miércoles, 8 de julio de 2009

JESUS APUESTA POR LA MUJER

Candelas Arranz


La interpretació n de la Biblia y de la tradición cristiana se ha hecho desde una perspectiva exclusivamente masculina: los comentarios bíblicos han omitido la presencia de mujeres en el texto (por ejemplo en Pentecostés) y han desfigurado el significado original de los personajes femeninos (como veremos mas adelante con María y María Magdalena).
Urge hacer una lectura del Evangelio desde el punto de vista de la mujer y transmitir la buena noticia de que Jesús quería una comunidad de discípulos iguales. No se puede utilizar a Jesús para discriminar a la mujer.

JESUS APUESTA POR LA MUJER
Como antecedente, es importante visualizar la situación de la mujer en la época de Jesús: basta con recordar la oración del judío tradicional: “Bendito sea dios que no me ha hecho pagano, no me ha hecho ignorante, no me ha hecho mujer”. La mujer era un ser sin autoridad, marginado de toda decisión, hasta sobre su propia vida. Soportaba muchas cargas y sufrimientos desde la infancia: no podía estudiar, se la casaba siendo una niña y sin su consentimiento, muchas veces era maltratada, sufría partos y maternidades seguidas sin ayuda o, aun peor, si era estéril (situación esta considerada vergonzante) . Si era repudiada por el marido o enviudaba quedaba totalmente desprotegida. Pero además se la consideraba impura: el judío religioso debía evitar el trato con la mujer y no debía ni siquiera mirarla.

Por eso el Evangelio de Jesús es buena noticia sobre todo para ellas: Bienaventuradas las pobres, las que tienen hambre, las que lloráis, cuando los hombres os odien, os expulsen, os injurien… alegraos y saltad de gozo, que el Reino que Jesús trae y es vuestro, va a cambiar esa Ley y esas tradiciones injustas.

Las Bienaventuranzas suenan especialmente bien a las mujeres. Ellas sabían mejor que los hombres de ese Reino de paz y de amor, porque habían aprendido a amar a tantos enemigos: a los del Templo, porque a pesar de todo vemos que seguían depositando sus ofrendas y, en sus casas, cuidando con amor a los suyos, a pesar de su maltrato crónico. Esto también podemos aplicarlo a la mujer de hoy: sigue ocupándose con amor de su familia mas que el hombre, y en la Iglesia sigue siendo mayoría, aunque por tristeza, fundamentalmente como mano de obra abnegada y gratuita.

Pero Jesús también denuncia las injusticias: maldice al rico, al saciado, al poderoso… y en coherencia con sus enseñanzas, no puede justificarse la sumisión, la obediencia o la menor dignidad de la mujer respecto al hombre… Seria consolidar y dar por bueno un reino de injusticia.

A lo largo del Evangelio, vemos muchos signos de amor y de liberación de Jesús hacia la mujer: la resurrección del hijo de la viuda de Naín, de la hija de Jairo, la curación de la hija de la mujer fenicia, la de la mujer con hemorragias de sangre (considerada impura/ intocable).. .Jesús rompe con las prescripciones rabínicas misóginas: es acompañado por mujeres y se preocupa y habla con ellas, incluso con pecadoras y extranjeras. Es muy llamativo el caso de la samaritana, tanto en la llamada de Jesús pidiéndola primero de beber (una llamada a la diaconía) y ofreciéndola luego el “agua viva” (la vida en El como discípula) como en la respuesta de la mujer, que entabla un diálogo teológico - “de igual a igual”- con Jesús y luego deja todo y corre a transmitir a su pueblo la Buena Noticia.

Jesús también libera de su joroba a una mujer en sábado, la llama hija de Abraham yla impone las manos.La joroba simboliza el peso de la humillación de todas las tradiciones que sometían a la mujer y la impedían crecer. Jesús la reivindica con hija de Dios y portadora del Reino. Y la impuso las manos, esta ratificando que hombre y mujer son iguales ante Dios.

Tenemos también el ejemplo de Marta y Maria. Maria ha elegido la parte buena, que no le será quitada: la escucha de su Palabra, apacible y sin distracciones, como lo hacían (hacen) los hombres, sin tener que preocuparse de la intendencia o del servicio. Así, no esta fomentando la vida religiosa contemplativa en la mujer, como se ha interpretado tradicionalmente, sino que esta afirmando que las mujeres tienen derecho a escuchar lo que dicen los maestros de la ley (nueva trasgresión de la Ley judía) y hablar y conversar con él en igualdad con los hombres.

Relacionados con la moral sexual, es importante destacar dos puntos:
- Jesús pone como ejemplo de verdadero amor a la mujer pecadora que en casa de un fariseo, lava sus pies con perfume y lagrimas. Era y es, aun hoy, considerada impura, inferior, una prostituta. Pero Jesús se deja tocar y lo agradece de corazón. Jesús la pone como ejemplo de perdón, de fe y de amor, algo muy trasgresor hasta en nuestro tiempo.

- La condena de Jesús del repudio o carta de despido, que aquella sociedad machista permitía a los varones y que dejaban a la mujer totalmente desvalida, tiene su causa en la defensa de la mujer y en la reivindicació n de la igualdad. Así,no es el divorcio lo que condena (y menos aun a los divorciados) , sino el repudio o la carta de despido.Se trata de remediar una injusticia y no de una norma de moral conyugal como se ha interpretado tradicionalmente.

Como parece lógico, ante esta actitud de Jesús que quiere ser su maestro, el Evangelio nos dice que un grupo de mujeres sigue a Jesús en Galilea y en su camino a Jerusalén, y se cita el nombre de varias.
Y cuando Jesús muere en la cruz, como consecuencia de su vida y de su palabra tan libre y tan valiente, las mujeres que le seguían desde Galilea y otras de Jerusalén son testigos de esta muerte y no le abandonan.

González Faus da un argumento interesante a favor del ministerio femenino: habla de la soledad de Jesús en la cruz: ”Queda solo uno de los apóstoles y un grupo de mujeres fieles hasta el final y más valientes que aquellos. Y en la medida en que el sacerdocio de Jesús esta constituido por la entrega de su vida, como dice la carta a los Hebreos, cabría afirmar que casi solo las mujeres participaron de su sacerdocio”.




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