martes, 30 de junio de 2009

CURSO SOBRE EL ALMA Y SU DESTINO .- 2

30-Junio-2009 Gonzalo Haya Prats

Capítulo 2. La existencia del alma

Este capítulo 2 forma un bloque con los capítulos 3 “Origen del alma” y 4 “Inmortalidad del alma”, en los que se amplía la concepción del autor sobre el alma humana. A su vez, la primera parte de este capítulo 2 retoma el proceso de la evolución, iniciado en el capítulo anterior, mientras que la segunda parte se interna en una concepción más teológica sobre la divinización del alma.

Creo que será conveniente facilitar ya ahora a los lectores de este curso una visión sinóptica del proceso de la evolución y del significado fundamental de los conceptos que marcan cada etapa, aunque el autor -y nosotros- los desarrolle en sucesivos capítulos. Los conceptos de energía, materia y estructura se interfieren mutuamente.

Este proceso sigue las siguientes etapas, (con cinco saltos o pasos discontinuos -que ya explicará- entre: a / b / c– d / e / f / g

a) Energía. Se encuentra en el Big bang inicial. “La realidad fundamental es la energía (antiguamente se decía el “ser”). “Todo lo que es real es energía. Cada cuerpo de masa m viene de E y vuelve a E” (E = mc2). “La luz atestigua una dimensión real del ser que existe sin tener masa, que es pura energía”.
Este concepto será clave para entender todo el proceso.
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b) Materia (mater), Formación de los seres inanimados. Los elementos primordiales se van diferenciando por su Estructura (forma según Aristóteles; Idea según Platón y Plotino)
La ley fundamental de la naturaleza es la relación (logos). La lógica que mueve la vida es la relación ordenada. El fin (telos) es intrínseco a la naturaleza (entelequia). La naturaleza conlleva un principio de orden y organización.
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c) Alma vegetativa
El alma es un superavit de energía respecto a la materia a la que configura. Este superavit es progresivo: alma vegetativa, sensitiva, mente, espíritu.
d) Alma sensitiva
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e) Mente, vida racional, inteligencia instrumental. “El cuerpo es una manifestación de la realidad fundamental que, a nivel antropológico, es el alma”.
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f) Inteligencia moral. Alma espiritual = inteligencia + voluntad. Se manifiesta en su actividad: creatividad, ciencia, arte, y en su libertad. Al ser libre puede llegar a ser : espíritu bueno o malo. La ética es la traducción libre y consciente de la misma lógica que guía el camino del ser desde la formación de los gases hasta la formación de nuestro cuerpo.
El alma espiritual debe entenderse como una configuración peculiar de la única cosa, de la única sustancia, del único ente, que es nuestra energía.
El yo es la forma o Idea, es “el acto eterno con el que el Padre me piensa y pensándome me ha llevado a la existencia a través de la impersonalidad del Principio Ordenador”.
(No veo bien diferenciada la actividad propia de la inteligencia moral y la del espíritu; aunque Mancuso afirma que se trata de un salto ontológico).
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g) Espíritu: El paso al espíritu es el que garantiza la inmortalidad. En estricta lógica, el alma no sería inmortal si no llega al nivel del espíritu. Pasamos de un sistema centrípeto a un sistema centrífugo, donde la meta es el amor. Esto plantea dos problemas, que tratará de resolver más adelante: la eternidad de un espíritu perverso, y la no eternidad de un alma inocente que no ha alcanzado el uso de la libertad.
“El ser divino es el nivel más rico que puede alcanzar el ser, es espíritu”
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// Espíritu santo: (Es difícil resumir este punto tan delicado en el que pequeños matices pueden significar ontologías muy distintas).
Para los griegos y para Hegel, decir espíritu equivale a decir Dios; para los cristianos no es así… El trabajo que el alma está llamada a realizar…es transformar su espíritu natural en Espíritu santo.
La mística es la zona de contacto entre el Espíritu y el espíritu. Al hacer el bien y dejarse penetrar por él, accede el alma a la auténtica dimensión del ser “para vencer las ilusiones del tiempo y alcanzar la eternidad”.
Ésta es la plenitud del ser, la finalidad a la que apuntaba desde el comienzo el Principio Ordenador (Logos, Sabiduría).
El precepto délfico “conócete a ti mismo” adquiere un sentido ontológico: conoce lo que eres, la idea de hombre, “la sabiduría que nos ha creado y que habita dentro de nosotros como forma de nuestro cuerpo… lo que el cristiano llama Hijo y proclama ser la Segunda Persona de la Santísima Trinidad”.

