martes, 1 de octubre de 2013

EL PAPA FRANCISCO: 'LA CORTE DEL VATICANO ES LA LEPRA DEL PAPADO'

EFE Roma

El papa Francisco aseguró que el defecto de la Curia romana, el gobierno de la Iglesia, es que se ocupa sólo de los problemas de la Santa Sede olvidando el mundo que le rodea, en una entrevista publicada hoy en el diario La Repubblica.

La Curia "tiene un defecto: es Vaticano-Céntrica. Ve y se ocupa de los intereses del Vaticano y olvida el mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré de todo para cambiarlo", explicó el papa en la entrevista al fundador del rotativo, Eugenio Scalfari, que se publica hoy en concomitancia con la primera reunión que mantendrá el papa con el llamado G8 de la Iglesia, el Consejo de ocho cardenales nombrados por Francisco para analizar la posible reforma de la Curia romana.

Para el exarzobispo de Buenos Aires, en el pasado "los jefes de la Iglesia han sido a menudo narcisistas, adulados por sus cortesanos" y agregó que "la Corte es la lepra del papado". "La Iglesia tiene que volver a ser una comunidad del pueblo de Dios y los presbíteros, los párrocos y los obispos deben estar al servicio del pueblo de Dios", añadió el papa Jorge Bergoglio. Sobre su visión de la Iglesia, explicó que no se debe basar en el "proselitismo" sino "en escuchar las necesidades, las desilusiones, la desesperación y dar esperanza a los jóvenes y ayudar a los viejos, abrir al futuro y difundir el amor. Ser pobres entre los pobres".

Bergoglio indicó en esta entrevista de tres páginas que en el Concilio Vaticano II se decidió "mirar al futuro con espíritu moderno y abrir a la cultura moderna, que significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes". Pero el pontífice reconoció que "hasta ahora se ha hecho poco" y anunció que él tiene "la humildad y la ambición" de llevar a acabo ese camino de la Iglesia hacia la modernidad. Respecto a los cambios que tiene previsto acometer, recordó como ha nombrado el Consejo de los ocho cardenales para que le aconsejen. "No son cortesanos sino personas sabias, animadas por mis mismos sentimientos. Esto es el inicio de una Iglesia con una organización no sólo vertical sino también horizontal", destacó.

Durante la conversación con Scalfari, Francisco bromeó al asegurar que cuando tiene delante un "clerical" también él se vuelve "anticlerical de golpe" y es que, explicó, "el clericalismo nada tiene que ver con el cristianismo y que San Pablo fue el primero que habló con los paganos, los creyentes de otras religiones". Por otra parte, aseveró que la Iglesia "no se ocupará de política", pues "las instituciones políticas son laicas por definición y actúan en esferas diferentes". "La Iglesia no irá más allá de su deber de expresar y difundir sus valores, al menos mientras yo esté aquí", confirmó.

En la entrevista también se tocan asuntos de actualidad y Bergoglio consideró que "los grandes males que afligen el mundo son el desempleo de los jóvenes y la soledad en la que ha dejado a los viejos". "Los viejos necesitan cuidados y compañía. Los jóvenes trabajo y esperanza", indicó. El papa también criticó el "liberalismo salvaje" que hace que "los fuertes se hagan más fuertes, los débiles más débiles y los excluidos más excluidos", y añadió que "se necesitan reglas de comportamiento y si fuera necesario también la intervención del Estado para corregir las desigualdades más intolerables".

En la entrevista, el papa habla de los santos de su experiencia religiosa y, aunque matizó que no se puede hacer una clasificación de preferidos "como si fueran futbolistas argentinos", los "más cercanos a su alma" son San Francisco y San Agustín. Sobre la "vocación mística" de algunos santos, Bergoglio explicó que no cree que tenga esta vocación, aunque desveló como tras ser elegido papa y mientras esperaba antes de asomarse al balcón de la basílica de San Pedro cerró los ojos y dejó de sentir "el ansia y la emotividad"

"Una gran luz me invadió, duró sólo un momento aunque me pareció muchísimo tiempo. Luego la luz se disipó, yo me levante de golpe y me dirigí a la mesa donde estaban los cardenales para firmar el acto de aceptación. Y firme", relató. El papa termina la entrevista con Scalfari prometiendo un nuevo diálogo con el periodista, que se define ateo y a quien ya dirigió una carta sobre los no creyentes, en el que se afrontarán asuntos como el papel de la mujer en la Iglesia.

lunes, 30 de septiembre de 2013

LA BANALIDAD DEL MAL

José Ignacio González Faus, en Redes Cristianas

No voy a hablar de la película Hanna Arendt. Quisiera reflexionar sobre el pensamiento de Arendt de quien tomo el título de este artículo, como la directora de la película tomó muchas frases del libro de Arendt para los diálogos de ésta. La expresión “banalidad del mal” no busca rebajar su gravedad, sino aumentarla. Lo más horrible del mal moral es que auténticas perversiones se presentan y son vividas muchas veces como actos triviales, indiferentes, casi buenos… Si llego a creer que algo malo es un derecho mío (o un deber) resulta mucho más fácil cometerlo.

