jueves, 27 de mayo de 2010

CONVERSACIÓN CON EL P. GENERAL

Ramir Pampols, desde Haití

Después de presentarnos a cada uno de nosotros al P. Nicolas, el P. Miller propuso una pregunta general a todos: Como hemos vivido el terremoto, como nos ha afectado personalmente?

Nadie respondió a esta pregunta concreta. En cambio se le formularon otras dos:

1. Como ve el P. General la necesidad de que los jesuitas en Haití se hagan presentes a través de la enseñanza universitaria?

2. Es cierto el rumor de que se va a constituir una Provincia jesuita del Caribe, o se estudia alguna otra formula de colaboración y cercanía entre los países caribeños?

La pregunta que el P. General respondió mas extensamente fue la primera. Tan solo al final dijo unas palabras sobre la segunda. Indico, de entrada, que antes de usar el discurso teológico, es preciso atender a varios aspectos, que son los siguientes en relación a la primera pregunta:

En sus conversaciones con el Papa Benedicto XVI, los puntos que más habían salido en relación a esta cuestión (supongo que hablando de países en vías de desarrollo, como el continente africano en su conjunto, que esta siendo la primera preocupación de la Iglesia), eran tres:

a) Es muy importante que los jesuitas establezcan una reflexión muy a fondo sobre las necesidades de su país, las expectativas de su población, la Iglesia autóctona que deben acompañar, el modelo de sociedad al que se debiera tender,…

Puso como ejemplo la reflexión que emprendió la Compañía sobre si era conveniente crear una Universidad en África. Después de unos anos de reflexión, se decidió que no era posible, entre otros motivos por el costo enorme en personal (se necesitan unos 20 anos para tenerlo preparado en su conjunto), y los gastos económicos que supondría. Por estas razones “los jesuitas no tenemos en África ninguna Universidad”.

b) Conviene que sean, ante todo, muy creativos a la hora de pensar como deben empezar su presencia apostólica en un país como Haití, en vías de desarrollo. Es decir, es preciso ser muy imaginativos, siempre contando con el pueblo, para lograr un modelo de Compañía acorde con la realidad del país y no querer imitar los modelos que ha puesto en práctica la Compañía en los países del Primer Mundo.

c) Aunque olvido decir el tercer punto, alguien le recordó que había anunciado un tercer elemento. Entonces añadió:

Llevar a cabo lo que decidamos, con espíritu. (Tal vez quiso indicar que había que intentarlo con fuerza, con espiritu). En este punto procuro reproducir sus palabras, aunque no estoy seguro de su sentido.

1. En relación a la segunda pregunta, aclaro enseguida que, decir que se estaba buscando ahora unificar el gobierno de la Compañía en la región del Caribe, era ciertamente un “rumor”…

Lo que se pretende es ir hacia una colaboración apostólica más estrecha, que un jesuita de un país pequeño, pueda ofrecer y desarrollar su trabajo en otro país del Caribe, por ejemplo, si en su país no tiene la facilidad o la posibilidad de ejercerlo.

Dio como referencia, lo que se ha reflexionado durante dos anos en España. Aunque allí han decidido convertirse en una sola Provincia, van a organizar el trabajo apostólico mediante “plataformas” “locales” o “nacionales”. Esta formula le pareció buena.

Insistió, pues, que se trataba de un “rumor” cuando se quiere indicar que se pretende llegar a un gobierno unificado.

Pero no dio mas detalles. Tampoco dijo si, a la larga, se podría llegar a ello.

Su segunda intervención fue durante la homilía que pronuncio en la capilla de las Religiosas de Cristo Rey.

No se le entendía muy bien a causa de su francés, bastante deficiente y el poco volumen del altavoz…También parecía algo cansado por lo apretada que era su agenda del día.

Fundamentalmente nos ofreció una afirmación muy teológica: La historia de Haití es semejante a la de Israel: dos pueblos que a través de un gran sufrimiento y en búsqueda de su identidad, mantienen una estrecha Alianza con Dios. Es precisamente el sufrimiento del pueblo el que permite dar el paso de Israel a la Alianza con Iahvé, y Haití con el Dios cristiano.

Por la noche celebramos en el jardín del Noviciado sus 74 anos con canciones en creole, español, ingles, catalán y…latín. Fue la Salve Regina gregoriana, cantada muy devotamente, la que puso el punto final a una fiesta afectuosa y agradecida.

Esto es, más o menos, lo que sucedió este hermoso día 29 de abril, cuando se encontraron por primera vez los jesuitas de Haití con el P. General, Adolfo Nicolás. Espero que no será la última vez!

Por mi parte me hicieron tres o cuatro fotografías junto a el, que seguro me van a motivar para seguir luchando por un mundo más justo y fraterno.

Un fuerte abrazo, Ramiro




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