Como compañeros y amigos de Andrés Torres Queiruga queremos hacer públicas las siguientes reflexiones:
1. En nuestra condición de católicos y miembros de la Iglesia agradecemos el trabajo intelectual que Andrés Torres Queiruga ha venido realizando durante más de cuarenta años. El conjunto de su fecundo pensamiento supone una cumbre histórica del servicio de la teología española a la verdad de la fe cristiana. Su empeño por pensar en diálogo con la cultura actual ha ayudado a creer bien a muchos cristianos de hoy («intellige, ut credas», “comprende para creer. Y somos testigos de que, al mismo tiempo, su fe en el Dios Antimal ha exigido y estimulado su pensar teológico («crede, ut intelligas», “cree para entender). Por todo ello nos parece muy grave que el texto de la Notificación no contenga ni una palabra de reconocimiento de su entrega intelectual o de agradecimiento por el bien que ha hecho a la fe de los cristianos. Tenemos la certeza de que este modo de proceder nada tiene que ver con el de Jesús de Nazaret, fuente y centro neurálgico de la tradición de fe cristiana.
2. Sin renunciar a pronunciamientos posteriores y más extensos sobre la Notificación, ahora hemos de señalar lo siguiente:
a. La teología que rezuma la Notificación difícilmente recibiría el aprobado en un examen de la mayoría de las Facultades teológicas del mundo. No hay más que visitar los tratados escritos por los profesores más relevantes de las mismas.
b. No es de recibo que el “”Catecismo de la Iglesia Católica”” sea uno de los referentes desde el que se evalúa y se juzga la consonancia de la teología de Andrés Torres Queiruga con la verdad de la fe. Las afirmaciones dogmáticas de la Iglesia son el referente de todo trabajo teológico y deben siempre mantenerse como tales. Pero sus manifestaciones catequéticas han ido variando y seguirán variando a lo largo de los tiempos. Es más que discutible que dicho Catecismo en todos sus apartados exprese en su integridad y con toda la necesaria riqueza la verdad de la fe. Además, utilizarlo como elemento dirimente para juzgar la obra científica de un teólogo reconocido, resulta similar a valorar las aportaciones de un investigador de primera fila a la luz de los manuales utilizados para la enseñanza de su materia en los cursos iniciales de graduación universitaria.
c. Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, también en este caso el magisterio episcopal identifica su teología con la verdad de la fe. Es una práctica que denunciamos rotundamente porque tergiversa de manera grave el servicio al evangelio que corresponde legítimamente al ministerio episcopal.
d. Se acusa a Andrés Torres Queiruga de «reducir la fe cristiana a las categorías de la cultura dominante» y de «eliminar u oscurecer la novedad introducida por la Encarnación del Hijo de Dios». Quienes le imputan tan grave acusación lo hacen desde una fe expresada en las categorías propias de una cultura venerable, pero obsoleta. Al actuar de ese modo, ¿no serán ellos los que están reduciendo la fe a las categorías de esa cultura? Los “nuevos paradigmas” no los deciden los teólogos, sino las transformaciones culturales. Hablamos de “nuevo paradigma” teológico cuando la teología tiene que pensar la fe en un nuevo paradigma cultural. Es lo que con libertad supo hacer la Iglesia en su más antigua tradición para expresar salvíficamente la fe cristológica y trinitaria en el paradigma griego, bien diferente al semita. ¿Qué evaluación merecería la confesión de Calcedonia desde una concepción inmutable del paradigma del evangelio de Marcos? Esta inculturación de la fe es lo que ahora se impide hacer, porque en la comunidad teológica impera la ley del miedo y muchos teólogos callan para no tener que arrostrar problemas que traigan consigo “efectos colaterales”.
e. Es falso que, como afirma la Notificación, se haya “mantenido un diálogo extenso y detenido con el Autor”. Un encuentro de un par de horas con algunos miembros de la Comisión firmante para señalar las cuestiones teológicas a debate, y ello cuarenta y ocho horas antes de firmarse la Notificación, está lejos de lo que debe ser un diálogo serio, profundo y sincero, y tiene toda la apariencia de buscar una coartada que no engaña a nadie.
3. Terminamos animando a Andrés Torres Queiruga a que prosiga con libertad y fortaleza su trabajo de reflexión y de investigación teológica para el mejor servicio a la Iglesia y el impulso a la credibilidad del anuncio evangélico ante los desafíos de la cultura actual.