La teología de la liberación, al hablar del “pecado estructural”, ayuda a comprender cómo el mal se banaliza: porque anida no sólo en el corazón de las personas sino en las redes de la convivencia: usos, normas, leyes, valores ambientales... Ahí ya no se le percibe como maldad, sino como “algo normal”, quizá necesario. Eichmann no era un asesino monstruoso sino un vulgar funcionario encargado de que unos cuantos señores subieran en unos trenes y llegasen a un determinado lugar. Una pieza de engranaje ya no es moral ni inmoral: es simplemente pieza. Que una mujer africana pueda mutilar genitalmente a su propia niña no significa que ella sea un monstruo; sólo indica hasta qué punto grandes atrocidades se nos pueden convertir en evidencias cuando tienen el soporte de una convicción social.

Ocurre lo mismo con la monstruosidad anónima de eso que llaman mercado. Llamamos “economía de mercado” a una economía “de la manipulación y el engaño”. Al cambiarle el nombre ya no vemos más: porque ¿qué cosa más banal que un mercado?. Sin embargo, cuando Adam Smith escribió su famosa página sobre “la mano invisible” del mercado, se estaba refiriendo a una relación que se asienta sobre el conocimiento personal y el diálogo: el tendero me conoce, no me quiere perder como cliente y, precisamente por eso, puedo dejarle actuar egoístamente porque me sé incluido en ese egoísmo. Ese contacto personal, los rostros visibles, son la clave de la mal llamada “mano invisible” del mercado. En cambio, lo que hoy llamamos mercado se asienta sobre el desconocimiento de los actores y sobre la publicidad (la cual, si piensa en mí, sólo busca halagar mis instintos más bajos como modo de engañarme). Decisiones que me afectan no las toma una persona cercana a quien conozco, sino una entidad anónima, que no sé bien dónde está y se ampara en palabras abstractas: “dirección, consejos de administración”, etc.

De este modo, conductas canallescas e inmorales llegan a ser vividas como meros fenómenos naturales. No se cometen crueldades, sólo “se hacen inversiones”. Como Eichmann que sólo organizaba transportes.

Arendt explica: no es que Eichmann fuese un malvado, como necesitaban los judíos para poder descargar su odio (perverso también, pero ahora coloreado como justicia). Simplemente había renunciado a llegar a ser hombre, lo cual es una de las mayores tentaciones humanas. Por eso la reacción del Dios bíblico al pecado de Adán es la pregunta: “hombre ¿dónde estás?”.

El contenido de esa humanidad lo brinda una espléndida y mínima frase de Kant: “atrévete a pensar” (sapere aude). Pensar no designa actividades abstractas sino capacidad para reflexionar, afrontar y paladear (¡“sapere”!) las consecuencias de los propios actos, aunque sean obediencia y “cumplimiento del deber”, sin reducirlos sólo a sus dimensiones individuales, y sin abstraerlos de sus implicaciones globales y del contexto denunciado hace poco por el papa Francisco: “los que, en el anonimato, toman decisiones socio-económicas que abren el camino a dramas…”. Por algo el Vaticano II había prohibido “conformarse con una ética meramente individualista (GS 30).

¡Atrévete a pensar! Arendt no se cansa de repetir a lo largo de la película que ella “sólo busca comprender”. Así aprende que el mal es mayor de lo que parece, precisamente porque puede “banalizarse”. Otro ejemplo del hombre que ha cerrado sus ojos a esa interpelación lo encarna, para mí, el presidente del gobierno. Le oímos decir mil veces que está haciendo “lo que tiene que hacer” (como Eichmann); incluso asegura que gracias a eso estamos saliendo de la crisis. Pero, aunque eso fuese cierto, nunca se atrevió a pensar si el camino para esa salida tenía que ser un 25% de niños desnutridos, familias modestas abocadas a dormir en la calle cuando no pueden acogerlas los padres en sus casas, enfermos condenados a muerte por un retraso imperdonable en una intervención urgente y cientos de miles de seres humanos llevados no a una cámara de gas pero sí a una cámara de asfixia personal y social.