Sugerencias para comentar

    • Esta ambiciosa visión filosófico-teológica ¿corresponde al método científico y racional que había anunciado? ¿Cómo aplica aquí la sabiduría?

    • El alma es la estructura del cuerpo pero ¿qué es la estructura?

    • ¿Resulta convincente este proceso evolutivo desde la estructura subatómica hasta el espíritu? ¿Qué aporta para una teología de la creación?

    • ¿Es ontológico y esencial el paso de la mente hacia la inteligencia moral?

    • ¿Qué es realmente el espíritu?

    Selección de textos

2 EXISTENCIA DEL ALMA

    17. Alma = libertad
    18. Una perspectiva que parte de abajo
    19. Alma como vida
    20. El alma de las plantas y de los animales
    21. Alma como mente
    22. Alma como espíritu
    23. Alma como Espíritu santo
    24. El Yo
    25. Al principio era la relación
    26. El amor
    27. «Conviértete en lo que eres»

17. Alma = libertad. La categoría alma expresa el pensamiento de la diferencia específica del hombre respecto al mundo, o sea el pensamiento de la libertad, porque sólo el hombre, en todo el mundo conocido, puede alcanzar la libertad… La señal de la victoria lograda sobre la necesidad natural está en la espiritualidad, de la que da testimonio la creación artística y, todavía más, la experiencia ética de la gratuidad y de la justicia, la creación más alta. Si los hombres han acuñado el término alma (presente en todas las culturas y llevado a su madurez en la espiritualidad de la antigua Grecia) es para dar razón de esta experiencia primordial: nosotros somos más que el mundo, somos libres.

19 Alma como vida. El ser es uno y único para cada fenómeno que se pueda pensar, para las estrellas, el mar, los árboles, las gacelas, los hombres… y este ser uno y único se llama energía… La diferencia surge cuando se empieza a considerar la configuración concreta con la que la energía se presenta como materia.

21 Alma como mente. La mente es más que el cerebro. Sin el cerebro la mente no podría existir, pero la mente es más que el cerebro, es el trabajo el que hace la diferencia y antes incluso está la idea de la mente (el Logos) que ha guiado el ensamblaje de los ingredientes como huesos, nervios, neuronas, sangre… y antes aún células, y mucho antes moléculas, y antes átomos, y antes partículas-ondas y todavía antes quién sabe qué. Este trabajo inmenso, hecho posible desde la idea (por decirlo como Platón) o desde la forma (diciéndolo como Aristóteles), constituye la diferencia entre el cerebro (vida biológica) y mente (vida racional). Se trata de un nivel del ser que ya ha sido reconocido por los hombres hace muchos siglos y expresado mediante el término de alma racional.

22. alma como espíritu. Pero no todo se acaba aquí. La mente produce a su vez un grado superior de orden, caracterizado por una siempre mayor información y libertad, que se manifiesta como creatividad en forma de ciencia, arte, música, pensamiento. La mente ve entonces manifestarse en sí misma una realidad aún superior: el espíritu. El espíritu es más que la mente, como la mente es más que el cerebro. El espíritu es la emoción de la inteligencia que se traduce en sonido y produce la música inmortal de los conciertos de Mozart… Este trabajo, que constituye la diferencia entre la comprensión del mundo (mente racional) y la creación de algo que antes no existía en el mundo, ha sido visto por los hombres desde hace ya muchos siglos y expresado mediante el término espíritu, la punta del alma.

