jueves, 10 de junio de 2010

LA IGLESIA DE MAÑANA

Textos seleccionados por Pere Codina Mas

¿Cuál es la salida de la Iglesia de la actual crisis? Renombrados teólogos y obispos lo visualizaron desde décadas, entre estos el actual Papa Benedicto XVI. La lectura vale la pena.

2. Karl Rahner (1965) a) «Es un hecho que —quizá aparte del mundo ibérico— ya no hay países cristianos. En cualquier lugar del mundo y en cualquier lugar con relación al mundo, el cristianismo está en una situación de Diáspora, según unos grados variables, claro está.

Efectivamente, en todas partes constituye una minoría numérica, al menos si hablamos de un cristianismo verdaderamente vivido; de hecho, en ninguna parte desempeña una función de “leadership” que le permita dejar de un modo potente y sensible la huella de los ideales cristianos en la vida seglar. Incluso se puede decir que estamos sin la menor duda en un período en que este proceso va a intensificarse más aún, a pesar de las razones que puedan aducirse a este hecho. (…)

La cristiandad de tipo rural e individualista que caracterizaba la Edad Media y los tiempos modernos está en vía de desaparición según un ritmo de aceleración creciente, precisamente porque las causas generatrices de este proceso en Occidente siempre están en activo y no han agotado su eficacia. [Karl Rahner: Misión y gracia. T. 1, Dinor, San Sebastián, 1966, p. 59.Edición original: Insbruck 1959]

3. J. Ratzinger (1970) «De la Iglesia de hoy saldrá también esta vez una Iglesia que ha perdido mucho. Se hará pequeña, deberá empezar completamente de nuevo. No podrá ya llenar muchos de los edificios construidos en la coyuntura más propicia. Al disminuir el número de sus adeptos, perderá muchos de sus privilegios en la sociedad. Se habrá de presentar a sí misma, de forma mucho más acentuada que hasta ahora, como comunidad voluntaria, a la que sólo se llega por una decisión libre. Como comunidad pequeña, habrá de necesitar de modo mucho más acentuado la iniciativa de sus miembros particulares.

Conocerá también, sin duda, formas ministeriales nuevas y consagrará sacerdotes a cristianos probados que permanezcan en su profesión: en muchas comunidades pequeñas, por ejemplo en los grupos sociales homogéneos, la pastoral normal se realizará de esta forma. Junto a esto, el sacerdote plenamente dedicado al ministerio como hasta ahora, seguirá siendo indispensable.

Volverá a encontrar su auténtico núcleo en la fe y en la plegaria y volverá a experimentar los sacramentos como culto divino, no como problema de estructuración litúrgica. Será una Iglesia interiorizada, sin reclamar su mandato político y coqueteando tan poco con la izquierda como con la derecha. Será una situación difícil. Porque este proceso de cristalización y aclaración le costará muchas fuerzas valiosas. La empobrecerá, la transformará en una Iglesia de los pequeños. El proceso será tanto más difícil porque habrán de suprimirse tanto la cerrada parcialidad sectaria como la obstinación jactanciosa. Se puede predecir que todo esto necesitará tiempo. El proceso habrá de ser largo y penoso. Ratzinger: Fe y futuro. Sígueme. 1973 pp. 76-77. Orig.:1970]

6. Card. Joseph Ratzinger (1990) « Quizá haya llegado el momento de despedirnos de una Iglesia clerical. Posiblemente estemos ante una nueva época de la historia de la Iglesia muy diferente, en la que volvamos a ver una cristiandad semejante a aquel grano de mostaza, que ya está surgiendo en grupos pequeños, aparentemente poco significativos, pero que gastan su vida en luchar intensamente contra el Mal, y en tratar de devolver el Bien al mundo; están dando entrada a Dios en el mundo.

He comprobado que, en Alemania también existen nuevos movimientos religiosos de este género, pero no quisiera citar nombres concretos. Probablemente no habrá conversiones en masa al cristianismo, no se darán cambios que pudieran ser considerados ejemplares para la historia, pero existe una presencia nueva y muy fuerte de la fe, que da aliento a los hombres. Ahora hay más dinamismo, más alegría. Hay una presencia nueva de la fe llena de significado para el mundo.» [Card. J. Ratzinger, Sal de la Tierra, p. 18. 1990]

11. J. Ratzinger: (2000) Seewald: Hace muchos años, usted hablaba en términos proféticos sobre la Iglesia del futuro: la Iglesia —decía entonces— «se reducirá en sus dimensiones, hará falta recomenzar de nuevo. Pero de esta prueba saldrá una Iglesia que habrá sacado una gran fuerza del proceso de simplificación que habrá atravesado, de la renovada capacidad para mirar dentro de sí misma». ¿Cuál es la perspectiva que nos espera en Europa?

