domingo, 25 de marzo de 2012

EL CARDENAL MARTINI Y LAS UNIONES CIVILES DE LOS GAYS

Rossend Domenech

“No es un mal que, en lugar de relaciones homosexuales ocasionales, dos personas tengan una cierta estabilidad y por lo tanto en este sentido el Estado podría también favorecerlos”. El cardenal Carlo Maria Martini, de 85 años, jesuita, exarzobispo de Milán, actualmente jubilado y en el 2005 un acreditado líder de los electores aperturistas del cónclave que eligió a Benedicto XVI, defiende a la familia heterosexual, pero dice que “no comparte la posición de quien en la iglesia se las toma con las uniones civiles”.

Ya se conocían las posiciones aperturistas del cardenal, que en otras ocasiones ha intervenido sobre temas “fronterizos”, como lareadmisión en la iglesia de los divorciados católicos, pero es la primera vez que se manifiesta tan claramente respecto a lasuniones gais. Sus afirmaciones se encuentran en un libro de próxima aparición, titulado Creer y conocer (Ed. Einaudi), en el que el cardenal se confronta con el cardiólogo y senador progresista (PD), Ignazio Marino.

“Yo pienso que la familia tenga que ser defendida, porque es verdaderamente la que sostiene la sociedad de una manera estable y permanente y por el papel fundamental que ejerce en la educación de los hijos”, afirma, subrayando que él apoya “el matrimonio tradicional con todos sus valores y estoy convencido de que no deba ser puesto en discusión”. Aún así, dice que “si luego dos personas de sexo distinto o también del mismo sexo, ambicionan firmar un pacto para dar una cierta estabilidad a su pareja, ¿por qué queremos absolutamente que no pueda ser?”.

UNIONES DISCRIMINADAS

“Yo no me las tomaría demasiado si el Estado concediera algún beneficio a los homosexuales”, afirma, subrayando que la iglesia católica promociona las uniones que son favorables a la continuación de la especie humana y a su estabilidad”, pero añade que no le parece “justo expresar discriminación alguna hacia otros tipos de unión”.

En el texto-confrontación, el cardenal se refiere a las uniones homosexuales sin dejar de expresar su convicción de que la pareja homosexual “no podrá ser nunca equiparada en todo al matrimonio”. Aunque en este sentido también considera que ni “la pareja heterosexual ni el matrimonio deban ser defendidos o apuntalados con medidas extraordinarias, ya que se fundamentan en valores talmente fuertes que no me parece necesiten una tutela”.

Tras ilustrar que está dispuesto a “admitir el valor de una amistad duradera y fiel entre dos personas del mismo sexo”, el cardenal Martini rechaza que las uniones gays sean “erigidas como modelo de vida, tal como puede serlo una familia con éxito” o “exhibidas de una manera que ofenda a las convicciones de muchos”.

Es la primera vez que un cardenal se manifiesta de una manera tan clara y explicita, sin por ello renunciar a sus convicciones, aún yendo contracorriente entre quienes en la iglesia han definido las uniones homosexuales como un “desorden moral”.



1 comentarios:

mccarceles dijo...

Y que sean siempre personas de estas edades las que se atrevan a pensar y a decir estas cosas...¿ qué pasa con los obispos mucho más jóvenes y que tendrían que tener la mente mucho más abierta?
A la mayoría nada más se les oye opinar a favor de las ideas oficiales de la iglesia. ¿Piensan entonces que no puede evolucionar y adaptarse aun poco a la realidad?

¿Alguien se puede escandalizar ante las declaraciones de este cardenal?

A mí lo único que me escandaliza es no oir mas voces en esta línea, y no me refiero solo a la unión de gays, también a los excomulgados por rehacer su vida con otra persona,al celibato obligatorio, a cientos de cosas que si se abordaran de una vez con sentido común , mente abierta y respeto hacia el que piensa diferente, lograrían ayudar a muchos católicos de los que han huído de su propia iglesia a reencontrarse con ella.


No tengo ni idea quien es el Señor martini, pero además de tener un apellido precioso, tiene todos mis respetos.