Se sabe hablar del alma espiritual sólo si se sabe hablar del espíritu. Mientras se considere el espíritu y, por tanto, lo divino, como una sustancia separada del mundo de los hombres, el alma espiritual seguirá considerándose como una sustancia separada del cuerpo, como algo misterioso que debe llover desde lo alto después de haber sido infundida por Dios y continuaremos preguntándonos, como hacían los escolásticos y aún hacen hoy los neoescolásticos, de qué manera y cuándo esta alma se une al cuerpo y qué tipo de relación existe entre ambos. ¿Dónde actúa el espíritu? Actúa en la cultura humana a todos los niveles, por supuesto no solamente en el religioso o sólo cuando habla el Magisterio eclesiástico. El espíritu, por fortuna, «sopla donde quiere» (Juan 3, 8) . Hay distintos niveles mediante los cuales actúa el espíritu. Es obra del espíritu el descubrimiento del subsuelo del hombre llevado a cabo por san Agustín….

23. Alma como Espíritu santo. Una de las mayores contribuciones especulativas del cristianismo al pensamiento de la humanidad consiste en el reconocimiento de la fractura que atraviesa la dimensión espiritual. Para los griegos y para Hegel, decir espíritu equivale a decir Dios y el hombre perfecto es el hombre espiritual. Para el cristianismo, no; sabe que el espíritu está herido, que junto al bien, el espíritu puede producir también el mal. Además del Espíritu santo, el cristianismo conoce el espíritu inmundo.
Mediante el mito de la caída de los ángeles el cristianismo expresa el concepto de que la fuente del mal es espiritual. La naturaleza no conoce el mal, así el alma vegetativa y el alma sensitiva no conocen el mal. Tampoco la mente racional conoce el mal, conoce solamente el saber y el no saber, para ella bien y mal no existen sino sólo conciencia e ignorancia. El alma espiritual, sin embargo, esa dimensión integral de la existencia que es inteligencia + voluntad, conoce el mal, en el sentido radical de que ella misma puede producirlo. El mal es ver el bien y elegir su contrario.
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¿Estoy reduciendo todo a psicología? No, estoy diciendo que la vía de la interiorización, del trabajo honesto consigo mismo mediante la exposición a la luz del bien y de la justicia, es la única vía (la única) para entrar en la auténtica dimensión del ser, para vencer las ilusiones del tiempo y alcanzar la eternidad. Una vez alcanzada esta auténtica dimensión del ser, que nos ha conducido a la existencia y nos mantiene cada día en ella, hemos llegado en presencia de una realidad muy firme, objetiva, inmutable, es decir, la sabiduría divina primordial, el Principio Ordenador, el rostro con el cual el Padre Eterno se hace accesible aquí y ahora.

24. El Yo. Esta idea, como expresaba Platón, o esta forma, como prefería decir Aristóteles, representa mi ser más verdadero, es el acto eterno con el cual el Padre me piensa y pensándome me ha llevado a la existencia a través de la impersonalidad del Principio Ordenador. O digamos mejor: la idea en la que consisto es una manifestación singular de la única idea pensada eternamente por Dios, de la única palabra pronunciada eternamente por el Padre y que mediante el Principio Ordenador ha dado origen al mundo, idea primordial cuyo nombre es Logos. Por eso yo también soy el mundo: yo, micro-cosmos, soy igual al mundo, macro-cosmos, en el sentido de que la lógica que nos gobierna a ambos es la misma.

25. Al principio era la relación. La idea que está desde siempre y que rige el nacimiento y la evolución del mundo se ha encarnado en un hombre y si se ha encarnado no es porque Dios cambie, sino porque ella está destinada desde siempre a manifestarse como hombre. La perfecta manifestación de la Sabiduría creadora es la idea de Hombre. El mundo tiene como finalidad básica llegar a producir la Humanidad, manifestada en los miles de millones de existencias concretas en las que ella se expresa.

27. “Conviértete en lo que eres”. El precepto délfico «Conócete a ti mismo» es decisivo. No tiene tanto que ver, como suele entenderse, con el conocimiento de la propia mente y de los misterios a menudo tortuosos del propio carácter. Tiene que ver, mucho más noblemente, con el conocimiento de la sabiduría que nos ha creado y que habita dentro de nosotros como forma de nuestro cuerpo y luz de nuestra mente. Es la idea de Hombre, lo que el cristianismo llama Hijo y proclama ser la segunda persona de la Trinidad. Para el cristianismo ésta idea es la que nos ha formado y nuestra tarea en el mundo consiste en modelar nuestra libertad sobre ella, realizando, cada uno a su medida, el sentido del ser.




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