Card. Ratzinger: Para empezar, la Iglesia «se reducirá numéricamente». Cuando hice esta afirmación, me llovieron de todas las partes reproches de pesimismo. Y hoy […] cada vez son más los que admiten la disminución del porcentaje de los cristianos bautizados en la Europa actual: en una ciudad como Magdeburgo el porcentaje de los cristianos es tan sólo del 8% de la población total, incluyendo todas las confesiones cristianas. Los datos estadísticos muestran tendencias irrefutables.

En este sentido se reduce la posibilidad de identificación entre pueblo e Iglesia en determinadas áreas culturales. Debemos tomar nota con sencillez y realismo. La Iglesia de masa puede ser algo muy bonito, pero no es necesariamente la única modalidad de ser de la Iglesia. La Iglesia de los primeros tres siglos era pequeña, sin por esto ser una comunidad sectaria. Por el contrario, no estaba cerrada en sí misma, sino que sentía una gran responsabilidad respecto a los pobres, los enfermos, respecto a todos.

En su seno encontraban sitio todos aquellos que se nutrían de una fe monoteísta, en búsqueda de una promesa. Esta conciencia de no ser un club cerrado, sino de estar abiertos a la comunidad en su conjunto, siempre ha sido un componente no eliminable en la Iglesia. Al proceso de reducción numérica que estamos viviendo hoy, tendremos que hacerle frente también precisamente explorando nuevas formas de apertura al exterior, nuevas modalidades de participación de aquellos que están fuera de la comunidad de los creyentes.

No tengo nada en contra de que personas que durante el año no han pisado la iglesia vayan a la misa la noche de Navidad, o con ocasión de otra festividad, porque también ésta es una forma de acercarse a la luz. Debe, por tanto, haber formas diversas de implicación y participación.» [P. Seewald / Ratzinger: «Dios y elmundo» 2002 (Original alemán, 2000). El texto reproducido aquí fue difundido por Alfa y Omega, (27.11.2001), con el título: «Católicos, ¿futuro de minoría?».

4. E. Schillebeeckx (1970) «No todo el universo de los hombres pertenece de hecho a la communio sacramental de la Iglesia, ni siquiera aunque entendiéramos por tal «comunión» la totalidad de las denominaciones cristianas. La Iglesia ha ido dejando de ser cada vez más una «Iglesia nacional» (Volkskirche, «Iglesia de estado»), para convertirse en una «Iglesia de diáspora». Y, en todo caso, teniendo en cuenta el pluralismo obvio de la sociedad actual, la Iglesia se irá convirtiendo paulatinamente en una «Iglesia de voluntarios», a la que se pertenezca en virtud de una elección y decisión más personal. Por tanto, en la única sociedad hay también un gran número de personas no cristianas, las cuales trabajan completamente al margen de la religión en la edificación de un mundo más digno el hombre.» [E. Schillebeeckx: Dios, futuro del hombre (1970), p. 139]

5. Card. Roger Echegaray (1981) «No tenemos por qué escondérnoslo: Nuestra Iglesia no ha hecho sino empezar su éxodo… Ya no sentimos bajo nuestros pasos aquel humus cristiano que ha nutrido a tantas generaciones. El pueblo que lentamente avanza tiene menos practicantes, menos militantes, y son menos numerosos sus hijos a quienes catequizar. Los presbíteros que acompañan al pueblo son más escasos, mayores y debilitados por la sobrecarga o la dispersión de sus tareas… Ahora nos percatamos de que el desfase entre el Evangelio y el mundo es mucho mayor de lo que nuestra memoria colectiva se imaginaba. (…) Es duro, pero también entusiasmador, sabernos contemporáneos de Cristo y de los Apóstoles.» [Card. R. Echegaray, Presidente Conf. Episc. Francia. Discurso a la Asamblea Plenaria, Lourdes, 1981]

7. Los obispos de Francia (1996) «No podemos pasar por alto los preocupantes índices relativos al descenso de la práctica religiosa, la pérdida de una cierta memoria cristiana y las dificultades del relevo. Están en juego el lugar y el porvenir mismo de la fe en nuestra sociedad. (…) Rechazamos toda nostalgia de épocas pasadas, en las que el principio de autoridad parecía imponerse de manera indiscutible. No soñamos con una imposible vuelta a lo que se denomina «cristiandad» La crisis por la que atraviesa hoy la Iglesia se debe en buena medida a la repercusión, en la Iglesia misma y en la vida de sus miembros, de un conjunto de cambios sociales y culturales rápidos, profundos y de dimensiones mundiales. Estamos cambiando de mundo y de sociedad. Un mundo desaparece, y otro está emergiendo, sin que exista ningún modelo preestablecido para su construcción. Los antiguos equilibrios están a punto de desaparecer, y los nuevos se constituyen con dificultad. Ahora bien, a lo largo de toda su historia –especialmente en Europa– la Iglesia se ha solidarizado profundamente con los equilibrios antiguos y con la figura del mundo que desaparecía. No sólo se encontraba bien insertada en ese mundo, sino que había contribuido ampliamente a su constitución, mientras que la figura del mundo que hay que construir se nos escapa.» [Los obispos de Francia, Proponer la fe en la sociedad actual (Carta a los católicos de Francia) 1996].