JOAQUÍN PEREA, JOSEP ANTONI COMES, JESÚS CONILL, ADELA CORTINA, RAFAEL DÍAZ-SALAZAR, ANTONIO DUATO, TERESA FORCADES, CARLOS GARCÍA DE ANDOIN, JOAQUÍN GARCÍA ROCA, Mª DOLORS OLLER, JOSÉ MIGUEL RODRÍGUEZ, DEMETRIO VELASCO, JAVIER VITORIA Y JOSÉ ANTONIO ZAMORA. revista@iglesiaviva.org
4 de abril de 2012
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2 comentarios:
Gracias. Es gratificante notar la brisica fresca de vez en cuando.
No tengan miedo. El Dios en el que yo creo está con todos ustedes.
No tengan miedo.
Gracias otra vez.
No sé como he vuelto a leer este texto. Bueno, al menos sé dónde, en lamiarrita. Me gusta Queiruga y he echado un vistazo.
Me he sorpendido al leer mi comentario
¿ Cómo ha cambiado todo tanto?
No se oye una sola voz discrepante ¿Ha cambiado la iglesia por un Papa? ¿Estamos entonces en manos de los papas? ¿Pues el problema no era el papado y no el papa? ¿Qué ha sucedido en un año? ¿acaso todo se ha solucionado?
Se me rompe la cabeza.No entiendo
Oigo dcir auténticos disparates a los obispos,subvencionan la publicación de un libro vergonzante... y nadie dice nada.
Pues al Señor Queiruga bien que le decían y al Señor Pagola y al Señor Masiá y al señor Arregui y...
No entiendo nada, lo digo con toda la tristeza que me inunda el alma cuando pienso en esto.
¿saben qué? a veces pienso que los jesuitas son como las abejas, ahora tienen a una abeja reina y todos la van a cuidar. A lo mejor hacen bien...para su comunidad o compañía o como se le quiera llamar.Pero como ellos dicen, se mantienen en la frontera y ahora por lo visto han puesto concertinas.
No entiendo nada de jaleos internos de la iglesia, ni quiero saber.
Creo que este papa posiblemente de cara a la imagen de la iglesia está haciendo muchísimo bien. NO sé, aunque me sorprende que la gente se sorprenda de que cite palabras del evangelio.
No cabe duda que en gestos es el número uno. Pero ¿Es suficiente?
Dicen que está haciendo no se qué de reformas y que las cosas tienen que ir despacio y...
Pero en el mundo actual, las cosas no pueden ir despacio.
Soy maestra, trabajo con niños entre 12 y 14 años.Les puedo asegurar que ven a Jesús como un superhéroe más, con sus poderes y un poco ingénuo, tipo supermán.
Creo que la generación de los jóvenes en su mayoría es una generación perdida para el cristianismo auténtico.Pensaba que la mía lo era tambien, pero que va, no hay comparación.
Me pregunto a que esperan para que el mensaje teológico de la iglesia cambie.
Por lo visto piensan que da igual y que lo único importante es decir que hay que hacer lo que Jesús hizo. Y es cierto, es lo único importante, pero para llegar a ello hay que recorrer en soledad un camino lleno de obstáculos que les aseguro que la gente joven y no tan joven, no está dispuesta a recorrer. Necesitan ayuda, necesitamos todos ayuda. Si no hacen una teología medianamente racional, lo del invierno eclesial se va a convertir en una glaciación.
No estén tan seguros de que la iglesia todo lo resiste. Les recuerdo que especies que han dominado el planeta,con el tiempo se han extinguido.Porque nada es eterno, nada permenece en el tiemo a no ser que te adaptes al medio. Es una regla básica de supervivencia. Estoy seguro de que conocen a Darwin, aunque les costara trabajo aceptar su teoría evolucionista.
Y no es que me importe que desaparezca la iglesia tal y como está, en absoluto. Lo que me preocupa es que el mensaje de Jesús de Nazaret se diluya como uno mas entre tantos mensajes como nos llegan ahora.
Creo que tienen una responsabilidad de la que no sé si son conscientes.
No sé si alguien leerá esto, tampoco me importa demasiado.La verdad es que creo que es todo inútil, pero...
Un saludo cordial a quien lo pueda leer.
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