Rajoy no ha sido un malvado: estoy absolutamente seguro. Creerá incluso (como Eichmann) que ha cumplido su deber. Pero el pecado estructural se ha encargado de que ese supuesto “deber” no fuera más que una maldad banalizada. Claro que, atreverse a pensar así, podría suponer el fin de una carrera política. Y ante eso, mejor “lavarse las manos” como Pilatos, para quien lo importante era la propia carrera y que no padecieran las relaciones entre el imperio romano y un pueblo difícil. Que eso costara la vida a un inocente desarrapado era otra banalidad.


martes, 24 de septiembre de 2013

EL PAPA HABLA, PARTE DE LA IGLESIA CALLA Y ALGUNOS OTORGAN

Belén Carreño, en 'eldiario.es'

El Papa Francisco llama la atención. Y su entrevista, realizada por un periodista jesuita y publicada la semana pasada al unísono por cientos de medios en el mundo, ha sido la más polémica y comentada que se le ha hecho a un Pontífice. Sin embargo, hay una parte muy relevante del público objetivo al que se dirigía esa entrevista que no se ha dado por enterado. Y cuando lo ha hecho, ha sido para mostrar su decepción por el mensaje que trata de enviar el nuevo cabeza de la Iglesia, o para recelar de los nuevos aires que parecen llegar desde Roma.

La cara más pública de la Iglesia en España, que no tiene porque ser la más representativa, se ha mostrado algo decepcionada y ha optado, en mayor medida, por obviar la entrevista de Francisco. La reacción más singular, por representativa, la ha tenido uno de los opinadores de referencia de la Iglesia conservadora: Juan Manuel de Prada. El novelista, y columnista de ABC, arrancó de esta guisa su opinión del sábado 21 de septiembre: "Ignoro si en otro tiempo estuve loco; pero hoy, leyendo cierta entrevista, he sentido que he hecho el canelo durante todos estos años".

De Prada, normalmente acérrimo defensor con su viva pluma de las ideas más conservadoras y reaccionarias de la Iglesia, lamenta profundamente la declaración del Papa de que "no es de derechas". Y lo lamenta porque, en su opinión, "ningún demócrata es capaz de calificarse de derechas", y cree que el Papa básicamente se avergüenza de reconocerse de derechas. De Prada se escuece también de que el Pontífice considere como "obsesionados" a aquellos que defienden "la vida de los gestantes" y cree que en cierta forma se les pide callar y ser "complacientes". El escritor, cierra su amarga columna asegurando que "siguiendo el ejemplo del ilustre entrevistado, me dedicaré desde hoy a complacer y halagar al mundo, para evitar su condena".

El sollozo de De Prada -que ve su pasado defendiendo a la Iglesia como un "martirio"- pone paradójicamente al descubierto el endeble ataque en el que ha incurrido la parte de la Iglesia más oficial -sobre todo la de los medios ligados a la Conferencia Episcopal- que se ha manifestado alrededor de la entrevista. El ganador del premio Planeta es además de católico periodista, o al menos, muy próximo a la profesión, y los mensajes que más le han molestado del Pontífice son exactamente los mismos que han destacado los grandes medios al público. La preocupación por la "obesión" de parte de la Iglesia con la moral, expecialmente la referida al aborto, la homosexualidad o el divorcio, o su forma de renegar de una ideología política próxima a la derecha.

Precisamente, HazteOír.org, una plataforma que se considera católica y cuyo principal leitmotiv es la lucha contra el aborto, y algunos de sus miembros y cuentas más activas en Twitter, como @Elentir, o el líder de la plataforma @IgnacioArsuaga (todas con miles de seguidores y también con miles de tuits emitidos), solo se refirieron a la entrevista de Francisco para hablar de cómo habían manipulado los medios. " El País vuelve a manipular, atribuye al Papa una cita que no ha dicho", asegura en su blog Elentir en referencia a la supuesta "obsesión" de algunos sector con el aborto y los gays.

El Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, en unas declaraciones a la Cope recogidas por la agencia católica AciPrensa también entró a hacer un comentario de texto de los medios, no de la entrevista. "Con todos mis respetos para El País y la Vanguardia, que lo han sacado en portada y han sacado esa frase en portada de una entrevista de 27 folios, yo creo que se han equivocado plenamente o han intentado deformar la realidad. Creo que no han entendido el contexto en el que estaba pronunciada”. “El Papa no hablaba de política”, dice el Obispo. En otro artículo de AciPrensa se explica a sus lectores lo que "sí dijo el Papa sobre el aborto y los gays", una información muy similar a la publicada por HazteOír.org.

Paradójicamente, el obispo, y los integrantes de HazteOír.org, no han visto en las palabras del Papa el mismo significado que sí ha encontrado De Prada y que le ha llevado a pensar que ha hecho "el canelo" en el pasado. Y esta fue el único comentario que les suscitó un hecho que muchos ven como histórico.

La repercusión pública, por tanto, que la entrevista ha tenido en los sectores oficiales de la Iglesia española es entre nula o mediocre. Otros dos obispos se han referido públicamente a las palabras de Francisco. Por una parte, Raúl Berzosa, el Obispo de Ciudad Rodrigo (hermano de Sor Verónica, la fundadora de la orden de las conocida como monjas de Lerma), en una entrevista también en la Cope que hizo un análisis bastante ponderado de la entrevista y sin tocar los temas "espinosos", reconoció que a cada uno el mensaje de Bergoglio le podía llegar de distinta manera.
Palabras a favor

El que se desmarcó totalmente de esta chocante discreción ha sido el Arzobispo de Valencia Carlos Osoro, que se ha sentido muy reflejado por las palabras del Papa. Osoro es, precisamente, uno de los que suena con más fuerza para alcanzar la jefatura de la Iglesia española, en un momento en el que su representante, Antonio Rouco Varela, ya ha presentado su posible relevo por su avanzada edad.

Por lo demás, silencio administrativo, tan solo roto por las publicaciones religiosas de tinte independiente, como Religión Digital o Vida Nueva (muy recomendable echar un ojo a su editorial) o 21 la Revista Cristiana de Hoy en la que numerosos teólogos y cristianos de base se manifestaban entusiasmados con la línea marcada por el Papa. Estas tres publicaciones se acercan mucho más a la visión que tienen las comunidades católicas que no se rodean, ni se dejan absorber, por los movimientos neoconservadores. Pero para la parte hasta ahora más mainstream u oficialista, prácticamente la entrevista nunca sucedió, hasta el punto de que la cuenta de twitter oficial de la Conferencia Episcopal Española (@info_CEE), no ha reflejado ni su existencia.
Silencio en misa

Una de las principales señales que dejó en esencia la poca, o pocas, ganas de que trascendiera el mensaje del Papa fue la escasa presencia de la entrevista en las homilías del domingo. Al presidente de la Conferencia Episcopal le tocó celebrar la misa que retransmitió La2 de TVE el pasado domingo. Pocas oportunidades tiene un sacerdote de que su palabra llegue a una audiencia como la de la televisión pública. Rouco obvió discretamente cualquier referencia a la entrevista hasta prácticamente las últimas veinte palabras de la homilía, en la que sacó a colación unas palabras referidas a la pobreza del Pontífice. Lo cierto es que las palabras del Papa, en el que se advertía de que la defensa a ultranza de la moral podía obscurecer el resto de la aplicación del Evangelio, afectan singularmente a España, donde muchas comunidades y movimientos religiosos han nacido, o se han fortalecido al albur de la defensa de cuestiones de moral (y no de fe).

En muchas parroquias se pasó de largo la posibilidad de interpretar la entrevista, y contrarrestar así el denostado enfoque de los medios de comunicación, y el domingo resbaló por las palabras de Bergoglio sin pena ni gloria. No fue así en todas las misas, sería imposible. Un sacerdote reconoce "celebré misa dos veces y en las dos tuve que hablar de la entrevista. ¡Cómo no iba a hacerlo, si es muy emocionante!".

Y es que, una gran parte de la Iglesia, la que es más silente, la que no arma revuelo, está más que satisfecha con la entrevista del otrora jesuita. Las comunidades de base están, literalmente, como locas, con el nuevo Papa.

domingo, 22 de septiembre de 2013

DE GREGORIO VII A FRANCISCO

José M. Castillo, en Religión Digital

Tengo la impresión de que somos muchos los católicos, y demasiados los ciudadanos, que no acabamos de caer en la cuenta de la extraordinaria importancia que entraña la larga entrevista que el papa Francisco ha hecho pública para darnos a conocer sus ideas y sus proyectos. Por supuesto, en lo que dice el papa , es de enorme interés lo que Francisco afirma sobre la moral sexual en la que machaconamente insiste tanto el clero, sobre sus ideas políticas, sobre la misericordia y la bondad que debemos poner en práctica todos los seres humanos, sobre la religiosidad y otras cuestiones que sería largo enumerar. Sin embargo, el asunto más importante, que, a mi modo de ver, trata el papa, sospecho que se le escapa a mucha gente. Y es que la teología, como ocurre con la biología o la medicina, no está al alcance de todo el mundo. Sin embargo, periodistas y tertulianos, que no se atreverían a pontificar sobre cuestiones técnicas de biología, dictan sentencia tranquilamente sobre asuntos teológicos que exigen muchos años de estudio y reflexión.

