lunes, 29 de marzo de 2010

LA IGLESIA DEBE REVISAR SUS PROPIAS ESTRUCTURAS

Movimiento Internacional Somos Iglesia

24 de marzo de 2010
Comunicado de prensa del Movimiento Internacional Somos Iglesia (IMWAC) sobre algunos aspectos de la carta pastoral del Papa Benedicto XVI a la Iglesia Católica de Irlanda

El contenido de la carta
“En lugar de buscar causas externas de los abusos de este problema tan grave, la Iglesia de hacer urgentemente una revisión profunda de sus propias estructuras, sin prejuicios o miedos. Su credibilidad está muy en cuestión en estos momentos” ha dicho Raquel Mallavibarrena, Coordinadora del Movimiento Internacional Somos Iglesia como una primera reacción a la carta del Papa a la Iglesia Católica de Irlanda, firemada por Benedicto XVI el 19 de marzo de 2010 y publicada el día 20.

Es lamentable que el Papa no quiera relacionar las estructuras eclesiásticas con el “inquietante asunto del abuso sexual de niños” , y en lugar de ello traslada la culpa a tendencias sociales tales como “ el cambio social tan rápido” y “ la manera de pensar y de enjuiciar de las realidades seculares”. Citar “una falsa lectura” del Concilio Vaticano II y su “programa de renovación” como una de las causas es indignante.

El Papa acusa a la sociedad de esperar demasiado de los miembros del clero en cuanto a la ética, sin embargo evoca “el misterio del sacerdocio” como una llamada superior, y así establece efectivamente que los sacerdotes deben ser considerados como una clase especial de seres humanos.

Este documento papal dirigido a los obispos irlandeses no satisfará a los fieles y a los muchos miles de víctimas que exigen dimisiones y reformas estructurales. No basta recomendar como “iniciativa concreta” los tradicionales ejercicios espirituales, pero no reformas estructurales.

Las duras palabras del Papa a los católicos de Irlanda no pueden esconder que el Vaticano es también responsable. La carta “De delictis gravioribus” firmada el 18 de mayo de 2001 por el Cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe (CDF), y por Tarsicio Bertone, secretario de dicha congregación, tiene especial importancia en este tema pues no invita a los obispos a informar de los delitos a las autoridades civiles. De hecho, impone un “secreto pontificio” (“secretum pontificium”) sobre estas cuestiones.

Por lo tanto obispos y nuncios estaban sólo siguiendo las instrucciones vaticanas, aunque esto no les excusa de no ejercer la atención pastoral debida a los fieles. El hecho de que tantos de ellos atendieron a las peticiones del Vaticano, sin embargo, hace al Vaticano cómplice y responsable de encubrimiento de los abusos sexuales. A la vista de esta situación el Papa debería pedir perdón desde la Iglesia y posibilitar un nuevo comienzo.

¿Cómo pedir perdón?

Dado que hay miles de casos, sobre todo en Irlanda y en Estados Unidos, hay que preguntarse si el número de 3.000 denuncias en 50 años, según ha hecho público un representante de la CDF el 13 de marzo de 2010, es plausible. La CDF da una impresión falsa cuando se refiere a “sólo” 300 casos de pedofilia “en un sentido esctricto “ (definida cuando la víctima no supera los 14 años). Los otros casos son denuncias por “atracción sexual hacia adolescentes del mismo sexo”. Esto debe ser condenado tan gravemente como la pedofilia esctricta.

La política se “tolerancia cero” pedida por el Papa que aparecía en escritos anteriores y aplicable a Estados Unidos no se menciona explícitamente en la carta. Los obispos de la Iglesia Católica Romana están obligados moralmente a seguirla.

El movimiento católico de reforma considera que es esencial una revisión de la enseñanza católica de la sexualidad. Ella debe incluir la cuestión de la obligatoriedad del celibato en la Iglesia Latina, lo cual ha sido ya sugerido incluso por obispos y cardenales. Aun cuando no hay relación directa causa efecto entre el celibato obligatorio y la violencia sexual, la ley que obliga al celibato es una expresión visible de la hostilidad de una iglesia masculina contra la sexualidad y las mujeres.

La carencia de estructuras colegiadas y democráticas como medio de que los laicos participen en la estructura eclesial es también un problema que debe considerarse. Sólo cuando los problemas estructurales se reconozcan y atiendan podrá la Iglesia ser creíble y conseguir perdón y reconciliación.

En esta Cuaresma, la Iglesia institución está llamada al arrepentimiento y a la reforma, de modo que el Reino de Dios anunciado por Jesús de Nazaret, pueda ser más visible en las estructuras de la Iglesia Católica Romana.



0 comentarios: