1.-Siguiendo el Concilio de Calcedonia (año 451), aceptado por las diferentes Iglesias cristianas, reafirmamos en la doctrina de que Jesucristo “es perfecto en la divinidad y perfecto en la humanidad, verdadero Dios y verdadero hombre”, por lo cual sus dos naturalezas, la divina y la humana, están unidas “sin confusión”. Se funden el Jesús histórico y el Cristo de la fe.
2.-Desde planteamientos testimoniales, procedentes de cristianos de diferentes confesiones, comprometidos tanto en su dimensión espiritual como social, se reivindica, y reivindicamos, la figura de Jesús en la experiencia cristiana, como el objeto central de la fe y redentor de la humanidad. Hemos enfatizado la plena vigencia y actualidad de la figura de Jesús.
3.-A la pregunta de Jesús a sus discípulos: “Y vosotros ¿quién decís que soy?”, creyentes católicos, ortodoxos y protestantes, en una manifestación de ecumenismo activo, han expresado la dimensión de la fe en un Jesús liberador, compañero de viaje, con plena actualidad para un mundo que sufre la violencia, la discriminación, la intolerancia, los fanatismos, los abusos hacia las clases más desfavorecidas, el hambre… Un Jesús con frecuencia invisible pero que sigue estando próximo a quienes le invocan; un Jesús que dejó una herencia incorruptible: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.
4.-Las mujeres han ocupado un papel relevante, tanto por su presencia, como por las intervenciones femeninas en diversas sesiones del Congreso. Jesús mantuvo una relación de amistad con las mujeres, una relación en la que queda patente la complicidad y la sintonía que había entre ellos; capacidad de diálogo y de convivir en el silencio. La casa de Betania, con Marta y María, se convierte en un lugar de intimidad y de paz. Jesús de Nazaret abre una puerta de esperanza y produce seguridad, respeto y dignidad a las mujeres en medio de una sociedad que con excesiva frecuencia la rechaza, y en la que los órganos de decisión y poder procuran someterla y convertirla en instrumento de placer o servicio, reduciéndola a un plano de subordinación con respecto al varón; todo lo contrario a la práctica de la lapidación o a la negativa a la ordenación de mujeres, considerada arteramente por la jerarquía como un grave delito, al mismo nivel que la pederastia.
5.-Los jóvenes han tenido una presencia activa, igualmente desde la dimensión ecuménica, en distintos momentos del Congreso, sobre todo en la parte festiva y en las mesas redondas. Son jóvenes que viven la fe en sus lugares de estudio o de trabajo, colaborando solidariamente en proyectos de testimonio y servicio, tanto en el terreno educativo como el social. Ellos también han dado respuesta a la pregunta ¿quién es Jesús para mí? Y ante las dificultades de diálogo entre generaciones, lanzan un reto: es más importante hablar con los jóvenes que hablar de los jóvenes. Es una juventud comprometida con la fe más allá de tomar la religión como un simple club social.
6.-No ha faltado la perspectiva de Jesús desde otras latitudes, como ya es tradicional en estos congresos: África, un continente en guerra permanente, sometido a la explotación al servicio de multinacionales, y Latinoamérica, que lucha denodadamente por liberarse de leyes despiadadas del mercado al servicio de los poderosos. Jesús sigue presentándose como: camino de liberación para las clases más oprimidas, anunciando el Reino de Dios que, aún siendo una pequeña semilla, se afirma contra los imperialismos de toda índole; reafirmación de la intervención de Dios en la historia para producir una honda transformación; programa para construir una sociedad alternativa y contribuir a la solución de los desequilibrios sociales que existen entre el primer y el tercer mundo.
7.-La actitud dialogante, acogedora, pacífica y respetuosa de Jesús ante los disidentes, adversarios e incluso enemigos, constituye la alternativa y el mejor antídoto frente a los fundamentalismos que resurgen con violencia y están instalados en las cúpulas de las religiones, de la economía y de la política. La voz de Jesús nos convoca a no olvidar el diálogo interreligioso como medio de aproximación y forma de resolver los conflictos ideológicos.
8.-Revindicamos la hospitalidad como una de las actitudes fundamentales de Jesús de Nazaret que cuestiona en su radicalidad los comportamientos xenófobos y racistas de un sector importante de la ciudadanía y de algunos gobiernos europeos, que expulsan de su territorio a etnias y pueblos y enteros.
