jueves, 1 de marzo de 2012

SATANÁS NO FORMA PARTE DEL CREDO

Juan Masiá Clavel

En Cuaresma: tentación sin Satán

"Hay que denunciar a los exorcistas desenfadados con licencia eclesiástica, Ripalda en mano y tirilla al cuello"


A la fe adulta le produce vergüenza ajena el espectáculo en you tube de un clérigo romano que pretender hacer creer en la posesión diabólica

A las antenas de RD no se le escapa una primicia. Apenas tardó segundos su director en enterarse e informar sobre la escandalizada Liga Católica, indignada contra Nicki Minaj. La rapera había escenificado un exorcismo, con insinuaciones eróticas entrelazadas en simbología religiosa, lo que desencadenó rasgón de vestiduras entre creyentes escandalizados que pusieron el grito en el cielo.

Desde luego, era de mal gusto. No romperé una lanza en favor de la pantomima grosera. Pero, claro, puestos a protestar, tendrían que ser coherentes los fieles indignados y quejarse igualmente por la creencia supersticiosa en demonios y poderes infernales de que hacen ostentación ante televidentes crédulos algunos exorcistas desenfadados con licencia eclesiástica, Ripalda en mano y tirilla en cuello.

Satanás no forma parte del credo. Si la fe es abandono confiado incondicional en manos de Dios, una persona cristiana no podrá decir que cree en el diablo.

Cuando el primer domingo de Cuaresma se lea el evangelio de las tentaciones en el desierto ¿lo comentarán a la letra en las homilías o desentrañarán su simbolismo? ¿Tratarán a los feligreses infantilmente o les dejarán pensar e interpretar? Porque ya sabemos que Jesús no estuvo ayunando cuarenta días, ni se le apareció ningún diablo en el desierto...

Las tres tentaciones típicas, según el guión de los evangelistas, son símbolo de una única seduccción: convertir la religión en magia al servicio del poder, rendirse ante las ideologías para recibir a cambio migajas de dominio o deslumbrar con un milagro espectacular, de estilo deus ex machina helénico, para obligar a creer.

En vez de exorcismos, la confianza en la liberación cristiana ora diciendo "líbranos del mal", en vez de "líbranos del Maligno", y se compromete a liberar a víctimas de opresiones, de la mentira social, la injusticia o las ideologías.

Vendrá bien, en Cuaresma, desenmascarar tentaciones y desmontar tinglados diabólicos de la religión infantilizada, supersticiosa e inmadura.

Y redescubrir la presencia de lo demoníaco en nuestro propio interior, en las relaciones humanas, en la insolidaridad e injusticia social y en la raíz de los males con que los humanos nos deshumanizamos. 




1 comentarios:

mccarceles dijo...

No sé si sigue en Japón , pero si es así , quédese hí, no vuelva, se moriría de la tristeza. Porque para muchos cristianos católicos, apostólicos y romanos como un extraño dios manda, usted es el demonio con tirilla del que nos tenemos que librar.

Lo siento por otros cristianos que no son como ese dios manda, entre los que me encuentro.

Una murciana que está orgullosa de serlo, entre otras cosas por compartir tierra chica con usted.