martes, 3 de marzo de 2009

OTRO CRISTIANISMO ES POSIBLE - 16

16. EL CAMINO DE LA CURACIÓN INTERIOR. Del pecado y la confesión.

Este “camino de la curación” poco tiene que ver con la doctrina y práctica tradicionales “del pecado y la confesión”. Las siguientes sugerentes páginas de R. Lenaers dan a entender que ya nadie se confiesa -tampoco en su parroquia, intuimos-, lo cual le deja el camino expedito para proponer casi “ex novo” nuevas rutas: el ‘pecado’ no hiere a Dios, sólo al ser humano. Los conceptos clásicos -incluso bíblicos- de pecado, juicio, culpa, confesión, expiación, pena, incluso reconciliación, son burdos antropomorfismos, indignos de un pensamiento crítico moderno.

  • 1. El pecado
    • Ha sido entendido como una ofensa al Juez supremo y no desaparece mientras éste no concede el perdón y lo olvide, aunque no se produzca ningún cambio existencial en el sujeto que, no obstante, debe formular un buen propósito.

      De este concepto es preciso pasar al de distorsión existencial, superando el de infracción de una ley que obligaba a someterse a un juicio (la confesión, núcleo del sacramento) en el que se imponía una sanción supuestamente proporcional.

      Frente a esta visión heterónoma, el pecado es una destrucción interior que es preciso recomponer restableciendo el amor original que nos ha dado origen.

  • 2. ¿Y la ‘contrición’?
    • En la nueva visión no se trata de borrar lo acontecido ni ponerse a resguardo de la sanción sino restablecer la relación con el que nos ama y de cuya relación nos habíamos enajenado.
  • 3. ¿Y la ‘confesión’?
    • Esta realidad estaba pensada exactamente como un juicio con culpable que se reconoce tal, autoacusación de la trasgresión cabalmente detallada y sanción. Un antropomorfismo más que la propia autonomía ya no tolera. Por lo cual está llamado a desaparecer. [Sería importante desculpabilizar a quienes ya no la soportan pero se sienten mal omitiéndola. Deben caer en la cuenta de que nadie tiene derecho a entrar en nuestra intimidad].

  • 4. Más bien ¿fiesta de la curación?
    • El pecado no exige castigo: ¿cómo podría éste agradar o alegrar a Dios? ¿cómo la persona que ama puede gozar con que el ser amado se ‘mortifique’?

      Si nos empeñamos tozudamente en prolongar esta práctica de talante estrictamente medieval “a lo mejor muere (este) sacramento definitivamente en la modernidad”… [Es sorprendente a lo que se aventura nuestro autor].

      Otra cosa sería que se sustituyera por una celebración del que puede constituir un cierto “momento de intensidad en el proceso curativo que abarca toda nuestra vida”. Tal vez, en un clima de oración, mediante una “imposición de manos”…¿no actuaba así Jesús en sus actividades sanadoras?

  • 5. ¿Reconciliación?
    1. Ni siquiera el término de “reconciliación” se salva: “no es apto para nombrar a la conversión y la salud por la que nos volvemos al Dios que nos atrae…”

    [Si sacramento debe haber…, no es seguro, éste parece tendría que ser más bien uno nuevo. Y ¿por qué no?]



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