Pero vayamos al tema que interesa. Hace cerca de mil años, en 1073, fue elegido papa un monje que tomó el nombre de Gregorio VII. Corrían malos tiempos para la Iglesia. Como es sabido, era entonces cuando estaban en auge las investiduras. Los señores feudales nombraban a su antojo (o según sus conveniencias) a los obispos, abades, y toda clase de cargos eclesiásticos. La Iglesia estaba en manos de los laicos, en el peor sentido que pueda tener esta afirmación. Y fue entonces cuando Gregorio VII decidió cortar con semejante estado de cosas. Lo cual era necesario y urgente. Pero, para conseguir un fin bueno, no se le ocurrió otra solución que concentrar todo el poder de la Iglesia en el papa. El criterio determinante quedó formulado por el mejor conocedor de esta historia, Y. Congar: “Obedecer a Dios significa obedecer a la Iglesia, y esto, a su vez, significa obedecer al papa y viceversa”. Gregorio VII fijó sus convicciones en un documento famoso que consistía en 27 axiomas contundentes, que se resumen en tres criterios patéticos: 1) el papa es señor absoluto de la Iglesia; 2) el papa es señor supremo del mundo; 3) el papa se convierte en indudablemente santo (H. Küng).

Ahora bien, al atribuirse estos poderes, Gregorio VII acabó con una larga etapa de diez siglos en la historia de la Iglesia. Siglos en los que la Iglesia floreció, creció y forjó una cultura, que el monje Hincmaro de Reims supo sintetizar de forma admirable: “La Iglesia se expresa en plenitud en los concilios ecuménicos, al tiempo que regula su vida histórica por medio de los sínodos en los que se reúnen los obispos de una región determinada”. Lo cual quiere decir que el gobierno ordinario de la Iglesia no se gestionaba desde Roma, sino mediante los sínodos locales, que presidían los obispos de una región. Siempre tomando las decisiones democráticamente con la participación de todos los miembros de cada sínodo local. Los nombramientos de obispos, las leyes litúrgicas y canónicas, etc, se adoptaban en los sínodos. La Iglesia no tenía una estructura de gobierno “curial”, sino “sinodal”. Sólo así se conocían los problemas que había que resolver. Y se tomaban las decisiones adecuadas. Así, aquella Iglesia tuvo una vida creciente, durante mil años.

El actual obispo de Roma, el papa Francisco, nos acaba de anunciar a todos que la Iglesia vuelve a retomar el gobierno sinodal. ¿Será como el del primer milenio? No puede ser idéntico. Pero, por lo que el papa ha dicho, irá ciertamente por ese camino. Dice Francisco en su reciente entrevista: “Los dicasterios romanos están al servicio del papa y de los obispos: tienen que ayudar a las iglesias particulares y a las conferencias episcopales. Son instancias de ayuda. Pero, en algunos casos, cuando no son bien entendidos, corren peligro de convertirse en organismos de censura. Impresiona ver las denuncias de falta de ortodoxia que llegan a Roma. Pienso que quien debe estudiar los casos son las conferencias episcopales locales, a las que Roma puede servir de valiosa ayuda. La verdad es que los casos se tratan mejor sobre el terreno. Los dicasterios romanos son mediadores, no intermediarios ni gestores”. Esta es la idea que Francico tiene sobre el papel que les corresponde a las Congregaciones de la Curia Vaticana. El papa las pone al servicio de las Conferencias Episcopales. Y no al revés.

Pero la cosa no se queda en esto. El redactor de la entrevista recuerda que el pasado día de San Pedro, el 29 de junio, el papa definió “la vía de la sinodalidad” como el camino que lleva a la Iglesia unida “a crecer en armonía con el servicio del primado”. En consecuencia, mi pregunta es ésta: “¿Cómo conciliar en armonía primado petrino y solidaridad? ¿Qué caminos son practicables, incluso con perspectiva ecuménica?” Esta pregunta es fuerte y, en cuanto empiece a ponerse en práctica el proyecto al que apunta, todo cambiará. Porque, en el fondo, lo que viene a decir es que nos sentaremos juntos todos los cristianos - sea cada cual de la confesión que sea - para intercambiar en serio nuestras propuestas, hasta que lleguemos al día dichoso de recuperar la unidad perdida.

