Foro andaluz Diamantino García: Buscar alternativas
José Sánchez Luque
El pasado 18 de abril nos reunimos en Antequera cerca del centenar de personas pertenecientes al Foro andaluz Diamantino García para hacer una reflexión sobre la actual crisis económica. Nos acompañaron en nuestra reflexión el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla Juan Torres López y el teólogo Pope Godoy. Los allí reunidos, soñadores convencidos de que ser humanos significa luchar por la plenitud de la vida, manifestamos a la opinión pública lo siguiente:
1. Partiendo de las aportaciones del profesor Juan Torres que nos describió el funcionamiento del capital financiero, su codicia, su avaricia y su insaciable voracidad que han sido los causantes de la actual crisis económica global, queremos poner mente y corazón en la búsqueda de caminos que hagan posible un mundo nuevo donde sean eliminados tantos “activos tóxicos” que nos envenenan, y sean reconocidos y defendidos los derechos de los empobrecidos del planeta
La crisis financiera que nos envuelve y que ha evaporado en pocos días 15 trillones de dólares para reflotar a los ricos ha dejando atrás, en medio de las frías estadísticas, los despidos en masa, el desempleo, el hambre, la desesperación y las lágrimas. Una crisis que asola no sólo la periferia sino el corazón del imperio, nos está haciendo ver las artimañas sutiles del capitalismo haciéndonos creer que esta es una crisis más de las muchas que ha padecido el sistema.
2. No obstante, pensamos que la crisis actual es terminal. El sistema actual, regido por el capitalismo y por las leyes del mercado, es voraz, acumulador, destructor del medio ambiente, creador de desigualdades y sin sentido de solidaridad, certifica su propia defunción. Un sistema donde cada 4 minutos una persona pierde la visión como consecuencia de la carencia de vitamina A, declara su propia defunción. Un sistema donde cada 5 segundo un niño muere de hambre o desnutrición, certifica su propia defunción. Un sistema que sabe con toda seguridad que con los gastos militares y de la industria bélica mundial de sólo 15 días se podría erradicar el hambre durante un año y no lo hace, está certificando su propia defunción.
3. El sistema actual, que tiene como pilar un individualismo avasallador, ha demostrado que es incapaz de asegurar el bienestar de la humanidad. Un individualismo que se revela en el lenguaje cotidiano: mi empleo, mi salario, mi casa, mi coche.. En este sistema no somos llamados a construir nada en común, sino que la competencia, la acumulación y la ostentación predominan sobre la solidaridad, la fraternidad y la compasión. Un sistema que endiosa los bienes materiales y que defiende la cultura del consumismo como la única fuente de felicidad. Por eso el sistema desconoce el amor, la igualdad y la compasión y nos hace sordos y ciegos ante el grito de los excluidos y necesitados. Lo opuesto al amor no es el odio sino la indiferencia.
4. ¿Por qué hemos permitido llegar a este punto? ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar todavía hasta que recobremos nuestra humanidad perdida? Pero además de la crisis financiera nos encontramos también con una crisis ambiental. El ansia por el crecimiento económico que alimenta el consumismo compulsivo ha machacado ferozmente a nuestra madre Tierra. El bienestar de todos y la preocupación por la Tierra son sacrificados para el lucro de unos pocos.
Y hemos contaminado ríos, mares y acuíferos hasta tal punto que cerca de dos millones de personas carecen de agua limpia. El desarrollo técnico y científico disociado de la conciencia ecológica nos ha hecho saquear los recursos naturales en una escalada sin precedentes. El universo caminó 15 billones de años para producir el planeta que habitamos: esta admirable obra que nosotros hemos recibido como herencia para que la cuidemos con ternura. Pero como no pongamos pie en pared la vamos a destruir en poco más de un siglo.
5. La crisis financiera, climática, energética, alimentaria y otras nos remiten a la crisis del modelo dominante. Necesitamos un nuevo paradigma, un nuevo modelo de civilización, el actual llegó a su fin, ha agotado sus posibilidades. Lo expertos nos dicen que si el consumo sigue al ritmo actual en el año 2.050 necesitaremos dos planetas Tierra. Es urgente que cultivemos la solidaridad, buscar nuevos valores, alimentar nuevas esperanzas, nuevos retos, nuevos modelos, nuevos paradigmas, la cultura de la austeridad y del decrecimiento solidario. Necesitamos una nueva imagen de Dios, como nos reveló el profeta de Nazaret. Necesitamos un nuevo comienzo.J
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