8. J.-M. Tillard (1998) «Siendo lúcidos, todo lleva a pensar que hay Iglesias locales, incluso núcleos importantes de Iglesias locales, que van a desaparecer del mapa de la cristiandad. ¿Qué queda de las florecientes Iglesias locales del África de san Agustín, como no sea una lista de sedes ficticias para los obispos titulares? ¿Qué queda, en la actual Turquía, de la bella Iglesia siro-jacobita, lugar emblemático del cristianismo desde el alba de los tiempos patrísticos? ¿Qué queda de los cristianos de la Alta Mesopotamia, durante mucho tiempo tan radiantes? Un religioso asuncionista que estaba de paso notaba: sólo quedan «antiguas iglesias que sirven de granja, de establo para los corderos o, simplemente, de comisaría de policía».

En nuestro Occidente norteamericano, cabe el temor de que, una vez desaparecida la generación de cristianos practicantes, se van a cerrar cada vez más lugares de culto, y eso (tomemos nota de ello) tendrá como efecto concomitante la reducción de la visibilidad de la Iglesia. Ahora bien, la visibilidad provoca al menos el efecto de mantener viva una pregunta, la del porqué de esta obra, la del sentido de sus asambleas, aunque solo reúnan a ancianos canosos. [...] «¿Somos los últimos cristianos? Ciertamente somos los últimos de un estilo de cristianismo. No somos los últimos cristianos.» [Jean M. Tillard, Som nosaltres els últims cristians?, Claret. Barcelona. 1998]

10. Obispos vascos (2001) La crisis social de transmisión de valores y referencias es un signo inequívoco de que nuestra fe de siempre tiene que ser repensada, reinterpretada y reformulada en muchos aspectos a la luz de las circunstancias actuales. Es un momento delicado en el que algunos rechazan lo que antes aceptaban sin discusión y ahora consideran incompatible con la realidad presente.

Otros, por el contrario, continúan aferrándose ciegamente a pasadas explicaciones, porque las nuevas situaciones son más de lo que pueden asimilar en su arcaica visión del mundo. Debemos considerar si no ha llegado ya el momento y la situación que presagiaba el teólogo Karl Rahner hace unas décadas: «El hombre religioso de mañana será un místico, una persona que haya experimentado algo, o no podrá ser religioso, pues la religiosidad del mañana no será ya compartida en base a una convicción pública unánime y obvia».» [«Transmitir hoy la fe» Carta pastoral de los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria. Cuaresma-Pascua 2001]

10. Card. Martini (2006) «La misma Iglesia está inmersa en una seria de problemas internos que no sería fácil describir en pocas palabras. Menciono sólo uno, que es propio de Occidente. Cito el ejemplo de la Iglesia evangélica de Alemania que, después de encuestas muy precisas, ha publicado el pasado las cifras de sus fieles comparadas con los de hace diez años. Unos dos millones cuatrocientos mil cristianos han abandonado la Iglesia en este periodo. En los tres últimos decenios, son más de cinco millones. Y el estudio nota que es sobre todo entre los jóvenes donde la cultura cristiana se desvanece y aparece casi como inexistente.

Y si nos fijamos en el número de los que se denominan fieles, el número de los que afirman que mantienen todavía con más o menos regularidad una práctica religiosa es de uno sobre diez. Pero unas encuestas estadísticas más precisas muestran que el 4% de quienes se llaman cristianos practican regularmente.» [Card. Martini: «El futuro de la Iglesia en el mundo» 2006]

14. G. Danneels (2007) — Ahora también en la Iglesia se siente la preocupación por el hecho de que en las sociedades occidentales parece enrarecerse el consenso compartido sobre algunos valores morales fundamentales. DANNEELS: Es un dato objetivo que ya no existe una Civitas cristiana, que el modelo medieval de Civitas cristiana no vale para el momento actual. Quizás algunos no se han dado cuenta todavía, pero los cristianos viven en el mundo tamquam scintillae in arundineto, como chispas por los rastrojos.

Vivimos en la diáspora. Pero la diáspora es la condición normal del cristianismo en el mundo. La excepción es la otra, la sociedad completamente cristianizada. El modo ordinario de los cristianos de estar en el mundo es el que se describe ya en la Carta a Diogneto, del siglo II. Los cristianos «ni habitan ciudades exclusivas suyas, ni hablan una lengua extraña». Habitan «sus propias patrias, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos y todo lo soportan como extranjeros; toda tierra extraña es para ellos patria, y toda patria, tierra extraña.» Así es como somos ciudadanos de la nueva sociedad secularizada.» [Danneels: 30Giorni (27 mayo 2007)]

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