Por eso, sin duda, el mismo Francisco siguió diciendo: “Debemos caminar juntos: la gente, los obispos y el papa. Hay que vivir la sinodalidad a varios niveles. Quizá es tiempo de cambiar la metodología del sínodo, porque la actual me parece estática. Eso podrá llegar a tener valor ecuménico, especialmente con nuestros hermanos ortodoxos. De ellos podemos aprender mucho sobre el sentido de la colegialidad episcopal y sobre la tradición de sinodalidad. El esfuerzo de reflexión común, observando cómo se gobernaba la Iglesia en los primeros siglos, antes de la ruptura entre Oriente y Occidente, acabará dando frutos”. Y el redactor añade estas palabras de Francisco, palabras que tienen que remover las bases de la teología: “Tenemos que caminar unidos en las diferencias: no existe otro camino para unirnos. El camino de Jesús es ése”.

Con una añadidura final, que les calla la boca a los que viven de la protesta contra todo cuanto viene de Roma: “Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la solución del “machismo con faldas”.... Las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar.... En los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesario el genio femenino. Afrontamos hoy este desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer incluso allí donde se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia”.

Este papa es noticia mundial porque ha tomado en serio el Evangelio. Y más en serio aún, la centralidad de Jesús en la vida. Lo central no es la religión y sus ritos, ni los dogmas y sus ortodoxias. De nada de eso habla Francisco. Aquí no se escucha el sonsonete de la prédica clerical, moralizante, amenazante y con frecuencia excluyente. El futuro de la Iglesia está en recuperar su pasado. El pasado que nos lleva derechos al galileo Jesús de Nazaret. Si no echamos por ese camino, la Iglesia no va a ninguna parte. Si el Evangelio es el centro, lo decisivo no será la religión. El centro será la humanidad, todo cuanto nos humaniza. Por eso el papa es noticia mundial.

sábado, 21 de septiembre de 2013

¡YA ERA HORA DE QUE UN PAPA NO FUERA DE DERECHAS!

Enric Sopena, en  El Plural

La revolución de Francisco parece imparable, aunque puede ser arriesgadamente peligrosa, teniendo en cuenta a los sectores católicos más reaccionarios. Antes, mucho antes, hubo la revolución de Jesús de Nazaret, como puede fácilmente observarse leyendo los evangelios.

Sepulcros blanqueados
“No podéis servir a Dios y a las riquezas”, sostenía aquel que acabó siendo crucificado. Atacaba dialécticamente, y con dureza, a los poderosos de la época: “¡Hay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que os parecéis a sepulcros blanqueados, hermosos por fuera, mas por dentro llenos de huesos de muertos y de toda suerte de inmundicia!” Esos hipócritas han olvidado a los pobres y se han enriquecido gracias a los ricos.

Similar a Juan XXIII
Ahora, este nuevo Papa, sólo similar a Juan XXIII, está dispuesto desde luego a ajustar su conducta a la doctrina auténticamente cristiana. Que es la de Jesús de Nazaret, no la de los hipócritas o los fariseos, naturalmente. Francisco ha vuelto ayer a sorprender a todo el mundo. Nada más ni nada menos que el jesuita argentino ha declarado urbi et orbe: “Jamás he sido de derechas”.

En el tiempo y en las formas
La cúpula de la Iglesia, casi siempre y como los ciudadanos bien saben, ha sido de derechas. Muy de derechas. Muy farisaica. Esto se ha producido en todo el orbe cristiano conocido y sobre todo en España. La Iglesia española ha seguido el ejemplo de hasta qué punto está vinculada con la derecha. La desconfianza eclesiástica respecto a la izquierda proviene de lejos en el tiempo y en las formas.

Críticas a obispos y cardenales
Jesús de Nazaret tampoco fue nunca de derechas. Es más; fue la derecha política, la de las grandes fortunas y la religiosa la que decidió matarlo, y así lo hizo, porque les enojaba con sus reproches radicales y humanitarios. Avanza, pues, la revolución de Francisco. Sus críticas últimas han sido dirigidas a obispos y cardenales por haber hablado obsesivamente del aborto, de los anticonceptivos y del matrimonio homosexual.

