El Centro Nacional de Comunicación Social extiende sus más sentidas condolencias a la familia y amistades de don José Álvarez Icaza Manero que, junto con su compañera y esposa Luz Longoria y Gama, fundó hace 46 años esta organización de la sociedad civil.
El equipo de trabajo de Cencos se suma a la pena por el sensible fallecimiento de Don Pepe, fundador del movimiento de derechos humanos mexicano y reconocido como uno de los líderes sociales más importantes de México.
El camino de José Álvarez Icaza en el compromiso social y los derechos humanos se inició cuando él y Luzma se unieron al Movimiento Familiar Cristiano, y desde ahí propiciaron la creación del Centro Nacional de Comunicación Social. En el contexto de 1968, la organización se separó de la jerarquía católica ante su silencio por la represión y para apoyar al movimiento social.
Así “desde la independencia Pepe, Luzma y Cencos establecieron las pautas que luego adoptaría el movimiento de derechos humanos”, explica Sergio Aguayo. Desde entonces, inició su lucha por la defensa y protección de los derechos humanos en México y América Latina. Entre los reconocimientos a don Pepe destacan, el Premio Sergio Mendez Arceo (1996) y el Premio Compartir (2001) en el que le reconocían su liderazgo social.
Desde Cencos, continuaremos como espacio al servicio de los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil. Don Pepe creó en Cencos un espacio con visión a largo plazo con eje en la comunicación y los derechos humanos, el cual seguirá vigente.
El equipo de trabajo de Cencos se suma a la pena por el sensible fallecimiento de Don Pepe, fundador del movimiento de derechos humanos mexicano y reconocido como uno de los líderes sociales más importantes de México.
El camino de José Álvarez Icaza en el compromiso social y los derechos humanos se inició cuando él y Luzma se unieron al Movimiento Familiar Cristiano, y desde ahí propiciaron la creación del Centro Nacional de Comunicación Social. En el contexto de 1968, la organización se separó de la jerarquía católica ante su silencio por la represión y para apoyar al movimiento social.
Así “desde la independencia Pepe, Luzma y Cencos establecieron las pautas que luego adoptaría el movimiento de derechos humanos”, explica Sergio Aguayo. Desde entonces, inició su lucha por la defensa y protección de los derechos humanos en México y América Latina. Entre los reconocimientos a don Pepe destacan, el Premio Sergio Mendez Arceo (1996) y el Premio Compartir (2001) en el que le reconocían su liderazgo social.
Desde Cencos, continuaremos como espacio al servicio de los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil. Don Pepe creó en Cencos un espacio con visión a largo plazo con eje en la comunicación y los derechos humanos, el cual seguirá vigente.
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