miércoles, 11 de noviembre de 2009

DECLARACIONES POLÉMICAS

Acaba de ser nombrado Arzobispo de Sevilla y Juan José Asenjo no se corta en hacer ya declaraciones polémicas desde su nuevo estatus eclesial. El prelado se refirió en la COPE a la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que recientemente ha decretado que las escuelas públicas italianas deben retirar de sus aulas los crucifijos y símbolos religiosos, y aseguró que no puede “sino lamentar esta decisión”.

Apenado por la sentencia
Según dijo, el “apena la sentencia” porque “si Dios no lo remedia, va a influir en las legislaciones de los países europeos”, y habrá más estados dispuestos a retirar de los lugares públicos los vestigios de la Iglesia católica. Según aseguró, esta sentencia, en nombre de “unos pocos”, “niega el derecho de los padres que desean que permanezcan los crucifijos en las escuelas”. “Ayer leíamos que el 84 por ciento de los italianos quiere mantenerlos y se niega el derecho a la libertad religiosa de una mayoría, y se olvidan las raíces cristianas de Europa”, alegó.

Europa "necesita" los "valores" del crucifijo
Además, Asenjo definió el crucifijo como un “signo y emblema de los más grandes valores”, como “la entrega, la solidaridad, la piedad, la misericordia, y de fraternidad universal expresada en la figura de Cristo”. En su opinión, “Europa más que nunca está necesitada ahora de estos valores humanos”, por lo que lamentó la decisión de retirar los símbolos cristianos de las instituciones laicas.

La "desgracia" del aborto
El arzobispo habló también de uno de los temas favoritos de la Conferencia Episcopal, el aborto, que definió como “una desgracia, un crimen abominable porque significa la eliminación voluntaria de una vida, de un ser humano todavía no nacido pero que ya tiene los derechos propios de un ser humano”. Asenjo lamentó que “quienes eliminan a este ser humano” sean precisamente “quienes más obligación tienen de protegerlo, que son sus padres y los médicos”.

Una de las "mayores tragedias" de Europa
En este sentido, el prelado subrayó que este año, que ha sido decretado por la Conferencia Episcopal Española un año de “Oración por la Vida”, todos los ciudadanos pueden “contribuir a mover las conciencias de nuestros gobernantes y de nuestros conciudadanos”, ya que “la aceptación social del aborto es una de las mayores barbaridades, de las tragedias más grandes que han acaecido en Europa en la segunda mitad del siglo XX, cuando se ha ido aceptando la eliminación de tantas vidas en las legislaciones nacionales”.

"Lo progresista es defender la vida"
Según dijo, “todos nos tenemos que implicar persuadiendo a quienes acríticamente aceptan como un progreso el aborto”. “El aborto no es un derecho, no es progreso, es una regresión (…), lo progresista en estos momentos es defender la vida desde su concepción hasta el ocaso natural”, subrayó.




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