Un cuatro latas
Y por no haber colocado a la mujer en donde se toman decisiones importantes. La revolución de Francisco va en serio y a gran velocidad, aunque el coche del Papa sea un cuatro latas. Millones de personas apoyarán esta revolución necesaria. Ya era hora de que un Papa no fuera de derechas. Más vale tarde que nunca.

jueves, 19 de septiembre de 2013

MODERACIÓN PAPAL

José Ignacio González Faus, en Blogs Religión Digital

La historia da a veces unas vueltas increíbles y me temo que dentro de poco vamos a ver a toda la izquierda eclesial gritando “totus tuus”, con el mismo fervor con que en tiempos de Wojtila lo gritaban otros sectores eclesiales. Incluso, a lo mejor, en lugar de “Juan Pablo II te quiere todo el mundo”, ahora se llenan las calles de progres que gritan algo así como “Francisco, Francisco, estás armando un cisco”… Por otro lado, las editoriales están todas convirtiendo al nuevo papa en su quimera del oro, donde va a buscar pingües beneficios, en estos tiempos de crisis y con IVAs del 21%...

Personalmente, y aun comprendiendo el respiro que Francisco puede haber significado para muchos miembros del pueblo de Dios, me sentiría más cómodo si las temperaturas papales se templan un poco. En primer lugar por aquello de que “hay amores que matan” y no creo que esos fervores le hagan bien al mismo papa. Y luego porque nunca está excluido del todo el título de aquella película: “más dura será la caída”.

Dejemos a Francisco ser hombre. No lo mitifiquemos demasiado porque entonces caeremos en la tentación de poner en primer lugar mi propia ilusión particular y creer que la Iglesia se habrá renovado si se cumple lo que yo deseo: el teólogo condenado que le reivindique el papa; el cura casado que se suprima el celibato; la monja impaciente que se le conceda el ministerio… Y más de dos de nosotros caer en la tentación de no saber perdonar, y disfrutar poniendo en la picota a cuantos nos maltrataron queriendo o sin querer. Mal camino.

Dejemos a Francisco ser humano. De momento hay algo muy de agradecer: sus primeros seis meses se parecen al título de la primera obra de Urs von Balthasar que se llamaba “Schleifung der Bastionen” (derribo de los bastiones) cuando Balthasar era un teólogo joven, mucho más abierto de lo que fue después. Francisco ha sabido derribar discretamente una serie de trincheras y muros de contención que le han ganado el cariño de un pueblo de Dios que se ahogaba en las paredes eclesiales. Pero le están ganando también la hostilidad de sectores eclesiásticos que, como Caifás, temen ahora que vengan los romanos “y se hagan con nuestro lugar y nuestra casa”, aunque de momento no parecen saber cómo reaccionar.

No lo va a tener fácil, y sería importante que nosotros no le compliquemos más las cosas con nuestra impaciencias radicales. Ahora que está vivo el aniversario del 11 S en Chile, puede ser bueno recordar que a Allende le complicaron las cosas tanto las derechas intolerantes como los radicalismos del MIR que creían llegada la hora de pedir la luna, o cada uno su luna.

No lo conozco personalmente. Pero no me da la sensación de que el hermano Francisco tenga una teología de primera línea. Sí que me parece que tiene una experiencia evangélica muy profunda, que hasta casi aventuraría uno que es fruto de alguna conversión o alguna gracia especial, dada la tranquila seguridad con que se mueve en ella.

Las cosas de palacio van despacio y las de la Iglesia –purtroppo magari- suelen ir más despacio. A Francisco no pueden quedarle demasiados años para la inmensa tarea que tiene por delante. Si de momento la Iglesia se orientara a ser de veras iglesia ”de los pobres” de un modo decisivo y sin retorno y si, además, el buen estratega que parece ser Francisco consiguiera una profunda y radical reforma de la Curia romana, ya habría para entonar varios Tedeums.

Y lo que creo que todos deberíamos intentar es colaborar al máximo en esta dirección sin querer marcar cada uno la agenda papal. Muchos deseos personales habrán de esperar. Pero recordemos que es propio de casi todos los Moisés, atisbar la tierra prometida sin llegar a entrar en ella…

Recordemos el sabio refrán: el bien no hace ruido y el ruido no hace bien. Temo sinceramente que Francisco esté haciendo (o mejor: le estemos haciendo hacer) demasiado ruido.

lunes, 16 de septiembre de 2013

'FRANCISCO RECUERDA A JUAN XXIII'. Entrevista a Gustavo Gutiérrez

Adital

“Hablar de la importancia del pobre, de la solidaridad con los pobres… viene del Evangelio. La Teología de la liberación, apenas lo recordó, no lo creó: ¡está en el Evangelio! Y el papa es muy evangélico”.
La afirmación anterior es de uno de los fundadores de la teología de la liberación, el padre Gustavo Gutiérrez, dominico, que participo en el Festivaletteratura, en Mantua, Italia, con su “viejo amigo”, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El reportaje es de Angelo Sarto, publicado en el sitio Vatican Insider, 07-09-2013.

