sábado, 10 de enero de 2009

EUSCADI SE SECULARIZA

No, ya no. El bautizo ha dejado de ser en Euskadi un rito sistemático tras el nacimiento. Sólo el 52,9% de los niños nacidos en Vizcaya en 2007 recibieron el santo sacramento. Concretamente, pasaron por la pila 5.600 de los 10.572 neonatos, según datos del Obispado de Bilbao.

La tendencia cae año a año. Un lustro atrás, en 2003, fueron bautizados el 61,1% de los 9.810 pequeños nacidos ese año. Ese año recibieron el agua bendita 6.000 bebés.

Pensar que esta regresión de la religión cristiana es fruto de la inmigración sería un error. Hay que recordar que la población extranjera en 2007 sólo suponía el 5% aproximadamente.

El motivo es de mayor calado. "Euskadi se ha convertido en la comunidad autónoma más secular del Estado", afirma el sociólogo vasco Alfonso Pérez Agote.

Según sus datos, el 91% de los jóvenes vascos de 15 a 24 años no tienen relación alguna con la religión cristiana. Está entre los porcentajes más altos de Europa, y por supuesto, por encima del resto del Estado.


Así, el 35% de los jóvenes vascos son agnósticos, el 28% ateos, el 24% no practicantes, el 8% católicos practicantes y el 1% creyentes de otra religión.

Para Agote, el principal motivo de este descreimiento es éste:"La juventud vasca está hipersecularizada porque han crecido en unas familias donde no se le ha dado ninguna importancia a la religión".

O sea, que un muchacho al que nunca se le habló de Dios, al llegar a la vida adulta, difícilmente estará dispuesto a bautizar a su hijo recién nacido.

 

"Fíjate:hoy día, en Euskadi es más cristiano un anciano ateo y comunista que un joven apolítico", aventura el sociólogo. Recuerda que el señor mayor sigue creyendo en el matrimonio para vivir en pareja, tener hijos, sexo... Para un joven actual todo eso es posible sin pasar por el altar.

"La región europea más secular" 

"Euskadi está entre las regiones europeas más seculares", aventura el sociólogo Pérez Agote. Para explicarlo, cita hasta cinco factores: el primero, que los padres de los jóvenes no han dado ninguna importancia a la religión. La segunda, el mayor nivel de estudios y cultural de la historia.

También influyen las posiciones políticas impopulares de la Iglesia, como su opinión ante la homosexualidad o el uso del condón. Como cuarto factor, el sociólogo afirma que "la iglesia desprecia derechos humanos" comúnmente aceptados, tales como la libertad sexual, el aborto o la eutanasia. Por último, Pérez Agote sugiere que "la Iglesia no explica nada". Las ciencias y la política han tomado su posición para defenderse en la vida.



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