí para entender el misterio tan profundo que se celebra en una parroquia tan denostada y tan necesaria. Un misterio de humanidad que desborda todas las expectativas y ayuda a comprender lo importante que es estar en la frontera. Mientras llega esa momento, comparto con toda la intención del mundo la canción que ayer sonaba durante la comunión. A todxs lxs que se sienten identificadxs con esa otra iglesia que empezamos a intuir hace ahora cincuenta años y a la que estamos llamadxs, felicidades por ayer. 



domingo, 4 de noviembre de 2012

UN NIÑO CON LOS OJOS VENDADOS ELIGE AL NUEVO PAPA COPTO

Momento en el que se muestra la papeleta del nuevo papa copto elegido. REUTERS/Mohamed Abd El Ghany


El obispo Tauadros se pone al frente de la Iglesia copta de Egipto tras la ceremonia de este domingo

Visto en 'publico.es'

El obispo Tauadros se convirtió este domingo en el nuevo papa de la Iglesia copta de Egipto, que data del siglo I d.C., en una ceremonia cuyo punto culminante corrió a cargo de un niño, que lo eligió al azar entre otros dos candidatos.

Tras una misa oficiada en la catedral cairota de Abasiya durante casi cuatro horas, los asistentes acreditados contuvieron la respiración en el momento en que el pequeño Bishoy Girguis se acercó con los ojos vendados a una urna de cristal. Allí estaban escritos en tres papeletas los nombres de los aspirantes a suceder al fallecido Shenuda III y la mano de Bishoy, que por sorteo acababa de ser seleccionado de un grupo de doce menores, se posó en la de Tauadros.

De esta forma, el 118º patriarca de la Iglesia copta (cristiana egipcia) fue escogido por la mano inocente de un niño que, según la creencia, estuvo guiada por la Divina Providencia. La catedral vibró en ese momento que los fieles tanto habían ansiado desde que el pasado marzo muriera a los 88 años de edad Shenuda III, que dirigió esa iglesia ortodoxa durante cuatro décadas.

Estallaron entonces los aplausos y los gritos de júbilo, al tiempo que unas palomas blancas quedaron en libertad y una imagen gigante del nuevo patriarca se desplegó en el altar.

"No tengo palabras para expresar mi alegría", declaró a Efe el copto Mijail Adli, con los ojos rojos de llorar y con el teléfono móvil en la mano después de haber intentado llamar varias veces a quien de ahora en adelante será conocido como Tauadros II. Fotógrafo oficial del carismático Shenuda III, Adli confió en seguir trabajando para su sucesor, que hoy recibió la noticia de su elección recluido en el monasterio de Bishoy, en una zona desértica entre las ciudades de El Cairo y Alejandría.

Carácter moderado

El obispo Tauadros, nacido en 1952 en Damanhur (norte de Egipto), había quedado finalista junto con el también obispo Rafael y el monje Rafael Ava Mina en una votación previa en la que participaron prelados de todos los rincones de Egipto. Su carácter moderado granjeó apoyos dentro de la Iglesia a este antiguo farmacéutico, que considera que el mejor remedio para defender esta institución pasa por fortalecer la enseñanza religiosa y la formación de los clérigos.

Durante la misa, el papa interino, el obispo Bajomios, explicó que "el patriarca es un padre que trabaja primero para la salvación de cada espíritu de la iglesia, que es una institución espiritual".

En esa misma línea, el padre Bishoy -procedente de la comunidad copta en Francia- destacó a Efe que Tauadros "tiene buena aceptación entre los jóvenes y deberá evaluar la vida espiritual en relación con la vida social y la democracia en la iglesia". "Es un hombre piadoso y organizado que sabrá guiar a la Iglesia en esta situación tan complicada", manifestó a Efe un empresario identificado como Farid, que expresó su temor hacia el actual gobierno islamista en Egipto.

El presidente egipcio, Mohamed Mursi -que no estuvo presente en la ceremonia, pero sí estará en la proclamación del nuevo papa el próximo día 18-, felicitó de inmediato al patriarca por su elección, al igual que el líder espiritual de los Hermanos Musulmanes egipcios, Mohamed Badía.

Los coptos, que representan en torno a una décima parte de los 80 millones de personas en Egipto, mantienen una relación por momentos tensa con la mayoría musulmana por cuestiones como la construcción de iglesias, un temor que se ha acrecentado con la victoria del islamista Mursi en las elecciones presidenciales.



sábado, 3 de noviembre de 2012

REFLEXIONES SOBRE EL SÍNODO DE OBISPOS

El Padre General de los Jesuitas, P. Adolfo Nicolás, ha participado en el reciente Sínodo de Obispos sobre "La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana". A las preguntas que le hemos hecho ha respondido así.

Confieso haber tenido ciertas dudas acerca del Sínodo antes de que comenzara. Me preguntaba: ¿vamos a movernos en la acostumbrada dirección de "más de lo mismo", o estamos dispuestos a mirar hacia adelante con valentía y creatividad?

