miércoles, 13 de julio de 2011

LOS ALBERGUES COBIJAN CADA DÍA A 13.701 SIN TECHO

Vanessa Pi, en 'Público'

El número de personas sin hogar que se alojó el año pasado en los centros de acogida de toda España subió un 15,7% respecto a 2008. Una media de 13.701 personas durmieron a diario en un albergue en 2010, frente a las 11.844 de 2008. El dato sale de la Encuesta sobre las Personas sin Hogar-centros, basada en los centros de acogida, que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer.

El incremento de la demanda lo posibilitó un mayor número de plazas, que también ascendió un 15,5%. Así, se pasó de una capacidad para atender a 13.650 personas, a 15.778. No obstante, el número total de centros disminuyó, de 332 en 2008 a 324 el año pasado.

Por todo ello, la ratio de ocupación de estos centros (albergues, pisos de acogida y pensiones) se mantuvo el año pasado intacta respecto a dos años antes: el 86,8% de las plazas se utilizó.

¿Por qué entonces continúa habiendo personas durmiendo en los cajeros automáticos, y en las vías públicas? Por una parte, ese 86,8% de ocupación representa la práctica ocupación. No quiere decir que aún sobren plazas, asegura Gustavo García, que dirige el albergue de Zaragoza y forma parte del grupo de expertos a los que el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad consulta en esta materia. "Por ejemplo, cada día se da el caso de plazas que se adjudican por la mañana y luego no se ocupan, o plazas sin cubrir en los pabellones de mujeres, mientras los de hombres están saturados", advierte.

Aunque más de 13.000 personas usen los albergues, a juicio de García aún faltarían unas 10.000 plazas. Según sus cálculos (no existe un censo de personas sin hogar), más de 30.000 personas viven en las calles de toda España. De haber 10.000 plazas más, como indica este experto, "aún habría otras 7.000 personas en la calle y habría que pensar qué se hace con ellas".

La directora de Movilización y Participación Ciudadana de la Fundación Rais, Martina Charaf, insiste en que se debe analizar si las plazas que se ofertan responden a las necesidades de las personas sin hogar. "Es verdad que ha aumentado el número de plazas que da cobertura de emergencia, de estancias cortas, de primera acogida, pero la oferta se debe centrar ahora en quienes no acceden a los recursos", explica. Y no acceden porque, en muchos casos, llevan meses y años en la calle y ya han cubierto ese itinerario de emergencia que se oferta. "Son personas que necesitan un acompañamiento más específico, a medio y largo plazo. Hay que ser creativos y diseñar algo acorde a estas necesidades", reivindica. Esta idea es compartida por la mayoría de ONG del tercer sector.

Los centros de alojamiento suponen otro obstáculo para las personas sin hogar. No es una cuestión nimia que en estos sitios se les niegue a estas personas entrar con todo lo que llevan a cuestas. Sólo pueden meter lo que quepa en una taquilla y por la mañana lo deben recoger. Esos bártulos, ropa y objetos, "es todo cuanto poseen", destaca Charaf. Además, esta experta añade que muchas personas sin hogar están enfermas y necesitan una medicación y unas atenciones que en un albergue no encuentran.

La negativa de muchas personas sin techo a ir a los albergues llevó al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón a sembrar la polémica hace tres meses. El regidor defendió una ley que obligue a estas personas a dormir bajo techo, lo que obligaría a declararlas jurídicamente incapaces.

Gustavo García recuerda en este sentido que el objetivo de la Federación Europea de Entidades que Trabajan con Personas sin Hogar (Feantsa) pretende que en 2015 ninguna persona viva en la calle. Tal y como están las cosas, reivindica que el objetivo debería ser "que nadie duerma en la calle si no quiere".

Otro de los datos que destaca el estudio del INE es que el gasto se ha disparado. En 2008, las administraciones invirtieron 176 millones de euros en este tipo de recursos. El año pasado, la cantidad aumentó un 20%, hasta alcanzar los 212 millones y medio. Además, de los 675 centros y recursos existentes albergues, pisos de acogida y pensiones en 2010, 506 eran de titularidad privada, aunque estuviesen financiadas con dinero público. Otro dato relevante es que el 55,9% de los trabajadores de estos centros son voluntarios.

La Encuesta sobre las personas sin hogar-centros (hay otra, también bianual, que se centra en las personas) es aplaudida por las asociaciones del sector. Cuantificar significa visibilizar. No obstante, García apunta a la necesidad de unificar los términos que se cuantifican, para que las cifras sean más reales y se pueda mejorar la planificación de los recursos. Por ejemplo, el estudio incluye centros de atención a mujeres maltratadas y a inmigrantes, que técnicamente no son personas sin techo. En ello trabaja un grupo de trabajo del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.



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