José María Díez-Alegría, nacido el 22 de octubre de 1911 en Gijón (Asturias), estaba considerado un teólogo de vanguardia y su nombre levantó polémicas en varias ocasiones por las críticas y denuncias a las interferencias eclesiásticas en los asuntos internos del Estado.
Próximo a la Teología de la Liberación, sus escritos, análisis e interpretaciones de los fundamentos en que para el teólogo asturiano debe basarse la Iglesia, provocaron malestar dentro de los sectores más conservadores de la jerarquía eclesial.
Doctorado en Derecho por la Universidad de Madrid y en Filosofía y Letras por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, en 1930 ingresó en la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote el 15 de julio de 1943.
El teólogo asturiano también se dedicó a la docencia, que ejerció en centros de la Orden como profesor de Ética en la Facultad de Filosofía de los jesuitas de Madrid y en la Universidad Gregoriana de Roma.
Díez Alegría, fue uno de los 73 teólogos que en el año 2000 firmaron el manifiesto contra un documento papal que sostiene que el catolicismo es la única religión verdadera.
Anteriormente, en 1970, criticó junto a otros compañeros de la Universidad Gregoriana de Roma la oposición vaticana al proyecto de ley sobre el divorcio, que entonces se debatía en Italia.
Durante la década de los setenta, abandonó la Compañía de Jesús para dedicarse a trabajar junto al jesuita padre Llanos en la zona madrileña de Vallecas, en concreto, en el Pozo del Tío Raimundo.
Desde 1988 fue el presidente de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, hasta que fue sustituido por Enrique Miret Magdalena en 1996.
Sobre su vida y pensamiento se presentó en 2005 la obra 'Díez-Alegría, un jesuita sin papeles', escrito por el también jesuita Pedro Miguel Lamet.
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