Aquí la entrevista


Padre Gutiérrez, la excelente acogida manifestada por L’Osservatore Romano a su libro Dalla parte dei poveri (Edizioni Messaggero- Editrice Misionaria Italia), escrito juntamente con Don Müller, marca un giro radical en la relaciones entre el Vaticano y la teología de la liberación. ¿Qué piensa Ud. al respecto?

Este libro fue publicado en alemán y en español hace nueve años. Estoy muy contento con esa acogida positiva. Esto muestra que la teología de la liberación es una contribución entre las otras teologías. Don Müller habla de esto claramente. Estoy muy feliz con esa aprobación de mi viejo amigo Müller.

¿Qué relación existe, por lo que Ud. sabe, entre Bergoglio y la Teología de la Liberación? Hay quien diga que él la condenó en el pasado

Que yo sepa, el nunca la condenó, eso me dijeron algunos de mis amigos que le son muy próximos. Vea yo no estoy tan interesado en la teología de la liberación, mas si en el Evangelio. La Teología de la Liberación es una teología, pensada para recordar algo importante del Evangelio: la presencia de los pobres en el mundo, la opción preferencial por los pobres por parte de la Iglesia. ¿Hubo contactos entre Bergoglio y la teología de liberación? Tal vez, ¿por qué no? Yo prefiero ver las cosas así y no situar al papa en una teología, sino sólo en Evangelio.

Algunos observadores piensan que Bergoglio está llevando adelante algunas propuestas de la Teología de la Liberación en el plano de su compromiso como pastor…

Yo pienso, que tal vez, él esté llevando adelante el Evangelio, no exactamente una teología, al máximo, una teología próxima a la Teología de la Liberación. Hablar de la importancia del pobre, del compromiso, de la solidaridad con los pobres… Eso viene del Evangelio. La teología de la liberación apenas recordó esto, no lo creó: ¡Está en el Evangelio! Y el papa es muy evangélico, su modo de actuar lo manifiesta.

Leonardo Boff espera que el Papa Francisco, dará, en el futuro, señales para rehabilitar a Teología de la Liberación, tanta veces criticada por el Vaticano. ¿Ud. cree que esto vaya a suceder?

(Risas)Hacer previsiones es siempre difícil. Pero parece que eso puede suceder, aunque yo no pueda decir cómo, porque no puedo responder sobre lo que el papa va hacer. Pero este momento es muy rico, interesante y ¡evangélicamente nuevo! Espero que este clima continúe. No tanto por la teología de liberación, mas bien, para ir a la raíz del Evangelio. Yo no conozco a Bergoglio personalmente, solo a través de amigos que le son muy próximos. Yo escuché hablar de él hace mucho tiempo como jesuita en la Argentina, como obispo, arzobispo y cardenal en Buenos Aires. Estoy muy feliz por esto meses transcurridos desde la elección a papa. El fomentó mucho la fe mostrando un estilo muy evangélico en la vida de la Iglesia.

¿Cuál es urgencia que Francisco debe enfrentar principalmente en la Iglesia de hoy?

No es fácil de decirlo. Cuando se ve la Iglesia desde la perspectiva de papa, se tiene otro panorama. Pero lo que él hizo hasta hoy fue hablar del Evangelio en la periferia. Esta es una metáfora muy interesante. Esta es la misión de la Iglesia: Anunciar el reino de Dios a todos, con un énfasis especial en la periferia del mundo. ¡Esto es lo que encuentro tan evangélico en Francisco! Las dos cosas que él comenzó a realizar, o sea la reforma de la Curia y la reforma económica del IOR, son de lo las más acertadas.

Pero sobre todo, es interesante una presencia renovada de la fe en el mundo de hoy. El tiene un análisis de la realidad que parece muy interesante. Es muy original y creativo en los gestos. ¡Yo no puedo decir que él tiene que hacer esto o lo aquello! No es mi tarea. Pero estoy muy contento de ver esa presencia y ese “aire fresco” en la Iglesia que Francisco está trayendo.

Muchas personas volverán a la Iglesia gracias a Francisco. ¿Por qué?

El ha tocado teclas que no eran tocadas hace mucho tiempo: la evangelización y el anuncia del reino son para todos. Esto significa ir al encuentro de los puntos importantes, por ejemplo, la justicia. Francisco esta enfatizando mucho esta novedad, con carisma verdaderamente extraordinario. El me recuerda al Papa Juan XXIII.

[Traducción para Adital: ricardozunigagarcia@gmail.com].