La realidad del Sínodo ha sido compleja. Puedo indicar algunos puntos positivos, inspiradores y estimulantes (1), y otros que apuntan a ciertas áreas a las que la Iglesia, o al menos los Obispos y Padre Sinodales, incluyéndome a mí, no hemos llegado todavía (2).

1. Podemos integrar los puntos positivos en tres categorías:

a) Aportación geográfica. A esta categoría pertenecen las presentaciones que nos proporcionaron una buena información de la situación, los problemas y, con frecuencia, los sufrimientos de algunos países -especialmente del Medio Oriente, África y Asia. El hecho de que Obispos de muchos países tengan la oportunidad de comunicar y cambiar impresiones, con entera libertad, acerca de sus experiencias y opiniones, es una de las características más atractivas del Sínodo.

b) Iniciativas interesantes en curso, especialmente las que se basan en proyectos de cooperación, redes o intercambios internacionales en los que toman parte laicos y movimientos laicales comprometidos. Esto se lleva a cabo no sólo en las sesiones plenarias sino, con más frecuencia, fuera de las sesiones en conversaciones informales que tocan esos puntos.

c) Reflexiones sobre los Fundamentos. El Significado y las Dimensiones de la Nueva Evangelización. En este punto hemos sido testigos de una gran unanimidad acerca de, entre otras, las siguientes cuestiones:

*la importancia y necesidad de la experiencia religiosa (encuentro con Cristo);

*la urgencia de una buena formación espiritual e intelectual de los Nuevos Evangelizadores;

*la centralidad de la familia (la iglesia doméstica) como sitio privilegiado para el crecimiento en la Fe;

*la importancia de la parroquia y sus estructuras que necesitan ser renovadas y abrirse más y más a una mayor participación del laicado y su ministerio;

*la prioridad de la evangelización más bien que la expresión sacramental, como san Pablo decía de sí mismo: "enviado a evangelizar más que a bautizar".

*etc.


2. En cuanto a puntos "insuficientes" podría indicar los siguientes:

a) La voz del Pueblo de Dios no tiene ocasión de expresarse. Es un Sínodo de Obispos y, por eso, no se cuenta con la participación activa del Laicado aun cuando un número de expertos y "observadores" (auditores) asisten como invitados. Me hizo recordar lo que dijo Steve Job: que él estaba más interesado en escuchar las voces de los clientes que las de los productores. Y en el Sínodo todos éramos "productores".

b) Por eso era difícil evitar el sentimiento de que se trataba de una reunión de "Hombres de Iglesia afirmando la Iglesia", lo cual es ciertamente bueno pero no precisamente lo que necesitamos cuando estamos a la búsqueda de una Nueva Evangelización. Podemos caer en el peligro de buscar "más de lo mismo".

c) Falta de reflexión sobre la Primera Evangelización y por eso sabemos muy poco acerca de si y qué hemos aprendido de su larga historia y sus mejores momentos, y de lo que nos han enseñado nuestras propias equivocaciones. Esta omisión podría tener consecuencias muy negativas.

d) La deficiente consciencia y conocimiento de la Historia de la Evangelización y el papel que los Religiosos, hombres y mujeres, han desempeñado en ella. En algunos momentos la Vida Religiosa fue ignorada; en otros momentos recibió una mención casual y perentoria. No es que nosotros, los Religiosos, necesitemos ulterior confirmación: pero querría expresar mi preocupación acerca de que la Iglesia se exponga a perder su propia memoria.

e) Quizás el punto más débil fue la metodología que determinó la marcha del Sínodo, similar al viejo modo de organizar nuestras Congregaciones Generales. Espero, sin embargo, que la complejidad de la realidad y las necesidades del futuro ayudarán a la Iglesia en la tarea de ajustar sus procesos para conseguir mayores frutos apostólicos.

Obviamente fue un tiempo de mucha reflexión, aprendizaje y desafíos. La invitación a profundizar en nuestra fe, propuesta por el Santo Padre, puede ayudarnos a la hora de confrontarnos con las más profundas dimensiones de la Nueva Evangelización. La realidad que nos rodea se hahecho mucho más compleja de lo que nosotros podemos controlar individualmente, mientras que el reto original de nuestra Misión para servir a las almas y a la Iglesia, continúa y crece.

Tengo la esperanza que los jesuitas responderán a los nuevos retos con la profundidad que viene de nuestra apropiación de la espiritualidad ignaciana y de uno estudio serio de nuestro tiempo.

Rezo para que las reflexiones en nuestras comunidades y apostolados en el Año de la fe nos ayudará a renovar nuestro espíritu y nuestra misión.


P. Su intervención en el Sínodo versó sobre los "Signos Europeos de Santidad". ¿Qué significa eso? ¿No son universales los signos de santidad?

R. Naturalmente. Los signos que buscamos en un santo tienen valor universal y son expresiones de diferentes dimensiones de la vida de Dios tal como se hacen visibles entre nosotros. Hablamos aquí de caridad, compasión, servicio a los que sufren, a los que están en necesidad, solos y afligidos. Lo que yo quería decir es que nos hemos acostumbrado a estos signos sin pensar que podría haber otros signos. Si este fuera el caso, ¿no aparecería un Dios muy limitado, previsible, e incluso reducido a la capacidad europea de "ver" signos conocidos de su presencia y acción? Sin la menor sombra de duda, reconozco esos signos como buenos, creíbles y sólidos. Mi pregunta apuntaba a lo que podemos haber perdido por no descubrir otros signos; por no ser capaces de sorprendernos y asombrarnos delante de la acción creativa de Dios en "otros"; en personas que pertenecen a culturas, tradiciones y afinidades étnicas diferentes. Poco antes del Vaticano II, el P. Jean Danielou escribió un libro titulado "Santos Paganos": un libro provocativo e inspirador al mismo tiempo. Pero quizás esos santos no fueron, después de todo, paganos.

P. ¿Puede Vd. ofrecernos algunos signos de lo que considera santidad "asiática"?

R. Con mucho gusto. De hecho, anticipando esta pregunta, he consultado a expertos en la materia. Me complace decir que ha sido una consulta muy fructuosa. Déjeme darle algunos ejemplos de esos signos: piedad filial que en ocasiones alcanza niveles heroicos; la búsqueda totalmente absorbente del Absoluto, y el gran respeto que se tributa a los que se dedican a ella; la compasión como modo de vida que surge de una profunda conciencia de la fragilidad e impotencia humana; tolerancia, generosidad y aceptación de los otros; apertura de mente; reverencia, cortesía, atención a las necesidades de los otros...etc. Resumiendo: quizá pudiéramos decir que si nuestros ojos estuvieran abiertos a lo que Dios hace en las personas (¡y en los pueblos!) seríamos capaces de ver mucha más Santidad alrededor nuestro, y muchos de nosotros nos abriríamos al desafío de vivir la Vida de Dios de un modo nuevo que podría ser más adaptado a nuestro verdadero modo de ser...o al modo que Dios quiere que seamos.

P. ¿Cómo es posible que los misioneros, o la Iglesia, no hayan sido capaces de "ver" esos maravillosos signos como obra de Dios?

R. A veces es muy difícil interpretar por qué no ocurre algo. Uno tiene la tentación de acudir a explicaciones que podrían ser correctas pero también podrían ser teorías ajenas a la cuestión. Quizás no nos sentimos a gusto con un Dios de sorpresas; un Dios que no sigue necesariamente la lógica humana; un Dios que siempre saca lo mejor del corazón humano sin violentar las raíces culturales, o la religiosidad de la gente sencilla. ¿Quién sabe? Nosotros afirmamos con entusiasmo la libertad de Dios, pero no le damos ocasión de influir en nuestras vidas...O quizás hemos "visto" esos signos con respeto e incluso con asombro, pero no estamos seguros de lo que significan...o quizás somos incapaces de desarrollar una razonable teoría acerca de ellos.

P. Lo que está Vd. diciendo es que hay "santidad" fuera de la Iglesia. Pero si hay "santidad" ¿no deberíamos decir también que hay salvación?

R. ¡Por supuesto! Eso lo sabemos desde siempre. Es parte de la libertad de Dios. Dios es libre para hacer lo que Dios quiere con su pueblo (hombres y mujeres) en cualquier situación y cualquier contexto. Jesús nunca tuvo dificultad en reconocer en un soldado pagano de Roma o en una mujer extranjera, una profundidad de fe que faltaba entre sus propios discípulos. ¡Pero yo no tengo una teoría propia de salvación! ¡Así le ahorro su siguiente pregunta! Mi preocupación más profunda es encontrar cómo Dios actúa en la gente, y así cooperar con el trabajo de Dios. De este modo no me puedo equivocar: si construyo una teoría ciertamente podría equivocarme.

P. A la luz de la Nueva Evangelización, ¿cómo cree Vd. que debería presentarse la responsabilidad de la Iglesia en sus esfuerzos por llevar paz y armonía al violento mundo en que vivimos?

R. Estoy convencido de que todo lo que hacemos nace en lo más profundo de nuestro "yo", de lo interior. Es el fruto de nuestra fe, de nuestras relaciones (incluida la relación con Dios), nuestros amores y nuestras esperanzas. Si lo más profundo del "yo" está en comunión con el Dios de la Paz, Justicia y Compasión que creemos forma parte de nuestra fe, entonces viviremos, actuaremos y hablaremos Paz, Justicia y Compasión. Aunque el mundo a nuestro alrededor se haga más violento, eso no quiere decir que también nosotros nos hagamos violentos; al contrario, nuestro compromiso -nacido del corazón- con la paz y el diálogo se hace mucho más relevante y se convierte en una mejor proclamación del Evangelio en que creemos. Naturalmente esto toma diversas formas cuando pensamos en la Iglesia y muchas de las actividades e iniciativas que provienen de cristianos comprometidos.