viernes, 4 de noviembre de 2011

SIMPLIFIQUEMOS


Óscar Calzado en 'Cuestión de actitud'

Esta semana me gustaría hablar de un par de temas simultáneamente, que entiendo están relacionados y dan cierta continuidad a las entradas anteriores.

El primero es el “Decrecimiento” bajo sugerencia de Lola Martínez, habitual del blog, y el segundo es la “Tiranía de la abundancia” del psicólogo Barry Schwartz, en su libro “Por qué más es menos”.

Básicamente, el Decrecimiento pretende la disminución controlada de la producción y el consumo para llegar a un mejor equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos. Y el libro “Por qué más es menos” explica que el exceso de elección, libertad y la abundancia de posibilidades actualmente nos generan insatisfacción permanente, ansiedad y depresión.

Ambos conceptos nos llevan a pensar que una vida más sencilla (con menos) nos haría más sanos, felices e independientes; por eso nos invitan a un proceso de simplificación voluntariacomo solución.

Hoy en día, todos los países y el FMI persiguen el crecimiento económico como única vía de Desarrollo; se utilizan la Publicidad (seducción), el crédito (disponibilidad y compromiso) y la caducidad de los productos (obsolescencia programada) como herramientas para crecer y crecer económicamente, producir y vender más cada día.

Los políticos usan este crecimiento como argumento casi exclusivo para justificarse y donde orientan todas sus medidas, hablándonos del % del PIB y otros datos que la gente ni siquiera entiende. Nos aseguran que es la forma de conseguir cohesión y bienestar social, aunque realmente no parece llegar nunca ese momento, viendo que el resultado de estas políticas ha derivado en una crisis económica mundial y su inseparable crisis social.

Un aspecto a destacar es la relación entre felicidad y crecimiento económico, las cifras revelan que es directamente proporcional la relación entre el crecimiento económico y la tasa de depresión, ansiedad y drogodependencia. Sólo el Prozac lo consumen unos 40 millones de personas en el mundo (países ricos).

Por otro lado, Barry Schwart explica que el actual abanico de posibilidades que tiene hoy la gente a la hora de comprar cualquier producto, de elegir casa, estudios, comida en un restaurante, etc. genera más insatisfacción, duda y arrepentimiento por lo que no has elegido, que satisfacción por lo que has elegido. Y que todo ese tiempo de tu vida que pasas en los difíciles procesos de decisión te hace infeliz e inseguro. Cuando realmente podrías destinar todo ese tiempo a estar con otros, que es lo que realmente nos hace felices.

Vemos como se tiran toneladas de comida cada día, se construyen aeropuertos que no tienen vuelos, trenes de alta velocidad que cierran al año de inaugurarse, pisos vacíos, armarios llenos de ropa que no se usa, centros culturales sin programación, campos de fútbol casi sin equipo, … Por lo tanto, ¿no sería inteligente rebajar el nivel de consumo y su estrés asociado? ¿Producir sólo lo necesario y repartirlo mejor? ¿Cuidar un poco más el Medio Ambiente? Lugar, no lo olvidemos, donde vivimos y vivirán nuestros hijos.



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