9.-Desde el XXX Congreso de Teología se lanza un reto a los creyentes en Jesús: se ha acabado el tiempo de los silencios. Son tiempos de testimonio, de compromiso, de avivar la fe en Jesús de Nazaret, de seguir sus huellas, de hacer nuestras las demandas de servicio y solidaridad con los más deprimidos, de ayudar a implantar el Reino de Dios entre nosotros como reino de justicia, de paz, de libertad, de igualdad y de fraternidad-sororidad
SOLIDARIDAD CON JOXE ARREGI-XXX Congreso de Teología
1. Queremos expresar nuestra solidaridad con Joxé Arregi en un momento doloroso de su vida en que se ha visto obligado a abandonar la Orden Franciscana, que ha dado enteramente forma a su ser, para recuperar su libertad y seguir viviendo el verdadero espíritu de San Francisco de Asís. ¡Qué contradicción!
2. José Arregi aceptó con humildad el silencio impuesto por la autoridad eclesiástica, pero se rebeló frente a la humillación de que fue objeto al ser acusado por el obispo de San Sebastián de ser “agua sucia”. Fue entonces cuando rompió el silencio para defender su dignidad, que había sido pisoteada.
3. Nos parece antievangélico el comportamiento inmisericorde del poder eclesiástico contra creyentes sinceros testigos de Jesús de Nazaret con su vida y sus enseñanzas, como es el caso de José Arregi.
4. Lejos de aplicar el bálsamo de la misericordia, de practicar el método del diálogo y de respetar el legítimo pluralismo, la jerarquía recurre a las sanciones y condenas, impone el pensamiento único, exige obediencia ciega, no permite el disenso ni la crítica y se comporta autoritariamente. Estas actitudes represivas demuestran la falta de libertad de expresión, reunión y asociación y la conculcación sistemática de los derechos humanos por parte de la jerarquía.
5. Rechazamos enérgicamente este modo de proceder autoritario y anti-democrático que lamentablemente viene siendo habitual en la jerarquía católica.
5. Coincidimos con Arregi en que “los dogmas y el magisterio no los puso Jesús”, que la Iglesia se ha tomado muchas libertades para contradecir a Jesús, que la idolatría de la doctrina nos amordaza y resulta anacrónica y contraria al evangelio.
6. Valoramos muy positivamente la actitud respetuosa, e incluso la generosidad, que ha demostrado Arregi ante el comportamiento represivo del actual obispo de San Sebastián, a quien llama hermano y le desea lo mejor y su compromiso de “seguir siendo franciscano, un simple franciscano sin hábito”.
7. Apoyamos el derecho a la insumisión en el seno de la Iglesia siempre que se transgreda el espíritu del evangelio, se ejerza la represión, se aleje de los pobres.
SOLIDARIDAD CON JOXE ARREGI-XXX Congreso de Teología
1. Queremos expresar nuestra solidaridad con Joxé Arregi en un momento doloroso de su vida en que se ha visto obligado a abandonar la Orden Franciscana, que ha dado enteramente forma a su ser, para recuperar su libertad y seguir viviendo el verdadero espíritu de San Francisco de Asís. ¡Qué contradicción!
2. José Arregi aceptó con humildad el silencio impuesto por la autoridad eclesiástica, pero se rebeló frente a la humillación de que fue objeto al ser acusado por el obispo de San Sebastián de ser “agua sucia”. Fue entonces cuando rompió el silencio para defender su dignidad, que había sido pisoteada.
3. Nos parece antievangélico el comportamiento inmisericorde del poder eclesiástico contra creyentes sinceros testigos de Jesús de Nazaret con su vida y sus enseñanzas, como es el caso de José Arregi.
4. Lejos de aplicar el bálsamo de la misericordia, de practicar el método del diálogo y de respetar el legítimo pluralismo, la jerarquía recurre a las sanciones y condenas, impone el pensamiento único, exige obediencia ciega, no permite el disenso ni la crítica y se comporta autoritariamente. Estas actitudes represivas demuestran la falta de libertad de expresión, reunión y asociación y la conculcación sistemática de los derechos humanos por parte de la jerarquía.
5. Rechazamos enérgicamente este modo de proceder autoritario y anti-democrático que lamentablemente viene siendo habitual en la jerarquía católica.
5. Coincidimos con Arregi en que “los dogmas y el magisterio no los puso Jesús”, que la Iglesia se ha tomado muchas libertades para contradecir a Jesús, que la idolatría de la doctrina nos amordaza y resulta anacrónica y contraria al evangelio.
6. Valoramos muy positivamente la actitud respetuosa, e incluso la generosidad, que ha demostrado Arregi ante el comportamiento represivo del actual obispo de San Sebastián, a quien llama hermano y le desea lo mejor y su compromiso de “seguir siendo franciscano, un simple franciscano sin hábito”.
7. Apoyamos el derecho a la insumisión en el seno de la Iglesia siempre que se transgreda el espíritu del evangelio, se ejerza la represión, se aleje de los pobres.
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