El libro de Benedicto XVI acerca de la infancia de Jesús ha suscitado la reflexión acerca de la historicidad de aquello que según la tradición ocurrió realmente en Nazaret, en Belén con los ángeles y pastores o en la huida a Egipto. Dios se revela dentro de la historia y la fe del creyente se sitúa también dentro de la historia, por consiguiente es lógico que nos preguntemos ¿qué ocurrió realmente en Navidad?
Hace ya muchos años que sabemos que los evangelios, especialmente los de la infancia, no son un libro de historia. Son elaboración teológica y mensaje. Detrás del lirismo de aquellas escenas hay una teología pensada hasta en sus más delicados detalles. Literariamente son textos sobrios, de una sobrecogedora belleza y poesía, de una aparente simplicidad pero también de una extraordinaria profundidad. Fueron los últimos textos que Mateo y Lucas escribieron y los pusieron al comienzo de sus evangelios como un mensaje claro de alegría y esperanza: quisieron anunciar a las primeras comunidades quién es y qué significa Jesús de Nazaret. A la comunidad judía se le dice que Jesús es el mesías esperado y que desde Abraham toda la historia de salvación estuvo encaminada hacia él. Y a la humanidad en general se nos dice que no estamos solos, Él, el Emmanuel, está en medio de nosotros, “nos ha nacido un salvador”.
Lo importante no es la historia sino el mensaje de fe. Son pocos los hechos históricos contenidos en estos relatos que la exégesis da por verdaderos: los esponsales de María y José, la descendencia davídica de Jesús, el nombre de Jesús, el nacimiento de Jesús de María, la pobreza como ambiente, Nazaret como lugar de residencia. Y sobre ellos Mateo y Lucas construyen el relato teológico con el ropaje del género literario del “midrash”, que consiste en tomar un hecho o un dicho de la escritura y elaborarlo, embellecerlo o buscar paralelismos con otros personajes al objeto de subrayar y proclamar de forma inequívoca una verdad de fe.
Aquel mensaje de fe, y de alegría y esperanza, ha trascendido los límites de la primera comunidad. Las escenas familiares de Navidad, más que crónica histórica, pretenden ser proclamaciones de fe acerca de Jesús Salvador nacido pobre y débil como todo niño. A través del lenguaje del mito, del símbolo y de la poesía el ser humano se sumerge en la humilde vida que nace para toda la humanidad como esperanza de liberación. Así lo entendió San Francisco de Asís cuando allá en la Porciúncula inventó el primer Belén de la historia.
Por eso sorprende que en su libro Benedicto XVI utilice una exégesis con voluntad de asegurar la historicidad de cada uno de los hechos.
Querer salvaguardar a toda costa la historicidad de cada una de las escenas de los relatos evangélicos, aparte de perderse en la complejidad o imposibilidad de la demostración de las mismas, sobre todo es situarse fuera de la atmósfera creada por Mateo y Lucas: una atmósfera en la que su preocupación no es saber si existió o no la estrella, si se aparecieron o no los ángeles, si hubo o no buey y mula, si los magos vinieron del Oriente o de Tartesos, o si la virginidad de María hay que entenderla en el sentido físico, sino en saber que Dios asume como propia la historia de la humanidad, el significado religioso del Niño.
1 comentarios:
Pues fíjese, creo que aprovecha el libro para insistir en el mensaje de la autenticidad los de los viejos dogmas de la Iglesia Católica.
No he leído el libro, ni pienso hacerlo. Que va.
Pero por lo que oigo y leo, para mí que quiere darnos a todos como una lección de su profundo conocimiento de las escrituras que sin duda las tiene pero...poniendo los puntos sobre las íes.
Que Jesús nació, todos los cristianos los sabemos; lo de la mula y el buey,la estrella, los pastores, los reyes magos... nos encanta. Las personas que no tenemos conocimientos sobre exégesis ni nada de eso somos así: nos gustan las tradicones bonitas, no sé, somos igénuos , soñadores y un poco infantilondios.
Ahí ,la verdadera cuestión en el nacimiento de Jesús es si su madre, era virgen o no. Cómo es posible que aún de tener un bebé, biológicamente siguiese manteniendo su virginidad física... me parece que ese el , creo que le llaman el nudo gordiano, no creo que sea porque sea gordo, pero en este caso es el verdadero nudo y gordísimo, sobre todo para las mujeres . No vea la que nos ha caído encima con esa imagen de mujer a la que imitar, porque a ver quien tiene hijos y se mantiene virgen.
Adoro la figura de la madre de Jesús, tuvo que ser una mujer extraordinaria, no tuvo mas remedio que serlo con semejante hijo. Y a la virgen del carmen, no vea...
Pero semejante nudo, gordiano o no, te enreda las neuronas y acabas diciendo : bueno, cosas de Dios, una más...realmente no hay quien lo entienda, pero mira, yo ... a mi carbón.
No sé como decir. Es el año de la fe ¿no?
Pues eso. ha puesto los puntos sobre las íes. El sabe lo que es y no es cierto.
Es el vicario de Cristo en la tierra ¿no? pues haber quien mejor lo puede saber...
Pero fíjese, yo creo que este año no va a faltar una sola mula , un solo buey en los belenes,los niños se vestirán de pastores, y vendrán los reyes magos de oriente siguiendo la estrella. Porque , qué quiere que le diga, antes quitaríamos mas de uno alguna figurita típica del belén de los catalanes, pero vamos, mucho antes que a la mula y al buey.
Claro que no soy catalana...
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